Tú, Mi Obsesión (+18)

Autor: AmyWelch
Género: + 18
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 27/11/2014
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 72
Visitas: 104649
Capítulos: 29

Edward es un millonario obsesionado con Isabella Swan. Cuando ambos mantienen una relación Isabella se ve sumida por la vigilancia extrema, celos enfermos, el dinero infinito y la megalomanía de Edward Cullen, está dispuesta a soportarlo todo, hasta que se da cuenta de que Edward es el culpable de la muerte de su novio. Pero ella no sabe, que el último plan de Edward es dejarla ir.

Las y los invito a leer mi otra historia:

De Los Bosques De Noruega:

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3402

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Capítulo 9: La Jaula Del León

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Un beso a todas.

Gracias a mi beta Beakis, que no me abandona. mua!

Tu has estado en mi mente

Me encariñé cada día

me pierdo en el tiempo pensando en tu rostro

Sólo Dios sabe cuanto tiempo me ha costado

Dejar mis dudas a un lado

Tu eres el único al que quiero

No sé por qué estoy asustada

He estado aquí antes

Cada sentimiento, cada palabra, lo he imaginado todo

Nunca sabrás si nunca lo intentas

Olvidar tu pasado y simplemente ser mío

Te reto a que me dejes ser la primera y la única

Prometo que soy digna de estar entre tus brazos

Así que vamos, y dame la oportunidad

Para probar que soy la única que puede caminar esa milla

Hasta el fin de las estrellas

Capítulo 9: La Jaula Del León

La tenue luz del sol de otoño pegó directamente en el rostro de Bella haciendo imposible que mantuviera los ojos cerrados por más tiempo, al abrirlos lo primero que vio fue a Edward aún dormido, Bella recargó su cabeza sobre su mano y lo miró por unos segundos, dormido parecía pacífico y tierno, claro que aquello sólo era una ilusión. Pero aquel león la amaba, él se lo había dicho, aunque se sentía un poco culpable por James pero en el fondo ella sabía que él querría que ella fuera feliz, levantó su mano y acarició la cara de Edward, la piel era suave y una incipiente barba comenzaba a crecer picando bajo las palmas de sus manos. Se acercó a su oído -Yo te amo Edward- susurró

Se levantó de la cama desnuda, sentía un dolor casi inexistente en su entrepierna, sonrió, había perdido la virginidad, se dirigió hacia el baño esperando ver en su reflejo algún cambio físico, pero no había nada, absolutamente nada.

Salió del baño envuelta en una toalla blanca, se puso un conjunto de lencería negro y encima un conjunto de color rosa fuerte con blusa de piel y falda de algodón con cinturón metálico marca Dior, saltó dentro de los tacones Bottega Veneta. Se dio la vuelta y vio como Edward la miraba tumbado en la cama y con las manos detrás de su cabeza. El sonreía.

-Buenos días- le dijo Bella mientras se acercaba a besarle los labios

-Hola- respondió -Estás hermosa Mi Bella- Bella se quedó mirándolo mientras comenzaba a morderse los labios, dirigió sus manos hacia el abdomen de Edward, pero el rápidamente agarró sus manos y las retiró, negando con la cabeza.

-Oh no señorita Swan, el día de hoy tenemos muchas cosas que hacer- se levantó rápido de la cama y se dirigió al baño, Bella torció los labios enfadada.

A los quince minutos un Edward perfectamente limpio y fresco vestido aún con el traje del día anterior apareció en la sala, ella hacia maromas en la cocina preparando el desayuno.

-¿Qué haces?- le preguntó Edward

-El desayuno

-No, ya es tarde, comeremos en mi casa, vámonos- ordenó

-Pero...

-Isabella...- advirtió -Tenemos un viaje de hora y media por delante

Ella rodó los ojos, pero sabiendo que no había nada que hacer se dirigió a su cuarto y tomó su bolso de charol Gucci y un abrigo negro.

-De acuerdo, vámonos

OoO

Salieron del edificio y se dirigieron al Aston Martin de Edward, afuera hacia un día nublado y prácticamente no había sol.

Edward tomó la mano de Bella y le dio una vuelta en su lugar

-Te ves adorable- susurró

Bella se sonrojó -¿De verdad? Gracias

-Claro Mi Bella, eres una mujer hermosa- Edward dio otro beso en su frente

Blancanieves suspiraba tontamente mientras miraba la escena. Subieron al auto y arrancaron a toda prisa

-¿Dónde queda tu apartamento?- preguntó Bella al ver que iban por la I-278*

-No vamos a ir a mi departamento- contestó -Vamos a ir a mi casa

Bella entornó los ojos y negó con la cabeza, no entendía

-Mi departamento queda en Tribeca*, ahí me quedo la mayoría del tiempo, pero mi casa queda en Southampton*

Bella asintió -¿Y por qué no te quedas en tu casa en vez de tu penthouse?

Edward rió -Porque si lo hiciera tendría que manejar todos los días durante dos horas hasta el trabajo Bella

Blancanieves y la Madrastra la golpearon mentalmente ¡Claro tonta! La madrastra negaba con la cabeza

El resto del viaje Bella dejó de hacer preguntas y se dedicó a mirar el paisaje, en especial cuando llegaron a Long Island y se podía apreciar el mar a lo lejos. Isabella volteó hacia Edward y admiró su perfil, su rostro era el mejor paisaje que una mortal como ella pudiera apreciar. Su cabello despeinado tocando su frente, pestañas largas, nariz recta, labios cincelados y mentón cuadrado y fuerte.

Antes de que Isabella pudiera callarlo, un audible suspiro salió de su boca. Edward la miró

-¿Y ese suspiro señorita Swan?- preguntó

Bella se sonrojó -Estaba mirándote y...eres lo más hermoso que he visto en toda mi vida

Edward se tenso y Bella pudo notarlo -No digas eso Isabella, por favor- cerró los ojos un segundo -No lo hagas

Antes de que ella pudiera hablar, él encendió el estéreo y cambió de tema -¿Qué te gustaría escuchar?- inquirió

Bella todavía confundida se encogió de hombros -¿Por qué Edward?- preguntó

-¿por que, qué?

-¿Por qué estás aquí...conmigo?

Edward arrugó la frente -No te sigo

Ella suspiró -Me refiero a... ¿por qué te gusto?¿Por qué te has enamorado de mi? ¿por qué?

Aquellas palabras hicieron mella en Edward Oh Bella, no lo hago, no te amo, mentí, no te amo

Se acomodó en el asiento -Porque eres la mujer más adorable, fuerte y sexi que he conocido. Eres bella, hermosa Bella- tocó su mejilla, no mentía respecto a eso

Ella asintió -Supongo que puedo decir lo mismo, te amo Edward- dijo, él no respondió, en vez de hacerlo puso música a todo volumen

La canción que sonaba en el auto era Sex On Fire de Kings Of Leon, ambos se miraron y sonrieron

-Demasiado oportuno- dijo Bella

-Oh si, señorita Swan- respondió riendo, se veía tan joven y despreocupado cuando lo hacía

La energía en el ambiente se cargó de electricidad, algo raro.

Después de dos horas el paisaje comenzó a llenarse de árboles y casas enormes y lujosas con terrenos excesivamente grandes.

Edward dió vuelta en una calle y de pronto sólo había árboles, todo verde. Conforme se iban acercando en medio de un enorme jardín se alzaba majestuosamente la casa más grande que Isabella hubiera podido imaginar, se estacionaron en la parte trasera de la construcción en donde estaba el garage, otros cinco autos igual de lujosos que el Aston Martin estaban estacionados ahí.

Edward apagó el motor y bajó del auto para abrirle la puerta a Bella.

Tomados de las manos caminaron a la parte delantera de la casa, cuando Bella estaba a un metro de la puerta de entrada pudo apreciar realmente cuan grande era la casa.

Mierda, esto es realmente grande pensó.

-¿Qué te parece?- inquirió Edward cortando sus pensamientos

Bella estaba con la boca abierta -Es...es ¡rayos! ¡Es grandiosa Edward!- respondió en un grito

El rió -No has visto el interior- mientras Edward abría la puerta Isabella tuvo unos instantes para admirar aquello. La contrucción era minimalista, la casa era de dos pisos, algunos de los muros eran blancos y otros eran de madera, de toda la casa sobresalía un cubo de madera con tres grandes ventanales, así como el resto de la casa que tenía cristales por todas partes, algunos de piso a techo.

-Isabella, entra- pidió Edward

Isabella hizo caso, en cuanto puso un pie dentro era como entrar a otro mundo, la sala era grande, los pisos eran de madera oscura y los sillones eran de piel color crema con cojines de color azul y café, en el otro extremo había una silla individual de cuero café, una gran mesa café claro estaba en medio, al costado izquierdo había una gran chimenea moderna con pared de mármol crema y dos sillones individuales frente a esta, las paredes frontales eran puro cristal.

-¿Te gusta?- preguntó Edward

-Claro- respondió

Siguieron con el recorrido, a la izquierda de la sala se encontraba un comedor para seis personas, la mesa era de grueso mármol gris y las sillas eran de piel blanca y patas de madera, del techo colgaban lámparas cuadradas y en diferentes tamaños.

El resto de la casa seguía los mismos patrones, el suelo de madera oscura, muebles barnizados blancos de cuero y paredes de cristal y granito.

