RECUPERANDO TU AMOR (+18)SUMMARY:

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/07/2011
Fecha Actualización: 25/05/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 103
Visitas: 100800
Capítulos: 40

 Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, pertenecen a la amravillosa SM, yo solo juego con ellos.


SUMMARY:

Edward Cullen no tuvo mas remedio que separarse de su esposa Isabella Swan, obligado por las circunstancias. Cinco años después un acciente fortuito hace que se reencuentren. Edward se enteta de que Bella vuelve al pueblo y ésperando verse pronto libre de esas circunstancias y de momento enfrentándose a ellas, decide hacer lo que debería haber hecho hace tiempo:luchar por ella y recuperar su amor.

 

 

 

 

PROLOGO

No sabía en qué momento exacto me había enamorado de Bella Swan. Solo sabía que la había amado toda mi vida. Yo creo que ya estaba enamorado de ella cuando a la edad de diez años mis padres, Edward y Elizabeth junto con los de Rose, William y Rosalie,  morían en aquel horrible accidente de tráfico,  y los Swan me acogieron en su casa como a un hijo mas.

Pero  los celos enfermizos de una persona sin escrúpulos, mala y despiadada y el ansia de venganza de otra no menos despiadada, nos habían separado de la manera más cruel.

Emmet, se había quedado dormido a mi lado. Eche hacia atrás el respaldo del asiento del avión que me llevaba cada vez más cerca de ella, en un intento por dormirme. En cuanto cerré los ojos mi mente evoco cada uno de los momentos vividos a su lado. Me abstraje del tal manera, que casi podía sentir sus manos acariciándome, sus labios besándome, su olor… hasta que la voz de la azafata anunciando la llegada del vuelo me saco de mi sueño.

Mientras caminaba por el largo pasillo, mi corazón latía furiosamente, los nervios se me  habían acumulado en el estomago nada más cruzar la puerta del hospital. Hoy la vería después de cinco interminables años, en los que no he dejado de adorarla, amarla y recordarla ni un solo instante. Cinco largos años en los que no he dejado de odiarme a mí mismo por lo que la hice. ¿Cómo pude ser capaz? ¡Dios, me siento tan miserable! ¿Cómo va poder ella perdonarme algún día si yo mismo no puedo?

Mi madre adoptiva, René Swan, aun  estaba en la UCI y allí solo podía estar una persona. Rose dijo que se quedaba con ella mientras Emmet y yo nos fuimos a buscar a Bella. Cuando mi hermano y yo llegamos al mostrador, Emmet se dirigió a la enfermera para preguntar por mi amor.

__ Hola buenos días ¿La Doctora Swan, por favor?

__ Estoy aquí hermano, __  dijo una hermosa voz detrás de mí y al instante todos mis sentidos se pusieron en alerta. Me volví como en cámara lenta y allí estaba ella, tan preciosa,  tan dulce, tan real después de años de recordarla. Recuerdos, que no la habían hecho ninguna justicia. Estaba mucho más guapa que en mis sueños, mas mujer,  el embarazo y el haber tenido una hija le habían sentado genial. La ropa que traía puesta, el típico pijama y bata verde con el que solía vestirse un médico,  me intimidaba, nunca la había visto vestida así. Nos quedamos mirando durante un largo rato, cada uno sumergido en la mirada del otro, como antes, como siempre hacíamos, de repente todo el dolor y el sufrimiento parecían haberse borrado, solo estábamos ella y yo. No había nadie más. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho,  mi piel estaba erizada y mi cuerpo, bueno mi cuerpo era un caso aparte

__ ¿no me vas a saludar? , __ dije adelantándome hacia ella con intención de darle un beso en la mejilla

__ Hola Edward, __  dijo echándose para atrás totalmente impactada de verme ahí, estaba claro que no me esperaba. __ ¿Qué tal?

__  Bien, __   Conteste  con el corazón encogido por el dolor del rechazo, __ tú estás muy guapa. _  Dije mirándola con amor, con ese amor que sentía por ella, con adoración con ternura.

__  Gracias, __  dijo sonrojándose y devolviéndome la mirada con esa expresión que ponía siempre que estaba preguntándose algo

__ ¿De verdad está todo bien? , __   la volví a preguntar

__  Bueno ahora mejor, ya paso el susto. __  Y volvimos a perdernos el uno en la mirada del otro. ¡Dios, Como amaba a esa mujer! Que ganas de estrecharla en mis brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Y como si mi cuerpo obedeciera una orden de mi subconsciente, me acerque a ella y la abrace.  Que maravilloso era volver a sentir en mis brazos ese delicado cuerpo que tan bien encajaba en el mío, volver a disfrutar de ese olor que no había cambiado con el tiempo, volver  a rozar su piel. Pero ella después de devolverme el gesto durante un maravilloso momento,  rompió el abrazo.

__  ¿Dónde está Tanya?,-__ dijo preguntándome por la mujer que yo más odiaba en este mundo y rompiendo la magia del  encuentro.

__ Ella no ha venido Bella, hemos venido solos Emmet y yo

__ Bella ¿Cómo estás?, __ dijo Emmet rompiendo la tensión.

___Bien, bastante bien… dentro de lo que cabe, __  contesto ella. Yo era incapaz de apartar la mirada de su rostro, era tan hermosa  __ ¿Habéis visto ya a mama?__  Pregunto.

__ Si Rose nos fue a recoger al aeropuerto. Vinimos directamente para acá. No hemos podido hablar mucho con ella, ya sabes que en la UCI no puede estar más de una persona, así que hemos tenido que entrar de uno en uno. Rose se ha quedado con ella y nosotros hemos venido a buscarte, queríamos verte.

__ ¡Mama, mama! , __  dijo de repente una voz detrás de nosotros__, ¡Tía! dijeron otras dos. _  Bella se volvió en el acto y los miro a los tres críos con una cara de muy pocos amigos y ellos captaron el mensaje.

__  Vale, vale, ya lo pillamos, en un hospital no se chilla, dijo Gabriela. Al tiempo que el móvil de Bella vibraba en su bolsillo.

__ ¿Sí? _  contesto ella a la vez que mis sobrinos se tiraban encima mío y de mi hermano para saludarnos. Note como Gabriela se quedaba atrás retraída, yo quería acercarme, tomarla en mis brazos y darla un beso pero…no sabía si era prudente. La niña me miraba  fijamente y de repente una sonrisa ilumino su cara.

_ En un hospital no se chilla  _  dijo Bella encarando a las tres figuras que ahora la miraban un poco temerosos _  y tampoco se deja por ahí abandonadas a las niñeras. No veo a Emily por ningún sitio ¿Sabéis donde está?

_  Yo creía que venía detrás de nosotros _  dijo mi sobrino Peter con cara de inocencia.

_  ¿Eso creíais? Pues mira que acaba de llamarme por teléfono para preguntarme si estáis conmigo, porque se ha parado a hablar con  una amiga y de repente habéis desaparecido de su vista.

__  Pues eso __  dijo Gabriela que seguía mirándome de reojo – se ha parado a hablar con Charlotte y nosotros teníamos prisa por saber cómo estaba abu René.

__ A abu René todavía no la han puesto en una habitación con una camita y donde está los niños no pueden pasar. Así que ahora nos vamos a ir a la cafetería a tomar algo mientras esperamos que la trasladen y luego os vais a ir a la guardería del centro porque Emily se ha tenido que marchar  ¿Ok?

Bella en ese momento se dio cuenta que mi hija no hacía más que mirarnos, sobre todo a mí que me estaba poniendo más nervioso aun de lo que estaba. Aunque tengo que reconocer que estaba disfrutando viéndola ejercer su papel de madre ¡Se le daba tan bien! Parecía que hasta incluso los dos diablos que tengo por sobrinos la tenían un respeto.

__ Gaby hija, mira, estos son tu tío Emmet, el padre de Tony y Peter

__ Hola tío Emmet. __ dijo Gabriela dándole un beso y un abrazo.

__ Y este es __ continúo  Bella y yo me prepare para recibir una bofetada emocional, pues sabía que me iba a presentar como su tío. ¡Dios bendito! Hasta eso me había negado esa zorra que tenia por esposa. Pero no estaba preparado para esto, juro, que no lo estaba.

__ ¡Papa!__ dijo Gabriela, tirándose a mis brazos.__ Tú eres mi papa ¿Verdad? Si, si lo eres,  eres igualito a la foto que mi mama me dio.

__No podía dar crédito a mis oídos. No puedo describir la emoción y la alegría que me embargo en ese momento. MI niña sabía quien era yo. Bella la había hablado de mí.

 Me quede mirando incrédulo a mi hermosa Bella, a mi niña, a la que consideraba mi mujer,  mi verdadera  esposa, aunque un montón de papeles sin sentido dijeran otra cosa. Ella me sostuvo la mirada, esa mirada de ojos chocolate en la que solía perderme.

__ Tú, ¿La has hablado de mí?

__Tenía derecho a saber

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 9: Empezando de nuevo

 

Capitulo 9: Empezando de nuevo

Pov Bella

Volver a estar en los brazos de Edward era como haber regresado del infierno y subir directamente a los cielos. Pero no podíamos olvidar que estábamos en la habitación de un hospital cuidando a mi madre. Vanessa, que se había unido a nuestro grupo hacia unos meses, entró a revisarla un par de  veces.

Las dos veces que había entrado, yo me había separado a regañadientes de  Edward para ir a comprobar como estaba, y la dos mismas veces Edward me había recibido de nuevo entre sus brazos preguntándome como estaba mi madre.

Después de la segunda vez que entró, me volví a quedar dormida  entre sus brazos. Las primeras luces de la mañana se colaban por la ventana. Pronto el hospital se pondría de nuevo en marcha, iniciando el ajetreo diario. Me levanté una vez más del sillón para ir a revisar a mi madre. Dormía plácidamente, así que volví entre los cálidos y cómodos brazos de mi amor.

— ¿Qué tal?—me preguntó dándome un beso en los labios.

—Está durmiendo tranquilamente —le contesté.

—¿Vamos a tener que preocuparnos por esa enfermera que ha entrado dos veces a revisar a tu madre?—preguntó un poco atemorizado supongo que por pensar que alguien nos viera y se lo dijera a Tanya. 

— No, para nada —le tranquilicé con una sonrisa nerviosa  al pensar en lo que me esperaba—, sólo se lo contará a Alice y las dos me perseguirán por todo el hospital para saber  los detalles, pero nada más. Vanessa es una amiga. Se incorporó a nuestro grupo hará unos cuantos meses. Me cayó bien enseguida, pero no fue hasta que Jacob  se interesó por ella que no empezamos a conocerla mejor. Sabe la historia Edward y además le he ofrecido venirse conmigo a Forks como jefa de enfermeras. Es muy buena en lo que hace y aquí teniendo a Heidi como superior, no tiene ningún futuro.

—Vaya, así que ella ya estaba enterada del plan ¿verdad?—preguntó de pronto dejándome sin palabras.

—¿Qué plan? –pregunté pasmada.

—El que urdisteis Rose, Renée, el duende ese que tienes por amiga y tú para que pensara que no ibas a volver a Forks, ponerme al límite y provocarme  para que hablara contigo y te dijera la verdad —dijo con esa sonrisa torcida que hacía que me humedeciera al instante—,  he de daros la enhorabuena  y decirte, mi amor, que todo ha funcionado a las mil maravillas —agregó dándome un nuevo beso en los labios, demandante, apasionado, necesitado, su lengua se introdujo en mi boca explorando cada centímetro de ella. ¡Madre…de…Dios! como siguiera así…

—¿Cuándo te diste cuenta de eso? —pregunté estupefacta, cuando se separó de mí.

—Ayer  algo en mi cabeza hizo clic cuando te besé y me dijiste que ya habías decidido volver –explicó de forma muy pero que muy sugerente— eres un gran médico Bella pero como actriz, no tendrías ningún futuro. Dime, ¿cuándo lo decidiste exactamente?—me volvió a peguntar con esa voz seductora sin separar su boca de la mía. Me estaba volviendo loca.

—Dos días después de que Carlisle me lo propuso – dije riéndome—, he de decirte que al principio si fue verdad que estaba decidida a no volver. Ni cincuenta mil Alices, Renées y Roses todas juntas me convencerían y las razones eran exactamente las que ya sabes. Pero  tuvimos una cena con  Marco y Didyme. Ese día me enteré que  Aro y Cayo Vulturi estaban siendo investigados por el FBI;  que Marco y Didyme son de Forks y les pasó algo muy parecido a lo nuestro.

—Ya lo  sé, papá nos contó la historia.

—Bueno al contarme su historia me hizo ver que algo parecido podía haber pasado con nosotros  –expliqué—,  entre todos me hicieron dudar de lo que había escuchado. Recordé que me llamaste Isabella, algo que tú nunca harías.

—Necesitaba decirte de alguna manera que todo era mentira, por eso lo hice aunque no tenía claro de que iba a servir. Recuerdo que estaba como sumergido en una negra nube, andaba como un zombi de un lado para otro, la verdad es que hay momentos que es como si se me hubieran borrado de la mente, casi no los recuerdo. Simplemente hacía, aunque no sabía lo que hacía —dijo  mordiéndome el lóbulo de la oreja.

—El caso es que llamé a Rose y ella me lo contó. Cuando vino a pasar aquellos tres días aquí conmigo con la excusa de hacerse un chequeo, fue para urdir este plan y bueno, el de intentar engañar a Aro para comprarle la casa —le expliqué—,  por supuesto en un principio no contábamos con el accidente de mamá, así que el plan inicial era ponerte al límite allí en Forks. Lo siento Edward, siento haberlo hecho, pero necesitaba que reaccionaras. No podía volver a Forks, verte allí todos los días junto a esa mujer , saber que estabas siendo infeliz con ella y encima estar comiéndome la cabeza preguntándome si te estarías acostando o no con ella, cosa que como ya te he dicho me hace mucho daño. Necesitaba que supieras que yo lo sabía y que te apoyaba. Y sobre todo necesitaba que supieras que yo estaba bien, que no tenías más necesidad de someterte a ella en… todos los sentidos –dije intentando explicarme y sabiendo que ahora era yo la que tenía que pedir perdón.

—Pues sigo teniendo miedo, amor. ¿Sabías que alguien te vigila aquí? ¿Ese Jacob y ese Sam están al corriente? –preguntó de nuevo con el temor instalado en los ojos.

—Sí, Rose se dio cuenta. Ya sabemos quién es –le contesté empezando a desplegar mis cartas—,  el FBI le vigila, tiene a dos agentes puestos especialmente para vigilarle  a él y a su novia. Créeme,  ese no podrá acercarse a mí sin que ellos los sepan. Aunque, no hemos podido evitar que informe a Tanya de que regreso. Rose me lo dijo y también que ha estado removiendo cielo y tierra para evitar que esto suceda. Pero se ha encontrado con el muro que ha formado Marco a mí alrededor.

—Todavía me acuerdo del día en que se enteró. Vino muy enfadada a recriminarme y yo me quedé de piedra porque no sabía nada aún. Papá me lo confirmó  momentos después cuando la bruja se marchó con sus gritos a otra parte. Me dijo que no habían querido contarme  nada porque no era seguro que volvieras. Dime, ¿formaban parte de tu plan?—preguntó  mordazmente.

—También lo sabían, perdona Edward pero todos sabían que volvía menos tú  y Emmett, ya te he dicho que tenía que hacerlo así, que era necesario— le dije suplicándole con la mirada aunque la verdad es que no me arrepentía de haberlo hecho, tenía que hacerlo así y así lo hice.

—¿Sabes que eres una diablillo realmente encantadora? –comentó dándome un nuevo beso en los labios. Empezó como una forma de decirme que me perdonaba por lo que había hecho, pero yo tenía tanta necesidad de él y él de mí que muy pronto lo profundizamos.  Se puso sobre mí para profundizar todavía más si cabe, su lengua me pidió permiso y yo gustosa se lo di, estuvimos un buen rato degustándonos mutuamente. Nos separamos a regañadientes porque necesitábamos respirar.

—Cuanto había echado de menos esto Bella. Echaba de menos tus besos, tu cuerpo abrazando al mío, sentirte en mis brazos, saber que eres mía, sentir el calor que me das no solo a mi cuerpo, sino también a mi alma y mi corazón; sentir tus manos acariciándome,  tus labios degustándome, nuestras lenguas peleando por dominar, hablar contigo de cualquier cosa perdidos uno en brazos del otro como lo estamos haciendo ahora. Ojalá que cuando vuelvas a Forks este asunto de Tanya y su padre se haya arreglado y Tanya este fuera de mi vida. No voy a poder soportar verte y no poder besarte —dijo dándome, esta vez un  casto beso en los labios—, abrazarte —y me dio otro beso más—, susurrarte al oído cuanto te quiero, hacerte el amor  –y  me dio el tercer beso que de nuevo se hizo más profundo y pasional. Sus manos abrazaban mi cuerpo  al igual que un naufrago se aferra a una tabla de madera en medio del mar, enviándome corrientes eléctricas que desembocaban directamente entre mis piernas, en el centro de mi intimidad donde sentía un calor y un ardor insoportables.

—Ilumíname  –me dijo cuando interrumpimos el beso otra vez por la necesidad imperiosa de respirar —¿Entonces no es Carlisle el que te protege e impide que Tanya y Aro eviten que vuelvas a Forks?

— No, es Marco. Es un hombre muy poderoso Edward, muchísimo y no sólo porque es jefe del FBI.  Hoy mismo le llamaré para decirle que he hablado contigo.  Y llamaré a Jacob y Sam, quedo  para comer y hablas con ellos directamente para que te quedes más tranquilo.

— Bella, mi problema es que como policía tengo que sospechar. Es hermano de Aro y Cayo. ¿De verdad confías en él?—me preguntó exponiendo por fin el temor y la duda que había estado viendo en su cara.

—Al cien por cien Edward —intenté tranquilizarle—, nos conocimos de una manera muy peculiar. Son unas buenas personas Edward, huyeron de Forks porque sus hermanos habían amenazado con dañar a Didyme, su esposa. Tiene tantas ganas de vengarse de Aro y Cayo  como tú de quitarte de encima a Tanya. Jasper en realidad no es hijo suyo, lo encontraron muerto de miedo, hambre, sed y totalmente desnutrido y aterrorizado durante un operativo del FBI en un orfanato. Marco lo recogió y lo llevó a su casa.  Nos conocimos porque  estando de vacaciones en Jacksonville, le dio un infarto.

