Tú, Mi Obsesión (+18)

Autor: AmyWelch
Género: + 18
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 27/11/2014
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 72
Visitas: 104652
Capítulos: 29

Edward es un millonario obsesionado con Isabella Swan. Cuando ambos mantienen una relación Isabella se ve sumida por la vigilancia extrema, celos enfermos, el dinero infinito y la megalomanía de Edward Cullen, está dispuesta a soportarlo todo, hasta que se da cuenta de que Edward es el culpable de la muerte de su novio. Pero ella no sabe, que el último plan de Edward es dejarla ir.

Las y los invito a leer mi otra historia:

De Los Bosques De Noruega:

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3402

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Capítulo 10: Señor y Señora Cullen

 Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Un beso a todas, un abrazo a mi beta Beakis.

 

Yo, daria mis ojos por tenerte,
Estar lejos de ti, me hace mas fuerte,
No tengas miedo a esconderme,

Yo, cargaria tu cruz a mi espalda,
Guardaria tu voz en mis entrañas,
Tus secretos bajo mi falda,
Pero yo para ti, siempre sere la otra,
Solo sere una sombra,
De una vida junto a ti

Por ser tu mujer, yo le entrego a dios mi alma,
Por ser tu mujer, yo me olvido de ser una dama,
Por ser tu mujer, seria capaz de morir en tu cama,
Por ser tu mujer, por ser tu mujer

Yo, entrego las llaves de mi cuerpo,
Mi verguenza es todo lo que pierdo,
En este frio invierno,
Pero yo para ti, siempre sere la otra,
Solo sere una sombra,
De una vida junto a ti.

Capítulo 10: Sr. Y Sra. Cullen

Bella Pov:

Esto estaba mal, muy mal. ¡Sus padres estaban aquí! ¿Y ahora que? ¿No se supone que Victoria es su novia? ¡Oh Dios! ¡Ayuda!

-¡Isabella!- me gritó Edward -Ve a la habitación y vístete

Si, claro me visto ¿y luego? -¿Y me escondo en el clóset?- pregunté pero Edward soltó una sonora carcajada

-Isabella, no tienes que esconderte- dijo

-¿Entonces? ¿Dirás que soy una amiga o algo?

-Claro que no- murmuró -Te presentaré como lo que eres... mi novia

Mi corazón se paró un segundo. ¡Su novia! De acuerdo, si esto me lo hubiera dicho en otro momento tal vez hubiera saltado sobre él y lo hubiera besado hasta cansarme, pero como no es el caso... a correr.

Le dediqué una sonrisa rápida y aceleré mis pasos.

Pero pensé ¿Cómo hará para presentarme como su NOVIA sin que sus padres NOS maten o se desmayen?

OoO

Narrator POV

Isabella subió las escaleras corriendo, entro al cuarto de Edward y agarró su ropa de la silla.

Se enredó los pies en la falda y cayó de sentón al suelo.

-¡Mierda!- siseó mientras se acariciaba el trasero con su mano

Terminó de vestirse y al ponerse los zapatos se dió cuenta que sus manos temblaban.

-Tranquila Bella- se dijo -Todo estará bien

Caminó fuera del cuarto despacio, bajó las escaleras y empezó a escuchar voces en la sala. Risas, tal vez.

Edward volteó a verla en el segundo que ella se dirigía hacia ellos, le dedicó una sonrisa tranquilizadora, llegó hasta donde estaba él y Edward tomó su mano.

Bella alzó la vista, frente a ella estaba una mujer guapa y delgada de ojos verdes y cabello caramelo vestida con un bonito vestido verde y a su lado un hombre alto, rubio y delgado de ojos azules y muy atractivo enfundado en un pantalón de vestir azul marino y suéter color crema.

Isabella tenía las mejillas rojas como un tomate, tenía al señor y la señora Cullen frente a ella emanando elegancia y seguridad. Ambos la miraban con los ojos curiosos.

-Mamá, papá- dijo Edward asintiendo con la cabeza y abrazando a Bella por la espalda -Les presento a Isabella Swan, mi novia formal

El aire se escapó de los pulmones de Bella, Blancanieves corría por el bosque sin parar cortando flores a su paso y la Madrastra vagaba por el castillo buscando algo que hacer con su ansiedad

-Bella, ellos son Carlisle y Esme, mis padres- presentó Edward con la mayor tranquiliad del mundo

Isabella esperaba la cara de sorpresa, confusión o enojo de parte de ellos, pero en vez de eso, una sonrisa cálida estaba plasmada en la boca de ambos

-Bienvenida a la familia Isabella- un inesperado abrazo de Esme la sorprendió

¿Pero que diablos..?

Isabella estaba envuelta por los brazos de Esme, aún no sabía que esperar, se deshizo de su abrazo y Carlisle le dió la mano Tan formal como su hijo pensó

Sonrió tímidamente a ambos y volteó a mirar a Edward, que seguía en su lugar y tan relajado como siempre, dio un paso hacia atrás y cruzó las manos sobre su estómago, esperando lo que fuera que siguiera.

Un silencio incómodo se formó en la sala, Bella trataba por sobre todas las cosas de mirar a otra parte

-Y bien ¿a qué han venido?- preguntó Edward

-Bueno, veníamos a decirte que haremos un viaje a Francia, como una segunda luna de miel- anunció Esme -Y queríamos despedirnos de ti

-Pero, me hubieran avisado antes ¿cuando se van?- inquirió él

-Nos vamos mañana temprano- respondió Carlisle -Estaremos fuera por unos días, aún no sabemos cuánto exactamente

Edward sonrió -Perfecto, creo que mamá y tu ya se lo merecían, pero, por favor, siéntense- ofreció haciendo un gesto con la mano

Esme negó con las manos -No, no te preocupes, nosotros ya nos íbamos, sólo veníamos a avisar, hasta luego

Carlisle abrió la boca -No Esme, ¿por qué no te quedas aquí platicando un poco con Isabella? Tengo que hablar de algo con Edward, a solas- bajó la cabeza

Oh por Dios, ¡no! ¿Qué se supone que platicaré con ella? Pensaba Bella

-Claro - Edward puso una mano en la espalda de Bella -Iré por unos minutos con mi padre, pueden platicar a gusto

Isabella se sentó en uno de los sofás y Esme a su lado, que le sonreía tranquilamente

Seguro que ahora planea matarnos dijo la Madrastra

Bella se alisaba las arrugas imaginarias de su falda y jugaba con sus manos, pasando saliba constantemente por su garganta, Esme puso una mano sobre las suyas

-Tranquila ya Isabella - ordenó

-Lo siento

-No te preocupes- Esme seguía tan cálida como antes -Sé que probablemente pienses que quiero matarte y alejarte de mi hijo lo antes posible

Bella abrió más los ojos ¿puede leer mi mente?

-Pero no es así- completó –Todos en la familia sabemos que la relación de Edward con Victoria es puro papel- expresó -Por eso me da gusto que Edward esté contigo, creo que tu eres la indicada

-Señora, yo... gracias- ahora Bella sentía más alivio

Esme entornó los ojos -Sin embargo- hizo una pausa -Edward es mi hijo, y ten por seguro que lo he visto sufrir lo suficiente como para asegurarte que no quiero volver a verlo así- sentenció -Asi, que Isabella, po favor, no le hagas daño

Ella asintió -Yo jamás le haría daño a Edward señora, lo amo

Esme sonrió ampliamente -¿Lo amas?- preguntó sorprendida -Bueno, eso es muy bueno y por favor, dime Esme, esa formalidad de "señora" me hace sentir mucho mayor de lo que en realidad soy

Ambas comenzaron a reír.

OoO

Edward estaba sentado en la silla de su despacho con los pies sobre el mueble mientras se fumaba un cigarro, no se había podido quitar esa costumbre desde... eso.

Carlisle estaba de pié, al otro lado el escritorio mientras dispersaba el humo con sus manos -¿Me harías el favor de apagar eso?- tosió levemente

El sonrió -Vámos papá, al grano- se inclinó hacia adelante y apagó el cigarro en la cenicera

-Hijo, la chica me cae bien, se ve que es dulce y tierna pero- el negó -sabes a la perfección que esto causará un gran escándalo ahí fuera- se sentó en una de las sillas

-Papá, se perfectamente lo que estoy haciendo- contestó a la defensiva

-Es que...- exhaló -Es peligroso, si Victoria llega a enterarse de esto...

-No va a enterarse de nada- interrumpió Edward, se levantó de su asiento y se dirigió hacia la ventana, guardó sus manos en los bolsillos del pantalón -Yo mismo le diré lo que está pasando- explicó

Carlisle se levantó abruptamente de la silla, casi a punto de que esta cayera al suelo -¡Edward Cullen!- gritó

El se dió la vuelta, se encogió de hombros –¿Que, papá? Le diré yo mismo que lo nuestro no va para ninguna parte

-¡No puedes hacer eso! El padre de Victoria quitará su ayuda de la compañía y nos iremos a la quiebra, no puedes hechar por la borda más de cien años de trabajo ¡No puedes!

-Primero, sé perfectamente cómo hacer para que el padre de Victoria no nos quite su... "apoyo"- hizo unas comillas en el aire –Y segundo, Cullen Corp. puede perfectamente soportar una mala racha, eso de irnos a quiebra en una exageración muy grande por tu parte

Carlisle sólo negaba con la cabeza -Sólo voy a decirte algo- se acercó y puso una mano sobre su hombro -Estás en todo tu derecho de hacer con tu vida lo que quieras, si quieres dejar a Victoria, hazlo, si quieres estar con esa chica... Isabella, hazlo pero por favor, no destruyas a la empresa- sentenció

Carlisle Cullen salió del estudio y bajó las escaleras y Edward detrás de él .

OoO

Esme y Bella se encontraban hablando sobre cosas banales, Esme sintió las manos de Carlisle sobre sus hombros, Isabella no pudo evitar darse cuenta de la constante mirada inquisitiva de Carlisle sobre ella, no tenía la menor idea de lo que habían hablado Edward y él allá arriba pero por su actitud, tenía mas o menos una idea.

