Amor se escribe con Sangre (+18)

Autor: Esteffk
Género: + 18
Fecha Creación: 03/04/2010
Fecha Actualización: 12/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 52
Comentarios: 104
Visitas: 135368
Capítulos: 29

 

¡¡TERMINADO!! 

 

  Atrévete   a Leerlo 

 (como una continuacion de New Moon)

Bella Swan fue abandonada por Edward Cullen hace mas de un año y medio pero un dia sin imaginarse los Cullens diciden regresar a la vida de Bella, Edward quiere recuperar al amor de su existencia pero se encuentra con una Bella muy diferente, cambiada radicalmente por su abandono, ¿podra Edward recuperar su amor? ¿podra Bella sanar su corazon y dejarse amar otra vez? ¿sera que ese amor es de alguien mas? ....oh ¿es acaso la amnesia un mecanismo de defensa?

Descubre como un corazon puede sanar sus heridas aunque queden cicatrizes y como el sufrimiento y el odio por creer haber perdido lo que un dia se tuvo pueden convertirse en algo fuerte e incondicional

"no hay culpa sin Sangre"....

Stephenie Meyer

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 17: ¿Aun habrá boda?

Habíamos llegado a casa y lo único que quería era estar sola, mis ojos estaban cargados de lagrimas que se debatían por salir, dentro de mi sentía algo muy parecido a lo que sentí la vez que el me dejo…hace mas de un año y medio, tal ves no era solo esa sensación de  dolor sino de ira e incredulidad, Edward apenas me había pedido matrimonio, era la noche de nuestro compromiso, la noche de ensayo de nuestra boda y él había tomado en sus brazos a otra mujer, que para mi pesar era un millón de veces mas hermosa que yo y eso es que yo no me consideraba “hermosa”, sabia que yo era muy poca cosa para el, una humana insignificante.

-Bella lleva a tu madre a su habitación, necesita descansar-

-Vamos mamá- le dije tratando de sonar normal

-gracias mi cielo, oye todo estuvo genial-

-si mamá, ven recuéstate- le dije cuando llegamos a la habitación en donde ella dormiría

-Edward es muy tierno corazón, estoy tan emocionada de que vayas a casarte con el -   yo le di la espalda para buscar una manta en el guardarropa    -se nota   que te ama y que daría la vida por ti, es perfecto-   suspiro, mis lagrimas comenzaron a salir con tanta brutalidad una tras otra y otra que se me hacia imposible esconderlas, no soportaba que me hablara de Edward en estos momentos no.

-ten mamá te mantendrá caliente-  dije en un hilo de voz alcanzándole la manta

-cielo pero ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?-  me dijo preocupada evaluando mi semblante

-si…todo esta bien…es…emoción-  le dije

-¡lo sabia! ¡Debes estar feliz! Ya quiero verte vestida de novia-  me dijo emocionada, mi madre no tenía ni idea de lo que yo estaba pasando…y era obvio que después de hoy…esa boda no se llevaría acabo, sentí como mi corazón se hacia puño, como si me dejaran sin aire.

-descansa mamá-  yo necesitaba estar sola, le di un beso y corrí a mi habitación cerrando la puerta de golpe, me vine abajo y comencé a llorar incontrolablemente a este paso quedaría seca, no sabia que podía llorar tanto por alguien, pero ese alguien era a quien yo amaba, mi vida, todas mis ilusiones, mis sueños…y él los había acabado, me había mentido, nada era cierto, había vuelto a caer en sus juegos, yo era débil, la mas débil de todas las personas.

Abrace mis almohadas tan fuerte como podía, desahogándome, mire el anillo en mi dedo y me lo quite depositándolo en mi mesa de noche, no quería verlo, solo quería cerrar mis ojos y no pensar en nada mas. No me quite el vestido ni los zapatos y me quede dormida así después de tanto llorar y pensar, sabia que aun sollozaba a pesar de estar adormilándome, mis nervios estaban mal.

En mi cabeza volvía a ver aquella imagen una y otra vez, incluso creí soñar en que eso no era cierto pero cuando me despertaba por segundos caía en la realidad nuevamente, entre medio de mis sueños podía sentir como una mano acariciaba mi cabeza, me desperté de golpe y me incorpore para ver de quien se trataba. Edward estaba aquí.

-¿Qué haces aquí?-  le dije, trate de sonar severa pero se me quebró la voz, yo no quería verlo.

-Bella Yo…-

-vete Edward, no quiero que estés aquí, déjame tranquila-  mis estúpidas lagrimas volvieron a salir.

-déjame explicarte-    me dijo cargado de angustia, esa era la típica frase, como si lo que vi no fuera suficiente explicación

-¿sabes que? Todo habría sido tan distinto si yo hubiera abordado aquel avión que me iba a llevar lejos de ti la otra vez, ya me has hecho mucho daño y aun así te sigo perdonando, no creo casarme contigo, no debo, te estaría haciendo un favor-   mis palabras eran de lo mas hirientes, pude ver en sus ojos una sombra de sufrimiento y tristeza, su rostro reflejaba dolor

-Nunca te mentí Bella, no es lo que tu crees-   me dijo en un hilo voz, nunca había escuchado su voz así, estaba muy dolido por mi palabras, lo mire a los ojos y estaban vidriosos como si de ellos pudieran emanar lagrimas.

-vete-  dije tajante    -quiero estar sola-

-yo te dije que nunca iba a volver a fallarte, te amo Bella, nunca te e mentido-

-necesito estar sola-  dije entre lagrimas, quería creerle pero que vi me basto ¿Qué me podría explicar? El acaricio mi mejilla y yo me di la vuelta para no verlo

-Te amo-    me susurro y cuando me di la vuelta ya se había marchado.

Hubiera deseado con todas mis fuerzas que eso jamás hubiera pasado, habría corrido tras el diciéndole que le creía y que olvidaría lo que vi, pero tenia que admitir que mi orgullo había crecido cuando él se fue creyendo que yo estaría mejor sin el a mi lado. Yo también lo amaba, pero en mi cabeza no cabía una versión en la que todo fuera de otra manera y no de la forma en la q, yo lo había visto.

Me sentía tan desubicada, tan desilusionada, como si de pronto de hubiera borrado de mi cabeza el rumbo que debía seguir y me había perdido en el camino, era como haber soñado con algo tan maravilloso y despertarme y darme cuenta que perdí mi tiempo fantaseando con algo que no ocurriría, quería poder salir corriendo tras el y decirle “no me importa lo que paso, te amo y me caso contigo”, pero no podía hacerlo, si tan solo él nunca me hubiera dejado hace algún tiempo…me sentía muy mal, yo lo amaba de una manera irracional y estaba segura que no podría vivir sin el, eso era lo que me hacia depender demasiado de su presencia.

Me desvestí y me prepare para dormir aunque estaba segura que  no pegaría un ojo en toda la noche por estar pensando en la misma estupidez aun así lo intente mi padre y mi madre no podían verme tan desgastada la noche después de la dichosa cena de compromiso.

En la mañana me desperté en cuanto un rayo de luz me dio directamente en el rostro, milagrosamente el sol había salido de entre una espesa nubosidad donde se ocultaba como de costumbre. No quería dejar mi cama pero el reloj marcaba las ocho de la mañana y mi madre se iba dentro de unas horas para volver a atenderse de su esposo, además odiaba el clima llovioso de Forks por lo que prefería regresar antes a su casa, me levante de la cama a regañadientes y baje a la cocina en donde mi madre me esperaba con unos hotcakes y jugo de naranja, muy típico de un desayuno en Jacksonville.

-¡Buenos días tesoro!-   me dijo muy animada

-hola mamá- 

-te hice el desayuno-   sonrió

-genial-  remarque sin mucha emoción

-perdóname por haber bebido demasiado ayer, te juro que muero de la vergüenza-   me dijo haciendo un poco de broma, en cuanto me menciono “ayer” volví a sentir un dolor en el pecho, me había olvidado de la escena de embriagues de mi madre en casa de mi “ex prometido”, mi cabeza ocupaba todo el espacio en pensamientos como “engaño” “mentiras” “beso” “Tanya”.

-no te preocupes, nada paso-

-a las doce sale mi vuelo cariño, así que termino de comer y voy a terminar de arreglarme, envíanos  la invitación de la boda ¿si?, quiero colaborar con Esme en los preparativos-  dijo muy emocionada

--Gracias por el desayuno mamá…-   dije desganada   -me hiciste muy feliz al venir, te e extrañado mucho-  

-awww…yo también te extraño mi cielo-   dijo abrazándome  -pero bueno, te tengo un regalo de graduación-  se acercó a su  bolso  que reposaba sobre el desayunador y saco una caja mediana y me la entrego.

-mamá no tenia porque…-

-vamos ábrelo-  me apremio, y yo tome la caja y en su interior había un hermoso guardapelo de oro el cual tenia un aspecto antiguo pero perfectamente conservado  -perteneció a tu abuela -   me dijo   -ahora quiero que tu lo tengas-

-mamá es muy lindo gracias-

-ábrelo-  me dijo con una sonrisa, con mucho cuidado lo abrí y en su interior había una pequeña fotografía de Edward y yo  -Alice me ayudo -  dijo emocionada y mis lagrimas comenzaron a salir, lo cerré de golpe.

-¿te gusta?-   me dijo evaluando mi rostro

-gracias-  le dije  y la abrace, ella no tenia que enterarse de todo lo que yo estaba pasando en ese momento.

Mi padre se había ido temprano a la estación, se había despedido de Renne y ella se iría en un taxi al aeropuerto, después de todo, mi camioneta había muerto y no podía ir a dejarla personalmente. Me despedí de ella y la ayude a llevar su maleta al auto, me hubiera gustado que se quedara por mas tiempo pero tenia que regresar con Phil, sin duda la extrañaba mucho. Vivir sin mi madre era como estar desamparada, más ahora que la necesitaba mucho.

Me quede sola en mi hogar, escuchando nada más que silencio, no tenia nada que hacer, creo que lo mas sano y razonable era seguir con mi “normal” vida y comenzar a buscar ofertas en universidades para inscribirme. En realidad estaba sola, mi mejor amigo se había ido lejos justo cuando mas lo necesitaba, hace un año y medio él estuvo conmigo y me ayudo a sobrellevar mi dolor, pero ahora…él no estaba, era difícil para mi, aunque era muy egoísta de mi parte usar a Jake como mi paño de lagrimas y acercarme a el cuando sufría una traición.

Minutos mas tarde llamaron a la puerta de una manera muy impaciente y me apresure a abrir.

-ni se te ocurra echarme de la casa antes que te explique como fueron las cosas-  me dijo Alice entrando muy deprisa.

-Alice…-

-No puedo creer que no le permitieras a Edward explicarse, mi hermano no llega a casa desde anoche, tuve una visión y supe que no lo habías perdonado-

-no hay nada que explicar Alice-

-¡Escúchame! Si no lo escuchaste a el entonces escúchame a mi, Edward nunca te mintió, no fue el quien beso a Tanya, Edward fue victima de sus poderes-  me dijo Alice y yo seguí sin entender    -¿porque crees que es tan hermosa?-

-por favor Alice, todos ustedes lo son-  dije, antes que terminara.

-No Bella, esa mujer tiene los poderes de un súcubo, no es uno de ellos, pero tiene sus poderes-  había leído lo que un súcubo era,  en una de esas paginas en el internet que hablaban sobre seres sobrenaturales, decía que eran mujeres hermosas que seducían a los hombres introduciéndose en sus sueños, pero Edward no soñaba, entonces era un sus poderes como vampiro.

-Edward iba al jardín por el bolso de Renne cuando Tanya lo atrapo y manipulo sus poderes para que él no se diera cuenta que tu estabas ahí- continuo explicándome Alice

-¿tu como sabes eso?-  pregunte incrédula

-¿se te olvida que  veo visiones? Es por eso que supe que habías roto tu compromiso con Edward, lo vi muy mal, fuiste muy injusta él se merecía que lo escucharas-   mi mandíbula había caído al escuchar todo lo que Alice me había dicho, le había dicho cosas muy hirientes a Edward, me sentía muy mal.

-Alice yo…me siento terrible, te agradezco que hayas venido y me explicaras como fueron las cosas, pero necesito hablar con Edward, pedirle perdón, por favor, dime que no es muy tarde- casi me eche a llorar.

-no se donde puede estar, deje de verlo hoy en la madrugada, no esta lejos, si así fuera yo lo sabría-  me dijo muy segura de sus palabras.

-solo hay un lugar donde puede estar…-   dije para mis adentros pero sabia que ella me había escuchado, Edward solo podía estar en un lugar, en un donde pudiera estar solo y nadie supiera donde, nuestro prado.

-traje el Bentley-  me dijo con una sonrisa

-genial momento para estrenarlo- concebí

-muy bien, ojala lo encuentres, te deseo suerte-  me dijo saliendo de la casa.

-pensé que irías conmigo-

-claro que no, ¿no crees que ya hice suficiente con devolverte a tu prometido?  Es tu turno de ir a buscarlo-

-te lo agradezco Alice, tu siempre me Devuelves la felicidad-  Alice tenia razón, yo tenia que ir a buscar a Edward.

-yo también te quiero hermanita, ve a buscar a mi hermano-  me dijo y se marcho

Alice desapareció y me encamine al auto, iba a ser la primera vez que lo usaba y vaya primera vez.

Me subí al auto y pise el acelerador, el auto salió disparado asustándome al ver lo potente que era el motor, mi vieja camioneta avanzaba a 35 km/h lo mas rápido, es por eso que con “mi” nuevo auto sentía que acabaría estampada en la carretera. Estaba muy nerviosa, no sabia como disculparme con Edward por todo lo que le había dicho, solo necesitaba verlo y decirle que lo amo y que me perdone por haber dudado de el justo la noche en que pidió mi mano en matrimonio.

Logre llegar al limite entre el bosque y la carretera en donde aparque el auto a la orilla, nadie pasaba por ahí así que no corría peligro que el flamante regalo de graduación de mi novio fuera robado. Yo sabía llegar al claro donde se encontraba nuestro prado, tenía esperanzas de encontrarlo ahí, camine hasta llegar a mi destino y ahí estaba, podía verlo sentado de espaldas a mi y él se percato de mi presencia aun a pesar de estar unos treinta metros alejado de mí. 

Al verlo mi corazón se aceleró, comenzaron a invadirme las ansias por correr hacia él y pedirle perdón, no podía mas, su mirada reflejaba asombro y ternura al verme.

-perdóname…-  le susurre, estaba segura que me había escuchado a pesar de estar tan lejos de mi, él me sonrió tiernamente. Yo corrí hacia el con lagrimas en mis ojos y de pronto el avanzo con un rayo y en menos de un segundo estábamos tan cerca como lo había deseado  -perdóname, perdóname…-  era lo único que podía decirle, el rodeo con sus brazos y me estrecho contra el, yo lo abrace fuertemente   -fui una tonta al no dejarte hablar y explicarme como fue todo…-  el beso mis labios impidiéndome seguir hablando, mis lagrimas se habían calmado.

-perdóname tu a mi por causarte tan mal momento- me dijo acariciando mi rostro

-no fue tu culpa, Alice me lo explico todo y se como fueron las cosas en realidad, Edward, nada de lo que dije fue verdad, yo te amo, y el momento mas feliz de mi vida fue cuando fuiste tras de mi y me alcanzaste en el aeropuerto para impedir que me fuera, nada de esto hubiera pasado si yo me hubiera ido, ser tu esposa es lo que mas me ilusiona-

-espero con ansias ese día-  me dijo abrazándome    -yo no puedo vivir sin ti, estuve a punto de irme pero no podía estar lejos de ti otra vez-  se separo de mi y se arrodillo como en las viejas películas pero muy a su estilo –mi amor, ¿te casarías conmigo volviéndotelo a pedir?-   me mostro esa sonrisa suya que me derretía y comencé a hiperventilar

-Claro que si…-  me tomo entre sus brazos, lleno de alegría y me beso con dulzura  -mil veces si…-  concluí y le sonreí

Esa tarde la pasamos juntos, admirando las flores y la belleza de nuestro prado, despreocupados de la vida, hubiera deseado que cada beso que me daba se convirtiera en algo mas intenso, estábamos solos en un lugar maravilloso, mi corazón se aceraba cada vez que se acercaba a mi y recorría mis brazos y mi cintura rosándolos con su nívea mano, estábamos excitados pero sabia que ese momento no pasaría de unas simples caricias y besos, y no quería volver a presionarlo pues ya habíamos hablado muchas veces de eso y nunca conseguía nada de ello. Por lo que me mostré feliz y complacida de tenerlo a mi lado ya que en realidad así era.

-te amo-  me susurro –gracias por usar el auto-  volvió a decir, esta vez mas alto y con una sonrisa, sabia que lo había traído

-veo que te complace, es genial, es un auto muy rápido, gracias por dármelo-  le dije

-rápido y seguro-  concluyo

-típico de ti- le dije y lo abrace, el respondió automáticamente –debemos irnos, le diré a Alice que continúe con los preparativos de “nuestra” boda-  le sonreí

-no creo que los haya abandonado-  me dijo guiñándome un ojo, me tomo entre sus brazos y me cargo hasta llegar al auto

Después de todo uniría mi vida a la de Edward, no podía imaginar palabras como “matrimonio, marido, esposa, etc.” Pero no dejaría que mis miedos y mis estúpidas especulaciones e inseguridades enredadas con el pesar de no tener a mi mejor amigo conmigo arruinaran el momento, mi relación con Edward era fuerte y me había demostrado que juntos podíamos vencer cualquier adversidad, nada me era importante ahora, solo estar con el para siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 16: Un Instinto Humano Capítulo 18: El Gran Día

 
14438141 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios