Tú, Mi Obsesión (+18)

Autor: AmyWelch
Género: + 18
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 27/11/2014
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 72
Visitas: 104655
Capítulos: 29

Edward es un millonario obsesionado con Isabella Swan. Cuando ambos mantienen una relación Isabella se ve sumida por la vigilancia extrema, celos enfermos, el dinero infinito y la megalomanía de Edward Cullen, está dispuesta a soportarlo todo, hasta que se da cuenta de que Edward es el culpable de la muerte de su novio. Pero ella no sabe, que el último plan de Edward es dejarla ir.

Las y los invito a leer mi otra historia:

De Los Bosques De Noruega:

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3402

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Capítulo 8: La Palabra Con "A"

 Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Un beso a todas las que comentan y votan y a las que no.

Un abrazo a mi beta Beakis, nena, te quiero.

Chicas, en este cap primer lemmon, ojalá les guste.

Chico, yo seré tu seda sexy
Envuelta a mi alrededor
Voy a ser tu gatita lamiendo la leche
En este momento hacia abajo, abajo, abajo
Ah, un beso puede durar toda la noche!
Tu me tendrás que seducir, picar y morder

¿Quieres ser mi doctor?
Pon tu mano en mi pecho
Siente el bam bam, bam bam
¿Quieres ser mi punta de azúcar?
Hazme llegar alto con un solo toque
Un beso puede durar toda la noche!

Ahora vamos a jugar un pequeño juego
(Whoa)
Cierra los ojos y cuenta hasta cinco
(Uno, dos, tres)
Abre la boca para mí azúcar
(Sí, vamos)
Sólo un poco más, sí, sí, así está bien

Si, ¿puedes sentirlo bebé?

Capítulo 8: La Palabra Con "A"

Edward llegó a su casa, después de un largo mes Bella había aceptado tener una relación él, de alguna forma se sentía culpable por ella, sabía que la sometería a él, a sus celos enfermos, a su sentimiento de pertenencia, a la vigilancia extrema, a todo lo que el era pero, ¿ella soportaría todo eso? Tienes que soportarlo Mi Bella, por tu bien...

Su cabeza no paraba de dar vueltas en las palabras Soy virgen que Bella con su dulce voz le había confesado ¡Maldición! ¡Sí! Pensaba Soy un maldito con suerte...ella será mía...mía...toda mía. No puedo esperar, no puedo esperar

Encendió la luz del apartamento para descubrir a Victoria sentada en uno de los sillones de la sala con los brazos cruzados sobre su pecho y el ceño fruncido

-¿A estas horas son a las que llegas a tu casa, querido?- preguntó mientras miraba el reloj

Edward suspiró cansado -¿Que demonios haces aquí? ¿Cómo entraste?

-Si no mal lo recuerdas soy tu novia, puedo venir cuando se me de la gana y además, tengo duplicado de tus llaves- sonrió -Pero eso no es a lo que me refiero, quiero saber por qué no has ido a visitarme a mi departamento, te extraño

-Tuve que hacer otras cosas- respondió hastiado mientras iba hacia la cantina a servirse una copa de whisky

-Hoy fuí a tu oficina y tampoco estabas, me dijeron que hace un mes que no has ido, no respondes mis llamadas ni contestas mis mensajes ¿Por qué?

¡Victoria! ¡Soy un hombre demasiado ocupado! Y si lo que quieres son explicaciones pues aquí van: Si no he ido a la oficina es porque tuve que hacer un viaje urgente a Inglaterra porque tengo que revisar la publicidad de un producto que va mal, si no he ido a tu departamento es porque ¡Estaba en Inglaterra!, si no te he llamado es porque ¡no quiero!, y si no he contestado tus mensajes es porque ¡Me tienes harto!- gritó

-¡Maldición Edward! ¡No mientas! No te creo ni media palabra de lo que has dicho ¡Di la verdad! ¡Te estás acostando con otra estúpida! ¡Tienes a otra!- Victoria lloraba y gritaba mientras daba patadas al suelo cual adolescente

Edward sonrió cínicamente inmune al llanto de ella, se acercó y la tomó de la barbilla -¿Y si así fuera qué harías Vicky? ¿Lo harías público? ¿Me dejarías?- retó

-¡No, eso no! ¡Primero mato a la perra esa!- cerró los ojos -Por favor Edward, dime que no tienes a otra, dime que sigues enamorado de mí, que aún me quieres, por favor, por favor- rezaba

-No tengo a otra Victoria- mintió -Pero habrá si tu sigues jodiéndome la vida con tus celos- advirtió mientras la soltaba y se alejaba de ella -Ahora, te pido por favor que te vayas, estoy cansado

-Está bien- dijo mientras recogía su bolsa -¿puedo ir a visitarte mañana a tu oficina?- preguntó

-No, voy a estar ocupado, pero yo te llamo mañana, ahora vete por favor

Cuando ya todo parecía estar bien entre aquellos dos, Victoria soltó una bomba

-Ah, por cierto, debes vigilar a tu personal, la estúpida de tu asistente no sabía ni donde estabas...

Al instante Edward vio todo rojo Oh no Victoria, ¿Mi Bella estúpida? ¡Ella es mía! ¡Mía! ¡Y nadie la ofende! ¿Estúpida? ¡Estúpida tú!

-¡Largo!- gritó como poseso y Victoria abrió los ojos como platos -¡Largo ,maldita idiota! ¡Largo!