La casa contaba con cinco habitaciones tremendamente espaciosas y bonitas, se sorprendió al descubir que la casa contaba con cine privado y en el roof garden* había piscina equipada con asoleaderos además de que afuera exsitía una chimenea exactamente igual a la de la sala con sillones individuales, por si fuera poco la casa contaba con muelle y vista espectacular hacia el mar.

Isabella estaba sin aliento, no le cabía en la cabeza que una persona tuviera una casa tan grande para el solo, tuvo la extraña y triste sensación de que a pesar de que la casa estaba decorada de manera masculina parecía tener un aire familiar, como si el que estuviera viviendo ahí no fuera sólo un hombre soltero sino una familia entera.

-¿Te gustaría un poco de vino?- ofreció Edward cuando se encontraban en el pasillo del segundo piso

-Claro ¿por qué no?- contestó

-Ve hacia allá- señaló Edward hacia una de las puertas de las habitaciones

-¿Para qué?- preguntó

-Esa es mi habitación

-Oh- exclamó Bella

Edward desapareció en las escaleras, Isabella entró en la habitación, esta no seguía la misma decoración de toda la casa; era demasiado clínica, las paredes eran blancas, al igual que el piso de cerámica, en la entrada había una mesita blanca alta de porcelana, una serie de puertas de madera color negro que abarcaban toda una pared, al parecer era, el clóset, en el otro extremo había una ventana de piso al techo que dejaba ver el sorprendente océano, frente a esta había una silla de cuero blanco y patas de metal, en el centro de la gran habitación dominaba una enorme cama con sábanas blancas y almohadas y edredón negro, así como la cabecera, Bella paseaba por la habitación y, aprovechando que Edward no la veía se atrevió a abrir una de las puertas del clóset, lo primero que vió fue los trajes de Edward, miró hacia ambos lados cuidando que nadie estuviera y pegó la nariz a uno de los trajes Mmmm... exquisito...huele tan bien, estaba a punto de cerrar la puerta cuando de repente un extraño objeto que yacía al fondo del enorme clóset llamó su atención, se agachó y lo tomó entre sus manos, lo miró bien Oh, por favor, que no sea lo que creo que es... rogaba. Se sentó en la cama dando la espalda a la puerta, el instrumento era un mango largo forrado de cuero con varias tiras del mismo material que colgaban fuera de el. Isabella sintió la presencia de Edward a sus espaldas, dió media vuelta, y lo más inocente que pudo, dijo:

-¿Qué es esto?

Edward sonrió -Un látigo, ¿no los conocías?- colocó la copa de vino sobre la mesita blanca

El corazón de Bella sufrió un paro cardiaco y Blancanieves había caído en coma Oh mi...

-¿Por qué tienes...un látigo?- había dejado de tomar oxígeno

El se puso tenso, sus ojos se oscurecieron -No quieres saber

-Te lo estoy preguntando- dijo -Quiero saber- sostenía el instrumento de cuero entre sus manos, estrujándolo

-Me gusta...golpear- tomó aire -a las mujeres

La madrastra encontraba aquello divertido y excitante, paseaba sus dedos por sus medias de red, mientras que Blancanieves encendía la alarma de su cabeza respirando aún con la mascarilla de oxígeno.

Doble mierda!...¿es un sádico?...Oh Dios, ayúdame... ¿en dónde me he metido?

De inmediato se hizo un silencio sepulcral en la habitación, ni Edward ni Bella se movían, hasta se podían ver detenidamente las partículas de polvo que viajaban en el aire, Bella soltó el látigo sobre la cama y se puso de pié, Edward se acercó con cuidado a recogerlo y estiró el látigo con sus puños, ella se alejó unos cuantos pasos de él, caminando hacia la salida.

Edward comenzó a caminar hacia ella aún con el látigo entre las manos, sonreía malévolamente y tenía los ojos oscuros -No irás a correr ¿verdad?

¡Maldición! Pensaba Bella

Comenzó a tartamudear -Esto...yo...creo que...- señaló con su pulgar hacia la puerta

Edward negó con la cabeza -No te irás- caminaba hacia ella jugando con el látigo, Isabella miraba hacia los lados en busca de algún objeto con cual defenderse, pero no habia nada. La distancia que había entre ellos terminó y podía oler el aliento mentolado de Edward, cerró los ojos

-Edward por favor, no me hagas daño- pidió

-Shhh- susurró

-¿Por qué te gusta golpear mujeres?- preguntó Bella armada de un valor que no tenía

Edward la miró, sus ojos parecían atravesarla -¿Qué importa?- su voz se oía ronca

-A mi me importa- aclaró ella aún contra la puerta

Edward se separó y tiró el látigo al suelo, le dedicó una última mirada a Bella antes de caer de rodillas contra el piso llevándose las manos a la cabeza, las alarmas en la cabeza de Bella volvieron a encenderse ¿Qué demonios...? Al ver que no tenía otra alternativa se incó en el suelo frente a él.

