Confiar, Sentir y Amar (+18)

Autor: PrincessCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 08/08/2011
Fecha Actualización: 30/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 230
Visitas: 112113
Capítulos: 44
(Finalizado)
Como dicen por ahí, después de la tormenta, viene la calma. Así paso en mi vida, luego de sufrir incontables veces, la vida me había sonreído. Ahora era plenamente feliz al lado de mi familia y amigos. Pero sobre todo, al lado de mi Edward.
PrincessCullen.
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Capítulo 44: Confiar, Sentir y Amar.

Hola mi niñas, aquí está. El último capítulo de esta inmensa historia de amor, espero no decepcionar a nadie, porque de verdad estuve horas contemplando una página vacía de Word tratando de escribir esté capítulo. Espero sea de su agrado. Antes que nada quiero agradecer a todas las que me comentaron, que con sus palabras me animaban a seguir, las menciono a continuación. (Orden según aparecen sus comentarios): SILMO, ALICEASHLEYULLEN, INGRIDCOLLEN, CECILLECULLEN, ELIZABETHCULLEN, MARTHA, VICKOTEAMEC, SABRII_CULLEN, GABRIELACULLEN, GINNADECULLEN, SOLCULLEN, FLORI, BELLSAMY, VERONIKICE, RBBLACK, KRISTY_87, FLORCULLENBLACK, CIBEL, NATITAX_CULLEN_BLACK Y MAYAMASENCULLEN. Este capítulo va dedicado a TOD@S Y CADA UN@ DE MIS LECTOR@S. Sin más preámbulos, l@s dejo leer.

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Pov Narrador.

Aquel que dijo “Después de la tormenta viene la calma” fue sabio, tal vez porque lo vivió, o simplemente porque aquella frase había llegado a su mente y la hizo pública convirtiéndose así en un dicho, mencionado por todos.

Isabella Marie Swan sabía muy bien el significado de aquellas palabras, porque después de vivir mucho tiempo en soledad y sombras, Edward había llegado a iluminar su vida, a afrontar con ella todos los problemas que se viniesen, y esta vez ella no retrocedería como en otras ocasiones sino mas bien aguantaría firme sujetando la mano de su amor único e incondicional.

Para ella su vida había dejado de ser blanco y negro para convertirse en una arcoíris de puro color, porque como dicen, “no hay sacrifico sin recompensa”, y la recompensa de tanto dolor, sufrimiento y mentiras era que ahora, ella podía disfrutar a sus anchas y sin temor del amor de su familia y amigos. Sabiendo que ya nada ni nadie podría dañar tan hermoso panorama.

Con la familia Cullen Swan en su cama, viendo algunas películas, ella se sentía inmensamente feliz, con su hijo bajo su mismo techo protegido y amado, su hermoso esposo al cual cada día amaba mas y mas, y a esas dos pequeñas que venían en camino.

Ya habían pasado tres semanas desde que Dereck había vuelto a casa, bajo la mirada tierna y protectora de sus padres, tíos, y demás familia. Bella y Edward no cabían en su felicidad, mas aun sabiendo que cada día se acercaba el tan esperado nacimiento de sus gemelas.  Dos pequeños retoños fruto del amor de dos almas puras y bondadosas, incapaces de vivir sin la otra.

Todo pintaba bien en esa ahora enorme familia, formada a base de amor, confianza, respeto y mucha esperanza.  El sol no solo sonreía para la familia Cullen Swan, sino a todos los demás integrantes de esta gran historia de amor. Edward que había retomado su empleo el cual había descuidado un poco puesto a que su Bella lo necesitaba en casa, estaba más que encantado con el rumbo que había tomado su vida, ya todo se veía con claridad. Ya nada estaba entre tinieblas.

Edward Anthony Cullen se sentía completo cuando al llegar a casa después de una larga jornada de trabajo, encontrase a su esposa y a su hijo jugando en la mesa de centro del recibidor de aquella gran casa, para él la felicidad estaba en ese simple hecho, de llegar, darle un beso en los labios a su señora y un beso en la frente a su hijo, incluso le salía beso al muy abultado vientre de Bella. Luego se perdían en su propia burbuja, jugando bingo, monopolio, uno y demás juegos.

