Amor se escribe con Sangre (+18)

Autor: Esteffk
Género: + 18
Fecha Creación: 03/04/2010
Fecha Actualización: 12/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 52
Comentarios: 104
Visitas: 135355
Capítulos: 29

 

¡¡TERMINADO!! 

 

  Atrévete   a Leerlo 

 (como una continuacion de New Moon)

Bella Swan fue abandonada por Edward Cullen hace mas de un año y medio pero un dia sin imaginarse los Cullens diciden regresar a la vida de Bella, Edward quiere recuperar al amor de su existencia pero se encuentra con una Bella muy diferente, cambiada radicalmente por su abandono, ¿podra Edward recuperar su amor? ¿podra Bella sanar su corazon y dejarse amar otra vez? ¿sera que ese amor es de alguien mas? ....oh ¿es acaso la amnesia un mecanismo de defensa?

Descubre como un corazon puede sanar sus heridas aunque queden cicatrizes y como el sufrimiento y el odio por creer haber perdido lo que un dia se tuvo pueden convertirse en algo fuerte e incondicional

"no hay culpa sin Sangre"....

Stephenie Meyer

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Capítulo 21: Hermoso

 

Nunca en mi vida me había sentido tan bien, tan cómoda, tan feliz y tan dichosa, como envuelta por una burbuja de felicidad infinita llena de amor, del amor más hermoso que podía existir, el amor de Edward.

Podía escuchar las olas en la playa, sentir el sol tan cálido llenando el ambiente de un calor exquisito, y sobre todo podía sentir sus amplios brazos rodeándome, ciñéndome contra el, adueñándose de mi cuerpo con tanta ternura y pasión, la noche anterior había hecho de mi la mujer mas dichosa del mundo, me había despertado y estaba rodeada por sus brazos, lo que me hizo mas feliz aun, me abrace mas fuerte a él, pero me sorprendió que no reaccionara , me quede un rato así esperando pero nada paso.

-buenos días- dijo depositando un beso en mi pelo sin apartar sus brazos de mi espalda, su voz sonaba diferente pero no le di mucha importancia.

-el mejor de todos-  le dije 

-¿Cómo te sientes?-  me pregunto, yo me incorpore para poder verlo a los ojos

-soy…..inmensamente feliz de tenerte conmigo-  le dije evaluando su rostro, él sonrió tiernamente y luego volvió a estar ausente –¿como te sientes tu?-  le pregunte

- yo también soy muy feliz- me dijo y me quede esperando algo mas pero se quedo callado

Me quede por un instante evaluando su semblante y me vino una ola de emociones y sentimientos encontrados, comencé a preguntarme si había hecho algo mal, aquella burbuja de felicidad al parecer solo me encerraba a mi y no a él, al menos así parecía para mi, tuve miedo, todas mis inseguridades perdidas encontraron el rumbo y volvieron a juntarse para apoderarse de mi

-ufff….espera un momento….- suspire -¿hay algo de lo que me estoy perdiendo?-  le dije, el reacciono ante mi preocupación y puso su mano sobre mi mejilla  -dime si hice algo mal porque todo se me derrumbo en cuanto te vi así…inexpresivo y frio- 

-no mi amor…cálmate, tu no has hecho nada mal-  dijo muy preocupado

-entonces ¿por qué estas así?- pregunte

-Bella….estuve a punto de morderte….-  dijo muy dolido  -sentía la necesidad de hacerlo, mis colmillos rozaron tu garganta, tenerte así de cerca de mi, sentir tu cuerpo, me hizo desearte mas que nunca, estuve a punto de matarte Bella….¿lo entiendes? Estuve a punto de matarte-  me dijo, su rostro reflejaba dolor, desesperación, ansiedad, me dolió mucho verlo así.

-pero no lo hiciste Edward, estoy bien, soy feliz-  le dije acercándome mas a él. Busque sus labios  y el me dio un beso pero se apartó al instante de mi

-no quiero exponerte otra vez así- me dijo, su mirada era dulce pero se sentía abatido y no quería acercarse a mi.

