Tú, Mi Obsesión (+18)

Autor: AmyWelch
Género: + 18
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 27/11/2014
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 72
Visitas: 104640
Capítulos: 29

Edward es un millonario obsesionado con Isabella Swan. Cuando ambos mantienen una relación Isabella se ve sumida por la vigilancia extrema, celos enfermos, el dinero infinito y la megalomanía de Edward Cullen, está dispuesta a soportarlo todo, hasta que se da cuenta de que Edward es el culpable de la muerte de su novio. Pero ella no sabe, que el último plan de Edward es dejarla ir.

Las y los invito a leer mi otra historia:

De Los Bosques De Noruega:

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3402

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Capítulo 5: No Te Recuerdo

Cada vez que respires
Cada movimiento que hagas
Cada atadura que rompas
Cada paso que des
Estaré observándote

Cada día, cada palabra que digas
Cada juego que juegues
Cada noche que te quedes
Estaré observándote

Oh ¿No puedes ver que me perteneces?
Como mi pobre corazón me duele
Con cada paso que das?

Capítulo 5: No Te Recuerdo

Isabella se despertó confundida, le dolía la cabeza y el cuerpo lo sentía pesado. Abrió los ojos. Estaba en su cuarto.

Se puso de pie, y se llevó una de sus manos a la cabeza

-¡Alice!- gritó -¡Alice! ¿Dónde estás?

Se dirigió hacia la sala. Descubrió a Alice tirada, dormida en el sillón.

-Alice, despierta- Alice se removió

-Sólo cinco minutos…- murmuró ella con voz pastosa

-Alice, Alice, despierta

Alice se levantó difícilmente del sillón

-¿Qué pasa?- se quejó

-¿Qué pasó ayer?- preguntó Bella y los ojos de Alice se iluminaron

-¡Oh Bella! ¿No lo recuerdas?

-No, sólo me acuerdo de un par de cosas…- respondió

-¿De qué exactamente?

-Bueno…estábamos bailando y luego tú desapareciste. Tomé mucho y me quedé dormida. Es todo

Alice alzó una ceja -¿Segura que es todo?

Bella le dio un pequeño golpe en el hombro –Vamos Alice, dime que pasó- Alice negó con la cabeza

-¡Alice Brandon!- gritó Bella furiosa

-Está bien, tranqui Belli, tranqui. Lo que pasó fue que cuando tú y yo estábamos bailando llegó un tipo súper guapo y empezaron a bailar, así que yo como buena amiga que soy decidí dejarte sola y…- hizo una pausa dramática –Belli, ¡conocí al amor de mi vida! Estaba ahí, sentado y ¡Oh mi Dios! ¡Me habló! Quedamos de vernos hoy…

Bella la cortó –Espera, dices que ¿me puse a bailar con alguien? ¿Con quién?- Bella se alarmó

-No lo sé, no le vi bien la cara, pero era guapísimo, y luego te fuiste a sentar con él a una mesa. Me sorprendes Belli

Bella abrió los ojos como platos, empezó a recordar

-¿Qué pasa Belli?- preguntó Alice

-Alice…creo que…lo…besé

-¡Oh Bella! ¡Maldita suertuda!- animó

-¡No Alice! ¿No lo entiendes? ¡Besé a un extraño!- gritó

-Lo sé, ¿no es fascinante?- preguntó Alice

-¡No lo es! Alice, es que yo… no puedo…

-¿Por qué Bella?- se enojó y la tomó por los brazos –Belli, eres joven y bonita, tienes que vivir. Por una vez por todas, déjalo ir Belli. Déjalo ir- le dijo Alice quien ya sabía todo sobre Bella, ella le había contado sobre James.