A kilómetros de ahí, otra pareja estaba feliz por los acontecimientos que habían llegado a su vida, para darles una gran e inesperada sorpresa. Rosalie y Emmett se encontraban acostados en su cama, jugando con su pequeña hija, y hablándole al otro pequeño retoño que venía en camino, a través del vientre de la rubia. Pues resulta  que después de largo tiempo se habían resignado a no poder tener hijos, así que habían adoptado a una pequeña  de 4 años a la que le dieron por nombre Rebecca, la pequeña era blanca, pero no al punto de ser albina, como su tía Bella. Sino más bien como una suave tela de seda,  tenía unos profundos ojos color caramelo, y su cabello castaño caía en cascadas hasta la mitad de su espalda. Rebecca rápidamente se había adueñado del corazón de papi Emmett, y con ello arrastro a Rosalie tambien.

Pero lo que nadie pensó fue que días después, en una rutinaria cita con el ginecólogo, Rosalie se enterara de que estaba en estado de gestación, que tenia aproximadamente un mes, la noticia no fue asimilada muy bien, Rosalie se negó rotundamente hasta que leyó con sus propios ojos un “Positivo” Emmett no cabia en su felicidad al igual que los allegados a la sorprendida pareja. Ese había sido un milagro, un milagro que ahora crecía sano y fuerte en el cálido  vientre de la rubia despampanante que había dejado a un lado su trabajo para concentrarse en su familia, mientras tanto Emmett seguía feliz yendo a su oficina, ganando dinero para complacer cualquier capricho que se les antojara a sus mujeres.

Para Rosalie Liliam Hale no había felicidad plena, hasta que supo de ella en propia mano, primero creyó ser inmensamente feliz al encontrar a su Emmett, que era su otra mitad, su complemento, su pilar para seguir de pie ante las adversidades de la vida, pero lo que jamás pensó fue que su felicidad se multiplicaría por mil, con la llegaba de su pequeña Becca y el inesperado conocimiento de su otro retoño. Al cual ella amaba incondicionalmente, no solo porque era un bebé de ella y de Emmett, sino tambien porque era un milagro.

Por otro lado, Emmett Joseph Cullen se sentía orgulloso de lo que había conseguido, su hermano siempre se burlaban diciendo que el con su inmadurez nunca llegaría a algo serio con una mujer. Pero aquí estaba, al lado de su gatita, su rubia, la dueña de su corazón, que por cierto latía fuerte al tenerla frente a él. El pequeño de los Cullen’s y no lo digo por su tamaño, porque todos sabemos que de pequeño no tiene nada, sino mas bien el pequeño de los Cullen’s en madurez, puesto que parecía un niño atrapado en el cuerpo de un levantador de pesas, estaba contento con su familia, irradiaba tanta felicidad que le era imposible controlarse. Llegando a hacer el ridículo, pero ¿a quién le importaba? Él era feliz. Y solo eso le importaba, su felicidad, la de su rubia, sus hijas y por supuesto su familia y amigos.

Al otro lado de la ciudad una Alice hiperactiva y un Jasper imperturbable, observaban a su hija dormir, por suerte la pequeña había heredado la tranquilidad de su padre, pero para consuelo de Alice, tambien eran una seguidora de la moda, le pedía a sus padres todos los fines de semana ir al centro comercial con el propósito de adquirir una nueva prenda, un nuevo bolso e incluso un par de zapatos a juego con su conjunto. Ellos no se quejaban, eran felices sabiendo que su hija tambien lo era.

Para Mary Alice Brandon, una diseñadora de modas reconocida ya en el mundo, era un grato placer diseñar trajes tanto para su hija, como para sus amigas, a las que ellas consideraba hermanas. No había felicidad en otro lado, ella se sentía única y especial dentro de su estudio rodeaba de bocetos, telas y agujas. Nada la llenaba más de orgullo que ver sus trajes en pasarela siendo lucidos por reconocidas modelos que incluso llegaban a ella por cuenta propia pidiendo un diseño. La pequeña Ali incluso se había arriesgado un poco más, y comenzó a diseñar trajes masculinos, lo cual fue un existo, su primera obra fue modelada por su esposo días después en una fiesta a la que tenían que asistir juntos.

En su corazón Jasper William Hale sentía que  nada era capaz de perturbar su hermoso momento juntos, en las noches cuando todos dormían incluso su hija, se perdían tras la puerta de su habitación y se amaban incondicionalmente hasta que la mañana los sorprendía agotados. Claro que usando siempre protección, ellos se decían así mismos no estar listos para tener otro hijo, así que de disfrutaban mutuamente, pero dentro del margen de seguridad.

