NOCHE DE LUNA LLENA (+18)

Autor: booboocullen
Género: Romance
Fecha Creación: 25/03/2010
Fecha Actualización: 11/10/2010
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 37
Visitas: 69182
Capítulos: 24

Isabella Swan es una joven de 20 años; mimada, malcriada y enamorada de la persona equivocada.  Edward Cullen es un joven de 23 años, centrado, maduro y amargado por un amor que creyo posible pero nunca lo fue.

Una noche de luna llena Bella segura de su amor por su novio decide perder su virginidad con él. pero Bella se equivoca de habitacion y accidentalmente entra en la de Edward; desde ese momento todo en su vida cambia y todo aquello que creyó que odiaba se convierte en el centro de su universo.

Bueno les quiero hacer un anuncio... para aquellas que esten interesadas en leer mas historias escritas por esta su servidora aki les dejo el link de mi perfil del Fan Fiction...

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Espero les gusten mis demas historias y comenten... Se los agradezco en el alma su apoyo y su fidelidad y espero disfruten

Gracias y nos leemos nenas...

BooBooCullen

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Capítulo 3: Mal Humor y Recuerdos

                                      Edward POV

-Awww.....-Bostecé, ya eran las 9:00a.m.  Alice y Bella llegarían pronto.  Bueno hasta las 9:00p.m., pero para mí eso sólo significaba una cosa: convertirme en el niñero de mi traviesa hermana y su amiga, malcriada, egocéntrica y por si fuera poco la criatura más...

-¿Edward?-Marco tocó a mi puerta, el abuelo de Bella ya estaba despierto.

-Buenos días Marco-Contesté haciendo una mueca de disgusto.  Aunque regularmente mi estado de ánimo era muy bueno desde la noticia de que Bella venía a Forks de "vacaciones" mi vida estaba hecho un enredo y la verdad me costaba mucho estar de un buen ánimo.

-Buenos días hijo, creí que todavía no estabas despierto; ¿Cómo amaneciste?-Sé que estoy siendo un poco grosero por dejarlo afuera de la habitación pero en este momento no tenía humor para sonreír como si nada estuviera pasando.

-Bueno pues casi no dormí de la emoción de ver a tu nieta y a mi hermana-contesté sarcásticamente.

-Maravilloso¡¡¡¡¡-al parecer el sarcasmo no había sevido. Marco estaba eufórico desde que Charlie lo llamó para confirmarle la estadía de su nieta en Forks y desde hacía días no quitaba la sonrisa de su rostro.

-Sí.... m a r a v i l l o s o....-dije pronunciando cada letra.  Era patético fingir entusiasmo que a la largo no vendría, jamás me emocionaría de ver a la persona que mas desprecio en mi vida....

-Bien, honestamente venía a avisarte que iremos al centro con Didima y que no se te vaya a olvidar ir a recojer a las chicas a Port Angeles a las 3:00p.m.-dijo aún detrás de la puerta.

-De acuerdo-respondí acomodandome nuevamente en mi cama. De verdad estaba exhausto tanto emocionalmente como fisicamente.

Me tape con la sábana la cara y después me distraje pensando.....¿Cópmo? me pregunté en mi cabeza; el vuelo de ellas salía hasta las cuatro de la tarde, y en total eran seis horas de camino desde Phoenix hasta Forks, ellas estarían en casa como a eso de las nueve de la noche, Marco estaba muy mal, la emoción lo había dejado por completo cegado hasta el punto de confundir el horario del viaje.   Bueno al fin y al cabo faltaba mucho, estaba de veras agotado.

-Marco....no creo que calcularas muy bien...-caminé hacia la puerta y la abrí pero él ya no estaba allí. Bueno decidí bajar a prepararme algo de desayunar.  Bajé las escaleras y me encontré en la sala, camine hasta la cocina y saque del refrigerador una bol con fruta picada que siempre tenía que haber sino Marco se disgustaba y se ponía de muy mal humor. Por suerte para Marco tenía una esposa que lo adoraba y lo consentía demasiado.  ¿Alguna vez iba yo a tener una mujer así a mi lado?...deseché ese pensamiento en el mismo momento en que lo tuve....-por favor Cullen-me dije a mi mismo.  Ya tenía q deshacerme de esas ideas estúpidas de encontrar a la mujer ideal... sabía que la había encontrado, el problema era que ella me odiaba, y por supuesto no me amaba del modo en que yo lo hacía.

