RECUPERANDO TU AMOR (+18)SUMMARY:

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/07/2011
Fecha Actualización: 25/05/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 103
Visitas: 100802
Capítulos: 40

 Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, pertenecen a la amravillosa SM, yo solo juego con ellos.


SUMMARY:

Edward Cullen no tuvo mas remedio que separarse de su esposa Isabella Swan, obligado por las circunstancias. Cinco años después un acciente fortuito hace que se reencuentren. Edward se enteta de que Bella vuelve al pueblo y ésperando verse pronto libre de esas circunstancias y de momento enfrentándose a ellas, decide hacer lo que debería haber hecho hace tiempo:luchar por ella y recuperar su amor.

 

 

 

 

PROLOGO

No sabía en qué momento exacto me había enamorado de Bella Swan. Solo sabía que la había amado toda mi vida. Yo creo que ya estaba enamorado de ella cuando a la edad de diez años mis padres, Edward y Elizabeth junto con los de Rose, William y Rosalie,  morían en aquel horrible accidente de tráfico,  y los Swan me acogieron en su casa como a un hijo mas.

Pero  los celos enfermizos de una persona sin escrúpulos, mala y despiadada y el ansia de venganza de otra no menos despiadada, nos habían separado de la manera más cruel.

Emmet, se había quedado dormido a mi lado. Eche hacia atrás el respaldo del asiento del avión que me llevaba cada vez más cerca de ella, en un intento por dormirme. En cuanto cerré los ojos mi mente evoco cada uno de los momentos vividos a su lado. Me abstraje del tal manera, que casi podía sentir sus manos acariciándome, sus labios besándome, su olor… hasta que la voz de la azafata anunciando la llegada del vuelo me saco de mi sueño.

Mientras caminaba por el largo pasillo, mi corazón latía furiosamente, los nervios se me  habían acumulado en el estomago nada más cruzar la puerta del hospital. Hoy la vería después de cinco interminables años, en los que no he dejado de adorarla, amarla y recordarla ni un solo instante. Cinco largos años en los que no he dejado de odiarme a mí mismo por lo que la hice. ¿Cómo pude ser capaz? ¡Dios, me siento tan miserable! ¿Cómo va poder ella perdonarme algún día si yo mismo no puedo?

Mi madre adoptiva, René Swan, aun  estaba en la UCI y allí solo podía estar una persona. Rose dijo que se quedaba con ella mientras Emmet y yo nos fuimos a buscar a Bella. Cuando mi hermano y yo llegamos al mostrador, Emmet se dirigió a la enfermera para preguntar por mi amor.

__ Hola buenos días ¿La Doctora Swan, por favor?

__ Estoy aquí hermano, __  dijo una hermosa voz detrás de mí y al instante todos mis sentidos se pusieron en alerta. Me volví como en cámara lenta y allí estaba ella, tan preciosa,  tan dulce, tan real después de años de recordarla. Recuerdos, que no la habían hecho ninguna justicia. Estaba mucho más guapa que en mis sueños, mas mujer,  el embarazo y el haber tenido una hija le habían sentado genial. La ropa que traía puesta, el típico pijama y bata verde con el que solía vestirse un médico,  me intimidaba, nunca la había visto vestida así. Nos quedamos mirando durante un largo rato, cada uno sumergido en la mirada del otro, como antes, como siempre hacíamos, de repente todo el dolor y el sufrimiento parecían haberse borrado, solo estábamos ella y yo. No había nadie más. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho,  mi piel estaba erizada y mi cuerpo, bueno mi cuerpo era un caso aparte

__ ¿no me vas a saludar? , __ dije adelantándome hacia ella con intención de darle un beso en la mejilla

__ Hola Edward, __  dijo echándose para atrás totalmente impactada de verme ahí, estaba claro que no me esperaba. __ ¿Qué tal?

__  Bien, __   Conteste  con el corazón encogido por el dolor del rechazo, __ tú estás muy guapa. _  Dije mirándola con amor, con ese amor que sentía por ella, con adoración con ternura.

__  Gracias, __  dijo sonrojándose y devolviéndome la mirada con esa expresión que ponía siempre que estaba preguntándose algo

__ ¿De verdad está todo bien? , __   la volví a preguntar

__  Bueno ahora mejor, ya paso el susto. __  Y volvimos a perdernos el uno en la mirada del otro. ¡Dios, Como amaba a esa mujer! Que ganas de estrecharla en mis brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Y como si mi cuerpo obedeciera una orden de mi subconsciente, me acerque a ella y la abrace.  Que maravilloso era volver a sentir en mis brazos ese delicado cuerpo que tan bien encajaba en el mío, volver a disfrutar de ese olor que no había cambiado con el tiempo, volver  a rozar su piel. Pero ella después de devolverme el gesto durante un maravilloso momento,  rompió el abrazo.