-Edward…tal vez tu te sientas así…pero para mi fue lo mejor que me a pasado, es decir, no creo que la vida tenga algo mejor que esto, tu no eres un monstruo, no lo eres, y sé que tienes control sobre ti, un extraordinario control, estoy bien y fui feliz, no se tu pero yo lo fui-  el me miro con ternura y me abrazo dulcemente

-mi amor…no quiero que pienses que yo no lo disfrute, no quiero que eso te preocupe, anoche fue la mejor noche de mi existencia, la mejor, te amo Bella, y pertenecerte en todas las formas posibles me llena de la felicidad mas grande, la mas grande en siglos, para mi fue maravilloso, eres hermosa-  me dijo y beso mis labios con ternura  -deja de preocuparte por eso-

-lo fue todo Edward…tu eres perfecto-  volví besarlo pero otra vez volvió a alejarse de mi

-genial, supongo que se acabó la luna de miel-  dije molesta y me levante de la cama pero el me detuvo por el brazo.

-tengo miedo-  me dijo  -miedo de hacerte daño-  

-no lo harás, no lo hiciste-  insistí

-ya veremos-  me dijo y busco mis labios con una sonrisa pero esta vez fui yo quien se alejó de él. Me levante de la cama dejándolo atrás ya que me había molestado su estado de humor, rápidamente me apresure a la enorme puerta de cristal y al abrirla me abrumo el hermoso paisaje que tenia enfrente, me quede boquiabierta de ver tanta belleza, la paradisiaca playa era de el color turquesa mas hermoso, el sol brillaba en todo su esplendor, la blanca arena y toda esa vegetación, simplemente dudo que mis ojos hubieran visto algo mas hermoso que esto alguna vez.

-wow…esto es bellísimo- dije y puse sentir como sus brazos rodearon mi cintura

-todo esto es para ti-  me susurró al oído, me había olvidado que teníamos un muelle privado alejado de todo el resort y que la mitad de la isla era completamente para nosotros solos, me quede en silencio admirando la hermosa playa, era feliz de estar aquí, pero la actitud de Edward me había hecho sentir mal haciéndome salir de mi burbuja de felicidad.  –perdóname por ponerme en ese plan- me dijo   -lo que mas deseo en el mundo es volver a tenerte entre mis brazos y que seas completamente mía-  concluyo, y deposito un pequeño beso cerca de mi oreja –perdóname- volvió a decir y me dio la vuelta para mirarme a los ojos.

-te amo- le dije –yo no puedo ser feliz si tu no lo eres-

-soy infinitamente feliz Bella, y me hace mucho mas feliz pensar que tenemos toda una eternidad para disfrutar de esto- me dijo sonriéndome tiernamente, sus palabras me derritieron y me hizo sonreír junto con el.

-sabes muy bien como convencerme- le dije acercándome a él.

-me alegra haberlo hecho- me susurro y beso mis labios apasionadamente, nuestros cuerpos desnudos daban la impresión de querer volver a ser uno solo, no podía explicar la forma en la que Edward me hacia sentir, la forma en como acariciaba mi cuerpo, era tan delicada y tierna, amaba acariciar su cabello, perderme en el dulce aroma de su aliento, y tenia que admitir que no había nada  mas hermoso que el cuerpo desnudo de mi esposo que no se comparaba ni con la estatua de Adonis tan perfecta en todo su esplendor.

-¿quieres que vayamos a recorrer la isla?-  me pregunto

-por supuesto, estoy ansiosa de conocerla- él me sonrió y pude sentir como mi estomago llamaba mi atención para que fuera alimentado

-y creo que debemos ir por el desayuno- me dijo, se enfundo unos jeans y deposito un ultimo beso – te espero abajo-  me dijo y desapareció de la habitación

Me prepare para bajar volviendo a enfrentarme con la maleta de ropa desconocida que había en el guardarropa, tenia que admitir que me molestaba no tener nada de mi estilo para usar, Alice había llenado la valija de costosos vestidos de diseñador y lencería francesa al estilo table dance, rogaba poder encontrar algo simple que usar en medio de aquel montón de ropa muy al estilo Cullen hasta que encontré un vestido de algodón rojo junto con un traje de baño del mismo color, los saque y me los puse, juntos hacían un conjunto bastante hermoso y travieso, peine mi cabello y puse un poco de maquillaje hasta que me enfoque en mi cuello, tenia una sombra amoratada casi cerca del lóbulo de la oreja, ahora entendía lo que Edward había dicho, estuve a punto de que me convirtiera o que acabara con mi vida en un instante, pero por alguna extraña razón eso no me preocupaba y estaba segura que el tenia control sobre si mismo y nunca me haría daño, si me convertía de todas formas eso es lo que yo estaba destinada a ser, y si acababa con mi vida, no me importaría ya que había sido completamente feliz a su lado.

 al bajar las escaleras me inundo un aroma exquisito a canela y miel, tenia que admitir que el aroma despertó mi apetito y me apresure a llegar a la cocina. La mesa estaba adornada con lirios rosas, y junto a una hermosa estufa estaba el amor de mi vida manejando cada utensilio a la perfección, me acerque a su espalda y lo rodeo con mi brazos mientras el deslizaba unos hotcakes y unos bollos de canela y mantequilla en un plato.

-tengo un esposo muy hábil en la cocina, esto se ve y huele delicioso-  le dije y deposite un beso en su mejilla

-un siglo de practicas y el  internet hacen maravillas-  me sonrió y me condujo hasta la mesa

-gracias, eres un amor- le dije, el sonrió y se sentó a la par mía

-me basta con ser tu amor- concluyo y tomo el tenedor para darme un bocado de la exquisita comida que había preparado, el sabor era inigualable, era como si cada ingrediente se llevara a la perfección con los otros y juntos formaran la formula de sabor mas deliciosa, escuche el coro glorioso de los ángeles cuando aquel bocado entro en mi boca, era sin duda el mejor desayuno que había comido, Edward había cocinado muy bien

-Dios..esto esta delicioso…-  le dije saboreando -¿Cómo haces para ser tan bueno en todas las cosas?-  le pregunte y pude ver una nota de insinuación y picardía en la sonrisa que se formo en sus labios.

-¿soy bueno en todo?-  me susurro al oído, trague pesado el bocado que tenia, el roce de sus labios hizo mi corazón acelerarse 

-en todo- admití

-¿ya te dije lo hermosa que estas?-  me dijo depositando un pequeño beso en mi mejilla

-creo que no- dije acercándome a el

-¿quieres que te demuestre que tan bueno puedo ser?- dijo cerca de mis labios, su mirada llameaba y sus palabras me hacían querer estar mas cerca de él. Reí nerviosamente puesto que nunca me había insinuado de esa manera

-hazlo-  le dije y bese sus labios enrollando mis brazos alrededor de su cuello olvidándome completamente del manjar que tenia en la mesa, me beso dulcemente y luego sonrió

-por eso quiero llevarte a recorrer la isla y que conozcas tantas cosas hermosas-  me dijo, me sentí tonta cuando caí en la cuenta de  a que se refería con “ser bueno en todo”, me sentía como la sensación después que alguien te toma el pelo, me reí y trate de hacer frente a su broma, al parecer el tema del sexo no seria tocado por un buen rato entre nosotros.  –Termina tu desayuno y vamos- me dijo y deposito otro beso, se levanto de la mesa y subió para alistarse y regreso tan rápido vistiendo una playera blanca y una bermuda color beige, me perdí admirándolo hasta que reaccione cuando tomo mi plato al ver que había terminado y lo deposito en el fregadero, me tomo de la mano y salimos a nuestro muelle privado, todo era fascinante, el agua tan cristalina y de un color turquesa abrumador me tentaban a querer saltar del muelle lo mas pronto posible

-Edward esto es fascinante- le dije admirando a lo lejos el monte  Otemanu y toda la maravillosa vegetación alrededor de nosotros  -esto es el paraíso-  el sonrió y se acercó a mi como cuando el depredador se acerca a su presa, me tomo entre sus brazos y me atrajo hacia él.

-¿sabias que Bora Bora es considerada el mejor destino para pasar la luna de miel?-  me dijo

-Mmm…no, no lo sabia, pero conociéndote escogerías el mejor- le dije y deposite un beso en sus labios

-¿sabias que estas playas también son poco profundas?- susurro contra mis labios y en un instante sentí como mi vestido se deslizo de mi cuerpo dejándome únicamente con el traje de baño   -estas muy hermosa-  me dijo y sonriéndome me levanto para tomarme en brazos acercándose al borde el muelle

-no Edward no me lances!-  le dije al tiempo que salto del muelle conmigo en brazos y caíamos al agua, estaba tibia y refrescante sin duda era la mejor playa de todo el mundo

-¿te gusta?-  me pregunto

-muchísimo, en este lugar tanto el día como la noche son los mejores paisajes que e podido ver- le dije  -¿pero sabes que me gusta mas?- le dije al tiempo que se acercaba a mi

-haber dime que es lo que te gusta mas-  me dijo sonriendo, acercándose a mi como sabiendo mi respuesta

-pues el monte!- le dije apartando mi mirada de la suya y señalando el monte frente a nosotros, él se rio al entender mi broma y que había hecho justo lo mismo que él había hecho conmigo en el desayuno, me reí y el rio conmigo

-pues a mi lo que me gusta mas eres tu-  me dijo y beso mis labios dulcemente, si él quería mantener lejos el tema del sexo de mi cabeza no lo estaba logrando ya que con cada beso que me daba se proponía a dejarme con mas ganas de él. Su lengua rozo mi labio inferior y se separo para verme

-odio cuando haces eso- le susurre, él sonrió

-¿Por qué?- pregunto

-porque me haces decir que si a todo-  enarco una ceja y se volvió a acercar a mi

-¿a todo?- volvió a preguntar

-a todo- afirme, entonces volvió a sonreír y se quedo pensativo por unos segundos

-entonces no te negaras a tener una cita esta noche conmigo-  me dijo y me puse a pensar en la clase de cita que podríamos tener

-Mmmm..Déjame pensarlo…¿Qué podría hacer..? tener una cita con mi esposo o disfrutar de esta maravillosa Isla…Mmmm…-  le sonreí y el pareció entretenido

-me gusta cuando dices “mi esposo”-  me dijo y yo me limite a depositar un beso tierno en sus labios  -me gusta saber que tu lo eres-  le dije

-¿entonces es un si?-  me pregunto

-es un si- concluí y seguimos disfrutando de la playa que solo era para nosotros, el alardeaba de su capacidad para sumergirse por mucho tiempo y disfrutar de la profundidad, podía observar los hermosos peces de colores asombrosos y podía pasar horas aquí sin cansarme se apreciar tanta belleza.

En un movimiento natural acomode mi cabello detrás de mi oreja y de pronto pude sentir como uno de los zarcillos que Esme me había dado junto con el collar de diamantes y topacio azul no estaba, se había caído al océano y yo había olvidado quitármelos

-Edward mi Zarcillo no esta- dije preocupada

-¿estas segura que lo traías?- me pregunto acercándose a mi para ver como era

-si, olvide quitármelos, solo tengo uno y son los que me dio Esme-  para mi ese conjunto tenia un gran valor sentimental ya que Esme me lo había obsequiado, de otra forma no me importaría que medio millón de dólares se perdieran en el océano de esa forma, pero sin duda se había convertido en algo importante para mi

-lo buscare- me dijo y se sumergió en el agua, sabia que Edward era el único que podía encontrarlo pero a la vez dudaba ya que me parecía imposible que fuera a encontrarlo en el océano. –lo tengo!-  me dijo volviendo a la superficie en unos minutos impresionantes, me alegre de que lo hubiera encontrado y le agradecí por habérmelo traído de vuelta     

-gracias, en verdad te lo agradezco-  le dije abrazándolo

-¿vez porque soy el mejor en todo?-  me dijo mostrándome esa maravillosa sonrisa suya

-si tengo que reconocer que eres en el mejor en todo-  le dije, deposito un beso en mi frente y salimos del agua para ir a caminar por la isla.

Juntos tomados de la mano caminábamos apreciando la hermosa vegetación, la fauna, y escuchando cada explicación que Edward hacia sobre cada cosa que le preguntaba, amaba la forma en la sabia tanto, la forma en la que dedicaba tiempo para mi, la forma en la que me miraba, a su lado yo era feliz.

Pasamos horas admirando la isla, me llevo a conocer de cerca las tortugas marinas, las cascadas de la montaña y las cuevas sumergidas sin siquiera aburrirme un solo rato, contemplamos en atardecer juntos con nuestras manos entrelazadas en medio de besos y caricias, risas y palabras de amor, cada cosa que el hacia permitía que me enamorara mas y mas de él sellando por completo las cicatrices que su partida había dejado en mi corazón hace ya mas de un año y medio, ahora todo era felicidad y no podía amar mas a alguien de la forma en la que yo amaba a Edward.