-No puedo Alice, es como si él estuviera aquí- golpeó su corazón –Aquí metido y no lo puedo sacar

Alice negó con la cabeza –Él te está impidiendo ser feliz Belli y eso es porque tú no aceptas que él ya no está

El fantasma de una lágrima asomó por uno de los ojos de Bella –No puedo, no puedo- cerró los ojos, cambió de postura

-Pero bueno, ¿qué tal te fue con "el amor de tu vida"?- preguntó y al parecer Alice también cambió de ánimos

-¡Genial Belli! Llegué y le dije que llevaba mucho tiempo esperándolo y él besó mi mano y dijo: "Mis disculpas, señorita" como todo un caballero. Empezamos a platicar y quedamos de vernos hoy a las tres de la tarde ¿lo puedes creer?

-Me da gusto por ti Alice pero, digo ¿estás segura? Es que acabas de terminar una relación y ya estás empezando otra- advirtió

-Pero esta vez es diferente Belli, él es el indicado. Lo he visto- aseguró una sonriente Alice

-Bueno, si tú lo dices por mí no hay problema- contestó –Pero aún me queda una duda…

Alice rodó los ojos –Belli, ya te dije que todo está bien con Jazz…

-No, no es sobre eso. Quiero decir ¿Cómo llegamos aquí? Ayer yo me quedé dormida y pues yo no sabía dónde estabas tú

-Bueno Belli, debo admitir de que eso estuvo algo raro. Ayer cuando terminé de platicar con Jazz empecé a buscarte por todo el antro y no te encontré. Al darme cuenta de que el chico con el que estabas tampoco se encontraba ahí supuse que tú y él se habían ido por ahí…tú sabes. Así que me dio flojera manejar hasta mi departamento y vine al tuyo. Cuando llegué tú ya estabas aquí acostada en tu cama dormida

Isabella se alarmó –Alice ¿crees que él y yo…?

-No Belli, cómo crees. Según el portero del edificio dijo que el chico te traía en sus brazos y que simplemente te dejó aquí y luego se fue- Bella dio un respiro

-Está bien- respondió –Oye, y ¿qué te pondrás para tu cita?

-¡Cierto!- Alice se levantó del sillón como un rayo -¡Voy a mi departamento con ropa y vuelvo!

A la una de la tarde Alice daba vueltas como loca por todo el departamento

-¡Bella! ¡No tengo nada que ponerme!- gritó Alice histérica

-¡Por Dios Alice! Tienes ropa cómo para vivir por cien años y dices que no tienes. ¡Ve nada más!- dijo Bella señalando la enorme montaña de ropa que estaba sobre la cama

-¡Pero nada de esta ropa es la apropiada!

-Sí lo es. A ver Alice, no tengo mucho sentido de la moda pero…supongo que puedo ayudarte- Bella comenzó a rebuscar entre la ropa y eligió un vestido blanco de tirantes y unas sandalias

cafés. Como era otoño también eligió un abrigo largo negro con un cinturón ancho

Cuando Alice estuvo vestida y maquillada se miró en el espejo

-Y bien, ¿qué te parece?- preguntó Bella nerviosa -¿Te gusta?

-¡Belli eres una genio! ¡Te amo!- gritó Alice agitando las manos –Mejor no puedo estar

-Bueno, ¿dónde han quedado de verse?- inquirió

-En un restaurante francés que queda aquí cerca. He escuchado que es muy bueno- contestó Alice

-Pues son las dos y media- anunció Bella mirando el reloj –Así que tienes el tiempo justo para llegar

- Si, lo sé- Alice tomó su bolso y abrió la puerta –Gracias Bella, regreso y te cuento ¿de acuerdo?

-Claro- afirmó Bella antes de que Alice se fuera

Quedó sola en el departamento, se sentó en la mesa y preparó café. Con el periódico en mano comenzó a buscar un nuevo trabajo.

OoO

Cinco días después…

Jueves y todo Cullen Corp. estaba en funcionamiento y Edward Cullen también.

-Kate necesito los papeles del hotel en Las Vegas- dijo por el intercomunicador

-Si jefe- contestó Kate

-¡Maldición! ¡Necesito un descanso!- gritó Kate desde su escritorio

-Todos lo necesitamos querida- respondió Jessica –Pero no te preocupes, he puesto un anuncio en el periódico buscando una nueva secretaria. Tú y yo no podemos más solas

Kate sonrió agradecida mientras le llevaba los papeles al jefe

Edward estaba en su oficina, trabajando como un loco para no pensar en ella.

Esa noche en el antro la había llevado hasta su departamento y la había acostado en su cama. Estuvo a un paso de quedarse ahí con ella, pero se contuvo. No podía.

Seguía yendo todas las noches a vigilarla, pero ahora le era más difícil. La había besado

Jessica entró sin tocar la puerta

-Señor, aquí traigo los currículos de las aspirantes a secretarias. Quería que los viera y usted mismo me dijera a quién contrato

-Deje los contratos aquí y vuelva en diez minutos- pidió Edward

Jessica se fue y el comenzó a mirar los papeles sin mucho detenimiento. Sin embargo, su corazón se detuvo un instante.

Entre todos esos papeles se encontraba el currículo de Isabella con su foto al principio de la hoja. Edward apretó el botón del intercomunicador

-Jessica, venga a mi oficina inmediatamente

A la velocidad de la luz ella llegó

-Dígame señor

-Quiero que la contrate a ella- le tendió la hoja

-Pero señor, es la que menos experiencia tiene de todas…

Edward enfureció -¿A caso está poniendo a prueba mis órdenes? ¡He dicho que la contrate a ella y la quiero trabajando aquí lo antes posible! Es más, la quiero trabajando aquí el día de mañana

-Si jefe- contestó Jessica asustada y luego desapareció

Si Isabella, por fin juntos, por fin juntos. Por siempre, por siempre

-¿Qué pasó?- preguntó Kate cuando vio a Jessica salir de la oficina

-Me dijo que quería que contratara a esta- Jessica le mostró la hoja, Kate la observó.

-¿Y a ella por qué? Santo cielo, es una niña

Jessica se encogió de hombros –No lo sé, hasta me ha gritado que la contrate y pues, tengo que hacerlo

Jessica marcó al número celular que había en la hoja

-¿Bueno?- contestó una voz aniñada

-Me comunica con Isabella Swan ¿por favor?

-Con ella habla- contestaron al otro lado del teléfono

-Me comunico con usted desde Cullen Corp. por el trabajo de secretaria del periódico

-¿Si?

-Bueno, ¿podría venir el día de mañana a las nueve?

-Por supuesto

-Bien, muchas gracias

Jessica habló por el teléfono

-Señor, ya hice la cita. Viene mañana

-Muy bien, y cuando llegue mañana la señorita Swan hágala pasar a mi oficina

-Como ordene

El resto de la tarde Edward se la pasó metido en el trabajo. No volvió a llamar ni a Kate ni a Jessica, estaba demasiado ocupado pensando en Isabella.

Cuando dieron las nueve de la noche tomó su portafolio y las llaves del Aston Martin y salió como alma que lleva el diablo hacia su departamento. Al llegar a su casa y estar en la cama miraba compulsivamente el reloj esperando que llegara el mañana con más rapidez.

OoO

Al día siguiente. Viernes. Isabella revisaba una y otra vez en su clóset en búsqueda de un traje sastre, sin tener éxito. Se sorprendió al darse cuenta de que jamás en su vida había comprado trajes de ningún tipo.

Al final, se decidió por una falda lápiz color rosa claro de Louis Vuitton y una camisa blanca. Como zapatos, su última adquisición. Unos Louboutin peep-toe en rosa.

El maquillaje era suave, el cabello lo recogió en una coleta y por último el bolso de Channel negro. Un regalo que Alice le había hecho en su cumpleaños.

Se miró en el espejo, sonrió ligeramente. Se veía "aceptable" según ella. Salió del departamento y se dio el lujo de tomar taxi. Llegó a Cullen Corp. a las nueve menos quince, estaba nerviosa. Tomó el ascensor y bajó en el último piso. Estaba nerviosa.

Se dirigió hacia una de las señoritas que estaban en los escritorios, una era rubia de ojos azules y la otra era castaña de ojos claros.

