RECUPERANDO TU AMOR (+18)SUMMARY:

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/07/2011
Fecha Actualización: 25/05/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 103
Visitas: 100814
Capítulos: 40

 Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, pertenecen a la amravillosa SM, yo solo juego con ellos.


SUMMARY:

Edward Cullen no tuvo mas remedio que separarse de su esposa Isabella Swan, obligado por las circunstancias. Cinco años después un acciente fortuito hace que se reencuentren. Edward se enteta de que Bella vuelve al pueblo y ésperando verse pronto libre de esas circunstancias y de momento enfrentándose a ellas, decide hacer lo que debería haber hecho hace tiempo:luchar por ella y recuperar su amor.

 

 

 

 

PROLOGO

No sabía en qué momento exacto me había enamorado de Bella Swan. Solo sabía que la había amado toda mi vida. Yo creo que ya estaba enamorado de ella cuando a la edad de diez años mis padres, Edward y Elizabeth junto con los de Rose, William y Rosalie,  morían en aquel horrible accidente de tráfico,  y los Swan me acogieron en su casa como a un hijo mas.

Pero  los celos enfermizos de una persona sin escrúpulos, mala y despiadada y el ansia de venganza de otra no menos despiadada, nos habían separado de la manera más cruel.

Emmet, se había quedado dormido a mi lado. Eche hacia atrás el respaldo del asiento del avión que me llevaba cada vez más cerca de ella, en un intento por dormirme. En cuanto cerré los ojos mi mente evoco cada uno de los momentos vividos a su lado. Me abstraje del tal manera, que casi podía sentir sus manos acariciándome, sus labios besándome, su olor… hasta que la voz de la azafata anunciando la llegada del vuelo me saco de mi sueño.

Mientras caminaba por el largo pasillo, mi corazón latía furiosamente, los nervios se me  habían acumulado en el estomago nada más cruzar la puerta del hospital. Hoy la vería después de cinco interminables años, en los que no he dejado de adorarla, amarla y recordarla ni un solo instante. Cinco largos años en los que no he dejado de odiarme a mí mismo por lo que la hice. ¿Cómo pude ser capaz? ¡Dios, me siento tan miserable! ¿Cómo va poder ella perdonarme algún día si yo mismo no puedo?

Mi madre adoptiva, René Swan, aun  estaba en la UCI y allí solo podía estar una persona. Rose dijo que se quedaba con ella mientras Emmet y yo nos fuimos a buscar a Bella. Cuando mi hermano y yo llegamos al mostrador, Emmet se dirigió a la enfermera para preguntar por mi amor.

__ Hola buenos días ¿La Doctora Swan, por favor?

__ Estoy aquí hermano, __  dijo una hermosa voz detrás de mí y al instante todos mis sentidos se pusieron en alerta. Me volví como en cámara lenta y allí estaba ella, tan preciosa,  tan dulce, tan real después de años de recordarla. Recuerdos, que no la habían hecho ninguna justicia. Estaba mucho más guapa que en mis sueños, mas mujer,  el embarazo y el haber tenido una hija le habían sentado genial. La ropa que traía puesta, el típico pijama y bata verde con el que solía vestirse un médico,  me intimidaba, nunca la había visto vestida así. Nos quedamos mirando durante un largo rato, cada uno sumergido en la mirada del otro, como antes, como siempre hacíamos, de repente todo el dolor y el sufrimiento parecían haberse borrado, solo estábamos ella y yo. No había nadie más. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho,  mi piel estaba erizada y mi cuerpo, bueno mi cuerpo era un caso aparte

__ ¿no me vas a saludar? , __ dije adelantándome hacia ella con intención de darle un beso en la mejilla

__ Hola Edward, __  dijo echándose para atrás totalmente impactada de verme ahí, estaba claro que no me esperaba. __ ¿Qué tal?

__  Bien, __   Conteste  con el corazón encogido por el dolor del rechazo, __ tú estás muy guapa. _  Dije mirándola con amor, con ese amor que sentía por ella, con adoración con ternura.

__  Gracias, __  dijo sonrojándose y devolviéndome la mirada con esa expresión que ponía siempre que estaba preguntándose algo

__ ¿De verdad está todo bien? , __   la volví a preguntar

__  Bueno ahora mejor, ya paso el susto. __  Y volvimos a perdernos el uno en la mirada del otro. ¡Dios, Como amaba a esa mujer! Que ganas de estrecharla en mis brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Y como si mi cuerpo obedeciera una orden de mi subconsciente, me acerque a ella y la abrace.  Que maravilloso era volver a sentir en mis brazos ese delicado cuerpo que tan bien encajaba en el mío, volver a disfrutar de ese olor que no había cambiado con el tiempo, volver  a rozar su piel. Pero ella después de devolverme el gesto durante un maravilloso momento,  rompió el abrazo.

__  ¿Dónde está Tanya?,-__ dijo preguntándome por la mujer que yo más odiaba en este mundo y rompiendo la magia del  encuentro.

__ Ella no ha venido Bella, hemos venido solos Emmet y yo

__ Bella ¿Cómo estás?, __ dijo Emmet rompiendo la tensión.

___Bien, bastante bien… dentro de lo que cabe, __  contesto ella. Yo era incapaz de apartar la mirada de su rostro, era tan hermosa  __ ¿Habéis visto ya a mama?__  Pregunto.