-Edward ¿qué pasa?- preguntó verdadermente preocupada

-Cuando te diga el motivo te irás corriendo y no querrás volver a verme- susurró

-Edward, sabes que puedes decirme lo que sea, lo que sea, te amo- llevó sus manos a su cabello acariciándolo

El alzó la mirada -¿En verdad es tan importante saber?- preguntó

-Si, lo es

El bufó -Tanya Denali- susurró entre dientes

Ella se extrañó -¿Qué tiene que ver tu ex-novia aquí?

-Ella sólo era una maldita zorra- su voz se oía contenida

Bella ladeó la cabeza -Edward, en verdad no entiendo nada

-Ella me engañó Isabella, me hizo sentir que yo era nada; así que me gusta golpear a las mujeres porque libero toda la mierda que tengo dentro...-agarró su mejilla y la apretó -gracias a ella

Bella no sabía que hacer ¿abrazarlo tal vez? -Edward- soltó todo el aire de golpe -No sé que decir...

El se puso de pie y le tendió una mano que ella tomó a regañadientes -Sólo dime que no te irás- susurró

-Esto...quiero decir- Bella no encontraba las palabras -¿Tu le haces esto a... Victoria?

-Si- esa sóla afirmación era como la muerte para ella -Lo hacía

-Y ella ¿lo permitía?

-Si

-¿Y te gusta cierto?- hablaba con voz tranquila

-Si. Demasiado- contestó

Ella asintió con la cabeza -¿Y qué sientes cuando lo haces?

El se mordió los labios -Me hace sentir lleno, vivo.

Isabella caminó hacia la silla de piel para sentarse, no sabía cuánto tiempo más sus piernas la aguantarían

-¿Le haces esto a todas tus...mujeres?

Edward toca su frente -Si. Tengo la percepción de que todas son como ella

Isabella sabía que él no le había contado todo sobre Tanya y que tal vez no lo haría nunca, pero con la poca información que había recibido fué con la que tomó la decisión de levantarse de la silla e irse.

-Bien- dijo tranquila -Creo que lo mejor es que me vaya- caminó hacia la puerta cuando escuchó algo de cristal chocar contra el suelo y al final romperse

-¡No!- gritó Edward tan fuerte que se vió obligada a dar media vuelta y mirarlo a los ojos. Él se acercó en dos grandes zancadas hacia ella y la tomó por los hombros -¡No Isabella!¡No te irás!- gritó -¿Lo ves? Sabía que si te lo decía te irías ¡Lo sabía!

¡Lo sabía!

-No Edward- musitó -No me voy por lo que me has dicho

Él estaba confundido -¿Entonces?

-Edward- rió sarcasticamente -Tu mismo me has dicho que golpear mujeres te hace sentir vivo. Y yo no me voy a dejar golpear por ti- afirmó -Esto no funcionará

El apretó su agarre alrededor de ella -No me has entendido- hizo una pausa -Si yo las golpeo no es con el fin de la violencia- se acercó a sus labios para besarla -Es algo erótico ¿entiendes?- Isabella torció los labios. No sabía que eso existía.

-Es lo mismo- aseguró ella -Yo no soy del tipo de mujeres que se excitan con unos buenos azotes

El rió -Oh Isabella, te sorprenderías al decirte que les gusta a más personas de las que crees

Ella seguía renuente -No Edward, yo te amo, en verdad lo hago pero...

El puso un dedo sobre sus labios -Hagamos una cosa- la soltó -Experimentaremos, no ahora,poco a poco, y si al final decides que no te gusta entonces no lo haremos más ¿De acuerdo?

Edward estaba preparado para que ella aceptara, pero como siempre, Isabella hacía lo que él menos pensaba

-¡No!- exclamó Bella -¿Qué no te das cuenta? Al aceptar que me golpearas sería como aceptar el hecho de que tu me veas como si yo fuera una zorra como lo era Tanya; ¿y sabes qué Edward? Yo no soy eso

-¡Isabella! ¡Por el amor de Dios!- el alzó las manos al techo -Yo no te veo como una igual a Tanya- estaba a punto de decir una gran mentira -Yo... yo te amo Bella- su monstruo interior sonreía -Yo no te veo como ella, tú me haces sentir limpio... puro- cerró los ojos -Me haces creer que tengo alma- Edward en eso no mentía

Isabella se había quedado colgada en el "te amo" que él le había dicho, sus barreras cayeron, se acercó a el y puso sus manos a cada costado de su cara

-¿Qué te hace pensar que no tienes alma?- preguntó

El bajó la mirada, No, No podía decirle que antes era un hombre que vagaba por las calles de Londres buscando mujeres a las que dañar o... a las que matar. si le decía eso ella se iría inevitablememte.