Se dirigió hacia la castaña -Soy Isabella Swan, vengo para la cita…

-Sí, lo sé. Tome asiento por favor- interrumpió ella señalando los asientos –El señor Cullen le atenderá en unos momentos

Bella se sentó en uno de los asientos y se limpió el sudor de sus manos en la falda. Apretaba su bolso entre las manos, mordiéndose el labio.

La secretaria castaña se levantó de su asiento y tocó a la puerta.

-Adelante- contestó Edward

-Señor, Isabella Swan está aquí

Edward respiró profundamente y cerró los ojos por dos segundos

-Dígale que pase

-Si señor

Edward estaba nervioso, ¿Será que me recuerda? ¿Y si no?

Isabella pasó a la oficina temblando, alzó la mirada y lo vio. Se quedó sin respiración unos instantes. Sus ojos eran verdes, su cabello despeinado color cobre, su mentón era fuerte y sus pómulos afilados, ni todos los mejores cirujanos plásticos del mundo juntos lograrían eso. Además de todo llevaba un traje y corbata en negro y camisa gris ¡Vaya! Que jefe tan guapo dijo una vocecilla desde su cabeza ¡Quiero besarlo! Gritó otra

Bella carraspeó

-Tome asiento por favor- pidió Edward señalando la silla de cuero

Bella obedeció, sin mirarlo a los ojos. Edward, por el contrario no paraba de hacerlo. No me recuerda, no lo hace. No lo hace ¡Mírame Isabella!

-Usted es Isabella Swan ¿cierto?- preguntó Edward ávido de escuchar su voz, clavando sus uñas en las palmas de sus manos para no aventarse encima de ella.

-Sí, aunque prefiero que me llamen Bella, pero bueno, usted puede llamarme como lo prefiera- dijo para luego morderse el labio compulsivamente

¿Qué te parece: "Mi Bella"? Pensó Edward Oh no Bella, no te muerdas el labio…No lo hagas o te violo aquí mismo…no lo hagas…quiero besarte otra vez… ¿puedo tocarte?... ¡Maldición deja de morderte el labio!...bésame…Control Cullen, control

-De acuerdo. ¿Sabe cómo me llamo? – preguntó Edward

-No- contestó ella

Otro maldito rostro entre la multitud, sólo eso

-Mi nombre es Edward Cullen. Dueño, accionista y presidente de esta empresa.

Bella asintió con la cabeza. Edward agarró el currículum de Bella y lo leyó

-Aquí dice que está estudiando publicidad y relaciones públicas, y que actualmente trabaja como ayudante del edecán de su universidad

-Así es- respondió

-Entonces, ¿por qué está buscando un trabajo como secretaria?

-Es que el sueldo que tengo actualmente no alcanza para mis necesidades, y en el anuncio del periódico para ser secretaria decía que el sueldo era muy bueno

-Entiendo. ¿Cuánto gana actualmente?- preguntó Edward

-Mil dólares

-Bueno, quiero informarle que desde este momento usted será mi asistente personal

Bella abrió la boca –Pero señor Cullen, yo…

-¿Quiere hacerlo?- preguntó

-Sí, quiero decir…

-Entonces no se hable más- la cortó –Desde este momento empieza a trabajar para mí. Soy una persona muy exigente y querré todo de usted- Absolutamente todo

-Desde luego- contestó ella aún sorprendida

-Su escritorio será el principal, la llamaré cada segundo y me acompañará a todas partes. Viajo constantemente a todas partes del mundo, usted también lo hará. Espero que tenga Visa ¿La tiene?

-Sí, la saqué cuando entré a la universidad

-Perfecto, por último, dígame ¿Tiene algún impedimento para viajar?- inquirió Edward con un tono de voz más grave –No lo sé. Hijos, algún familiar, pariente, amigo ¿novio?- apretó los dientes

Dime que tienes novio y lo mato… ¡maldito!...eres mía Bella…mía…Oh por favor…quiero besarte…quiero tocarte…quiero hacerte el amor…pero no puedo… ¡Isabella!...no te muerdas los labios… ¡Maldita sea!