__ Si Rose nos fue a recoger al aeropuerto. Vinimos directamente para acá. No hemos podido hablar mucho con ella, ya sabes que en la UCI no puede estar más de una persona, así que hemos tenido que entrar de uno en uno. Rose se ha quedado con ella y nosotros hemos venido a buscarte, queríamos verte.

__ ¡Mama, mama! , __  dijo de repente una voz detrás de nosotros__, ¡Tía! dijeron otras dos. _  Bella se volvió en el acto y los miro a los tres críos con una cara de muy pocos amigos y ellos captaron el mensaje.

__  Vale, vale, ya lo pillamos, en un hospital no se chilla, dijo Gabriela. Al tiempo que el móvil de Bella vibraba en su bolsillo.

__ ¿Sí? _  contesto ella a la vez que mis sobrinos se tiraban encima mío y de mi hermano para saludarnos. Note como Gabriela se quedaba atrás retraída, yo quería acercarme, tomarla en mis brazos y darla un beso pero…no sabía si era prudente. La niña me miraba  fijamente y de repente una sonrisa ilumino su cara.

_ En un hospital no se chilla  _  dijo Bella encarando a las tres figuras que ahora la miraban un poco temerosos _  y tampoco se deja por ahí abandonadas a las niñeras. No veo a Emily por ningún sitio ¿Sabéis donde está?

_  Yo creía que venía detrás de nosotros _  dijo mi sobrino Peter con cara de inocencia.

_  ¿Eso creíais? Pues mira que acaba de llamarme por teléfono para preguntarme si estáis conmigo, porque se ha parado a hablar con  una amiga y de repente habéis desaparecido de su vista.

__  Pues eso __  dijo Gabriela que seguía mirándome de reojo – se ha parado a hablar con Charlotte y nosotros teníamos prisa por saber cómo estaba abu René.

__ A abu René todavía no la han puesto en una habitación con una camita y donde está los niños no pueden pasar. Así que ahora nos vamos a ir a la cafetería a tomar algo mientras esperamos que la trasladen y luego os vais a ir a la guardería del centro porque Emily se ha tenido que marchar  ¿Ok?

Bella en ese momento se dio cuenta que mi hija no hacía más que mirarnos, sobre todo a mí que me estaba poniendo más nervioso aun de lo que estaba. Aunque tengo que reconocer que estaba disfrutando viéndola ejercer su papel de madre ¡Se le daba tan bien! Parecía que hasta incluso los dos diablos que tengo por sobrinos la tenían un respeto.

__ Gaby hija, mira, estos son tu tío Emmet, el padre de Tony y Peter

__ Hola tío Emmet. __ dijo Gabriela dándole un beso y un abrazo.

__ Y este es __ continúo  Bella y yo me prepare para recibir una bofetada emocional, pues sabía que me iba a presentar como su tío. ¡Dios bendito! Hasta eso me había negado esa zorra que tenia por esposa. Pero no estaba preparado para esto, juro, que no lo estaba.

__ ¡Papa!__ dijo Gabriela, tirándose a mis brazos.__ Tú eres mi papa ¿Verdad? Si, si lo eres,  eres igualito a la foto que mi mama me dio.

__No podía dar crédito a mis oídos. No puedo describir la emoción y la alegría que me embargo en ese momento. MI niña sabía quien era yo. Bella la había hablado de mí.

 Me quede mirando incrédulo a mi hermosa Bella, a mi niña, a la que consideraba mi mujer,  mi verdadera  esposa, aunque un montón de papeles sin sentido dijeran otra cosa. Ella me sostuvo la mirada, esa mirada de ojos chocolate en la que solía perderme.

__ Tú, ¿La has hablado de mí?

__Tenía derecho a saber

 

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Capítulo 12: Amenazadas

 

 

 

 

Personajes de Recuperando tu amor

Capitulo 12: Amenazadas

Pov Edward

Pasamos buena parte de la mañana viendo como los niños nadaban. La verdad era interesante, además de las típicas clases de natación, Zafrina junto a otra profesora que se llamaba Kachiri, les daban clases de socorrismo y era muy divertido verles como se salvaban los unos a los otros. Salvo por esos dos niños que me presentaron ayer, Jane y Alec creo que se llamaban. No dejaron un momento de meterse con mi niña y mis sobrinos no dejaron ni un segundo de defenderla. La verdad es que yo ya me iba a levantar a decirles cuatro cosas, cuando Kachiri, les pegó una buena bronca. De todos modos,   estos hoy no se iban de aquí, sin saber quién era el papá de Gabriela.

—Parece que te ha surgido otra más a quien sobreproteger –dijo Emmett con sorna—. Pobre niña y sólo tiene cinco años. Verás cuando tenga quince y los chicos quieran salir con ella. Vas a tener que limpiar bastante a menudo el rifle.

—¿Pero no te has dado cuenta de la mala leche que tienen? —grité visiblemente enfadado.