Mas al centro de New York, cerca del Central Park Renesmee Carlie McCarty dormía plácidamente en los brazos de Alec Dominic, que después de un buen tiempo de esperar Nessie le dio el “sí” Resulta que Alec era conocedor de que Jacob engañaba a Renesmee con la administradora del condominio donde ellos vivían anteriormente, Ness al enterarse de aquello dejo a Jacob y decidió darse una oportunidad con Alec que le ofrecía amor, comodidad y respeto. Para ella la separación había sido dura, porque aunque sabía que su relación con Jacob cada día se perdía mas y mas en la monotonía, ella le quería, pero al poner los pesos sobre la balanza, se fue por lo seguro, que le ofrecía una vida fuera de una cama.

Sus amigas habían tomado bien la noticia, por suerte ellas no estimaban mucho a Jake, así que les fue más fácil brindarle su apoyo a su pequeña amiga, a  la más joven del cuarteto. La pareja de jóvenes habían quedado en no comprometerse ni en tener hijos por ahora, ellos preferían viajar mensualmente y recorrer el mundo, conociéndose mutua mente sin tapujos ni mentiras. Algo que jamás hubiese sucedido en su antigua relación.

En cuanto a Charlie, ese señor policía de bigote tupido, se había encariñado con Carmen, y velozmente se gano el cariño de Kate, hija de la antes mencionada, ya era momento de que el viudo señor Swan, dejara ir el recuerdo de su esposa y volviera a vivir al lado de otra mujer que le ofrecía un amor cálido y desinteresado. En cuanto a ellos se habían quedado en Forks, ya que ese era el único escenario que conocían, Bella aunque había insistido en llevarlo a Nueva York junto con ella, el había negado rotundamente, quedándose con la promesa de Bella de ir a visitarlo cada vez que pudiese y que mantendría contacto telefónico.

Mientras tanto en la casa del Dr. Cullen, doña Esme preparaba un delicioso asado, ya que esa tarde compartirían una cena especial con todos los miembros de su familia, habían tenido que agrandar la mesa del comedor, cosa que no les molestaba sino mas bien los emocionada, Carlisle Cullen estaba orgulloso de los logros que sus dos campeones habían logrado conseguir, feliz porque los mismo habían encontrado el amor, así como el había encontrado el suyo ya muchos años atrás. Por otro lado en la mente de Esme Cullen miles de recuerdos se rebatían por tomar posesión. Dos pequeños niños jugando en los columpios imaginando ser súper héroes, con sus capas rojas y antifaces, jurando proteger al mundo del mal.

Ella no podía estar más feliz con el resultado, al parecer su esposo y ella habían hecho un buen trabajo criando a sus hijos. Eran unos hombres de bien, centrados y responsables. Capaces de amar y sentir, sin restarles masculinidad y presencia.

-¿Mi amor? –Le murmuro Carlisle a una muy distraída Esme, desde la puerta de la entrada de la cocina. La interpelada, dio un respingo y se giro, regalándole una sonrisa a su esposo, que le respondió con otra.

-Ya casi está. –Respondió ella, al imaginarse que su esposo venia a preguntar por la cena- Solo le faltan unos pocos minutos de cocción. –Añadió, su esposo asintió, se acerco a ella, tomándola de las manos y deposito un beso en su mejilla a lo que ella soltó una risa nerviosa. Aun después de los años, ella se ponía nerviosa ante la cercanía de Carlisle, y el aunque lo disimulada muy bien sentía lo mismo. Todo seguía igual al paso del tiempo. Como su amor.

Por otro lado cuatro parejas se preparaban para partir al encuentro. Bella ya casi lista, ayudaba a su hijo a colocarse una pequeña corbata que el mismo había insistido en llevar, puesto que quería impresionar a Lindsy. En su habitación Edward tambien luchaba con la suya, tratando de hacer el nudo que con cada intento salía peor. Bufó frustrado, lanzando la pieza a la cama mirándose al espejo. –Así estoy mejor… -Se alagó a su mismo. Su Bella, que había estado observando la escena  desde hacía unos segundos, soltó una carcajada, haciendo que un muy avergonzado Edward reparara en su presencia. Ella le sonrió.

-Estoy de acuerdo contigo… -Comentó mientras se acercaba a él, tomando las solapas del saco entre sus dedos atrayéndolo a él hasta si- Así estas mejor… -Murmuró antes de plantar un beso en los labios que Edward que de inmediato lo correspondió.