Isabella pensó en Alice, pero de todos modos ella sabía que Alice estaría feliz cuando le dijera que había conseguido el empleo. A la vez pensó en James, todavía sentía dolor al recordarlo.

-No, estoy libre. Sin embargo, mis estudios…

-Por eso no se preocupe, tendrá toda la libertad para ir a su universidad

-Entonces no tengo problemas- contestó Isabella sonriendo –Pero tengo una pregunta

-Dígame cuál- Edward se preocupó

-El sueldo…- Isabella se sentía incómoda preguntando por cuánto era, se sentía interesada. Pero era importante

-Su sueldo será de…- Edward vaciló unos instantes -¿Le parecen bien diez mil dólares?

Bella se mareó. Eso era muchísimo más de lo que ella esperaba.

-Es…perfecto. Muchas gracias- Bella sonrió como niña

Oh si Mi Bella…sonríe para mí….deléitame…demuestra que puedo hacerte feliz

-Aunque…no está demás pedirle que no vaya comentarle sobre la cifra de su sueldo a las demás secretarias- advirtió.

-No pensaba hacerlo señor Cullen, pero, ¿puedo preguntar por qué?

-Porque ellas no ganan más de dos mil dólares al mes- respondió desinteresado

Bella se sintió mal. ¿Por qué me está pagando más a mí? ¿No será que quiere que yo tenga algo con él…? No, ni pensarlo. Él no puede querer a una mujer como yo…es tan perfecto…

-¿Y por qué me paga más a mí?- la pregunta se le escapó de los labios antes de que pudiera pensarla

Edward sonrió de medio lado –Sencillamente por el hecho de que usted es mi asistente, no una secretaria más

Bella quería preguntar más pero se contuvo y sólo asintió

Edward llamó a Jessica y a Kate

-Las llamé para informarles que a partir de hoy la señorita Bella Swan será mi asistente personal, así que les pido que la ayuden y le proporcionen inmediatamente todo lo que ella necesite

Kate y Jessica se cruzaron de brazos y fulminaron a Isabella con la mirada. Edward se percató de aquello y alzó la voz

-¿Queda entendido?- ambas secretarias afirmaron –Y les pido por favor, en especial a ti Kate, que se eviten tener cualquier tipo de roces con la señorita Swan. Eviten un llamado de atención o un posible despido ¿queda claro?- inquirió. Ambas volvieron a decir "si"

-Excelente. Pueden irse, y Jessica, dirija a Bella a su puesto de trabajo. Es todo

Isabella estaba por desmayarse. Ese hombre la había defendido y había informado sobre todo a las otras secretarias

-Señorita Swan, siga a Jessica hacia su escritorio, por favor

Cuando ambas salieron Edward se aflojó con las manos el nudo de la corbata. ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Enamorarla? se preguntaba

OoO

A las tres de la tarde Isabella estaba metida de lleno en su trabajo a pesar de que sentía las miradas de Jessica y Kate sobre ella.

-Swan, los contratos de las modelos para el comercial por favor- pidió Edward por el intercomunicador

Justo cuando Isabella se dirigía hacia la oficina de su jefe, una hermosa pelirroja de ojos verdes salió del ascensor vestida con un atuendo veraniego.

-¿Y tu quien eres?- le preguntó la pelirroja despectivamente

-Isabella, la nueva asistente del señor Cullen- contestó cohibida

-Oh, cariño que suerte. No durarás mucho en ese puesto- la pelirroja se dirigió a la oficina de Edward

-Disculpe señora, el señor Cullen pidió que nadie lo molestara. ¿Me podría dar su nombre?- preguntó Isabella para después oír las risitas sofocadas de Kate y Jessica

La pelirroja se acercó a ella, cerrando un poco los ojos -¿No sabes quién soy?- preguntó

-No, lo siento- respondió ella

La pelirroja le tendió una mano cínicamente para quitarla antes de que Bella tomara la mano a modo de presentación

-Soy Victoria Sutherland, la novia de Edward- alzó una ceja

Bella se ruborizó –Oh, lo siento señora. No sabía…en un momento aviso…

-No es necesario- Victoria pasó hacia la oficina abriendo la puerta de par en par

-¡Eddie!- gritó mientras extendía los brazos y caminaba hacia él. Bella sintió una extraña sensación en su pecho, algo parecido a la desilusión y al dolor, y no supo por qué.

Edward se irguió sobre su silla, rodó los ojos.

-¿Qué haces aquí Victoria?- preguntó con voz hastiada

-¿No te da gusto? Mira, te traje un regalo- Victoria sacó una bolsa de regalo negra y se la tendió

-¿Qué es?- preguntó

-Un perfume, se que te encantan. Es de Hugo Boss

-Gracias- musitó sin ganas

-¿No vas a agradecérmelo como se debe?- preguntó Victoria mientras se acercaba hacia el seductoramente

-¿Me puedes decir a qué viniste?- volvió a preguntar Edward alejándose de ella

Victoria suspiró –De acuerdo. Vine para preguntarte de qué color quieres que sean los manteles

Edward frunció el seño -¿Qué manteles?

-¡Los de la boda! ¿Qué color quieres? ¿O prefieres que elija yo?- preguntó Victoria

-¡Santo Cielo Victoria! ¿Cuándo entenderás que no quiero casarme contigo?- gritó

-Pero…

-Pero nada, así que te pido el favor de que te vayas- Edward la tomó del brazo y la dirigió hacia la puerta

-Lo haré, pero antes dile a tu…secretaria que no se le ocurra volver a impedirme el paso- Victoria miró a Isabella

Edward cerró los ojos y Bella se ruborizó.

-Victoria, yo le di orden de que no quería a nadie en mi oficina. Ella sólo obedeció

-Pero yo no soy "nadie" Eddie

-Lo eres, por favor Victoria, vete. Si puedo en la noche paso por tu departamento ¿de acuerdo?- Ni muerto

-Está bien. Me voy

Victoria se fue no sin antes dedicarle una mirada asesina a Isabella

-Lo siento Bella. Ella casi no viene a la oficina y no pensé…

-No se preocupe señor, no me tiene porque dar explicaciones- dijo Bella sonriendo

-Bien, por favor ¿podría traerme los contratos que le pedí?

-Claro, en un segundo- respondió

Oh Bella, no te importa que ella haya venido ¿cierto? No, no te importa. Yo a ti te doy lo mismo. Otro maldito rostro entre la multitud…

OoO

Ocho de la noche, las secretarias se habían ido. Menos Isabella que seguía metida entre los contratos.

Isabella acariciaba el colgante en su cuello.

-¿Swan? ¿Sigue ahí?- habló Edward desde su oficina

- Sí, señor, pero ya me voy- Bella tomó su bolso lista para irse

-Un momento Swan, ¿puedo llevarla hasta su casa?- No te niegues Swan, de todos modos lo haré

-Yo…no lo sé…es que…- Bella balbuceaba

-¿Qué pasa Swan? ¿Alguien vino por usted?- Edward apretó las manos hasta el dolor ¿Vinieron por ti?... ¿Quién?... ¿Tu novio?... ¡No!...Tú eres mía…Mi Bella…mía

-No señor, ya le dije que no tengo a nadie, pero ¿Qué no tiene que ir donde…la señorita Victoria?- preguntó Bella con dificultad. Había desarrollado un odio definitivo hacia Victoria desde que la vio.

-No, no iré. Y por favor, llámame Edward. ¿Aceptas que te lleve?- Si dices que no, te obligo…

-Si señor…Edward, quiero decir…si- ¡Deja de tartamudear Bella, pareces retardada! le gritaba su conciencia

Edward le mostró su sonrisa "marca registrada" –Entonces, vamos Bella- la llamó

Bella volvió a ruborizarse por enésima vez en el día y pronunció un tímido –Si

¡Por Dios Bella!... ¡Deja de ruborizarte!... ¡Maldita sea!...Si no te violo en mi auto será un milagro…

OoO

 

Capítulo 4: Hola Nueva York Capítulo 6: Culpa

 
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