—Me he dado cuenta Edward, pero los niños son así de crueles con otros niños que por algún motivo son más débiles que ellos. Tienes que dejar que   solucione sus problemas solita, hermano. Y estar para ella cuando te pida socorro. Además –añadió– por si no te has dado cuenta los tres se las están apañando muy bien y, no es porque sean mis hijos —dijo orgulloso —, pero tiene una buena ayuda. Peter y Tony se las arreglan  muy bien defendiéndola. De hecho les tendría que regañar pero no lo voy a hacer. He de decir en su defensa que tienen toda la razón. Pero no se lo digas a Rose.

—Ni una palabra –contesté riéndome a carcajada limpia otra vez. Vaya en un solo día me había reído más que en cinco años.

  Cuando las clases terminaron mi niña vino hacia mí para que la ayudara a secarse. La tal Jane venía detrás de ella.

—Pues si se va a volver a marchar, menudo papá  –oí que le decía.

—Pero yo me voy  a ir con él —contestó Gabriela desafiando a la niñita esta de marras. Me hice la nota  mental de recordar las palabras de Emmett  de hace un momento y no intervenir a no ser que fuera necesario.

—Sí, eso dicen todos —dijo la maldita niña riéndose con sorna.

—Porque tus papás no os hagan caso y no cumplan las promesas que os hacen, no quiere decir que el mío tenga que ser igual  –chilló de pronto mi niña poniéndose furiosa de verdad, tanto que me dio miedo. Me levanté inmediatamente pero Zafrina vino en mi ayuda.

—Jane cariño,  tu niñera está esperándote con la toalla, ve deprisa no te vayas a enfriar. Perdónele —dijo Zafrina dirigiéndose entonces a mí –, en realidad no son más que unos  pobres niños. Sus padres les han dejado al cuidado de una niñera que  no es demasiado cariñosa con ellos y parecen haberse olvidado de que tienen hijos. No sabemos quiénes son ni como se llaman o en dónde trabajan, solo que su apellido es Stevenson. Y como ven que a su hija  la cuidan, quieren y protegen, tanto su niñera como su madre, sus tíos, tías, y sus abuelos, simplemente le han tomado manía. Y no han parado hasta encontrar su punto débil: usted. Se dan cuenta que a la niña le duelen sus comentarios y no dejan de meterse con ella.

—Vaya, pues de verdad que lo siento –dije secando con la toalla a mi hija al mismo tiempo que luchaba porque las lágrimas no salieran de mis ojos delante de la niña y de Zafrina –, pero que esos niños se sientan  abandonados por sus padres de esa forma no les da derecho a atormentar a mi hija o a cualquier otro que se ponga en su camino –le dije.

—En eso tiene toda la razón, ¿Edward verdad? –me contestó.

—Sí, puedes llamarme Edward y de tú. Por favor—le dije, me caía bien esta mujer.

—De acuerdo, pues de tu entonces. Lamento tener que irme –añadió—,   pero empieza otra clase. No les hagas caso, mi niña —le dijo dando un beso a Gaby en la mejilla y marchándose.

—Llevan toda la mañana diciéndome que  es mentira que me voy a ir a Forks, que te vas a volver a marchar y  no me vas a llevar contigo —no podía soportar ver su carita llena de lágrimas, era superior a mí.

—Pues eso no  va a pasar eso cielo, tu vendrás a vivir conmigo a Forks en cuanto a tu madre le den el permiso ya lo verás. Y además, quiero que sepas una cosa, pase lo que pase y digan lo que te digan, tú no hagas caso. Haz caso a tu corazón— dije poniéndola la mano en el mismo –, dime hija ¿qué te dice tu corazón?

—Me dice que me quieres y que me estarás esperando en Forks —  contestó  abrazándome.

—Pues entonces no dudes de eso. Ahora vamos a vestirte. ¿De acuerdo?—de repente una duda me asaltó.

— ¿Sabes vestirte sola?—pregunté un poco azorado.

— Sí, mami me enseño y Emily también, ellas nunca entran para que aprenda a hacerlo.

Me quedé esperándola fuera durante bastante rato. Tanto, que ya me estaba empezando a preocupar, como no saliera pronto iba yo a entrar a por ella. Pasados unos minutos más mi niña salía perfectamente vestida del vestuario femenino, si se puede decir perfectamente a una blusa mal abrochada y a  los pantalones a medio subir.

—Papi,  perdóname si he tardado, es que mami me dice que después de salir del mar me tengo que duchar y quitarme la sal de la piel. Y me he lavado muy bien,  me he echado cuatro geles y cuatro champús –me informó muy orgullosa mientras yo reprimía la carcajada que estaba a punto de salir e intentaba disimular mientras le  abrochaba  bien su blusa, y le colocaba los vaqueros.

—Gaby, verás…— empecé—, con que te laves dándote solo un gel y un champú es bastante. ¿No estás tan sucia, cierto? Solo se trata de quitar la sal del mar, luego ya te lavas bien en casa.

—Sip, mami también me lo dice pero a mí siempre se me olvida  —me dijo muy compungida y entonces ya no pude más y solté la carcajada que tenia reprimida. Le cogí de la mano  y fuimos a buscar a Emmett. Gabriela se cogió de mi mano y  a todos los niños que veía les decía:

—Mirad, este es mi papá, me voy a ir con él a Forks —la mayoría de los niños se paraban  a saludarme, por lo que me quedó claro que el problema sólo estaba en esos dos  elementos. Por fin conseguimos llegar donde Emmett estaba esperando.

—¿Sabéis llegar al hospital desde aquí?—preguntó Emmett rascándose la nuca en un claro gesto de preocupación por el hecho de no saberse ubicar —supongo que querréis ver a la abuela.

—No somos tontos. ¿Por quién nos tomas? Claro que sabemos cómo ir—dijo de nuevo el terceto perfectamente sincronizado. Yo por mi parte me estaba partiendo de la risa, otra vez.  Antes de que pudiera meter más la pata, cogí el brazo de mi hermano y le señalé  un edificio enorme que tenia justo detrás.

—Emmett el hospital está justo detrás de ti —le dije al oído. Emmet miró hacia los niños que tenían la vista fija en el suelo  aguantándose la risa.

—Vale de acuerdo,  podéis reíros —y los cuatro, incluido yo estallamos en carcajadas. Diablos cuanto hacia que no me reía tanto y tan a gusto.

Llegamos al hospital y subimos directamente a la habitación de Renée.

—Abu, Abu, ¿Cómo estás?

—Mucho mejor. Como siga así voy a poder echaros una carrera.

—No —dijo Peter muy circunspecto —, la tía nos ha dicho que vas a tener que estar así un par de meses o más y que cuando volvamos a Forks tenemos que ayudarte mucho.

—Vaya los rumores vuelan –murmuró mi madre rodando los ojos.

Estuvimos allí un rato y después les llevamos a dar un paseo. Al salir vimos a mi Bella que iba vestida con la ropa de ambulancia como si fuera a hacer una salida con ellos. Iba corriendo muy deprisa, un tipo que parecía ser el conductor del vehículo se encontró con ella, la ayudó a subir y  salieron disparados.

—Un pobre hombre se ha desmayado dentro del coche y ha causado un accidente. El médico  que normalmente sale esta libre hoy y su sustituta acaba a de ponerse enferma, así que Bella ha decidido solucionar el problema –explicó  Alice detrás mío. ¿De dónde había salido esta mujer?

—Pues esperemos que no sea nada —contesté  un poco preocupado ante la ecuación Bella… accidente… correr… en fin…

—Eso esperemos ya tuvimos bastante con el de ayer  y vosotros ¿habéis nadado ya?—preguntó Alice a los niños.

—Sí y hemos aprendido a hacer la respiración boca a boca, ¿quieres que te hagamos la respiración boca a boca tía Alice?—preguntaron de nuevo los tres a coro.

—Esto… ahora mejor que no, veréis estoy esperando enfermitos –contestó Alice saliéndose por la tangente.

—Bueno nosotros nos vamos. Os veremos a  la hora de la comida —dije despidiéndome de Alice y salvándola de la engorrosa situación. Ella  me dijo adiós   con la mano diciéndome  gracias con la mirada.

Estuvimos paseando por la ciudad un buen rato, hasta que se hizo la hora de la comida. Yo estaba nervioso por lo que me tendría que decir Jacob y ansioso por ver a Bella. Cuando llegamos Alice, Rose  y ella ya estaban en la cola de la cafetería. Bella me dio un apretón suave en la mano a modo de saludo. En público era lo único que podíamos hacer. ¡Dios! cuanto necesitaba llegar y simplemente darle un beso sin tener que esconderme.

—Pues realmente no le veo la necesidad Alice, si hace frío nos ponemos un abrigo y punto.

—Sí pero tendrás que comprarlo o que acaso eres como Harry Potter y sabes un hechizo para sacar ropa de donde no la hay—decía Alice muy sería mientras Rose a su lado se partía de la risa.

—No, no tengo un hechizo Alice, pero si tengo abrigos en el armario sin usar de hace cinco años y esos me valdrán.

— ¡¿Cinco años?! ¡¿Tú estás loca Bella?!—  exclamó  Alice escandalizada—estarán pasados de moda. Y a la niña ¿Qué le piensas poner a la niña?, hace cinco años era un bebé no creo que le quede bien –así que esta era la famosa discusión que auguraba Rose – pues sí era divertida. Era algo así como ver la lucha entre dos titanes, pero creo que la argumentación de Alice era más acertada.

—Respecto a la ropa de la  niña tienes razón, pero ya se la compraré, hay tiempo no hay que salir corriendo –contestó Bella en un claro intento de escabullirse.

—Además tu madre necesitará una especie de pantalón con una cremallera o algo que pueda descoser fácilmente —siguió atacando Alice.

—Pues para descoser con unos pantalones viejos bastará y además existen unas cosas llamadas faldas –contestó Bella  en tono beligerante.

—Eres incorregible Bella – dijo Alice, aunque por su expresión me parecía a mí que no pensaba resignarse ni claudicar tan pronto.

—Mamá,  Tías —dijeron los niños, de nuevo a la vez—, ¿pero ya estáis discutiendo? No sé para qué discutes con ella Tía Bella,  si siempre sale ganando.

—Ufff —suspiró mi Bella—, bueno a ver qué vais a comer. Por cierto Edward, ahora dentro de un rato viene Jacob. Comeremos y después  Rose y Alice se llevaran a los niños para que podamos hablar tranquilamente. Es que hablar delante de ellos…

—Se enteran de todo sí, ya nos hemos dado cuenta —dije yo  como si hubiera descubierto el oro.

—Mamá, mamá, papi me ha dicho que nos vamos con él a Forks –dijo mi niña entusiasmada y Bella me miró de forma interrogante.

—Larga historia, después luego te la explico. ¿Vale? —dije intentado escabullirme. Bella enfadada daba mucho miedo y no quería discutir con ella, no después de habernos reconciliado hacia tan solo un día.

—Vale –dijo mirándome no muy convencida.

—Por cierto Rosie —dijo Emmet –, cuando vaya a hablar de  algo que no deba delante de los niños avísame ¿Ok?

—Da la casualidad querido marido, que eso es lo que llevo haciendo desde que tienen uso de razón. ¿Cuál crees que es el objetivo de tanto golpe y coscorrón?—contestó Rosalie con una expresión en su cara totalmente indescifrable.

—¿Era por eso?—dijo  Emmet como si hubiera desentrañado un gran enigma.

—¿Y se puede saber cómo has llegado hoy a la brillante conclusión de que no se puede decir nada de delante de los niños?—preguntó Rose un tanto mosqueada.

—La misma larga historia, luego os la contamos ¿vale?—contestó Emmett utilizando la misma táctica que yo había utilizado hacia tan solo unos momentos.

Cargamos las bandejas con comida para todos y nos fuimos a buscar una mesa. Bella iba protestando porque se había acabado la tarta de chocolate. No cambiaría nunca, siempre le gustó el chocolate. Sobre todo las tartas de Renée y que ya nunca hacia por razones obvias.

—Vaya Bells, ¿todavía tienes sitio para comerte todo eso?,  creí que por hoy ya tenías bastante —preguntó un Jacob divertido apareciendo de improviso detrás de mí.

—Jacob Black un solo chistecito más acerca del asunto y te juro que Vanessa va a tener que ir  a un banco de esperma si quiere tener hijos. Porque a lo mejor estreno aquel regalito que me hiciste y que siempre llevo en el coche –debía referirse a la pistola. ¿Qué diablos habría pasado? La verdad es que sentía curiosidad. Pero no era el único curioso

—¿Qué has hecho esta vez Bella?, ¿te has tragado una farola como tu hija? – preguntó Emmett socarrón.

—Algo mejor que eso. Se ha tragado un coche entero —contestó un más que dispuesto Jacob en tono guasón.

—Jacob…los niños –advirtió Bella, pero ya era tarde.

—¿Qué es eso de que te has tragado un coche,  mamá?—preguntó Gaby.

—Eso mismo digo – dijo Emmett más niño que ellos y Rose le propinó un coscorrón—. Rose cómo duele, ¿qué he hecho ahora? , sólo quiero averiguar cómo es que mi hermanita, la eminente doctora, se ha tragado un coche.  

 Yo estaba que no cabía en mí de felicidad. Como había echado de menos estos momentos de bromas y burlas, aunque por lo visto se nos había unido otro gracioso al grupo.

—Pues veréis. A un pobre hombre le ha dado un infarto mientras iba conduciendo y Bella ha salido en la ambulancia. Cuando ha llegado al lugar de los hechos, la policía de tráfico estaba intentando reorganizar el atasco que el pobre señor había causado. Aparte de que varios coches habían chocado entre sí y había varios heridos. La ambulancia no podía pasar, así que súper Bella ha salido de ella al mismo tiempo que Jasper salía de la otra y se subía a uno de los coches para saltar al otro lado. Jasper se ha vuelto para ayudar a Bella, pero esta ni corta ni perezosa ya había empezado a subir, pero miren por dónde se le ha resbalado el pie y literalmente se ha caído de boca contra el capó del coche —todos, niños y adultos,  nos miramos conteniendo la risa.

—Bueno voy a ver qué pillo de comida –dijo Jacob mirándola socarronamente. Y de repente ocurrió algo muy gracioso, Bella le sostuvo la mirada durante un rato y entonces los dos se echaron a reír a carcajada limpia y  los demás con ellos.

 —Pues mira a ver si han puesto ya la tarta de chocolate, me debes una invitación, ¿recuerdas?

—¿Si? ¿De cuándo?—preguntó Jacob confundido.

—Desde hoy por gracioso –contestó mi Bella y todos volvimos a estallar en carcajadas.

—Hola a todos ¿Cómo está tu madre Bella? –preguntó Jasper apareciendo ¿y dándole un beso en la mejilla?,  pues que confianzas…

—Mucho mejor, si sigue así  le darán el alta. Lo malo es que quiere volver a Forks. ¿Crees que Marco me dejará su avión?

—Por supuesto Bella, ya sabes que sí —le contestó Jasper de forma muy cariñosa. Ya sabía que este Jasper era el marido de Alice pero el tonito con que le  hablaba… entre el uno y el otro… le pasé  el brazo por detrás de su silla en un ademán cavernícola de “esta mujer es mía”, no lo pude evitar.

—Voy a por algo de comer. Veo que tu todavía tienes hambre Bella —dijo Jasper con cara pícara, y todos volvimos a estallar en carcajadas. De verdad que aquello era muy divertido. Como ya había terminado de comer, me repantigué en el asiento y me quedé observándolos a todos. La familia, los amigos, todo lo que me había quitado esa maldita mujer.

—Que no se le olvide a Jacob mi tarta de chocolate —le dijo mi Bella con carita de pena. Por cierto y ahora que me daba cuenta, a todo el mundo le pedía la tarta dichosa menos a mí…

Terminamos todos de comer entre risas y bromas y un par de raciones extras de tarta de chocolate que Bella no dudo en comerse con ayuda de mi cuñada, su amiga y los niños. Rose y Alice se llevaron a los chicos. Mi hija,  que bien sonaba eso, se fue a regañadientes pues no se quería  marchar. Yo creo que tenía miedo de que desapareciera en cualquier momento y  no la culpaba por eso.

—Veo que esta mañana te diste cuenta,  el alumno está empezando a prosperar –empezó  Jacob con su habitual tono socarrón—. Tranquila Bella, eran Jared y Paul –le dijo un poco más serio. Vale, ese tono me gustaba más.

—No dudo de que tus enseñanzas acaben dando sus frutos conmigo pero el que se dio cuenta fue Edward – aclaró Bella sonrojándose. Cuanto había añorado esos sonrojos y cuanto los adoraba.

—Un policía que muerde a otro. Por lo menos el honor se queda en la familia—dijo Jacob volviendo a su tono socarrón y hablando conmigo directamente por primera vez. Íbamos prosperando.

—Sí —dije sonriendo un poco,  este tipo cada vez me iba cayendo mejor.

—Hola muchachos –dijo Charlie–,  Emmett ha subido a sustituirme así que voy a ver si como un poco. Esperamos a que Charlie volviera y entonces Jacob se puso serio.

—Al grano. Edward, Sam, que ahora viene, Emily, yo y el resto del equipo, no  somos policías sino agentes especiales del FBI destacados en Jacksonville con la única finalidad de proteger a Bella y a tu hija. El mismísimo director del FBI nos encargó el trabajo por ser, según él, los mejores. Cosa que es un orgullo para nosotros la verdad. Marco tomó esa decisión tras tres atentados fallidos contra la vida de tu mujer y tu hija. En el primero inutilizaron los frenos del coche. Por suerte Jasper tiene los nervios de acero. En el segundo casi la atropella a Bella un conductor que se supone conducía borracho, pero que solo apestaba a alcohol, la tasa de alcoholemia dio cero. Y en el tercero, alguien intentó secuestrar a Bella en el parquin del hospital. En estos dos últimos  intentos,  nuestro equipo ya las estaba vigilando y bueno conseguimos salir con bien de la situación.

Ni  Bella ni tu hija van solas ni al cuarto de baño, eso te lo puedo asegurar. Están vigiladas las veinticuatro horas del día, siete días a la semana. Tenemos un equipo formado por ocho personas que van en parejas Jared y Paul, que los has conocido esta mañana, Quil y Embry, Leah y Emily y Collin y Brady. Son agentes entrenados especialmente para este tipo de misiones. Bella y tu hija  están a salvo con nosotros,  Edward. Vuelve a Forks y haz tu papel, verás  —dijo dudoso —necesitamos un pequeño favor.

—¿Un pequeño favor? –dijimos Bella y yo a la vez.

—Marco me llamó esta mañana, las pruebas oficiales que hay contra Tanya y los dos hermanitos han desaparecido misteriosamente por lo que se sospecha que hay un topo. Tranquilos –dijo levantando la mano al ver en nuestra cara el típico y lógico gesto de estupor—, por precaución habíamos hecho copias de esas pruebas y son las que se han llevado, las originales están a buen recaudo en la caja fuerte de un banco bajo un nombre falso que Marco utiliza. Pero necesitamos saber quién es el infiltrado. Y ahí entras tú ¿Podrías ver la manera de sonsacarle a Tanya?— me preguntó directamente.

—No hay problema – dije yo —, si algo he aprendido a hacer bien en este tiempo es a discutir con ella hasta el punto de sonsacarle cosas que no quiere decir. No sospechará. Haré lo que sea porque todo esto acabe pronto. Solo asegúrame que Bella y mi niña estarán bien.

—Eso queda asegurado Edward, las defenderé con mi vida si es necesario – dijo otra voz detrás de mí—. Me llamo Sam Ulley.

—Hola—le dije dándole la mano. Madre mía, si Jacob parecía un armario de tres puertas este parecía que tenía seis.

—Bella y Gabriela aquí están protegidas y bien, después de aquellos atentados no ha habido ninguno más porque no se han podido acercar a ellas lo suficiente. Emily y Leah  revisan a conciencia los coches todos los días antes de que nadie salga del garaje.

—Y no van a ninguna parte sin ser seguidas por uno de los nuestros, como has podido comprobar esta mañana. ¿Por qué te crees que he visto como se tragaba el coche? Estaba vigilando la situación con Collin ya que Brady estaba en su tiempo de descanso —siguió diciendo Jacob.

—También tenemos controlado a James Caam y a su novia.  Hay  tres agentes pegados a ellos continuamente. James es la persona que informa a Tanya de todo lo que pasa aquí. De momento hemos hecho la vista gorda porque nada de lo que le ha dicho era relevante, pero sabemos de buena tinta que esta mañana la ha llamado para confirmarle que Bella vuelve a Forks y para contarle de vuestras andanzas. El problema es que no ha dicho nada que le comprometa. Ha sido una conversación inocente en la que un amigo comunica a una amiga que otra amiga común vuelve a su casa y ha vuelto con su marido. En este tema os ruego que tengáis un poquitín de cuidado.

—No me pienso ir de aquí hasta que no se aclare esta situación y esos dos estén detenidos –exclamé  aterrorizado por lo que estaba oyendo.

—Bueno, eso me dará excusa para tener a mamá unos días más aquí. Pero, ¿podréis dejar tanto tiempo el trabajo?

—Bella, hace mucho que Emmett y yo no tenemos vacaciones. Hay tres agentes  de Port Ángeles sustituyéndonos hasta que volvamos. Y además, me da igual.

—Te entiendo Edward, pero necesitamos que vuelvas para sonsacarle a Tanya esa información, es de vital importancia. Aunque si lo pudieras hacer desde aquí, no tendríamos inconveniente en que te quedaras, al revés sería un respiro contar con tu ayuda. Eso sí, el tema de la detención puede que tarde un poco —me explicó Jacob.

—Como ves no te estamos dejando de lado, contamos contigo. Cuando oigas entre tus compañeros alguna mala palabra hacia el FBI, acuérdate de nosotros —dijo Sam en tono  de burla.

—Por supuesto contad con ello —respondí siguiendo la broma mientras tenía inconscientemente un brazo encima del hombro de Bella en tono protector. Y de repente y como si hubiera llamado al diablo  este apareció, me sonó el móvil.

—Es Tanya –les dije  y puse el manos libres para que todos pudieran escuchar. Sam me dijo que esperara unos segundos mientras sacaba una especie de grabadora y la conectaba al móvil.

—Dime Tanya, ¿qué quieres ahora?, estoy ayudando a mi madre —contesté con el mismo tono que empleaba siempre con ella. No lo podía evitar.

—Pues no es eso lo que me han contado. Me han dicho que te pasas el día por ahí solito con Bella y con tu hija.

—Tanya, comemos todos juntos en la cafetería del hospital, ¿qué quieres, que coma solo en una esquina?—dije intentando mantener la calma.

—Pues come después Edward, pero no con ella. Y esta mañana os han visto iros a los dos en su coche haciéndoos arrumacos—contestó con voz resentida.

—Pues de eso te han informado mal, me he pasado toda la mañana con mi madre—rebatí  intentado que se lo creyera.

—¿Y qué hay de tu hija?—preguntó mordaz.

—Pues que quieras o no, es eso, mi hija. Me ha reconocido, me ha dicho que la lleve a pasear y a varios sitios y eso es lo que he hecho—dije desafiante y pasándome la mano por el pelo. Estaba muy nervioso.

—Ten cuidado Edward, que si no…—dijo en tono de advertencia.

—¿Si no qué? Tanya. ¿Qué piensas hacer?—dije retándola a que dijera un poco más.

—No me tientes Edward, o vuelves ahora o te juro que tu querida Bella no llega al día de mañana—amenazó  de una manera que me resultó aterradora pero intente mantener la compostura.

—No pienso volver hasta que mi madre esté bien, y te aseguro que Bella llegará al día de mañana, aquí estoy yo para evitarlo —contesté con los nervios a flor de piel. Mi pelo era una maraña más revuelto de lo habitual pues no dejaba de pasarme la mano por él.

—Maldita sea Edward, estás con ella—dijo con una voz fría, gélida, glacial, espeluznante.

—No, no lo estoy Tanya –contesté haciendo caso a una señal de Sam—. ¿Cómo diablos quieres que esté con ella si me tienes pillado? Ya te dije que no era tan canalla de darle falsas esperanzas. Sólo estoy cuidando a mi madre,  nada más.

—¿Y lo de esta mañana en el coche? —preguntó mordazmente.

—No sé de qué diablos estás hablando. No éramos nosotros, no tengo ni idea de a quien ha visto —mentí.

—Pues según mis informaciones, Bella vuelve definitivamente al pueblo. Claro está, si yo no puedo evitarlo – dijo otra vez de una forma que me puso los nervios de punta.

— ¿Y si no has podido hasta ahora? ,  ¿qué te hace pensar que vas a conseguirlo? Mira Tanya, Bella y yo no estamos juntos  Ok. Es verdad que vuelve al pueblo, pero nada más.

—Pues a ver si es verdad —contestó incrédula.

—Mira Tanya, céntrate en la investigación de tu padre y preocúpate por eso que es más grave, yo volveré con mi madre cuando ella pueda viajar— le dije intentando calmarla.

—Bueno dentro de unos días ya no habrá investigación —anunció en tono triunfal.

— ¿No? ,  ¿y eso porqué?,  ¿también tenéis un topo en el FBI? Pues con el FBI no se juega querida mía. Además,  ¿quién te dice que no te esté traicionando a ti?—intenté  pincharla.

—Ella nunca haría eso, es mi prima y además...— de repente se quedo cortada dándose cuenta de lo que había hecho. ¡Bingo la había pillado!

—Haré como que no he oído eso Tanya –dije inocentemente—, como tú muy bien dices estamos en el mismo bote y si Aro se salva, mis padres, mi hermano y yo mismo lo haremos también.

—No se te ocurra decir ni una palabra o Bella y tu hija pagarán las consecuencias. Y procura no andar por ahí solito con ella, o también pagaran las consecuencias. Edward, solo tú, óyeme, solo tú, eres responsable de lo que ocurra.

