RECUPERANDO TU AMOR (+18)SUMMARY:

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/07/2011
Fecha Actualización: 25/05/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 103
Visitas: 100790
Capítulos: 40

 Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, pertenecen a la amravillosa SM, yo solo juego con ellos.


SUMMARY:

Edward Cullen no tuvo mas remedio que separarse de su esposa Isabella Swan, obligado por las circunstancias. Cinco años después un acciente fortuito hace que se reencuentren. Edward se enteta de que Bella vuelve al pueblo y ésperando verse pronto libre de esas circunstancias y de momento enfrentándose a ellas, decide hacer lo que debería haber hecho hace tiempo:luchar por ella y recuperar su amor.

 

 

 

 

PROLOGO

No sabía en qué momento exacto me había enamorado de Bella Swan. Solo sabía que la había amado toda mi vida. Yo creo que ya estaba enamorado de ella cuando a la edad de diez años mis padres, Edward y Elizabeth junto con los de Rose, William y Rosalie,  morían en aquel horrible accidente de tráfico,  y los Swan me acogieron en su casa como a un hijo mas.

Pero  los celos enfermizos de una persona sin escrúpulos, mala y despiadada y el ansia de venganza de otra no menos despiadada, nos habían separado de la manera más cruel.

Emmet, se había quedado dormido a mi lado. Eche hacia atrás el respaldo del asiento del avión que me llevaba cada vez más cerca de ella, en un intento por dormirme. En cuanto cerré los ojos mi mente evoco cada uno de los momentos vividos a su lado. Me abstraje del tal manera, que casi podía sentir sus manos acariciándome, sus labios besándome, su olor… hasta que la voz de la azafata anunciando la llegada del vuelo me saco de mi sueño.

Mientras caminaba por el largo pasillo, mi corazón latía furiosamente, los nervios se me  habían acumulado en el estomago nada más cruzar la puerta del hospital. Hoy la vería después de cinco interminables años, en los que no he dejado de adorarla, amarla y recordarla ni un solo instante. Cinco largos años en los que no he dejado de odiarme a mí mismo por lo que la hice. ¿Cómo pude ser capaz? ¡Dios, me siento tan miserable! ¿Cómo va poder ella perdonarme algún día si yo mismo no puedo?

Mi madre adoptiva, René Swan, aun  estaba en la UCI y allí solo podía estar una persona. Rose dijo que se quedaba con ella mientras Emmet y yo nos fuimos a buscar a Bella. Cuando mi hermano y yo llegamos al mostrador, Emmet se dirigió a la enfermera para preguntar por mi amor.

__ Hola buenos días ¿La Doctora Swan, por favor?

__ Estoy aquí hermano, __  dijo una hermosa voz detrás de mí y al instante todos mis sentidos se pusieron en alerta. Me volví como en cámara lenta y allí estaba ella, tan preciosa,  tan dulce, tan real después de años de recordarla. Recuerdos, que no la habían hecho ninguna justicia. Estaba mucho más guapa que en mis sueños, mas mujer,  el embarazo y el haber tenido una hija le habían sentado genial. La ropa que traía puesta, el típico pijama y bata verde con el que solía vestirse un médico,  me intimidaba, nunca la había visto vestida así. Nos quedamos mirando durante un largo rato, cada uno sumergido en la mirada del otro, como antes, como siempre hacíamos, de repente todo el dolor y el sufrimiento parecían haberse borrado, solo estábamos ella y yo. No había nadie más. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho,  mi piel estaba erizada y mi cuerpo, bueno mi cuerpo era un caso aparte

__ ¿no me vas a saludar? , __ dije adelantándome hacia ella con intención de darle un beso en la mejilla

__ Hola Edward, __  dijo echándose para atrás totalmente impactada de verme ahí, estaba claro que no me esperaba. __ ¿Qué tal?

__  Bien, __   Conteste  con el corazón encogido por el dolor del rechazo, __ tú estás muy guapa. _  Dije mirándola con amor, con ese amor que sentía por ella, con adoración con ternura.