__  ¿Dónde está Tanya?,-__ dijo preguntándome por la mujer que yo más odiaba en este mundo y rompiendo la magia del  encuentro.

__ Ella no ha venido Bella, hemos venido solos Emmet y yo

__ Bella ¿Cómo estás?, __ dijo Emmet rompiendo la tensión.

___Bien, bastante bien… dentro de lo que cabe, __  contesto ella. Yo era incapaz de apartar la mirada de su rostro, era tan hermosa  __ ¿Habéis visto ya a mama?__  Pregunto.

__ Si Rose nos fue a recoger al aeropuerto. Vinimos directamente para acá. No hemos podido hablar mucho con ella, ya sabes que en la UCI no puede estar más de una persona, así que hemos tenido que entrar de uno en uno. Rose se ha quedado con ella y nosotros hemos venido a buscarte, queríamos verte.

__ ¡Mama, mama! , __  dijo de repente una voz detrás de nosotros__, ¡Tía! dijeron otras dos. _  Bella se volvió en el acto y los miro a los tres críos con una cara de muy pocos amigos y ellos captaron el mensaje.

__  Vale, vale, ya lo pillamos, en un hospital no se chilla, dijo Gabriela. Al tiempo que el móvil de Bella vibraba en su bolsillo.

__ ¿Sí? _  contesto ella a la vez que mis sobrinos se tiraban encima mío y de mi hermano para saludarnos. Note como Gabriela se quedaba atrás retraída, yo quería acercarme, tomarla en mis brazos y darla un beso pero…no sabía si era prudente. La niña me miraba  fijamente y de repente una sonrisa ilumino su cara.

_ En un hospital no se chilla  _  dijo Bella encarando a las tres figuras que ahora la miraban un poco temerosos _  y tampoco se deja por ahí abandonadas a las niñeras. No veo a Emily por ningún sitio ¿Sabéis donde está?

_  Yo creía que venía detrás de nosotros _  dijo mi sobrino Peter con cara de inocencia.

_  ¿Eso creíais? Pues mira que acaba de llamarme por teléfono para preguntarme si estáis conmigo, porque se ha parado a hablar con  una amiga y de repente habéis desaparecido de su vista.

__  Pues eso __  dijo Gabriela que seguía mirándome de reojo – se ha parado a hablar con Charlotte y nosotros teníamos prisa por saber cómo estaba abu René.

__ A abu René todavía no la han puesto en una habitación con una camita y donde está los niños no pueden pasar. Así que ahora nos vamos a ir a la cafetería a tomar algo mientras esperamos que la trasladen y luego os vais a ir a la guardería del centro porque Emily se ha tenido que marchar  ¿Ok?

Bella en ese momento se dio cuenta que mi hija no hacía más que mirarnos, sobre todo a mí que me estaba poniendo más nervioso aun de lo que estaba. Aunque tengo que reconocer que estaba disfrutando viéndola ejercer su papel de madre ¡Se le daba tan bien! Parecía que hasta incluso los dos diablos que tengo por sobrinos la tenían un respeto.

__ Gaby hija, mira, estos son tu tío Emmet, el padre de Tony y Peter

__ Hola tío Emmet. __ dijo Gabriela dándole un beso y un abrazo.

__ Y este es __ continúo  Bella y yo me prepare para recibir una bofetada emocional, pues sabía que me iba a presentar como su tío. ¡Dios bendito! Hasta eso me había negado esa zorra que tenia por esposa. Pero no estaba preparado para esto, juro, que no lo estaba.

__ ¡Papa!__ dijo Gabriela, tirándose a mis brazos.__ Tú eres mi papa ¿Verdad? Si, si lo eres,  eres igualito a la foto que mi mama me dio.

__No podía dar crédito a mis oídos. No puedo describir la emoción y la alegría que me embargo en ese momento. MI niña sabía quien era yo. Bella la había hablado de mí.

 Me quede mirando incrédulo a mi hermosa Bella, a mi niña, a la que consideraba mi mujer,  mi verdadera  esposa, aunque un montón de papeles sin sentido dijeran otra cosa. Ella me sostuvo la mirada, esa mirada de ojos chocolate en la que solía perderme.

__ Tú, ¿La has hablado de mí?

__Tenía derecho a saber

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 11: Limpiando mi alma

Capitulo 11: Limpiando mi alma

Pov Edward

—¿Qué tipo de clases?—pregunté.

—¿Quieres abrir la guantera por favor?—dijo con recelo en la voz.

 Abrí la guantera y cuál fue mi sorpresa al encontrarme un revólver. Era pequeño,  de fácil manejo pero no por eso menos letal.

—¿Jacob te ha enseñado a disparar?—no podía salir de mi asombro.

, eso es lo que intento decirte desde el principio, se defenderme sola Edward. Quiero que estés tranquilo a la hora de cumplir la promesa que me has hecho.