—Me portaré bien Tanya, no tengo otro remedio.

—Más te vale Edward, mas te vale.

Y diciendo esto colgó.

—Bueno, pues acabo de grabar esta conversación —anunció Sam—. El problema es que si no cumple su amenaza, sólo se quedará en eso, en amenaza. Aun así es una prueba más.  Pero  gracias a dios ya sabemos quién es el topo.

—Conozco a esa prima de la que habla. Se llama Irina Denali —dije yo acordándome de repente–, es prima de Tanya por parte de madre, hija de un primo hermano de Carmen, la esposa de Aro —expliqué–. Según una foto que he visto es rubia oxigenada como Tanya y bastante alta, aunque supongo que estará bajo un nombre y apellidos falsos

—Bueno pero con todo lo que nos has dicho bastará para encontrarla. En el FBI tenemos muchas mujeres rubias y guapas, pero son mujeres de verdad, no rubias oxigenadas con nada en la cabeza más que el pelo –dijo Sam muy serio—. Todo es cuestión de tiempo Edward, en breve todo estará solucionado. Vámonos ahora a mandar esta conversación a Marco. Edward, ¿ves a aquellos dos chicos del fondo vestidos de enfermeros? Son Quil y Embry. Hasta luego —dijeron y los dos se levantaron y se marcharon.

—Adiós –dijimos Bella y yo a la vez.

La rodeé con mis brazos y la abracé fuerte, aunque me di cuenta de mi indiscreción y me aparté rápidamente. Tenía miedo, mucho miedo. De verdad me estaba planteando quedarme ahí con ella el tiempo que le quedase para volver a Forks y regresar los tres juntos. El problema sería Tanya y convencer a Bella.

—Amor, ¿tienes que volver a trabajar?—le pregunté, Emmett antes había tenido una buena idea… con unos cuantos retoques…

—Sí, tengo que regresar en media hora. Todavía estoy en mi rato de descanso.

—Estoy pensando en algo. No sé si podrá ser —le dije dubitativo.

—Vamos a dar una vuelta por la playa. Rose y Alice estarán allí con   los niños me lo cuentas y luego te quedas con ellos. ¿Has terminado ya papá? – preguntó Bella a mi padre que, escuchando todo en silencio, había estado en la mesa todo este tiempo.

—Sí, yo vuelvo a la habitación con tu madre.

—Sal a dar una vuelta con nosotros, Emmett la cuidará bien—propuso ella y me alegré así tendría un aliado.

—No lo dudo, pero si por las noches no me dejáis  estar con ella, dejadme el día por lo menos. 

Nos levantamos y salimos de la cafetería, Charlie se dirigió hacia la habitación de Renée mientras Bella  y yo nos encaminábamos a la salida.

—Yo le comprendo mi amor, si fueras tu ni con una grúa me apartarían de tu lado —dije cuando ya íbamos por el paseo camino a la playa, guardando por supuesto las debidas distancias.

Pero no le dio tiempo a responderme, un disparo rompió la tranquilidad de la tarde.

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 ¿Que pasará? ¿Que habrá sido ese disparo?

 

 

 

 

Capítulo 11: Limpiando mi alma Capítulo 13: Angustia

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1: Accidente, noticia y reencuentro Capitulo 2: Capitulo 2: Jacksonville Capitulo 3: Recuperando tu amor. Capítulo 3 : Jacksonville, segunda parte Capitulo 4: Recuperando tu amor. Capítulo 4 : Recuerdos Capitulo 5: Recuperando tu amor. Capitulo 5 : Recuerdos, segunda parte Capitulo 6: Capitulo 6: Marco Capitulo 7: Capitulo 7 : Enfrentando la verdad Capitulo 8: ¿Reconciliándonos? Capitulo 9: Empezando de nuevo Capitulo 10: Ellas estarán bien Capitulo 11: Limpiando mi alma Capitulo 12: Amenazadas Capitulo 13: Angustia Capitulo 14: Luz en la oscuridad Capitulo 15: Pesadillas Capitulo 16: Despedida y regreso Capitulo 17: El principio del fin Capitulo 18: El final Capitulo 19: Las noticias más esperadas Capitulo 20: La historia de Carmen y un giro inesperado Capitulo 21: Volviendo a la vida Capitulo 22: Redención Capitulo 23: Tarde de compras al estilo Alice Capitulo 24: El Perdón Capitulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa Capitulo 26: Baile de la Policía, condecoración y algo más. Capitulo 27: Mi heroe Capitulo 28: Horas de angustia e incertidumbre Capitulo 29: Inauguración Capitulo 30: El Juicio Capitulo 31: Juramento de Hipócrates Capitulo 32: La soledad de la muerte Capitulo 33: En los montes de Olympic Capitulo 34: Despedidas de solteros Capitulo 35: Sí quiero, otra vez Capitulo 36: Alice e Isabella Capitulo 37: Epílogo: Parte 1: Golpe del destino; Parte dos: Asignatura pendiente. Capitulo 38: Outakke 1: El hombre de hielo y su pequeño gran monstruo Capitulo 39: Outakke 2: Isabella Marie Masen swan, marca la diferencia Capitulo 40: Outakke 3: Padres, hijos y otras cuestiones

 


 
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