—Aquella mañana Alice y yo estábamos tumbadas, mejor dicho espatarradas de cualquier forma en la sala de descanso, había sido una noche horrible. Era el día en que finalizaba el curso en la universidad y  parecía que toda la juventud de Jacksonville se había confabulado para coger comas etílicos aquella noche. Había tenido lugar una pelea en la que un bando afirmaba ser vampiros y la otra ser licántropos. A Alice y a mí nos hizo gracia la situación y si no hubiera sido por la gravedad de ésta  nos hubiéramos unido a la pelea, a ver me explico hay una saga de libros que…

—La conozco –dijo dejándome pasmada –Rosalie es una fanática de ella hasta el punto de cabrear a Emmett, tanto que nos pasamos una tarde entera escondidos en una librería leyendo los famosos libros…. ¿no me digas que a ti también te gusta? –me preguntó de pronto al ver cómo me iba sonrojando y con un tono de voz   que no supe descifrar ¿estaba celoso?– como no, gustándole a Rosalie estaba claro que tu también estabas en el ajo —dijo con ese mismo tono—.  O sea que ahora vamos a ser dos los cabreados.

—Esto…no solo sois dos los cabreados según mis cálculos sois cinco –le contesté bastante sonrojada acordándome de Jasper, Jacob y Garrett.

—Vaya pues si que os dado fuerte -me contestó mirándome de una forma muy, muy sospechosa — ¿Tengo algo de que estar celoso?-me preguntó de un modo tan seductor que todo mi cuerpo tembló y mi centro empezó a palpitar como loco.

—Verás yo… comencé a decir –pero no me dejó seguir porque su boca atrapó la mía en un beso tan posesivo que a punto estuve de perder el sentido.

-No me importa los libros que te gusten o las películas que veas, siempre que tengas en cuenta que sólo yo soy capaz de hacerte perder la consciencia de ese modo, y también que te olvides de respirar.

—¿Me vas a dejar terminar de contarte la historia?-le pregunté alzando una ceja en un claro intento de desviar una conversación pues me estaba poniendo realmente excitada, tanto, que ya estaba valorando la posibilidad de hacer una escapadita al cuarto de baño.

—Adelante -me dijo riéndose de la forma que me volvía loca,  dándose cuenta en el acto de mi maniobra y de la razón de ésta.

—Después de una lucha encarnizada –seguí relatando — y unas cuentas inyecciones tranquilizantes conseguimos que los vampiros y los licántropos se calmaran, eso sí, procuramos mantenerlos en boxes separados. Después había tenido lugar  un accidente  y otra serie de cosas más. Estábamos deseando que acabara nuestro turno cuando Carlisle, llegó desesperado, casi sin aliento, y respirando con dificultad, nos dijo que venía un paciente de incógnito muy importante. Tenía un infarto y estaba muy grave. Nos explicó que confiaba  en nosotras para atenderlo pero nos pidió máxima discreción. Nos confesó que era Marco Vulturi,  el jefe del FBI. En ese momento reconocí el apellido pero sinceramente pensé que era una simple coincidencia.

—Ni que decir tiene que Alice y yo salimos de allí en estampida, ¡por Dios Santo! nada más ni nada menos que el jefe de todo el FBI, un hombre cercano al mismísimo presidente de Estados Unidos. Por lo visto, según nos contaba Carlisle mientras le esperábamos,  estaba de vacaciones con su familia aquí en Jacksonville  cuando le dio el infarto.

—La ambulancia llegó y sacaron al paciente, y en seguida nos pusimos a trabajar con él. No sé cuánto tiempo pasó,  Alice y yo  nos compenetramos muy bien trabajando y perdemos la noción del tiempo. Cuando por fin conseguimos estabilizarlo salimos a hablar con su familia. En la sala de espera estaban dos  mujeres  preciosas  y un muchacho  guapísimo con su pelo rubio y sus ojos azules.  Alice se quedó como petrificada en el sitio cuando le vio y yo le tuve que dar un codazo y por poco no le tengo que dejar mi manga de la bata para que dejara de babear. A ver éramos médicos, profesionales, no estábamos en la barra de un bar,  y teníamos que dar el estado de un paciente. Cuando Alice reaccionó nos dirigimos a ellos pero al fijarme bien, vi que el muchacho también miraba a Alice como idiotizado.

—Cuando les dijimos que su padre y marido estaba estabilizado y fuera de peligro los tres respiraron tranquilos y pidieron si podían pasar a verlo. Le contestamos que en cuanto le pasaran a planta podían hacerlo. No sé porque tuve ese impulso, juro que no lo sé, porque yo no  soy una mujer de impulsos pero de repente me vi diciendo:

—Si quieren tomarse un café mientras tanto,  mi amiga y yo les podríamos acompañar gustosas  a nuestra sala de descanso y allí podrán estar sin que los reconozcan hasta que recibamos noticias de su padre y marido.

—El muchacho contestó que sí muy rápidamente y Alice me miró como si tuviera… ¿celos? Nos fuimos a  la sala de descanso y allí comenzamos a hablar de todo un poco, eran tres personas muy agradables y daba gusto hablar con ellos. Kate, la hija más pequeña, tiene más o menos nuestra edad, es abogado y trabajaba para una de las firmas más prestigiosas de  país, J.Jennks. Jasper, era también compañero nuestro. Había estudiado medicina, rama de psiquiatría,  pero trabajaba como médico en las ambulancias, su madre, mejor dicho madrina, estaba muy orgullosa de él por lo que hacía, pero  a Marco le hubiera gustado que trabajase con él en el FBI. Jasper decía que él no tenía vocación para  meter a los malos en la cárcel sino vocación de ayudar al desvalido.

—A pesar de la posición de poder tan importante que tenían no eran para nada presuntuosos. Cuando pasaron al padre a planta  fueron a verle y nosotras con ellos, a ver como se encontraba. Y de esa forma, sin más y sin saber cómo ni por qué empezó una relación entre nosotros que dura hasta ahora. Yo encontré como una especie de sustitutos de mis padres,  en Jasper a aquel hermano que alguna vez perdí, y en Kate a otra buenísima amiga siempre dispuesta ayudarme igual que Alice, y Gaby se encontró con dos abuelos postizos nuevos, y dos tíos más.

— Jasper y Kate comenzaron  a venir a buscarnos  a Alice y a mí al hospital. Kate solía venir con Garrett, su hoy marido y Jasper y Alice  empezaron a salir. Siempre me incluían  en sus planes,  a mi no me gustaba ir de non pero a veces no tenía más remedio y aceptaba pues Alice se preocupaba de que la excusa para no salir,  Gaby, se fuera a dormir a casa de alguna amiga. Las cosas entre Jasper y Alice se dieron muy bien y al poco tiempo se casaron en una preciosa  e íntima ceremonia.  Justo un año después, Kate y Garrett también lo hacían. Yo fui Dama de honor en las dos bodas. La familia era muy celosa de sus cosas y no querían convertir las bodas en un circo mediático, por lo tanto nadie que no tuviera que enterarse se enteró. Alice siguió trabajando como médico y además en Jacksonville  pues no quería dejarme sola. Jasper tampoco quería hacerlo así que pidió el traslado aquí. Kate y Garrett se fueron a Washington donde trabajan en la sede central de la firma de abogados pero en cuanto pueden vienen a vernos.

—Según la historia parece que tu encuentro con Marco fue fortuito, pero Bella sigo dudando y pensando que no en vano es hermano de Cayo y de Aro —dijo con un tono que demostraba que  aún  estaba temeroso. Que duro era de convencer ¡por Dios!

—Pero ellos amenazaron a Didyme ¿No dices que ya conoces la historia?— le pregunté dispuesta a contársela.

—Sí, papá nos la contó el mismo día que Tanya  y su padre  y de paso Emmett y yo nos  enterábamos de que estaban siendo investigados. Por lo que veo,  aquí los demás ya estabais más que informados –me comentó alzando una ceja y yo agaché un poco la mirada. Él me sonrió y me besó de nuevo en los labios acercándome más a él, apretándome contra su cuerpo con fuerza y desesperación, como si lo necesitase.

 —Tanya estaba en una de sus múltiples llamadas a su padre para ver si habían conseguido algo para evitar que volvieras. Habíamos tenido una de nuestras famosas discusiones por culpa de esa llamada que Gaby le hizo a Renée y que yo contesté ¿Te acuerdas?,  entró a casa como alma que se lleva al diablo y llamó a su papaíto por teléfono.

 

—No lograba escuchar lo que le decían al otro lado de la línea sin embargo por la conversación podía intuir que su padre le decía que tú estabas ahora bien protegida y que no podía hacer nada. Tanya, sugirió que te acusaran de trato indebido a un paciente –sentí como apretaba la mano por debajo de mi espalda en un gesto muy suyo que denotaba la rabia que debió sentir en ese momento.

—Cuando por fin colgó el teléfono le pregunté qué pasaba pues había escuchado algo de una investigación y que podrían perder todo.

— Me acusó de saber que estaban investigando a su padre y a su tío por un montón  de cargos y que por eso estaba tan valiente con ella. Yo me quedé perplejo pues no sabía nada y sí estaba tan valiente con ella, era porque me tenía muy harto y el hecho de saber que podrías volver y que había alguien protegiéndote de algún modo me daba fuerzas,  aunque he de confesarte que también me intrigaba y sentía pánico de que fuera alguien con él que mantuvieras una relación y te hubiera perdido para siempre. 

—Nunca cambiarás  ¿verdad?, siempre pesando en positivo –le dije irónica.

—Pero así me quieres –me contestó juguetón apretándome un poco más contra él y dejándome de nuevo aturdida con el beso que me dio.

—Tanya me dijo que no me hiciera ilusiones, que si ella caía yo caía pues éramos un matrimonio y lo suyo era  mío. Yo me quedé perplejo, hasta donde tenía entendido, el mismo día de la boda firmamos un acuerdo por el cual nada de lo suyo me pertenecía. Ella me dijo que aquel papel se hizo para impedir que reclamara como mías las tierras de Emmett. Fue tal el coraje que me entró que cogí la puerta y me largué, no sin antes explicarle que investigaría el asunto más que nada por cubrir las espaldas de mi familia y las mías.

—Cogí mi volvo y me dirigí directamente a casa. Por el camino llamé  a Emmett por teléfono para que fuera también a casa de nuestros padres. Cuando llegué aparqué el coche en la entrada. No me dio tiempo a llamar,  mi padre abrió la puerta un poco alterado. Tanya le había llamado amenazándole y diciéndole que no se nos ocurriera nada. Esperamos a que Emmett y Rose llegaran y les puse al corriente de la situación. Tu hermano y yo  nos quedamos de piedra al ver que Charlie ya lo sabía. Y entonces nos habló de Marcó,  de la amistad que les unió en el pasado,  nos contó como lo habías conocido y que no le cuadraba mi actitud, nunca se creyó la historia que le contaste de como yo te había dejado, así que empezó a investigar por su cuenta. Charlie también nos dijo que él mismo le había llamado por teléfono para avisarle que Aro, su hermano y Tanya estaban siendo investigados y que al estar emparentados con ellos,  nosotros también.

 

—Cuando yo escuché que se trataba de un Vulturi me aterroricé de verdad y le pregunté a papá si confiaba en él. Yo de verdad pensaba que podía ser el famoso topo  que  Tanya había mencionado, más bien se le había escapado, durante nuestra discusión.

—Charlie contestó que no lo creía y entre Renée y él nos contaron como desparecieron del pueblo misteriosamente después de que mis padres biológicos se casaran. Yo estaba tan intrigado que le pregunté si les habían contado porqué huyeron del pueblo y entonces Charlie nos relato la historia y la explicación que el mismo Marco le dio por teléfono del porque de su desaparición. Emmett y yo nos quedamos de piedra al oír la historia. Casi no podía ni hablar, sabía que tenía que asimilar algo pero realmente no encontraba el qué pues estaba en shock. Fue Rosalie, como siempre con su habitual delicadeza, la que me sacó de mi estupor. Todavía recuerdo sus palabras como si me las estuviera chillando al oído:

 

— Edward  ¡por dios!, es que no lo ves, años después la historia se repite. Aro te ha hecho lo mismo a ti, sólo que su plan ha sido más sofisticado. Por eso Marco ató los cabos y empezó a investigar a partir de lo que Bella le contaba. Y, por cierto, perdona cuñadito que te diga esto, pero Marco hizo exactamente lo que deberías haber hecho tú.

—Yo ignoré el comentario mordaz de Rose porque es más fácil decirlo que hacerlo Bella. Marco tenía a Dydime con él, yo te tenía a kilómetros de distancia y no podría llegar hasta ti, no sin que antes te pasara algo. Así que le pregunté a papá, pasando un poco de ella, porque no le dijo lo que nos pasaba cuando se enteró  y el propio Charlie me dijo que al igual que yo,  el también desconfiaba y su instinto de policía le dijo que callara hasta no descubrir si lo que contaba era cierto o estaba actuando por orden de sus hermanos,  no en vano han pasado muchos años y antes eran amigos, pero ahora…

—Charlie empezó a investigar y efectivamente hay testigos que vieron a Marco pelearse con aquellos hombres en el bar,  luego llegó la policía y se los llevó a todos.

—Entre los expedientes de la policía de Port Ángeles de aquella época había constancia del incidente. Así que las cosas cuadran, pero yo seguía sin fiarme y le increpé a papá un poco enfadado cuando pensaba decírnoslo. Él  me pidió disculpas alegando que pensaba hacerlo pero no encontraba el momento. ¿No sería tal vez que cierta señorita le había dicho que no lo dijera? –me preguntó alzando las cejas.

—Le dije que no te dijera que yo lo sabía y que mejor no os contara nada hasta que no hubiera más remedio. Lo siento Edward pero sé cómo eres, sabía que ibas a desconfiar de Marco y ya bastantes preocupaciones tenías como para añadir otra más.  Sabes que es verdad. Además no tienes porque enfadarte que aquí el experto en ocultar cosas eres tu –le dije un poco a la defensiva.

—Sigo pensando que eres un  diablillo perverso, pero adorable  –me contestó dándome de nuevo otro beso en los labios que de nuevo me dejó sin aliento –no tengo nada que reprocharte amor, nada, al revés tengo mucho que agradecerte. Pero, siguiendo con la historia, le pregunté a papá que más le dijo cuando le llamó

 —Nos contó que en realidad había llamado para avisarle de que Aro y Cayo estaban siendo investigados oficialmente por el FBI. Investigando en tu historia se había encontrado con muchas sorpresitas, sabía lo de nuestra anterior investigación, sabía lo de Emmet y  sumó dos más dos ya que al fin y al cabo a él le pasó lo mismo. Le dijo que era la oportunidad que estaba esperando para destapar cosas raras de sus hermanos, que llevaba tiempo detrás de ellos pero no había podido hacer nada oficial hasta el momento. Pidió que por favor confiáramos en él,  que tú  tendrías el camino libre para volver,   que él se encargaría de que ni Tanya ni sus hermanos se interpusieran. Tenía constancia de sus anteriores maniobras para evitar que volvieses al pueblo, pero que ahora le tenias de su lado. Papá por lo visto le dijo  que si esto era una venganza personal que contara con él pero que nos dejase a nosotros fuera.  Le  contestó con mucha razón, que sí, que era una venganza personal,  pero que no lo haría si no estuviese seguro de que sus hermanos y Tanya merecían la cárcel y que no nos metería en todo este embrollo si nosotros no estuviésemos metidos ya. Le preguntó que como podría confiar en él si de hecho estábamos siendo investigados igual. Él le contestó que era una manera de protegernos, si su familia se enteraba de la investigación, que era una treta para mantenernos a salvo en nombre de nuestra amistad.

— ¿Y después de esto que me has contado, todavía tienes dudas de que Marco está de nuestro lado?—me preguntó.  Seguía cómodamente  instalada entre sus brazos y  estaba en la gloria.

—No sé  Bella, tu seguridad y la de Gabriela están en entredicho y es lo más importante para mí, y tengo miedo Bella, mucho miedo. Estando aquí te puedo proteger, pero tarde o temprano tendré que irme –me dijo con el miedo reflejado en su  voz.

—Hablaré con Marco, con Jacob y con Sam.  Luego a la hora de comer les diré que vengan y te cuenten como lo hacen para protegernos a   mí y a la niña a ver si quedas más tranquilo —me dijo  por enésima vez  intentando tranquilizarme.

—No sé Bella, aquí lo veo muy fácil, pero cuando regrese a Forks…

—Pues tendrás que irte mentalizando –contesté  resuelta —mamá ha pasado muy buena noche. En unos días posiblemente le daremos el alta. Pero eso significa que tendrá que estar inmovilizada en una casa durante el tiempo que sea necesario para asegurarnos de que la fractura se suelde correctamente. Después tendrá que hacer rehabilitación. Yo querría que se quedase aquí conmigo, pero son muchos meses, es muy terca, y como papá debe regresar a Forks, seguro que querrá irse con él. Papá me ha hablado de la posibilidad de pedir una pequeña excedencia o unos días de vacaciones y quedarse aquí…

—¡Qué ni se le ocurra!—dijo de repente una voz. ¿Cuánto tiempo llevaría despierta esta dichosa mujer?

__________________________________________

 Desde luego que las madres...caray son peor que el FBI , ja,ja,ja

 

 

Capítulo 8: ¿Reconciliándonos? Capítulo 10: Ellas estarán bien

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1: Accidente, noticia y reencuentro Capitulo 2: Capitulo 2: Jacksonville Capitulo 3: Recuperando tu amor. Capítulo 3 : Jacksonville, segunda parte Capitulo 4: Recuperando tu amor. Capítulo 4 : Recuerdos Capitulo 5: Recuperando tu amor. Capitulo 5 : Recuerdos, segunda parte Capitulo 6: Capitulo 6: Marco Capitulo 7: Capitulo 7 : Enfrentando la verdad Capitulo 8: ¿Reconciliándonos? Capitulo 9: Empezando de nuevo Capitulo 10: Ellas estarán bien Capitulo 11: Limpiando mi alma Capitulo 12: Amenazadas Capitulo 13: Angustia Capitulo 14: Luz en la oscuridad Capitulo 15: Pesadillas Capitulo 16: Despedida y regreso Capitulo 17: El principio del fin Capitulo 18: El final Capitulo 19: Las noticias más esperadas Capitulo 20: La historia de Carmen y un giro inesperado Capitulo 21: Volviendo a la vida Capitulo 22: Redención Capitulo 23: Tarde de compras al estilo Alice Capitulo 24: El Perdón Capitulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa Capitulo 26: Baile de la Policía, condecoración y algo más. Capitulo 27: Mi heroe Capitulo 28: Horas de angustia e incertidumbre Capitulo 29: Inauguración Capitulo 30: El Juicio Capitulo 31: Juramento de Hipócrates Capitulo 32: La soledad de la muerte Capitulo 33: En los montes de Olympic Capitulo 34: Despedidas de solteros Capitulo 35: Sí quiero, otra vez Capitulo 36: Alice e Isabella Capitulo 37: Epílogo: Parte 1: Golpe del destino; Parte dos: Asignatura pendiente. Capitulo 38: Outakke 1: El hombre de hielo y su pequeño gran monstruo Capitulo 39: Outakke 2: Isabella Marie Masen swan, marca la diferencia Capitulo 40: Outakke 3: Padres, hijos y otras cuestiones

 


 
14447546 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios