La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152668
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

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Capítulo 8: Un poco de Alivio...

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

 Edward POV

 

…….

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado. Hay unas frases entre comillas y en negritas que pertenecen a la película Twilight, por lo tanto son propiedad de Summit.-

 

……

 

Capitulo 8: Un poco de Alivio…

 

… Apenas llegue al departamento me estacione en mi lugar, y respire con algo de alivio, el auto de Bella seguía en su puesto, al menos no se había ido… todavía, me cachetee internamente por esa reflexión… ella no podía irse… no podía dejarme, eso nos destrozaría a ambos… DIOS… como pude ser tan imbécil, corrí hacia al ascensor, y una vez en el piso corrí hasta nuestra puerta…

 

- Bella… Bella…- la llamé mal entrar, y no encontré respuesta alguna, me di la vuelta emprendiendo camino hacia nuestra habitación, al llegar a la puerta la fui abriendo despacio, sintiendo un escalofrío recorrer mi columna, y recordando todos los ruidos que de ella salían la noche anterior… la escena me dejo sin palabras, hundido en un profundo dolor, puesto que ya no era solo mi desesperación por ser  lo malditamente imbécil para joder lo mejor que tenía en mi vida, sino porque aquí en medio de este cuarto en el que hemos vivido tantas cosas maravillosas, en medio de cada pedazo de vidrio, en medio de cada portarretrato, cada vaso, cada adorno, cada espejo roto, estaba plagado el intenso dolor de mi princesa… caminando me tope con algo a mis pies, y al levantar los retazos del precioso vestido azul que mi ángel traía ayer, se deslizaban entre mis dedos, estaba completamente hecho pedazos… El baño de nuestra habitación no se encontraba en mejores condiciones, y emprendiendo el camino de regreso fije mi vista en algo que arrancó un jadeo y me lleno de preocupación… había sangre… sangre regada por toda la habitación…

 

Dios… donde estaba mi princesa, que le había pasado… empecé a dar vueltas por todo el departamento desesperado, por no saber donde estaba mi Bella… sin saber si estaba bien, donde había pasado la noche… DIOS … que había hecho, jodí todo… tomé nuevamente el teléfono e intente llamarla de nuevo, y el resultado fue el mismo de las últimas llamadas, salto directamente al contestador y ni siquiera pude dejarle un mensaje ya que le había dejado el buzón lleno… de pronto escuche que llegaba el ascensor y voces en el pasillo… mi princesa llegaba junto con el imbécil de Riley. Tras escuchar la llaves en  el cerrojo de la puerta, mi ángel entró en el departamento, y mi corazón se apretó como nunca, al menos hasta ese día en mi pecho, ante la imagen de dolor y desolación de mi hermosa princesa, tenía los ojos hinchados por las lágrimas, con profundas ojeras y con una tristeza infinita opacando sus preciosos ojos, enlodando ese chocolate profundo que tanto amaba…

 

- Bella…- intente acercarme, pero no me lo permitió.-

 

- Que haces aquí Edward… ayer te pedí que te fueras.- una lágrima silenciosa corría por su mejilla, me moría por acercarme a ella, intentar borrar su dolor, secar sus lágrimas con mis besos, pedirle perdón, ofrecerle una disculpa… cualquier cosa… pero esta distancia de cinco pasos me estaba matando. Suspiro y siguió hablando todo lo claro que pudo.- y pensé que las 93 llamadas que no te he atendido y los no se cuantos mensajes de texto que no te respondí, te habían dejado claro que no quería hablar contigo… por lo menos no a hora… no todavía.- me dijo, intente acercarme de nuevo.-

 

- Amor por favor… yo sé.- se me quedaron trabadas las palabras… sinceramente estaba completamente claro que no tenía perdón ni excusas por lo de ayer.-

 

- No Edward… no.- me dijo.- Cómo esta Jane?.- me preguntó, mitad preocupación legítima por mi hija, mitad necesidad intensa de desviar momentáneamente el tema.-

 

- No muy bien del todo.- admití.-

 

- Entonces que haces aquí?.- me pregunto con una dureza y una frialdad en que no le había visto nunca.-

 

- Cielo como me preguntas eso… yo estaba preocupado por ti, yo necesitaba verte, necesito… no necesitamos encontrar la manera de solucionar esto…- le dije intentando poner mi alma en cada palabra.- Yo sé que lo jodí, que fui un imbécil, tienes razón no puedo recompensarte lo que paso anoche… pero … necesitamos… necesito encontrar la manera de que arreglemos esto mi amor… yo no puedo… no puedo estar así contigo, necesito estar cerca de ti.- hice una pausa inspirando e intentando acercarme, y ella colocó sus manos en mi pecho intentando que no me acercará a ella, y un siseo de dolor hizo que me concentrará en la venda de su mano…- Dios princesa que te paso.- le dije tomando su mano con cariño. Recordé los vidrios del cuarto, y la sangre…  y por un momento sentí pánico de que ella hubiese atentando… no… no ella no pudo… no, me dije, ella pareció entender mi expresión, y con brusquedad saco su mano de la mía, aunque obviamente eso le produjo un intenso dolor en la herida… a ella… a mi en el alma, no quería que se apartará así de mi.-

 

- Claro que no Edward… no seas imbécil.- me dijo.- no te lo mereces.- me dijo con toda la rabia y el dolor que sentía resonando en su voz.- me corte intentando recoger los vidrios… sabes como me pone la sangre.- claro que lo sabía… había pocas cosas que mi ángel odiara más que la sangre, las agujas y los hospitales… y ahora parece que a mi… dije mientras mi corazón se encogía de dolor.-

 

- Dios cariño estas bien?.- nuevamente no me dejo acercarme.- Cielo no me apartes así de ti… por favor.- ella solo se encogió de hombros y se dio la vuelta, hablando como si mi última petición  no hubiese ocurrido.-

 

- Le pedí a Riley que me llevara al hospital, me revisaron la herida… me quitaron los vidrios y me cocieron la mano, la herida es bastante profunda a decir verdad.- me dijo con su voz cada vez más baja.-

 

- Riley… RILEY…. Demonios Bella, porque no me llamaste?.- pregunté con dolor, porque había acudido a él y no a mí.-

 

- Edward estabas atendiendo a TU HIJA que estaba o esta enferma.- me dijo, me acerque a ella, haciéndola girar para que quedara frente a mí.-

 

- Bella… princesa… mi hija es inmensamente importante para mi…- me interrumpió sin dejarme terminar.-

 

- Eso quedo perfectamente claro anoche.- me replico.-

 

- Cielo… cielo, escúchame, por favor.- le rogué.- no voy a renegar de mi hija, no voy a negar que ella es importante para mi.- le dije mientras Bella miraba al suelo, tome, su barbilla con mi mano, para hacerle levantar la barbilla y que fijara en mi sus bellos y tristes ojitos.- Mi hija tiene parte de mi corazón, pero el resto de mi corazón, mi vida y mi alma, te pertenecen a ti mi amor. Porque no me llamaste princesa?.- le dije, en un susurro, que parecía más un ruego que una pregunta.-

 

