Me encontraba muy cansada, Edward me había llevado a mi casa al salir de la terminal aérea, tardo mucho en dejarme salir del auto, aunque solo nos limitamos a mantenernos abrazados era como si ninguno de los dos quisiera dejar ir al otro, era como si ese momento fuese a esfumarse pronto, yo tenia miedo, todo este tiempo había tenido miedo, pero ahora era distinto; me sentía como la dueña de muchísimos millones con la preocupación y el temor a perderlos algún día. Me había vuelto desconfiada, yo estaba segura que el lo había notado y aunque trataba de demostrarme  que todo era cierto, que el me amaba y que eso no había cambiado, que no volvería a dejarme nunca mas en mi corazón había una espinita que me hacia estar inquieta.

Aproveche la sensación de estar entre sus brazos, yo no lo veía y el acariciaba mi cabello, podía sentir sus labios cerca de mi cabeza, me abrazaba como si fuera algo valioso que había regresado a el y Yo lo mantenía cerca de mi por temor a que desapareciera como un sueño.

Entre a mi casa, Charlie se había quedado dormido viendo la televisión, supuse que no había visto la nota que le deje porque se encontraba tal y como la había puesto en la mesa del teléfono, la tome y la rompí, apague la televisión y lo cubrí con una manta para luego escaparme a mi habitación. Me sentía como libre de un gran peso, aunque Edward y yo no habíamos vuelto todavía  me hizo sentir muy bien saber el me seguía amando, tal ves esta noche podría descansar mejor y despertarme mañana sabiendo que el iba a estar aquí……para mi.

El despertador sonó muy temprano por la mañana con un sonido estrepitoso, al ver la hora 6:30 am lo fulmine con la mirada y lo arroje a la pared, se destrozo claro…pero al menos había dejado de sonar. Me levante para hacerle el desayuno a Charlie, no tenia muchas ganas de cocinar asi que solo freí  unos huevos y tosté pan, el se levanto al escuchar el ruido en la cocina.

-buenos días Bella…..-   bostezó y se sentó en el desayunador    -hola papá, te hice el desayuno-  el me miro muy sorprendido     -parece que estar de buen humor  ¿saliste anoche? No te sentí llegar….- puse su plato en la mesa    -ahh….si Salí….con Jessica-     no estaba preparada para decirle que había regresado a casa con Edward, el no podía verlo ni en pintura  y pondría el grito en el cielo si se enteraba de ello.     –muy bien….-   me dijo y se dedico a comer, al terminar  su desayuno se levantó de la mesa y en cuanto estuvo listo se fue a la estación. Yo me preparaba para ir a la escuela, cepille mi cabello y luego proseguí con mis dientes, comencé a tomar mis cosas y las llaves de la camioneta para marcharme cuando escuche una bocina en la calle, no era lo que yo esperaba, me asome por la ventana  y el Volvo plateado me esperaba para llevarme  a la escuela. Suspiré. Tomé mis cosas y Salí, Edward   salió de auto para abrirme la puerta del copiloto, me recibió con un beso en la frente y posteriormente me mostro la mano que ocultaba atrás de el dándome una hermosa rosa roja      -wow…. No esperaba que vinieras por mi….- cerro la puerta y en un segundo ya se encontraba en su asiento     -planeo estar contigo siempre….y no desperdiciar ni un solo segundo mas…-     el tomó mi mano lentamente mientras conducía, yo lo miré y luego vi la rosa que me había dado     -gracias…es muy hermosa-     el miró la rosa y luego se quedo un gran rato observándome     -pues…en estos momentos la estas opacando amor mío….-   yo me ruborice      -fíjate por donde conduces o no llegaremos a la escuela hoy -   el sonrió y puso su mirada al frente, mientras conducía  acariciaba mi mano que sostenía cuidadosamente, yo podía sentir como sus dedos acariciaban los míos con tanta ternura,  aunque su piel era dura podía sentir la suavidad y el cariño que despedían sus movimientos en mi piel. No sabia como reaccionarían mis amigos al verme de nuevo con Edward, no me importaba lo que pensaran, era mi vida y no la de ellos.

Edward fue prudente y se estacionó lejos de donde pudieran vernos, me abrió la puerta para que pudiera salir    -se que no quieres que te vean conmigo aun Bella, por eso pensé que seria mas fácil para ti si nadie nos ve juntos….aun-    lo mire fijamente y di un paso hacia adelante para acercarme a el, vacile pero el entendió rápidamente y me tomo para abrazarme   -te amo preciosa, no lo olvides-   me sentía muy bien al escuchar eso. Me retire a mis clases este día no tendría clases junto a el pero sabia que lo vería nuevamente al finalizar la escuela

Mientras caminaba por el pasillo me encontré con Alice quien me saludo con mucho cariño, yo estaba emocionadísima de verla     -Bella!!!-  se acerco a mi dando pequeños saltitos, los mismos que tanto había extrañado cuando no estuvo conmigo   -Alice!! Que alegría verte!-   ella me abrazo rápidamente y luego se deshizo de mi abrazo    -voy a clases, pero estoy muy feliz de que Edward y tu se hayan reconciliado, bienvenida de nuevo a la familia Bella, Edward esta muy feliz de tenerte de nuevo a su lado-  había extrañado mucho a Alice, se me salieron unas lagrimas mientras hablaba con ella   -gracias Alice, te quiero..!-       -no llores Bella, yo también te quiero, hablamos luego, tienes muchas cosas que contarme, nos vemos!...-    ella desapareció  rápidamente de mi vista, estaba feliz de volver a verla. Me dirigí a clases.

-hola Bella!!-   Jessica me saludo  -¿Cómo estas? -     me acerque a ella, Ángela, Eric y Mike se encontraban ahí también    -hola chicos ¿Cómo les va?-   Jessica me miro de pies a cabeza y luego se detuvo en mis manos   -¿Quién te a dado esa rosa? ¿un enamorado?...-     genial me había olvidado que la traía    -si!, ¿Quién te la dio Bella?-    Mike también se había interesado por saber y yo no sabia que rayos responder      -¿la rosa?....ahhh…bueno…me la encontré…por ahí -     wow  que excelente respuesta Bella, que tontería mas grande aquí en la escuela la gente no se encontraba ni maleza tirada en el piso; por suerte la clase inicio u no volvieron a preguntarme sobre eso, puse la rosa  en medio  de mi libro de trigonometría para olvidarme que la traía y para no levantar sospechas de ningún tipo.

Edward me había llevado a mi casa  después de la escuela    -Bella, me gustaría hablar con tu padre…disculparme con el….después de todo necesito su autorización para volver a frecuentarte y no estarnos escondiendo-  yo reaccione rápidamente   -No!   Edward, te pido que no lo hagas ahorita, mi padre no asimilara bien esto, espera un poco mas por favor ….-        el me miro por un momento a los ojos y luego asintió, me dio un beso en la frente y se retiro.     Entre a casa, salude a mi padre y comence a prepárale la comida.

-bueno pequeña me voy a dormir ya, duerme bien….hasta mañana-       -buenas noches papá-    apague la televisión y decidí también irme a mi habitación.

En cuanto abrí la puerta  Edward estaba en la entrada, me sacó un gran susto, no me esparaba verlo hasta mañana     -¡me asustaste!  ¿Qué haces aquí?-    me tomo de la mano  y cerro la puerta detrás de nosotros    -te dije que no desperdiciaría un solo segundo…-   yo me senté  en mi cama y el se puso a mi lado, esta era la primera vez que el estaba en mi habitación desde hace año y medio que…..se fue.

-tengo algo para ti preciosa…-    sacó  una caja  de su bolsillo, el empaque era fino, en verdad me había sorprendido     -Edward…yo…-       -ábrelo mi amor…-    tomé  la caja que me mostro y la abrí con micho cuidado, en su interior había una hermosa pulsera de diamantes resplandecientes con un dije en forma de corazón, tenia algo grabado en el decía “my life”, realmente era muy bella         -la mande a hacer especialmente para ti,  esa eres tu Bella, tu eres la vida que no tengo, la razón por la que valgo, contigo puedo sentir que tengo un alma aunque no la tenga -    yo lo mire y luego vi la pulsera que me había dado, una lagrima salió de mis ojos   -gracias Edward….es muy muy hermosa …pero tu sabes que no es necesario que me des este tipo de regalos, yo no tengo nada para ti, no tienes porque dármela-   el me vio con tristeza   -no sigas negándome tu amor, quiero que la tengas, es algo simbólico, tu te mereces eso y mas…-   jamás había tenido una joya así, con ella podía alimentar a todo un país tercermundista y hasta me sobraba     -te amo ángel mío-  limpio mis lagrimas y yo lo abrace fuertemente   -gracias….-  el me abrazo mas fuerte y luego se puso de pie    -tienes que descansar mi vida, me voy para duermas -     había algo que me decía “dile que no se vaya” pero me acobarde     -esta bien…te quiero…-  le dije,   y aunque pensé mucho en decirle eso sabia que el no esperaba  un “te quiero”   pero es que no podía decirle nada mas, las palabras “te amo”  aun no salían fácilmente de mi boca. Me sonrió levemente y se marcho.

Me quede observando aquel regalo soñado que toda mujer hubiera querido tener, en verdad era preciosa, cada uno de sus diamantes perfectamente colocados  y con gran brillo. Toque aquel corazón que tenia  escrito “my Life” Edward había simbolizado que mi vida era tan valiosa para el, y yo era su vida….aquel regalo significaba mucho para mi y aunque pesaba mucho en mi muñeca, mas pesaba en mi conciencia por no poder ser tan creativa  y darle algo para demostrarle lo que el significaba para mi.

Decidí  ponerme una blusa de mangas largas para ponerme la pulsera que Edward me había regalado y que viera que me había gustado. Charlie no se había ido a la estación, supuse que mi padre no pasaría por mi si Edward aun seguía en casa, decidí irme en mi camioneta hacia la escuela.

Edward me esperaba en literatura, la clase había dado inicio, me senté a su lado y luego me levante la manga de mi brazo izquierdo para que el pudiera ver la pulsera, lo mire y le dedique una sonrisa, el se miraba complacido, tomo su cuaderno y anoto en una esquina  “te amo princesa” yo solo me limite a dedicarle otra sonrisa y me baje la manga para que nadie mas pudiera verla.   Nos mantuvimos todas las clases sin hablarnos, era muy incomodo tratar de no levantar sospechas  entre los demás.  Al salir de clases el salió antes de mi  del salón, yo me despedí de mis amigos  y luego Salí también, el me esperaba junto a mi camioneta con una sonrisa resplandeciente, me sentí intimidada.

-gracias por ponerte mi regalo-  me tomo entre sus brazos    -ya veo que me es imposible no complacerte…- le dije, el sonrió   -que bueno que sea así….te amo Bella, nos veremos mas tarde-    lo abrace mas fuerte y luego subí a mi camioneta para dirigirme a casa.

Al llegar a mi casa me puse a hacer todas las tareas acumuladas que tenía en mi vieja computadora, solo avance dos  y se me había hecho tarde, mi padre me hablo para que le preparara algo de cenar, baje a la cocina y trate de hacerlo lo mas rápido posible para acabar pronto con todo lo que tenia que hacer, cuando termine de cocinar le serví y no prevé ni un solo bocado, subí a mi habitación para continuar con la tarea, estaba muy preocupada por terminarlas.

Abrí la puerta de mi habitación  y encontré diez enormes ramos de rosas rojas colocados en diferentes partes de mi cuarto, cada ramo contenía cincuenta hermosas rosas   -Edward…-  supuse que era otro de sus humildes  detalles. Me acerque al primer ramo para leer la tarjeta escrita a mano con su hermosa caligrafía

“Para el ángel mas bello y adorable que puede existir…”

Me reí y me acerque al segundo ramo que estaba sobre la mesa de noche junto a mi cama

“Eres mi estrella en medio de una noche oscura..”

Tome el tercer ramo que se encontraba en otro punto de mi habitación

“la razón de mi existencia…”

Cuarto ramo:

Lo que siempre anhele y que al final encontré…”

Abrí la tarjeta del quinto ramo con lágrimas en mis ojos:

“la flor mas hermosa que puede existir…no se compara con todas estas”

sexto ramo:

“Un día me enamore de  esa flor….”

Agarre el séptimo ramo, cada una se sus palabras me hacían sentir mil cosas diferentes, me sentía tan realizada

“La Amé….”

Octavo ramo:

La amo y la amaré….”

Tome el noveno ramo:

“Esa flor maravillosa…..”

Decimo ramo:

“Eres tu….Isabella Swan”

Con todo mi amor

Edward Cullen

Sostuve por un rato la decima tarjeta, mientras me limpiaba las lagrimas que salían en ese momento, admiraba todas aquellas hermosas rosas colocadas a la perfección dentro de mi habitación cuando sentí que me abrazaba con ternura por detrás, se acerco a mi oído y empezó a tararear en voz muy baja la canción de cuna que había compuesto para mi hace mucho tiempo mientras me arrullaba entre sus brazos, el no podía ver mis lagrimas pero sabia que estaba llorando, me deshice de su abrazo para poder abrazarlo de frente, beso mi mejilla y me continuo arrullando    -gracias Edward….-   era todo lo que podía decir    -gracias a ti por regresar a mi preciosa….-  me dedico una sonrisa, me dio un beso en la frente y camino hacia la ventana para irse, no quería que se fuera, ahora no.   Me adelante  y lo tomé de la mano   -espera….no te vayas…quiero que te quedes conmigo esta noche….-   me acerque mas a el  y coloque mis brazos alrededor de su cuello, el  me tomo entre sus brazos y beso mis labios con adoración, no pude mas había necesitado de esto, me sentí en casa, la cabeza me daba vueltas y me faltaba la respiración, al parecer el también había extrañado esto,  el beso mi mandíbula y luego acuno mi rostro  con sus manos   -te amo Edward-  le dije, el había querido escucharlo, volvió a besarme, los dos habíamos necesitado de esto. Esa noche el veló mi sueño.