-¿Y a tí que te hace pensar que si tengo alma?- inquirió Edward

-Bueno, he visto que haces donaciones a diferentes fundaciones y apoyas a diferentes centros educativos- contestó Bella

-Eso lo hago para obtener un poco de perdón Isabella, pero sé que no lo obtendré y al contrario, estando contigo me siento redimido ¿lo entiendes?

Bella sentía de pronto la imperiosa necesidad de abrazarlo y lo hizo.

-No- apretó su abrazo -Yo te amo, y tu eres bueno, por favor Edward, no vuelvas a pensar que no tienes alma- Bella volteó su cabeza y besó su pecho

Antes de lo esperado, la atmósfera entre ellos dos había cambiado, del mas puro enojo a la máxima de pasión

Edward pasó sus manos por debajo de la cintura de Bella y la atrajo hacia él, la besó, sus lenguas comenzaron a hacer un baile erótico, se acariciaban, se tocaban.

Bella se vió arrastrada hacia la cama, poco a poco, Edward deslizó la falda por sus muslos junto con las bragas. él alzó su mirada

-Te pones estos conjuntos para provocarme ¿cierto?

Bella se inclinó hacia él para quitarle la camisa pero él la detuvo

-No Swan, esto es para ti- fué el quien continuó desvistiéndola

La blusa se deslizó por sus brazos quedando sólo en sostén, Edward comenzó una caricia por todo su cuerpo, primero los pies, sonrió mientras acariciaba los tacones

-Algún día modelaras para mi solo con todos y cada uno de tus tacones, nena

La caricia se extendió por sus pantorillas, luego por sus rodillas y subir hasta el interior de sus muslos, Bella soltaba pequeños gemidos

-Edward...por favor

-Abre las piernas- ordenó Edward ignorando su petición

Bella obedeció

-Más

Bella las abrió un poco más

-Dime algo Bella, alguna vez... ¿te han hecho sexo oral?- preguntó a pesar de que ya sabía la respuesta

Isabella negó con la cabeza

Edward sonrió -Ya lo sabía

Se inclinó sobre su entrepierna y aspiró, Bella se retorcía

-Hueles delcicioso- susurró

Isabella sintió una lengua intrusa... ahí abajo, se movía, húmeda, bífida, penetrante, agarró las sábanas en sus puños, gemía alto, no podía evitarlo, de pronto... dientes, los dientes de Edward mordieron su clítoris suavemente, Bella veía estrellas, puntos de colores.

Edward chupaba, besaba, mordía por todos lados, su lengua penetró mientras con su pulgar estimulaba su sensible botón de nervios, lo que multiplicaba las sensaciones al millón.

Enredó sus manos en el cabello de Edward y lo jalaba hacia ella, insitándolo a seguir, la conocida burbuja comenzaba a oprimir el vientre bajo de Isabella, las paredes de su vagina comenzaron a cerrarse, Edward sabía que su final estaba cerca, sumergió dos dedos dentro de ella, bombeando rápidamente.

-Eso nena, déjalo ir- susurró antes de que Bella explotara en un maravilloso orgasmo y Edward se agachó para chupar la evidencia de su clímax.

-mmm... delicioso- musitó, Bella casi tiene otro orgasmo ante la visión.

Se inclinó hacia ella y la besó, Bella pudo saborear el sabor salino.

-Eres maravillosa- dijo Edward abrazándola

Bella lo empujó hacia abajo quedando ella sobre él.

-Creo que estás demasiado vestido- dijo en una sonrisa, desabrochó su pantalón y camisa, en cinco segundos Edward estaba completamente desnudo

-Whoa Bella- se sorprendió

Edward tenía una enorme erección e Isabella se relamió los labios, se acercó a sus caderas y puso una mano sobre su pene guiándolo a su entrada, se deslizó lentamente en él, ambos gimieron al unísono ante la sensación, Edward se aferro con fuerza a su cintura y ella sobre su pecho, impulsándose, comenzó a moverse lentamente haciendo círculos sobre él, arriba y abajo, no había patrón de movimientos, pero no dejaban de ser lentos y deliciosos.

Ella contemplaba el rostro de Edward, sus ojos entrecerrados, sus labios entreabiertos y su nariz jalando aire constantemente.

-Bella, muévete más rápido- pidió

-¿Así?- comenzó a impulsarse más rápido y fuerte moviendo sus caderas adelante y atrás.

Otra enorme burbuja en su vientre creciendo a cada instante con cada embestida, Isabella llegó hasta sus labios a besarlo cuano el enorme orgasmo la asoló.

Bella seguía encima de él, ambos tratando de regularizar sus respiaciones, tiernamente Edward acariciaba su espalda con movimientos de arriba a abajo.

-¿Te apetece ir a desayunar?- preguntó Edward luego de un largo rato

-La verdad es que tengo sueño- contestó Bella bostezando

Edward la acostó sobre la cama y besó su frente-Duerme Mi Bella- al instante ella cayó dormida y el la abrazaba contemplando su sueño

El monstruo interior hablaba Bien Edward, bien, ella es nuestra, te lo ha dicho, te ama, ella te ama. Claro que tú no...

Edward cerró los ojos -Perdóname Bella, perdóname

¡Maldita sea! ¿por qué tengo que hacerle daño a todo aquello que me quiere? Se preguntó mentalmente, el monstruo respondió por el Porque es nuestra naturaleza

OoO

Tanya despertó en un hostal de mala muerte del Bronx*. Hizo un gesto de asco al mirar al hombre con el que comapartía cama, olía a alcohol y tabaco, se levantó, se acomdó el vestido y se puso el abrigo encima.

-Hey- le llamó al hombre -Págame lo que me debes

El hombre de mala gana se levantó y tomó su cartera, sacó un billete de $50

-¿Qué te parece si antes de que te vayas me das una mamada?- dijo el hombre

Tanya torció la boca -Serán veinte dólares más

El hombre sonrió y le tendió el billete -Ten maldita puta, ahora lárgate- estaba tan borracho que no pudo mantenerse más tiempo sobre su propio pie, cayó en la cama y se quedó dormido.

Tanya arrugó el billete en su mano y lo metió en su bolsa, abrió la puerta y se fué, afuera hacia un frío terrible y su delgado abrigo no la tapaba lo suficiente, agarró el último cigarrillo que quedaba en su bolsa y lo encendió, perfecto, ahora tenia dinero para un taxi.

Ahora se encontraba en Midtown*. Estaba frente al enorme edificio de puro cristal y acero de Cullen Corp y, aunque era domingo el edificio se enontraba en funcionamiento, con paso decidido entró y se dirigió hacia la chica de recepción que por cierto, tenía un pinta labios muy rosa, con la voz más amable Tanya habló

-¿El señor Edward Cullen?

-El señor Cullen no labora hoy, ¿gusta dejarle algún mensaje? ¿Viene de alguna compañía?- preguntó la chica "Pinta labios muy rosa"

Tanya dudó unos instantes -Dígale que Anya Wilson vino a buscarlo y que es urgente, necesito una cita con él lo antes posible

La recepcionista anotó el mensaje -Claro señora ¿algo más?

-No nada

Se dió la media vuelta y se fué, de su bolso sacó toda la información que el investigador había conseguido acerca de Edward Cullen, ahí estaba todo, excepto la dirección, el estúpido del investigador no había podido conseguirla, una de las pocas cosas que había podido investigar era que Victoria era la pareja actual de Edward y que casi nunca se les veía frente a las cámaras y nunca iban a algún evento que no fuera de beneficencia.

-Bien Victoria, voy tras de tí- habló Tanya mientras seguía su paso por la Av. Madison*

OoO

Isabella abrió los ojos y adivinó los colores del atardecer cayendo suavemente sobre el suelo ¡Dios! ¿Por cuánto tiempo me dormí? Volteó hacia su costado pero Edward no estaba, se puso de pie y se dirigió hacia el baño ¡Rayos! el cabello de recién follada no me queda bien... entre todas las cosas de aseo personal que ahí había encontró un cepillo, peinó su cabello hasta que quedó más o menos decente.

Se fijó en toda la habitación, su ropa había desaparecido del suelo, estaba doblada sobre la silla de cuero, seguía desnuda y estaba haciendo frío, decidió que una camisa de él no estaría mal, la tela era suave, su curiosidad ganó y rebuscó en el clóset, pero el látigo ya no estaba, sacudió la cabeza. No arruines el momento Bella, no ahora, inmediatamente salió del cuarto, no le gustaba, se le antojaba frío y clínico.

Buscó a Edward por todos lados pero no lo encontró y la casa era demasiado grande para recorrela toda, llegó a la sala y se sentó junto a la ventana a admirar através de los cristales el tranquilo crepúsculo, comenzó a pensar y repasar los últimos días de su vida, cuando James murió imaginó que su vida había acabado, se resignó a terminar de estudiar, trabajar pero nunca a volver a tener otra persona a su lado ¿y ahora? Tenía a Edward, él había llegado a llenar su vida, le había confesado que la amaba, ella también lo hacía, era imposible estar a lado de semejante hombre todo el tiempo y no sentir nada por el, sin embargo, estaba ese parentesis, ese pequeño gran problema, Isabella cerró los ojos. No, no podría soportar que Edward la golpease ¡Nunca! ¿Para qué? ¿Para mantener su idea de que "todas son ella" "todas somos Tanya"? Imprevisiblemente Isabella comenzó a sentir odio hacia Tanya, no sabía si estaba viva o muerta... aunque Edward siempre hablaba de ella en tiempo pasado. ¿Qué es lo que ella pudo hacerle para que le gustara golpear mujeres? Debió haber sido algo terrible dijo Blancanieves mientras torcía la boca Necesitas hablar con él Bella, todas lo necesitamos... La Madrastra le dió la razón a Blancanieves.

Sintió la mano de Edward sobre su hombro

-¿Has dormido bien?- le preguntó Edward

-Si, gracias. ¿Dónde estabas?

-En mi estudio, tenía trabajo que hacer

¿Su estudio? El no me ha mostrado donde queda su estudio...

-Ahora me gusta mucho mas esa camisa- Edward acarició la tela mientras se sentaba en el sofá a su lado

-¿Te gustaría comer? No has desayunado nada- reclamó Edward mientras alzaba las cejas

-Si, claro

-Entonces, sigueme a la cocina

Bella se sentó en uno de los taburetes de la barra para desayunar y vió a Edward moverse através de la cocina sacando todo lo necesario para preparar un emparedado.

-¿Cocinas?- preguntó Bella sorprendida ¿Hay algo que no haga este hombre?

-Claro que cocino Swan, me ofendes- contestó en tono juguetón

-¿No tienes servidumbre?

-No, sólo tengo a Daphne que viene los fines de semana a asear un poco, no hago mucho desorden, Nunca ha venido nadie aquí, aparte de tí... y de mi familia, me gusta la privacidad Bella

-¿Entonces quién lava la ropa, compra la despensa y todo eso?- Bella se imaginó a Edward Cullen en un supermercado y la imágen le dió gracia, todas las mujeres babeando detrás de él, la madrastra entoranaba los ojos, celosa Yo no le veo la gracia

Edward se encogió de hombros -Todo eso lo hace Daphne- Edward terminó de preparar el sándwich y se lo dío en un plato junto con un gran vaso de jugo de naranja -Ten, come

Bella apenas dió un mordizco, Blancanieves y la Madrastra golpeaban el suelo con el pie impacientes, ella suspiró, sabía que no podía retrasar más el momento

-Edward...- el ya se había sentado en un taburete y preparaba otro sándwich -¿Que fué lo que pasó con Tanya?

El bajó el cuchilllo -No voy a decirtelo- contestó -Come

-Necesito saberlo Edward, por favor, ten un poco de confianza en mí

-Ya la tuve, sabes más sobre mí que cualquier otra persona

-Por favor Edward, dime, prometo no correr esta vez

Edward retomó la preparación del emparedado, la miró entre sus pestañas -No vas a dejarme en paz ¿verdad?- ella negó, entonces alzó la vista, mirándola de frente -Tanya y yo éramos novios en la universidad, todo el mundo me decía que ya se había acostado con la mitad de la fraternidad, pero yo no quería creerlo, estaba tan enamorado de ella, al menos creí estarlo- Sonrió amargamente -Comenzó a pedirme dinero prestado a cada instante, y yo como todo un idiota se lo daba,

hasta que un día fuí hasta su casa y la descubrí en la cama con dos tipos, le grité cosas que seguro no quieres escuchar, ella me dijo que se quedaría con todo el dinero que le había dado- su gesto ahora era reconcentrado -Me gritó que todas las mujeres eran como ella, que todas las mujeres eran unas putas, estaba tan dolido en ese momento, en un principio creí que estaba dolido porque la amaba pero me dí cuenta que en realidad era por que ella había herido mi ego, me hizo sentir como si yo no fuera nada para ella, una total basura, tuve una especie de epifanía; creí que todas las mujeres tenian la culpa al igual que ella. Me llené de rabia y comenzé a golpear con látigos y otras cosas que ni te imaginas a cuanta mujer se pusiera en mi camino, me hacia sentir vivo, me quitaba el enojo míseros instantes. Es como una especie de terapia de relajación, hace expulsar toda la mierda que llevo dentro.

Bella estaba con los ojos muy abiertos y estos comenzaban a picar por lágrimas que no quería dejar salir ¡Oh Edward! Por eso eres así... Sin pensarlo por más tiempo pego un brinco fuera del taburete y corrió hasta él, abrazándolo por el cuello.

-Edward, mi cielo, yo no soy ella, león, no soy ella- susurraba contra su oído -Olvídala, olvídala

-Lo sé Bella, sé que no eres ella, hay veces en que tengo pesadillas con ella, son horribles

-¿Está muerta?- preguntó Bella con miedo

-No lo creo, ella se quedó a vivir en Londres

Bella se separó de él

-¿Es guapa?- tal vez parecía una pregunta infantil, pero Bella estaba tan insegura

-En un tiempo para mi lo fué, pero ahora ya no singnifica nada

-Esa no es la pregunta Edward, ¿lo es?

Edward se enogió de hombros -Si, lo era- la agarró por la cintura y la subió a la barra, haciendo a un lado todo lo que había sobre esta -Pero tu eres la única Bella, tu eres hermosa- se inclinó para besarla, rompió los botones de su camisa dejándola desnuda, Isabella se mordía los labios

-Bella, te deseo- musitó, esta vez estaba tan desesperado que no hubo tiempo para preliminares, se desabrochó la bragueta del pantalón y de una estocada estaba dentro de ella. Gimió -Siempre tan lista, Mi Bella

-Edward- Isabella hechó su cabeza para atrás mientras lo atrapaba a él entre sus piernas. Los movimientos eran rápidos y sincronizados con una fricción deliciosa, perlas de sudor caían de la frente de ambos, gemidos lastimeros y graves de él y agudos y fuertes de ella, el sonido acuoso de sus caderas chocando era la única melodía dentro de la casa, tiempo había pasado, tal vez sólo segundos, minutos, horas... pero sentían que el clímax estaba cerca.

Isabella hechó su cuerpo para atrás, recostándose sobre la barra, Edward se movía dentro de ella en círculos, estocadas, embestidas... La presión en su vientre crecía y crecía a cada instante haciendolo todo más placentero, entrelazó sus manos con las de ella, sentía como lo apretaba.

-Vámos nena, dámelo ¡dámelo!- gritó cuando al fin Bella dejó ir su orgasmo entre gritos entre cortados y su nombre saliendo de sus labios. Empujó unas veces más en ella hasta que su cuerpo tembló cayendo en la espiral del éxtasis, se dejó caer sobre su cuerpo, tranquilizándose mientras oía el sonido de su corazón y ella pasaba sus manos por su pelo, acariciándolo

-Eres fantástica Bella, dentro de ti es donde quiero estas el resto de mis días, toda mi vida- susurró sobre su pecho

Ella sonrió ampliamente -Yo también león, te quiero en mi por el resto de mi vida, durante toda mi vida- Bella tomó la cabeza de Edward entre sus manos y la subió hasta su boca, besándolo, esta vez sin pasión, únicamente con el propósito de

demostrarle todo lo que sentía, él frotó su nariz contra la suya, mirándola a los ojos, frunció el ceño, apretando los labios, casi parecía enojado o... ¿confundido?

-¿Qué es lo que me estás haciendo Isabella Swan?- reclamó

Ella estaba tan en las nubes que no notó la expresión con que le había dicho aquello ni captado el hecho de que la había llamado por su nombre completo, tampoco el tono enojado con que le había dicho aquello.

Si en este momento, exsistiera un tercer público frente a ellos dirían que son una pareja inmesamente enamorada que acaba de hacer el amor.

Edward se levantó y la ayudó a ponerse en pie, mirándola aún con gesto dubitativo, Bella, se quedo mirando a través de los cristales, afuera ya era de noche, la luna caía hermosamente reflejándose sobre el agua de la piscina.

Volteó a mirar a Edward sonriéndole -Te amo- le dijo

De pronto unas luces supremamente fuertes venidas desde un auto alumbraron parcialmente la casa, Edward dejó de mirar a Isabella y miró hacia los cristales acercándose a ellos, un carro estaba estacionándose a lo lejos

-¡Mierda! ¡Mis papás!- gritó Edward

La respiración de Isabella se paró, la Madrastra tamborileba los dedos sobre su trono, nerviosa y Blancanieves usaba una vez más la máscara de oxígeno.

OoO

Canción: One And Only

Artista: Adele

*I-278: La interestatal 278 es una autopista interestatal auxiliar en Nueva Jersey y Nueva York.

*Tribeca: Tribeca es uno de los barrios situados en la parte baja de Manhattan. Actualmente es un barrio de moda en el que viven algunos famosos y gente de dinero.

*East Hampton: Forma parte de Los Hamptons, que es un lugar en el que la gente millonaria y famosos tienen casas de verano o fin de semana. East Hampton es considerada el área más exclusiva y rica.

*Roof garden: Terraza

*Bronx: Es uno de los cinco distritos metropolitanos de Nueva York. Aunque últimente ha mejorado, se le consideraba como el lugar más peligroso de los EUA.

*Midtown: Forma parte de una de las tres grandes subdivisiones de Manhattan junto con Uptown y Downtown. En este lugar se encuentran la mayor parte de rascacielos y hoteles de la ciudad. El corazó de Midtown comprende desde la calle 31 a la 59 entre la 3a y la 9a avenida.

*Av. Madison: Avenida que cruza por el Midtown y corre a la par del Central Park. Se conoce como la "industria de la publicidad" tras el crecimiento explosivo de este sector en los años 1920.

Chicas! no olviden visitar mi blog: amywelchfanifc(.)blogspot(.)com

Un beso

Amy W.

Capítulo 8: La Palabra Con "A" Capítulo 10: Señor y Señora Cullen

 
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