- Edward por Dios.- se rió sarcásticamente y se apartó de mi lado… de nuevo.- Que querías… que llamará al celular, el cual ni podrías atender porque estabas con tu hija enferma y tu esposa a tu lado.- me recriminó.- o mejor aún… querías que llamará a tu casa y le dijera a tu esposa… “Hey Heidi… que tal has estado?... le puedes decir por favor a Edward que venga a NUESTRO departamento para que me lleve al Hospital… sabes es que tu marido es mi amante, y se suponía que hoy la pasaríamos juntos porque es nuestro segundo aniversario, pero como me dejo tirada, después de que se la paso de lo mejor en mi cama, me dio un ataque de histeria, estoy herida y necesito que me lleve a que me curen”…-me dijo con ironía.-

 

- Bella… esto no es necesario… no nos hagamos más daño.- le dije, pero sin medir la dimensión de mis palabras.-

 

- Eso mismo he pensado yo toda la noche Ed.- me dijo y su rostro se torno pálido, me asustó lo que vendría después.-

 

- Bella… que pensaste… que quieres decir.- temiéndome lo peor.-

 

- Ed… Edward… ya no puedo, ya no podemos seguir con esto.- me dijo mientras las lágrimas comenzaban a brotar por sus ojos y por los míos.-

 

- No princesa… no se te ocurra, decir eso… por favor… por favor… no.- le dije… no le suplique. Ella se acercó a mi y tomó mi rostro entre sus manos, por primera vez fue ella, la que limpió mis lágrimas con sus dedos y con sus labios con un infinita ternura.-

 

- Edward entiéndelo… ya hemos jugado con nuestra suerte demasiado tiempo, no podemos seguir con esto… ya lo decidí… me voy… me voy a ir, porque sé que si me quedo no voy a poder mantenerme firme en mi decisión… - me dijo.- Te amo Edward… pero me voy...

 

- NO NO NO …. No puedes hacerme esto.- le dije.- NO PUEDES IRTE Y PRETENDER QUE ESTO NUNCA PASO…- le grite desesperado, no podía perderla, no podía.- ACASO ES MENTIRA QUE ME AMAS… como puede decir que me amas e irte así.

 

- COMO PUEDO… QUE COMO PUEDO HACERLO… POR DIOS EDWARD ESCUCHATE… YO TE AMO… TE HE DADO TODO DE MI… PERO ESTE AMOR NO ES SUFICIENTE… YA NO… NO VES QUE ME CANSE… ME CANSE DE ESTAR EN LA SOMBRA… ME CANSE DE LAS MIGAJAS DE TIEMPO QUE ME DAS… ME CANSE DE  COMPARTIRTE… ME CANSE DE SER LA AMANTE… MALDITA SEA EDWARD, ACASO NO VES QUE ME CANSE DE SER LA OTRA.- me gritó todo el dolor que tenía por dentro.-

 

- Bella yo te amo… amor te prometo…-

 

- No me prometas nada Edward…- me dijo.- Ha llegado la hora que cada quien tome su camino… Espero que al menos Jane pueda ser feliz… yo… yo ya no voy a ser un impedimento para ella. Yo ya no voy a robarle su tiempo contigo.- me dijo.-

 

- No cielo… no digas eso, por Dios.- le decía entre lágrimas, estaba acercándome a ella cuando sonó mi teléfono… Maldición... en el identificador de llamadas vi que era Heidi quien me llamaba… Miré a mi princesa con una mirada de disculpa, ella solo negó con la cabeza y ser acercó a la puerta apoyándose en la pared, recostando hacia atrás la cabeza y cerrando sus ojos… se notaba que ya la situación la sobrepasaba. – Que demonios quieres Heidi?.- fui demasiado rudo aún sin querer.-

 

- Que quiero… como que quiero Edward… tu hija esta enferma y tu te desapareces, te llamé a la oficina y no estabas… donde demonios estas?.- me replicó.-

 

- No es problema tuyo.- le respondí.- para que jodida mierda me llamas.- le dije pagando con ella mi rabia y mi frustración.-

 

- Jane esta con fiebre de nuevo.- me dijo y me tensé.-

 

- Le diste la medicina.- le pregunte.-

 

- Claro que se la dí, Edward, no soy idiota… pero aún así no se le baja.- me dijo.- llame a Emmett me dijo que ya venía para acá a verla, pero lo más seguro sería que iría a Hospitalizarla.- me soltó.-

 

- Hospitalizarla?.- solté entre un jadeo de dolor y de sorpresa. Me fije que de pronto mi princesa abrió los ojos y en ella la expresión de dolor se había sustituido momentáneamente por una expresión de resolución absoluta, que lejos de tranquilizarme me aterraba.-  

 

- Vas a venir?.- me preguntó, miré a mi princesa… no sabía que demonios hacer…-

 

- Claro.- colgué el teléfono y baje un momento mi mirada al suelo, sopesando que hacer, al levantar la vista vi que mi princesa me miraba, con la puerta abierta para mi.-

 

- No lo pienses más Edward… Vete.- me dijo haciendo una seña hacia la puerta.- Tu hija te necesita.- me dijo. Me acerque a ella, esperando con todo mi ser que no me rechazase, una vez cerca de ella, acortó el espacio que nos separaba y me besó, me besó como nunca lo había hecho antes… su beso estaba cargado de inmensas emociones y de algo más que no pude identificar, cuando la necesidad de aire se hizo imperiosa, nos separamos, apoyo su frente contra la mía.- Te amo… te he amado desde siempre, y te amaré toda la vida, no lo olvides.- me dijo y de pronto identifique aquello que no había podido ver de su beso, se estaba despidiendo.-

 

- Te amo.- la bese de nuevo.- Princesa, te ruego que no tomes ninguna decisión hasta que no hablemos, vendré luego que Emmett controle la fiebre de Jane, vendré hoy lo prometo… pero no tomes ninguna decisión.- no me paso desapercibido que no me dijo nada… cuando intente arrancarle una promesa solo me beso de nuevo.-

 

- Vete Edward.- Me dijo.- Te amo.

 

Salí del departamento con la sensación de que una gran parte de mi estaba quedando profundamente herida  y que a partir de ese mismo instante mi vida yo no sería la misma… yo no sería el mismo. Llegué a mi casa… más bien a la casa de Heidi y de mi hija, y me encontré a la pequeña ardiendo en fiebre… llame a mi hermano, que me dijo que ya venía pero que se le había complicado algo en el hospital… sin embargo sentía que algo andaba mal, porque si Emmett estaba atendiendo una emergencia en el hospital, porque podía escuchar claramente a Valerie y Kellan peleando en algún lugar no muy lejos de él… estaba pensando en ello cuando el llanto lastimero de mi pequeña me apartó de mis pensamientos… hice todo lo que se me ocurrió, deje a la pequeña solo con el pañal, la bañe por largo tiempo en agua tibia, le puse compresas en la frente y el cuerpo, pero la fiebre no aminoraba y Emmett tampoco  llegaba. Tomé el teléfono para llamar nuevamente a mi hermano, me fije que tenía un par de llamadas perdidas de mi princesa… automáticamente mi corazón comenzó en una carrera desbocada contra mi pecho, mi princesa nunca nunca me llamaba cuando estaba en casa con Heidi y Jane, me di cuenta que tenía un par de  mensajes de voz, acunando suavemente a Jane entre mis brazo, y colocando el teléfono entre mi oído y mi hombro decidí escuchar los mensajes:

 

“ Ed…- por su tono sabía que estaba llorando.- Ed… se supone que no debería hacer esto… que ya todo estaba decidido… pero aún así, se que me amas, y  se que nunca dejare de amarte, y por más harta que este del tipo de relación que llevamos, no puedo dejar de hacer esto, sin al menor intentarlo un última vez….” – se cortó el mensaje… Maldita sea maldita sea… que no sea lo que estoy pensando… Me apresuré a escuchar el segundo mensaje…