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-Alice, amor, estás perfecta… -Le dijo Jasper desde la puerta a una Alice sentada en el tocador, que se escrutaba con la mirada tratando de encontrar alguna imperfección. –Amor… -La volvió a llamar su esposo, esta vez ella suspiro y se levanto, mirando a su rubio esposo. - ¿Qué te preocupa Alice?

La mencionada negó, haciendo su sonrisa más amplia. –Nada –Afirmó al tiempo que lo rodeaba de la cintura con sus brazos- Todo está perfecto – Y con eso la pequeña no solo se refería a que hacía más de una hora que su hija estaba lista con un hermoso vestido rosa, ni que su esposo iba usando uno de sus trajes perfectamente confeccionado, sino al hecho de tener a su familia reunida de nuevo. Para ella su familia no eran sus padres, que a apenas vieron la oportunidad de huir habían regresado a España, sino mas bien todos y cada uno de sus amigos con los que había compartió por tantos años.

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-Mami no quiero ese –Decía Becca arrugando su nariz, refiriéndose al vestido rojo que su madre sostenía en sus manos.

-Pero Becca mi amor, este vestido mamá lo compró justamente para esta ocasión- Trato de razonar Rosalie con paciencia. Emmett que desde la cama con el control del televisor en la mano veía la escena divertido, rió fuerte, ganándose una mirada enojada de su mujer.

-No es gracioso Em –Lo reprendió, él asintió indicando que si lo era, se encogió de hombros- ¿Por qué no dejas que ella escoja el que quería Rose?

- Se quiere poner ese vestido azul Emmett, el que se pone siempre. Ya esta usado, no dejaré que use eso. –la rubia frunció el ceño, pero cuando volvió su vista a su hija, la niña ya vestía el mencionado vestido, abrió la boca para decir algo, pero Emmett la agarro tajante.

-Mi amor ¿se te olvido que tú también estuviste así un tiempo con unos tacones rojos que no te los querías quitar ni para ir al baño? –Él alzó una ceja.

“Touché” pensó la rubia al tiempo que suspiraba resignada y asentía antes de volverse a su tocador, y terminar de arreglarse.

*

-¿Ya nos vamos? –Preguntó Nessie a Alec, que sostenía las llaves del auto y caminada de un lado al otro nervioso. El asustadizo chico, alzó la mirada avergonzado y negó- ¿Qué tienes Alec? –Le cuestionó acercándose a él, para toma una de sus manso entre las de ella.

-Estoy nervioso. –Confesó apenado- Es la primera vez que estaremos todos juntos. No quiero dar una mala impresión. –Ness lo miró con ternura, alzó su mano y acarició su mejilla. El muy nervioso chico se relajó un poco.

-Todo saldrá bien. Se tú mismo. –Y con un beso en los labios, el joven dejo de recorrer el departamento como león enjaulado.

*

Se preguntaran ¿qué paso con Tanya, Vanessa y Mike? Pues ¿qué les va a pasar? Están pagando por sus crímenes. Dos en cárcel y una muerta.

La verdad sea dicha, ese trío no estaban solos en esto. Tanya había arrastrado consigo a Jessica y a Lauren, pero estás dos solo fueron cómplices superficiales, solo le conseguían información, así que el juez con ellas no tomó muchas represarías, estarían haciendo trabajo comunitario durante seis años.  Y las dos al ya no ser influenciadas por Tanya habían aceptado sin chistar. Al fin y al cabo no eran gran amenaza.

Por otro lado a los genios y figuras del secuestro del pequeño Dereck, no les iría tan bien, primero porque se habían confesado culpables ante miles de personas y frente a un juez y un juzgado que los miraba acusadoramente, ellos tenían claro que no saldrían bailando y bebiendo de ahí. Era el fin de todos. Después de una semana de intensa investigación, eran miles las pruebas que habían encontrado en contra de aquellas tres personas. Dando el juez así sentencia de cárcel. Vanessa Vulturi asesorada por su padre, se entregó a voluntad propia, cosa que no paso de ser percibida y el juez le dio sentencia de diez (10) años de prisión sin derecho a fianza. La acusada acepto su destino, y cambió sus ropas de diseñador por un traje naranja fuera de moda, con mal olor y desgastado.

Mike Newton y Tanya Denali fueron un caso aparte, salieron huyendo de la ciudad adentrándose al espeso bosque que brindaba la localidad de Forks, lugar a donde habían huido, pensando que no darían con ellos, por supuesto todo había sido idea de la señorita Denali, y el muy tonto de Mike le había seguido como perro faldero. Después de tres días de extensa persecución, dieron con Mike, la parejita se había separado para tratar de despistarlos, pero el hecho era que Tanya le había tendido una trampa a Newton, que para ella representaba una carga y debía librarse de aquella carga cuanto antes.

Mike fue presentado ante el juzgado que muy molesto lo sentenció a veinte y cinco (25) años de cárcel, sin derecho a fianza ni visitas. El asustado hombre dio pelea, se negaba a pasar su vida dentro de una sucia celda, sin comodidades ni una buena alimentación. Al final un muy sedado Mike, terminó compartiendo celda con un hombre que se asemejaba a su peor pesadilla, sin duda la mente de Mike caía por fin en cuenta del error garrafal que había cometido al aliarse con Tanya Denali.

Y hablando de la mencionada, pues déjenme decirles que tuvo una sentencia más dolorosa y sin necesidad de que un juez se la dictara, mientras corría por el bosque, no notó que había entrando en zona de caza, y mientras trataba de huir de los policías que cada vez se acercaban más paso corriendo por el campo de visión de un cazador que en ese momento tenía en su vista un ciervo,  presionó el gatillo y la bala salió disparada, entró en la piel y salió de la misma, pero no del ciervo, que por el estruendo salió corriendo, sino más bien de la cabeza de Tanya que de inmediato cayó al suelo sangrando excesivamente. Dicen que antes de morir pasan frente a tus ojos todos los momentos de tu vida, y es cierto, eso fue lo que le paso a Tanya, segundos antes de exhalar su último aliento, vio pasar su vida, entonces pudo ver que lo único que hizo fue causar daño, lastimar, herir, no dejar ser feliz a los demás y no ser feliz ella. Hundida en el llanto y el dolor, con su último suspiro, pidió “perdón” pero no había nadie que le otorgara aquello que ella pedía, así que cerró sus ojos, y una última lágrima recorrió su mejilla.

Un día después las noticias se expandieron como la mantequilla en el pan, aquel suceso llegó a los oídos de Bella, que lloró en el pecho de Edward la muerte de aquella mujer que alguna vez fue su mejor amiga. Cuando se repuso, pocas horas después pidió a Edward que averiguara donde tendrían a Tanya, el de mala gana lo hizo, y ese día Bella le llevó flores, aunque era cierto que aquella mujer le había causado mucho daño, para ella no era necesaria aquella muerte que aunque había sido un accidente era trágica y violenta.

Pero como ven, es cierto lo de “Causa y Efecto” al menos ya no tendrían que vivir con el temor de que Tanya escapara de la cárcel y volver a atormentar sus vidas. Ella estaba muerta, y aunque era un poco sádico e inhumano decirlo. Era mejor así.

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-Bella, amor te noto distraída –Le susurró Edward al oído, mientras la rodeaba con sus brazos. Una mirada chocolate se posó sobre una mirada esmeralda. Se sonrieron ampliamente. Ya llevaban una hora en cada de los padres de Edward, Esme, Alice y Rosalie se disponían a poner la mesa, mientras que sus parejas les ayudaban.

-Solo pensaba Ed –Le contestó ella, acurrucándose en su pecho. – Pensaba en lo feliz que soy a tu lado, en lo feliz que me hace saber que ya nada nos puede dañar, en lo feliz que se siente tener a tú familia unida. En lo bien que se siente ser Feliz. –Le dijo en tono bajo, su esposo al escucharla, la apretó mas a sí, hundiendo su rostro en el cabello achocolatado de ella.

-Tienes razón mi amor. –Alzó su rostro e hizo que ella hiciera lo mismo- Somos felices. –Le susurró antes de besarla dulcemente en los labios. Después de un minuto que pareció interminable, Alice los interrumpió llamándolos a la mesa, los sonrojados tortolos asintieron, y fueron a tomar asiento al lado de sus seres queridos.