-se esta acercando la hora de nuestra cita-  me susurro

-es cierto, creo que es hora que yo me vaya a arreglar-  le dije

-te estaré esperando impacientemente- me dijo depositando un beso en mis labios, me separe de el a regañadientes y me dirigí hacia la casa, sabia que tenia tiempo para verme presentable pero siempre que Edward y yo salíamos era Alice quien me arreglaba y ahora me tocaría hacerlo yo sola y no tenia ni la mas mínima idea de que usar o hacer con mi maquillaje. Entre a nuestra habitación y me dirigí muy apesaradamente a la maleta donde me enfrentaría otra vez con esos trajes que Alice había empacado para mi, obtuve uno que capto mi atención, tenia la espalda descubierta, me pareció elegante y me gustaba mucho su color azul marino y sabia que a Edward también le gustaría, no era partidaria de la seda pero en este caso me parecía la mejor opción, después de todo tenia que acostumbrarme a usar este tipo de ropa, lo extendí en la cama y me metí al baño, el agua estaba cálida y me ayudo a relajarme, me perfume y después de unos largos minutos salí para encontrarme con el dilema de como me debía peinar y el maquillaje que debía usar, abrí el estuche de cosméticos que Alice había puesto en la maleta y luego me dirigí a la computadora y digite en el buscador de You Tube un tutor de maquillaje profesional, en segundos lo cargo y me puse a maquillarme a la par del computador, fue muy fácil y de la misma manera hice con mi cabello aunque solo me limite a darle forma con las planchas, me puse el vestido y luego me vi al espejo, me impresione al ver lo bien que había quedado puesto que yo nunca me había arreglado tanto por si sola, el vestido era hermoso y me pregunte si Alice habría tenido una visión en la que me vio que lo necesitaría, ahora se lo agradecía.

Sin darme cuenta me había tardado dos horas en arreglarme, salí a la sala y en la mesa de centro encontré una nota doblada con su hermosa caligrafía

Si sigues los pétalos obtendrás una sorpresa

 

Muy típico de Edward, le gustaba dejarme pistas para que encontrara sus sorpresas, me reí ante la imaginación de lo que me esperaba, abrí la puerta y encontré el camino de pétalos rojos a la luz de la luna, los seguí y continuaban por la blanca arena, continúe caminando y a la vez preguntándome de donde habría sacado Edward rosas rojas para hacer este camino, el camino seguía y seguía hasta que me encontré con una hermosa carpa de color blanco y dosel del mismo color donde había una mesa para dos personas, velas y mas rosas, todo era maravilloso, tan perfecto, me pregunte donde estaba el pero no lo veía por ningún lado, hasta que sentí como sus brazos me rodearon por la espalda.

-estas impactantemente hermosa-  me susurro yo me di la vuelta para encontrarme con sus ojos tan dorados y perfectos a la luz de la luna, lucia un esmoquin azul negro como el agua de la playa y se veía tan perfecto, tan el, que me hacia perderme al verlo

-tú y todo esto es hermoso- le dije y me dio un beso en el lóbulo de mi oreja para luego invitarme a sentarnos en la adorable mesa decorada con velas y rosas rojas

-te tengo otra sorpresa-  me dijo sonriendo y me mostro un precioso arreglo de unas rosas tan extrañas que nunca había visto, eran las rosas mas hermosas, muy diferentes a las que habían en la mesa y las que estaban desparramadas por toda la arena al llegar aquí, eran de un rojo muy encendido casi como la sangre y en el centro eran de un color blanco deslumbrante, nunca jamás había visto unas rosas así

- son las rosas mas hermosas que e visto-  le dije, Edward me había llenado de rosas desde que me conoció, recuerdo cuando quería reconquistarme, había dejado diez preciosos ramos dispersos en mi habitación, era tan detallista que me deslumbraba con cada ocurrencia, per lo que mas amaba erala forma en la que me daba su amor.

-son rosas Tudor, las rosas más hermosas del mundo- me dijo emocionado –las rosas mas hermosas para la mujer mas hermosa- concluyo  y se acercó para besar mis labios, luego un grupo pequeño de personas con vestiduras blancas se encargaron de servir la cena, sirvieron dos platos, pues desconocían el origen de mi esposo, la comida se miraba exquisita, y por el color de la carne supuse que era ternera, las personas se marcharon luego de servir la cena y Edward y yo volvimos a estar solos; tomo el tenedor y comenzó a darme pequeños bocados, estaba delicioso

-se preguntaran porque tu no comiste-  le dije

-eso no importa, yo comí mucho antes-  dijo y me guiño un ojo, tomo la botella se champaña y la abrió para servirme un poco

-¿y ahora porque brindaremos?- pregunte, tomo su copa y la acerco a la mía para quedarse pensativo un momento

-Bella…tu has hecho el mas grande de mis sueños realidad, y ahora que te tengo a mi lado quiero hacerte feliz de todas la formas posibles aun cuando eso vaya en contra de mis principios y lo que deseo para ti…- sabia para donde estaba tomando rumbo la conversación, empezaba a temer que otra vez volviera a ponerme trabas con el tema de la transformación

-no me vayas a decir que quieres que esperemos mas tiempo para que me transformes- le dije

-voy a convertirte, pero espera un tiempo, sé que tu vida corre peligro como humana y que puedo matarte al hacerte el amor pero todavía hay cosas que quiero darte y estoy seguro que puedo ser cuidadoso al tocarte y puedo protegerte por mas tiempo mientras tu tienes lo que te falta por alcanzar- me explico

-Edward…¿y que según tu es lo que me falta alcanzar?, yo me siento completa, eres todo lo que quiero y siempre quise, acepte ir a una universidad cara, ponerme la ropa que Alice me diga y todos los regalos que tu quieras darme pero eso no quiere decir que mi transformación se detenga por eso, se lo que quiero y tu lo sabes también, quiero estar contigo siempre y hacerte feliz toda la eternidad y eso solo lo puedo hacer con mi transformación-  él se quedo observándome un instante, sus ojos se posaron en mi como quien aprecia un diamante

-sabes que no puedo negarte nada y que solamente soy feliz si tu lo eres- me dijo

-¿y entonces? ¿Por qué brindamos?- le sonreí

-porque nos alcance la eternidad para ser felices-  sonrió y chocamos nuestras copas, se levanto de la mesa y me tendió su mano al tiempo que un trio de violines aparecía entre la oscuridad de la playa   -¿quieres bailar?- dijo sonriente, yo tome su mano y me acerco a él, juntos bailamos a la luz de la luna tan cerca el uno del otro, enrolle mis manos en su cuello y nos miramos a los ojos, podía observar como esas orbes maravillosas de un color dorado me observaban con ternura, me decía con sus ojos lo que expresaban sus palabras cuando me decía que me amaba

-te amo-  le dije, él se acercó a mis labios y los observo con detenimiento

-es imposible no amarte- susurro – cada vez que te miro descubro algo nuevo en ti que me enamora mas-  sus palabras me derritieron, estampo sus labios contra los míos, tomándolos de forma impaciente y tierna como solo el sabia hacerlo, me parecía tan increíble la forma en la que éramos felices, nada parecía opacar tanta felicidad, a su lado todo era perfecto, no podía entender como en mi corazón podía caber tanto amor para una persona.

Seguimos bailando abrazados en medio de la noche solo con el sonido de la marea y los violines que tocaban para nosotros la mas hermosa melodía, lo necesitaba tanto, quería acortar cada centímetro entre el y yo, el me atrajo mas hacia él y podía sentí como acercaba sus labios a mi cuello

-te deseo-  me susurro y mi corazón latió mas rápido pero yo también lo desea a él. Nos separamos el uno del otro y le indico a los violinistas que podían marcharse, tome las rosas que me había dado y caminamos tomados de la mano hacia la casa. Llegamos en un abrir y cerrar de ojos, entramos en la habitación que también estaba decorada con velas y rosas, cerro la puerta detrás de nosotros y mientras yo observaba como lucia la cama el me abrazo por la espalda depositando besos a lo largo de mi cuello, pude sentir como sus manos deslizaron los tirantes de mi vestido por mis hombros haciendo caer rápidamente la delicada tela al suelo, mi cuerpo llameaba, me tomo entre sus brazos y me deposito en la cama, mientras besaba mis labios me debatía por desabotonar los botones de su camisa, tire a un lado su corbata y el me ayudo a quitarse la camisa y rápidamente se deshizo de sus pantalones, dejándome ver la hermosura de su cuerpo dejándome apreciar cada parte, él sonrió

-  ¿te gusta algo de lo que vez?-  me pregunto maliciosamente, reí para mis adentros pues había logrado ponerme mas nerviosa

-todo- le asegure y lo atraje hacia mi, se coloco encima de mi y comenzó a devorar mis labios y mi cuello

-¿quieres que te demuestre que tan bueno puedo ser?- susurro contra mi oído, me sonroje de inmediato y el sonrió abiertamente –amo cuando te sonrojas- volvió a decir y comenzó a acariciar mi cuerpo haciéndome querer mas de él.