-Edward...- murmuró Victoria asustada -¿Qué te pasa?

Edward prácticamente la sacó a empujones de la casa y cerró la puerta en sus narices

-A Mi Bella nadie la insulta, nadie la toca- se dijo a sí mismo

OoO

Bella se había levantado a las cuatro de la mañana, no había pegado ojo en toda la noche, parada enfrente de su clóset enfrentaba un gran problema: ¿qué ponerse? La madrastra le de hablaba al oído; Con una falda negra diez dedos arriba de la rodilla y los Pigalle lo matarás... musitaba maliciosamente mientras que Blancanieves negaba rotundamente con la cabeza y con su muy recatada boca contraatacaba Tienes que estar bonita, pero no vulgar como una puta.

Al fin se decidió por algo de las dos partes, escogió una falda lápiz negra de Dolce&Gabbana y una camisa blanca con los dos primeros botones sin abrochar, combinándolo todo con unos tacones Alexander McQueen con cuerpo de encaje negro, los segundos zapatos favoritos de Bella.

Tomó su bolso sin prestar atención a cuál había agarrado, ya que, al ver el reloj, ya se había hecho tarde y no quería que Edward pensará que ahora por ser su...algo de él, ella se estuviera aprovechando de aquello

Salió a todo prisa corriendo todo lo rápido que los tacones de diez centímetros se lo permitieron, al subir las escaleras del subterráneo la mitad de la gente se le quedó viendo pues corría a toda prisa.

Llegó a Cullen Corp y aventó su bolsa sobre el escritorio, Jessica y Kate se miraron entre si

-¿Se te hizo tarde Bella?- preguntó Jessica con tono de burla, mientras se miraba en el espejo y se retocaba el maquillaje -El señor Cullen te quiere en su oficina, parece enojado

Bella, por primera vez en su vida tuvo el coraje suficiente para contestar

-Una dama siempre llega a tiempo, son los demás los que llegan antes- dicho esto se fue directo a la oficina de Edward, antes de que tocara la puerta el abrió

-Pasa- dijo

Bella, tímida, pasó a la enorme oficina y se quedó mirando a un punto fijo en el suelo, estaba asustada, sabía que él odiaba la impuntualidad en la gente, Edward esperaba que ella hablara, pero no lo hacía

-Isabella- llamó

-Perdón, es que...se me hizo tarde, vine corriendo pero me tropecé varias veces y...

-Tranquila, no voy a llamarte la atención- anunció mientras se acercó a ella tomándola por los hombros

-¿A no?

-No Isabella- dijo -Quería verte para darte esto- estiró su mano -Esto es para ti- susurró. En ese momento el abrió la mano mostrando una pequeña cajita negra, parecía la de un anillo

-¿Qué es eso?- preguntó Bella mientras veía que Edward abría la cajita y de ahí sacaba un anillo

-Préstame tu mano- ordenó, Bella obedeció, él colocó el anillo en el dedo anular de su mano izquierda -¿Te gusta?- preguntó

Bella miró con detenimiento el anillo, era una hermosa rosa blanca colocada sobre una sortija de oro amarillo que simulaba el elegante tallo de la flor, a Bella le encantó, aquella joya tenía un cierto aire de inocencia

-Es precioso Edward, gracias- murmuró

-¿Y así simplemente vas a agradecérmelo?- preguntó y luego negó con la cabeza -Que niña tan maleducada

¿Cómo quiere que se lo agradezca? Pensaba Bella, quien no entendía nada El habla de que lo beses ¡tonta! Gritó la madrastra y Blancanieves le daba la razón

Con pasos lentos Bella caminó hacia Edward y acercó su boca hasta la de él y dejó un pequeño beso en ellos -Gracias- dijo

Edward rió mientras veía el anillo, Bella frunció el seño -¿De qué te ríes?- inquirió, Edward volvió a reír como disfrutando de un chiste privado, a Bella no le importaba en lo absoluto de qué se riera él, verlo sonreír era lo más hermoso que ella había visto en toda su vida

-De nada- contestó mientras caminaba hacia su escritorio recargaba la cadera en él -¿Por qué has llegado tarde?- preguntó

Oh oh pensó -Es qué...- ¿Qué digo?¿qué digo? Ni modo de decirle que me tardé porque no encontraba algo para verme bonita para él -Es que...había mucho tráfico- mintió

Edward entrecerró los ojos -De acuerdo- la miró de arriba a abajo y reparó su mirada en los zapatos -Bonitos zapatos

El siguiente ataque Bella no se lo esperaba, en menos de un segundo tenía la boca de Edward cerca de su oído -¿Qué se sentirá tener esos fabulosos zapatos enredados en mi cintura mientras me entierro en ti desesperadamente?- susurró Edward mientras la tomaba por la cintura.

Bella abrió los ojos y sintió cierta humedad en cierta parte de su cuerpo un poco más al sur. La madrastra se mordía los labios ante tales palabras y Blancanieves se abanicaba tratando de combatir el calor

-Yo...yo- balbuceó

-Shhh- le calló Edward -No te asustes Mi Bella, no te asustes

-Es que yo...nunca...nunca he- Vamos Bella, deja de balbucear como una idiota

-Lo sé Bella, pero entiéndeme, trato de controlarme frente a ti pero esos zapatos no ayudan. Lo siento

Esa fue toda la conversación personal que ambos lograron tener durante el resto del día. Bella trató de evitarlo a toda costa durante el día, cada que el la llamaba ella lo evadía y trataba de no estar a solas con el, y si lo estaba, se aseguraba de estar a una distancia lo suficientemente grande como para poder salir corriendo.

Edward estaba desesperado, cada cinco segundos se pasaba las manos por su despeinado cabello, sabía que ella lo estaba evitando, lo sabía, y eso lo enfurecía. No sabía cómo acercarse a ella.

Cuando casi daban las ocho de la noche y las luces de la calle alumbraban a Cullen Corp. Edward decidió ponerle fin a su martirio.

-Bella, vámonos, te llevo a casa- ordenó

Oh Diosito...¿y ahora qué hago para decirle que no?-No Edward, no te preocupes. Yo ya me iba

-Te llevo a tu casa, anda- Bella no pudo zafarse de aquella orden.

Isabella estaba igual que él, desesperada por estar con él, pero era tan inexperta en el sexo y se sentía tan estúpida a su lado que prefería no estar cerca de Edward.

OoO

Ambos llegaron al departamento, apenas Bella abrió la puerta Edward la empujó dentro y la estrelló contra la puerta para besarla

-Te deseo Bella- murmuró contra sus labios

-Edward...no- dijo Bella tratando de alejarlo con sus manos

-No, no puedo- respondió mientras la seguía besando vorazmente

La madrastra le gritaba a Bella que se dejara llevar y Blancanieves simplemente no decía nada

Y Bella, siguiendo los consejos de la sabía madrastra, se dejó llevar; le siguió el beso a Edward mientras ella lo acariciaba por todos lados, enredó sus piernas sobre la cadera de él, Edward comenzó a subirle la falda mientras acariciaba sus piernas lentamente hasta que llegó a sus bragas, Bella se puso alerta, se tensó

-Edward...

-Shh, tranquila nena, tranquila- murmuró a instante de que hizo la delgada tela del encaje a un lado y de golpe metió un dedo en el sexo de Bella, ella gimió y se agarró fuertemente de sus hombros cerrando los ojos, él empezó a bombear el dedo dentro del sexo de Bella -Tan suave- gemía Edward a la vez que añadía otro dedo

Bella abrió los ojos -Oh si- apoyó la cabeza sobre la puerta

Edward se acercó a su boca -¿Te gusta? Dímelo ¿Te gusta?- preguntó

-Si- murmuró

-Más fuerte- ordenó -Más fuerte

-¡Si!- gritó

-¡Grítalo!¡Más fuerte!¡Maldita sea!- el movimiento de su dedo dentro de ella comenzó a ser frenético, ella gritó

-¡Siii!¡Me gusta!

Edward pegó su frente a la de ella y la besó, el movimiento era cada vez más fuerte, comenzó a masajear su pequeño y duro botón de nervios, alternando cada movimiento. Bella enterró los dedos en el cabello de Edward, algo comenzaba a crecer en su vientre y se hacía grande y más grande a cada segundo, Edward sentía como sus dedos eran aprisionados por el sexo de Bella, su clímax estaba por llegar.

Instantes después Bella echó la cabeza para atrás cerrando los ojos, golpeo la puerta, era lo mas cerca que tenia, el orgasmo había llegado, se mordió el labio para no gritar y sólo un ligero gemido salió de su garganta

Edward besó su cuello tiernamente -Eres perfecta- le soltó las piernas y la dejó sobre el suelo, Isabella se acomodó la falda. Cuando la pasión había pasado ella no sabía cuál era el siguiente pasó Mierda, ¿y ahora qué?

La cargó al estilo novia y la llevó hasta su habitación recostándola en la cama, Bella, que pensaba que ahora venía la siguiente parte se sorprendió al ver cómo Edward bajaba la cama y la tapaba con el cobertor para luego dejar un casto beso en sus labios -Dulces sueños Mi Bella- susurró en su oído

La madrastra estaba triste, yacía sentada en su trono con un enorme puchero pues ya se había preparado para la acción, tenía el liguero puesto.

-Pero..- protestó Bella, Edward rió

-Ha sido demasiado para ti por hoy pequeña- se levantó de la cama -Mañana...- pero no terminó la frase, Bella le hizo un espacio en la cama

-Ven, acuéstate hoy conmigo- dijo

-No Bella, te deseo demasiado y si me quedo aquí contigo puede que no responda de mi mismo- contestó -Hasta mañana

Bella vio como el desaparecía por la puerta de su habitación y luego se iba

Se dejó caer sobre la almohada y se sorprendió a sí misma por sus pensamientos ¡Maldición Edward! Me dejaste a medias...yo quería más negó con la cabeza, Blancanieves la reprendía ¿Qué pasó con el miedo a estar cerca de él? ¿Dónde quedó? Todo el día te la pasaste evitándolo para que ahora quieras más...

Bella se quedó mirando a un punto fijo en la pared, había tenido a Edward ahí abajo, el la había tocado, había tocado su sexo... ¿Al siguiente día cómo haría para verlo a la cara en la oficina? ¡Se moriría de vergüenza! ¡Pero rayos! Quería más de aquello, quería más de Edward

Oh Bella, ni siquiera has tenido sexo con el y ya estás delirando. Eres una zorra... pensaba cómicamente Si, lo somos ¿y qué? Decía la madrastra, sin embargo Blancanieves sabía callarlas a las dos: ¿Dónde has dejado a Jimmy Bella? ¿Dónde? ¿Acaso ya lo has olvidado? Recuerda que a él lo amabas ¿pero a Edward? ¿A él también lo amas? Reclamaba

Bella se sorprendió, era verdad, ¿amaba a Edward?, con él había hecho más cosas en una noche que con Jimmy en tres años, se planteo aquella pregunta ¿amor? ¿cariño? Bella negaba con la cabeza. No. Aquello sólo era pura atracción ¿verdad?

Pero lo dudaba, sentía una atracción especial hacia él, una fuerte atracción, con él si le nacía hacer el amor y todo ello a lo que ella jamás se había atrevido, lo contrario con James. Pero tenía miedo, tal vez sí lo amaba, tal vez demasiado, pero ¿y si él no lo hacía? Edward jamás le había dicho que la amaba ni le había dado pistas de aquello

Sonó el teléfono, Bella se emocionó ¿sería Edward?

-¿Hola?- llamó

-¡Belli!¿Cómo has estado amiga mía?¡Oh, lo siento! Creo que te he abandonado- era Alice

-Hola Alice, no te preocupes, estoy bien ¿y tu, que tal con Jasper?

-Fenomenal Bella, ¡Es el mejor hombre del mundo!¡Oye! ¿Adivina qué?- hubo un silencio- ¡Es el hermano de tu jefe!

Bella se trabó -¿De... de Edward Cullen?-preguntó

-¡Claro Belli! ¿Qué ya te has conseguido otro jefe?- rió Alice divertida

-No- dijo -Bueno, pues vaya sorpresa, no lo sabía

-Bueno, te dejo, voy a salir con Jasper- susurró Alice

-¿A salir?- Bella se extrañó -Pero si son las doce de la noche...

Alice dio una risita nerviosa -Si...si...ya sé...bueno adiós, iré a visitarte en cuanto pueda ¡lo juro!

Inesperadamente Alice colgó y Bella se encogió de hombros, dejó el teléfono en su lugar

¿Hermanos? Edward nunca le había hablado de que tenía hermanos...ni siquiera sabía quienes eran sus padres, la voz de Blancanieves habló Oh Bella, ¿y qué esperabas?¿Qué te contara toda su vida? Si después de todo tu solo eres su...amante

OoO

Dos semanas antes...

Al otro lado del mundo; Londres, Inglaterra

En un pub de la cuidad de Londres, Tanya Denali daba un sorbo a su bitter.

-¿Qué quieres que haga?- preguntó un misterioso hombre

-Oh querido, al parecer no has entendido nada- Tanya se inclinó sobre la mesa -Quiero que viajes inmediatamente a Nueva York e investigues todo sobre él... dónde vive, dónde trabaja, lo que hace... y quiero saber si tiene a alguna perra a su lado, necesito la información lo antes posible haber si de una vez por todas puedo salirme de esta maldita cuidad que detesto

-Entonces, como muy tarde en un mes tendrá toda la información que quiere- informó el hombre y Tanya alzó una ceja

-¿Un mes?- preguntó -Eso es demasiado tiempo- se puso de pie y se inclinó un poco hacia él mostrando gran parte de sus pechos -¿Qué te parece en dos semanas?

El hombre tartamudeó recordando las estupendas noches de pasión que ella le había hecho pasar-Sssi, lo que usted diga- afirmó

Tanya sonrió cínicamente -Entonces querido, te espero en un par de semanas- le besó apenas los sonrosados labios -Hasta entonces- caminó a la salida, un sujeto la jaló por el brazo y sopló su aliento alcohólico sobre su oído

-¿Cuánto cobras?- preguntó este

-¿Disculpa?

-Vamos no te hagas estúpida, ¿cuánto cobras por acostarte conmigo?- susurró, Tanya estaba a punto de soltar una cachetada a aquel sujeto, pero al recordar que no tenía ni un sólo quinto en su bolsa le sonrió y se abrió más el escote de su vestido rojo y lo miró bien, el hombre, cómo buen inglés, era alto, atractivo y de ojos grises

-Pues, ¿te parece bien 500 libras?- pidió Tanya y él sonrió

-Perfecto, vámonos, ¿cómo te llamas?- preguntó éste

-Me llamo como tu quieras que me llame cariño- contestó riendo

OoO

Al día siguiente Bella se pasó todo el día entre montones de trabajo, se encargaba de organizar la publicidad del perfume y quería que todo saliera perfecto, como ya era costumbre, evitaba a Edward ya que cuando llegó en la mañana él la esperaba con un enorme ramo de rosas rojas

-Buenos días señor- saludó Bella

-Hola Mi Bella- Edward la miró de arriba a abajo -Qué bonita estás hoy

Ese día Bella se había puesto un conjunto de Escada, consistía en un pantalón de tubo y una chaqueta cuello redondo sin botones en color rosa pálido y una blusa transparente cuello redondo en color café, a final, con un zapatos D&G en color crema.

-Gracias- contestó sonrojada

Edward se acercó a ella y olió su cabello, que ese día estaba suelto -Hueles delicioso- dijo en su oído -Aunque- tomó su cintura -Hay una parte de tí que huele mejor- susurró

Bella, inocente y curiosa no sabía a lo que él se refería -¿A si?- inquirió -¿Cuál?

Los ojos de Edward se oscurecieron y en un movimiento relámpago la tenía sobre el escritorio con las piernas abiertas, acarició el sexo de Bella por encima de la tela del pantalón -Esta parte huele mejor- afirmó mientras veía con una sonrisa traviesa los ojos abiertos de Bella

-¡Edward!- gritó Bella – pueden vernos - dijo mientras trataba de empujarlo

-Si, lo sé, ¿no te parece excitante?- contestó

-Oh, Edward, por favor, déjame ir, la modelo de la campaña está por llegar y me quedan por organizar demasiadas cosas

Edward bufó -Está bien, pero antes salúdame como es debido- pegó sus labios a los de ella y la besó apasionadamente, Bella comenzaba a marearse y se separó de él para poder respirar -Buenos días Edward

Edward hizo un tierno puchero -¿Sólo Edward?- inquirió -¿No tienes un sobrenombre de cariño para mi, Mi Bella?

Bella pensaba en un sobrenombre, mientras que Blancanieves y la Madrastra le ayudaban en la búsqueda pero sin resultado

-Está bien, ya habrá tiempo para esas cosas- dijo Edward interrumpiendo sus pensamientos -Pero, mira lo que te he traído- un enorme ramo de rosas rojas apareció frente al rostro de Bella -Espero que te gusten

Ella tomó el ramo y las llevó a su nariz -Uhnn, gracias Edward, son preciosas- dijo mientras se bajaba del escritorio y se acomodaba la ropa, caminó hacia la salida cuando recordó lo que Alice le había dicho por teléfono

-Mmm...¿Edward? ¿Puedo preguntarte algo?- dijo temerosa

Edward que ya se había sentado en su silla alzó la mirada, hizo un gesto con la mano invitándola a continuar

-¿Tienes hermanos?- inquirió

El gesto de Edward se hizo profundo y después de unos minutos de silencio contestó -Si, tengo dos hermanos, Jasper y Emmet, yo soy el mayor, ¿algo más?- alzó una ceja

-¿Y tus padres...?

-Mis padres se llaman Carlisle y Esme y viven en Los Hamptons, ¿algo más?- preguntó impaciente

Bella se sonrojó y se mordió el labio, negando con la cabeza, se dio media vuelta

.¿Bella?- llamó Edward

-¿Sí?

-Si quieres mantener tu virginidad por unos cuántos días más, deja de morderte los labios- sentenció mientras se acariciaba la barbilla

Isabella salió de la oficina híper ventilando mientras que la Madrastra gritaba ¡Maldita virginidad! ¡Al diablo! Aprovechó que ninguna secretaria estaba ahí para esconder las flores entre las cosas de su escritorio.

El resto de la mañana no paro ni un momento, a las 9:30 llegó la modelo que había elegido para la campaña y al verla no pudo evitar sentir celos al saber que estaría a solas con Edward, quien terminó por aceptarla.

Se pasó el día viajando por Nueva York, tuvo que ir a la Quinta Av. A comprar la ropa y los accesorios que la modelo usaría para el perfume, fue a Central Park a buscar el lugar donde se tomarían las fotos y a reservar los espectaculares donde estarían puestas las lonas de la campaña, aprovechó estar cerca de esas zonas para ir a un restaurante, dieron las seis de la tarde y su celular comenzó a sonar insistentemente

-Aló

-¿Dónde demonios estás?- la voz de Edward se oía contenida como la de un león enjaulado

Bella soltó una risita, lo que logró enfurecer más a Edward

-¿Te burlas de mí?- dijo -¿Te parece divertido?

-Oh, no, no es eso león- la palabra salió de la boca de Bella antes de que pudiera pensarla

-¿Cómo me dijiste?- preguntó

-E...yo...león- tartamudeó

-Mmm...león- musitó Edward- me gusta

-¿De...de verdad?- preguntó aún asustada

-Si- respondió frío -¿En dónde estás?

-En...en la Madison Av. En un restaurante

-¿Estas con alguien?- preguntó furioso

Bella se quedó boquiabierta -Oh no, no. Tenía hambre y vine a comer, sólo eso

-Te quiero en tu departamento en cinco minutos- sentenció

-¿Para qué?

-Yo también tengo hambre Bella, mucha maldita hambre y no pienso aguantarla más, en tu departamento en cinco minutos- colgó

A Bella no le quedaba otra alternativa, llegó a su departamento en diez minutos debido al tráfico.

Se asustó al ver que Edward estaba sentado en la sala con los brazos extendidos sobre el sofá y con la mirada perdida en el tiempo

-¿Edward?- le llamó, éste la miró detenidamente

-Dime algo Isabella- miró su reloj -Cuando yo digo cinco minutos, ¿qué quiere decir?¿Una hora?¿Un año?- se levantó del sillón mientras se dirigía hacia ella

-Es que... había tráfico- se excusó

-¡Me importa una mierda!- gritó al golpear la barra de la cocina -¡Estabas con alguien! ¡Lo sé! ¡Maldita sea! ¡Estabas con alguien!- se acercó hacia ella y la tomó del brazo -Dime Bella, ¿el besa mejor que yo? ¿te toca mejor que yo?

Blancanieves lloraba al ver a Edward enojado y la orgullosa Madrastra alzaba la cabeza mientras se preparaba para enfrentar a Edward

Bella explotó -¡Ya basta Edward! ¡Desde que me salí de la oficina lo único que hice fue trabajar! ¡Fui a rentar el lugar en que se tomarán las fotos! ¡Compré la ropa de la campaña! ¡Renté los espectaculares!- trataba de zafarse de su agarre sin éxito -¡Trabajé!¡No vi a nadie! ¡No estaba con nadie!

-¡Mientes!- gritó Edward, en un acto desesperado le quitó la chaqueta y rasgó la finísima tela de la blusa de Escada -¡Maldición! ¡No llevas sostén!- la empujó contra la pared -¿Así saliste a la calle?¿Quieres que todos te vean no es así?- se acercó a ella para besarla pero Bella giró la cabeza

-No Edward, suéltame- pidió

-No- la tomó por el cuello para dejar un rastro de besos húmedos, le abrió las piernas y se colocó entre ellas, con una mano abarcó uno de sus senos y comenzó a acariciarlos, su boca bajó hasta uno de ellos y lamió el pezón

-¡Dios!- gimió quedito, se mordía el labio para no gritar y convencerse a sí misma que seguía enojada

Él seguía con la misma acción mientras veía como ella evitaba gemir -Grita- pidió -¡Grita!

-N-n-nooo!- respondió

Edward sonrió y la besó en la boca -Isabella, ya no aguanto, ya no aguanto- susurró -Te voy a hacer el amor hasta que te desmayes

Bella se alarmó, Blancanieves se fue corriendo a esconderse en la casita de los enanos y la madrastra se ponía el liguero una vez más

-No, Edward, por favor- cerró los ojos

Él se acercó a ella -¿no quieres?- preguntó

-No es eso, es que...

Antes de que pudiera formular palabra Edward rasgó la tela de pantalón y de un jalón tiró las braguitas de encaje azul al suelo, pasó los brazos por debajo de sus rodillas y la cargó hasta la cama, dejándola caer allí, Edward se levantó de la cama para admirar la vista que tenía en ese momento -No sabes cuánto tiempo he soñado esto- en menos de un segundo, camisa, pantalón, medias y zapatos habían desaparecido y quedaba sólo él con unos bóxer negros

Isabella híper ventilaba mientras paseaba su mirada por el cuerpo de Edward, el tono de piel era pálido y pulcro como el mármol, las curvas de los músculos hacían suaves sombras en la piel, se notaba que hacía ejercicio... y mucho, una línea recta iba desde su abdomen y se perdía en el resorte de sus bóxer

-¿Te gusta lo que ves?- le llamó Edward, y Bella se dio cuenta de que inconcientemente había comenzado a morderse el labio

-Si- contestó, la Madrastra brincaba de felicidad y el corazón de Bella latía a niveles máximos, ¡era la primera vez que le veía desnudo!

Edward subió en la cama y se colocó encima de ella, apoyando todo su peso sobre sus brazos, a esas alturas, la timidez de Bella se había ido de viaje. Edward comenzó una caricia fantasma desde su cara hasta sus caderas, donde se detuvo

-Como adoro esta parte de ti- musitó mientras con una mano abarcaba parte de las caderas, se inclinó sobre Bella y quedó a centímetros de su boca -Abre las piernas

Como si de un resorte se tratara Bella obedeció, él acariciando su intimidad, un dedo dentro de ella, jugaba en su interior, ella gimió, se arqueó, no se paro a pensar solo a sentir, eso era tan bueno y tan nuevo, el dedo seguía bombeando dentro de ella, entraba y salía, entraba y salía, otro dedo más dentro, golpeando, tocando, acariciando las paredes de su vagina, cada toque era un paso cerca del abismo

-Edward...- Isabella mantenía lo ojos cerrados, estaba a punto de decir algo de lo que posiblemente se arrepentiría luego -Hazme el amor...por favor- susurró quedo. Edward paró el movimiento en seco

-Repítelo- ordenó -Repítelo una vez más

Ella tomó aire -Hazme el amor, ya no lo soporto, por favor... por favor

Sonrió -Tus deseos son órdenes Mi Bella- se acercó a su oreja -Bájame el bóxer, ella, impaciente llevó ambas manos hacia el elástico y lo bajó de un tirón, la enorme erección saltó orgullosa apuntando a su vientre, era grueso y grande. Comenzó a morderse el labio y oyó un rugido de parte de él. Todo eso no va a caber en mí, me moriré...es enorme pensaba

De un lugar deconocido, Edward sacó un condón y se lo puso a instante, tomó su pene con una de sus manos y lo llevó hasta la entrada de Bella, poco a poco, sabía que debía ser paciente Con cuidado Edward...con cuidado...es su primera vez...tranquilo...tranquilo... se adentró en ella, primero la punta, luego todo lentamente, sintió topar con algo... sabía lo que era

-¿Estas segura?- preguntó, ella sólo asintió. Empujó duro hasta la base, Isabella soltó un gritito, placer y dolor. Bella sentía dolor, mucho dolor, pero trataba de no demostrarlo

-¿Estás bien?

-Si- dijo -Sigue

El dolor pasó para dar paso a una nube intensa de placer, Edward comenzó a moverse dentro de ella, lento y acompasado -Más rápido- pidió Bella. Edward tomó uno de sus senos y comenzó a chupar de uno de ellos, con la otra mano masajeaba el otro, Bella gemía alto y él adoraba eso

A los minutos ambos oían el chocar de sus caderas, Edward empujaba hasta adentro rápidamente, salía y entraba a un ritmo demencial. Una burbuja iba naciendo en el vientre de Bella, una opresión de placer estaba en su pecho, caa vez más rápido, Edward gemía en su oído alentando a su orgasmo que llegó como una bala, su cuerpo vibraba y a la vez sintió como Edward se vaciaba en su interior, sin dejar de moverse lento dentro de ella.

Edward cayó agotado a su lado, y la arrastró con él para abrazarla, besó su frente -Eres hermosa Mi Bella, hermosa- susurró y a Bella se le ablandó el corazón, colocó una mano sobre su pecho pero Edward inmediatamente se levantó y volvió con una toalla con hielos, se inclinó para limpiar la entrepierna de Bella que tenía un poco de sangre, Bella sintió que el dolor comenzaba a calmarse, Edward regresó para volver a acostarse a su lado

-¿Edward?- le llamó

-Dime Mi Bella

-¿Ya se te ha pasado el enojo?

Volteó a mirarla y sonrió de medio lado -¿Tu que crees?- respondió

-Es que...- musitó -No me gusta que desconfíes así de mí, siento que piensas que yo salgo a la calle únicamente a buscar tíos y eso no es así, y cuando tengo una relación, si así puedo llamarle a esto que tenemos, la respeto, te respeto Edward.

-Lo sé, lo siento- en ese momento Edward se percató del colgante que Bella llevaba en el cuello, lo tomó con un dedo -¿Algún día me contarás cómo fué tu pasada relación?- trató de sonar tranquilo, pero los celos lo invadían y a pesar de que él la había espiado cuando aún estaba James quería escucharlo de sus propios labios, Isabella dudó, ¿se lo contaría a él? ¿Sería capaz? ¿Le tendría la confianza?

-Vámos Bella, dime, cuéntame todo

Ella suspiró y acarició el colgante junto con el dedo de Edward -Esto me lo dió él- dijo mientras daba vuelta al corazón y le mostraba la leyenda "I'm Yours" -Me lo dió una mañana en el instituto- anunció, su mirada se perdió en el tiempo...recordándolo -Tenía quince años, vivía en Forks y entonces llegó un chico nuevo al instituto, era alto, rubio y guapo, un día se acercó a mí y me dijo que necesitaba ayuda con la tarea de cálculo, en el almuerzo nos juntamos sólos en una mesa y comenzé a expicarle el trabajo, pero el no paraba de mirarme, así ocurrió durante todos los días un mes completo, hasta que un día cuando yo iba para mi casa me ofreció llevarme. Cuando estábamos en su auto me confesó que yo le gustaba mucho y me pidió que fuéramos novios ¿y cómo podría negarme? Todas las chicas del instituto se morían por él, entre ellas yo. Así fué durante tres años, íbamos a fiestas, estábamos todo el tiempo juntos y veíamos películas viejas, a papá le caía bien y su madre me adoraba, cuando ya llevábamos dos años juntos me confesó que cuando cumpliera dieciocho se haría cargo de la empresa de su padre, en síntesis, era un adolescente millonario. La vida nos sonreía, un día me propuso casarme con él y...- le miró a los ojos -El resto ya lo sabes

Edward asintió -¿Por qué sigues llevando esto?- señaló el collar

-Porque una parte de mí no lo deja ir y quiero tener algo de él aquí conmigo, aunque sé que eso tendrá que terminar pronto, debo dejar que él descanse en paz- dijo

Edward escuchó con atención -¿Y porqué nunca...tuvieron...sexo?- inquirió

-Eso fué extraño, para empezar su madre le había inculcado la idea de que tenía que llegar vírgen al matrimonio y James mantenía eso, además, una parte de mí sentía que él no era el indicado, no me nacía hacer nada con él. Nunca entendi muy bien eso, y pensaba que eso cambiaría el día en que nos casaramos- se encogió de hombros -Claro que eso nunca pasará, Edward, ¿ahora puedo hacerte una pregunta yo?- esperó que el dijera que sí -¿Por qué tus padres nunca van a Cullen Corp.?

Edward se removió -Cuando papá se jubiló, hace como un año, dejó toda la empresa y las propiedades en mis manos, dijo que era tiempo de estar con mamá y de ser buen esposo, así que sólo va a Cullen Corp cuando pasa algo importante o hay junta directiva, y a mamá jamás le gustó la empresa, dice que eso absorbe la vida de los demás

-¿Puedo preguntarte otra cosa?

-Adelante

-¿Cuántas...mujeres has tenido a tu lado?

El alzó una ceja, parecía molesto -Más de las que me gustaría aceptar

-¿Entonces cuándo fué tu última relación normal?

-Cuando tú llegaste- el sonrió

Bella bufó -Esto no es una relación "normal"

-Lo és, tu sabes perfectamente que Victoria no cuenta, si no fuera por ella, tú serías mi novia

El corazón de Bella se saltó un latido para luego empezar a latir desbocado ante tal afirmación

-Edward, es en serio, ¿cuándo fué tu última relación?

Él frunció los labios -Hace cinco años

Ella se sorprendió -¿Tanto tiempo?

-Si

-¿Cómo se llamaba?

-¿Para qué quieres saber?

-¡Sólo quiero saber!

-Tanya... Tanya Denali... y por favor...no me preguntes más de ella

Bella entendió y cambió de tema -¿Y tu hermano Jasper? ¿Sabías que tiene una relación con mi mejor amiga no?- preguntó

-Si, ya lo sabía- dió por terminada la conversación -¿Cómo te sientes?