 

“Amor ya te lo había dicho… me voy… mi vuelo sale en una hora, voy a esperar al final para abordar, quiero verte por ultima vez… aunque corra el riesgo de que me hagas reconsiderar mi decisión… Te amo”… - sin mas se cortó el mensaje. Sabía que mi ángel me estaba dando una ultima oportunidad, la conocía y sabía que no me lo diría de forma directa, pero estaba regalándome una ultima oportunidad… mire el teléfono, la llamada fue hace diez  minutos, Heidi se había largado no sé a donde, apenas llegará Emmett saldría hacia el aeropuerto… media hora después al fin llegó Emmett, después de una discusión con él, porque según mi hermano, yo no era más que  un maldito irresponsable que dejaba que su bragueta manejará su vida y todas esas pendejadas moralistas, salí como alma que lleva el diablo hacia el aeropuerto… cuando a la carrera llegue a la sala de embarque y ví como mi hermanita y Jasper me lanzaban un mirada de reproche, mientras ambos lloraban desconsolados supe que mi vida había terminado, mi corazón quedó parcialmente muerto en ese momento y la peor época de mi vida, a penas estaba por empezar… lo último que recuerdo de ese día es la voz de Riley…

 

- Bravo Cullen, lo lograste, destrozaste a Bella.- me dijo, para luego añadir.- y a pesar de todo te ama tanto, que por no traicionarte  no permitió que recogiéramos los pedazos que dejaste de ella.- me dijo y se fue. No sé como llegue allí pero luego me percate que mi cuñado y mi hermana intentaban recogerme del suelo, haciéndome regresar a casa con mi pequeña Jane, quien luego de la visita de media hora de mi hermano se curó milagrosamente de una  fiebre que no se repitió. Mi hija estaba sana, pero mi princesa y yo estábamos completamente destrozados…

 

Ese era uno de los peores recuerdos que tenía en mi vida, ese era uno de los que no dejaba que vinieran a mi muy a menudo porque cada vez que lo hacía dejaba con él un nuevo pedazo de mi alma, y si quería encontrar a mi princesa, si quería encontrar a mis hijos, si tenía esperanzas de tener una vida junto a mi familia, a mi amor y a mis pequeños, no podía dejar que mi alma se perdiera por completo… tengo que dejar parte de ella, para poder vivir cuando los encuentre. Me levanté del piano y fui al revisar el correo, quería saber si mi ángel me había respondido… y si… ahí estaba su correo… había un archivo adjunto, serían las fotos… estoy demasiado emocionado ante la perspectiva de que sean las fotos….

 

Hola Cielo…

 

Ya estamos en casa, y todo está más o menos bien, solo que tu hijo está un poco irritable, por no poder moverse a su gusto… siempre ha sido un niño demasiado inquieto e independiente y verse limitado por el yeso no le gusta nada de nada…

 

Lizzie esta bien no debes preocuparte. Y Ed ha estado tan de mal humor que ha decidido dormirse como un oso enfurruñado en estado de hibernación y no ha querido salir de la cama…

 

Gracias amor, gracias a todos por acompañar a mi pequeña, me sacaste varias lágrimas con lo que me comentaste de Jane… la verdad yo también quiero que nuestro sueño de ser una familia, con nuestros hijos y con Jane pueda cumplirse algún día… pero dame tiempo… por favor.

 

Me emocione mucho con los regalos que le llevaron a nuestra mariposita, y debo confesarte algo… supongo que lo habrás dado por perdido… pero yo tengo tu medalla con el blasón de los Cullen, por su puesto no el de la pulsera de cuero que nunca te quitas … jejejeje … sino la que llevabas guardada en la billetera, la encontré en el departamento  una  de las veces que he estado en Chicago, y simplemente no pude dejarla allí … aunque no la tengo yo precisamente… la tiene Elizabeth quien fue la que la encontró en verdad, y cuando supo que era de su papá, no hay poder humano que la aparte de ella. Espero que no te moleste.

 

En cuanto a los Denali… ellos saben la historia, solo que no saben que Marie está en Chicago… Tengo que dejarte cariño, pero espero que te guste la sorpresa… no son las fotos que te prometí… no he tenido tiempo de seleccionar las que quiero enviarte aún… pero estoy segura que esto te emocionará tanto o más… ella insistió demasiado en cuanto supo que te estaba escribiendo por correo, y  no dejo de pedírmelo, y ya comprobarás por ti mismo lo difícil que resulta negarle algo.

 

A pesar de todo y de todos… Te Amo Ed…

Dame tiempo…

 

Siempre tuya…

Bella

 

Apenas terminé de leer el correo, saque mi billetera del bolsillo posterior de mi jean y rebusque por todos lados, en efecto no estaba mi medalla, pero como podía molestarme que ella la tuviera, como podía molestarme que mi gatita conservará mi medalla, una sonrisa se formó en mi rostro… y si mi gatita fue quien encontró la medalla, quiere decir que mi princesa no ha sido la única que  había regresado a la ciudad, sino que mis pequeños también habían estado aquí. 

 

Decidí salir de mi estupor y ver el archivo que me había mandado mi princesa adjunto al correo… y me sorprendí… era un video… un video. Con mis manos temblorosas, abrí el archivo esperando impaciente a que se cargara… mientras el video se cargaba… asome la cabeza por la puerta de mi estudio… Mi intención era llamar a Alice, pero suponía que ya se había marchado a su casa… pensé en llamar a mi papá pero seguramente mi madre lo seguiría y no quería compartir esto con ella. Así que me senté, encendí las cornetas y le di play al video…

 

En ese momento una imagen apareció en la pantalla, e inmediatamente le puse el pause del video, para poder embriagarme de lo que veía… era una pequeña niña… sumamente hermosa. Con un largo y lindo cabello castaño, con rizos en las puntas… no tenía que verlo, para estar seguro de que al sol, se le verían esos reflejos rojizos que tanto amaba en el cabello de su madre, tenía su mismo cabello, y su linda naricita respingona, en todo lo demás se parecía a mi… solo sus ojos eran una mezcla de los de mi princesa y los míos… eran de un verde intenso, y de una profundidad asombrosa, parecía que podías verte a través de ellos, y que si miraras el mundo a través de sus ojos, tendrías un mundo más hermoso y maravilloso… Dios que hermosa es mi gatita… mi ángel tenía razón, solo bastaba una mirada de sus ojitos y quedabas prendando de ella para siempre.

 

De pronto y como si lo hubiese llamado, mi padre me saco de mis pensamientos.

 

- Hijo tu madre me pidió que te llamara  para que fueras a comer.- me dijo.-

 

- Ya voy papá.- le dije sin separar mi vista de la computadora.-

 

- Que ves allí Edward?.- me pregunto, levanté el rostro y le regale una sonrisa a mi padre haciéndole un gesto con la mano para que se acercará.-

 

- Es un video que me envío Bella.- le dije mientras veía la sonrisa que se formó en su rostro al ver a mi princesita. Acerco sus dedos a la pantalla y la acarició suavemente.-

 

- Es hermosa hijo.- me dijo con devoción. Sip… solo una mirada y quedabas absolutamente prendado de ella.- Que más tiene el video?.- pregunto visiblemente emocionado.

 

- No lo sé.- mi padre me miró curioso e interrogante.- la verdad es que cuando vi la imagen lo detuve para ver bien a mi gatita.- mi padre rio de mi “lógica”.

