Love Me (+18)

Autor: Lily_cullen
Género: + 18
Fecha Creación: 07/08/2015
Fecha Actualización: 25/10/2015
Finalizado: SI
Votos: 2
Comentarios: 45
Visitas: 82987
Capítulos: 47

 

Edward Cullen: modelo profesional con un status muy alto y maravillosamente guapo.

Isabella Swan: asistente personal de Tanya Denali de Status Model Management. Y como no enamorada de Edward Cullen.

Edward Cullen tiene una vida muy complicada tanto por sus constantes viajes de trabajo como por su vida personal. Por eso y por otros motivos no está dispuesto a complicarse más la vida empezando una relación con nadie. No está dispuesto a estar en una relación ni a comprometerse. Pero cuando se encuentra con Isabella Swan instantáneamente siente una atracción hacia ella, pero con el tiempo se convierte en algo más. ¿Se dará la oportunidad de amar y de ser amado?  

Isabella Swan ama y odia su trabajo, lo ama porque siempre se puede recrear la vista con los exquisitos especímenes con los que trabaja. Y lo odia porque le toco una jefa de lo más irritante, difícil, y aparte criticona. Pero aparte de eso, cuando conoce a Edward Cullen se siente inevitablemente atraída por él, pero ella sabe que no es conveniente sentirse atraída por un modelo y mucho menos enamorarse, y menos especialmente de él, pero la atracción entre ambos es simplemente inevitable.

 

 

Lo persoajes le pertenecen a Stephanie Meyer, esta historia esta adaptada en el libro Working it de kendall Ryan, yo solo lo adapte con los prsonajes de Edward & Bella 

Espero les guste :)

           

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 20: Eres Mía

Hola chicas, antes que nada, pudieron entender más o menos como está la cosa? Bueno trate de explicarlo lo mejor que pude ^3^ Si tienen alguna duda, pueden preguntarme lo que sea. ^_^   

 

Bien, ahora pasemos a lo importante. Chicas, prepárense porque este capítulo va a estar uuufff que les puedo decir a mi me dejo literalmente sin palabras y desmayada. . . X_X  

=D

Espero lo disfruten :D ^_~

 

 Por favor, si tiene algún error diganmelo, lo he revisado dos veces y no he visto nada fuera de lugar, pero por si a caso, avisenme si hay algún error. :D    

 

 

 

 

 

 

Edward

 

 

 

 

 

Bella estaba silenciosa en el paseo en la limusina de vuelta a nuestro hotel. Y yo estaba agradecido por el parloteo sin parar de Emmett sobre las últimas estadísticas de baloncesto de su equipo favorito. No era algo que yo siguiera, pero me gustó su esfuerzo por llenar el silencio. No tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo. La idea de alguien más tocando a Bella estaba empujándome a una migraña. Había llegado al clímax tan fácilmente con Emmett, y yo sabía que no debería molestarme, pero lo hizo. Me di cuenta de lo orgulloso de sí mismo que había estado, de esa sonrisa de suficiencia en su rostro. Mis manos se habían cerrado en un puño con el deseo de borrarla de su rostro.

 

Mierda. Yo había accedido a esto por ella pero maldita sea si no estaba teniendo dudas. Necesitaba mandar al hombre a la mierda.

 

Ella no era mía. Yo le había dicho eso una y otra vez. Esto no debería importarme. Sin embargo, lo hacía. Había sido una dura lección moderarme para evitar perforarle a Emmett la mandíbula cuando la tocó después. Incluso la forma en que su mano se extendió hacia ella, apoyada en su espalda a medida que la condujo hacia y desde el coche, me molestó. ¿Cómo iba a soportar a él poniendo su polla cerca de ella?

 

Me serví otra medida saludable de vodka y la bebí, con la esperanza de apagar mi cerebro durante la noche. Estaba claro que no funcionaba correctamente. No era con esta cabeza con la tenía que estar pensando, de todo modos.

 

Me encontré con los grandes ojos de Bella en la limo. Su respiración era superficial y rápida, y sus ojos se movían entre nosotros dos. Ella no parecía molesta por lo que había sucedido antes más bien encendida, curiosa y con ganas. Me gustaba y no me gustaba eso. Ella era una chica dulce de Tennessee, cariñosa y tierna, pero con un lado travieso, también. Era confuso como el infierno.