__  Gracias, __  dijo sonrojándose y devolviéndome la mirada con esa expresión que ponía siempre que estaba preguntándose algo

__ ¿De verdad está todo bien? , __   la volví a preguntar

__  Bueno ahora mejor, ya paso el susto. __  Y volvimos a perdernos el uno en la mirada del otro. ¡Dios, Como amaba a esa mujer! Que ganas de estrecharla en mis brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Y como si mi cuerpo obedeciera una orden de mi subconsciente, me acerque a ella y la abrace.  Que maravilloso era volver a sentir en mis brazos ese delicado cuerpo que tan bien encajaba en el mío, volver a disfrutar de ese olor que no había cambiado con el tiempo, volver  a rozar su piel. Pero ella después de devolverme el gesto durante un maravilloso momento,  rompió el abrazo.

__  ¿Dónde está Tanya?,-__ dijo preguntándome por la mujer que yo más odiaba en este mundo y rompiendo la magia del  encuentro.

__ Ella no ha venido Bella, hemos venido solos Emmet y yo

__ Bella ¿Cómo estás?, __ dijo Emmet rompiendo la tensión.

___Bien, bastante bien… dentro de lo que cabe, __  contesto ella. Yo era incapaz de apartar la mirada de su rostro, era tan hermosa  __ ¿Habéis visto ya a mama?__  Pregunto.

__ Si Rose nos fue a recoger al aeropuerto. Vinimos directamente para acá. No hemos podido hablar mucho con ella, ya sabes que en la UCI no puede estar más de una persona, así que hemos tenido que entrar de uno en uno. Rose se ha quedado con ella y nosotros hemos venido a buscarte, queríamos verte.

__ ¡Mama, mama! , __  dijo de repente una voz detrás de nosotros__, ¡Tía! dijeron otras dos. _  Bella se volvió en el acto y los miro a los tres críos con una cara de muy pocos amigos y ellos captaron el mensaje.

__  Vale, vale, ya lo pillamos, en un hospital no se chilla, dijo Gabriela. Al tiempo que el móvil de Bella vibraba en su bolsillo.

__ ¿Sí? _  contesto ella a la vez que mis sobrinos se tiraban encima mío y de mi hermano para saludarnos. Note como Gabriela se quedaba atrás retraída, yo quería acercarme, tomarla en mis brazos y darla un beso pero…no sabía si era prudente. La niña me miraba  fijamente y de repente una sonrisa ilumino su cara.

_ En un hospital no se chilla  _  dijo Bella encarando a las tres figuras que ahora la miraban un poco temerosos _  y tampoco se deja por ahí abandonadas a las niñeras. No veo a Emily por ningún sitio ¿Sabéis donde está?

_  Yo creía que venía detrás de nosotros _  dijo mi sobrino Peter con cara de inocencia.

_  ¿Eso creíais? Pues mira que acaba de llamarme por teléfono para preguntarme si estáis conmigo, porque se ha parado a hablar con  una amiga y de repente habéis desaparecido de su vista.

__  Pues eso __  dijo Gabriela que seguía mirándome de reojo – se ha parado a hablar con Charlotte y nosotros teníamos prisa por saber cómo estaba abu René.

__ A abu René todavía no la han puesto en una habitación con una camita y donde está los niños no pueden pasar. Así que ahora nos vamos a ir a la cafetería a tomar algo mientras esperamos que la trasladen y luego os vais a ir a la guardería del centro porque Emily se ha tenido que marchar  ¿Ok?

Bella en ese momento se dio cuenta que mi hija no hacía más que mirarnos, sobre todo a mí que me estaba poniendo más nervioso aun de lo que estaba. Aunque tengo que reconocer que estaba disfrutando viéndola ejercer su papel de madre ¡Se le daba tan bien! Parecía que hasta incluso los dos diablos que tengo por sobrinos la tenían un respeto.

__ Gaby hija, mira, estos son tu tío Emmet, el padre de Tony y Peter

__ Hola tío Emmet. __ dijo Gabriela dándole un beso y un abrazo.

__ Y este es __ continúo  Bella y yo me prepare para recibir una bofetada emocional, pues sabía que me iba a presentar como su tío. ¡Dios bendito! Hasta eso me había negado esa zorra que tenia por esposa. Pero no estaba preparado para esto, juro, que no lo estaba.

__ ¡Papa!__ dijo Gabriela, tirándose a mis brazos.__ Tú eres mi papa ¿Verdad? Si, si lo eres,  eres igualito a la foto que mi mama me dio.

__No podía dar crédito a mis oídos. No puedo describir la emoción y la alegría que me embargo en ese momento. MI niña sabía quien era yo. Bella la había hablado de mí.