-Bueno, pues me dá gusto que mi amiga haya...- vió como Edward ladeó la cabeza

-Sabes que eso no es a lo que me refiero, ¿cómo te sientes? ¿no te has arrepentido?

Bella negó -Se a lo que te refieres, no me he arrpentido, me siento bien, más que bien y gracias

-¿Gracias?

-Si, gracias por haber sido tan paciente conmigo- lo abrazó y cerró los ojos, Edward los tapó a ambos con el edredón

-Descansa Mi Bella, mañana te espera un día agitado- ella lo escuchó

-¿Día agitado?¿Qué haremos mañana?- preguntó

-Mañana te llevaré a mi casa...- anunció antes de abrasarla posesivamente e invitarla a dormir, ella no supo que decir ¿Su casa? ¡Dios! ¡Su casa! ¿Que haré yo allí? La madrastra y Blancanieves estaban en un retiro mental, no se les veía por algún lado

-Mmmmm...¿Edward?

-Dime Mi Bella

-¿Me...- tomó aire -¿Me quieres?

Edward exhaló todo el aire de golpe -¿Te refieres a...? ¿A que si te amo?

Ella asintió

El monstruo interior de Edward gritaba desde sus adentros Dile que sí...dile que sí y ella será nuestra para siempre...miente...miente...dile que sí Edward hizo caso

-Claro- respondió después de una eternidad -¿Cómo no podría hacerlo?

Bella se quedó sin aire en sus pulmones ¡El la amaba! ¡La amaba! ¡Aquel Dios griego la amaba!...En ese momento todas sus dudas se disiparon... ella también lo hacía

-Yo también Edward, yo también te amo- confesó antes de dormir

Edward veló su sueño, se quedó ahí hasta que ella se quedó dormida, su monstruo interior hablaba por él Al fin ella es toda nuestra, ¿que sientes?, estuviste dentro de ella, la poseíste, la embestiste, la follaste, ahora es tuya...justo como querías...le mentiste...mentiste Edward acarició su mejilla Si Bella, ya eres mía... sólo mía, yo fuí el primero y el único, el único, no habrá nadie...lo mato...¡te mato!...¡El único que puede estar dentro de ti!...¡Nadie!...¡Nadie!...Eres tan suave y estrecha...tan...delicada...no te merezco...lo sé...pero eres mía...¡Yo soy tu dueño!

No durmió en toda la noche, se dedicó a mirarla y a observar cada uno de sus gestos al dormir...ella hablaba en sueños...hablaba más que cuando estaba despierta.

OoO

Isabella se levantó a las dos de la mañana y Edward no estaba a su lado, se envolvió en la sábana y caminó fuera del cuarto, al parecer Edward hablaba por teléfono, estaba recargado en la ventana, Bella se pegó a una de las paredes ara ecuchar y que el no la viera

-Victoria ya te dije que no me molestes- se le oía la voz enojada -No...ni iré mañana a tu departamento...tampoco puedo salir mañana contigo...tengo cosas que hacer...¡no estoy con nadie!...¡Yo no tengo amantes!...vete de compras a París...¡déjame en paz!...te giraré un cheque...si ya sé...luego...hasta luego- le colgó

Bella se mordió el labio y bajó la cabeza, se sentía mal por Victoria, estaba tentada de terminar eso que tenía con él... ella no servía para ser amante de nadie, cuando vió que Edward se daba la vuelta hacia la habitación corrió de puntitas hasta la cama, haciéndose la dormida. Edward entró al cuarto y volvió a acostarse a su lado

-¿Quién llamó?- preguntó ella sin poderse contener

-Mi madre- mintió -Quería saber si estaba bien

Ella, sin darse la vuelta, entornó los ojos -¿A las dos de la mañana?

-Si- contestó seco -duerme

Blancanieves reclamaba desde su cabeza a Bella, estaba cruzada de brazos mientras golpeaba el suelo con su pequeño pié ¿Por qué reclamas?...No tienes derecho...a fin de cuentas sólo eres su... Bella calló a su mente antes de que pronunciara aquella palabra...

-Pero no quiero dormir- respondió mientras se daba la vuelta dándole la cara a Edward y éste sonreía mientras la tomaba por la cintura y la acercaba a él

-¿A no?- inquirió -¿Entonces que te apetece hacer Mi Bella?

Ella se mordió el labio y se encogió de hombros

-Bueno- dijo Edward relamiéndose los labios -Yo si sé lo que me gustaría hacer

Antes de que Bella pudiera darse cuenta lo tenía a el sobre su cuello, cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones, aquello se sentía tan bien, aquello se sentía tan bueno... y tan nuevo.

OoO

Tanya sonrió mientras aterrizaba en el aeropuerto JFK, ahora estaba en donde quería estar, cerca de él. Se regocijaba de sí misma, lo tenía en la mira...lo vigilaría. Estaba herida, él la había abandonado, la había dejado sóla.

Te voy a joder Edward...vas a ser mío...te voy a joder... pensaba

OoO

Canción: Sexy Silk

Artista: Jessie J

¿Les gusto?

Chicas! si quieren ver más de este fic entren a mi blog: amywelchfanfic(.)blogspot(.)com Aquí encontrarán fotos, música de los caps y adelantos.

Un beso

Amy W. 

Capítulo 7: Blancanieves y La Madrastra Capítulo 9: La Jaula Del León

 
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