 

A la mierda. Abrí de golpe otra bebida justo cuando nuestra limusina se detuvo. Necesitaba estar más borracho para lidiar con esta mierda.

 

 

 

 

Bella

 

 

 

 

Una vez dentro de su habitación de hotel, Edward pareció necesitar marcar su territorio, para reclamarme como suya antes de que alguien más tomara posición. Mientras Emmett nos servía otra copa, Edward me levantó en sus brazos, me sostuvo firmemente contra su pecho, y me besó profundamente. Sus acciones me confundieron. Él era tan tierno, tan amoroso, parecía contradictorio con todo lo de esta noche. Pero no iba a quejarme. Este era Edward. Esto era lo que yo quería desde el principio.

 

Presionó un suave beso más en mi boca luego bajé mis pies al suelo. Aunque con estos tacones altos aún era varios centímetros más baja que él, quedamos un poco más a nivel. La parte superior de mi cabeza, al menos, le rozaba la barbilla. Me besó en la frente y sus ojos se clavaron en los míos. Traté de leer todo lo que él trataba de decirme, pero no pude determinar si su mirada embrujada era indecisión o simplemente preocupación por mí. Tragué saliva y me alejé.

 

Emmett se giró hacia nosotros, dirigiendo su atención en Edward. 

 

— ¿Seguro que estás bien con esto?

 

— ¿Por qué no habría de estarlo? —preguntó Edward, con voz plana.

 

Saqué un suspiro tembloroso cuando Emmett cruzó la habitación para estar justo enfrente de mí. Trazó la punta de sus dedos por mi mandíbula y dándome un ligero beso en los labios. Fue tan ligero, que me pregunte si yo había imaginado el contacto. Se dejó caer de rodillas para quitarme los zapatos de tacón uno por uno. Cuando salí de ellos, mi altura se redujo unas buenas seis pulgadas.

 

— Un tamaño divertido —dijo con una sonrisa, poniéndose de pie de nuevo.

 

Le sonreí. Hizo esta sensación tan fácil y me relajó al instante. Era como si nos estuviéramos preparando para hacer un trío, sólo tres amigos pasando el rato, coqueteando, y viendo a donde nos llevaba la noche. Siendo realistas, creo que todos teníamos una buena idea de hacia dónde se dirigía.

 

Cada uno de ellos en voz baja me acariciaba, pasando sus manos por mis brazos desnudos, rozando el cabello de mi cuello para besarme tiernamente allí, acariciando mis caderas. Edward agarró mi trasero y lo apretó. Su atención conjunta era vertiginosa y me encendía.

 

Emmett inclinó mi barbilla para que me encontrase con sus ojos. 

 

— ¿Estás lista para mí? —Dejé que mi mirada vagara hasta la gran erección abultada en sus pantalones—. Me la pones dura —gruñó.

 

Me mordí el labio, dimensionando el lugar del impresionante bulto. Emmett le dio un apretón y se ajustó a sí mismo.

 

— Yo quiero ver. —Me sorprendí al encontrar mi voz.

 

Emmett sonrió perezosamente y comenzó a desabrocharse el pantalón.

 

— Cualquier cosa por ti, dulzura. —Él presionó mi mano contra el bulto en sus pantalones—. ¿Mira lo que me haces? —Lo apreté y él soltó un suave gemido. Él comenzó a desabrocharse lentamente el cinturón—. ¿Quieres ver como luce un hombre de verdad?

 

Edward le dio a su hombro un empujón juguetón, y mi estómago se retorció con los nervios. Mi nerviosismo se evaporó cuando Edward inclinó la barbilla y me besó. Claro, se sentía un poco extraño estar besando a un hombre mientras acariciaba otro, pero no era tan extraño como lo hubiera pensado. Era Edward, después de todo, alguien del que me había enamorado totalmente, él y Emmett habían hecho esto varias veces antes. Era, obviamente, algo con lo que se sentían cómodos. Aflojé y me fui con eso.