La cena paso muy entretenida, con anécdotas y recuerdos, risas y bromas. Para cuando el último plato estuvo vacio, entre todos los recogieron y fueron a tomar asiento de nuevo, Carlisle tomo su copa que contenía champagne y todos imitaron su acción, incluso Rosalie y Bella que sus copas contenían jugo.  Carlisle empezó diciendo lo muy orgullo que estaba de sus hijos, y de los feliz que se sentía al ser parte de tan hermosa y enorme familia, todos lo miraban emocionados, algunas hasta con lágrimas en los ojos, cuando terminó de hablar hicieron un brindis. Todos fueron diciendo palabras de amor, de esperanza, de alegría. Hasta que fue el turno de Bella, que por cosas del destino había quedado de última. Con ayuda de Edward, se puso de pie.

-Bueno, no sé ni que decir no por dónde empezar –Comenzó a decir al tiempo que pasaba su mirada por el rostro de todos los presentes- Solo quiero agradecerles, por todo lo que me han dado, años de amistad y amor que sin duda son irreemplazables. –Una sonrisa surcó sus labios- Quiero solo dejar algo en claro. Ustedes trajeron a mi vida, tres cosas importantes y vitales para el vivir de una persona.

Su mirada se posó en todos los presentes y sonrió ampliamente - “Confianza” –Comenzó a enumerar- Porque hay que tenerle confianza a una persona para poder darte a conocer como realmente eres, lo bueno y lo mano, para dar a conocer tus virtudes pero aún mas tus defectos. Hay que confiar en que una amistad puede pasar más allá, hasta convertirse en un sentimiento de hermandad, que nos hace ser una –Dijo ahora dirigiéndose directamente a sus tres amigas que la miraban con lágrimas en los ojos- Esa confianza que de a poco se va ganando, con el pasar de los días, de las horas, incluso de los segundos. Esa confianza que nos lleva a la segunda cosa importante… -Tomó una bocanada de aire- “Sentimientos” aquellos que se arremolinan en nuestro corazón para darse a conocer en determinado momento –Isabella, dejó de mirar a sus amigas y esta vez miro a todos- Ustedes, entre todos me hicieron sentir en un determinado momento, un sentimiento.

Para ese momento, incluso en los ojos de Edward se asomaban pequeñas lágrimas, Esme estaba hecha un mar de gotas saladas, al igual que Rosalie, Nessie y Alice. Con otra bocana de aire Bella comenzó a decir nuevamente, ahora mirando a los padres de Edward. –Me han hecho sentir “seguridad” –Miró a Jasper- “tranquilidad” –Ahora fue el turno de Alice- “efusividad” –Le siguió Emmett- “alegría” –Ahora miró a Rosalie- “fuerza” –Miró a Nessie- “ternura” –Le sonrió a Alec- “perseverancia” –Ahora miró a todos los pequeños en la mesa- “esperanza” –Por último posó su mirada en Edward que la miraba extasiado, aun sin soltar su mano- “amor” –Terminó de decir, los miró a todos y continuó hablando- “Amor”… -Volvió a repetir- Que es la última cosa de vital importancia en nuestras vidas, para mí, la más importante, porque ¿a qué se reduce la confianza y los sentimientos? –Bella abrió sus brazos señalando a cada uno- Se recude a esto… A esto simplemente, al hecho de reunirnos aquí hoy, por el simple hecho de compartir. Esto… esto es amor. Y es por eso que para terminar, simplemente les quiero agradecer a todos ustedes, y a mi padre que no está presente, haberme encerrado que lo más importante en el mundo es “Confiar, Sentir y Amar” –Susurró esto último, antes de que todos se pusieran de pie rompiendo en aplausos, rápidamente Bella fue pasando de brazos de unos a otros, todos lloraban, incluso los hombres por tan hermosas palabras. Edward que fue el último en tener a Bella en sus brazos, la miró con admiración y orgullo, y con una promesa de amor eterno, la besó, la besó demostrándole así que cada una de sus palabras eran ciertas, y que esas palabras querían por siempre en la memoria del mundo.

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Bueno, hemos llegado el final. Espero les haya gustado, debo confesar que este capítulo me sacó lágrimas jejeje. Oigan pero no se me depriman, no es un Adiós. Ahora nos veremos en MI HIJA (+18) y próximamente continuaré escribiendo “Los Ojos que Cambiaron Mi Vida”, que ahora llega repotenciada y con una trama más o menos diferente. Ahora sin más nada que decir a demás de un enorme GRACIAS. Me despido. Su siempre amiga.

PrincessCullen.

 

PD: Aún no sé si hacer un epílogo. Para mí, esté final fue hermoso e imposible de superar. Espero sus opiniones. 

Capítulo 43:

 
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