-si, demuéstrame que tan bueno eres- sonreí contra su oído, se posiciono sobre mi y me hizo suya, la manera en que nuestros cuerpos se conectaban era como si hubiesen nacido el uno para el otro, como dos piezas que encajan a la perfección, me aferre mas a él y me penetro con mas fuerza acariciando mi cuerpo con ternura, lo bese y acaricie de una manera frenética, quería que el sintiera tanto placer como lo que me hacia sentir a mi

-te amo- susurro

-te amo-  le dije mirándolo a los ojos y juntos llegamos al cielo, lo atraje a mi pecho y reposo su cabeza como queriendo escuchar mi corazón, lo abrace y se quedo ahí, deposite pequeños besos en su frente, en su pelo, lo amaba tanto y estaba segura que él me amaba a mi. El no necesitaba descansar pero no se despego de mi pecho y me quede dormida con el entre mis brazos.

Amaba la forma en la que me hacia sentir mujer, la forma en la que me hacia reír, la forma en la que cuidaba de mi, lo amaba a él.

En la mañana pude sentir como el cálido sol entraba por la ventana pero yo estaba completamente refrescada entre sus brazos, me abrazaba ceñidamente a su pecho y yo lo abrazaba a él. Quería despertar todos mis días así, tan cerca suyo olvidándome de todo lo demás, de que el mundo existía afuera de nosotros, para mi solo era el.

-buenos días mi amor-  me dijo depositando un beso en mi frente –es hora de levantarse- susurro contra mi oído  -las morsas nos esperan-  me dijo

-no quiero- hice un puchero y él se rio – quiero quedarme aquí contigo- le dije abrazándolo mas fuerte

-prepare la tina-  me dijo  -¿quieres darte un baño conmigo?- dijo maliciosamente, yo reí  

-nada me gustaría mas-  le dije y me levante para dirigirme al baño, el me siguió de forma divertida, nada era mas irresistible que estar entre sus brazos

Visitamos otras partes de la Isla que no habíamos visitado, compramos unos suvenirs para Alice y los demás ya que no nos perdonarían que no les lleváramos un recuerdo, nos tomamos fotografías y visitamos las morsas cuando tomamos un pequeño yate porque no podíamos verlas desde la playa por el arrecife de coral. Vimos al atardecer en el océano abrazados, diciéndonos palabras de amor, y en la noche aproveche para usar uno de los conjuntos de lencería atrevida que Alice había puesto en la maleta, uno rojo y atrevido que casi no cubría nada debido a la tela transparente, me daba vergüenza mirarlo y cuando Salí del vestidor pude ver como Edward abrió los ojos como platos al observarme con aquel conjunto tan tentador y atrevido, se quedo boquiabierto y sin palabras, me acosté a su lado y le di las buenas noches, él sonrió

- estas hermosa-  me dijo y busco mis labios, ambos reíamos y yo reía mas al acordarme de su imagen al verme salir del vestidor, volvía a repetirme que me amaba, se deshizo de mi atrevido conjunto y esa noche volví a estar entre sus brazos

Cada día en este paraíso era inolvidable, Edward hacia de cada instante algo hermoso y cada vez me sorprendía con todas las cosas que me faltaban por conocer, éramos felices, el y yo junto; siempre y cuando no se fuera de mi lado, abrí mis ojos y en su lugar había una charola con el desayuno y un lirio rosa, me incorpore para tomar el desayuno y en la misma charola había una nota

Amor mio, espero que te guste el desayuno, fui a continente a cazar, no tardare, te amo

La casa se sentía vacía sin el, termine el desayuno muy rápido pues moría de hambre, me levante y salí de la habitación, me dirigí  a la sala del televisor y lo puse nada mas para llenar el silencio cuando vi a una mujer de aspecto campesino y edad avanzada parada al extremo de la habitación, observándome, sus ojos se clavaron en mi, me asuste tanto cuando la vi y me pregunte quien era aquella mujer que me observaba, le pregunte que hacia aquí y no respondió.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 20: Bora Bora Capítulo 22: Un Vistazo a mi Futuro

 
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