 Me quede mirando incrédulo a mi hermosa Bella, a mi niña, a la que consideraba mi mujer,  mi verdadera  esposa, aunque un montón de papeles sin sentido dijeran otra cosa. Ella me sostuvo la mirada, esa mirada de ojos chocolate en la que solía perderme.

__ Tú, ¿La has hablado de mí?

__Tenía derecho a saber

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa

Capitulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa

Pov Edward

Llevaba a mi hija en uno de mis brazos mientras que con el otro rodeaba la cintura de mi esposa en un apretado y pasional abrazo. Íbamos caminando por el sendero  hacia la casa Swan, donde nos esperaban para celebrar la Nochebuena más maravillosa de mi vida. Y digo que era la más maravillosa, porque no solo tenía a Bella conmigo de vuelta, además seguía siendo mi esposa a ojos de la ley y encima me había perdonado y si le añades una hija preciosa a esa ecuación, puede comprenderse lo extremadamente feliz que me encontraban en ese   momento.

Cuando me leyó en voz alta aquella frase grabada en el fabuloso reloj de oro, me sentí el hombre más dichoso del mundo. Realmente no hay palabras que puedan  describir mis sentimientos, era feliz, muy feliz, pero al mismo tiempo me sentía libre, limpio, sin ataduras. En el mismo momento en que ella pronunció esas mágicas palabras, me perdoné a mismo, solo necesitaba su perdón para hacerlo yo también y ese era el mejor regalo de Navidad. Me sentía  dispuesto a enfrentar cualquier cosa que de ahora en adelante me depara el destino.

Entramos en la casa Swan. La mesa estaba dispuesta y todos nos estaban esperando. Y como pasó la otra vez, los ojos de mi madre se posaron directamente en mi muñeca donde descansaba mi magnifico reloj y una sonrisa maliciosa se dibujo en su cara. Lo mismo le sucedió al duende hiperactivo, con la diferencia de que miró a Bella inquisitivamente y esta asintió en respuesta. La cena fue muy agradable, Jasper cada vez me caía mejor y estaba estrechando fuertes lazos de amistad con él. Se le veía muy buena persona y muy, muy enamorado de su mujer, igual que yo de Bella.  Carlisle y Esme, también interactuaban muy bien con el resto, parecía que llevábamos juntos toda la vida.

 Mi madre me estaba poniendo histérico pues no hacía nada más que mirar hacia el reloj y sonreír, Rose también lo miraba pero en su cara no se reflejaba ningún sentimiento. Cuando llegamos a los postres, llamé de nuevo la atención de mi familia, caray, esto se estaba convirtiendo en una costumbre.

A ver familia, escuchadme un momento.

Vaya hijo, al fin vas a decirnos el significado de ese reloj que llevas en la muñeca.

Mamá, ¿es que a ti nunca se te va a escapar nada?le dije rodando los ojos.

No, cuando se trata de la felicidad de mis hijos no.

Bueno pues sí, mamá tiene razón, veréiseste magnífico reloj que Bella me acaba de regalar es  especial, muy, muy especial, porque en la parte interior de la esfera, están grabadas las palabras que yo he deseado y necesitado tanto oír. Bella me ha perdonado y yo me siento el hombre más feliz del mundo por eso. Además los documentos que acreditan que mi matrimonio con Tanya es historia y que sigo oficialmente casado con esta diosa de aquí, han llegado a poder hace unos días. Bella, a petición mía,   ha roto en mil pedazos los famosos documentos de divorcio que yo jamás firmé. Así que familia, y en espera de renovar nuestros votos, Isabella Marie Swan y Edward Anthony Masen, siguen oficialmente casados.

Brindemos por esodijo Emmett levantando su copa ante al tiempo que nos abrazaba. Cuanto te ha costado decirlo hermanita, desde luego, hay que ver, si todos ya sabíamos que lo habías perdonado.

Pero tenía que encontrar un momento especial para decírselo,  pedazo de atúndijo mi Bella siguiendo el juego a su hermano. Y así empezó una divertida discusión sobre que Bella ya me había perdonado desde el primer momento en que se enteró por Rose de la verdad, pero que se había hecho la dura un poquito y que yo me lo merecía. Y  sí para que nos vamos a engañar, por supuesto que me lo merecía. Lo que no me merecía era a la maravillosa mujer que tenía a mi lado, esa mujer que me había despertado de mi letargo y me había dado con su actitud y su comportamiento una nueva razón para vivir. Tampoco me merecía el cariño de esa niña tan estupenda a la que dejé  abandonada pero que gracias a la bondad de su madre nunca dejó de quererme. Desde este mismo instante me busqué un nuevo propósito en mi vida y este era cuidar y hacer felices a estos dos soles que Dios había tenido a bien poner de nuevo en mi camino.

Después de cenar y como era costumbre en Forks por Nochebuena, nos pusimos los abrigos y bajamos al pueblo. El Alcalde de Forks, que afortunadamente esta vez sería un verdadero Alcalde, tenía por costumbre iluminar un gran árbol de Navidad que se colocaba en el centro del pueblo donde todo el mundo se congregaba sobre las doce de la noche, dando así comienzo oficial a las fiestas. Era una tradición en nuestro pueblo desde hacía mucho tiempo. Durante estos cinco años de pesadilla yo no había vuelto a bajar, pues me recordaba demasiado a Bella. Como le había confesado a mi amor una noche atrás  tampoco había vuelto a cenar en Nochebuena con mi familia, pues era insoportable volver a esa casa, en esas fechas señaladas y con tantos recuerdos. Realmente las Navidades siempre eran la peor época del año para en ese aspecto. Lo peor de todo es que inconscientemente hacía feliz a una Tanya más  que deseosa de que yo rompiera toda relación que me uniera a mi familia, y aunque odiaba seguirle el juego y durante el resto del año seguía manteniendo todo el contacto que buenamente podía, en Navidad me resultaba imposible,   pues ese ambiente de felicidad me recordaba a lo que tuve, perdí y en ese momento pensaba que jamás podría volver a recuperar.

Pero afortunadamente lo había recuperado y ahora, con la felicidad reflejada en mi rostro y rodeando con mis brazos la cintura de Bella, presencié después de cinco años de ausencia como Nahuel iluminaba el árbol de Forks como popularmente se le conocía. Un estruendoso aplauso estalló entre los asistentes y al mirar a alrededor me fije en que la esposa de Cayo, Athenodora, nos miraba fijamente a Bella y a con el odio reflejado en su rostro. A unos pasos detrás de ella Renata, Jessica y Lauren nos miraban también   con odio e ira. Renata, también formaba parte del grupo de esbirras de Tanya y seguramente Jessica y Lauren  ya le habrían contado el incidente de esta misma mañana. Era tal la intensidad de las miradas de la madre y la hija, tanto odio reflejado en ellas, que en ese momento me entró un ataque de pánico. Busqué  a mi hija y respiré tranquilo  ya que estaba a mi lado en brazos de Alice y pasándoselo en grande con el árbol. Pero no puede evitar rodear con más fuerza la cintura de Bella.

—¿Que sucede? –preguntó dándose cuenta de mi tensión.

Athenodora y Renata nos están mirando de tal forma que me están dando mucho miedo.

Tranquilo amor, Claire está justo detrás de Alice, Paul y Rachel están allá al fondo haciéndose pasar por una pareja de enamorados, aunque sinceramente me pregunto si solo es disimulo ja,ja,ja; y si miras a tu izquierda verás a Quil y a Embry y un poco más atrás a Jared. Les mandaré un mensaje para advertirlesdijo cogiendo el móvil con disimulo y empezando a marcar un mensaje en ese código tan familiar para y que Jacob le había enseñado.

Para ser un médico sabes descubrir muy bien la posición de los que se supone no debes ver y te comunicas con ellos a las mil maravillasle dije intentando liberar la tensión que se había apoderado de mí.

Meses de práctica Edwardsuspiró mi amor rodando los ojos–. A veces viene muy bien tenerlos detrás de nosotras, sobre todo cuando Alice y yo vamos perdiendo coches por ahí en los centros comercialesante mi mirada interrogativa Bella me empezó a contar que Alice y ella jamás se preocupaban de mirar el sitio exacto donde dejaban el coche y no era la primera vez que se perdían buscándolo, hasta que los agentes que la custodiaban habían entrado en escena. Yo reía divertido con la historia, olvidándome de Renata y Athenodora.