 

Ahora libre del cinturón, Emmett deslizó los pantalones abajo sobre sus caderas. Me di cuenta de varias cosas a la vez: él estaba sin ropa interior. Su tamaño era comparable con el de Edward. Largo y firme, pero con una vena gruesa que cursaba su longitud. Afeitado por completo. Y un piercing anillo de plata en la cabeza. Whoa.

 

— ¿Qué diablos es eso? —preguntó Edward con el ceño fruncido, mirando a Emmett.

 

Seguí su mirada hacia el piercing anillo de plata en la cabeza de la polla de Emmett. 

 

— Es un APA¹¹. —Emmett se encogió de hombros, como si tener un piercing ahí abajo no fuera gran cosa—. No estoy autorizado a tener piercings o tatuajes, —explicó, al mirarme a los ojos. Excepto, por lo visto, en esta parte prohibida de él. Yo me quedé sin habla.

 

—No lo tenía la última vez —explicó Edward, volviéndose hacia mí, antes de dirigir su atención al miembro infractor de Emmett—. ¿Qué mierda, Emmett? Eso no va a hacerle daño, ¿verdad?

 

Emmett rió y tiró su cabeza hacia atrás para que una rica risa gutural saliera de sus labios. 

 

— Diablos no. Ella estará pidiéndote que consigas uno la próxima vez. — Él sonrió con confianza, con la mano extendida hacia abajo para encontrar su polla, acariciándola lentamente hacia arriba y sobre la cabeza y el piercing.

 

Tengo que admitir que tenía curiosidad. No tenía ni idea de cómo esa cosa se sentiría en mi interior. Pero era reacia a tocarlo por miedo de hacer algo mal. Él podía leer la indecisión en mi rostro, sus ojos enfocándose en mi boca, donde los dientes rozaron mi labio inferior.

 

— Ven aquí, caramelo —susurró Emmett, con sus ojos cargados de deseo—. Tócame.

 

Su mano se cerró alrededor de la mía, y me mostró lo que le gustaba. Le agarré ligero, trazando movimientos hacia arriba y hacia abajo para acariciar toda su longitud, incluyendo el piercing. Su cabeza cayó hacia atrás y sus ojos se cerraron.

 

Miré a Edward por su reacción. Su rostro se mantuvo en calma, con una expresión indescifrable mientras observaba mis ojos. Continué acariciando lentamente a Emmett mientras su respiración tartamudeaba en su pecho. Se sentía extraño en mi mano. Su piel estaba caliente, al igual que el anillo de plata, pero él era diferente. Me había acostumbrado tanto a Edward en estas últimas semanas.

 

Sentí a Edward moviéndose detrás de mí. Sus manos capturaron mis caderas y tiró de mi culo de nuevo para saludar su longitud endurecida. Desató el nudo del top de mi vestido al igual que lo hizo en la limusina. Pero esta vez dejó que el vestido cayera por completo para agruparse en mis pies. Su polla se ubicó en la grieta de mi trasero, con las manos acunadas para masajear mis pechos.

 

Los labios de Emmett se movían sobre mi garganta y clavícula, mientras que los labios de Edward se movían contra la parte trasera de mi cuello y entre los omóplatos. Estaba tan preocupada sobre cómo podría complacer a dos hombres, pero la realidad de la situación era que ellos estaban complaciéndome, tratándome como a una diosa. Cuatro grandes manos moviéndose sobre mi piel, dos bocas suaves presionando besos húmedos por todo mi cuerpo. Las sensaciones eran abrumadoras. Solté mi dominio sobre Emmett para poner mis manos en el cabello de Edward mientras le besaba la nuca.

 

Sentí que había algo que pasaba entre Edward y yo, pero no tenía ni idea de qué. ¡Deja de ser delirante, Bella, él te ha dicho en repetidas ocasiones que no quiere una relación!  Luché para desconectar mi cerebro y seguir el consejo de Rose. Diviértete. No te involucres emocionalmente.

 

Edward deslizó mi tanga por mis muslos y se dejó caer de rodillas delante de mí, haciendo a Emmett a un lado. 

 

— Yo tengo la primera probada —le dijo.

 

Emmett le indicó que siguiera adelante, como si yo fuera una rara y fina delicadeza para muestrear y ser saboreada.