 

- Pues dale play, que esperas.- se detuvo de pronto.- al menos que quieras verlo solo.-

 

- No papá… la verdad es que pensé en llamarte pero no quería que vinieras con…

 

- Ya Edward… no pienses en eso, dale play de una vez… - y así lo hice

 

Nuevamente en la pantalla empezó a removerse intranquila mi gatita, de pronto fijo su vista en un punto, supongo en Bella que se encontraba frente a ella.

 

- Que le digo?.- le preguntó con su pequeña vocesita, era tan tierna, y allí sus mejillas se colorearon con un hermoso sonrojo… en eso se parecía a su mami… sonreí al recordar cuanto amaba los sonrojos de mi princesa.

 

- No lo sé Lizzie.- le dijo mi ángel, todo mi cuerpo se tensó en anticipación… cinco años habían pasado desde que escuche su hermosa voz… Dios como lo extrañaba todo de ella.- Fue tu idea pequeña, fuiste tu quien insistió en enviarle un video a tu padre.- Le dijo con paciencia y ternura.-

 

­- De acuerdo.- suspiro, estiro las arrugas imaginarias de su lindo vestido, se mordió el labio… otro de los gestos de mi Bella… Dios… como podrá ser más perfecta esta niña.-  Bien… Edward… .- frunció el ceño… suspiro de nuevo y volvió esos hermosos ojos a la cámara que brillaban con una emoción inmensa.- Papito…- Y ahí fueron mis ojos los que no solo se llenaron de emoción sino de lágrimas de alegría, sentí a mi padre presionando mi hombro en señal de apoyo.- Papito, quiero que sepas que aunque no nos conocemos yo se muchas cosas de ti… mi mami… mi mami siempre nos cuenta todo sobre ti, y la verdad es que tengo muchas muchas ganas de conocerte… también quiero conocer a mi hermanita Jane… es divertido pensar que mi hermana mayor es una niña… porque Ed, resulta un fastidio de hermano mayor.- se cubrió la boca con sus dos pequeñas manos mientras reía.- … y además que podamos estar todos juntos… Todas las navidades pido de regalo poder conocerte y estar todos juntos… mami me dijo que en navidad no me puede dar santa ese regalo, porque Ed no puede viajar… así que este año lo voy a intentar con Reyes… quizás tenga más suerte… - Se quedó callada unos segundos…. Mientras yo secaba mis lágrimas.- No creas que Ed no quiere conocerte, el no sabe nada del video… yo quise decirle pero esta de tan de mal humor por que no se puede montar en todo lo que encuentra que se la pasa durmiendo.- Se encogió de hombros quitándole hierro al asunto, estaba sorprendido por la perfecta dicción y el perfecto inglés de mi pequeña, era solo una niña de 5 años, y parecía mucho mayor por su forma de hablar, mi princesita no solo era hermosa y tierna, seguramente era muy muy inteligente, me sentí enormemente orgulloso de ella .-

 

- Gatita… no te queda mucho tiempo de video.- le dijo mi ángel, y yo la verdad no quería que se acabará.-

 

- De acuerdo mamita…- se giro de nuevo a la cámara.- Papi, quiero que veas esto.- acerco sus dedos a su cuello, y sacó una delicada cadenita de dentro de su vestido y me mostró la medallita con el blasón de los Cullen.- mira, esto lo encontré una de las veces que fuimos a visitar a mi hermanita Marie, mami me dijo que es tuyo, espero que no te moleste que lo tenga, pero siempre lo guardo aquí al lado de mi corazoncito, y me agarro a él cuando algo me asusta mucho… o cuando tengo pesadillas… o cuando estoy triste. Espero conocerte pronto, y que seas tu quien cure mis sueños y mis tristezas… y me defiendas de las bromas de Ed.- una pequeña lágrima rodó su mejilla e inmediatamente me sentí destrozado por no poder consolar a mi gatita.- Te quiero… Te amo mucho papito.- dijo mientras lloraba y yo con ella, por suerte la cámara salió de foco y logre ver a mi princesa consolar a nuestra pequeña.-

 

- No llores cielito.- le decía.- tu papi también te ama mucho mi gatita, pronto estarán juntos, te lo prometo.- en ese momento se término la grabación.

 

Estaba feliz, feliz, vi a mi ángel y también vi a mi pequeña, todavía no había visto una imagen de mi hijo, pero había visto a mi pequeñita, a mi princesita, a mi dulce gatita, mi pequeña me había dicho que me amaba y mi princesa le prometió que pronto estaríamos juntos… que más podía pedir.

 

- Hijo estas bien?.- preguntó de nuevo mi padre.-

 

- Mejor que nunca papá.- le respondí.-

 

- Es hermosa y muy tierna, es una pequeña muy especial.- me dijo orgulloso de su nieta.-

 

- Lo sé papá.- me dijo.-

 

- Vas a venir a comer?.- me pregunto.-

 

- Mas tarde voy por algo a la cocina.- le dije. Me acerque al piano. Algo en él me llamaba… y así pensando en  la imagen de mi gatita, en su dulzura, en lo tierna y hermosa que era… una melodía comenzó a formarse a mi mente, era otra nana… una nana cargada de ternura, busque mi libro de música y empecé a pasar las notas, no podría dejar escapar la primera melodía que componía en todos estos años… la nana de mi gatita.

 

Y allí entre las dulces notas dulces de la nana de mi gatita otro recuerdo me asalto…

 

Estábamos en el departamento de Tanya y Félix… solo con ellos, con Jasper, Alice y Rose podíamos ser nosotros mismos, podemos ser nosotros de verdad, amándonos, dándonos muestras de cariño sin escondernos, sin que nos juzguen, sin que nos condenen…. Félix y Tanya se había casado hacía unos pocos meses y está era nuestra primera visita después de oficiliazada la unión…

 

- Y han pensando en tener hijos.- pregunto mi ángel, intentando sonar alegre, sin embargo yo sabía el dolor que le producía ese tema, aunque solo lo habíamos tocado en una ocasión en la que yo le dije que quería tener un hijo nuestro y ella se había negado rotundamente, diciendo, aunque un hijo nuestro era lo que más deseaba, no iba a someterlo a tener que vivir en la sombra como lo hacía ella, y yo me había quedado sin argumentos, porque sabía que separarme de Heidi era perder a Jane.

 

- La verdad es que si.- le dijo alegremente Tanya.-

 

- Vaya que bien.- le dije, pero la verdad no sabía que decirles.-

 

- Pero el día que eso suceda tendrán que ir a Italia a visitar a nuestro retoño.- dijo alegremente Félix.-  

 

- Y eso el gran Señor Volturi quiere un hijo Italiano como  él.- le dije en tono de burla.-

 

- Noooo…. Nada de eso, solo que tengo una casa en Volterra, y siempre he creído que Volterra es un lugar maravilloso para criar niños.- me dijo.-

 

- Claro que no… hay otro más maravilloso.- le replico mi princesa.-

 

- Te metes en problemas prima, acaso no sabes como es mi marido con eso de Volterra.- le dijo Tanya, provocando la melodiosa y angelical risa de mi Bella.-

 

- No me meto en problemas.- le dijo Bella entre risas.- solo digo que Montepulciano es un mejor lugar para eso.- le replicó.-

 

- Montepulciano?.- pregunto Félix con curiosidad.- Conoces Montepulciano?.-

 

- Por supuesto, los Swan tenemos un viñedo en Montepulciano, pasamos allí todos los veranos antes de la muerte de mis padres.- dijo con dejo de tristeza.- no regresé desde los 12 años, pero estoy pensando en regresar.- dijo regalándome una mirada triste, yo me acerque a besar su mejilla.-

 

- Deberíamos ir juntos.- susurre en oído, dándole un tierno beso.-  Conoces Montepulciano?.- le pregunte a Félix.-

 

- Si, queda a unos 70 Km. De Volterra, en la Provincia del Siena, forma parte de la hermosa Toscana, y resulta bastante conveniente poder visitarla por su cercanía a Florencia.- me explicó.-

 

De pronto desperté de mi ensoñación … Montepulciano… Montepulciano, algo me decía que era ahí donde se encontraban mi ángel y mis pequeños…. Fui a mi computadora y busque toda la información que pude sobre Montepulciano… si el plan de mis hermanos no funcionaba, a mediados de Enero viajaría a Montepulciano… Por mi me iría ahora mismo, pero no podía presionar a mi princesa… tenía que darle tiempo para que encontrara el camino a casa, un poco de paciencia es lo menos que le debía… Fui a buscar el libro de mi princesa y en vez de comenzar a leer donde me había quedado, empecé a buscar y rebuscar cualquier referencia que me diera una certeza de que mi princesa estuviese en Montepulciano.  Después de mucho darle vueltas encontré lo que buscaba…

 

Había pasado un mes desde que estaba en Londres, todavía no sé a donde me a irme en los próximos días, a juzgar por el incesante número de correos que recibo a diario de Robert, se que no puedo quedarme muchos más tiempo.., Todos los días me manda montones de correos, creo que uno cada hora, y me parte el alma no leerlos… se que si los leo, voy a terminar sucumbiendo ante la necesidad del amor que sentimos el uno por el otro… se que tengo que dejar Londres, por mucho que ame esta ciudad, sé que apenas Emely haga una incursión en uno de sus famosos viajes de spa con su mejor amiga, el aprovecharía la oportunidad para venir a buscarme, y no me podía permitir verlo, si lo veía iba a dejarme arrastrar de vuelta a esa relación que solo nos hacía daño, un profundo daño a Rob, a mi … pero sobre todo a la niña… Aunque todavía me quedaba un poco de tiempo, se que Emely sabía de la relación clandestina que teníamos Robert y yo, y no nos permitiría ser felices juntos… de hecho me lo juro una vez… Me juro que si ella no era feliz con la persona que quería, yo tampoco lo sería con quiera que fuera que yo escogiera amar… aunque podría jurar que  ya en ese entonces ella sabía perfectamente que era a Rob a quien amaba y a quien amaría con locura.

 

Podría incluso apostar que si en este momento yo regresara a Chicago perdidamente enamorada de otro hombre, ella no dudaría en dejar a Rob para buscar separarme de esta otra persona … con la única intención de hacerme sufrir…. Pensándolo bien, debí haber puesto en práctica ese plan desde un principio… Dios tengo que dejar de divagar, y darle vueltas al asunto, no hago más que prologar mi sufrimiento; como si eso no fuera suficiente tengo días sintiéndome mal… desde que llegue no he hecho otra cosa que dormir, llorar y vomitar … en un principio pensé que era depresión, pero … no lo sé ya no estoy segura, estoy sumamente preocupada… de hecho ahora mismo mientras pensaba todas estas locuras, me encontraba en la sala de espera de una consulta, acompañada por mi queridísimo Alex, mi querido amigo, el hombro en el que lloro todas las noches y el que me obliga a levantarme, a comer… a vivir… esta media vida que vivo sin Rob… sin mi amor…, pero sea como sea tengo que averiguar que me sucede, porque morir de amor si que no es una solución…

 

En ese momento y a pesar de mi celos, hice nota mental para agradecerle a “Alex”… mas bien a Paul… todo lo que había hecho por mi princesa…

 

- Srta. Stewart.- Me llamó de pronto la enfermera.- Puede pasar. Entre a consulta con el doctor que me hizo un montón de preguntas, empezando por mis síntomas, apenas le comente lo del llanto, el insomnio, los vómitos y las nauseas, salto a la pregunta obvia en la que yo no había prestado atención… cual podría ser… cuando había sido mi último período… no había terminado de formularla cuando yo me había dado cuenta de la situación … Estaba Embarazada… iba a tener un hijo, fruto del amor que le guardo al hombre más maravilloso del mundo, de otra sí, pero no le quita lo maravilloso… Dios que pendejamente enamorada estoy de ese hombre… Pero como era posible… yo tomaba anticonceptivos… y si lo anticonceptivos dañaron a mi bebé… de pronto una angustia sin precedentes embargo mi espíritu de solo pensar en la posibilidad de perder a mi bebé… a nuestro bebe… ese pedacito de Robert y Mío que crecía dentro de mí. Evidentemente mientras yo perdía el tiempo pensando en todas las implicaciones y las emociones que en mí suponían este bebé que me uniría a mi amor para siempre, el doctor había ordenado los exámenes de rutina, y tan distraída estaba… que a mí que me aterran la sangre y las agujas, que no podía de forma alguna ver una delante de mí, me había tomado las muestras y ni cuenta me había dado, de hecho estábamos de nuevo en la sala de espera y yo solo pensaba en lo perfecto que sería mi bebé… con los ojos de Rob, con su sonrisa, con su voz, con ese cabello rebelde y único… con sus talentos…. Aun cuando estaba segura que Robert preferiría una princesita… yo quería que mi hijo fuera un niño, lo llamaría como el Robert Thomas, como su padre... Dios… y ahora que haría… le decía a Robert?... El se merecía saberlo… es su hijo… pero yo no quiero que mi bebé viva a la sombra, yo no quiero que mi bebé tenga que salir y encontrarse en las reuniones familiares a su papá con su otra familia, y ni siquiera poderlo llamar papá frente a los demás o acercarse a el… no quería que mi bebé solo pudiera gozar del amor de su padre dentro de las cuatro paredes de un apartamento o en compañía de pocos amigos, y no hacerlo siempre… como lo hacía Dakota, no quería que mi pequeño no pudiera tratar con su hermana mayor, ni que sufriera el desprecio de su Abuela, ni de su tío…

 

Que iba a hacer… porque estoy segura que en cuanto supiera la noticia mi Robert no solo saltaría de felicidad y se alegraría tanto como yo, el era el que de nosotros dos más insistía por tener un hijo nuestro… yo siempre me había negado… pero también podía asegurar que en cuanto lo supiera no iba a dejar de insistirme en que regresará a Chicago, y no podía regresar con mi hijo a una relación y con las mismas condiciones en las que estábamos antes… al menos ya sabía a donde iba a ir por lo pronto, lo de cuando y como decírselo a Robert… lo vería después… claro el doc tenía que confirmarme la noticia primero, pero por lo pronto, la próxima semana me iría a un piso que había pertenecido a mi madre en París, y regresaría a Londres por tren todas las veces que hiciese falta para los controles prenatales, porque si de algo estaba segura es que quería que mi bebé naciera en Londres… una vez que mi bebe naciera iba a ir a vivir a Montepulciano… sip… como una vez se lo hablamos con mi prima Anna y su esposo Daniel… era el mejor lugar que se me ocurría para criar a un niño… por supuesto que si pudiera sumar a Rob a la ecuación sería perfecto… pero sé que eso no podría ser…

 

Montepulciano… si mi Bella y mis bebés están en Montepulciano, ya podía estar seguro de eso… ni siquiera tenía que visitar a los Denali, porque podría apostar a que Tanya y Félix y quizás su hijo, hija o hijos… que se yo … se encontraban en Volterra, y solían visitarse los unos a los otros en algún momento… ya había visto lo que me interesaba, pero no podía separarme de la escena que me relataba el libro de mi princesa, puesto que es uno de los momentos que siempre he querido vivir por ella y me lo perdí por idiota…

 

- Kris.- Sentía que Alex me zarandeaba un poco.-

 

- Lex que fastidio… - le reclamé por sacarme de mi ensoñación.- que quieres.-

 

- Te llaman es hora de pasar.- se rió de mí mi amigo.-

 

- Uppss… no me di cuenta.- le dije tal cual niña pequeña.-

 

- Uppss.. ya me di cuenta.- dijo y soltó una carcajada que se gano la mirada reprobatoria de todos los presente.-

 

- Pase señorita Stewart.- me indicó el doctor.- siéntese.- señalo de nuevo la silla frente a él,  abriendo un sobre que le había sido entregado por la enfermera, y tras darle un breve vistazo, agrego.- tal y como lo sospechaba, esta usted embarazada, tiene alrededor de unas ocho o nueve semanas, de resto se encuentra perfectamente.- me dijo mientras yo estaba asombrada.-

 

- Doctor como es posible eso si tengo muchísimo tiempo tomando píldoras anticonceptivas.- le pregunté.-

 

- Bueno, ningún método anticonceptivo es 100% seguro, y existen causas que alteran la efectividad de la píldora, como el caso de los antibióticos y antigripales.- recordé precisamente que poco antes de salir de Chicago, y una de esas semanas particularmente intensas para Robert y para mi en el ámbito sexual, estaba saliendo de un fuerte resfriado, y no habíamos salidos prácticamente de la cama.-

 

- Y el que estuviese tomando la píldora no es peligroso para mi bebe.- dije al tiempo que colocaba la mano sobre mi vientre de forma protectora, queriendo proteger a mi bebé de cualquier cosa que pudiera dañarle.-

 

- Bien, no debe existir mayor riesgo para su hijo.- me dijo el doctor de forma tranquilizante.- ya ha dejado de tomar la píldora?.-

 

- Si… hace como un mes deje de tomarla.- para que la iba a tomar si Rob estaba en Chicago…yo en Londres… no tenía mucho sentido, además estaba planeando dejar la ciudad pronto para que no me encontrará, al menos mientras decidía que hacer.-

 

- Entonces no debe preocuparse, en los primeros días de gestación, existe una especie de ventana o tiempo, en el que ese tipo de cosas difícilmente pueden dañar al bebe.- me explicó.- pero para que estemos más tranquilos podemos hacerle una ecografía, y veremos como esta su bebé.- salimos del consultorio a una sala adjunta donde en una camilla, y con el aparato de ecos, pude escuchar el sonido más maravilloso y tranquilizante del mundo, después de los látidos del corazón de mi Rob… y eran los látidos del corazón de mi bebe… de nuestro bebé… Alex estaba junto conmigo completamente emocionado.-

 

- Que emoción Kris… voy a conocer a mi ahijado.- me decía.-

 

- Estas seguro que será tu ahijado.- le pregunte.-

 

- Tan seguro, como lo estoy de que si es varón lo vas a llamar como su papá.- lo mire asombrada… pues si Alexander me conocía no había como negarlo.-

 

- Perfecto… acabo de confirmar algo que sospeché cuando ví el examen de sangre.- dijo el doctor, e inmediatamente me alarme.-

 

- Que cosa doctor, pasa algo con mi bebe.- le dije angustiada.-

 

- No Kristen, mire.- señalo la pantalla, y ahí se veía una mancha negra con una pequeña forma en el… ese era mi bebé, pero cuando las lágrimas me dejaron ver mejor… no veía una sola mancha con una formita… sino dos… me sorprendí y el doctor entendió que había interpretado bien lo que se veía.- Si Señorita Stewart, son mellizos.- Dos… eran dos… dos maravillosos pequeñitos frutos mi amor… Era tan feliz…

 

En ese momento estaba feliz… porque de alguna forma viví la felicidad de mi princesa… y pues tanto el doctor como mi ángel se equivocaron, porque no eran dos preciosos bebes frutos de nuestro amor… en realidad fueron tres… de nuevo la tristeza se albergo en mi corazón, porque aunque me puse feliz a través de las palabras de mi princesa, lo cierto es que me perdí todo ese maravilloso suceso… creo que después de ver su emoción al enterarse que estaba embarazada, después de su felicidad al escuchar por primera vez el sonido de los latidos de los corazones de nuestros bebés… estoy pensando que si consigo el perdón de mi princesa… si consigo que podamos vivir juntos los cuatro… una vez instalados, voy a proponerle a mi ángel que tengamos otro hijo, ella siempre se quejo por ser hija única, aunque a veces tuviera ese extraño presentimiento de que tenía un hermano, era algo muy loco de verdad, pero lo cierto es que estaba seguro que mi amor no se negaría a que tuviéramos al menos otros pequeño más…. Y esta vez me aseguraría que todo fuera diferente.

 

Me acerque a la computadora nuevamente para ver el video de mi gatita… Estaba tan feliz de ver a mi pequeña princesita, y de alguna forma ver y oír un poquito a mi Bella… Cuando revisé la hora vi lo tarde que era… y contando la diferencia horaria, en Italia, ya estaba bien entrada la madrugada, decidí no dejar pasar mi agradecimiento y le envíe una nota pequeñita a mis princesas. Sin demorar hice clic en responder, y escribí mi mensaje…

 

 

Mis princesas:

 

No saben lo feliz que me sentí al ver el video que me enviaron, cuando vi a mi gatita, y sobre todo cuando escuche sus palabras sentí que parte de mi muerto corazón regresaba a la vida latiendo de nuevo…

 

Dios princesa, nuestra hija es hermosa, es maravillosa, es perfecta… pero no podía esperar menos si es tu hija mi cielo… No tienes idea lo feliz que soy. Me alegra que Ed esté bien, aunque ande enfurruñado… seguro se le pasa cielo, no te preocupes, en cuanto se aprenda a manejar con el yeso ya tendrás que andar a las carreras detrás de él otra vez… te lo digo por experiencia.

 

Mi gatita hermosa…

 

No sabes lo feliz que hiciste a papito con tu mensaje, eres una niña preciosisima… llenaste el triste corazón de papá de una felicidad y una ternura infinita… de hecho tanto fue lo que me inspiraste mi princesita, que papi te compuso una nana apenas termine de ver tu video. Mañana la voy a grabar y te la voy a mandar para que te ayude a alejar las pesadillas, mi princesita…

 

Princesita papi te ama demasiado, y estoy muy feliz que tu tengas mi medalla… es el mejor lugar en el que puede estar… Te prometo que pronto estaremos juntos para que pueda alejar tus pesadillas, curar tus sueños y tus tristezas… Te amo mucho y también pido todas las navidades poder estar con ustedes… y puedes creer que me uno a tu ruego a los reyes magos, a ver si ahora si nos lo cumplen… Dile a tu hermano que lo quiero… y también muero por conocerlo al igual que a ti… Quizás algún día podamos tocar juntos la nana de tu mami y la tuya, y dile que quiero tocar con el y componerle nanas a tus hermanitas… Te amo bebé…

 

Bella… Mi Bella… Mi ángel…

 

Te amo… y te agradezco eternamente esos tres regalos maravillosos que me distes junto con tu amor.

 

Siempre tuyo

 

Edward Cullen…

 

Apague el computador y baje el video a mi teléfono desde el correo electrónico para tenerlo a mano, y poderlo ver siempre que quiera… fui hasta el cuarto de mi muñequita a dejarle un beso de buenas noches… cuando entre en el cuarto vi que tenía la luz encendida y todavía leía…

 

- Peque es hora de dormir.- le dije

 

- Sip… termino está página y listo.- me dijo.-

 

- Esta bien muñequita.- le dije sentándome en la cama, esperando porque terminará.-

 

- Papi estas feliz de nuevo… eso me hace feliz.- me dijo.-

 

- Si cielo, papi feliz.- le dije.- quieres saber por que?.- me moría por enseñarle el video, ella solo asintió con la cabeza.- verás tengo un video que me mandó tu hermanita Lizzie, incluso ella habla de ti… quieres verlo.- sus ojos se agrandaron de la emoción.-

 

- Si si si … si quiero papi.- decía dando brinquitos en la cama.- Muéstramelo anda anda.- me pedía, sin más le di play al video y juntamos nuestras cabezas para verlo los dos a la vez.- Es muy linda papi… y muy tierna, se parece a ti.- me dijo emocionada.-

 

- Si pero tiene el cabello del mismo color que de su mami.- le dije.-

 

- Menos mal… porque es hermoso.- me dijo.-

 

- Quieres decir que mi cabello es feo.- le dije haciéndole cosquillitas.-

 

- No papito… solo que el cabello de la princesa es más lindo.-

 

- Tienes razón.- dije uniéndome a sus risas.- y que tal, también estas feliz.-

 

- Claro papito.- se lanzó contra mí regalándome un abrazo.- es hermosísima.

 

- Sip mi pequeña, tan linda como tu.-  

 

- Nadie es más linda que nuestra Jane.- dijo mi madre entrando al cuarto.- No es así pequeña.- le dijo a mi hija.- De quien estaban hablando?.- Me tensé mirando a mi hija, de pronto pensé que mi muñequita en su emoción iba a decirle todo a mi madre, Jane se apretó más contra mí y me susurró al oído.-

 

- No te preocupes papito, es nuestro secreto.- me dijo.- Estábamos hablando de la protagonista de Enredados abuelita… es la peli que voy a ir a ver con mi tía Rosie y Valerie mañana.- le dijo con una claridad y entereza absoluta. Esta niña contrario a lo que pensaba tenía algunos rasgos de Heidi… y aquí uno de los que más odiaba, mentía con una destreza alarmante, pero ya me encargaría de eso más adelante.-

 

- Así y a quien le pediste permiso.- dijo mi madre, como siempre queriendo controlar todo alrededor de Jane.-

 

- Se lo pedí a mi papá.- le dijo desafiante.- verdad papito?.- OK OK … ahora me involucraba en la mentira… pues si… algo tenía de Heidi.-

 

- Claro que si… es mi hija mamá, y me pidió permiso para ver una película animada con su tía y su prima, y sí le di permiso.- le dije mirándola directamente.- Algún problema.- le pregunte.-

 

- Sabes que no me gusta que tenga esas salidas empezando la semana cuando tiene clases.- me replicó.-

 

- Pero es mi hija.- le dije.- Mi hija que tuvo que pasar por un fin de semana horrible, al que tu la obligaste y se merece un poco de la distracción que debió tener el fin de semana, así que si tiene permiso de ir al cine mañana,  lunes, en semana de cole.- le dije imprimiéndole la dureza a mis palabras que le dejaban claro que no iba a dejar que me desautorizada.-

 

- De acuerdo.- me dijo saliendo del cuarto nada contenta.-

 

- Gracias papito.- me dijo.-

 

- De nada muñequita, pero sabes que no está bien decir mentiras.- le dije.-

 

- Lo se papito, pero es la única forma de resguardar nuestro secreto.- me dijo. Ante eso no podía decir nada más.-

 

- De acuerdo peque… pero ahora a la cama.- le di un beso y me acerque la puerta a mandar la luz.-

 

Que milagroso era poder sentir cerca a mi princesa, a mis bebés, a mi muñequita, a mi mariposita, este fin de semana, había dormido mejor que en mucho tiempo, estaba feliz por mi video, estaba feliz por reanudar el contacto con mi princesa, estaba feliz por el libro y poder conocer todos sus sentimientos y sus emociones, estaba feliz porque estaba cerca de mi mariposita… Que increíble como todo podía cambiar en tan poco tiempo… En la mañana inicie una conversación a través de mensajes con mis hermanos (Alice, Jasper y Rosalie), les conté que había recordado y cotejado con el libro de mi ángel, y que mi princesa y mis bebes estaban en Montepulciano, les reenvíe el video de mi gatita, el cual ya había visto tantas veces que me sabía de memoria cada palabra y casa pequeño gesto de mi bebe… todos quedaron enamorados de ella, el mismo efecto que provocó en mi y en mi padre… Alice ya se había puesto en contacto con Paul Simmons, y todo parecía ir por buen camino… solo faltaba que él se reuniera con mi Bella y se tomara una decisión… Dios… todo tomando camino en la dirección correcta. También llame al agente de bienes raíces y le envíe un correo con todas las especificaciones que tanto Jane como yo queríamos de la nueva casa…  Estaba concentrado en unos planos… o eso intentaba, cuando mi celular sonó estaba completamente extrañado era un número desconocido pero decidí atender el teléfono…

 

- Habla Edward Cullen.- dije al atender.-

 

- Hola Señor Arquitecto.- me dijo del otro lado de la línea una mujer “intentando” ser seductora.-

 

- Quien habla?.- pregunté.-

 

- Jessica… Jessica Stanley.- me dijo, pero yo ni idea.- de la librería… la revista con la entrevista de Marie Swan.- me dijo… claro la dependienta de la librería… Tenia la revista… Tenía la revista, gritaba mentalmente emocionado.-  

 

- Hola Jess… disculpa por no haberte reconocido, pero estaba revisando unos planos importantes.- le dije tratando de endulzar un poco el asunto.- en que puedo ayudarte linda.- le dije… iaaackkks… hice una mueca mental de asco.-

 

- Bueno te prometí llamarte apenas me llegará la revista.- me dijo, estaba seguro que ese momento estaba jugando con su pelo, en un intento de sonar sexy y sugestiva.-

 

- Voy para allá.- le dije, no tenía mucho animo de aguantar sus insinuaciones, así que llame a Rose, sabía que ella estaba en el centro comercial porque había llevado a las niñas al cine, y conociéndola les dejaba sus espacio, aunque las vigilará de cerca.-

 

- Rose.- le dije mal atendió el teléfono.- Estas en el centro comercial?.- le pregunté.-

 

- Si por?.- me respondió.-

 

- Perfecto…- le conté la situación. Llegue al centro comercial y fui a la librería.- Buenas tardes.- le dije a la niña que me llamó… su nombre… Jessica… a si Jessica.- Hola Jess, cómo estas?.-

 

- Perfecto.- me dijo, haciendo el mismo gesto de torcerse el cabello entre los dedos, el mismo que imaginé que hacía mientras me hablaba al teléfono.- llegaste rápido.- me dijo, como si pensará que estaba desesperado por verla.-

 

- Ni tanto.- le dije.- tienes la revista.-

 

- Si aquí esta.- la pague y cuando iba a tomarla, tomo mi brazo, acariciando la zona de mi antebrazo, tuve que controlarme para no retirarlo bruscamente.- No te gustaría tomar un café conmigo.- me dijo insinuante.-

 

- Lo siento Jess, pero la verdad estoy bastante mayor para ti, y mi esposa es increíblemente celosa, y si nos ve en esta situación no será buenos ni para mi … ni para ti… es más es capaz de hacerte perder el trabajo.- le dije, ella palideció por un momento, pero se recompuso y contra atacó.-

 

- Yo no veo que lleves alianza de matrimonio.- me dijo dándole la vuelta a mi mano y dibujando círculos con su índice sobre la palma. Retiré la mano bruscamente de su mano, y la pase por mi cabello en movimientos nerviosos.-

 

- Demonios eso es todavía peor, si nos consigue y se da cuenta que me deje la alianza en la casa se va a poner como una fiera.- en ese momento entró Rose con toda su elegancia, y miró a Jessica con todo lo intimidante que podía ser.-

 

- EDWARD CULLEN… QUE DEMONIOS HACES NO VES QUE TE ESTOY ESPERANDO,  O PIENSAS QUE YO Y TU HIJA TENEMOS TODO EL TIEMPO DEL MUNDO.- dijo molesta y vi a Jessica encogerse. Al menos sabía que no volvería a llamar o eso esperaba.-

 

- Gracias por la salvada Rose.- le dije despacito para que Jessica no me oyera, le pase un brazo por los hombros y le di un beso en la frente, al igual que hacía con mi hermana.-

 

- No te preocupes… fue divertido.- me dijo y me llevo hasta un banco.- Que esperas.- me apresuró a abrir la revista, busque la entrevista y allí la vi… Había varias fotos de mi Bella, posando en diferentes áreas de la casa, la cual sobra decir era increíblemente hermosa, los jardines, piscinas y fuentes eran sencillamente dignos de ella, de una princesa, no apareció en ninguna foto con nuestros hijos, lo cual agradecía, sabía que ni ella ni yo nos gustaría que nuestro hijos estuvieran expuestos de esa manera, en la entrevista ella se mostraba tal como era… sencilla y maravillosa, hablo de su historia, hablo de su inspiración, pero sin demostrar dolor u otra emoción negativa, le preguntaron un poco por sus padres… mi corazón se detuvo cuando le preguntaron si tenía pareja, o si estaba enamorada… y volvió a latir rápidamente cuando con simpleza respondió que solo amaba, había amado y amaría siempre a un solo hombre, y ese era el padre de sus hijos… su Robert de carne y hueso.

 

También le preguntaron si pensaba que su historia de amor tendría un final feliz, a lo que respondió que esperaba que si… eso me dio un alivió y una esperanza gigantesca, hablo un poco de lo feliz que estaba con nuestros hijos, y que ser madre era la mejor experiencia de su vida.  También habló de nuestra mariposita, de su enfermedad y sobre todo de la importancia de la labor que llevaba a cabo la fundación. Habló un poco del viñedo, el cual estaba funcionando a la perfección y produciendo un vino de calidad reconocido en toda Europa, una vez más estaba orgulloso de los logros de mi princesa, hablaron un poco de Montepulciano, su historia y la contribución de lo Swan en el desarrollo e historia del lugar… toda la entrevista no hacía sino recordarme lo magnifica que era mi mujer. De pronto Rose me saco de mi ensoñación, señalando una de las fotos.

 

- Ed… por que demonios Arizona tiene los ojos verdes en todas las fotos.- preguntó con curiosidad.-

 

- No tengo ni idea Rose.- le dije con sinceridad.- Lo cierto es que en la foto que aparece en su libro también tiene los ojos de ese color, llevo preguntándome lo mismo desde el viernes.- dije pasando los dedos sobre la foto que ella había señalado previamente. Era una foto de mi princesa, con un hermoso vestido azul, que le quedaba perfecto, en un salón, que parecía de esparcimiento, la foto se la tomaron sentada sobre la banqueta del piano, pero de pronto una inscripción justo detrás del brazo de mi princesa llamó mi completa atención… ese piano… ese es el piano… no puede ser… no puede ser… Me levante de pronto, haciendo que la revista cayera a mis pies. La recogí y me volví hacia Rose

 

- Rose … llevas a Jane a la casa.- le pregunté, más bien le pedí o le ordené… no se no sé… tengo la cabeza hecha un lío.-

 

- Por supuesto.- me dijo.- pero que pasa Edward.-

 

- No estoy seguro.- le respondí.- te cuento cuando lo averigüe.- le dije y salí corriendo... Al llegar al volvo, comprobé que las llaves estuviesen guardada en el compartimiento frente al asiento del copiloto, y salí disparado hacia ese lugar en el que había sido más feliz que en ningún otro y en el que atesoraba todos mis recuerdos.  Llegue a nuestro departamento en mucho menos tiempo del esperado y entre desesperado, sin siquiera pararme a observarlo, sabía que estaba perfectamente limpio, porque tenía contratada una empresa que hacía la limpieza dos veces al mes, corrí hasta el estudio… y fue cuando me di cuenta que mi piano no estaba… mi piano, el piano que estaba en el estudio del apartamento, el piano donde le compuse su nana a mi princesa… el piano sobre el que hicimos el amor tantas veces no estaba… ese piano que tenía una inscripción hecha con una navaja sobre la tapa, en el lado derecho que decía “nuestro amor será para siempre mi ángel”, que la había hecho yo mismo luego de que decidiéramos rendirnos a nuestros sentimientos… a nuestro amor… no estaba en ese estudio, no estaba en nuestro departamento, mi princesa se lo llevó para Italia, para su casa, cerca de ellos… me acerqué a la banqueta que se encontraba sola, en el salón, frente al espacio vacío del piano… e irónicamente pensé que yo estaba igual, yo era la banqueta, y mi princesa era el piano que se encontraba demasiado lejos de mi, haciéndome sentir desolado, al sentarme en ella vi un papel y un sobre. En el sobre decía “Para Edward”, con la muy conocida caligrafía de mi Bella… el otro papel, tenía unas letras pequeñitas con una letra desconocida, pero que podía entrever que era de un niño… así que decidí leer primero el trozo de papel…

 

“Edward (pero la palabra estaba tachada)… Papito… Lizzie encontró su medalla y quiso llevársela con ella para tener algo tuyo… Se que ella la necesita más para poder ayudarla a espantar sus miedo… pero yo soy muy valiente y no la necesito… Pero como también quería algo tuyo le pedí a mi mami que me dejará llevar tu piano a casa… además este es más bonito que el mío, y mi mamita dijo que en él compusiste su nana… Espero que no te importe y que podamos usarlo juntos un día….

 

Mi mamita me ayudo a escribir la nota.

Te quiero

Ed”

 

Me seque las lágrimas que ya corrían por mis ojos, mis hijos eran maravillosos, yo estaba feliz como hace mucho no lo había estado… Estaba feliz aunque no lo merecía…

 

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Gracias… Se les quiere:

 

“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…

 

Por eso, canta, ríe, baila, llora, y vive intensamente cada momento de tu vida…

 

… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos” (Charles Chaplin)

 

Kisses…

BkPattz

Capítulo 7: Recordando el principio del fin Capítulo 9: Sencillamente Perfecta

 
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