-Cariño, es hora de que nos vayamos- dijo Carlilse

Esme se levantó del sillón y se acercó a Bella para darle un beso en la mejilla, se detuvo unos instantes -Sálvalo- le susurró Esme en su oído y luego le sonrió, al parecer nadie se había dado cuenta de la escena

Carlilse se despidió de ella con un frío apretón de manos, pero una sonrisa que trataba de ser amabale es su rostro -Encantado de conocerte, Isabella- musitó para darse vuelta y despedirse de Edward con un abrazo y palmeando su espalda, Isabella miró aquello con más atención de la necesaria y se percató que Carlisle le decía algo a Edward, sin alcanzar a escuchar qué.

Esme y Carlisle se fueron tomados de las manos hacia la salida, aocmpañados por Edward

-Por favor, en cuanto lleguen a Francia avísenme para saber que llegaron bien- dijo Edward mientras cerraba la puerta

Bella frunció el ceño, aquella demostración de cariño y preocupación no eran naturales en Edward.

Son su familia Bella, obvio que tiene que preocuparse susurró Blanca Nieves, de pronto Isabella se sintió culpable, no había llamado a su padre en más de un mes, pensamientos tristes la invadieron Charlie, mi papi...lo he abandonado... ¿estará comiendo bien? Esa pregunta la preocupó debido a que antes de que ella llegara a vivir a casa de Charlie, lo único que comía era pizza y cerveza, y de vez en cuando, cuando le hastiaba la pizza iba a la cafetería del pueblo a comer hamburguesa y tarta de moras, siempre había sido un desastre para la cocina, al igual que Reneé.

Antes de que se pusiera melancólica y comenzara a llorar por los recuerdos de sus padres, Edward llegó abrazándola por la cintura.

-¿Qué pasa?- preguntó preocupado volteando a ver su cara y viendo como sus ojos estaban levemente rojos, se alarmó -¡Bella! ¿Qué sucede? ¿Mi madre te ha ofendido? ¿Te... te duele algo?- su rostro denotaba angustia

Bella luchó por contener las lágrimas

-No Edward ¿cómo se te ocurre? Tu mamá es absolutamente adorable, es sólo que...- apretó los labios -Al ver a tus padres... me he acordado de los míos y... me he puesto un poco sentimental- contestó con una débil sonrisa, y sin poderlo contener una lágrima salada se deslizó por su mejilla

Edward cerró los ojos y apretó los puños -Isabella, deja de llorar- ordenó. La cara de preocupación habia desaparecido y fué remplazada por una de enojo... en primer grado, se veía claramente la vena sobresalida de su sien y el mentón tenso en su cara.

Bella se limpió la lágrima com en el dorso de su mano. Edward seguía en su posición -¿Edward? Ya, no estoy llorando- anunció

El abrió los ojos, soltó el aire evidentemente aliviado y murmuró algo parecido a "Gracias a Dios"

-¿Qué pasa?- preguntó ella

Edward se pasó una mano por el pelo -Nada

Isabella dió una vuelta al sillón y lo miró a la cara -Creo que es hora de que me vaya- anunció

-¡No!- gritó él -Quiero decir... ¿no te quedarás?

Ella sonrió -¿En verdad quieres que me quede?

-Por supuesto- Edward rodeó el sofá, alcanzándola -¿O qué pensabas?

OoO

Isabella tenía puesta sólo una camisa de pijama de Edward y nada más, no sostén y no bragas.

-¿Me puedo poner siquiera mis pantaletas?- rogó

El rió, acostado en su cama -No- dijo

Rodó los ojos -¿Por favor?

-No

Bufó -Edward, no estoy acostumbrada a dormir desnuda- se dirigió hacia la cama y alzó las cobijas

El se encogió de hombros -Tendrás que acostumbrarte- sonrió de lado,esa sonrisa que derretía a Bella -No sabes como me excita saber que estás dispuesta para mí todo el tiempo- acarició la pierna desnuda de Bella

Ella se mordió los labios, tenía un plan -Bueno, ¿en realidad te gusta tenerme así? ¿Desnuda?

-Oh, no sabes cuánto- contestó

Hizo un gesto de aprobación -Está bien- se deslizó en las sábanas y puso la cara sobre la almohada -Hasta mañana- cerró los ojos

Edward entrecerró los ojos -Oh no señorita Swan ¿qué es lo que estás planeando?- preguntó

-Tendrás que esperar hasta el lunes- murmuró

-Me das miedo- dijo con humor

-Oh si león- abrió los ojos -Soy peligrosa- le guiñó un ojo y se durmió. Edward besó la coronilla de su cabeza y la abrazó

-Buenas noches, Mi Bella

OoO

El lunes había llegado. Isabella cruzó por el loby de la empresa y la chica de recepción la llamó.

-¡Bella!- le gritó

-¿Que hay Cindy?- preguntó

Cindy, la recepcionista, sacó un papelito amarillo de su agenda y se lo entregó a Bella

-¿Qué es esto?

-Es el nombre de una mujer que vino el fin de semana a buscar al jefe ¿Podrías avisarle?

