Otro día más, hace días que no veo a Jessica, eso se me ha hecho extraño, llegaba a la casa de los Cullen, bueno, ¿donde esta la hija menor de los Cullen? No me recuerdo de su nombre, era ... ¿por que no me recuerdo? Creo que era Alice, si era ese, entré en la casa, estaba Jessica y otra chica hablando ahí, se veían muy amigas, ¿será una nueva empleada? O me equivoco, pero traía ropas mejores de las que tengo yo, esperen ... esos ojos, ese cabello, ¿esa era Alice? Si no lo era se parece demasiado, Jessica me vio y sonrió.

-Oh hola Bella - Saludo Jessica con una sonrisa sin moverse un centimetro, el rostro de la chica estaba feliz hasta que escucho mi nombre.

-Hola Jessica – Devolví el saludo extrañada por la actitud de aquella chica.

-Ven Bella, acercate – Comento Jessica, yo me acerque a ellas, tímida – Mira te presento a mi amiga, es Alice Cullen, es la hija menor de los Cullen – Presento, trate de dibujar una sonrisa en mi rostro, pero era una misión no cumplida, era imposible hacerlo ya que tenía una mirada amenazadora.

-Emm – Balbuceé – Mucho gusto Alice.

-El gusto es mio Bella - Contesto ella con una sonrisa malévola, se me erizo la piel nada más con el gesto hecho, extendió su mano, con una extraña amabilidad lo tome.

-Bueno chicas, es hora de volver a mi trabajo – Dijo Jessica – Adiós chicas – Se despidió y desapareció por la puerta.

Ella me miró e hizo una mueca de disgusto, cerca de su mano había una taza llena de helado de chocolate, la tome y la tumbo al piso.

-Ops – Comento – Se me ha caído – Dijo – Ahora recoge lo – Contesto ella de la manera más seca que he podido oír, aún más que Edward, no proteste, ya que ella era algo como “La Patrona”.

-Ok, Srta. Cullen – Conteste cabiz baja, empecé a limpiar ¿que diablos le he echo yo a ella? Se sentó en una silla de la cocina.

-Ahora si pagaras todas las cosas que le hiciste a Edward – Dijo ella, al escuchar eso que paralizada.

-¿Nada más por eso? - Pregunte casi en un susurro.

-¿De que más se trata? - Pregunto ella obvia – Tu lo tratabas como un sucio perro, pero en vez el es chico más dulce y adorable que e visto en toda mi vida.

No respondí y seguí limpiando, ¿por que esta defendiendo a su hermano? El es más grande que ella, el mismo tiene que defender sus batallas, ¿no?. Termine por una buena vez aquel suelo sucio, mire atrás y no estaba Alice, ni me di cuenta cuando se fue, me levante del suelo y estaba llegando al salón Johana.

-¿Por que no estas limpiando ya los cuartos, Bella? Ya son las 10pm – Dijo ella.

-Es que la “Srta. Cullen” hizo un desastre aquí y tuve que limpiarlo, además llegue tarde – Conteste.

-Bueno, anda pues, ¿trajiste la ropa? - Pregunto.

-SI la traje – Conteste.

-Bueno, antes de que empieces hoy a limpiar vamos a mostrarte tu nuevo cuarto – Comento ella.

Salimos de la cocina, nos dirigimos a unas habitaciones, las cuales nunca había visto, me dejo en una, al entrar quede en shock, a pesar de que es para una empleada es muy lujoso, deje mi maleta, después del día desempacaría.

Salí del cuarto, mientras me dirigía hacia la cocina nuevamente, pase en frente del salón de música, me detuve, estaba ahí alguien tocando un piano, se me hizo muy extraño, ese salón normalmente esta solo y a estas horas nunca hay personas.

Pegué mi oído a la puerta, era una hermosa melodía, aunque no la pude reconocer era simplemente bella, más que eso, en el marco de la puerta había polvo, *recuerda: limpiar el marco de la puerta* de repente estornude, sorprendentemente el estornudo se escucho por todo el pasillo, haciendo eco, me iba a marchar, no quería que me atraparan con las manos en la masa, me separe de la puerta pero para mi mala suerte esta se abrió, maldecía por lo bajo.

-¿Que haces acá? - Pregunto Edward, al no ver mi respuesta dijo otra cosa - ¿me espiabas?.

-Emm – Balbuceé buscando una excusa, de repente Edward tenía un vaso de leche en la la mano, ¿por que los Cullen de la nada tienen algo a la mano siempre?.

-Ya veo – Comento y coloco el vaso encima de mi cabeza y le dio vuelta, toda la leche cayo en mi, tomo mi mano, la abrió y en ellas puso el vaso y la volvió a cerrar – Ahí tienes Swan.

Cerré con fuerza mi mandíbula, no quería salir despedida otra vez, me di vuelta y caminé hasta mi cuarto, entré, estaba buscando algo entré mi ropa y alguien entró, volví a maldecir por lo bajo, me di vuelta y la que se encontraba ahí era Johana, empezo a parlotear sin ni siquiera notar como estaba.

-Bella, te vi entrar y se me olvidaba decirte que...

-Ya se, no digas nada por favor – Rogué.

-Ok – Contesto extrañada.

-Bueno, tienes que usar uniforme de ahora en adelante – Dijo ella, mis ojos se abrieron como platos, ¿hablaba en serio?.

-¿En serio? Por favor no me jodas, Johana – Dije.

-No es mentira – Dijo ella y me entrego el uniforme – Bañate y vistete así, y arregla los cuartos Bella.

-Ok – Acepte.

Ella se fue y yo entré en el baño, no lo puedo creer, el uniforme no era bonito que digamos, salí y me vestí con ese uniforme, salí del cuarto y empecé a hacer mi deber limpiar.

~*5 horas después*~*Las 2pm*~

Nada más faltaba la habitación de el “Señor Mandón” iba a tocar pero escuche que me llamaba Johana, corrí rápido hacia la cocina.

-Bella, hazme el favor de darle esto a los chicos – Dijo ella dándome una enorme taza de helado, ah, con que para eso era el helado – Están en la habitación del Joven Edward – Termino.

-Ok Johana – Dije y fui nuevamente hacia el cuarto del “Señor Mandón”.

Iba a tocar nuevamente, pero se escuchaban las voces de los chicos, muy fuerte, más de lo necesario no me iba a importar tocar mientras hablaban, diría que no escuche nada, hasta que algo que dijo Harry capto mi atención.

-Pobre chico – Dijo Harry.

-Era muy difícil convivir con ella – Dijo Edward, su tono de voz era nada seca, ¿soy yo o ellos hablaban de mi? No me importo y toque la puerta, inmediato alguien la abrió, y ese alguien era Edward - ¿Que quieres? - Pregunto el volviendo a su tono seco.

-Tenga – Dije y le entregue el tazón con helado, iba a decir algo pero en un abrir y cerrar de ojos tenía la taza de helado en mi cabeza.

Esta vez no me mordí la lengua.

-¡Mierda Edward! - Grite, me quite el tazón de la cabeza y lo tiré al suelo – Deja de joderme la vida, ¿acaso no hay mejores cosas que hacer en tu vida?.

-¡Callate!- Exclamo.

-¿Si no me callo que? ¿me despediras? Pues si es así me importa un comino – Complete.

-Entonces, estas despedida, ¿contenta? - Dijo ella.

-Más contenta que una fan conociendo a su ídolo – Dije – Estoy orgullosa de mi misma, al menos tengo agallas, las que tu no tuviste a los 12.

lo deje boquiabierta con lo ultimo dicho, fui hasta mi cuarto, entré, cerré la puerta con seguro, busque en mi maleta ropa, la saque y la deje en la cama, en la puerta se escuchaban golpes, me di una ducha rápida, me vestí como un rayo, casi en 10 minutos estaba lista tome mi maleta en la mano derecha y el uniforme en la izquierda, abrí la puerta.

Como el uniforme tenía helado se lo restregué a Edward en su camisa, eso lo dejo a el más en shock.

-Sal por la puerta de atrás – Recordó sin moverse de donde estaba.

-No, ya no soy una empleada – Le grite desde lejos.