Narra Bella.

Esme me llevaba caminando sin dirección alguna, hasta que empezó a hablar.

-Lo que harás simplemente es mantener arreglada todas las cosas del hogar, ¿es muy difícil? - Dijo ella.

-Claro Esme, me encargo de eso – Respondí.

-También puedes ayudar a servir las comidas ¿vale? - Comento.

-Todo asegurado – Repetí.

-¡Me gusta esa actitud! - Exclamo con demasiado entusiasmo – Comienza pues – Animo Esme.

-Ok – Comente y empecé a caminar dirección a la cocina, necesitaba más indicaciones, llegué y como siempre, encontré a Johana preparando la comida.

-Hola Johana, ¿te puedo preguntar algo? - Pregunte..

-Claro, ¿que deseas? - Contesto ella.

-¿Cual es la primera habitación que tengo que asear? - Pregunte.

-Empiezas por la de los Señores Cullen – Respondió – Después la habitación del Joven Emmet y después su hermana Alice – Pauso – Y de ultimo la del joven Edward, ¿entendido?.

-Si, pero, ¿cual es cual? - Pregunte.

-Bueno, te haré como un mapa de la casa, ahí mostrara todas las habitaciones que existen en la casa, ¿vale? - Pauso y asentí – Bueno, además hay otros cuartos adicionales que también deben ser aseados ¿va?.

-Todo entendido – Confirme.

Ella tomo un papel y un lápiz y empezó a dibujar, aveces se detenía para memorizar todo el hogar, y volvía a comenzar, hasta que termino.

-Ya, toma, creo que no se me olvido nada... - Dijo dubitativa.

-Ah gracias Johana, por ayudarme – Dije y le di un abrazo.

-No hay problema – Contesto y respondió mi abrazo – Pero ve, tienes que hacerlo, no hagas enojar a ninguno de los Cullen, pueden correrte.

-Vale, adiós – Me despedí y empecé a caminar dirección hacia la habitación de Esme y Carlisle.

Ya me encontraba limpiando la habitación de Esme y Carlisle, era extremadamente espaciosa, la cama era el triple de tamaño de mi cama, pero fue fácil de limpiar, pensé que habría más trabajo en esto, después de ir a aquella habitación me dirigí hacia la habitación de Emmet, esa habitación si estaba desordenada, ¿que habrá pasado acá anoche? Ni siquiera quisiera pensarlo, y la siguiente la de Alice.

Acabo de terminar aquella habitación, ahora iré a la ultima, la de Edward, ¿que cosa me obligara a hacer? Obviamente tiene que hacer algo, llegué a aquella habitación, toque unas cuantas veces, nadie salía, toque unas 2 veces más y se abrio la puerta, era un Edward relajado hasta que me vio, de un momento a otro frunció el ceño.

-¿Que quieres? - Pregunto secamente.

-Emm – Tartamudee, no podía evitarlo, me sentía nerviosa – Vengo a acomodar la habitación – Solté al fin.

-Ah, bueno entra – Dijo y se hizo a un lado para poder pasar, no respondí, nada más pase – Tengo que salir y por favor acomoda rápido.

-Ok – Susurre y el salió de inmediato.

Todo el lugar estaba ordenado, no hacia falta de limpieza, ¿como un chico puede ser tan ordenado? Eso es lo que siempre me ha gustado de los chicos y ¿tenía que ser el? Nada más recogí unas cosas que estaban en el suelo y salí de allí, cuando vi el reloj eran las 3pm ¿me había tardado tanto en acomodar todo esto? Sentí que me llamaban a mis espaldas, me volteé y era Johana.

-¡_____! - Me llamaba.

-Eh, ¿que pasa Johana? - Pregunte cuando ella llegó hacia mi.

-¿Acaso no vas almorzar? - Pregunto.

-No es necesario, no tengo hambre – Respondí.

-¿Como no vas a tener hambre? Vamos _____ - Dijo ella.

-Pero te dije...

-Pero te dije nada _____, vamos a comer y punto y fin – Dijo ella.

-¡¿Por que todo el mundo me hace lo mismo?! - Exclame y ella rió.

Fuimos a la cocina, ahí estaban servidos 3 platos, la mire.

-¿Y la comida de la familia Cullen? - Pregunte y ella rió a carcajadas.

-Tranquila pequeña, ellos comieron a las 12pm – Respondió ella.

-¡Diablos! De eso me encargaba yo – Dije - ¿Por que no me avisaste, Johana?.

-Es que estabas ocupada – Dijo ella con su normal tono el cual era dulce.

-¡Puaj! Aún sigue siendo mi responsabilidad – Farfulle.

-Pero ya no importa, vamos Sientate – Dijo ella, yo hice caso y me senté, me deslizo un plato hasta quedar en frente de mi, empecé a comer, ¡oh mi Dios! ¡es la mejor comida que he probado en estos días!.

-¡Esta excelente, Johana! - Exclame con la boca llena.

-Hay niña, habla cuando no tengas la boca llena, además ¿por que crees que estoy acá? Eso es señal de que soy excelente chef – Dijo ella con una leve risa.

-¿Por que no buscaste trabajo para Jessica acá? - Pregunte.

-No lo se, yo trate de buscarle pero ella no quería – Respondió ella y se encogió de hombros.

-Que raro – Susurre, ella se sentó y empezó a comer conmigo - ¿Para quien es el tercer plato?.

-Para Joey – Respondió ella.

-¿Joey? - Pregunte.

-¡Ah!, si es verdad, es otro empleado – Respondió ella.

-Ah – Farfulle, cuando vi nuevamente mi plato ya no había nada – Ya terminé, creo que volveré al trabajo.

-Bueno, espero que el resto del día sea bueno para ti – Comento Johana.

-Si, eso espero – Murmure para salir completamente de la habitación.

Me sorprendí de las variadas habitaciones que se encontraban en esta casa, había una de juegos, un salón de música, hasta un mini-estudio de grabación, ¿de cuando de allá a acá ganaron tanto dinero? Eso me ha sorprendido.

Al fin termino mi día, era la hora de descansar, me ocupe de no dejar ni siquiera una pelusa, eran las 8pm, hora de la cena.

Nadie había bajado, por eso Johana y yo aprovechamos y colocamos toda la comida a tiempo, cuando ya toda la familia estaba bajando, ya la comida estaba puesta y calientita.

Ya estaban todos en la mesa y Johana y yo estábamos en la cocina, me estaba preparando para ir a casa, Johana tenía la mirada triste lo cual me dio curiosidad saber por que estaba así.

-Johana – La llame.

-¿Que pasa, Bella? - Pregunto.

-¿Por que estas tan ... triste? - Pregunte.

-Es que tu tienes la suerte de poder ir y poder ver todos los días a tu familia, en cambio, yo no – Comento ella de golpe.

-Si ...

-En verdad, que raro que te haya dejado ir te a casa – Pauso - Nunca ha dejado que una empleada se quede en su casa.

-Bueno, me tengo que ir Johana, que pases bien la noche – Dije y salí de allí prácticamente corriendo.

Llegué a casa, mi madre me esperaba, como de esperar, ella me vio llegar y suspiro de alivio.

-¿Por que tan preocupada, mamá? - Pregunte.

-Es que pensé que nunca llegarías pequeña – Respondió.

-Bueno, ¡ya estoy aquí! - Manifesté, ella se abalanzó hacia mi y me dio un abrazo.

-Menos mal, era muy tarde – Comento ella, vi mi reloj.

-Mamá, apenas son las 8: 30pm – Dije.

-Pero es tarde para que una jovencita de 20 años ande solitaria por las calles – Farfullo.

-Tranquila mamá, no te preocupes – Finalicé.