Confiar, Sentir y Amar (+18)

Autor: PrincessCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 08/08/2011
Fecha Actualización: 30/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 230
Visitas: 112125
Capítulos: 44
(Finalizado)
Como dicen por ahí, después de la tormenta, viene la calma. Así paso en mi vida, luego de sufrir incontables veces, la vida me había sonreído. Ahora era plenamente feliz al lado de mi familia y amigos. Pero sobre todo, al lado de mi Edward.
PrincessCullen.
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Capítulo 4:

Al día siguiente la alarma del celular me despertó. Gracias a Dios no tenia dolor de cabeza, hoy volvíamos a Forks, lugar que representábamos en las competencias, que por supuesto habíamos ganado, camine hacia el baño, entre y cerré la puerta, me cepille los dientes y en cabello, me asee, me lave la cara y salí rumbo a la sala, tome el teléfono y pedí el desayuno.
Volví a la habitación y tome una ducha rápida cuando salí, me vestí sencilla, me hice un cola en el cabello, y me maquille ligeramente, estaba terminando de arreglarme cuando tocaron la puerta.
Salí y abrí la puerta, agradecí al chico y tome el carrito.
Puse todo en la mesa y fui a llamar a las chicas, Ali y Rose fueron fácil pero Nessie estaba tan profunda que me rendí y la deje.
- Y Nessie? - pregunto Alice.
- Durmiendo - dijimos Rose y yo al unisonó, lo que provoco las risas de las tres.
Nessie se levanto mas al rato, acompañe a las chicas a desayunar, cuando terminamos, las chicas se fueron
a arreglar, yo les escribí una nota, diciéndoles que iría a comprar unas cosas antes de irnos, deje la nota
en la mesa y salí.
Por suerte los reporteros no estaban, tome un taxi, y le indique que me llevara al centro comercial. Tenía 
la intensión
de comprar dos o tres libros nuevos, ya que la biblioteca de Forks ya la había recorrido de arriba abajo y no encontré lo que buscaba.
Llevaba 2 horas fuera de la biblioteca a la que fui, había adquirido tres libros: Cumbres Borrascosas, Twilight y  Orgullo y prejuicio, estaba caminando frente a una cafetería cuando se me vino a la mente, mi salvador de ojos verdes... Edward.
¿Y si no lo volvía a ver? ¿ Y si me quedaba con las ganas de verlo? ¿El querría verme tambien? ¿Me recordaría?. Decidí que quería volver a verlo, busque en mi cartera, mi celular y su tarjeta, marque el numero y presione la tecla llamar. Como al tercer timbre atendió.
- Hola - dijo.
- Hola Edward - le dije con tono nervioso.
- Bella? - cuestiono. Si me recordaba¡¡¡.
- Mmm, si, como lo supiste? - pregunte como quien no quiere la cosa.
- Como olvidar la voz de tan bella dama - dijo, a me lo podía imaginar sonriendo.
- Gracias por el alago - dijo sinceramente.
- A que debo el honor de tu llamada? - me cuestiono.
- Bueno, hoy regreso a mi hogar, y quería saber, si te apetecía ir a tomar un café - los nervios me comían por dentro.
- Claro, me encantaría, donde nos vemos? - me pregunto encantado.
- Que te parece en el "Italiana Bistró"? -.
- me parece perfecto - acepto.
- La reservación estará a mi nombre - le informe.
- De acuerdo, nos vemos bella dama -  dijo divertido.
- Adiós - colgué.
Le pedio al mesero que me llevara a una mesa para dos y que sea discreta me senté y le mande un mensaje a Alice.
Llevaba 15 minutos en aquel lugar cuando en frente de mi se pareció un chico alto, corpulento, llevaba puesto un pantalón de mequilla, un cinturón negro, una camisa gris oscuro que marcaba su perfecto torso y uno zapatos deportivos. Pero lo que más me gusto... sus ojos...
- Edward - dije casi sin aliento.
- Hola Bella - dijo entregándome una hermosa rosa blanca.
- Que hermosa, gracias -.
- Una bella rosa, para una bella dama - dijo sonriendo.
Se sentó frente a mí.
- Así eres con todas? -.
- Solo con una -.
- Así? - cuestione con tono burlón.
- Si, cierta chica que conocí en un bar, la salve de que se callera, sabias? -.
- Vaya eres todo un héroe - dije riéndome.
- Por cierto era una chica muy hermosa, pero algo en ella me cautivo por completo-.
- Así, que fue?-.
- Sus ojos... Dios, de un intenso color chocolate, los ojos más bellos que he visto en mi vida - me sonroje hasta más no poder.
- Y su sonrojo... el más adorable del mundo - dijo poniendo una mano en mi mejilla.
- Vaya, esa chica como que te trae de un ala no?-.
- Si, esa chica me encanto - confeso.
- Y como se llama? -.
- Bueno se llama... Tanya - dijo él con cara de fastidio mirando a la puerta del restaurante.
- Que?¡¡¡ - casi grite.
- No, no, no, Bella, sabes que mi chica de ojos chocolates eres tú, es solo que... - iba a continuar, pero...
- Eddie - grito una voz nasal que yo conocía bien.
- No puede ser - dije con tono neutral y con la mirada pérdida en el techo.
