Confiar, Sentir y Amar (+18)

Autor: PrincessCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 08/08/2011
Fecha Actualización: 30/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 230
Visitas: 112135
Capítulos: 44
(Finalizado)
Como dicen por ahí, después de la tormenta, viene la calma. Así paso en mi vida, luego de sufrir incontables veces, la vida me había sonreído. Ahora era plenamente feliz al lado de mi familia y amigos. Pero sobre todo, al lado de mi Edward.
PrincessCullen.
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Capítulo 39:

Hola mis hermos@s lector@s, siento muchísimo la demora, pero estoy en 3er lapso y tengo que poner mi mayor empeño a las clases para acumular los puntos que me faltan para pasar todas mis materias, así que espero me perdonen por tardar 26 días en actualizar jeja, quiero dedicar este capítulo a mí sobrina RbBlack, y a mi querida SolCullen que mientras escribía hablábamos por chat de Facebook, dándonos ideas mutuamente, jeja, espero te haya ayudado Sol <3. Quiero proponerles algo, prometo actualizar seguido sí mi fic logra cambiar de pagina ¿sí? ¿Pueden ayudarme? Estaré re contenta, y escribiré como loca, para complacerlas, ahora sin más preámbulos l@s dejo leer. Cariños. PrincessCullen.

 

Bella POV

 

Ya habían pasado cinco meses, desde que Dereck estuvo oficialmente entre mis brazos, protegido en casa, Edward había retomado su trabajo, por ende estaba de nuevo llegando tarde, la soledad no me afectaba tanto ya que mi bebe representaba mucha distracción y tiene mi atención la gran mayoría del día, pero en la noche, cuando mi hijo dormía, me pegaba fuerte su ausencia, pero bueno, al menos lo veía en las mañana y a veces en los medios día.

 

Según Edward, al final de este mes, dejaría de trabajar hasta tarde, y me daría una sorpresa que me alegría por el resto de mi vida, se que era algo muy exagerado, pero no le decía, nada, prefería esperar, a ver cuál era la dichosa sorpresa, debo decir que mi animo había decaído, sin si quiera saber porque, con Edward era algo fría, y sabia que eso a él le dolía, pero no decía nada, solo se tragaba sus palabras, al igual que los chicos menos Rosalie claro, que mas de una vez me había tratado como una adolescente diciéndome que tenía un hijo y que andaba molesta, era algo vergonzoso que una de mis mejores amigas me dijera esas cosas.

Hoy estaba del peor animo del mundo, Dereck se había despertado llorando, y lo había tomando en brazos para tratar de calmarlo, pero en vez de eso, comenzó a llorar con aun más fuerza, así que me desespere, y llame a Carmen, ella de inmediato llego hasta donde estaba en la habitación del bebe, el cual se lo entregue con cuidado y salí echando humo, en parte mi mal humor se debía a que Edward no había llegado a dormir ayer, y me hacia muchísima falta,  desde que mi bebe llego a casa, no había podido tener a Edward entre mis brazos en cuestiones intimas y extrañaba a horrores el contacto con su piel, además de que estaba re estresada, mis patrocinadores estaban presionándome para que asistiera a los eventos que se aproximaban, donde se encogerían a unas nuevas patinadoras que competirían para representar a Forks en las nacionales de este año, y por supuesto me querían a mí en el panel de jueces además de que mi entrenador Félix deseaba que hiciera un nuevo numero para la inauguración de las competencias antes mencionadas. Baje a la cocina, divise el reloj de la pared, eran casi las 11 de la mañana, suspire pesadamente, aun no había rastro de Edward y ahora en vez de enojarme estaba preocupándome, el nunca había llegado tan tarde y mucho menos había estado sin llamar para avisar que aun que sea estaba bien. Tan distraída estaba que no había notado que sobre la encimera ya estaba mi desayuno listo, tome asiento en uno de los bancos frente a la encimera, y comencé a comer sin mucho ánimo, como media hora después apareció Carmen con mi bebito en brazos, sonreí al verlos, me puse de pie y le quite a mi hijo acunándolo en mis brazos, bese su frente y suspire, mi hijo era hermoso,  sus cabellos broncíneos como los de su papá ya invadían su pequeña cabecita, su piel blanca con pinceladas rosáceas, sus labios finos como los de su papa, y ojos marrones, no como los míos, los de él eran mucho más claros, como los de un gatito, era hermoso, definitivamente, cuando pose mi mirada sobre los preciosos ojos de mi hijo de mi cuerpo se esfumo todo rastro de molestia o preocupación, esa pequeña criaturita en mis brazos era una de las razones de mi existir, era extraño, como puedes amar a dos personas a la vez y con la misma intensidad, pero de diferente manera. Le agradecí a Carmen el desayuno, y con mi bebe subí a mi habitación, con cuidado lo deje sobre la cama rodeándolo con las almohadas para que no se moviera de allí, fui hasta mi armario y tome un traje de baño azul, ya que Edward no estaba me divertiría con mi otro hombre, me cambie rápido, luego tome a mi hijo y fui hasta su habitación donde le coloque un hermoso traje de baño que consistía en un pequeño boxersito que tapaba muy bien su pañal, baje con él, y nos perdemos tras la puerta donde estaba la piscina climatizada, tome dos toalla del armario que se encontraba a un lado y las deje sobre una de las sillas, con cuidado me fui adentrando a la piscina, mi bebe cuando sintió el agua tocar su piel, se removió inquieto, pero lo calme, meciéndolo un poco, y haciendo caras graciosas con las cuales el reía a gusto, minutos después ya se encontraba chapoteando con sus pequeñas manitas, mientras yo lo sostenía del torso, balbuceaba cosas sin sentido, y eso me hacía ilusión, no podía esperar a que dijera “mama” o “papa”.

Estuvimos unas cuantas horas más jugando con el agua, mi hijo movía las piernitas como un perrito, me hacia reír mucho, hacia puchero cuando no lo soltaba, para que se moviera libremente, pero me daba algo de miedo dejarlo así en el agua, así que me limitaba a sujetarlo por el pañal, cuando me dije que ya era suficiente, salimos del agua, lo envolví en una toalla, y comencé a secarlo, el reía sin parar, le estaba haciendo leves cosquillas, sus risas me contagiaron y comencé a reírme yo tambien.

-Que bella imagen… -oí la voz de Edward a mis espalda,  gire mi rostro y ahí estaba mi dios griego vestido con unos vaqueros y una playera blanca, ¿Cuándo había llegado a casa?, no pude evitar sonreí, el se acerco y se arrodillo a nuestra altura, nos rodeo con sus brazos, mi hijo dio un vuelco en mis brazos- Traidor… -Murmure, entregándole a Edward el bebe, mientras el reía por mi comentario.

-¿Cómo estas amor? –dijo una vez que salíamos del área de la piscina, hacia la puerta de salida.

-Bien –Sonreí, ya ni siquiera me acordaba del porque mi molestia de hacia unas horas- ¿Y tú? ¿Por qué no llegaste anoche? –No pude evitar preguntar.

-Lo siento muchísimo mi amor… -Me rodeo con su brazo libre, atrayéndome a su cuerpo, sentí mi piel erizarse bajo la toalla que cubría mi cuerpo, suspire, y él lo noto, alzo una ceja sugestivamente, pero se torno serio de nuevo y continuo hablando- Es que unos proyectos se están tornando un poco fastidiosos, además de que tu sorpresa, puede que se retrase… -Hizo un puchero adorable, en eso Dereck lloriqueo llamando nuestra atención.

-Tengo que cambiarlo… -Anuncie, lo tome en brazos y subí a su habitación con Edward pisándome los talones, cuando llegamos deje al bebe en su cuna, y fui por una ropa cómoda y un pañal seco, después de cambiarlo, Edward se ofreció a darle el biberón mientras yo iba a cambiarme, sonreí, y accedí, pero cuando estuve dentro de nuestra habitación no quise simplemente cambiarme, me daría una ducha, entre al baño y me despoje de la toalla y el traje de baño, abrí las llaves y entre directo bajo el chorro de agua, la temperatura del agua estaba tibia, divina, me relaje al instante, no sé cuánto tiempo estuve bajo el agua, pero sé que fue mucho tiempo, porque Edward entro al baño, y me sobre salte, baje mi mirada por su cuerpo, estaba desnudo, hermoso, perfecto, no pude evitar gemir al verlo así, el lo tomo como una invitación, entro a la ducha conmigo, y me acorralo contra una de las esquinas, cuando sentí los azulejos pegar con mi espalda, la arquee, rozando mi vientre contra la entrepierna de Edward, que soltó un gruñido.

-Y… ¿y Dereck? –Pregunte con la voz entrecortada, ya que Edward estaba besando mi cuello, y sus manos acariciaban mis glúteos- Esta dormido amor… -Murmuro contra mi piel, haciendo que cerrara los ojos, mis manos acariciaron su pecho mojado, lo sentí estremecer.

-Bella… -Susurro en mi oído, sentí mi cuerpo desfallecer, el sabia el control que tenia sobre mi cuerpo, y le encantaba aprovecharse, sentí sus dientes atrapar el lóbulo de mi oreja, y lamerlo con su lengua, suspire de puro placer, mientras hundía mis uñas en la piel de sus hombros, alce una pierna, rodeando con ella su cintura, lo atraje más hacia mí, lo oí gruñir cuando su erección choco con mi entrada.

-Edward… -Gemí, haciendo mi cabeza para atrás, al parecer eso fue lo que basto para que se decidiera, me tomo de las piernas, y me penetro de manera rápida y deliciosa, lo que provoco que de mi pecho, saliera un ronroneo felino, eso lo excito, lo pude ver su rostro cuando se dibujo en él una sonrisa pícara, me aferre a él con brazos y piernas, comencé a moverme sobre él, sintiéndolo entrar y salir de mi ser, haciéndome delirar, al mismo tiempo que el movía sus caderas contrarias a las mías, haciendo que nuestros sexos chocaran divinamente.

Mientras nuestros cuerpos se frotaban con intensidad, el ambiente estaba inundado con nuestros gemidos y jadeos, enrede mis dedos en sus cabellos cobrizos, atrayendo su rostro al mío, atrape sus labios en un fiero beso el cual el respondió de inmediato, nuestras lenguas danzaban en mi boca, era una guerra que ninguno de los dos iba a perder, mordí su labio inferior cuando mis paredes vaginales se contrajeron entorno a su miembro haciendo que el roce de nuestras pieles fuera aun mas fuerte e insoportable.

Edward profirió un gruñido animal, cuando se vino dentro de mí violentamente, escondí mi rostro en su cuello y mordí la piel de allí mientras yo bañaba su pene con mis fluidos de excitación, los dos quedamos jadeantes, con los ojos cerrados disfrutando de las caricias del otro.

-Te echaba tanto de menos mi Bella… -Susurro contra mi cabello, suspire, yo me sentía igual- Juro que mi cuerpo reclama el tuyo con tanta intensidad que hasta duele… -Beso mi frente, yo alce mi rostro y lo mire fijamente, el me sonrio de esa manera que hace que mi corazón se detenga y luego lata como loco.

Seguimos dándonos amor, hasta que el agua se puso helada, por lo que nos enrollamos en unas toallas y caminamos a la habitación, cuando me disponía a sacar la ropa de los cajones, Edward me abrazo por detrás.

-¿Qué crees que haces…? -.

-Iba a vestirme… -Respondí en un hilo de voz.

-No Isabella… Aún no termino contigo… -Me hizo girarme, poso sus manos en mi cintura, y me dejo sentada en el mueble de madera frente a nosotros mientras dejaba caer la toalla húmeda al suelo, el quito la toalla de su cintura, y sonreí al ver lo preparado que estaba para mi, sin poder evitarlo lleve una de mis manos a su erección y comencé a acariciarlo, de la manera en la que sabía que lo volvería loco, mire su rostro transformado en una mueca de placer, mordí mi labio inferior traviesa, y apreté su pene, abrió los ojos, y había fuego en ellos, yo ya estaba más que húmeda.

Beso y lamio, desde mi oreja hasta mi vientre, yo hice mi torso hacia atrás, apoyándome de las palmas de mis manos, Edward tomo mis piernas y me acerco mas al borde del tocador, un leve grito escapo de mis labios cuando su cabeza se hundió entre mis piernas y su lengua se perdió entre los pliegues de mi feminidad, definitivamente el quería matarme, pero de placer, su lengua torturaba sin piedad mi clítoris, mientras sus labios saboreaban sin medida toda la extensión de mi vagina, yo mientras mantenía la espalda arqueada, con mis ojos fuertemente cerrados, mis manos estaban hechas puños, y cada vez sentía mi orgasmo más cerca, la lengua de Edward se movía hábilmente dentro de mí, tome su mano derecha quitándola de mi muslo y la pose sobre mi seno, el lo apretó, y jugó con mi pezón entre los dedos.

Estaba perdida en un espiral de pasión y sexo, unas cuantas lamidas mas y explote en su boca, haciéndome gemir fuertemente, jale su cabello y entendió el mensaje, se puso de pie, me tomo de la cintura y entro en mi de una sola estocada, arrancándome un gruñido que vino de lo más profundo de mi pecho, aruñe la piel de tu abdomen y el contrajo los músculos de esa zona, sonreí, lo mire cerrar los ojos, y hacer muecas de placer, ver Edward así excitado y completamente entregado al momento me estaba volviendo loca, tanto que no necesite mas de unas varias embestidas para venirme, pocos segundos después se vino él, y como en la ducha, nos abrazamos, jadeando.

-Te amo Edward… Te amo demasiado… -Sonreí al decirlo, mientras acariciaba la piel de su espalda.

-También te amo mi Bella… no sabes cuánto… -Beso mi hombro izquierdo, me tomo en brazos, y camino hasta la cama, donde me deposito con mucha dulzura, se posiciono sobre mí me sonrio de lado con ternura, suspire sin poder evitarlo, se sentó al borde de la cama, tomo una de mis piernas y comenzó a besarla con devoción, mientras sus manos la acariciaban en apenas un ligero tacto, pero se sentía tan bien. Cerré mis ojos disfrutando de sus caricias y besos, sentí como cambiaba de pierna, y seguía con sus suaves y delicados besos, y sus apenas perceptibles caricias, subió sus labios a lo largo de mis piernas, mientras sus manos se deslizaban por los costados de mis muslos, me estremecí cuando llego a mi intimidad, le dio unos leves besos, pero siguió su recorrido, lamio parte de mi vientre, siguió así hasta que llego a mis senos donde lamio entre ellos, estaba siendo tan dulce y pausado, ya me tenia humedad y lista de nuevo, pero él no presto atención a eso, continuo con su endulzante dulzura, era increíble cómo podía cambiar tan rápido, apenas hacia un momento, era un completo animal, poseyéndome, ahora era todo lo contrario, me estaba haciendo el amor, si, pero solo con sus manos y sus labios. Estaba amándome de una manera que me hacía sentir en las nubes.

-Date la vuelta amor… -Musito, obedecí como niña buena, me acosté boca abajo, apoyando mi barbilla de mis brazos, sentí como coloco sus piernas a cada lado de las mías, mientras sus manos acariciaban toda la extensión de mi espalda, y sentía sus labios en mi cuello, ladee mi cabeza, mordiendo mi labio, atrapando y tragándome mis propios gemidos, con mis ojos cerrados, mi cuerpo se relajo completamente, Edward estaba siendo tan dulce y tierno, que me quede adormilada, cuando sentí, que paso sus brazos bajo mi cintura, alzándola, abrí mis piernas por instinto, entonces de hundió en mi.

Un poco más tarde, bueno mucho mas tarde, abrí los ojos, todo estaba oscuro ¿ya había anochecido? ¡DIOS!, hice ademán de levantarme de la cama, pero los brazos de Edward no me lo permitieron, me tenia fuertemente sujetada contra su cuerpo, sonreí mirándolo, se veía tan tierno con su pelo mas desordenado de lo normal, los momentos vividos esta tarde tenían mi mente invadida, luego de ese momento dulce donde Edward recorría cada rincón de mi cuerpo, lo habíamos hecho sin medida, en miles de posiciones, pero siempre con amor en nuestros corazones, en mi piel estaba tatuada a fuego su forma de amar, de besar, de acariciar, suspire, acaricie su mejilla con el dorso de mi mano, el se removió y aflojo su agarre, solté una leve risita, deje un casto beso en sus labios, y me levante, tome su camisa del piso, me la puse, lleve mi mirada al despertador sobre una de las mesas de noche y este marcaba las 8:20 de la noche ¿tanto tiempo estuve con Edward?, negué divertida, definitivamente Edward era mi perdición, sin hacer ruido, Salí de la habitación, me encamine a la pieza de mi hijo, el cual dormía plácidamente, todas las luces de la casa estaban apagadas, supuse que Carmen se habría ido a casa, o estaba en su habitación en la planta baja. Baje las escaleras tratando de no hacer ningún sonido, no quería despertar a mis amores, cuando llegue abajo, pude notar que la luna estaba en todo su esplendor, no pude evitar, salir a la terraza, así hiciera un frío de los mil demonios, esa luna era algo que valía la pena admirar. Como diez minutos después, sentí los brazos de Edward rodearme, junto con una manda, sonreí, y me acurruque en su pecho.

-Es hermosa… -Comente mirando la luna.

-Ni tanto, si tu estas aquí y se puede comparar… -Beso mi coronilla.- Te amo Isabella Swan… Y sueño con estar contigo para siempre… -Sus palabras calaron hondo en mi corazón, me abrace fuerte a él, y así nos quedamos un rato más, envueltos en nuestra propia burbuja de amor.

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Bueno, aquí esta, ¿Qué les pareció? Espero sus votos y comentarios.

Quiero agradecer a:

-Silmo

-SolCullen

-RbBlack

-Martha

-GinnaDeCullen

Que siempre con sus comentarios me hacen seguir adelante, en serio gracias chicas. También mis agradecimientos a todas aquellas que pasan silenciosas. Miles de besos.

PrincessCullen.

Capítulo 38: Capítulo 40:

 
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