-Si claro, pero ¿no dijo de parte de quien venía? ¿Una compañía o algo?- preguntó

-Sólo dijo que se llamaba Anya Wilson y que necesitaba de manera urgente una cita con el Sr. Cullen

Bella alzó las cejas -Bien, yo le aviso. Gracias Cindy

Caminó hacia el ascensor, se quedó mirando detenidamente el papel. ¿Anya Wilson? ¿Quién será? Guardó el papel en su abrigo negro, sonrió de pronto ante el recuerdo de su fin de semana con Edward. Aún le dolían las piernas todo el fin de semana con ellas abiertas ante é totalmente expuesta. Edward le había hecho el amor cada segundo, sólo le daba el tiempo necesario para que comiera y fuera al servicio, de resto nada, no habían salido a ningún lado, se quedaron todo el tiempo dentro de la casa hablando acerca de todo y nada, Isabella quería salir a pasear o a caminar pero no era posible, Edward le había dicho que no podían verlos juntos, había paparazzis en todos lados, la llevó a su departamento un domingo por la noche pero él se había mostrado reticente.

-¿Qué tal si mejor te quedas?- Edward se acercó a ella sugestivamente

Ella resopló -¡Edward no! Tu bien lo has dicho. ¡NO pueden vernos juntos!

Al final , lo había convencido no sin antes una última hora de sexo.

Kate y Jessica no la saludaron cuando llegó a su escritorio, pero ella si.

-Buenos días, chicas- saludó

Se metió a la oficina de Edward, el estaba tan metido en su laptop que no se dió cuenta cuadno estaba frente a él, a Isabella le pareció que Edward se veía absolutamente delicioso en esa fabulosa combinación inglesa de traje color azul oscuro, corbata color vino y camisa blanca.

-Hola- puso sus manos dentrás de su espalda

Edward alzó la vista -Hey- le sonrió, la miró de arriba a abajo -Que linda que estás hoy- señaló con su pluma el traje de Bella -¿Es piel verdad?

Bella rodeó el escritorio y se sentó a horcajadas sobre él, el plan estaba en marcha.

-Si ¿por qué?

Se mordió el labio -Bueno, este material... me da algunas ideas- sus ojos se habían oscurecido

-mmmm... ¿Cómo cuáles?- preguntó ella

-Oh señorita Swan, demasiadas... demasiadas

-A mi también me da algunas ideas- dijo ella tomando la mano de Edward y poniéndola sobre su muslo, guiándolo hacia arriba, la respiración de Edward se habia vuelto pesada, Bella se inclinó hacia adelante, sobre su boca pero sin besarlo, subió la mano de Edward hasta que el tocó su sexo, el abrió los ojos

-¡Maldición Isabella Swan! ¡No llevas bragas!- gritó

Ella se levantó como resorte y se alejó lo más posible de él.

Se mordió el labio -Nop. No llevo bragas- se dió la vuelta hacia la puerta -Ah y... una tal Anya Wilson vino el sábado a buscarte, quiere una cita urgente contigo

Edward recompuso su postura en su asiento. Carraspeó -¿De parte de quién viene?- preguntó aún con voz pesada

-No lo dijo

-Entonces revisa mi agenda y haz un espacio

-De acuerdo- Bella abrió la puerta

-¿Isabella?- le llamó

-¿Que?

-Más vale que te cuides

Ella soltó una carcajada -¡Uy que miedo!- dijo sarcástica

Edward alzó las cejas -Deberías tenerlo

-Lo tengo

-Me da gusto, ah, revisa tu Blackberry, te estaré enviando mensajes por ahí

A Bella aquello le pareció absurdo -¡Pero si me tienes a menos de diez metros!

-Bella, no te voy a estar llamando cada cinco minutos para cada vez que tenga ganas de decir algo

Isabella asintió. Salió de la oficina no sin antes guiñarle un ojo.

Se dirigió a su asiento y comenzó a trabajar, veinte minutos después su Blackberry sonó.

De: Edward Cullen

Para: Isabella Swan

Fecha: 19 de Noviembre de 2012 Hora: 8:40

Eres mala Swan ¿Cómo se te ocurre venir sin bragas a la oficina? ¿Cómo me podré concentrar el resto del día?

¿Sabías que tengo una junta en menos de media hora? ¡Claro que lo sabías! ¿Pero sabes qué? ¡Tu vendrás conmigo!

Edward Cullen. Presidente y accionista de Cullen Corp.

La madrastra sonreía perversamente y Blancanieves se tapaba la cara de la vergüenza. Se apresuró a contestar.

De: Isabella Swan

Para: Edward Cullen

Fecha: 19 de Noviembre de 2012 Hora: 8:42

Oh mi león, no sabes lo apenada que me siento ¡Se me había olvidado la junta! ¿Y sabes otra cosa? Ahora estoy preocupada,

tu sabes, soy un poco torpe y me caigo muchas veces ¡Y no traigo bragas! ¡Rayos! ¡Todos los hombres me verán!

Isabella Swan. Asistente personal de Edward Cullen en Cullen Corp.

Inmediatamente recibió una respuesta

De: Edward Cullen

Para: Isabella Swan

Fecha: 19 de Noviembre de 2012 Hora: 8:43

¡Primero los mato Isabella! ¡Nadie mira lo que es mío! ¡Nadie!

Edward Cullen. Presidente y accionista de Cullen Corp y dueño de Isabella Swan.

Bella no sabía como, pero de algún modo desde el mensaje se percibia el carácter supremamente enojado con que Edward lo habá escrito, era casi como tenerlo enfrente, se puso nerviosa y decidió no contestar.

Siguió con su trabajo, revisaba todo lo relacionado con la campaña del perfume que Edward había dejado a su cargo. El hotel Four Seasons* donde sería la fiesta ya estaba reservado para ese día, al parecer todo estaba listo y no faltaba nada, excepto los meseros y el menú, que serían contratados a última hora, estaba completamente metida en el computador cuando el teléfono sonó, lo descolgó sin mirar.

-Cullen Corp. ¿Con quién desea hablar?- esa frase estaba ya automáticamente puesta en su cerebro lista para dispararse en cuanto el teléfono sonara.

-¡Oh Belli! ¡Déjate de formalismos! ¿Cómo está mi amiga del alma?

Bella sonrió -Hola Alice, ¿qué tal?

-Estoy preocupada, llevas varios días sin venir a la universidad Bella- al parecer Alice estaba enojada

-Es que... se que no te lo había dicho pero... cambié mi horario, sólo voy los fines de semana, aunque este fin de semana no fuí- confesó nerviosa

-Ay Belli, Pero bueno, llamaba para decirte que hoy en la noche iré a visitarte, al parecer Jasper está dispuesto a dejarme libre por una noche

Isabella suspiró aliviada -Me da tanto gusto Alice, hay muchas cosas que tengo que contarte

-¿Buenas o malas?

-Depende desde el punto de vista donde las veas- Isabella se encogió de hombros y comenzó a jugar con el cable rizado del teléfono -¿Quieres que prepare algo de cenar?

-¡No! ¡Estoy a dieta! Además, voy para platicar contigo no a comer ¡Bella! ¡Estoy tan emocionada! ¡Jasper es lo que siempre soñé! Pero te lo cuento todo esta noche ¿vale? Iré a eso de las nueve, bye Belli, besos- Alice tronó la boca mandando un fuerte beso através del teléfono

-Igual te adoro, muchos besos- Isabella colgó el teléfono y suspiró, alzó la mirada y casi pega un brinco cuando vió a Edward ahí, recargado sobre su computadora, se veía terriblemente enojado.

-¿A quién le manda besos Swan?- sus ojos parecían cuchillos

-Eh...yo...platicaba con un... amiga, quiero decir, una amiga- repuso

Edward pasó la lengua por sus dientes -¿Acostumbra a decirle "te adoro" a sus amigas?- no se oía convencido

¡Oh Dios mío! ¿Qué es esto? ¿Una escena de celos? ¿Con quién cree que estaba hablando entonces? Pensó

A Blancanieves esos celos le parecían de lo más tiernos y la madrastra enfurruñada y con el ceño fruncido negaba con la cabeza.

Isabella no contestó, sólo agarró sus cosas y caminó hacia el elevador.

-Señor, la junta- le recordó al ver que Edward se había quedado parado y sin moverse en medio de la recepción.

Edward caminó con paso decidido hacia ella y se subió al elevador, no dijo ni una sola palabra.

Entraron a la sala de juntas, la mesa era muy grande, de color negro y barnizada, las sillas eran de patas metálicas y también de color negro, todos los ejecutivos ya estaban ahí.

-Señor Cullen- le saludaron todos con un asentimiento de cabeza, él no se dignó a mirar a niguno, gesto que se le hizo muy poco apropiado a Bella.

Edward se sentó a la cabeza de la mesa e Isabella a su lado.

-Pongámonos cómodos caballeros- dijo Edward mientras que todos los hombres se levantaban y ponían sus sacos en los respaldos de las sillas. Las ejecutivas, por otro lado, admiraban el espectáculo de belleza que era Edward Cullen.

La junta corrió sobre los asuntos de la campaña navideña del perfume, los próximos proyectos y también sobre el reclutamiento y la contratación de un diseñador de modas, Isabella apuntaba aquello que era importante y miraba con ojos curiosos a cada ejecutivo que se levantaba a exponer una idea o proyecto, ella en la preparatoria jamás fué capaz de hacer eso.

Edward en realidad hablaba muy poco en la junta, parecía un César que sin hablar aprobaba o desaprobaba las cosas dando un simple gesto con la cabeza o con la mano sabiéndose con todo el poder del mundo.

Se sobresaltó al sentir la mano de Edward subiendo peligrosamente por su pierna, volteó a verlo y el estaba como si nada estuviera pasando.

-Oh no Edward. Recuerda, estoy desnuda debajo de esto- señaló su vestido

Edward agarró su pierna de una manera más fuerte, aquello en serio comenzaba a doler, intentó alejar su mano pero esta se aferró a ella de una manera que una perfecta marca roja con la forma de la mano de Edward quedó en ella. Él vió la marca e inmediatamente el color de sus ojos verde esmeralda pasó a ser verde oscuro, Isabella de forma instintiva miró hacia la entrepierna de Edward y... ¡Wow! ¿Todo eso es suyo? Pensó pasando discretamente la lengua por su labio superior en un gesto de antojo.

Edward puso una mano sobre su erección tratando de que esta bajara, para su buena suerte, dió resultado.

Blancanieves y la Madrastra sonreían cómplices.

La junta terminó y todos se pusieron de pie, siendo Edward y Bella los primeros en salir de ahí.

Volvieron a subir al ascensor pero Isabella tenía planeada otra cosa más para probar los límites de Edward.

Apoyó su pié contra una de las paredes del elevador de forma que su pierna quedaba alzada, la marca seguía ahí, gracias a que su piel era muy blanca.

-¡Rayos! ¡Mira! Se ve mal- pasó la yema de sus dedos apenas rozándola

Edward carraspeó, estaban a tan sólo un piso de llegar a su destino Isabella alzó cincó centímetros más la falda mientras seguía acariciando la marca con más intensidad de la necesaria, Edward no soportó más y se lanzó hacia el botón que detenía el elevador, lo apretó y luego se lanzó hacia ella, arrinconándola en una de las esquinas y tomando su pierna, envolviéndola en su cadera y luego, de imprevisto, meter un dedo dentro de ella. Gimió.

-Tan mojada- susurró con admiración

Ella mordió su labio -Para ti Cullen

-Oh si nena, sólo para mi- exigió sin mover el dedo dentro de ella

-Siempre. Mojada y sólo para ti- contestó

El negó con una sonrisa y sacó el dedo dentro de ella para llevarlo a su boca, sin duda la imágen más erótica que Bella había visto, Edward apretó el botón para reanudar el elevador y segundos después el timbre sonó y las puertas se abrieron.

-Me las pagas Señorita Swan, me las pagas- sentenció Oh Mi Bella, adoro que todos los días sean así contigo

-Ya estoy ansiosa Cullen

La máscara de frialdad e indiferencia volvió a ambos y salieron del asensor.

Edward se quitó la chaqueta y abrió la puerta de su oficina.

-Swan, a mi oficina- ordenó

Ella entró con todo y su sonrisa picarona.

-¿Qué se le ofrece señor Cullen?- preguntó educada

-Se lo que estás haciendo Swan- advirtió -Eres una pequeña bruja

-Lo sé

-¿Y no te importa?

-No, esa es mi intención- respondió Bella. El teléfono sonó -¿Diga?... Muy bien. Yo aviso- puso una mano sobre el transmisor

-La señora Anya Wilson está ahí afuera, yo ya había reservado una cita para ella el jueves pero...

-No, no importa- le cortó Edward -Hay que averiguar de una vez por todas quien es ella- Bella asintió con la cabeza y retomó la llamada

-¿Kate? Si... dile que pase- colgó el teléfono

La puerta se abrió y lo primero que vió Bella fué a una mujer rubia, de ojos azules alta y perfecta y absolutamente hermosa, Ahora me siento pequeña aunque tal vez su vestido rojo de lycra y escote pronunciado marcaba excesivamente las elegantes curvas de su cuerpo, se oyó un golpe seco contra la alfombra, Edward tenía en el rostro una expresión de terror que inmediatamente fué compuesta por una máscara fría que no dejaba ver ningúna emoción, tenía los puños apretados. "Anya Wilson" sonreía patéticamente.

-Hola cariño- saludó ella deteniéndose en el medio de la oficina

-¿Qué demonios haces aquí?- preguntó Edward como toro a punto de embestir con sus cuernos

-Oh ya sabes, andaba por aquí "cerca" y decidí venir a visitarte. ¿Cómo estás?

¿Pero qué...? Isabella de pronto se sentía como un intruso en aquella oficina, un molesto polvo que estorbaba en aquella escena, sentía que era un tercer público demasiado entrometido que no debía estar presente.

Edward volteó a mirar a Isabella -Por favor, déjanos sólos Isabella

-Pero...- protestó

-¡Ahora!- gritó agitando la mano

Bella corrió literalmente fuera de la oficina y una vez sentada en su silla puso una mano sobre su pecho tratando de tranquilizar a su corazón, Kate y Jessica se miraron entre si asusatadas.

-Bella, ¿qué fue ese gritó?- se animó a preguntar Jessica

-Nada- contestó tratando de restarle importancia

A las tres horas "Anya Wilson" salió acompañada por Edward, la tenía agarrada por el brazo, ella soltaba alaridos

-¡Edward! ¡Suéltame! ¡Me lastimas!

Él la empujó hacia el asensor y se acercó a ella

-¡No vuelvas maldita!

Caminando con paso fiero, sin siquiera determinar a Bella se metió a su oficina, ella estaba confundida ¿Quién era Anya Wilson? ¿Por qué Edward había reaccionado así cuando la vió? ¿Por qué la había corrido a ella -Isabella- de la oficina? Tenía demasiadas preguntas en su cabeza y esta comenzaba a doler, Jessica y Kate se miraban interrogantes y con boca abierta.

Edward no volvió a llamarla a su oficina en todo el día ni le había mandado mesajes en el BlackBerry, sentía las imperiosas ganas de ir hasta allá y preguntarle a él qué cuernos estaba pasando pero no se atrevía, por que, después de todo, ¿quién era ella para juzgar?

Salió a almorzar algo rápido a una cafetería cercana y se dio tiempo para caminar hasta Central Park y sentarse en una de las bancas a mirar a las aves y las personas que pasaban por allí, tuvo unos momentos de tranquilidad, un tiempo para sí misma, más tarde cuando regresó al trabajo un poco menos estresada Edward por fin la llamó a su oficina pero no para hablar, si no para pedirle solamente el presupuesto de la campaña publicitaria y nada más, ni siquiera la miró a la cara cuando le dió los papeles.

Isabella se encontraba cordinando una cena en Londres que Edward tendría en Año Nuevo con los embajadores de Rusia, Sidney y por supuesto Inglaterra, miró su reloj, afuera las luces de Nueva York comenzaban a titila, Kate y Jessica se habían ido desde las siete, al parecer habían quedado con unos tíos, Edward aún no salía de la oficina.

Tomó su abrigo y su bolso, por un segundo se quedó mirando su pierna y vió que unos tenues moretones redondos apenas visibles estaban ahí, hizo presión sobre uno y sonrió débilmente. Con lo bien que iba esta mañana... pensó triste. Fué hasta el elevador y apretó el botón, las puertas se abrieron y entró, sacó su Blackberry y decidió mandarle un mensaje a Edward.

De: Isabella Swan

Para: Edward Cullen

Fecha: 19 de Noviembre de 2012 Hora: 8:20

Veo que no volverás a hablarme hoy de nuevo. Que tengas buenas noches.

Isabella Swan. Asistente personal de Edward Cullen en Cullen Corp.

Las puertas del elevador se abrieron dejándola en el loby de la planta baja, se despidió del guardia y salió hacia la noche, su casa no quedaba ni a media hora y decidió irse a pie, apuró el paso al ver que casi daban las nueve y Alice pronto llegaría, se dió cuenta de cuánto la extrañaba y de cuánto añoraba platicar con ella.

Llegó a su departamento y encendió la luz, lo primero que hizo fué quitarse los Pigalle y aventarlos a algún lugar desconocido de la sala, se dirigió a su cuarto y se quitó el conjunto negro de piel y cierres dorados de Moschino, cambió su sofisticado atuendo por unos shorts rosas y una vieja playera blanca con la cara de Hello Kitty, un regalo que Bella se había ganado en una feria cuando había ido acompañada por su madre, por último, para no andar descalza se puso unas balerinas blancas.

Tocaron el timbre e Isabella corrió a abrir, Alice le brincó en brazos.

-¡Belli! ¡Oh cuánto te he extrañado!- cerró la puerta tras ella

-¡Alice! ¿Que tal? ¿Cómo has estado? ¡Hasta que te veo la cara!- Alice se veía igual de fresca y extravagante como siempre acompañada de su excelente gusto para vestir, Bella la arrastró hasta el sillón y la sentó

-¡Cuéntame! ¿Qué tal Jasper?- le preguntó realmente interesada

Alice suspiró, evidentemente enamorada -Bella, es simplemente lo más maravilloso que me ha podido pasar, es tan romántico, caballeroso y... sexy, muy, muy sexy. ¡Me ha llevado a conocer a sus padres! ¡Carlisle y Esme son lo más adorable de este mundo! ¡Su hermano Emmet es algo asombrosamente musculoso! ¡Y me volví amiga de su esposa! Rosalie es algo complicada y tal vez enojona pero una vez que la conoces es una buena persona.

Isabella se había perdido ¿Quien demonios era Rosalie? ¿Emmet estaba casado? ´¿Alice ya conocía a los padres de los Cullen? Alice terminó de hablar luego de una hora.

-Ahora tu Belli, cuéntame de tu vida- incitó

Tomó aire, decidió soltarlo a bocajarro y sin rodeos -Soy amante de Edward Cullen- entrelazó sus manos y se removió incómoda en el sofá esperando la reacción de Alice que hizo lo que ella menos esperaba, soltó una carcajada fuerte e histérica que le tomó cinco minutos calmar, aún con vestigios de risa Alice preguntó

-¿Estás de broma?

-No- dijo Bella con toda la serenidad -Te estoy diciendo la verdad Alice, soy la amante de Edward Cullen

Alice tragó saliva -¡Santa mierda! ¿Pero cómo?

-Ni siquiera yo misma sé el por qué pero lo soy y no sabes lo culpable que siento a veces, sobre todo cuando la veo a ella.

-¿A quién ella?

-A Victoria

Alice casi se atraganta con su propia saliva -¿Estás sugiriendo que Edward está engañando a Victoria contigo?

Bella entrecerro los ojos -¿Estás diciendo que soy muy fea para Edward?- estaba ofendida

-¡No!- gritó -¡Yo no he dicho tal cosa!Eres muy bella. Es que... no lo sé, jamás lo hubiera imaginado

-¡Y lo peor de todo es que no se que hacer! ¡Lo amo Alice! Pero no sabes como me molesta el hecho de no poder demostrarlo en público.

Alice tomó sus manos -¡Oh Bella! No se que decirte amiga mía, si te soy sincera, siempre he estado en contra de este tipo de relaciones pero... ahora eres tu la que está en una, eres como mi hermana grande que nunca tuve y no puedo abandonarte en esto.

Bella se lanzó a sus brazos y la estrechó fuertemente -¡Te quiero tanto Alice! ¡Ayúdame!

-¡Claro que voy a ayudarte! Pero me preocupa Belli

-¿El que?- preguntó

-Has dicho que estás enamorada de él, tienes que tener en claro que no porque haya sexo de por medio significa que él también te ame. No te confundas, puedes salir lastimada

-No me estoy confundiendo con nada Alice, el me ama, me lo ha dicho

-Una cosa es decirlo y otra demostrarlo

-No, yo en verdad siento que me ama cuando me lo dice- una repentina lágrima cayó de sus ojos -Pero a veces es tan difícil Alice- no le mencionaría lo del látigo ni el hecho de que Edward disfrutaba golpeando a las mujeres, no podía -Es demasiado duro estar a su lado y soportar que todas las mujeres lo vean con ojos de deseo sin yo poder hacer nada, ante los ojos del mundo yo soy su asistente.

-Oh Belli, no te preocupes, pasará, todo pasa- le tranquilizó -Puede que si sea difícil pero presiento que pronto se arreglará y todo estará bien

-No lo entiendes, es como una mezcla de bipolaridad, unas veces se muestra posesivo y juguetón y otras veces nada... totalmente frío

Un celular sonó, el de Alice

-Aló... Jasper... si, está bien, ya voy para allá- colgó y le dedicó uan mirada de disculpa a Bella

-Belli, en serio lo siento pero Jasper me ha llamado, quiere que vaya a su casa, parece que su paciencia se ha acabado

Isabella rodó los ojos y alzó las manos-!Los hermanos Cullen llevan la posesividad en la sangre!

Alice soltó una risilla se encogió de hombros -¡Lo amo Bella!

Bella la acompañó hasta la puerta y se despidió de Alice con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla

-Por favor vuelve pronto Alice

-¡Oh Belli! ¡Lo dices como si no nos hubieramos visto en un año! Pero no te preocupes ¿A qué hora es tu comida?

-A las dos de la tarde

-¡Perfecto! Mañana me le escapo de Jasper y paso por ti, iremos a un restaurante francés buenísisisimo ¿Te parece?

Bella sonreía ampliamente -¡Genial!

Alice se fue dando pequeños saltitos a lo largo del pasillo, Bella cerró la puerta.

Estaba tan agotada que decidió irse a acostar, se cepilló los dientes y se cepilló el cabello.

OoO

Dos de la mañana y Bella solo daba vueltas por la cama, no conciliaba el sueño y su cabeza seguía rondando sobre la aparición de esa mujer en la empresa. ¿Quién es? ¿Quién es? La Madrastra y Blancanieves hicieron alianza ayudandola a pensar, las tres llegaron a una conclusión ¡una ex de Edward! Aunque su comportamiento no había sido normal. Su cara de susto...su gesto frío...el modo en que la corrió de la oficina..."¡No vuelvas maldita!" el le había gritado

Alguien tocó a la puerta, Isabella se asustó

-¿Quién toca a estas horas?- murmuró

Se asomó por el pestillo de la puerta y casi grita ¡Era Edward! Acompañado de su característico abrigo negro, abrió la puerta.

-¿Que quieres?

El la miraba, sombrío -A ti- atravesó el umbral de la puerta y la cerró tras de sí

-A mi ya me tienes- contestó dando un paso hacia atras

-¡No es cierto! ¿¡A quién le mandabas hoy besos por el teléfono y le decías te quiero!?- reclamó

-¡Era una amiga! ¡Maldición Edward! ¿Desconfías tanto de mi?

-¡Si!

-¡Ja!¿Tu desconfías de mi? ¡Si yo no soy a la que le llega gente misteriosa a la oficina!

Sonrió de medio lado -¿Estás celosa entonces?

-¡No es eso maldita sea! ¿Después de todo quién soy yo para reclamar? ¡Yo sólo soy tu... puta!

-¡Jamás te he dado a entender eso!

-¡No hace falta! ¡Lo estoy diciendo yo! Por que eso soy

Edward se quitó el abrigo y la corbata, aventándolos al suelo -¿Mi puta? ¿Crees que si así fuera te hubiera llevado a mi casa? ¿Si así fuera te diría "te amo"?No lo hago, no lo hago, pero aún así... ¿Si así fuera te hubiera presentado a mis padres como mi novia? Soy un maldito monstruo mentiroso, Mi Bella, espero algun día me perdones...Entiende, tienes que estar a mi lado. Siempre.

¡Rayos! ¡Tiene razón! -¿Y de que sirve todo eso Edward? ¿De qué sirve si no me tienes confianza? ¡Se perfectamente que no me has contado todo sobre ti!

Edward resopló y se pasó de nuevo la mano por su cabello -¿Es eso? ¡La confianza! ¡Te lo he dicho miles de veces Isabella! ¡Sabes más acerca de mi que cualquier otra persona!- la vió ladear de la cabeza y cruzar los brazos, tomó aire -Aquí va

-Espero- dijo Bella

-Esa mujer que fue hoy a la oficina...

Por favor, por favor, querido Dios... que esa mujer no sea quien estoy pensando... no... no. ¡Oh! ¡Ahora deseo no haber preguntado!

-Es Tanya Denali

OoO

Canción: Por Ser Tu Mujer

Artista: Natalia Jimenez

¿Os gusto?

Recuerden visitar mi blog, la dirección está en el capítulo anterior.

Un beso

Amy W.

Capítulo 9: La Jaula Del León Capítulo 11: Índice De Maldad

 
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