Terminé de desayunar y me dispuse a ver televisión en la sala, no había nada bueno que ver. La apagué y me dispuse a ojear, bueno a encontrar algo con lo cual entretenerme.

Encontré un viejo albúm familiar que Reneé, la madre de Bella, había mandado a sus padres como regalo de Navidad.  Empecé a ver las fotografías; el principio trataban del casamiento de Reneé con Charlie, despues el embarazo y por último el nacimiento de... Bella.  Tenía que obligarme a repetir ese nombre, y aunque me quemaba la gargante el siquiera pensar pronunciar todas esas letras juntas era algo necesario; estaba destinado a pasar unas cuantas semanas con ella y no podía permitir que se diera cuenta el daño que me había hecho, catorce meses atras.

Me recosté en el sofá y empecé a sentir que los párpados me pesaban pero decidí que antes de dormir vería las fotos.  Seguí pasando las hojas y de repente me quedé viendo una foto en particular, una que era de una Bella un poco mayor, de seguro se la habían tomado hacía unos dos años si mucho.  No pude más y todas las barreras que le había impuesto a mi corazón se destruyeron, mi corazón empezó a latir muy desenfrenadamente y empecé a jadear.  Creí que había logrado deshacerme de esas rídiculeses pero me equivoqué lo que Bella me había hecho era más de lo que pensaba.  Era más que inútil intentar olvidarla no después de ese incidente, no despues de esa noche.

No se cuando me quedé dormido, y de repente me desperté en el patio de atrás de la casa de mis padre, era una versión mas joven de mí pero recordaba muy bien este en parte sueño en parte recuerdo.

-¿Edward?; ¿Dónde estas?-estábamos jugando escondite, Bella, Alice y yo, eramos unos niños pero fue una de las ocasiones en las queme tenía que comportar como todo un caballero para que ella no se diera cuenta de mis sentimientos de adolescente inmaduro.

-¿Ed?-era Bella la que me estaba tratando de econtrar pero la verdad era muy difícil para ella, solo yo conocía ese escondite y la verdad me daba gusto, cuando tenía que escapar de su mirada de angel, aquí era donde me refugiaba.

-¿Te rindes Bells?- grité desde mi escondite, me di cuenta de que mira para todos lados tratando de encontrarme.

-no...-contestó haciendo un lindo puchero, era increíble que con mis diecidéis años una niña de trece había logrado dejarme sin aliento.

-¿segura?-por alguna extraña razón, Alice estaba dentro de la casa, se había rendido, sabía muy bien que sería casi imposible encontrarme, espero y de repente me tope con los ojos chocolate de Bella, me tense por un momento creyendo que me había descubierto, pero rápidamente desvío la mirada buscando en otro lugar.

-esta bien, pero por favor aparece...-contestó cruzandosé de brazos, así que salí de mi escondite mientras ella estaba aun de espaldas hacía mí, la tome de la cintura y la atraje hasta mi pecho.

-no hagas eso...-había dado un brinco del susto, la volví a abrazar por detrás y le susurré al oído...

-tranquila Bella, nunca te haría daño, lo sabes ¿verdad?-sentí como se le erizó la piel de la nuca.

-sí lo sé-respondió, con nerviosismo, al tiempo que se despegaba de mí.

Le agarré del brazo e hice que diera una media vuelta sobre sus pies, para que quedará de frente a mí.

-Baila conmigo Bells-ordené.

-Sabes que no se bailar-respondió mientras bajaba la cabeza, acerque mi pecho para que levantara la mirada y mi viera.

-Eso depende de con quién bailes-contesté con una sonrisa y la laenvante para posicionarla sobre mis pies.

-Esta bien, contigo nunca me puedo negar-y empezamos a bailar, solos los dos; en ese momento creí que a Bella le gustaba yo como ella me gustaba a mí.  Tonto iluso Edward Cullen....

-¿Edward?-Marco estaba frente al sofá, despertandome.

-Eddie, ya regresamos; ve y arreglate pronto comeremos-ordenó y sin refutar, hice lo que me pidió.

-De acuerdo-contesté. Subí a mi cuarto y me quite mi pants y la camisa que utilizaba para dormir.  Necesitaba una duche muy fría para desterrar ese recuerdo tan maravilloso que atesoraba de Bella.  Dos días después de que eso había pasado recuerdo que ella conoció a Félix el primer novio de mi, en ese tiempo, mejor amiga.  Estaba lleno de rabia, Félix era muy grande para Bella y no era justo después de todas las veces que intente decirle lo que sentía por ella y ella simplemente había corrido a los brazos de otro hombre.

Salí y me vestí con unos vaqueros y una playera azul, el color favorito de Bella, Arg, maldita sea cuando iba a dejar de pensar en ella.

-La comida esta lista¡¡¡-llamó Dídima.  Bajé y me senté a la mesa.

-Eddie...por favor recuerda lo que te pedí hoy en la mañana...-pidió Marco con una cara de súplica.

-No lo olvidaré-trate de sonar amable pero creo que no lo logré.

-Te lo agradecemos de todo corazón hijo-mi dijo Dídima.  Los abuelos de Bella eran como la mamá de Bella; espontáneos, albinos, amables y sobre todo las mejor personas que he conocido, claro después de mis padres.  Me gustaba mucho estar cerca de ellos, claro cuando su nieta no esta cerca.

-Bueno, pues me tengo que ir, antes de ir por las chicas, debo terminar unos pendientes-Mentí, patético lo se, últimamente así era como me estaba comportando, patéticament pero lo tenía que aceptar no estaba listo para ver a la chica que me hace sufrir desde hace ya mas de 10 años.

-Bien, maneja con cuidado y cuida a las chicas-súplico Dídima con una voz muy materna, casi me hizo sonreír y recordar el tono materno que mi madre Esme utilizaba conmigo y que aún utiliza.

-De acuerdo, adios.....-literalmente corrí hasta el garaje, creí haber escuchado algo mas pero decidí que era fruto de el recuerdo de mi madre, me subí al coche y lo encendí, aceleré y me encamine a mi lugar para pensar.

Tomé la carretera 101 hacia el norte donde había un sendero el cual llevaba a un claro, el cual era mi lugar secreto donde iba cuando estaba demasiado deprimido o demasiado frustrado.  Era lo que necesitaba un lugar donde solo existiera yo y no hubieran situaciones tan de mal gusto como las que estaba viviendo en estos momentos.

-Arg...-intenté relajarme pero no lo lograba, lo unico con lo que me topaba eran con los ojos color chocolate de Bella, esos ojos que cuando me miraban me hipnotizaban... no tarde ni 20 ahí y decidí que lo mejor era irme y distraerme un poco.  Regresé al coche y me dispuse a ir a Port Angeles para poder ternimar algunas cosas y talvez comprarle un lindo regalo de Bienvenida a Alice.

Todavía tenía como una hora antes de las tres de la tarde, así que llegué a Port Angeles y me estacione en un lugar cerca de donde Bella y Alice llegarían.  Me bajé del coche y me metí aun cafe que había ahi, tome el lugar mas alejado de las personas y de repente mi celular sono.

-Hola ALice-conteste, no muy emocionado como pensé que lo estaría.

-Hola Edward, no me digas ¿mal día con las chicas?,  ¿alguna ha osado rechazarte?-me quede callado, decidiendo si decirle:"si la chica que esta al lado tuyo en este moment, ella me rechazó, me evita y por si fuera poco creo que ya olvido que existó".  No, ella no se merecía mi tristeza.

-Hola...?? Eddie¡¡¡¡-Alice interrumpió el hilo de mis pensamientos.

-SAbes para tener 20 años pareces una niña de 15 con tu inmadurez-sije sonriendo, bueno burlandome de ella.

-Pero así me quieres...-casí puede visualizar su puchero. Alice era así, no le importaba el que dirán para nada.

-Claro, claro a ver Mady ¿que deseas?-dije esperando que mi hermana se acordará del pequeño apodo que le tenía y que le gustaba demasiado como para poder fastidiarla al solo pronunciarlo.

-Te acordaste¡¡¡¡¡¡-grito de emoción.

-¿como no hacerlo?-conteste recoredando...

-Si pero recuerda que no lo hice sola, Bella y tú me ayudaron; yo sólo di la idea-respondío nuevamente interrumpiendo mis cavilaciones, rió bajito.

-Si, bueno,¿que quieres Alice?-CAmbié de tema para que el dolor de ese horación no se apoderará de mí completamente.

-Humm, queríamos saber.... ¿ya estás en Port Angeles?...¿Verdad?-preguntó, reí quedito razonando si de verdad ella y Bella se preguntaban lo mismo.  No era posible.

-Estoy llegando...-mentí, la verdad ya estaba ahí pero no creí lo que se avecinaba.

-Amm, que bueno Edward por que la verda ya casi llegamos y bueno Bella esta un poco cansada, y la verdad es que no queríamos esperar hasta que llegaras...-¡¡¡¿QUÉ?¡¡¡¡, ¿Bella ya estaba aquí? , ¿cómo demonios era posible?.

-¿Acaso Marco no te avisó?, porque llamamos para avisarle que tomaríamos un vuelo mas temprano ya que Bella no aguantaba las ganas de verlos-preguntó mi hermana un poco extrañada.  así que esa era la razón por la que Marco y Dídima estaban tan sonrientes,  Bella era buena mintiendo. Sonreí.  Eso no era cierto la que mentía demasiado bien era Alice.

-Claro, si solo estaba pensando...-si claro en menos de lo que pensaba mi pesadilla ambulante estaría frente a mí, ¿que deminios iba a hacer ahora?.

-Que bien¡¡¡ bueno hermanito te veo dentro de muy poco tiempo, hasta entonces te mandamos unos abrazos y besos-Ya no iba a caer en esas tonterías.

Estaba de veras nervioso....¿cómo diablos una chiquilla podía ponerme así?, al fin logré controlarme.  Me levanté deje propina, aunque no había ordenado nada en ralidad, me pareció una grosería no hacerlo.  Salí del restaurante y me encamine a sentarme en mi coche.  Empecé a prepararme para sentir el dolor mas grande de todos, nuevamente.  Ber a Bella de nuevo y saber que nunca me iva a ver de la forma como lo hizo esa noche creyendo que yo era su adorado "Demetri".  Nunca me iba a amar como lo amaba a él.  Bufé bajiro y decidí que Bella iba a ser mía no importando que.   Reí un poco desanimado, recordando que era mía aunque ella no lo sabía del todo bien. Aprete los puños y decidí que no, no obligaría a Bella a amarme y por el contrario guardaría mis sentimientos y mi amor hacia ella para siempre en un cajón en mi mente y en lo más profundo de mi corazón.

Cerré los ojos y rogué al cielo eso fuera suficiente para no querer correr, abrazarla y besarla entre mis brazos.  Decirle que me había enamorado de ella como un imbécil desde hacia ya demasiados años y cuánto había estado pensando en ella desde esa noche....Corté en seco ese hilo de pensamientos.  Abrí los ojos y me maraville del recuerdo que venía a mi mente después de catorce años de guardarlo bajo llava ahora que una de sus protagonistas aparecía, al parecer el también haría su presencia.   La vi a través de una puerta, estaba tan linda, tan hermosa, una niña que una noche en mis brazos convertí en mujer... mi mujer... por equivocación....

Me quedé viendo al cielo, esperando a que ellas bajaran de la avioneta y caminaran hacia mí, mis manos sudaban y empecé a flaquear de mi propósitom empecé a recordar esa noche que tanto había querido olvidar y al mismo tiempo repetir.

Esa noche en que Bella se escurrió hasta mi habitación; al principio creí que era otra persona pero con la poca luz que se filtraba por una pequeña ventana detrás de mí vi su cara, la cara angelical que había logrado alterarme a muy temprana edad, se metió debajo de las sábanas y me dieron ganas de preguntarle si se había equivocado de habitación (ahora me doy cuenta de mi error y que preguntarle hubiera sido lo mejor para mí); metió su mano por debajo de la camisa que utilizaba para dormir... Oh Dios¡¡¡ su roce, su piel, había pasada muchas noches soñando  como se sentiría la piel de Bella con la mía al desnudo (lo sé un pensamiento indigno de un caballero como yo con mi mejor amiga y lo peor con la niña que creció conmigo y mi hermana) pero nunca, nunca me hábía imaginado el torrente de emociones que una simple caricia a mi abdomen virtiera sobre mí.  Por un momento creí, pensé, añoré que Bella estuviera completamente de quien era el que estaba en esa cama y anhele que me deseara como yo lo hacía desde haci mucho tiempo.

Estaba dispuesto a olvidar la desilución que me hizp pasar en la escuela entonces me empezó a quitar la camisa y como un idiota completamente enamorado deje que ella tomará el mando. Ah¡¡¡¡ como me gustaba que hiciera eso.  Recuerdo su olor y la diminuta pijama que traía puesta, era de color azul, resaltaba muy bien el tono de su piel y se amoldaba perfectamente a su cuerpo de angel, aún con la escasa luz de mi cuarto deslice mis manos por su vientre por debajo de la parte superior de su pijama, subí un poco más y me encontré con sus gloriosos pechos, le quite la blusa de tirantes muy precipitadamente y me dispuse a adorar el cuerpo que tenía frente a mí y solo para mí.  Adoraba su forma, su figura; dos pechos redondos, firmes, erectos de la exitación, apuntando hacia mi rostro.  Me dispuse a besar con un frenesí inimaginable su pecho, estaba en la gloria, y la verdad no me importaba nada mas.  Bella gimió bajito.

-Te amo¡¡¡-fue tan claro que toda mi vida dio un vuelco, Bella había pronunciado la frase que había esperado por años escuchar de su hermosos labios; quería decirle que yo también la amaba, que siempre lo había hecho pero no me dejó; estampó sus labios en los míos y me beso de una manera que hizo que olvidara el hecho de que mi vida estaba hecha un lío.  Mi corazón latía frenéticamente ante esa frase, una que me pertenecía solo a mi.  Hizo que me recostara en la cama y beso meticulosamente mi pecho desnudo; mi erección ya latía muy fuerte, quería poseerla de inmediato.

Deslizó su mano por los pants que tenía para dormir, me estaba volviendo loco, entonces la levante un poco y empece a acariciar por debajo de su ombligo.  Sus panties de encaje eran una prenda estorbosa entre mi mano y su sexo.  Los dos estabamos en una burbuja de felicidad, llena de gloria y amor; nuestra burbuja de pasiones.  Gemí al sentir su tacto en mi sexo, insistente, su mano iba de arriba hacia abajo a un rítmo que me tenía loco.  No soporte más y la jale contra mi para que mi sexo sobara el de ella; gimió un poco más alto de lo que había escuchado y ahogo un grito de placer en mi hombro y lo que hice fue atraer su boca dulce hacia la mía entonces se levantó y se alejo de mí.  Sentí por un segundo un pánico de que me dejara así deseandola desesperadamente o de que se hubiera arrepentido de sus acciones, pero también sentí una furia, ¿no pensaba dejarme asi verdad?;  entonces rodeo la cama mientras se quitaba las panties demasiado sexys, la última prenda que la tapaba, me las tiro en la cara y adore el olor que irradiaban; la jale e hice que se sentara a horcadas, busqué un condón en mis equipaje.  Lo encontré y lo intente poner donde correspondía pero ella entendío mi tardanza y me lo arrebato juguetonamente y me lo puso.  Oh Dios¡¡¡, fue el fin la atraje, la quería penetrar ya pero ella quería jugar, no se dejo y rozaba su sexo desnudo con el mío, gruñí bajito y ella río juguetonamente; se levantó un poco y dejo que al fin la penetrara, entre despacio, recordando que ella era virgen; agradecí al cielo que yo fuera el primero en entrar en su paraíso, agradecí que yo fuera el primero.

Gimió de dolor, lo sabía pero de repente dijo...

-Quiero más....-lo dijo en un susurro y supe que entraba al paraido al cual crei que nunca entraría.  Gemí de excitación mientras ella besaba mi cuello y respiraba entrecortadamente, em mi orja, hice mis embestidas mas insitentes y mas seguidas entonces todo fue ahí, sentí el calor que provenía de su intimidad, sus piernas temblaban y se tensaban, ella ya había llegado al cielo y detrás de ella iba yo; me esperó y llegamos juntos y fue cuando:

mi paraiso personal...

mi nube perfecta...

mi burbuja de pasiones...

mi felicidad fue reducida a polvo

ella gritó:

-¡¡¡Demetri...¡¡¡¡¡

-¡¡¡Te Amo¡¡¡¡-¡¡¡¿QUÉ?¡¡¡¡, ¿DEMETRI?, me tensé y sentí las paredes de mi cuerto derrumbarse sobre mi.

Ella se dejo caer sobre mi pecho desnudo  mientras yo aun estaba dentro de ella, quería gritarle, quería decirle que se largará, quería que se diera cuenta de quien era el que estaba dentro de ella, quería que se diera cuenta del terrible error que había cometido.  Por primera vez desde hacía muchos años quería llorar, y la traición fue inevitable, mis ojos se empezaron a poner cristalinos y tenía un nudo en el estómago así tambien como tenía uno en la garganta.  Estaba de veras enfadado.  Esperé q que se durmiera lo cual no tomó demasiado tiempo para poder llevarla a su cuarto.  Estaba molesto y alguien iba a pagar por esta humillación, entonces con cuidado salí de ella y reí al recordad que ella creyo entregarse a su novio y fui yo quien la convirtió en mujer, fua a mí a quien le entrego lo mas sagrado: su virginidad.  Yo había sido el primero y eso nadio me lo quitaría nunca pero ella iba a pagar por esto.  Sali de mi habitación con ella en mis brazos. 

Mientras la llevaba a su cuarto admire por última vez a la mujer que por una noche había sido mía pero que nunca jamás lo volvería a ser.  La acosté en su cama y la arropé por alguna extraña razón, estaba molesto, pero no era con ella, ella siempre sería mi angel, la niña que amaba, la mujer que esta noche tendría una parte de mi dentro de ella y la mujer que esta noche se metio debajo de mi piel y se rehusaba a salir.  Le besé en la frente.

-Yo si te amo-dije calladito y ella solo se volteó.

Salí de su habitación pero antes de cerrar la puerta escuche mi nombre.

-E d w a r d....-fue como un susuro y me tense pensando que alguien se había dado cuenta de que salía del cuarto de Bella pero no había nadie en el pasillo.  Deduje que sería mi imaginación y me diriji a mi cuarto, era de madrugada.  Entre a mi habitación y me recoste, ya no pude conciliar el sueño todo lo que me rodeaba me recordaba a ella y lo único que quería era salir de ahí y olvidar todo. 

Abrí los ojos y recorde que esa era la razón principal por la que había decidido venir a Forks para olvidar pero me di cuenta de que esa noche estaba grabada a travez de cicatrices en mi piel. Entonces ellas aparecieron, genial ella seguía igual que esa noche, sonreí esto no iba a ser fácil pero haría lo posible por sobrevivir....

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wenu a ver q piensan??? jijijiji alfin lo ternime espero les guste... thx a lily por su apoyo tkm bff

Capítulo 2: La Venganza y El Adiós Capítulo 4: Bienvenidos A Mi Infierno Personal

 
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