Si te refieres a que esa arpía no me vuelva a tocar, te lo juro, no volverá a hacerlo. Pero no puedo evitar seguir teniendo miedo—dije mirando el revólverBella, ¿estás segura que sabes cómo usar esto?—pregunté en tono de broma otra vez para relajar la situación,  pero un tanto preocupado porque la ecuación Bella más arma de fuego en sus manos

Eres incorregible –, contestó un poco  enfadada—.  La verdad,  es que al pobre Jacob le está costando un poquitín. Sobre todo cuando entra alguien en la sala de tiro y al querer saludar  me vuelvo con el arma en la mano apuntando a diestro y siniestro, pero ya lo voy pillando, Edwarddijo mirándome de nuevo —. No te preocupes por favor.

Me preocupo por lo míole respondí notando que se paraba en la puerta de un garaje y marcaba un código en el mando que tenía instalado en una de las paredes laterales. Reconocí de inmediato la medida de seguridad  y me quedé agradablemente sorprendido, al menos cuando estuvieran en casa estarían seguras. La puerta se abrió y entró en un garaje en donde había otros tres vehículos  más. Un Aston Martin precioso, un Porsche amarillo y una moto plateada muy bonita.

Ya hemos llegado —anunció mi Bella.

La moto  es de Jasperme explicó al ver como los mirabay el Porsche de Alice. El Aston Martin también es mío.

—¡Vaya! ahora que estoy empezando a pensar que tienes de verdad dinero para comprarle la casa a Emmetexclamé impresionado y a la vez aliviado pues en todos estos años siempre me devolvía  el dinero que yo le enviaba para mantener a Gaby—¿Cuándo me  contarás  esa larga historia?

En realidad no es tan larga. El sueldo en el hospital es bueno y todos los meses ahorraba un poco. ¿Conoces Farmacéuticas Plat?

Cualquiera no la conoce, es una de las empresas farmacéuticas más fuertes del país

Pues Esme Plat, la mujer de Carlisle, es la heredera universal de la corporación. Ella en realidad es diseñadora de interiores pero dirige la empresa junto a su padre, que ya es mayor y está a punto de jubilarse por lo que Esme quedará como dueña y señora pues es hija única. Ella me  sugirió hacer unas cuantas inversiones aquí y allá con el dinero que procuraba ahorrar todos los meses por si las moscas. Y esas inversiones, como ves, dieron su fruto.

Es una mujer muy creativa y se le ocurrió que podríamos hacer una revista médica pero asequible a todo el mundo. Con artículos escritos en un lenguaje que todo el mundo entienda. Uno de los objetivos era alertar contra la anorexia y la bulimia cada vez más extendida en las adolescentes, contra las dietas milagro y otra serie de temas que ponen en peligro la salud sin que seamos conscientes de ello. Procuramos a través de nuestros artículos que la gente se quiera un poco más a misma y deje de hacer las tonterías que muchas veces hacen para adelgazar. Alertamos también sobre el peligro que supone para los deportistas tomar ciertas sustancias para aguantar un poco más. Y hasta nos hemos atrevido a enfrentar los malos tratos.

Y lo que en un principio fue un simple proyecto, hoy es una revista que se vende por todo el país. Médicos de renombre escriben artículos para nosotros y hasta modistos famosos se ha prestado a hacer ropa con los tallajes más altos y publican sus diseños en nuestra revista alentando a las mujeres para comprarlos.

Yo estaba verdaderamente sorprendido. Hacía falta mucho valor para sacar adelante un proyecto así y eso me dijo mucho de la maravillosa mujer que tenía delante de . Cada minuto que pasaba la adoraba todavía  más.

Ni que decir tiene que  me da unos beneficios todos los meses, que las inversiones que me aconsejó Esme también me proporcionan  ganancias, y luego tengo mi sueldo, que es con lo que vivo. Lo demás lo he ido ahorrando, solo me permití estos dos coches como caprichos. Ya sabes cómo soy, no me gusta la ostentación. Todavía no ni cómo me dejé convencer por Alice para lo de los coches, bueno si lo . Nunca discutas con Alice cuando se empeña en que te compres algo. Primero me compré el Aston. Pero cuando mamá, papá, Rose y los niños, empezaron a venir por aquí,  decidí comprar este Mercedes familiar  para que cupiéramos todos. Además,  la silla de Gaby entra mejor aquí, así que es el coche que  normalmente uso. Y ahora, si no tienes más preguntas, ¿entramos en casa?—preguntó risueña abriendo la puerta del garaje que daba paso  directamente a la cocina.

—¡Papá! ya has llegado que gritaba mi hija al tiempo que se tiraba a mis brazos cortándome la respiración, no me acostumbraría jamás  a esto, pensé con una sonrisa.

Holadijo Emmet—, bueno como ya es oficial que  te has reconciliado con este cabezota, ahora si te voy a dar la bienvenida como te merecesdijo cogiendo a Bella entre los brazos y comenzando a darle vueltas.

Papá la vas a asfixiardijo Tony asustado.

Y se va a marearañadió Peter con su habitual seriedad.

No, que vadijo mi hija –,  está acostumbrada, ella me ha dicho que tiito Emmet siempre la saluda asíy ante esto  no puede evitar reírme a carcajada limpia. Llevaba cinco años  sin reírme con tantas ganas y tanta fuerza,  y en dos días no dejaba de hacerlo, esta hija mía era un caso. ¡Qué bien se estaba con  la familia!

Bienvenido a ti también Emmetdijo Bella recuperando el resuello cuando ya puso el pie en tierra dando todavía algunos traspiés— ¿crees que podrás hacerte cargo de estos jovencitos un poco más mientras nos duchamos?

, puedo, pero a ver qué hacemos que hay niños delante y tienen que llegar a una clase de natación. Y te recuerdo que eres médico Bellita y tus pacientes no esperan empezó Emmet con  sus bromas de siempre.

—¿Y qué es lo que tienen que hacer?—preguntó el terceto perfectamente coordinado.

Siempre tan gracioso Emmetdije echando a andar detrás de Bella—,  a ver que como te las apañas ahora con la respuesta.

eso,  a verañadió Bella empezando a subir unas escaleras. La casa era enorme.

Vaya, los coches no es el único lujo que te permites tenerdije recorriendo la casa con la mirada mientras subía detrás de ella.

Esta casa es de Marco. Cuando se percató de que era el objetivo de Aro y Cayo,  Marco, nos dejo esta propiedad para vivir. Es una verdadera fortaleza Edward, aquí no entra nadie sin ser detectado antes por no cuantos chismes de seguridad de esos. De hecho como se me olvide el código de  entrada al garaje o de la puerta de la calle, directamente no entro. Ya me ha pasado una vezdijo abriendo una puerta – .Tu habitación.

Pero no habíamos quedado en que ocuparía tu misma habitación —dije remolón, la verdad quería dormir con ella entre mis brazos. La necesitaba, lo necesitaba y no estaba dispuesto a ceder.

Bellale dije cogiéndola de la cintura,  atrayéndola hacia y aprisionándola contra la puerta medio abierta—, no pretendo conseguir tu perdón a través del sexo, pero te necesito, necesito que me des tu amor, por favor, no me lo niegues. Ámame Bella, te lo ruego. No sólo se trata de conseguir tu perdón amor mío, también tengo que aprender a perdonarme a mismo para poder sentir que soy digno de ti  y eso sólo lo podré conseguir a través de tu amor. Solamente   podrás conseguirlole decía mientras con mi boca recorría de arriba abajo su cuello, acariciándola suavemente hasta llegar al lóbulo de su oreja, el cual mordía y luego vuelta a empezar, sabía que eso la excitaba muchísimo. Realmente no era únicamente una necesidad física lo que sentía por ella, era algo más, algo mucho más profundo, la certeza de que sólo su amor podía limpiarme y redimirmesacarme del negro pozo en donde había estado todos estos años.

Es tan puro e inmenso el amor que siento por tile volví a decir entre besos húmedos y caricias—, no me lo niegues por favor.

 La abracé fuerte contra mí,  busqué sus labios y la besé. En mi beso iba implícita la felicidad  por estar de nuevo con ella, pero al mismo tiempo soltaba la amargura de todos estos años sintiendo su ausencia. Sabía por como ella se retorcía contra mi muy excitado sexo que estaba sintiendo lo mismo que yo y había empezado a ceder. Subió sus brazos hacia arriba y rodeó mi cuello con ellos, tirando de mi pelo para que me acercara más, si es que eso era posible. Y  como siempre tan dulce, tan cariñosa, tan  maravillosa,  me devolvió el beso con la misma intensidad. ¡Dios cuanto la amaba!

 

No pretendo negártelo Edwardme  dijo jadeante cuando rompimos el beso —, yo también te necesito. ¿Quieres entrar y mirar la habitación, por favor?

 Hice lo que me decía y cuando me di cuenta

Esta es tu habitacióndije con esa sonrisa torcida que sabía que tanto le gustaba.

Le pedí a Rose que colocara tu maleta aquí ayer por la nochedijo entrando en la estancia. Y de la alegría que me dio no puede contenerme. Cerré la puerta de un golpe, la aprisioné contra ella. Eché el pestillo y comencé a besarla otra vez, a devorarla,  a saborearla. Le levanté las piernas e hice que  rodeara mi cintura con ellas y así la llevé hasta la cama, no sin antes buscar donde se encontraba. La tumbé y me puse sobre ella, sin dejar de besarla por todas las partes que podía.

Tienes mucha ropa mi amordije sentándome a horcajadas encima de ella y empezando a quitarle la blusa que llevaba puesta  y así no te puedes ducharproseguí mientras le besaba en los labios, el cuello, y los pezones, primero uno, después el otro, mordisqueándolos suavemente y estirando de ellos al tiempo que frotaba mi muy dura erección por su centro. –

Edwarddijo, mientras levantaba mi camiseta hacia arriba y me la quitaba también pasando sus manos desde mi pecho hacia mi ombligo, acariciándome, deteniéndose seductoramente en el inicio de la cinturilla de mi pantalón.

—¿Qué pasa mi amor? —le dije mientras bajaba mis manos hasta el cierre de su pantalón y lo abría metiéndolas entre sus mulos. ¡Qué  bien se estaba allí!—, ayer por la noche sólo fueron mis dedos los que entraron ahí, ahora voy a ser yo todo enterito mi amorle decía mientras le bajaba los pantalones y se los quitaba. Me levanté un poco,  le abrí las piernas y me volvía a sentar  encima de ella de forma que mi erección se chocaba con su centro, y mi boca la recorrió desde el cuello, el hombro, los pezones los cuales mordisquee sin piedad, hasta llegar a  su vientre y seguí bajando lentamente hacia mi objetivo. Le terminé de quitar las braguitas bajándoselas con los dientes. Subí de nuevo hacia arriba besándola y mordisqueándole  las puntas de los pies, los tobillos, las piernas, las rodillas, los muslos hasta llegar a donde quería,  y le metí mi lengua todo lo dentro que pude, chupando, devorando, excitándola. Con uno de mis dedos la masajee el clítoris y con otro volví a los pechos. Diablos como me gustaban esos pechos.

Los niños están abajo, Emmet también, tienes que irte con ellos y yo al hospitaldijo Bella ronca por la excitación, mientras notaba como su orgasmo estaba punto de llegar.

Ya lo sé, no tardaré mucho —dije sacando de mala gana mi boca y mi dedo de su interior y  quitándole también el sujetador, dejándola desnuda delante de . La contemplé unos instantes en los que me deleité con su hermosura. Me levanté de la cama llevándola conmigo, obligándola de nuevo a que envolviera sus piernas en mi cintura para que nuestros sexos no perdieran el contacto, el roce era exquisito, excitante, placenteramente insoportable—, ¿dónde está la ducha? –ella me la señaló con el dedo y la llevé en mis brazos hasta allí. La metí dentro, me despojé de la ropa que me quedaba y entré con ella. Abrí el grifo del agua y mientras esta caía sobre nosotros, la volví a coger en brazos haciendo que envolviera mi cintura con sus piernas de nuevo, la aprisioné contra la pared  y besándola entré en ella de una estocada. De repente me sentí en casa, libre, limpio y seguro. Ella pegó un respingo de ¿dolor? Y me alarmé pensando que había sido demasiado brusco.

Llevo cinco años sin mantener relaciones Edward, es normal que me duela un pocodijo mi sol intentando calmarme.

Perdona mi amor, no me di cuentacontesté apesadumbrado pero también orgulloso de que hubiera guardado tanta fidelidad sin merecérmelo. Me quedé quieto dentro de ella esperando a que  marcara el ritmo,  mientras la colmaba de besos por la cara, los hombros, los hermosos y exuberantes pechos. Empezó a moverse despacio, y yo con ella. Siempre me pareció que habíamos nacido el uno para el otro, estábamos sincronizados, nuestros cuerpos, que encajaban a la perfección, se reconocieron al instante. Los movimientos se hicieron más rápidos y desesperados  mientras nuestros jadeos y gritos eran amortiguados por el sonido del agua y nuestros propios besos. De repente sentí como mi pene empezaba a ser aprisionado en su interior, ya no lo soportaba más y por lo que parecía ella tampocoy así el éxtasis nos alcanzó. Nos quedamos uno en brazos del otro recuperando nuestro ritmo cardíaco normal y nuestras respiraciones.

Cuanto tiempo.

Demasiado mi amor —dije satisfecho, colmado, limpio y feliz. Ahora me sentía un poco menos sucio que cuando salí de Forks. Bella me había empezado a  redimir. Ahora que estaba de nuevo en casa—. Prepárate para lo que te espera esta noche porque te aseguro que mañana tendrás agujetas  le avisé una vez que me hube recuperado.

 Me levanté del suelo de la ducha en donde habíamos terminado y la ayudé  a ponerse de pie. Cogí  una esponja y llenándola de gel empecé a lavarla. Primero el cuello y los hombros, luego sus pechos…

 —Están más llenitos de como los recordaba, mi niñale decía al oído muy bajito—, me encantan, me gustan mucho más. El embarazo te sentó fenomenal.

Y seguí lavándola sensualmente, acariciándola con la esponja por todas las partes de su cuerpo mientras ella se arqueaba contra . Cuando llegué a su centro volví a meter mis dedos dentro, excitándola, llevándola al límite mientras le daba besos en el cuello, bajando lentamente una y otra vez desde la base hasta el hombro, provocándole un nuevo orgasmo. Cuando volvió a recuperar la respiración, terminé de lavarla y después, ella hizo lo mismo conmigo. Sentir como sus manos tocaban mi pene era la culminación del éxtasis para , pero sentir su boca chupando, besando, succionandoera algo inenarrable, y al igual que me pasó antes y también  la noche anterior no aguante demasiado, era imposible, había pasado tanto tiempo y su contacto era exquisito. Le quité su boca de mi pene pues quería volver a terminar dentro de ella, llevándola de paso un nuevo orgasmo.

Terminamos de ducharnos demasiado pronto para mi gusto, pero abajo me esperaba una hija y a ella unos pacientes. Nos vestimos y bajamos.

Ya era horadijo Emmett—,  Vaya ducha más larga, anda que si os descuidáis. Bella le he dicho a la niñera que se podía ir, que ya nos encargábamos hoy Edward y yo de estos tres.

Pues ya que has echado a su guardiana, ahora te toca ejercer de policía y padre Emmetdijo mi Bella entre risas—, que Edward te cuente. Tranquilome dijo en voz bajano estará muy lejos,  os estará vigilando.

Ya estoy al corrientedijo Emmet poniéndose serio—, entre papá, Rose y la misma Emily me lo contaron anoche. Por cierto, menos mal que Rose me  advirtió que no me quedara mirándola demasiado, ni fijamente,  porque con lo que soy yo. Pobrecilla,  ¿quién sería el mal nacido que la quemó con ácido?

Fue durante una misión. Sam y su equipo no llegaron a tiempo. Sam no se lo perdonará en lo que le quede de vida, a pesar de que no fue culpa suya. El mes que viene le hacemos una nueva operación de cirugía. Tiene una cicatriz en todo el lado derecho de la cara que le llega hasta el mentónme  explicó mi Bellay eso no es nada comparado a como estaba   cuando la conocí. Como niñera de Gaby y su protectora pasamos mucho tiempo juntas y con la ayuda de Alice, la convencí para que se hiciera las operaciones.

Bueno,  me voy al hospitaldijo cogiendo las llaves de su coche y dándome un beso en la boca—. Emmet te lo digo a ti porque ya conoces a tus hijos y sabes como son. Te comunico que Gaby es cien veces peor que los dos juntos. ¿Sabes ya como conectar las alarmas?

Creo que ya me di cuenta ayer cuando intentó comerse un helado por la mañana,   ¿no es así señorita? –dijo Emmet mirándola muy serioy , Rose me lo explicó todo esta mañana.

Gaby  agachó la cabeza en un gesto muy típico de Bella cuando se sentía pillada en algo,  mientras Tony y Peter ponían su característica cara de inocencia.

Pues hasta luego entonces. Traedlos a la hora de comer y que vayan a ver a su abuela un ratopidió dándome  un nuevo beso en los labios que yo respondí gustoso, y  dando otro a Gaby.

Una vez Bella se hubo marchado, los tres figuras cogieron sus mochilas,  salieron y se encaminaron a la puerta de la calle. Gaby no dejaba de mirarme, como si estuviera pensando en algo. Supongo que no tardaría en averiguar que era. Según su madre pensaba y acto seguido actuaba

Espera Edward,  tengo que conectar las alarmas, mira te lo explico. Es muy sofisticada, es un tipo de alarma nueva. Rose me ha dicho lo básico pero habrá que hablar con los que la han instaladome empezó a explicar Emmet mientras yo escuchaba interesado por ver de primera mano la eficacia del sistema.

—A la hora de comer hemos quedado con Jacob y Sam. No hago más que llevarme sorpresas desde que estoy aquí, la última es que han atentado contra la vida de Bella tres veces y después de eso Marco puso a su disposición a Jacob y a Sam. Parece ser que estos tienen un equipo vigilándolas las 24 horas del día. A la hora de la comida tendremos más detallesdije poniéndome de nuevo nervioso sólo con pensarlo.

Sí, eso me dijeron papá y  Rose también. Desde luego vaya tres, mejor dicho cuatro, si contamos a Alice ¿Te habrás dado cuenta  la forma tan inteligente que han tenido de hacerte reaccionar?—dijo con burla.

Sí, menudos diablillos. Ya no teníamos bastante con tres maquinando en casa,  que ahora se ha juntado una más a la ecuacióndije pensando en Alice.

—Esa Alice parece todo un personaje. Ayer se pasó media noche corriendo por toda la casa organizando una tarde de compras para no qué día. Según ella como en Forks hace más frío que aquí, necesitarán ropa nueva. Y  si vieras a su marido ir tras ella intentando sentarladijo riéndose estruendosamente al estilo Emmet —. Le pregunté a Rose en un momento que no me oían,  si de verdad esta mujer era médico, porque en serio yo creo que los pacientes se curan nada más verla para que los deje en paz. Eso , parece que hoy vamos a tener una divertida discusión Bella versus Alice por el tema de la tarde de compras. Eso no me lo pierdoagregó Emmet riéndose más alto aun si eso era posible.

Pues mi Bella es muy tercadije yo muy orgulloso de poder hablar así de ella abiertamente de nuevo.

Eso dice Rose, pero Alice lo debe ser más porque siempre acaba ganando y arrastrando a Bella por todo el Centro Comercialapostilló Emmett.

Menudo  elemento debe ser. Desde luego no vamos a aburrirnos en Forks. Espero que para cuando vuelvan haya podido mandar a Tanya a la mierdadije poniéndome triste.

Edward, ¿no te has planteado hacerlo ya? Bella está protegida y mi casa no importa, en seriome dijo Emmett.

Emmett, ¿qué  parte de han atentado tres veces contra la vida de Bella y mi hija no has entendido? No puedo hacer eso, en cuanto lo hiciera a saber cómo reaccionaríacontesté con el miedo en el cuerpo.

No me refiero a eso Edward. Me refería a que le des boleto cuando Bella vuelva a Forks y nosotros podamos protegerladijo haciéndome un gesto tranquilizador.

Eso ya me lo he planteado,  Emmet. Cuando Bella vuelva a Forks no pienso estar separado de ella ni un segundo, y tengo claro que voy a protegerlas y que me ayudaras. El problema sigue siendo tu casale dije decidido a no aguantar un segundo más con la zorra esa una vez que Bella hubiera regresado.

Pues si ese es el problema, te digo desde ya, que se la queden, que me da igual —dijo Emmett resuelto.

—¿Y si vuelven a abrir aquella famosa investigación? —volví a preguntar. A me la traía al fresco pero tenía que contar con él.

Sinceramente Edward, con lo que le debe estar cayendo a Aro no creo que pueda volver a hacer eso sin levantar sospechas y si lo hace ¿no crees que el tal Marco nos ayudaría?

También había pensado en eso, pero, no , sigo sin fiarme, es un Vulturicontesté  sin estar muy convencido.

Eso se te pasará en cuanto hables con Jasperme tranquilizo Emmet—, cualquiera podría  pensar que Jasper se casó con  Alice para llegar a Bella, pero ayer por la noche vi cuanto la quiere,   o sea que sospecha descartada. Papá y mamá se fían de él. Sinceramente Edward, yo me fío. De todos modos, ¿qué podemos perder?– siguió diciendo, parecía que le habían dado cuerda—, ¿mi casa?, ¿nuestros trabajos?, me da igual, nos vamos y punto. Empezamos en otro lugar.

No es tan fácil Emmett,  tenemos hijosle dije para que viera la realidad de la situación,  aunque yo estaba dispuesto a hacerlo, ya no huiría nunca más,  enfrentaría lo que viniera de frente, junto a Bella.

Mira que eres negativo Edward, de verdad necesitas que te entonen un poco, a ver si esta noche que me quedo con mamá…. – dijo con su habitual tono bromista.

—¿Y qué te hace pensar que no me  han entonado ya?—pregunté con guasa.

— ¡No! ¿Cuándo? ¿En la ducha? Edward hermanito,  con tu hija y tus sobrinos abajo, desde luegodijo con sorna.

Papá ¿qué es lo que habéis hecho mamá y tú, con nosotros abajo?— preguntó de repente Gaby.

Estoemmhablar hija, hablardije mirando a Emmet con muy mala cara. Tendría que recordar aquello que me dijo Bella del don de mi hija de parecer que estaba a otra historia y al mismo tiempo enterándose de todo.

Papávolvió a decir, y no porque tuve el presentimiento de que iba a averiguar lo que su cabeza estaba fraguando desde que salimos de casa—, antes  he visto a mamá dándote besos y se los dabas a ella. ¿Quiere eso decir que vas a poder dejar a esa señora mala que no te deja venir con nosotras y quedarte aquí?

—¿Señora malale dije un tanto confundido –¿Pero que no te habían hablado de señores malos?

Esa fue mamá. Pero Peter y Tony me han dicho que lo que pasa es que nos dejaste porque te tuviste que casar con una señora muy mala que  no te deja venir con nosotros y que estás harto de ellaestos niños… ¿cómo se habrían enterado? Mire a Emmet que estaba tan asombrado como yo.

Vosotros ¿cómo sabéis todo eso? – preguntó Emmet a Tony y a Peter.

Pues anda que no habéis hablado veces de ello —dijeron los dos a la vez. Nota  mental, no volver a hablar de ciertas cosas delante de los niños.

Bueno papá, ¿te vas a poder quedar con nosotras o no?—preguntó mi niña con la esperanza puesta en su voz.

Vamos a ver. De momento tendré que volver a Forks a cuidar de la abuela y a vigilar  a los señores malos pues como tu madre muy bien te dijo ese es mi trabajo. Pero, ¿qué te parecería que vinierais vosotras a vivir conmigo a Forks?

—¿De verdad?—dijo chillando de la emoción—. ¿Nos vamos a ir a Forks contigo?,  ¿cuándo?

—Cuando a tu madre la dejen irse en su trabajo. De momento ya te digo que vosotras os quedareis aquí y yo me tendré que marcharle dije con lágrimas en los ojos—. Pero te voy a dejar mi número de teléfono para que me llames cuando quieras y yo te llamaré todos los días.

— ¡Vale!—exclamó  chillando otra vez de la emoción—, mira papá ya hemos llegado. Aquella es mi profesora. Ven que te la voy a enseñardivisé a lo lejos a una mujer joven vestida con el uniforme que suelen llevar los Socorristas en las playasZafrina, Zafrinagritó mi hija–,  mira este es mi papá

Hola, me llamo Edward Masenme presenté dándole la mano.

Hola, encantada de conocer al padre de esta niña tan simpáticacontestó la profesora muy amableY supongo que Vd., será el padre de Peter y Tony.

El mismodijo Emmett.

—Bien, vamos a empezar las clases. Pueden sentarse allí y verles. A ver niños, todos aquí conmigo.

Nos retiramos de ahí y fuimos hasta la zona que nos había indicado.

Por tu expresión me parece que acabas de tomar una decisióndijo Emmett.

Emmetle conteste—, no sé qué haré ni como, pero esa lagarta tiene que desaparecer de mi vida antes de que ellas vuelvan a Forks. Pero va a ser complicado, muy complicado. De momento tengo que cumplir una promesa y no cómo hacerlo.

—¿De qué se trata? —preguntó Emmett.

Le he prometido a Bella que no volveré a acostarme con esa mujer.

Eso es fácil de cumplir. Cuando volvamos a Forks le dices que no tienes más remedio que pasar la noche en casa de nuestros padres porque papá no puede cargar solo a mamá y que yo tengo que ayudar a Rose con los niños.

Sabes Emmet, a veces se te ocurren buenas ideas.

____________________________________________

 Bueno pues parece ser que Edward ha conseguido su objetivo pero...¿podrán disfrutar de la noche de pasión que le ha prometido a Bella.

 

 

 

 

Capítulo 10: Ellas estarán bien Capítulo 12: Amenazadas

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1: Accidente, noticia y reencuentro Capitulo 2: Capitulo 2: Jacksonville Capitulo 3: Recuperando tu amor. Capítulo 3 : Jacksonville, segunda parte Capitulo 4: Recuperando tu amor. Capítulo 4 : Recuerdos Capitulo 5: Recuperando tu amor. Capitulo 5 : Recuerdos, segunda parte Capitulo 6: Capitulo 6: Marco Capitulo 7: Capitulo 7 : Enfrentando la verdad Capitulo 8: ¿Reconciliándonos? Capitulo 9: Empezando de nuevo Capitulo 10: Ellas estarán bien Capitulo 11: Limpiando mi alma Capitulo 12: Amenazadas Capitulo 13: Angustia Capitulo 14: Luz en la oscuridad Capitulo 15: Pesadillas Capitulo 16: Despedida y regreso Capitulo 17: El principio del fin Capitulo 18: El final Capitulo 19: Las noticias más esperadas Capitulo 20: La historia de Carmen y un giro inesperado Capitulo 21: Volviendo a la vida Capitulo 22: Redención Capitulo 23: Tarde de compras al estilo Alice Capitulo 24: El Perdón Capitulo 25: Nochebuena de amor, Navidad maravillosa Capitulo 26: Baile de la Policía, condecoración y algo más. Capitulo 27: Mi heroe Capitulo 28: Horas de angustia e incertidumbre Capitulo 29: Inauguración Capitulo 30: El Juicio Capitulo 31: Juramento de Hipócrates Capitulo 32: La soledad de la muerte Capitulo 33: En los montes de Olympic Capitulo 34: Despedidas de solteros Capitulo 35: Sí quiero, otra vez Capitulo 36: Alice e Isabella Capitulo 37: Epílogo: Parte 1: Golpe del destino; Parte dos: Asignatura pendiente. Capitulo 38: Outakke 1: El hombre de hielo y su pequeño gran monstruo Capitulo 39: Outakke 2: Isabella Marie Masen swan, marca la diferencia Capitulo 40: Outakke 3: Padres, hijos y otras cuestiones

 


 
14447558 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios