La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152658
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

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Capítulo 13: Ansiando las Doce Campanadas...

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante… porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

 

…….                                                           

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado. Hay unas frases entre comillas y en negritas que pertenecen a la película Twilight, por lo tanto son propiedad de Summit.-

 

……

Capítulo 13: Ansiando las Doce Campanadas…

 

- Llegó el momento cielo, llegó el momento de hablar y dejar atrás todo el dolor, llego el momento de perdonar y perdonarnos.- me dijo, yo cerrando mis ojos apoye mi frente en la suya y me permití inhalar su calido aroma nuevamente.-

 

- Bella, amor… yo….- Me detuve por un momento en un intento desesperado por poner en orden mis ideas, no sabía como, pero tenía que sacar la fuerza y la entereza de cualquier lugar del que pudiera, tenía que poder pedirle a mi cielo todos los perdones necesario, tenía que sacar todo el dolor, todo el sufrimiento y todas las cosas que tenía atrapadas en mi cuerpo.- Amor yo tengo tantas cosas por las que pedir perdón.- suspire, mientras mi princesa me miraba atenta, sabía que ella no estaría de acuerdo en muchas cosas, pero agradecería que al menos de momento me dejaba hablar.- No puedo decirte que me arrepiento de la relación en la que nos vimos involucrados hace ocho años, porque de no ser por ella me perdería de los mejores momentos de mi existencia, sin ello no tendríamos a nuestros maravilloso pequeños, pero no tengo palabras para lo imbécil que fui por la manera en las que maneje las cosas.- dije cuando sentí los dedos de mi princesa secándome las lágrimas que escurrían ya por mis mejillas, en un mirada a su perfecto rostro de ángel, me di cuenta que también yo tenía que secar las lágrimas de mi princesa, lágrimas que provocaba una vez más… lágrimas que me dolía profundamente seguir provocando en ella.- Dios cielo… no sabes como me duele tu dolor, no sabes como es que tu dolor potencia el mío, y deja de importarme mi sufrimiento si con eso puedo aliviar el tuyo.

 

- Cariño esto se trata de que ambos podamos dejar nuestro dolor y poder seguir juntos.- me dijo mi ángel.- las veces que hemos intentando sacrificarnos el uno por el otro no ha salido bien.- me dijo dejando un pequeño beso en mis labios.-

 

- Pues si, pero para poder dejar salir mi dolor tienes que permitirme pedirte perdón por todas las estupideces que cometí, tienes que dejarme pedirte perdón por todo lo que te hice sufrir. Tienes que permitirme pedirte perdón por como jodí todo lo que teníamos.- le dije acercándome a ella lo más que pude y moría de ganas por hacerla descansar acurrucándola en mi pecho, pero en este momento era importante que pudiéramos vernos a los ojos, así que conectándome a su mirada continúe con lo que quería decirle.- Cielo necesito que me perdones por no entender desde antes lo mucho que te amaba, que eres mi vida, que eres mi amor y que no podría ser feliz jamás con otra persona que no fueras tu…Te amo cielo y fui demasiado ciego como para verlo antes de que fuera demasiado tarde. Tengo que pedirte millones de veces perdón por  permitir que Heidi me convirtiera en un instrumento de su venganza en tu contra, una venganza por algo que  no sé y que no entiendo.- ella hizo un gesto dándome a entender que no iba a decirme la razón por la que se había iniciado la guerra. Ya en ese punto nuestras lágrimas caían sin cesar  por nuestro rostro.- Tengo que pedirte millones de perdones por permitir que otra ostentara el titulo de Señora de Edward Cullen, cuando ese título ya te pertenecía desde el mismo momento que nuestros ojos se cruzaron la primera vez que nos vimos en la secundaria cuando llegaste con esos ojitos tristes y acompañada de tus primas.- ambos sonreímos ante ese recuerdo, apenas nos presentaron sus primas no pude evitar acercarme a ella y cobijarla en un tierno abrazo y dejando pequeños besitos en su cabello y por primera vez ese maravilloso olor a fresias me golpeo con fuerza convirtiéndose en mi calmante natural, convirtiéndose en mi relajante, en mi perfume preferido de todo el mundo.-

 

- Cielo ya nos perdonamos por eso, yo permití que Heidi  aprovechara nuestros sentimientos para destruirme, yo le di ese poder cuando decidí no contarte lo que paso entre nosotras, ese poder se lo di yo cuando no entendí el poder del rencor que me guardaba Heidi, y cuando no acepte la verdad de sus palabras cuando me juro que no  sería feliz.- me dijo mi ángel.- Ya los reclamos de tu matrimonio tenemos que dejarlos en el pasado mi vida… Tampoco yo me di cuenta de la profundidad de mis sentimientos hacia ti hasta que me fundí en tus brazos cuando me buscaste en el aeropuerto a mi regreso de Londres, así que tendría también yo que pedirte perdón cielo, por darle ese poder a Heidi sobre nosotros, también tengo que pedirte perdón por no darme cuenta antes de lo mucho que te amo y obligarte a ver tus sentimientos hacia mi.- la calle con un pequeño beso.-

 

- Cariño tu no tienes que pedir perdón por nada, todas las culpas son mías… solo mías, yo te hice sufrir manteniéndote en las sombras, yo te hice sufrir haciéndote  ver como traía a Heidi colgada de mi brazo y con ella haciendo esas demostraciones de cariño que solo eran para hacerte sentir mal y yo se lo permití cielo… Yo fui el imbécil que se dejo presionar con la idea de perder a  Jane, yo fui el idiota que no te dio tu lugar, que no te dio el tiempo que te merecías, que no te respetó, que no te dio a respetar.- le decía con el corazón.- Dios cielo… la verdad no sé como vas a hacer para perdonarme todo lo malditamente imbécil que fui, no sé como vas a perdonarme… lo único que sé es que necesito tu perdón mi amor, porque sin ti yo no tengo vida… tengo casi seis años en lo que no he tenido vida, he tenido cinco años de absoluto sufrimiento, solo cuando recibí tu correo hace veinticinco días que volví a respirar,  hace veinticinco días que  consigo dormir, que consigo descansar que he tenido algo de paz, porque desde que te perdí, desde que llegue a ese hospital en el que me desmoroné, no solo me llene de dolor sino que en ese hospital de Londres deje parte de mi alma, deje toda mi paz, un parte de mi alma que no podré recuperar nunca cielo, porque con mis decisiones te dañe, dañe a nuestros hijos… me perdí la oportunidad de tener a Marie Alice en mis brazos y perderme en sus ojitos, dejando que me envolviera en su pequeña manita.- le dije con el corazón el la mano.-

 

- Cielo yo también he tenido culpas, yo me fui, te aleje de nuestros hijos.- me dijo.-

 

- Shhhh…. Cielo, espera… escucha, tu no tienes culpa, tu me dejaste porque te cansaste, tenías derecho, tenías toda la razón, quien necesitaba abrir los ojos era yo, me deje aterrar por la idea de perder a Jane, sabía que tenía que buscar soluciones para no permitir que se llevarán a Jane de mi lado, pero sabía que si introducía una demanda por su custodia mi madre y mi hermano testificarían a favor de Heidi y me alejarían de mi pequeña.- le dije lo que nunca me había atrevido a admitir en voz alta, porque me quedo muy clara la amenaza que al respecto una  vez me hizo Emmett.- te fuiste porque querías lo mejor para Jane, y en el fondo aún con todo el dolor que sufrimos ese acto le salvo de alguna forma la vida a mi muñequita.- esa confesión arrancó un jadeo de sorpresa en mi ángel.-

 

- Ed por que dices eso.- me pregunto mi princesa.-

 

- Princesa puede que este loco, pero yo sospecho que muchas de las “emergencias” de Jane, por las que me separaba de ti eran provocadas, no sé como lo hacían pero estoy seguro que lo hacían, incluso el accidente que murió Heidi fue provocado, estoy casi seguro, aunque no puedo probarlo.- mi princesa asintió en acuerdo con mis palabras.- Pero de eso no se trata esta conversación amor… No quiero que te culpes más por haberte ido, yo me sentía amarrado a ese matrimonio por el bien de Jane, pero no podía obligarte a ti a vivir en las sombras… y en ese momento… en ese momento te fuiste por el dolor… te fuiste por Jane, pero de esperar unas semanas más te habrías ido igual, porque te habrías ido por Jane y por nuestros hijos, siempre dijiste que no querías hijos en una relación como la nuestra porque no podrías permitir que un hijo nuestro se viera obligado a vivir en las sombras como nos paso a nosotros… Dios Cielo, tengo tantas cosas por las que pedirte perdón, porque por estar conmigo habrías renunciado a lo que ha sido tu alegría en estos años, nuestros hijos… Dios mío, que malditamente imbécil, no entiendo como puedes amarme todavía mi vida… Y ese día cielo, ese día que cometí una de las más grandes estupideces de mi vida, ese día en el que olvide nuestro aniversario, en el que te trate como una vulgar amante y no como la mujer de mi vida, no como la mujer que amo, no como mi mujer, tengo que pedirte perdón, mil veces perdón por eso, ese día te deje herida, física y emocionalmente, ese día no podré compensártelo nunca, ese día, es uno de mis peores recuerdo, es una de las cosas más horrendas que he hecho.- le dije apenado.-

 

- Me lo compensaste hoy Edward, me lo compensaste con la alegría que hoy vi en la cara de nuestros hijos.- me dijo mi ángel.- no te voy a mentir, me dolió profundamente lo que sucedió ese día, me dejaste un profunda herida y solo empeoró cuando no llegaste al aeropuerto, pero cuando hablamos hace unos días  y me dijiste que habías estado allí, pude reconciliar esa parte de mi espíritu y de alguna forma encontré la fórmula para dejarlo ir.

 

- Gracias cielo.- le dije besándola.- eres mucho más y mucho mejor de lo que merezco.-

 

- Edward no tienes ni idea de lo que sufrí, no sabes lo que fueron para mi todas esas horas de vuelo, todos esos días siguientes, todos esos meses pensando que no te había importado lo suficiente como para hacer un último esfuerzo por mi, por nosotros.- suspiro.- no tienes ni idea de todas las cosas que me toco vivir, mientras estábamos juntos, siempre pensamos que solo nuestros amigos cercanos sabían de nuestra relación, pero la verdad es que después de que Emmett estuvo en nuestro departamento también lo supieron Esme y Heidi, y no sabes todas las humillaciones, todo el dolor, el desprecio y las cosas que tuve que vivir.- me dijo, mientras yo acariciaba suavemente su mejilla con mi pulgar.-

 

- Lo sé, y de alguna manera me entere por ti sin que lo dijeras directamente. Y tengo que decirte que no me hizo nada feliz saberlo, porque no me lo dijiste princesa?.- le dije.- por que me lo ocultaste?.-

 

- Cómo lo sabes Ed?, como es eso que yo te lo dije sin decírtelo directamente.- me pregunto.-

 

- Tu libro cielo.- me miró sorprendida.-

 

- El libro?, leíste el libro?.- me pregunto.- te molesto?.- me preguntó.-

 

- Me moleste?... como me moleste cielo, que pregunta es esa.- le dije.-

 

- Cariño ese libro cuenta nuestra historia y yo nunca te pedí autorización para contar nuestras cosas Edward, eso no era solo mi vida, sino la nuestra.- me dijo mi princesa.-

 

- Por Dios Amor, como podría, me honra sentirme participe de tu obra, me siento orgulloso de tu talento, cuando me encontré tu libro ese día experimenté no solo orgullo por ti, sino una enorme felicidad por haber encontrado una pista que me trajera a ti, una pista que me trajera a nuestros hijos… Dios a pesar de todo el dolor, no sabes lo feliz que me sentía por la forma en la que honrabas a nuestra mariposita, y la dedicatoria de tu libro hizo que durmiera bien por primera vez  en mucho tiempo, tu libro me despertó del letargo en el que estaba sumido y me puso nuevamente en movimiento, gracias a él, aprendí muchas cosas de ti, de nosotros; agregue más cosas a mi lista sobre las que tengo que pedir perdón… Cuando desperté me permití volver a invertir mis energías en encontrarlos, pero fuiste tu la que me encontraste a mi, fuiste tu quien encontró el camino de regreso a nuestro hogar, no me va a alcanzar la vida para agradecerte todo lo que me has dado, no me va a alcanzar la vida para agradecerte que me regalarás ese presente precioso que han sido nuestros maravillosos hijos, no me va a alcanzar la vida para agradecerte que me enviaras ese correo, que me regalarás la oportunidad de pedirle perdón a mi mariposita, que pudiera acercarme a ella, que pudiera llorar con ella, poder decirle cuanto la amo, cuanto la necesito todavía a mi lado.- le dije.-

 

- Edward, cariño…- intentó interrumpirme, sabía que este era un tema difícil, y sabía que ella quería dejarlo pasar de una forma.-

 

- No Bella, déjame seguir princesa, porque necesito que me perdones no haber estado contigo, necesito que sepas todo lo que me duele no haber estado esos días contigo, tengo que decirte todo el dolor y el sufrimiento que en mi provoca el hecho de que jamás podré tener en mis brazos a nuestra mariposita, que me perdí la oportunidad de decirle en vida que la amaba, que estaba feliz de que fuera nuestra hija, eso no podré perdonármelo nunca, pero ayuda que me perdones tu.- le dije mientras secaba las lágrimas de mi princesa.-

 

- El dolor fue inmenso Edward, el sentimiento de perdida fue indescriptible, aún hay noches en las que me despierto buscándola, llorando no tenerla a mi lado, era tan pequeñita, tan dulce, tan indefensa, verla te llenaba de paz, era como…-

 

- Un ángel.-  completé por ella, logrando un asentimiento de su parte.-

 

- Pero entiendo que tu dolor esta en un nivel completamente diferente al mío, sobre todo el que se corresponde a la profundidad de la culpa que albergas en tu corazón Edward.- me dijo suspirando.- Se que no vas a perdonarte nunca cielo, se que tu culpa y tu dolor están en el hecho de que no podrás conocerla, que no vas a poder estrecharla entre tus brazos como lo has hecho desde ayer con Lizzie y Ed, pero tienes que dejarla ir Edward, tienes que dejar la culpa, tienes que perdonarte porque Marie no te culpa, Marie no tiene nada que perdonarte, tu no sabías que eso podría pasar, tu no pudiste actuar de forma distinta a como lo hiciste, Dios sabe cuanto me hubiese gustado que pudieras  estrecharla entre tus brazos, que pudieras sentir ese calorcito y ese amor que se desprendía de ella con solo tocarla.- El dolor que reflejaba mi rostro, en este punto debería ser enorme porque ella enseguida se detuvo.- Cielo por favor necesito que ese dolor desaparezca, debemos recordar a Marie, debemos mantenerla en nuestro corazón, esta bien que nos duela no tenerla cerca amor, pero  debemos dejar el dolor de la culpa, de haber estado con nosotros el resultado sería el mismo, no eres responsable de su muerte, no podrías haber hecho absolutamente nada, entiendo que tu dolor esta en no haberla conocido, pero yo te perdone por ello y debes perdonarte tu mi vida.

 

- Ya le pedí perdón a ella, pero no sé como perdonarme no haberla tenido entre mis brazos ni una sola vez cielo… estoy haciendo mi esfuerzo, créeme lo estoy intentando… por ti, por Jame, por Lizzie y por Ed… te juro que lo estoy intentando.- dije bajando la mirada. Ella tomo mi rostro entre sus manos y dejo dulces besos por mi rostro borrando con sus labios mis lágrimas.

 

- Eso ya es un avance amor.- me beso en los labios.- gracias por intentarlo cielo.

 

- Como voy a borrar todo tu dolor cielo, como voy a borrar todo tu sufrimiento.- le dije.-

 

- Nuestros hijos hacen ese trabajo bebe, ellos son lo mejor que me has regalado, ellos le dan sentido a mi vida, ellos, y tu amor, son lo suficientemente maravillosos como para poder curar mi dolor y borrar todo mi sufrimiento cielo, aun me duele la muerte de nuestra pequeña, me ha llevado cinco años reconciliarme con mi dolor, pocas cosas me gustaría más que tenerla con nosotros amor, pero ella será más feliz si aprendemos perdonarnos y dejar atrás nuestro dolor.

 

- Pero cariño como puedo perdonarme, si tengo tantas cosas por las que pedirte perdón… tantas que no se por donde empezar.- calló mis palabras con un beso de sus labios.-

 

- Shh… Edward… ya… basta de culpas amor.- me decía entre besos.- Te perdono, te perdono por todo.- me dijo.- Pero también yo necesito que me perdones por tantas cosas.

 

- No Bella… yo no tengo nada que perdonarte, más bien tengo que agradecer nuestros hijos, tengo que agradecer que ellos sean maravillosos y felices tal como son, tengo que agradecerte porque me perdones, porque me ames, tengo que agradecerte por estar conmigo esos días oscuros de mi hospitalización, tengo que agradecerte por llevarme a mis pequeños, por permitirme estar junto con ellos, porque ellos de alguna forma me hicieron regresar de un pozo de dolor, sé que no pude asegurar que tu me acompañaras esos días hasta que leí tu libro, pero la verdad es de alguna forma siempre sentí que estuviste conmigo esos días, sentía tu presencia, sentía tu olor, el calor de tu cuerpo junto el mío, también sentí un olor dulce, como flores y miel, pero ahora se que eran nuestros pequeños, que eran nuestros hijos. Cielo como puedes ser tan maravillosa… como a pesar de tu dolor, todavía pudiste cuidar de mí, y llevarme a nuestros hijos para que estuvieran conmigo para que calmaran de alguna forma mi sufrimiento.

 

- Te amo.- fue su sencilla respuesta, encogiéndose de hombros para  restarle importancia.-  

 

- Te amo cielo.- le dije, besándola.- Te amo.- le dije de nuevo besándola con intensidad.-  Perdóname… Perdóname… Necesito de tu perdón para poder seguir, necesito que me perdones para poder respirar, necesito estar a su lado para poder vivir mi amor, los necesito a mi lado tanto como respirar… los necesito conmigo y con Jane.

 

- Te perdono cielo, pero necesito que me perdones tú mi amor.- me dijo mi princesa. Yo no tengo nada que perdonarle, pero entiendo que mi ángel necesita oír esas palabras-

 

- Te perdono amor, te perdono aunque lo que hiciste fue lo mejor para ti, para nosotros  y para nuestros hijos, a pesar del dolor, a pesar del sufrimiento eso era lo que teníamos que hacer.- le dije.- Te amo, y necesito que estemos juntos.- me estaba repitiendo pero necesitaba oírlo de sus labios.-

 

- Estaremos juntos cielo.- en ese momento pensé que iba a explotar de dicha, ya tenía el perdón de mi princesa, tenía el amor de mi ángel, de mis hijos, tenía cerca a mi mariposita, tenía a Jane lejos de la influencia de Esme, solo tenía que pedirle perdón a mis pequeños, además tenía la perspectiva de estaríamos juntos.-

 

- Cuando.- pregunte impaciente.- Cómo, vendrán conmigo o prefieres que venga yo.- parecía un niño, y juró que en ese momento tenía algo de Alice en mí.-

 

- Cielo calma.- me dijo.- creo que tenemos que tener calma, yo sé que tienes que pasar por Volterra antes de volver…-

 

- Tenemos.- le corregí.- porque no pienso ir a ningún lado sin ustedes.- le dije.-

 

- De acuerdo, vamos a Volterra.- me dijo con la misma sonrisa condescendiente que le da a nuestros pequeños cuando cumple uno de sus caprichos.- pero luego debes volver a Chicago.- mi mirada inmediatamente se entristeció.- Espera…- me dijo.- Déjame terminar amor.- me dijo.- unos días después de tu partida tengo que ir a Chicago, pero estoy segura que sabes de eso.- me dijo con una sonrisa. Puse mi mejor cara de que no entendía lo que decía.- Si… Edward, pensabas que no me iba a dar cuenta de que la empresa que me contrato tenía algo que ver ustedes… No soy tonta Ed… Recuerdo perfectamente bien a Renata Fancinelli, y siempre he estado al pendiente de ustedes mi vida, se que la empresa que me contrató es la misma bajo la cual se publica la revista, ese proyecto en el que Rosalie estaba trabajando cuando deje Chicago.- Mi cara en ese momento era del perfecto WTF.- además yo escuche la conversación de Alice con Paul cariño.- me dijo, tras ver mi cara, me regalo una de esas risas que me calentaban el alma, y beso mi labios.- no te preocupes cielo, no sabes lo feliz que me hizo saber que estabas tan empeñado en hacernos ir a Chicago.

 

- Ok ok… me confieso culpable.- le dije levantando mis manos y provocando la risa de ambos.- eso quiere decir que los niños van a acompañarte.- le pregunte.-

 

- Si amor, los niños irán conmigo.- me dijo.-

 

- Van a quedarse.- le pregunte con mi alma pendiendo en un hilo.-

 

- Cariño creo que mejor vamos poco a poco, vamos a dejar que los niños conozcan a tu familia.- me dijo.- pasen unos días en Chicago y tomaremos una decisión, porque los niños ya empezaron su año escolar aquí en Italia, y Jane el suyo en Chicago, y tendremos que decidir que hacer, tenemos que pensar que es lo mejor para ellos, no lo crees. Ya el hecho de que me acompañen los hará perder días de clases, pero es distinto a perder todo el año… no sé… no sé amor, tenemos que buscar la mejor manera… se que ellos son pequeños y perder unos días de clases no es la gran cosa, pero los niños necesitan rutinas, limites, patrones.- me dijo y aunque creía no soportar estar nuevamente lejos de ellos, mi princesa tenía razón y teníamos que hacer todo lo mejor para nuestros hijos, también teníamos que considerar las clases de Jane y todo lo demás, aunque con todo lo que se divirtieron hoy y lo bien que se llevaron no dudo en que será genial cuando estemos juntos de forma permanente.-

 

- Gracias mi vida, gracias bebe.- le dije antes de besarla.-

 

- Gracias por que Edward.- me preguntó.-

 

- Gracias por perdonarme… gracias por amarme… gracias por dejar a mi mariposita cerca de mi… gracias por nuestros maravillosos hijos… gracias por amar a Jane.- le decía entre besos.-

 

- Te amo Edward, te amo y no puedo estar sin ti.- me respondió.-

 

- Te amo.- La bese nuevamente, haciendo que esta vez si se acurrucara en mi pecho, bajo mi abrazo, nos envolvimos bien en la manta, y nos reímos al ver que habíamos olvidado nuestro chocolate caliente, empezamos a conversar de un montón de cosas, de nuestros planes, de las cosas que queríamos hacer, decidimos esperar un par de días antes de decidir nuestro futuro próximo, lo que si quería era resolverlo antes de empezar el año, quería que el próximo año empezara con buen pie. Un rato después la Nona Sue tocó amablemente la puerta, entrando nos dio una amble sonrisa al vernos juntos, acurrucados y en paz, se llevo las tazas anteriores y dejando unas nuevas tazas de chocolate caliente humeante y con un aspecto delicioso y un plato de galletas.-

 

- Gracias Nona.- le dijo mi princesa.-

 

- No se preocupen hijos, que lo disfruten.- dijo al salir, nos incorporé para tomar las tazas, pero mi princesa se levanto de pronto.-

 

- A donde vas princesa?.- le pregunte.-

 

- A encender la chimenea.- me dijo de forma sencilla.- La calefacción esta encendida, pero siempre que me imagine estando aquí contigo en el sofá, siempre estaba encendida la chimenea.- me dijo regalándome una sonrisa, y una vez encendida la chimenea frente al sofá y con mi princesa a mi lado, con su cabeza en mi hombro y bebiendo de nuestro chocolate caliente, en silencio, disfrutando de la compañía el uno del otro, era la imagen perfecta. Así pasamos horas juntos, conversando de cualquier cosa hasta que recordé un punto importante, y era al que correspondía al pasado en conjunto de nuestros padres, así que aproveché una de las oportunidades en las que ella conversaba sobre sus padres. Mientras ella conversaba yo la miraba debatiéndome entre si debía decírselo o no…- Bebé que pasa?.- me dijo acariciando mi mejilla con ternura.-

 

- Por qué crees que me sucede algo cielo?.- le pregunte curioso  e intentando alargar el tiempo para poder encontrar la forma adecuada de contarle.-

 

- Bueno cariño tienes cara de que quieres decirme algo, pero no sabes como.- me dijo y yo solo sonreía negando con la cabeza, definitivamente me era muy difícil poder ocultarle algo a mi ángel, estábamos tan conectados que nos conocíamos en cada reacción, en cada gesto.

 

- Cariño, hay algo con respecto a tus padres y los míos que descubrí hace unos días y no sé como contártelo, pero siento que de alguna forma debo compartirlo contigo.- le dije.-

 

- Que cosa cariño?, estas en tu derecho a contarme o no, pero viéndote tan preocupado por encontrar la forma de decirme, hace que mi curiosidad se multiplique cielo.- me dijo mi princesa.-

 

- Preciosa, la verdad es que creo que te lo debo, pero no se como empezar… pero primero voy a permitirme decirte que supongo que en ese pasado en el que convergen las vidas de tus padres y los míos encontré la razón del odio irracional de mi madre hacia ti princesa, o al menos eso creo.- dije y  ella se quedo mirándome con más curiosidad si es que eso es posible.- además creo que mereces saberlo porque siempre has tenido un inquietud particular por tu hermano…- de pronto me vi interrumpido por mi ángel.-

 

- Que tiene que ver mi hermano con tus padres Ed?.- me preguntó.-

 

- A ver cariño, que es lo que sabes exactamente de tu hermano?.- le pregunté para saber cual era su versión de la historia.-

 

- Que el primer hijo de mis padres murió unas horas después de nacer.- me dijo confundida.- sin embargo, yo siempre he creído que hay algo extraño en todo eso y tengo el presentimiento de que mi hermano esta vivo, e incluso tengo la sensación de que de alguna forma ha estado cerca de mi en ciertos momentos de mi vida, sobre todo cuando he vivido en Chicago.- me dijo mirándose las manos, mientras jugaba con ellas, quizás con algo de miedo de que no le creyera.-

 

- Y tus padres te dijeron que tu hermano era hijo de ambos?.- le pregunté.-

 

- Sip… ellos no estaban casados cuando eso, pero se casaron tiempo después.- me dijo, era normal que sus padres le mintieran a ese respecto considerando que mi ángel tenía solo doce años cuando sus padres murieron, supongo que no quisieron exponerla a un hijo nacido fuera del matrimonio y demás.-

 

- Y te contaron como se conocieron?.- quise saber hasta que punto le ocultaron la verdad.-

 

- Se conocieron en Port Ángeles, en un club de lectura al que mi papá asistió con un amigo mientras estaba haciendo unos negocios allí y en Seattle, al poco tiempo mi mamá quedó embarazada de mi hermano, ellos eran novios, y mi padre por ese entonces vivía en Phoenix y viajaba constantemente a Seattle, y de allí pasaba siempre por Port Ángeles para estar con mi mamá, después de la muerte de mi hermano, mi padre se llevó a mi madre con el a Phoenix.- Wooao, como le reversaron la historia a mi ángel, o sería mi padre el que tiene la historia cruzada… pero la verdad no lo creo, porque la historia de mi padre es completamente congruente con el odio que mi madre le profesa a mi princesa.- Edward porque me preguntas todo eso, que tiene que ver como se conocieron mis padres con lo que quieres decirme.- me dijo curiosa.-

 

- Cielo, todo esto me pone más difícil decirte lo que te quiero decir, porque no quiero romper la imagen que tienes de tus padres, porque no quiero que esto genere un problema entre nosotros.- le dije angustiado.- yo…

 

- Shhh…. Cielo, espera, no hemos llegado hasta aquí para que cualquier cosa nos separe y genere un problema entre nosotros, cuéntame lo que sabes y veremos como lo resolvemos y vemos que cosas pueden ser verdad y que no.- me decía mi princesa mientras tomaba mi rostro entre sus manos y dejando pequeños besitos por mi cara en un intento de calmar mi angustia, tomé sus manos entre las mías, dejando montones de besos en ellas, hasta que suspire más tranquilo y las deje apoyadas en mi regazo, aun entrelazadas.-

 

- Bien, princesa, mi padre me contó que el y tu madre fueron novios cuando eran adolescentes.- Subí mi vista para ver a los ojos a mi princesa que me veía sorprendida.-

 

- Estas seguro cielo?.- me dijo.-

 

- La verdad es que más que eso, Carlisle dijo que ellos se conocían desde niños, que eran vecinos, y que comenzaron de pronto una relación, que con Renee tuvo su primer beso, incluso su primera vez, pero tiempo después tus abuelos se mudaron y Renee se fue con ellos, y el quedo triste y destrozado al igual que ella, pero por ese entonces mi madre que era dos año menor que ellos, empezó a seducirle e intentar una relación con él, hasta que se hicieron novios, y poco a poco el fue olvidando a tu madre o al menos eso creía.- le dije.-

 

- Mi mamá siempre hablo de su primer amor con mucha nostalgia, pero nunca espere que fuera Carlisle.- me dijo.-

 

- Mi padre siempre se perdía cuando se iniciaban en casa esas conversaciones del primer amor, y su mirada siempre mostraba una tristeza particular que nunca pude descubrir hasta ahora.- le dije con tristeza por el dolor de nuestros padres.- pero en fin… continuando con la historia, cuando mi madre se gradúo de la preparatoria, hizo un viaje a Grecia para ver a su abuela, y justo durante ese  tiempo, Renee regresó a Chicago y se reencontró con mi padre, al principio parece que los encuentros no fueron muy amables puesto que tu mamá estaba muy dolida con mi padre por haberla olvidado, pero luego reiniciaron su relación a escondidas de mi madre, se prometieron que duraría solo mientras Esme regresara de Europa, pero…

 

- No pudieron parar, y cuando tu madre regresó siguieron siendo amantes… a la final… mi madre también se convirtió en la otra, como yo, es por ello que tu madre…

 

- Eso me temo cariño.- le dije, sin querer escuchar lo que ya sabía y era el profundo odio que mi madre sentía por mi mujer.- lo cierto es que ellos continuaron una relación clandestina, con el agravante de ser perseguidos y vigilados por mi madre, un día Esme fue a buscar a Carlisle para decirle que estaba embarazada, y el decidió casarse con ella.- le dije… y suspire sabiendo que venía la parte más difícil.- unos días después Renee fue igualmente a visitar a Carlisle, para darle la noticia de que esperaba un hijo suyo, pero antes de que él pudiera decirle cualquier cosa mi madre entró en el despacho haciéndole entrega de la invitación de la boda que se realizaría ese fin de semana y diciéndole a tu madre que estaba embarazada.- en ese momento un jadeo de sorpresa de mi princesa enmudeció mi relato, la mire fijamente.-

 

- Entonces mi hermano, era hijo de Carlisle y no de mi padre.- dijo mi ángel llegando a la conclusión más lógica.- pero no entiendo… que sucedió…

 

- Cielo…- me acerqué a ella para consolarla puesto que ya las lágrimas empezaban a derramar por su rostro.- yo no quería… ser yo quien…

 

- Amor estoy bien, pero quiero saber que más te contó Carlisle.- me dijo ella sorbiendo un poco por la nariz y limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano.-

 

- Bien, tu madre salió del despacho y no lo dejó decirle nada más,  mi padre estuvo buscándolo a ella y a su bebe por mucho tiempo, pero no los encontró, esta de más decir que toda su búsqueda era a expensas de mi madre.-  le explicaba recordando todo aquello que me contó Carlisle.- mi madre se enteró un día y se fue furiosa, y ya mi padre no solo buscaba a una mujer y a un hijo, sino que las buscaba a los dos, hasta que mi padre recibió una llamada, a mi madre se le adelantó el parto y Emmett nació prematuro.- le dije.-

 

- Como demonios puede tu hermano ser prematuro con ese tamañote.- me dijo mi ángel.-

 

- Yo tampoco lo entiendo bebé.- le dije.- lo cierto es que un par de años después tu madre regreso a Chicago, con tu padre y embarazada de la persona más hermosa y maravillosa del mundo entero, mi hermosa princesa.- le dije dándole un beso en la nariz.-

 

- Y el bebe de Carlisle y mi madre.- me pregunto.-

 

- Tu madre le dijo que murió cariño.- le dije.-

 

- Y a papá… como queda mi papá en todo esto?.-

 

- Después de la muerte de su hijo, tu mamá se fue a Phoenix, o eso supongo yo… Tus padres se conocieron en un grupo de apoyo al que asistieron para superar sus respectivas pérdidas, tu madre necesitaba superar la muerte de tu hermano, mientras que Charlie, necesitaba recuperarse de la muerte de …-

 

- De su primera esposa.- dijo ella segura.-

 

- Lo sabías?.- le dije extrañado de que al menos le hubiesen dicho eso.-

 

- Eso si lo sabía.- me dijo pensativa.- pero porque me contaron otra cosa, cual será la verdad… porque aunque me duele creer que me mintieron mis padres… la verdad es que esa historia tiene más sentido, sobre todo cuando puede explicar perfectamente la actitud de tu madre hacia mí… y aun más de la actitud de tu madre después que empezara nuestra relación.- me dijo pensativa.- Yo soy la hija de la mujer con la que la engaño su marido… y a diferencia de Heidi… Esme siempre ha amado a tu padre de una forma absoluta y enfermiza.

 

- La verdad amor, que lo único que se me ocurre, es que tus padres lo ocultaron porque les era muy difícil hacerte entender la situación, eras muy pequeña princesa, además supongo que Renee no quería que lo supieras preciosa, la verdad no sé  que decirte.- le dije.-

 

- Que locura cielo, pero explica al menos la reacción de Esme, la tristeza de mi madre cuando hablaba de su primer amor, su renuencia a visitar Chicago, siempre que quería ir a ver a mis primas casi tenía que rogarle, por ello fueron muy pocas las ocasiones en las que visite a mis tíos antes de la muerte de mis padres, eran siempre ellos los que viajaban a Phoenix para vernos, cuando había que hacer un viaje a Chicago mi padre lo hacía solo… nunca lo entendí la verdad, solo sé que cuando papá no estaba era cuando mi mamá más lloraba por haber perdido a Christopher…- dijo mi princesa.-

 

- Christopher… Christopher… Christopher Cullen.- repetía.- Ese era el nombre de mi abuelo, el padre de Carlisle se llamaba Christopher cariño.-

 

- Si teníamos algún tipo de duda… entonces…-dijo mi princesa.- mi hermano era tu hermano cielo.

 

- Sip.- le dije simplemente.- pero dentro de toda la triste historia de nuestros padres hay algo bueno… muy bueno.- le dije.-

 

- Y que puede ser bueno tan bueno en medio de tanta tristeza, engaño y dolor cielo.- dijo ella colocándose frente a mi, no dude un instante en rodear su cintura con mis manos acercándola a mi y cerca muy cerca de sus labios le dije.-

 

- Tu, princesa.- le dije besándola con todo el amor, con toda la pasión y con todo lo que sentía por ella. Así pasamos mucho tiempo besándonos y haciéndonos cariño hasta mi hermosa empezó a sentirse adormilada.- Amor creo que es hora de ir a dormir.- ella negó con la cabeza.-

 

- No quiero.- me dijo entre un bostezo que me causo risa.- quiero quedarme contigo.- agregó haciendo un tierno y sensual puchero.-

 

- Cariño pero yo puedo quedarme contigo o puedes quedarte conmigo, como anoche, esa fue mi mejor noche en los últimos casi seis años, y me gustaría mucho saber si esta será mejor.- le dije sin ningún tipo de malas intenciones, aunque en el fondo me provocaba y mucho. Ella se mordía indecisa el labio sin saber que decir, pero yo estaba seguro que quería que durmiéramos en la misma cama, de lo contrario pasaría igual que ayer, en algún momento de la noche uno invadiría la cama del otro.- vamos… te llevo y lo piensas en el camino bebé.- sin esperar su reacción la cargue colocándomela sobre el hombro mientras ella reía divertida y asombrada, caminamos entre los hermosos pasillos y salones, con cuidado subí las escaleras y cruce el pasillo hasta dejarla frente a la puerta de Jane con los pies  en el piso.- Veamos a los niños antes.- fuimos entrando en los cuartos de cada uno de nuestros hijos, dejándoles besitos en sus frentes y diciéndoles cuanto les amábamos, pasamos frente a mi puerta y seguimos hasta la suya tomados de la mano.- bueno cariño, buenas noches, que tengas dulces sueños.- me acerque a ella bajando mi rostro para rozar mis labios con los suyos.- te Amo.- dije sin separarme de su boca, justo cuando daba la vuelta para irme hacia mi habitación mi princesa tomo mi mano jalándome hacia ella.-

 

- Bebé quiero dormir contigo como ayer.- me dijo, y suspire con un poco de frustración con eso de dormir como ayer, mi princesa seguía sosteniendo mi mano entre la suya y con su mano libre acarició mi mejilla, mientras reía.- Cielo yo también quiero estar así contigo.- levanté una ceja mostrando mi curiosidad y disfrazando mi entusiasmo.- Pero… puedes que piense que es una tontería.- se mordió nerviosa el labio y como arrepentida de lo que quería decirme, así que fue mi turno de levantar mi mano y acariciar tiernamente su mejilla instándola a continuar.-

 

- Amor dime lo que sea que estés pensando.- le dije.-

 

- Es que es muy tonto, pero quiero estar contigo, quiero que estemos juntos en año nuevo, cuando pasen las doce en la noche vieja… quiero… quiero que sea un nuevo comienzo, siempre he pensado que la noche vieja y el cambio al nuevo año tiene una energía especial en la que todo se renueva y en la que nos llenamos de nuevas oportunidades, quiero sentir que si hago el amor contigo esas primeras horas del año nuevo, culminaremos así ese año, y podremos empezar otro que termine igual, y luego otro, por el resto de nuestras vidas.- dijo sonrojándose, me permití acariciar su mejilla allí donde se sonrojaba su rostros, me acerque a ella para besarla y susurre a su oído.-

 

- Es una hermosa idea mi princesa, de verdad me muero por estar contigo otra vez, que podamos entregarnos en cuerpo y alma, pero tu idea me da una perspectiva de empezar cada año amándote y terminarlo de igual forma, por todo lo que duren nuestras vidas … o al menos nuestra lujuria.- dije entre risas de ambos.-

 

- No te molesta bebé.- me pregunto atrapando nuevamente su labio inferior entre sus dientes, la bese para poder liberar sus deliciosos labios de su prisión.-

 

- Claro que no me molesta preciosa, voy a hacer cualquier cosa con tal de hacerte feliz mi amor.- le dije pegando mi frente a la suya.- además solo faltan dos noches… pero no quiero que me prives de dormir abrazado a ti amor… te prometo que vamos a dormir solo eso.- le rogué, ella sonrió, abriendo la puerta y e invitándome a pasar a su habitación, era hermosa, era toda blanca, su cama era de hierro forjado, con un intrincado diseño de rosas, todos los muebles eran de madera oscura, que contrastaba de forma elegante y perfecta con el blanco de las paredes, la alfombra, la tapicería de lo sofás, los cojines de la banqueta de hierro forjado frente a la cama, todos los cojines,  las flores, era suave y delicada como mi princesa, incluso la cama tenía un dosel desde el que caían suaves telas blancas, era increíble, era perfecto como mi diosa, en una de las paredes cercanas a la cama de mi princesa habían diversas repisas con muchas velas blancas, y fotos, había fotos nuestras, dos o tres de nuestras fotos favoritas de las muchas que nos tomamos en Chicago, había una foto preciosa de mi mariposita, otras de mi gatita y mi campeón, fotos de mi princesa y nuestros hijos, una fotos de nuestros amigos, otra con Tania y Félix y supongo sus hijos, también unos chicos abrazaban a mi princesa en una foto, y sentí una punzada de celos en mi estómago, seguramente se trataba de Jacob y Paul; también había un par de fotos mías con mi muñequita.

 

-  Ven cariño o piensas quedarte allí toda la noche.- me dijo mi princesa sentada en la cama, invitándome a acompañarla. Me acerque a ella, metiéndome en la cama, ella se acomodó sobre mi pecho y nos arrope a ambos, besando los cabellos de mi amor.-

 

- Te amo princesa.- le dije.-  que descanses.-

 

- Buenas noches amor.- me respondió.- y gracias por entenderme.-

 

- Eres feliz.- le pregunte.-

 

- Soy feliz contigo, siempre seré feliz estando entre tus brazos.- me respondió dejando un beso sobre mi pecho, la bese nuevamente en sus hermosos cabellos.-

 

- Eso es lo que espero de la vida, hacerte feliz, hacer feliz a mi hijos, ese es mi propósito, ese es mi destino… no tienes porque agradecerme.- le dije, al poco tiempo note a la respiración acompasada de mi ángel y la acompañe en sus sueños. Estábamos profundamente dormidos, cuando un suave golpecito nos alerto que nuestros hijos estaban por irrumpir en la habitación como un torbellino lleno de energía arrasándolo todo, y de solo imaginarlo una sonrisa boba se formó en mi rostro.-

 

- Uhmmm...- se quejaba mi princesa no queriendo despertar.-

 

- Cielo despierta, tenemos a unos pequeños impacientes tocando la puerta, deben estar desesperados por entrar.- mi princesa se incorporó tallándose esos hermosos ojos chocolates amo profundamente, regalándome una sonrisa especialmente hermosa, la bese suavemente.- Te amo… Buenos días amor.-

 

- Buenos días cielo.- me respondió dándome un dulce beso.- los hacemos pasar.- decía al tiempo que escuchábamos nuevamente esos golpecitos en la puerta pero ahora parecían más impacientes. Reímos juntos.- Pueden entrar pequeños.- de pronto entraron nuestros pequeños corriendo y riendo y saltaron sobre la cama sobre nosotros llenándonos de besos.-

 

- Papito… papito te extrañe un montón.- me dijo mi gatita.-

 

- Yo también te extrañe mucho princesita.- le dije mientras la abrazaba.-

 

- Hola papito.- me abrazó Jane.- Hola princesa.

 

- Hola corazón.- le dijo mi ángel envolviéndola entre sus brazos, cada vez que mi princesa tenía un gesto amoroso por mi pequeña, un sentimiento de absoluta admiración por mi Bella crecía en mi pecho.-

 

- Hola mamá… papá.- dijo mi pequeño acercándose tímidamente a nosotros.-

 

- Hola mi cielo.- le dijo mi ángel abrazándolo.- dormiste bien?.- le preguntó y el niño asintió con la cabeza.-

 

- Ven pequeño, anda a dejarle un abrazo a tu padre.- le pedí mientras se acercaba y lo envolvía entre mis brazos, estos pequeños momentos eran tan maravillosos, tan increíbles. Pasamos cerca de dos horas los cinco juntos en la cama de mi princesa, jugando y haciéndonos cosquillas, conversando. Pero había algo que quería decirles y no les había dicho todavía.- Pequeños, papito quiere decirles algo, yo quiero que sepan que papá los ama muchísimo.- les dije mientras los tres sentados frente a mi, con sus piernas cruzadas asentía con la cabeza y me devolvían una hermosa sonrisa.- y quiero pedirles perdón… a ti Lizzie y a ti Ed, quiero que me perdonen por haberme perdido tantas cosas de ustedes, por no estar a su lado, por estar tanto años sin estar presente en sus vidas.- las lágrimas corrían por mi rostro.- y quisiera que me perdones Jane por no haberte dado antes la oportunidad de tener unos hermanos y una madre que te brindara el amor y la compañía que necesitas.- en ese momento sentí la mano de mi princesa apretando mi hombro dándome una agradecimiento mudo por considerarle como una madre amorosa para mi muñequita.- de verdad necesito que me perdonen mis pequeños, necesito amarlos libre de culpa.- les dije. Cuando de pronto sentí a mi gatita impactando contra mi cuerpo, secando mis lágrimas con sus pequeñas manitas y dejando sonoros besos en mis mejillas. No estaba completamente incorporado después del asalto de mi gatita, cuando aún estando abrazado a ella, me sentí golpeado por el impacto de los cuerpos de mi Jane y de mi campeón que se lanzaron contra mi pecho.-

 

- Papito no llores, ahora estamos juntos.- me dijo mi gatita aferrándose fuertemente a mi pecho.-

 

- Además papá nosotros vamos a viajar a Chicago y luego tu vendrás y luego en vacaciones podemos estar juntos de nuevo los cinco siempre, además tu y Jane tienen que venir en verano, es genial, y podremos divertirnos montones.- me decía mi campeón dando idea al principio de un plan bien formado.-

 

- Y papito, yo nunca he estado sola, siempre he tenido a mis tías, a mis tíos,  a mis abus y a Valerie y Kellan, por su puesto que estoy feliz por tener ahora hermanos y una mamá princesa, pero nunca he estado sola papá.- me dijo mi muñequita.- Te amo papito.-

 

- Y yo a ti mi muñeca.- le dije.- los amo muchísimo a los tres pequeños.- sobre la cabeza de mis pequeños vi a mi princesa secarse las lágrimas, “Gracias” le dije sin pronunciar palabras, ganándome una deslumbradora sonrisa de sus labios.- Bien peques, creo que es hora de que se cambien de ropa y veremos que nos depara el día y seguramente montones de delicias que habrá preparado la nona Sue.- les dije ganándome una sonrisa de todos.- Tienen media hora para estar listos.- les dije haciendo que salieran corriendo entre risas y discusiones sobre que haríamos hoy. Mi princesa estaba por levantarse de la cama cuando la jale hacia mi haciendo que cayera sobre mi pecho y comencé a besarla a conciencia, sin dejar un solo espacio de su boca sin explorar y sin saborear, cuando la necesidad de aire se hizo urgente, fui dejando besos por su mandíbula, en su oreja, por su delicioso cuello.- Uhmmm, princesa me moría por besarte.- le decía mientras rozaba dulce y amorosamente sus labios.- Te amo cielo.- y de nuevo me perdí en sus labios.-

 

- Amor… amor… detente.- me decía mi ángel contra mis labios.-  los niños amor…

 

- Los niños se están vistiendo.- le dije.- tenemos media hora cielo.- le dije.-

 

- Cariño pero íbamos a esperar a mañana.- me dijo con la respiración agitada y perdida entre mis besos acariciando mi cuerpo con las mismas ansias con las que acariciaba yo el suyo.-

 

- Y vamos a esperar hasta mañana.- le dije.- solo que podemos tener algunos aperitivos antes del plato principal preciosa.- le dije subiendo sugestivamente las cejas y dándole una sonrisa pícara.-

 

- Me gusta tu idea.- me dijo besándonos de nuevo, y perdidos entre nuestros besos y caricias, alcanzamos el orgasmo juntos, tocando nuevamente el cielo con la puntas de los dedos, perdidos el uno en el otro, perdidos en nuestro propio cielo, en nuestro paraíso, estábamos absolutamente felices y plenos, si pudimos alcanzar una felicidad tal solo con nuestras manos, el momento de la entrega total y plena ya nos generaba muy fuertes expectativas, estaba seguro que sería la experiencia más intensa que hemos vivido hasta el momento, aunque siempre mis mejores veces habían sido estando juntos, porque solo con mi princesa he hecho el amor, porque las demás que pasaron por mi cama fueron sexo … solo eso. Así cuando recuperemos la respiración y el sentido nos dimos cuenta que no había pasado media hora, sino la hora completa, nos levantamos entre risas, acompañe a mi princesa en la ducha… a la final tenemos que contribuir con la naturaleza y no desperdiciar agua… terminada la ducha me escabullí como pude a mi habitación, y media hora más tarde mi amor y yo atravesábamos juntos la cocina agarrados de la mano, entre risas y miradas cómplices… Desayunamos después del respectivo reclamo de nuestros hijos por haber tardado tanto y aprovechando el buen tiempo fuimos hasta Florencia, visitamos el Duomo de Santa Maria dei Fiore, caminamos por la ciudad, por los maravillosos puentes, comimos en una acogedora pizzería cercana al Batisterio, el día era frío pero pudimos caminar tranquilos por las calles y disfrutando de la ciudad, visitamos la tumba de Miguel Ángel, uno de los artistas más impresionantes de todos los tiempos, pudimos disfrutar de una de sus obras más importantes “El David”, y ahí mi ángel nos deleitó con su amor por el arte y su profunda admiración por Miguel Ángel y sus obras, entre los paseos, las caricias, los besos, las risas de nuestros pequeños, ya estábamos planeando nuestro futuro, algunos próximos viajes a distintas ciudades de Europa durante el verano para poder disfrutar unas vacaciones en familia, estábamos pensando en viajar a Roma, a Venecia, Paris, Madrid, Barcelona, Valencia, Lisboa, Funchal, Portimao, Viana… cada una de las ciudades tenía algo que nos llamaba la atención y que queríamos compartir en familia, y cada uno de nosotros sugirió algunas, por su puesto que pensábamos en un futuro poder llevar a los peques a Disney, y ya estábamos trazando un ruta por hermosas ciudades de norte, centro y sur América, queríamos que nuestros hijos conocieran el mundo, conocieran su cultura, su forma de vida, el idioma, la cocina local, queríamos compartir con nuestros pequeños nuestro antiguo deseo de recorrer el mundo, de visitar monumentos, plazas, de disfrutar de la forma de vida de otras culturas, de comer cosas nuevas, de sentarnos en un parque y disfrutar sentados en la grama de un sándwich y un refresco, de disfrutar de cosas maravillosas en las experiencias más sencillas… Planeamos también un próximo viaje a Londres, quería conocer la fundación de mi princesa en honor a mi mariposita, conocer a sus amigos y visitar con ella esa ciudad que tanto amaba, pero sobre todas las cosas…. Y lo más importante de todas…. Quería tener la oportunidad de reconocer a mis hijos y darles mi apellido como les corresponde.

 

Al regresar a la casa y al igual que ayer estuvimos pasando tiempo con los niños, comimos, jugamos juntos, y como ayer mi princesa hizo que todos nos diéramos un baño antes de reunirnos juntos en el salón de música, donde Ed me mostraba los acordes que tenía preparados para las nanas de su hermana, mi princesa revisaba un manuscrito de algunas ideas de su nueva obra y mi gatita le mostraba algunos pasos de ballet  a mi muñequita, mientras discutían por skype con su prima Valerie con la computadora que mi princesa le dio a Jane, como era la mejor forma de incorporar esa coreografía de ballet de Elizabeth a la rutina de patinaje de Jane y Valerie, además que planeaban emocionadas como le enseñarían a patinar a Lizzie cuando esta visitara Chicago con mi princesa y su hermanito.

 

Un rato después estábamos todos acurrucados en el sofá con mi princesa, leyendo el cuento que habíamos comenzado ayer, aunque a Ed no le gustaban mucho el cuento por que se trataba de un clásico cuento con princesas y demás, pero por estar acurrucado junto a mi princesa soportaba cualquier cosa, al igual que yo, y eso solo por si me quedaban dudas de que Edward era casi una copia de mí, tanto física como emocionalmente, así paso el tiempo, juntos bajo la manta, escuchando la embriagante voz de mi ángel y el chisporroteo de la leña en la chimenea, cuando nuevamente nos toco llevar a en brazos a nuestros pequeños a la cama, me las arregle para llevar a Lizzie y a Ed, mientras que mi princesa llevaba en brazos a Jane, como se estaba haciendo costumbre los fuimos dejando en sus camas, primero a Jane, siendo que luego que estuvo arropada y que Bella dejara en su frente un beso de buenas noches, susurrándole cosas dulces a mi pequeña, le tendí a  mi pequeño, para que con mi pequeña princesita en brazos pudiera inclinarme a besar la frente de mi hija y decirle que la amaba, el siguiente cuarto era el de Edward, así que al igual que a su hermana dejamos a nuestro campeón en su cama, para dejar finalmente a nuestra gatita, y perdernos tras la puerta del cuarto de mi ángel, donde nuevamente tocamos el cielo, solo a través de nuestras manos, con nuestros labios, con nuestras bocas… con besos, con caricias, y después de unas cuantas horas dormimos en los brazos el uno del otro, siendo felices, felices como esperaba que fuéramos el resto de nuestras vidas.

 

El día siguiente continuamos con la rutina de recibir el buenos días de nuestros pequeños en la cama hablando con ellos, mandándolos a vestirse mientras nos perdíamos en nuestras caricias, pero sin llegar a fundirnos completamente en los brazos el uno del otros, y después de compartir la ducha bajamos a desayunar, a diferencia de los días anteriores en vez de salir nos quedamos todos juntos en casa y en la cocina entre risas y salpicaduras,  preparamos junto con los nonos, las delicias que nos acompañarían a la mesa en la cena de noche vieja, estaba increíblemente emocionado por poder celebrar esta fiesta con mis hijos por primera vez, sin contar con que cuando terminará la celebración, después de la cena, después del champagne, las uvas y las doces campanadas, después de que nuestros hijos se entregarán a los brazos de Morfeo y descansaran en sus camas, entonces podría perderme nuevamente en el cuerpo de mi princesa, regresaría a la calidez de su piel, embriagándome al fin de cada suspiro, de cada gemido, de cada expresión de la pasión de mi mujer… Esta noche mi ángel sería de nuevo mi mujer y yo le confirmaría que he sido suyo y que soy suyo para siempre.

 

 

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Espero que les guste ...Gracias… Se les quiere:

 

“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…

 

Por eso, canta, ríe, baila, llora, y vive intensamente cada momento de tu vida…

 

… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos” (Charles Chaplin)

 

Kisses…

BkPattz

 

 

Capítulo 12: Absurdamente Feliz Capítulo 14: El Espectáculo de tu Cuerpo

 
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