- Eddie, corazón no esperaba verte aquí con... Swan - dijo con odio.
- Denali - dije con el mismo tono.
- Ustedes se conocen? - pregunto Edward extrañado.
- Bueno, Edward... - empecé a decir pero la muy estúpida me interrumpió.
- Claro Eddie, tenemos la misma profesión - dijo con una sonrisa mas falsa que sus senos de plástico.
- Ahh, entonces eres patinadora - dijo Edward entendiendo. Yo solo asentí.
- Bueno, Edward me tengo que ir, te veo luego - dije parándome de la mesa.
- Bye Swan - dijo Tanya con una sonrisa triunfante.
- Pero Isabella... - no lo deje continuar.
- Adiós Edward - dije cortante y me fui.
 Iba a tomar un taxi cuando Edward me llamo.
- Que pasa Edward? - dije encarándolo.
- Se te olvido algo - dijo mostrándome la rosa.
- Gracias -.
- te puedo llevar? - pregunto.
- Que pasa con tu novia? - responde.
- Tanya, no es mi novia -.
- Claro -.
- Déjame llevarte y te cuento en el camino - dijo sonriendo.
- De acuerdo - respondí a su sonrisa, me ofreció su brazo, yo dude pero lo tome, caminamos unos 5 minutos y nos detuvimos frente 
a un flamante volvo. Yo sonreí.
- Ven, sube - dijo abriendo la puerta del copiloto.
- Gracias - dije entrando al auto.
El cerró al puerta, rodo el auto y entro, encendió el auto y este radio, el sonrio complacido.
- Adonde señorita? -.
- Al Rose Imperial, por favor - conteste, sus ojos brillaron de una manera especial.
- Te hospedas ahí?- pregunto.
- Si, pero hoy regreso a mi casa en Forks.
- Vives el Forks?.
- Si.
- Entonces tengo más oportunidades de verte, tambien vivo en Forks.
- En serio?- ya para esto estaba sonriendo como una boba.
- Si, solo estoy por aquí por negocios - me informo.
- Que bien, dime que hay entre Denali y tú? - le solté de golpe.
- Nada, ella y yo no somos nada, ella ha estado detrás de mí desde que nos conocimos, hace como dos o tres años.
- Wow, tanto tiempo, esa estúpida definitivamente no tiene cerebro.
- No te cae bien Tanya?.
- Que?¡¡¡, Estas loco??¡¡¡, ella me odia más o tanto que yo a ella, somos enemigas prácticamente desde que nos conocimos, créeme si nos encerraran en un cuarto a ella y a mí la encuentran muerta - espete.
- Hey Bells, cálmate, ya entendí, no se llevan bien.
- En pocas palabras no.
- Ya veo.
- Bueno cambiemos el tema, a que te dedicas? - le pregunte.
- Soy dueño de una línea de hoteles muy reconocida alrededor del mundo - dijo orgulloso.
- Que bien¡¡¡, como se llaman tus hoteles?.
- Rose... - pero en eso sonó mi teléfono.
- Disculpa - me disculpe.
- Tranquila, atiende - me invito.
- Hola - conteste viendo por la ventana.
- Bella¡¡¡, donde demonios estas??? - grito Alice histérica.
- Alice, mira ... - me quise explicar pero me interrumpió.
- Te quiero aquí ya, Falta una hora para volver a Forks - grito.
- Alice cállate y escucha - le grite de vuelta.
- No me grites Bella - dijo con tono neutral.
- Entonces no me grites tú a mí.
- Perdona, es solo que pierdo el control-
- Tranquila Ali, ya estoy llegando.
Colgué.
- Era mi amiga, dentro de una hora nos vamos a Forks y nos quiere allá ahora - dije guardando mi teléfono.
- Ya veo. Pero mira mientras hablabas llegamos - dijo señalando hacia la ventana.
Y Efectivamente, estábamos estacionados frente al hotel.
- Bueno, adiós Edward -  me despedí abriendo la puerta del auto.
- Bella, falto algo - dijo tomando mi mano.
- Que? - dije mirándolo.
- Esto - dijo acercándose a mí y me dio un beso en la mejilla yo me sonroje hasta más no poder.
- Si, bueno, hasta luego Edward - lo vi sonreír mientras se iba. Entre al hotel subí a mi habitación, antes de entrar ya  tenía a Alice encima.
- Bella¡¡¡, Bellita¡¡¡, amiga, tu sabes que te quiero mucho - yo ya sabía su truco.
- Que quieres saber? - pregunte suspirando.
- Con quien estabas?.
- Donde están la chicas? - hasta ese momento no las había visto.
- Están vaciando las tiendas del hotel - dijo - Pero respóndeme.
- Ok, estaba tomándome un café con Edward.
- Edward... donde me suena ese nombre?.
- Bar, barra - dije como quien no quiere la cosa viendo mis uñas.
- hayyyy¡¡¡ ya se, el chico guapo del que por cierto tenemos una charla.
- Mira te contare todo si prometes no interrumpir.- Ella asintió.
Entonces empecé a contarle todo desde la noche pasada hasta el café de hoy, que por cierto no había podido disfrutar gracias a la interrupción de la zorrita de Tanya. La sonrisa de Alice se hacía cada vez más grande hasta que le dije lo ocurrido con
Tanya. Su sonrisa volvió a aparecerse cuando le dije que Edward me trajo.
- Wow, ustedes tienen un amor en un futuro.
- Alice que cosas dices?. Esa duende tenía una especia de visiones que casi siempre o siempre para exactas, eran ciertas.
- Créeme amiga, ahora ven, llamemos a las chicas, es hora de irnos - y así dimos el tema por concluido.