Nos pasamos el resto de la noche cantando villancicos y pasándolo bien, bajo las atentas miradas de Renata y Athenodora, pero ahora me sentía más  tranquilo. Primero porque Quil y Embry se habían posicionado justo detrás de ellas, vigilándolas muy de cerca y Claire no perdía de vista a Gaby ni un solo segundo. Y además, que narices, llevaba muchos años soñando con esto, no dejaría que esa familia me amargase una vez más la felicidad conseguida.

 

 

Qué divertido ha sido, me  lo he pasado genialdijo mi esposa una vez estuvimos en casa.

Ven aquí que te voy a decir yo a ti ahora mismo todo lo divertido que puede llegar a ser, ¿donde prefieres primero sobre el tocador del baño?—le dije cogiéndola en brazos y  llevándola hasta el mencionado mueble —¿O directamente en el Jacuzzi?le volví a preguntar mientras me separaba unos minutos para abrir los grifos—. Mejor en los dos sitios ¿no?,  juro que cuando acabe contigo no vas a poder moverte mi amory me acerqué a ella que seguía sentada en el tocador con las piernas entreabiertas para mi, dejando ver sus braguitas de  color ¿azul?, hay por Dios ¿que no se acordaba de lo que me excitaba ver ese color puesto en ella?, ¿lo habría hecho aposta o se le habría olvidado ese pequeño detalle?

Empecé a tocarle  los mulsos subiendo lentamente por ellos hasta llegar a su intimidad. Con la palma abierta y sabiendo cómo le excitaba  eso, empecé  a masajearla suave y despacio de arriba abajo, en seguida noté que se humedecía mientras ella se echaba hacia a tras dejándose hacer y disfrutando y sobre todo abriendo más sus piernas para mí.   Busqué por detrás la cremallera del vestido hasta dar con ella y lentamente la fui bajando mientras daba besos por las partes que iban quedando expuestas de su piel. Esto lo hacía con una sola mano mientras  seguía masajeando su centro.  Cuando el vestido estuvo en su   cintura,  vi maravillado el bonito sujetador  azul que llevaba.

Esto lo has hecho a propósito, sabes que no puedo controlarme si te veo vestida con ropa interior azulle dije ronco y lleno de deseo—. Has sido muy mala y voy a tener que castigarte  le dije mientras tocaba sus senos por encima de él, apretándolos, acariciándolos, pellizcándolos, cuando ya no puede más le quite el sujetador y seguí haciendo lo que me daba la gana con sus pechos mientras la otra mano hacia lo mismo en  su interior. Ella por su parte ya me había quitado la camisa y desabrochado mis pantalones, metiendo como ya era su costumbre la mano dentro de mi bóxer para buscar mi erección, la que comenzó a masajear haciendo torturantes círculos. No me acordaba de lo mucho que le gustaba tocarme por ahí y de lo que yo disfrutaba con ello. Mis dedos ya se habían introducido en ella acariciando ahora su clítoris,  entrando dentro de ella en una dulce y  placentera masturbación. Mi erección dolía, dolía y mucho, estaba totalmente llena y deseando descargar ante sus insistentes masajes, pero había algo que deseaba hacer antes de tomarla del todo. Lentamente me fui agachando y me posicioné con la cabeza entre sus piernas obligándola a que dejara mi pene muy en contra de mi voluntad. Sus manos fueron a  mi pelo, puse sus piernas sobre mis hombros bien  abiertas, e introduje mi boca entre sus muslos hasta encontrar el clítoris el cual mordí, chupé  y estiré  muy suavemente. Sus gemidos y gritos se oían por toda la habitación, mi otra mano no podía dejar de tocar sus pechos, primero uno y después el otro. Cuando sentí que iba a correrse,  saqué mi boca de su intimidad y la volví de espaldas a mí.

Te dije que ibas a gritar de placer esta noche, que me ibas a suplicar volver a la camale dije en un estado de excitación tal que no respondía de mi mismo, grita para mi, mi amor –le dije mientras la penetré  de una sola embestida. Ella  dio un grito de placer al sentirme.

Eso es Bella grita  todo lo que quieras, grita de placer.

 Comencé a moverme  dentro de ella mientras  le  besaba en todos los sitos que podía, ella movió su cabeza de manera que pude atrapar sus labios y sin pedir permiso introduje mi lengua en su boca, en un beso lento, pausado, dulce, tierno, amoroso y al final salvaje cuando chilló pidiendo ir más deprisa. Mi mano libre, pues la otra seguía en sus pechos, fue hasta su clítoris, haciendo el placer más intenso, de repente sus paredes apretaron mi miembro y juntos nos descargamos en un orgasmo bestial, lleno de pasión, lujuria y amor. Sin darle tiempo a recuperarse de todo, la lleve al Jacuzzi. Me puse debajo y la senté a horcajadas encima de y comencé a frotarme contra ella y a moverme.  Su cuerpo volvió a tensarse reaccionado al instante y el mío también

Cabálgame Bellale pedí mientras el chorro del agua daba directamente sobre nuestros cuerpos—, como solo sabes hacerlo, baila sobre la danza del amor. Excítame de nuevo.

Atendiendo a mi  suplica, que no mi orden, ella empezó a moverse encima de mí, ahora hacia arriba, besando mis pezones y mordisqueándolos, ahora  hacia abajo , ahora  hacía arriba, saliendo de mi y volviendo a entrar de golpe provocándome un grito. Mi erección volvió a crecer en cuestión de segundos de nuevo, me sentía morir, era mejor de lo que yo recordaba. Bella seguía moviéndose sobre mí, sus pechos dando en mi cara tan cerca de mi boca que los capturé con ella, los besé, los pellizqué literalmente los devoré, mientras ella  seguía con su dulce vaivén dentro y   fuera de mí, ahora entrando, ahora saliendo. Hasta que ninguno de los dos pudimos más y acelerando el ritmo y con un grito ahogado,  nos derramamos de nuevo uno dentro del otro. Sin salir de ella ni ella de mí,   quedamos tendidos dentro del jacuzzi uno encima del otro, recuperándonos de los dos maravillosos orgasmos seguidos que habíamos tenido. La hice salir de y la senté sobre mi regazo acariciándola por todo su cuerpo, besé su frente, el pelo, dejando que los chorros del agua nos relajaran, para  que me diera unos momentos para recuperarme, la noche aún era joven

No qué nos despertó primero, si las luces de la mañana entrando por la ventana o el sonido insistente del teléfono. Yo no quería separarme de ese cuerpo en que me había estado fundiendo toda la noche. No había  un solo trozo de piel que no hubiera marcado como mío, besado,  succionado, lamido. Al jacuzzi le siguió una botella de champán que prácticamente derramé  sobre ella lamiendo y bebiendo de su cuerpo, a eso siguió la misma operación con otra botella de champan derramada en parte  sobre mi pene que Bella lamió, estiró  y acarició con su lengua y dientes hasta dejarlo seco; y la otra parte sobre su centro el cual también besé, lamí y succioné.  Lo que nos llevó de nuevo a la ducha donde la volví a tomar contra la pared de la misma y de nuevo vuelta a la cama.

El insistente teléfono seguía sonando así que a regañadientes me levanté y contesté.

Papi, papi la hermosa voz de mi niña a través del teléfono¿cuándo vais a venir?, venid ya, Abu dice que no se abren los regalos hasta que no estemos todos y nosotros no podemos esperar. Tengo uno muy grande papi,  ¿qué será?

Ahora mismo despierto a tu madre, y vamos para  allá y lo averiguasdije riéndome para mismo. Que feliz era no podía serlo más.

Fui de nuevo a la cama. Mi esposa estaba durmiendo de espaldas. Me senté a ahorcajadas encima de ella y empecé a darla besos por la espalda,  el cuello, tocándola con mi mano todo lo que alcanzaba a tocar. Ella se removió entre las sabanas.

¿Qué pasa? 

Gaby quiere que vallamos ya, pero primero te tengo que dar los buenos días como te merecesdije introduciendo mi miembro en su centro lentamente,  embistiéndola por detrás. Ella dejó escapar un grito de sorpresa  pero segundos después se incorporó un poco, lo que yo aproveché para capturar sus pechos entre mis manos sujetándola al mismo tiempo. Empezó a moverse al mismo ritmo que yo. De repente,  de forma inesperada,  salió de y nos giró quedando a su merced debajo de ella. Dios como me excitaba esto, ya sabía lo que me iba hacer, y gemí de anticipación. Sin introducir mi miembro en ella empezó a frotarse sobre mí,  lento, para no hacerme daño, pero se frotaba, una vez y otra y otra, mientras me besaba por todos los sitos donde encontraba, mientras mordía mis pezones, masturbándose a misma con mi pene y  provocando que a se me derramara un poco de liquido solo de verla. Cuando se recuperó introdujo con su  mano mi pene en su centro y se empezó  a mover de nuevo, se movía a un ritmo maravilloso, primero lento, luego un poco más rápido hasta que por fin, terminamos los dos juntos en un éxtasis de amor.

Feliz Navidad, cariñome dijo contra mis labios todavía sin salir de mí. Juro que como siguiera ahí mucho tiempo, ni regalos ni nada, de aquella cama no íbamos a salir.

Feliz Navidad para ti tambiénle dije moviéndome dentro de ella de nuevo.

¿No nos había llamado la niña para que fuéramos?preguntó moviéndose un poco más.

Sí, eso ha hecho. Esta inquieta  con su regalo, dice que es muy grande.

No tanto como lo que tengo yo aquí dentrocontestó sugerente moviéndose todavía más.

Bella,  como sigamos así, te juro que voy a por las esposas y te ato a la cama y de aquí no sales,   verás…le dije moviéndome más rápido.

No suena malme contestó—, he sido muy mala, ¿por qué no me detiene  agente Masen?—dijo dándome un beso en los labios y moviéndose sobre   de forma salvaje.

Bella, no aguanto más.

Yo tampoco…—y juntos llegamos al tercer orgasmo de la mañana, menuda mujer. No tendría nunca suficiente de ella. Pero todo tenía que acabar,  así que la levanté  de la cama, la cogí en brazos y la llevé a la ducha. No duchamos juntos lavándonos el uno al otro, colmados,  satisfechos, deseosos de más, sobre todo yo,  pues una imagen se había instalado en mi cabeza: Bella desnuda solo para mí, tumbada en la cama yesposada. Por dios. Eso teníamos que probarlo un día de estos.

Salimos de la ducha, nos secamos el uno al otro entre risas y chistes. Una nueva llamada de nuestra hija nos hizo darnos más prisa, por lo visto  ya  estaban todos allí,  solo faltábamos nosotros, claro con las actividades matutinas.

Llegamos a la casa donde unos hiperactivos niños nos esperaban en la puerta junto a una hiperactiva Alice.

Cuanto habéis tardadonos dijo—, ¿qué habréis estado haciendo?preguntó con sorna.

Nos adentramos a la casa y comenzamos a abrir los regalos. La verdad que yo tenía ganas de que Bella viera lo que le había comprado, era una cosa emotiva hecha con mucho amor y en la que esperaba que se reflejara  todo esa pasión  que sentía por ella. Al tiempo que era una promesa de futuro

Primero fue el turno de los niños. Gaby se quedó asombrada al ver su nueva bicicleta.

¿Me enseñaras a montar en ella papi?me preguntó.

Claro que si hija mía, pasado mañana empezamos, mañana es el día que me dan la medalla, ¿recuerdas?

Claro papidijo echándose a mis brazos—, oyeme preguntó al oídole vas a dar a mamá eso, esperemos que Papa Noel lo haya hecho bien.

Sonreí dirigiéndome al árbol y cogí  el paquete que tenía para Bella. Se lo di para que lo abriera, era grande,  así que tuvo que sentarse para hacerlo. Todos la mirábamos expectantes. Cuando lo abrió se quedó muda del asombro y unas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas. Eran tres marcos digitales. El primero era una recopilación de fotos que teníamos de niños, luego de adolescentes, el día del baile de graduación cuando le pedí que fuera mi novia y puse el anillo en su dedo como una promesa de algo mas, nuestro noviazgo, cuando le pedí que se casara conmigo, otra  de nuestra boda y el nacimiento  de Gaby. Por razones evidentes ahí se cortaba. El segundo era una recopilación de fotos que Rose nos había tomado a la niña y a mi  aquí en Forks, y algunas otras que habíamos tomado en nuestra estancia en Jacksonville,  así como unas cuantas que Rose y mi madre me habían dado de las diferentes etapas de la vida de Gaby que yo como un imbécil me había perdido.  El tercero estaba vacío pero tenía una nota que decía: para las próximas que nos hagamos los tres juntos.

Bella me miró con lágrimas en los ojos,   se levantó y se tiró a mis brazos besándome efusivamente y dándome las gracias. Se separó de y fue hasta el árbol,   cogió otro paquete y me dio mi regalo. La verdad es que con el fabuloso reloj yo tenía bastante pero lo abrí igual de emocionado, y me quedé boquiabierto. Era una copia muy antigua, quizás de las primeras que se hicieron de la partitura original deClaro de Luna, música que sonaba en el baile de graduación cuando le  pedí que fuera mi novia y que se había convertido en nuestra melodía.

Mamá y Rose me dijeron que no habías vuelto a tocar el piano, espero que esto sirva para que empieces de nuevo. Prometiste componer una nana para Gaby ¿recuerdas?— con una sonrisa de oreja a oreja, crucé el espacio que nos separaba, la abracé y la besé.

Cuando volvamos primero tocaré  esta pieza, después tu nana, y luegohabrá que cumplir esa promesa y  componer algo para esta señorita.

¿Me vas a hacer un canción para mí?  preguntó mi niña—. Tita Rose me dijo que antes tocabas y que le habías hecho una canción muy bonita a mamá, pero que habías dejado de hacerlo cuandotuviste que dejar de estar con nosotras. ¿Volverás ahora a hacerlo, papi?

Por supuesto que le contesté.

Primero tendría que afinar el piano, no en vano llevaba, desde que lo trasladé desde la casa Swan a la mía, sin tocar desde hacía cincos años,  pero eso era otra cosa que tenía que recuperar. Amaba tocar el piano, me gustaba hacerlo y componer canciones para la gente que amaba como la nana de mi Bella. Pero dejé  de hacerlo cuando ella se marchó. A menudo solía ir a refugiarme en la casa cuando no podía más, me sentaba en él e intentaba tocar algo, pero me faltaba alguien escuchándome. Recordé como solía sentarse a mi lado para que yo le tocara una y otra vez  solo para ella, esta noche se sentarían dos personas a mi lado, yo recuperaría otro recuerdo más y me sentiría pleno, entero, completo y feliz.

_______________________________________

 

FELIZ NAVIDAD A TODAS MIS LECTORAS

Capítulo 24: El Perdón Capítulo 26: Baile de la Policía, condecoración y algo más.

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1: Accidente, noticia y reencuentro Capitulo 2: Capitulo 2: Jacksonville Capitulo 3: Recuperando tu amor. Capítulo 3 : Jacksonville, segunda parte Capitulo 4: Recuperando tu amor. Capítulo 4 : Recuerdos Capitulo 5: Recuperando tu amor. Capitulo 5 : Recuerdos, segunda parte Capitulo 6: Capitulo 6: Marco Capitulo 7: Capitulo 7 : Enfrentando la verdad Capitulo 8: ¿Reconciliándonos? Capitulo 9: Empezando de nuevo Capitulo 10: Ellas estarán bien Capitulo 11: Limpiando mi alma Capitulo 12: Amenazadas Capitulo 13: Angustia Capitulo 14: Luz en la oscuridad Capitulo 15: Pesadillas Capitulo 16: Despedida y regreso Capitulo 17: El principio del fin Capitulo 18: El final Capitulo 19: Las noticias más esperadas Capitulo 20: La historia de Carmen y un giro inesperado Capitulo 21: Volviendo a la vida Capitulo 22: Redención Capitulo 23: Tarde de compras al estilo Alice Capitulo 24: El Perdón Capitulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa Capitulo 26: Baile de la Policía, condecoración y algo más. Capitulo 27: Mi heroe Capitulo 28: Horas de angustia e incertidumbre Capitulo 29: Inauguración Capitulo 30: El Juicio Capitulo 31: Juramento de Hipócrates Capitulo 32: La soledad de la muerte Capitulo 33: En los montes de Olympic Capitulo 34: Despedidas de solteros Capitulo 35: Sí quiero, otra vez Capitulo 36: Alice e Isabella Capitulo 37: Epílogo: Parte 1: Golpe del destino; Parte dos: Asignatura pendiente. Capitulo 38: Outakke 1: El hombre de hielo y su pequeño gran monstruo Capitulo 39: Outakke 2: Isabella Marie Masen swan, marca la diferencia Capitulo 40: Outakke 3: Padres, hijos y otras cuestiones

 


 
14447341 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios