Amor se escribe con Sangre (+18)

Autor: Esteffk
Género: + 18
Fecha Creación: 03/04/2010
Fecha Actualización: 12/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 52
Comentarios: 104
Visitas: 135361
Capítulos: 29

 

¡¡TERMINADO!! 

 

  Atrévete   a Leerlo 

 (como una continuacion de New Moon)

Bella Swan fue abandonada por Edward Cullen hace mas de un año y medio pero un dia sin imaginarse los Cullens diciden regresar a la vida de Bella, Edward quiere recuperar al amor de su existencia pero se encuentra con una Bella muy diferente, cambiada radicalmente por su abandono, ¿podra Edward recuperar su amor? ¿podra Bella sanar su corazon y dejarse amar otra vez? ¿sera que ese amor es de alguien mas? ....oh ¿es acaso la amnesia un mecanismo de defensa?

Descubre como un corazon puede sanar sus heridas aunque queden cicatrizes y como el sufrimiento y el odio por creer haber perdido lo que un dia se tuvo pueden convertirse en algo fuerte e incondicional

"no hay culpa sin Sangre"....

Stephenie Meyer

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Capítulo 22: Un Vistazo a mi Futuro

 

Sus amplios ojos de color negro se enfocaron en mí, evaluándome, su mirada de asombro especulante me provocaban temor, me quede inmóvil en mi asiento a unos poco metros de ella, la mujer de avanzada edad continuo en silencio son una expresión extraña en el rostro.

-puede decirme que se le ofrece-  articule, con mucho temor, la mujer pareció no entenderme, hasta que levanto una de sus manos como quien trata de calmar a una persona asustada

-ne faites pas confiance! vous a pris au piège et vous pouvez mourir-  articulo la mujer exaltándose, no pude entender lo que decía, pero una de esas extrañas palabras me hizo erizar la piel, la mujer continuo exaltándose  -vous pouvez mourir!-  volvió a decir como para que me quedara mas claro cuando de pronto un hombre de tez morena un poco alto y fornido casi de la misma edad que la mujer entro en la habitación tomándola del brazo

-discúlpela señorita, ella no habla español-  dijo el hombre muy apenado, la mujer se le quedo observando indignada y salió de la habitación

-¿puede decirme lo que dijo?-  pregunte al hombre que estaba apunto de ir tras la mujer

-no se preocupe, ella no esta bien, le ruego que perdone la indiscreción- dijo el hombre y se marcho.

Yo no creí en absoluto que esa mujer tuviera algún problema, estaba muy bien, y me pareció que conocía muy bien al ser con quien yo estaba, de lo contrario no me habría hablado de esa forma, como quien previene a alguien de la catástrofe que se avecina, temía que Edward tardara mas tiempo en regresar, no estaba segura si contarle lo sucedido seria una buena idea, me sentía extraña sin su presencia y esa mujer tan extraña me había dejado asustada, me tome un respiro y trate de calmarme, Edward no podía encontrarme así, además no quería que nuestra luna de miel terminara. Deje la sala de estar y me encamine a la habitación, saque unas revistas de la cómoda y trate de poner atención a algo para distraerme y recuperar la calma, abrí una de las revistas de sociedad sin poner atención a ningún articulo, nunca me intereso la vida de las celebridades, pase las paginas tratando de encontrar algo que posiblemente leería Alice, como consejos de belleza y vestuario, aunque ella no necesitaba de esas cosas, hasta que me detuve en una de las paginas que me mostro una imagen muy familiar, era mi Bentley, el articulo anunciaba la llegada del automóvil al país y me llamo la atención el encabezado del articulo “Bentley Continetal, Seguridad Máxima en un auto Elegante” el articulo describía como el auto le brindaba protección al ocupante debido a su avanzado sistema de seguridad blindado y con confort de ultima tecnología,  ahora comprendía el regalo de mi esposo, máxima protección, Edward era único e incansable, estaba claro que su prioridad era mi protección, seguramente si me hubiera hablado de las extrañas cualidades de mi vehículo cuando me lo regalo jamás lo hubiera aceptado, debido a que la protección anti tanque era demasiado para mi, considera suficiente el lujo como para hacerme la idea de un auto blindado, por lo que prefirió guardarse el secreto, muy astuto de su parte.

Cerré la revista y me aventure hasta la cocina, estaba segura que un poco de comida me haría olvidar los sucesos extraños de la mañana, saque del refrigerador jugo, helado de fresas y la pasta de ajos para preparar pan, extraña combinación, pero mi estomago lo visualizaba delicioso, comencé a tostar el pan y a untarlo con mantequilla cuando sus brazos fríos  rodearon mi cintura, el calor que sentía solo podía aliviarse con su presencia cerca de mi, comenzó a besar mi cuello asiéndome estremecer

-perdóname por haber tardado tanto- me susurro

-te extrañe-  le dije, me di la vuelta y deposite un beso en sus labios, el respondió automáticamente  -pensé que te habías librado de mi-

-nunca-  dijo sonriente y volvió a besarme  -¿alguna novedad?- pregunto, dude un instante en mencionarle que una extraña mujer estuvo aquí, probablemente se preocuparía

-mmm…no exactamente-  vacile

-¡vaya! Parece que Kaure estuvo aquí-  dijo observado el orden de la casa, debí suponer que se daría cuenta del orden y yo debi suponer que esa mujer era la mucama o algo por el estilo, puesto que el desorden que habíamos dejado en la habitación había desaparecido  -¿te dijo algo?- pregunto

-si, pero no pude entenderle-  argumente, aunque yo había entendido una palabra que no planeaba mencionársela

-si, Kaure es una india Ticuna, habla francés Tahití, no te preocupes, la próxima vez que venga estaré aquí-  me dijo sonriente depositando un beso en mi frente.

 Tome mi plato con lo que había preparado y me senté en el pequeño comedor, el tomo mi helado y el jugo y me lo llevo hasta la mesa

-¿estuviste bien mientras no estuve aquí?-  pregunto

-mmm..si, tenia muchas ganas de salir a recorrer la isla, pero lastimosamente no tengo mi auto blindado con protección anti tanque-  dije haciendo son de broma, él se rio y comprendió a que me refería

-si…es mejor así-  me dijo con una sonrisa

-eres increíble- le dije acercándome a el

-es el mejor auto para ti-  me susurro y me atrajo hacia él, enrede mis dedos en sus cabellos cobrizos y lo bese, sostuvo mi rostro entre sus manos y continuo besándome

-estoy ganando peso-  le dije, sentía que había comido demasiado todo este tiempo que había aumentado unas cuantas libras, di gracias al cielo de no haber probado aun mi delicioso pan con ajo

-para mi siempre estarás perfecta- susurro, lo mire a los ojos y sonreí, amaba su hermoso color dorado –además conozco la forma perfecta de perder unas cuentas calorías-  dijo y sonrió pícaramente, me levanto de la mesa y enrede mis piernas alrededor de el hasta que me condujo a la habitación, me deposito con dulzura en nuestra amplia cama y entre juegos y caricias me hizo suya una y otra vez, era incapaz de describir las mil y un sensaciones que me transmitía estar entre sus brazos y como su ausencia dolía como mil cuchillos atravesarte por el cuerpo, como si el aire se acabara y no pudieras respirar mas, ya no me imaginaba mi vida sin Edward, él era todo lo que necesitaba y nada mas.

-soy feliz a tu lado-  me dijo

-doy gracias de que es para siempre- articule y deposito un beso en mis labios

-regresamos mañana mi amor-  me dijo

-me parece increíble como paso el tiempo-  dije asombrada

-si tu quieres podemos quedarnos mas tiempo-  dijo abrazándome

-por mi podemos quedarnos por siempre-  lo bese –pero es tiempo de volver al mundo real- le sonreí, habíamos pasado tanto tiempo alejados de casa que estábamos desactualizados

-si, pudo haber estallado la tercera guerra mundial y tú y yo sin enterarnos- dijo sonriéndome

-al menos sé que a tu lado estoy segura, ¿a que hora nos vamos?-  pregunte

-pues…hablare con el capitán del yate para que este aquí a las tres de la tarde, abordáramos el avión en la polinesia-

-será duro dejar el paraíso- musite

-lo será, pero yo me llevo el paraíso conmigo-  dijo atrayéndome hacia el

-¿sabias que te amo?- pregunte con suspicacia

-mmm…déjame pensarlo…si ya lo sabia, pero yo te amo mucho mas a ti-  dijo con su preciosa voz aterciopelada que me hacia perderme en sus palabras, nos quedamos un instante así, juntos, no había nada parecido a disfrutar del instante en que podíamos estar así tan cerca el uno del otro. Pasamos toda la tarde y la noche apreciando las bellezas del lugar, la luna llena que iluminaba la isla y el océano con todo su esplendor, admirando y disfrutando cada segundo de la compañía del otro en este maravilloso lugar. Esa noche dormí plácidamente entre sus brazos, en la mañana desayunamos juntos, o mas bien me acompaño a desayunar y luego preparo las maletas dejando orden a su paso, dejo mi ropa sobre la cama y se retiro para hablar con el capitán del yate sobre la hora a la que  saldríamos, me vestí y el regreso por las maletas para luego tomarme de la mano y juntos despedirnos de este maravilloso lugar que fue testigo de nuestro amor.

El paso por el aeropuerto de la Polinesia fue muy rápido, al menos así lo sentí yo debido a que Edward me conducía por la terminal sin darme cuenta en realidad de por donde iba, el viaje de regreso a Forks seria muy largo, tomamos el avión y cuando nos encontramos en nuestros asientos me acune en los abrazos de Edward para cerrar mis ojos durante el viaje, el me abrazo y mi subconsciente voló.  Mis ojos se abrieron en cuanto sentí turbulencia en el avión, me parecía haber  dormido tan profundamente y demasiado que me sentía adormecida y con ganas de seguir durmiendo.

-tranquila es solo un poco de turbulencia-  me susurro Edward al notar que había despertado

-¿Cuánto tiempo llevo dormida?-  pregunte incrédula, lo abrace y el me tomo de nuevo entre sus brazos.

-trece horas mi amor, falta una hora para aterrizar en el aeropuerto de Washington-  me dijo

-¿trece? ¿Como e dormido tanto? Y aun tengo sueño-  le dije, me parecía increíble haber dormido trece horas, jamás había dormido tanto

-estas cansada, es todo, este viaje es muy largo- me dijo –vuelve a dormir, yo te avisare cuando estemos cerca-  me dijo depositando un beso en mi frente, pero no me volví a dormir, me quede ahí despierta sobre su pecho pensando en como seria mi vida ahora que volviéramos a casa, probablemente volvería a ver a Jacob, seria muy feliz de verlo de nuevo sabiendo que sigue siendo mi amigo a pesar de todo, también volvería a ver a Charlie  antes de pasar a mi nueva vida volvería a verlo tal como era yo, tal como el me recordaría siempre.

-estamos llegando Bella-  me dijo Edward y el capitán del avión anuncio que aterrizaríamos pronto, me reincorpore, Edward abrocho mi cinturón y aterrizamos en casa.

 Me asombre cuando Edward me dijo que Carlisle había mandado el Bentley al aeropuerto para que no tomáramos un taxi hacia casa, típico de los Cullen, tener todo listo, no se les escapaba ningún detalle. Me sentía un poco agotada a pesar de haber dormido durante todo el recorrido hacia aquí, últimamente había tenido mas sueño de lo normal, pero estaba segura que era por el extraño horario de Bora Bora, puesto que cuando aquí era noche haya era de decía y lo que tenia que dormir me la pasaba de aventura en una isla junto al hombre mas maravilloso del mundo, agradecía estar en casa de nuevo, aunque iba a extrañar aquel paraíso hermoso en donde me habría quedado por el resto de mi vida.

Edward me acomodo en el asiento del copiloto, el valet acomodo las maletas en la cajuela y luego mi esposo tomo el control de volante, tenia que admitir que se miraba muy sexy manejando mi auto, bueno, en realidad se miraba realmente apuesto manejando  cualquier vehículo.

-¿Qué miras mi amor?-  dijo sonriendo de la manera mas hermosa al notar que lo miraba de una forma muy atontada.

-eres irresistible-  le dije, sin notar realmente mis palabras, el volvió a sonreír y con su pulgar acaricio mi rostro.

-eres tan humana Bella-  me dijo y luego se quedo mirándome –tu eres muy hermosa-  me dijo –tentadora mas bien-  susurro y busco mis labios para besarlos dulcemente.

-mantén la vista en el camino si quieres que nuestra familia vuelva a vernos-  le susurre, el sonrió y siguió conduciendo.

-quiero mostrarte algo- me dijo, desviándose del camino hacia Forks –tardaremos un poco mas en llegar a casa pero es tiempo que veas algo- me dijo

-¿de que se trata?-  le pregunte, aunque sabría que no obtendría una respuesta concreta

-ya lo veras- me dijo y pude observar como entrabamos en el parqueo subterráneo de un banco prominente

-¿lo que me mostraras esta en….un banco?-  pregunte incrédula

-así es-   me dijo sonriente, -Carlisle también opino que debería traerte-

Luego de haber aparcado el auto nos dirigimos hacia un elevador para llegar al piso principal, no era la primera vez que yo entraba en un banco pero esta no era un banco cualquiera, estaba fuertemente custodiado y había demasiadas cámaras de seguridad, Edward me tomo de la mano y me dirigió hacia una lujosa oficina la inscripción de buen gusto en la puerta decía “Joe Johnson & T”  y en el escritorio de afuera había una mujer morena que nos recibió con una cálida sonrisa.

 -Bienvenido señor Cullen ¿va a realizar alguna transacción?- pregunto de manera amigable

-¿Qué tal? Ella es mi esposa Bella Cullen, nos gustaría hablar con Joe- dijo mi esposo de la misma manera amable, amaba la forma en que decía mi nombre usando su apellido, parecía que nunca se cansaría de decirlo, la mujer se levanto de su asiento y se dirigió a la puerta junto a su escritorio.

-por supuesto, puede pasar por aquí-  dijo señalando la puerta 

La oficina parecía la oficina de una embajada del estado, o la oficina del presidente de la nación tal como la muestran por televisión, seguía sin entender que hacíamos aquí.

-vaya! Pero que sorpresa-  dijo un hombre de aproximadamente cuarenta años detrás del escritorio –es un placer verlo señor Cullen- 

-Buenas tardes Joe-  dijo mi esposo estrechando la mano del hombre,  quien no pareció sobresaltarse ante el gélido tacto de mi esposo, al parecer estaba enterado de su origen.

-¿Cómo esta Carlisle?  Ha pasado mucho tiempo sin que venga por aquí-  dijo

-el esta bien, no a tenido la oportunidad de venir pero te aseguro que lo hará pronto- 

-eso espero, ¿ella es su esposa?-  pregunto el hombre observándome detenidamente

-así es, ella es mi esposa Bella-  dijo Edward muy orgulloso

-es un placer señora, me alegra poder conocerla- me dijo estrechando mi mano sin dejar de observarme

-el placer es mio señor Johnson-  dije

-pero bien, díganme en que puedo servirles- pregunto Joe

-venimos a ver la bóveda-  dijo Edward

-excelente-  dijo el hombre, acercándose a un archivo de donde obtuvo una tarjeta muy parecida a la que te dan en los hoteles para abrir la puerta de la habitación.  –Acompáñenme-  dijo,  había entendido hacia donde me llevaba Edward, pero ¿que quería mostrarme en una bóveda?, ¿era acaso la bóveda de los Cullen?, lo mire y el solo me sonrió tiernamente, volvimos a bajar en un elevador

-seguridad blindada-  dijo Joe  - sus bienes están seguros con nosotros-  dijo muy sonriente

Llegamos a una especie de cámara en donde se encontraban muchas bóvedas de valores, hasta que llegamos a la de los Cullen.

-es aquí- dijo el hombre   -los dejare solos un instante, si necesitan algo, solo llámenme-  dijo alejándose, en realidad no estaríamos solos puesto que había guardias por todas partes y cámaras de seguridad que vigilaban cada movimiento, Edward tomo la tarjeta y la inserto en el lector de código, una amplia puerta de metal se abrió al instante

-ven mi amor-  dijo tomándome de la mano

-¿Qué es lo quieres mostrarme?- pregunte

- esta es toda la fortuna de la familia-  me dijo –ahora todo esto también es tuyo- dijo sonriéndome.

Me asombre cuando vi un montón  de fajos de billetes de cien dólares, era tanto dinero que parecía irreal, también pude observar unos cuantos lingotes de oro y unas cajas de valores donde supuse estaban las joyas de Esme o Rosalie, talvez de Alice o de la madre de Edward, nunca había visto tanto dinero junto, mucho menos lingotes de oro, Edward me había traído a ver el dinero de la familia, haciéndome entrega oficial del poder que tenia ahora sobre la fortuna.

-wow….Edward es mucho dinero-  dije, aun asombrada

- es el dinero de siglos de existencia, la mayor aportación es de Carlisle, no hacemos mayor uso de el ya que nuestras necesidades como vampiros son mínimas, solo quiero que lo tengas todo, y que estés segura que a mi lado nada va a faltarte-  dijo acercándose a mi

-  Edward….no creo que a tu lado pueda faltarme algo….no es por el dinero, si no porque tu eres todo lo que necesito, estoy contigo por el incomparable, irracional e inmenso amor que te tengo, en la riqueza o en  la pobreza ¿recuerdas? Es así como yo te amo-  le dije abrumada por mis palabras pero es así como yo lo amaba, no me dejo terminar y estampo sus labios contra los míos, los busque impaciente y pude sentir como una lagrima se desbordaba por mi mejilla, seguida de otra y otra sin poderlas detener, él se apartó un instante de mi para ver mi rostro

-¿Por qué estas llorando?-  me susurro

-no lo se-  dije sonriendo – es solo que todo esto me parece increíble-  seguí sin entender el porqué de mis lagrimas, lo único que podía entender era que estaba feliz, Edward me sonrió tiernamente y me abrazo  -gracias por todo esto-  le dije  -gracias por compartir tu vida conmigo- 

-el que esta agradecido soy yo Bella, mi vida ahora tiene sentido a tu lado- dijo mirándome a los ojos.

Salimos de la bóveda y le entregamos la tarjeta a Joe, quien se sorprendió al ver que Edward no hiciera ningún retiro o deposito, claro a él le convenía puesto que ganaba comisión por cada retiro que los Cullen hacían, sin embargo estaba segura que no necesitaría dinero y Joe seguiría esperando algún movimiento de esa fortuna.

Edward me tomo de la mano y nos dirigimos de nuevo al auto, había sido un día largo y ya casi entraba la noche y no podíamos dejar esperando a Alice y a los demás que seguramente habían preparado alguna ostentosa bienvenida, comencé a imaginarme el recibimiento cuando de repente sentí como se me movió el suelo y la cabeza me dio vueltas

-wow….espera-  le dije a Edward tratando de volver a incorporarme, el observo lo que me ocurría

-¿esta bien mi amor?-  pregunto muy preocupado

-si, no te preocupes, solo perdí el equilibrio, espero ser diferente en mi otra vida-  dije pero el ignoro mi broma.

-debe ser el cansancio, no debí traerte tan pronto, hubiera esperado que descansaras un poco-  dijo consternado

-no Edward ya estoy bien, no fue nada-  dije tratando de calmarlo, el acaricio mi rostro y me abrió la puerta del auto para acomodarme en mi asiento.

Condujo hasta la casa ambos esperando las ocurrencias de la familia, cuando nuestro hogar apareció entre los arboles sentí como una ola de recuerdos volvía a mi, específicamente los recuerdos de nuestra boda, de los momentos en que unimos nuestras vidas, nuevamente una lagrima rodo por mi mejilla

-hogar dulce hogar-  me susurro muy sonriente, limpiando aquella lágrima que había caído por mi rostro

-perdona lo sensible que estoy-  le dije –me alegra mucho estar en casa-

-te amo Bella-  me susurro nuevamente, deposito un beso en mi frente y salió del auto para abrir mi puerta en menos de un segundo, me invito a salir y cuando llegamos al umbral la familia completa salió a recibirnos, entre abrazos y recibimientos todos parecían felices de vernos, Esme me abrazo cariñosamente, había extrañado esos abrazos, Carlisle nos invito a entrar y luego Alice nos cayo encima con sus múltiples saltos de bailarina muy emocionada de vernos

- tienes que contarme como te fue hermanita!!!-  me dijo muy sonriente

-si….claro que lo hare, tu y yo tenemos muuucho de que hablar- le dije y ella pareció encantada

-los hemos extrañado muchísimo-  dijo Esme

-es bastante caliente Bora Bora, ¿no Bella?-  dijo Emmet en son de broma, quien se comenzó a reír a carcajadas

-bastante-  le dije guiñándole un ojo a Edward quien me devolvió mi sonrisa favorita

-dejemos a Bella y Edward que se instalen en su habitación-  dijo Carlisle -mañana Bella nos contara los detalles-

-uhhh todos esperaremos ansiosos-  dijo Emmet y Jasper lo apremio

-tu serás el primero en saber-  le dije y eso pareció encantarle

-descansen, los amo-  nos dijo Esme abrazándonos a ambos

Edward me condujo hasta nuestra habitación, y nos llevamos la sorpresa con que la habitación de mi esposo había sido completamente remodelada, habían colocado una lujosa y hermosa cama King size con sabanas blancas y dosel, la alfombra y todos los demás accesorios me recordaron a los hermosos colores de la playa de Bora Bora, ese hermoso paisaje que seria difícil de olvidar.

-esto es maravilloso Edward-   le dije

-con razón querían que subiéramos a descansar-  dijo entre sonrisas

-mañana se los agradecemos-  le dije atrayéndolo hacia mi  -ahora…quiero que disfrutemos de “nuestra habitación” -  le dije y me mostro esa sonrisa picara, me tomo entre sus brazos y me coloco sobre la gran cama, comenzó a besarme apasionadamente, enrede mis dedos en sus cabellos y lo atraje mas cerca de mi, sus labios recorrieron mi cuello, mi pecho, nos despojamos de nuestra ropa y pude disfrutar de su cuerpo, nunca iba a cansarme de estar entre sus brazos, era la mujer mas feliz del mundo, la manera tan salvaje en la que me tomo me hizo querer mas y mas de él, podía sentir como depositaba pequeños besos a lo largo de mi espalda, como recorría con ternura cada rincón de mi cuerpo, sabia que estábamos dando un gran espectáculo para los demás pero no me importo, jadeé de placer y nos quedamos ahí disfrutando de nuestro amor.

Sentía aquella enorme cama tan vacía, no me sentía ceñida a su pecho como siempre despertaba, estire mi mano y no lo encontré,   hasta que pude sentir un delicioso olor a hotcakes con canela y miel,  Edward había cocinado para mi desde que nos casamos y el sabor de sus platillos era incomparable para mi, continué disfrutando de aquel exquisito olor hasta que luego comenzó a ser un tanto asfixiante, mi cabeza dio vueltas otra vez, comencé a sudar helado y me levante de la cama lo mas rápido que pude hasta llegar al baño, abrí el inodoro y vomite violentamente, lo ultimo que me faltaba era haber contraído una extraña enfermedad, le levante del piso del baño y trate de recomponerme, rogaba por que nadie me hubiera escuchado, no quería alarmar a nadie con mi extraño padecer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 21: Hermoso Capítulo 23: Ilusión Desilucion

 
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