3 horas más tarde ya faltaba poco para que cruzáramos la frontera de Forks, Nessie estaba durmiendo, Rose hablaba por teléfono y Alice
leía una revista, cuando me llego un mensaje.
Leí la pantalla y decía "Salvador de ojos verdes". Sonreí.
"Te parece si nos vemos el viernes en las fronteras de Forks?"
Sonreí al ver el mensaje, el viernes no tenía nada que hacer, así que si podía ir, así que rápida mente teclee una respuesta.
"Seguro, así conoces a mi bebe"

"Vaya, eso no me lo esperaba, bueno, los espero a los dos el viernes, besos bella dama"

Sonreí mientras le respondía.

"Hasta el viernes amable caballero"

Nuestra primera parada, fue la urbanización en la reserva la Pus, donde se quedaba Nessie, nos expedimos y nos adentramos mas en el aquel frio lugar, luego dejamos a Alice y Rose ya que ellas Vivian en las primeras mansiones que se asomaban en el bosque, por ultimo yo, ya que mi casa que en realidad era una mansión, estaba más apartada que las demás, se encontraba en medio bosque, una vez dentro de mi "mansión"
deje las maletas en la entrada y fui a la cocina por una taza de café, me fui a la gran sala de estar me senté en el sofá y mire hacia el techo.
Así era todo, una gran toda, donde vivía sola, así es como me sentía, sola... mis amigas me la hacían pasar bien cuando estábamos juntas pero al final del día volvía a mi oscura realidad, decidí tomar mis maletas subir a mi habitación y desempacar, no iba a vagar más tiempo sola, me acosté, no me había dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que los ojos se me cerraron solos.

Capítulo 3: Capítulo 5:

 
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