 

Edward arrodillado ante mí era una hermosa vista. Levantó una ceja, luego, sin advertencia presionó su boca en la unión entre mis muslos. Arrastraba su lengua lentamente por mi centro, enviando dardos cálidos de placer a través de mi vientre. Mis rodillas se doblaron, pero el fuerte abrazo de Emmett en mis caderas me impidió ir hacia abajo.

 

Edward lamía y succionaba en ese ritmo exasperantemente lento que había llegado a apreciar de él, mientras que Emmett me sostenía por detrás, ofreciéndome suaves caricias a lo largo de mi espina dorsal. Santo Dios, esto se sentía increíble.

 

Edward era casi demasiado bueno en esto. Mi cuerpo no podía soportar el contacto directo, pero sabía lo que estaba haciendo y él alternaba lamiendo mi clítoris y presionando suaves besos contra mis labios carnosos y el hueso púbico. Demasiado pronto, clavé las manos en su cabello, y me vine a gritos, agradecida por el firme agarre de Emmett en mis caderas.

 

Edward se levantó y sonrió perezosamente, besando mis labios. Su boca estaba húmeda por mis jugos y algo dentro de mí encontraba eso increíblemente sexy. Cada uno de ellos se despojó de sus ropas restantes mientras yo salía de la seda negra amontonada en mis pies.

 

Los tres nos trasladamos a la cama. Necesitaba probar a Edward, mostrarle que él era mío y que yo era suya. No importa lo que él dijera, sentía la verdad profunda en mi corazón y yo se lo iba a demostrar. Lo empujé contra la cama y me acerqué, tomando su longitud dura como una piedra en mi mano y dejé que mi boca se hundiera al final hasta que mis labios se encontraron con su estómago tenso. Él contuvo el aliento, endureciendo sus abdominales.

 

— Mierda, nena —maldijo. Sus manos acunaron mi cabello y yo le acariciaba con entusiasmo desde la base hasta la punta, mientras chupaba su firme longitud—. Joder, Bella. . . sí. . .oh si. . . justo así. . . aah.  

 

Sentí hundirse el colchón cuando Emmett se movió detrás de mí y enterró su rostro en mi trasero.

 

¡Santa, mierda! Su lengua rodeó mi entrada, probándome, y dejé escapar un pequeño gemido alrededor de la gruesa longitud de Edward.

 

Demasiado pronto, Edward se liberó a sí mismo de mi boca. —Vas a hacer que me corra, Tennessee. —Mi corazón saltó al escuchar su viejo apodo para mí. Hizo que las cosas se sintieran más íntimas entre nosotros, al oírle que se refería a mí como lo hizo cuando nos conocimos.

 

Emmett se movió de la cama y se enfundó a sí mismo en un condón, y me golpeó una ola de nervios, preguntándome lo que tenían preparado para mí. Preguntándome si podría realmente seguir adelante con esto.

 

Edward me tiró más cerca, así que nos pusimos frente a frente en el centro de la cama. 

 

— ¿Estás segura? —susurró, su mirada profunda abrasadora en los míos. Ahora oscurecidos por el deseo.

 

— ¿Lo estás tú? —Le observaba de cerca, determinada a entender lo que estaba pasando dentro de su cabeza.

 

En lugar de responderme, miró por encima del hombro y le dedicó un guiño a Emmett.

 

Estaba acostada en mi lado, medio cubierta sobre Edward, cuando sentí a Emmett tumbarse detrás de mí. Emmett besaba la nuca de mi cuello, pasando sus manos sobre mi generoso trasero. 

 

— Joder, me encanta este trasero, dulzura.

 

Un chillido nervioso se escapó de mi garganta mientras él separaba mis piernas, posicionándome para que mi pierna descansara sobre la cadera de Edward y la polla de Emmett rozó mi centro.

 

Gemí cuando Emmett se empujaba hacia adelante, lentamente, llenándome con cuidado. Mi aliento se atascó en mi garganta. Era un ajuste perfecto, pero el piercing añadió una nueva fricción. Había algo tan travieso acerca de la idea de su piercing dentro de mí. Me gustó. Apreté los ojos cerrados y gemía mientras él se hundía por completo hacia adentro.

 

— Mierda —Emmett maldijo—. Ella esta tan apretada.

 

— Lo sé —espetó Edward.

 

Edward me abrazo contra su pecho, acunándome contra su cuerpo caliente. Me besó en la frente y me permitió adaptarme a la plenitud de Emmett al penetrarme. Cuando abrí los ojos y me encontré con los de Edward, la tensión en su mandíbula y la ardiente mirada posesiva en sus ojos me pilló con la guardia baja. Le di un beso, sin saber lo que quería en ese momento.

 

Después de unos minutos, me agarró la mano, llevándola hacia su polla. —Acaríciame, nena  —susurró, con la voz entrecortada.

 

Busqué entre nosotros y la agarré, dejando que mi mano se deslizara a lo largo de él, deslizándola desde la base hasta la punta.

 

Emmett se lanzaba hacia delante, meciendo mi cuerpo contra el de Edward. El momento era increíblemente erótico, estar intercalada entre dos hombres. Dos pares de piernas enredadas con las mías, sus manos grandes mimándome y acariciándome. Edward besando mi boca, la lengua de Emmett prodigando mi hombro. . . Me perdí en el ritmo, acariciando a Edward medidos al mismo tiempo en los movimientos de Emmett contra mí.

 

La mano de Edward se movía entre mis piernas, presionando pequeños círculos sobre mi clítoris, y ya casi era demasiado. Gemí su nombre y él sonrió, mirándome de cerca.

 

— Todavía no. Córrete conmigo, nena —susurró Edward contra mi boca.

 

Mi cuerpo estalló en escalofríos mientras luchaba en retardar el orgasmo inminente que amenazaba con alcanzarme.

 

Mis caderas se movían por propia voluntad, presionando contra la mano de Edward y empujando la polla de Emmett más profundo dentro de mí. Los pulsos de placer se dispararon en mí.

 

— Más despacio. . . —Edward retiró su mano sobre mí para presionar contra la cadera de Emmett, obligándolo a que sus embestidas se desaceleraran.

 

La tensión en su expresión me dijo que Edward no estaba particularmente emocionado con tocar a otro hombre cuando ambos estaban desnudos, pero lo hizo por mí. Dado que Emmett no poseía la capacidad de leer las reacciones de mi cuerpo como Edward lo hacía, él lo dirigió, lo que garantizaba que el placer fuera puesto primero. Incluso si otro hombre me estaba follando, él se aseguraría de que se estaba haciendo correctamente.

 

Habiendo tanta atención completa de su parte me desarmó. Me vine más que nunca, enterrando la cara en el pecho de Edward y gritando. La mano de Edward se hizo cargo de mis movimientos inconexos y él se acariciaba firmemente a sí mismo hasta que sentí el semen caliente fluía sobre nuestros dedos entrelazados. Mi sexo se apretaba y Emmett empujaba en profundidad, una vez más, gimiendo sobre su propia liberación.

 

Permanecí en los brazos de Edward, apoyando mi mejilla en su pecho firme, disfrutando de la sensación de sólo ser abrazada. Sabía que era estúpido, pero en ese momento me sentí tan amada, tan protegida. Nunca quería dejar este cálido lugar. Y no tenía que hacerlo, porque Emmett regresó con paños calientes y me limpió mientras yo permanecía situada al abrigo de Edward. Y después de retirar el condón, Emmett se arrastró de vuelta a la cama con nosotros.

 

Edward levantó su cabeza de la almohada y frunció el ceño. — ¿Qué estás haciendo?

 

— Voy a dormir. Tu chica me drenó. —Emmett me lanzó una sonrisa sexy.

 

— Vete a la mierda. Quiero acurrucarme con ella.

 

— No, tu vete a la mierda Ed, es demasiado tarde.

 

— Pues. . .

 

— Edward. —Le empujé el hombro. Estaba en medio de la noche y todos estábamos un poco borrachos. ¿Realmente estaba corriendo a Emmett?—. La cama es lo suficientemente grande.

 

Él le entrecerró los ojos a Emmett. —Bien, pero quédate en tu propio maldito lado. Nadie hace cucharita con Bella excepto yo.

 

— Al diablo las monopolizadas cucharitas —murmuró Emmett.

 

— Por lo menos él no es un pedazo de polla —bromeé, sonriéndole a Emmett.

 

Emmett y yo compartimos una risa fácil. No pude dejar de notar la expresión cruda de Edward. Me pareció bastante curioso que él acabara de dejar a su amigo follarme, pero que el abrazarme al parecer estuviera cruzando la línea. Sin embargo, Edward había dicho que yo era su cura para el insomnio, así que tal vez sólo quería una buena noche de sueño. No llegué a meditar por mucho tiempo, porque después de dos hombres y tres orgasmos esta noche, mi cuerpo estaba agotado con todas las funciones no vitales. Respiros y abrazos eran gran parte de mis talentos en el momento.

 

Dormir en una cama grande entre dos hombres era otra nueva experiencia para mí. Me acurruqué en Edward, relajada y exhausta, dejándole que me abrazara.

 

 

 

________________________________________________________

 

¹¹ APA: Alcohol, Porn & Anal; manera de hacer referencia a ciertas actividades sexuales. Alcohol, Porno y Anal.

 

Y. . . . que les pareció el capítulo? Que les pareció que Edward en su necedad de querer demostrar que no le importaba compartir a Bella, termino con la cola entre las patas? Jajajaja.  Oh bien, como les dije, cuando juegas con fuego, terminas quemándote en algún momento. :D No es cierto?   ;P

 

 

 

 


jejeje se me ha olvidado el adelanto. . . :P

 

 

 

Él bajó la cabeza. —Lo  siento, debería habértelo dicho antes. No he estado con ella en meses. Desde antes de que tú y yo estuviéramos juntos.

 

Me sentí tan ingenua, tan inexperta, era demasiado para procesar en estos momentos. Él nunca había dicho que estábamos juntos en  exclusiva. . . y aun así, nunca me había imaginado algo como esto. Me sentí herida, traicionada, mi corazón se rompió en mil pedazos. Mi pobre corazón latía de manera desigual en mi pecho.

 

— ¿Cómo te atreves a meterme en esto? seducirme. . . decir que era sólo sexo. . . sabiendo todo el tiempo que Tanya es mi jefa, con la que tengo una relación difícil. ¿Alguna vez siquiera has pensado en mi carrera? Lo que Tanya me hará cuando se entere de que no te acuestas con ella porque tienes un nuevo juguete. . .

 

Él no respondió, pero sus ojos se abrieron, dándome a entender que no había considerado ese punto.

 

Estaba sentada en el borde de mi cama, mi rodilla rebotaba violentamente,  cuando varias cosas hicieron clic en su sitio a la vez.

 

De repente, todo tuvo sentido. El hecho de que sólo se había acostado con tres chicas antes que yo, era una consecuencia de su relación continúa con Tanya. No le hacía falta ir en busca de una chica. Tanya viajaba dondequiera que él iba, era una bloqueadora de pollas, por lo que no podía salir con otras chicas pero a él le daba igual ya que obtenía su ración de sexo. Dios, yo la odiaba.

 

— Edward. . . lo siento. . . no puedo hacer esto.

 

Tenía su rostro entre las manos, cuando levanto su cara, sus ojos estaban ardiendo con fuego. —Me he pasado todo el día tratando de averiguar cómo decirte esto. . . Yo no quiero a nadie más, Bella. Y después de lo que paso anoche con Emmett, no quiero volver a ver que nadie te toque de nuevo. Quiero que seas mía. Quiero una verdadera relación, sólo tú y yo. Y ahora, aparentemente, jodí todo, antes incluso de que empezáramos.

 

No discutí, sólo enrede mis manos en mi regazo, sin saber lo que sentía por su pequeña declaración. ¿Estaba simplemente diciendo todo eso porque estaba loco por Tanya?

 

— ¿Quieres que me vaya? —Su voz era suave y baja.

 

 

 

Ya llegamos a la cuspide del asunto!!

:D

Hasta mañana chicas!! Cuidense besos.

Oh, se me olvidaba ya que mañana es sabado, diganme quieren que suba tres capitulos? 

:D

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

Capítulo 19: Estás Segura? Y Tú? Capítulo 21: No Te Quiero Perder

 


 


 
14438639 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios