La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152649
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

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Capítulo 12: Absurdamente Feliz

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

…….                                                                            

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado. Hay unas frases entre comillas y en negritas que pertenecen a la película Twilight, por lo tanto son propiedad de Summit.-

 

……

 

Capítulo 12: Absurdamente Feliz…

 

El momento era perfecto… simple y sencillamente perfecto… Tenía entre mis brazos a los seres que más amaba en este mundo, tenía por fin entre mis brazos después de todo este tiempo a mi preciosísima mujer… a mi princesa, tenía entre mis brazos a mis princesitas, mi adorable muñequita, y mi tierna gatita hermosa, también a mi pequeño talentoso, mi siempre tímido campeón, incluso sentía que en este abrazo nos cobijaba mi dulce Marie, mi linda mariposita… Que momento tan perfecto, aún sin merecérmelo había alcanzado la felicidad plena, aquella felicidad que pensé que me estaba negada por mis errores, por mi estupidez… pero aquí estaba en los brazos de mi hermosa familia, bebiendo de los labios de mi amor, de mi ángel.

 

Llegó la hora de seguir nuestro camino, porque por muy cómodo que fueran los brazos de mi ángel, de mis princesas y mi campeón, no podíamos quedarnos ahí, todos juntos, fundidos, arrodillados en el frío suelo del Aeropuerto, con todos los que pasaban mirando nuestra escena enternecidos…. Habíamos salido de Chicago a las 11:00 a.m., y luego de 10 interminables horas de vuelo, en las que me perdí entre la historia de mi vida en el libro de mi ángel, las interminables preguntas de mi Jane y mis nervios, llegamos a Florencia, en lo que para mi muñequita y para mi eran las 9:00 p.m., sin embargo con la diferencia horaria, la hora local eran las 4:00 a.m., así que tanto mi princesa como mis pequeños debían estar trasnochados, el jetlag ya nos afectaría más tarde a mi hija y a mí.

 

- Cielo debemos irnos a nuestra casa.- dijo mi ángel, una fuerte emoción apretó mi corazón al darme cuenta que mi ángel dijo nuestra casa, me incluía a mí y a Jane, en su hogar.- Deben estar cansados.- me dijo cuando vio que no salía de mi estupor, acaricié suavemente su mejilla al tiempo que le respondía.-

 

- Claro amor, aunque ustedes deben estar cansados también, no sé a que hora se levantaron, pero no creo que durmieran mucho.- reí al ver a mis hijos revoloteando a nuestro alrededor con una energía envidiable.-

 

- La verdad es que no durmieron nada, pero no te preocupes, porque apenas se sienten en sus sillas en el carro caerán rendidos.- me dijo mi ángel. Mire a mis hijos y además de la emoción se les podía ver la carita de sueño, y con mis hijos me refería a los tres, ya a Jane se le acercaba la hora de dormir, y si  sumábamos a eso todas las emociones y el cansancio del viaje tendría que estarla recogiendo dentro de poco.-

 

- Pues entonces será mejor que sigamos nuestro camino cariño, antes que tengamos que cargar con este trío además del equipaje.- ella rió conmigo, y en ese momento, y en un gesto me que recordó muchísimo nuestro reencuentro en Chicago hace 8 años, mi princesa entrelazó sus dedos con los míos, tomándonos de manos, en un gesto que me sorprendió y que nos arrancó una sonrisa de los labios, yo jalaba nuestras maletas, con la mano de Ed apoyada en la mía, Jane iba de la mano de mi princesa, y con su otra mano llevaba a su hermanita, era la estampa perfecta de mi hermosa familia, era absurdamente feliz en este momento… nada de lo pasado… nada  de lo sufrido importaba  ya en este momento.

 

Nos acercamos al estacionamiento a una camioneta Porsche Cayenne color plata, con tres asientos para niños en la parte posterior… Jane voltio a verme sin comprender hasta que mi ángel le dio la explicación que yo no pude…

 

- Cariño sé que eso no te debe hacer ninguna gracia, pero la norma aquí en Italia y en toda la comunidad europea, es que por protección de los niños, deben usar esas sillas hasta que alcancen cierta edad y peso que tu todavía no tienes peque, así que no podemos hacer nada.- Jane estaba apunto de hacer mala cara, pero mi ángel le hablo con tanto cariño mientras jugaba tiernamente con su cabello, que dejo a mi muñequita derretida con su encanto y la necesidad de tener al fin una madre a su lado no pudo objetar nada.

 

- Lizzie te sientas en la silla del medio.- le dijo con tono autoritario y mandón Ed a su hermana.-

 

- Por qué yo?. – le dijo ella con las manos en la cintura, y mirándolo de forma retadora, yo no pude más que sonreír ante su interacción, se parecían tanto a mí y a Alice cuando éramos niños.-   

 

- Sencillo.- le dijo.- Eres la más chica. – Al ver a su hermanita entrecerrar los ojos, replicó antes que ella le dijera nada.- Jane es la hermana mayor… yo soy mayor que tu… así que tu te sientas en la silla del medio.- le dijo aclarando su punto, yo los miraba alternadamente el uno al otro, embelezado por mis pequeños y su discusión. De pronto mi gatita me miro y sonrío de forma triunfal.-

 

- No importa porque estando en el medio puedo estar más cerca de mi papito y hacerle cariñito.- salto hacia mi logrando que la cargara en el aire, dejo un sonoro beso en mi mejilla, y con una sonrisa que me derritió hasta los huesos me dijo.- Verdad papito?.-

 

- Por supuesto princesita.- le dije, impedido de negarle nada si me miraba con esos ojitos, mi hermosa princesa sonreía negando con la cabeza.- Que?.- le pregunté simulando estar indignado.-

 

- Te lo dije una vez… es imposible negarle nada.- me dijo divertida, yo solo pude asentir en acuerdo con ella. Después de la pelea, pudimos poner las maletas en el carro y sentar a los niños, cuando fue nuestro turno de entrar al carro, me gire a mirar a mi princesa, ella solo río y me entrego las llaves del carro.-

 

- Me vas a dejar conducir.- pregunte emocionado.-

 

- No es eso lo que quieres desde que viste la camioneta.- que bien me conocía, la verdad el vehículo siempre me causó curiosidad y estaba contemplando comprar autos nuevos para mi y mi princesa en Chicago, porque la verdad mi Aston Martin o el Volvo, no eran apropiados para nuestra familia, y más si pretendía que la ampliáramos aun más, mientras que el recuerdo de la visión de Alice inundo mi memoria haciéndome sonreír.-

 

- Que bien me conoces princesa.- dije acercándome a ella, la invité a la puerta del copiloto, mientras la colocaba a un lado para poder abrirla le robe otro delicioso y tierno beso de esos dulces y apetecibles labios que amaba y me encendían.

 

- Edward… los niños.- dijo mi princesa contra mis labios.-

 

- Cierto los niños.- Mi Bella subió del lado copiloto, cerré suavemente la puerta y me dirigí al lado del conductor, abroche el cinturón de mi princesa y el mío, encendí el carro y me giré hacia mi princesa.- Recibo tus instrucciones, tu mandas y yo obedezco.- le dije ganándome una sonrisa de su parte.-

 

- Eso suena bien.- me dijo con una sonrisa picara, y no pude evitar pensamiento lujuriosos, sobre ello.-

 

- Papá… cuanto tiempo van a quedarse?.- preguntó Edward, curioso y apenado, y sacándome de mi ensoñación.-

 

- Solo hasta el día 4 campeón, tengo que volver por un trabajo pendiente y Jane tiene que ir a la escuela, pero no sabes como me gustaría pasar más tiempo aquí con ustedes.- pensé un poco, me gire hacia mi Bella, tomando su mano entre la mía y dándole pequeños besos.- Pero mientras ustedes no puedan ir a Chicago voy a intentar venir al menos una vez al mes… claro… si ustedes quieren.-

 

- SI!.- gritaron mis hijos al mismo tiempo mientras yo reía ante su entusiasmo, al igual que mi princesa.-

 

- Quiero llevar a papá mañana hasta la laguna.- dijo mi princesita en Italiano.-

 

- Nop…. Mañana vamos a tocar el piano.- le replicó mi campeón.-

 

- Porque mañana no decidimos todos juntos que vamos hacer, seguramente tendré tiempo de ir a la laguna contigo gatita, y por supuesto que tengo que tocar piano contigo hijo.- le dije en italiano y ambos me miraron sorprendidos. Mi ángel miraba a mi muñequita por el espejo.-

 

- Papito hablas italiano?.- pregunto mi princesita.-

 

- Si cielo, tu papá habla Italiano y otros idiomas más, pero tu hermana no.- le dijo en inglés.- Así que hablen en Inglés.- nos ordenó a todos.-

 

- Gracias princesa.- le dijo Jane.-

 

- No te preocupes cielo.- le respondió a mi pequeña. Mi princesa siguió indicándome el camino, nos vimos sumidos en un profundo silencio.-

 

- Por que tanto silencio?.- pregunté curioso.-

 

- Se quedaron dormidos.- me dijo mi preciosa, mire por lo espejo y nuestro pequeños nos ofrecían una imagen increíblemente enternecedora-

 

- Se ven hermosos, son tan angelicales.- le dije, ella río a lo que añadí.- supongo que eso de angelicales es solo cuando están durmiendo.- la mire, y se veía hermosa, radiante… Dios por fin estaba con mi princesa, era mi mayor anhelo, mi más grande deseo. – Bella… yo… yo tengo demasiadas cosas por las que disculparme, tengo…- me cortó de pronto.-

 

- El momento de las disculpas y los perdones y todo eso está cerca cielo, pero vamos a llegar a casa primero, vamos a dejar los niños en sus camas y mañana después que estés descansado tu y yo vamos a hablar y vamos a decirnos todo lo que necesitamos, después de que tus hijos se aburran de ti si es que eso sea posible … pero cuando estén agotados y en sus camas de nuevo y no puedan interrumpirnos… y hablaremos de todo, así nos lleve toda la noche.- me dijo seriamente.- de acuerdo?.-

 

- No podría estar más de acuerdo amor.- le dije. Llegamos a un portón donde, mi ángel tomó el control de la puerta y la abrió para nosotros, después de manejar como diez minutos por un hermoso sendero, llegamos a una elegante, enorme y preciosa casa de campo.-

 

- Llegamos cielo… Bienvenido a casa.- dijo inclinándose para dejar un dulce beso sobre mis labios.-

 

- Gracias amor, gracias por todo esto, pero seré mucho más feliz cuando me des la bienvenida a nuestro hogar.- le dije besándola de nuevo.-

 

- Te he extrañado tanto Mi Vampiro Lector de Mentes.- me dijo nuevamente, con sus labios contra los míos, mi corazón brincó de felicidad en reconocimiento del antiguo apodo, que acompañaba nuestros momentos más íntimos.

 

Apenas sintió la falta de movimiento, Jane se despertó tallándose los ojitos, y muerta aún de sueño.

 

- Llegamos.- Preguntó curiosa.-

 

- Si muñeca, ya llegamos.- le dije mientras me desabrochaba mi cinturón, para luego hacer lo mismo con mi princesa… era una costumbre que teníamos siempre, desde mucho antes de su regreso a Chicago, desde las primeras veces que salimos de paseo o a algún lugar cuando ambos aprendimos a conducir a los dieciséis años. Salimos del carro y la puerta de la enorme casona se abrió saliendo de ella un hombre y una mujer de unos cincuenta y muchos o sesenta y pocos años.-

 

- Ya debes estar feliz pequeña.- le dijo la señora a mi princesa, hablándole en Italiano.-

 

- Por su puesto que si Nona Sue, no sabes todo lo feliz que soy en este momento… todo es casi tan perfecto.- le respondió mi ángel y juro que me derretí de lo sexy que se oía mi princesa…Dios había olvidado que bien se le escuchaba en otros idiomas su dulce voz. Me acerque a ella y olvidando a nuestros hijos y a las dos personas frente a nosotros le dije, pero esta vez en francés.-

 

- Amor… no sabes lo que provocas en mi, cuando te escucho hablando así.- Ella se giro emocionada, se colgó de mi cuello, dándome un sonoro beso en cada mejilla, que provocó que la tomará por la cintura  y comenzara a dar vueltas, mientras me llenaba de sus risas, no importaba el frío, no importaban los ojos curiosos que nos miraban, no importaba nada mas.-

 

- Edward… Recordaste nuestro juego.- me dijo emocionada, pero de regreso al inglés.-

 

- Recuerdo todo lo que tiene que ver con nosotros.- le dije mirándola intensamente a los ojos, y colocándola en el suelo.- Todo… lo bueno… lo no tan bueno… lo estúpido que fui… las veces qu…- me hizo que me callara colocando sus dedos sobre mis labios.-

 

- Mañana… Edward… mañana.- yo solo asentí, pero de nuevo vi brillar la chispa en sus ojos.- sabes que nuestros hijos también lo juegan?.- negué divertido.- claro que aún no manejan tantos idiomas, solo se bandean entre el inglés, el italiano y el francés.- me dijo emocionada, y en mi pecho creció el enorme orgullo que sentía en que mis hijos tan pequeños, fueran no solo talentosos y maduros sino inteligentísimos. Que con sus cortos cinco años de edad, pudieran seguir el “juego” con el que su madre y yo molestábamos a nuestros amigos, hermanos y primos. Cada vez que Bella y yo queríamos conversar de algo o molestar al resto del grupo comenzábamos hablando un idioma, al que el otro contestaba usando otro.  Bella y yo éramos a los que mejor se nos daban los idiomas y lo aprovechábamos, uno de nuestros sueños era viajar por el mundo y aprender nuevas lenguas y cosas de nuevas culturas. Así que cuando empezábamos con “el estúpido jueguito”, como solía llamarlo Rose, nos tenían que escuchar en conversaciones en las que hablábamos Italiano, Francés, Español y Portugués… una vez nos propusimos a aprender papiamento pero fue un poco complicado porque se nos enredaban con los otros. Tanto se molestaban los demás con el juego que terminaron por repartirse los idiomas, así que Jasper aprendió Portugués, Alice le toco el Francés, Rosalie aprendió Español, y Tanya debería estarnos eternamente agradecida porque aprendió Italiano; lo que ellos no sabían es que mientras ellos intentaban aprender esos idiomas mi Bella y yo estábamos estudiando Ruso y Alemán, pero solo aprendimos lo básico para molestarlos la primera vez que intentaron meterse en nuestra conversación con lo que habían aprendido.

 

- Que maravillosos niños has criado cielo.- le dije.- haces que me sienta verdaderamente orgulloso de ellos.- ella me sonrió y me giro para presentarnos a mi y a Jane con las personas que salieron de su casa, mientras que Ed y mi Gatita seguían en el coche muy dormidos.-

 

- Bien Sue, Billy, ellos son Edward y Jane.- le dijo mi princesa.- Edward, Jane, ellos son unas personas muy especiales para los niños y para mi, son como unos padres y unos abuelos para los niños.- me acerque a ellos para saludarles y agradecerles.-

 

- Es un placer conocerlos, y de corazón les agradezco todo el cariño, que le dan a mi princesa y a mis pequeños.- gracias de verdad.-

 

- No se preocupe joven, lo hacemos porque los queremos.- me dijo amablemente Billy.-

 

- Por favor díganme Edward… nada de joven o señor o nada de eso.- le dije.-

 

- Solo si usted nos dice Nono Billy y Nona Sue.- me dijo la Nona con cariño.-

 

- Claro que si Nona.- le dije acercándome a ella, dándole un beso en la mejilla.-

 

- Y tu debes ser Jane, muñequita?.- le dijo poniéndose a la altura de mi pequeña.-

 

- Si señora.- le dijo me pequeña con una sonrisa tímida.-

 

- Dime Nona al igual que tus hermanitos pequeña.- le dijo con ternura.-

 

- Claro Nona.- le dijo.-

 

- Deberíamos entrar y acostar a los niños.- dijo mi ángel girándose en dirección del carro.-

 

- Porque la pequeña Jane no acompaña a la Nona Sue, mientras yo me ocupo de las maletas y ustedes de los pequeños.- indicó Billy.-

 

- Por mi está perfecto.- aprobé el plan de Billy. El se acercó a la maleta para bajar el equipaje, mientras que Sue tomaba de la mano tiernamente a mi muñeca que simplemente se dejaban querer. Abrí la puerta del carro para tomar en brazos a mi pequeño y pasárselo a Bella, cuando noté algo en lo que no me había fijado.- Cariño, el yeso de la pierna de Edward, ya se lo quitaron?.-

 

- Si Cielo, la ultima vez que fue a revisión antes de navidad, le rogó y fastidió tanto al médico que no le quedo más remedio que hacerle una placa, la verdad es que la fractura no fue demasiado grave y fue más que todo una fisura que ya estaba curada, el doctor quería dejárselo un par de días, pero resulta que tu hijo es tan terco como tu.- me dijo arrancándome una risa al imaginarme la escena, pero a la vez preocupado porque no sabía si eso le acarrearía problemas futuros.- en fin… después de prometer que no andaría encaramado por todos lados, ni corriendo.- al terminar de decir eso puso una cara frustrada, y yo recordé todos los “Ed… no corras” que le escuche a mi ángel en las conversaciones de la última semana.- se lo quitaron...- hizo una pausa, y tras un largo suspiro añadió, luego de sonreír por ver mi mano sobre su cintura, haciendo pequeños círculos sobre su cuerpo a través de la camisa.- … tenemos que estar pendiente de él, a la menor manifestación de dolor o molestia… se supone que tendría que decirnos si le duele, para realizar un nuevo estudio y recolocar el yeso de ser preciso, pero la verdad es que conociéndolo no va a querer verses limitado de nuevo y aun muriendo del dolor no va a decir nada.- agrego mi ángel, me incline a darle un beso en la frente.-

 

- No te preocupes cariño, yo voy a estar también al pendiente.- rocé mi nariz con la suya y la note helada, por primera vez me di cuenta del clima y recordé que era invierno en Europa, levanté mi mirada para asegurarme que Jane estuviese protegida del frío y note que ya no se encontraba a la vista.- Es mejor que entremos, no  nos quiero enfermos.- le dije.-

 

- Hay cosas que no cambian nunca.- dijo ella, burlándose de mi instinto sobreprotector. Ya con mi curiosidad satisfecha sobre la pierna de mi hijo y un poco preocupado en el hecho de que dependemos que nos avise y si va a estar bien,  sabiendo que no va a hacerlo, lo tome con cuidado depositándolo suavemente en los brazos de su madre, para luego tomar a mi gatita de su asiento. Al principio se removió intranquila, mientras acurrucaba su carita entre mi hombro y mi cuello, no puede evitar bajar la cabeza y dejarle un suave beso sobre la frente, mientras la escuchaba balbucear.-

 

- Te quiero mucho papito.- mi pequeñita hablaba dormida igual que mi ángel.-

 

- Yo también te amo mi gatita.- subí la mirada para ver a mi ángel y sonreírle, me acerque a ella dándole un pequeño dulce beso en los labios.- Gracias cielo, gracias por nuestros pequeños, son demasiado hermosos, demasiado perfectos… demasiado como tu.-

 

Entramos en la casa, que era absolutamente perfecta, era más hermosa de lo que había podido ver en la revista. Empecé a buscar a Jane con la mirada, pero noté al Nono Billy, bajando por la gran escalera.

 

- La pequeña esta en su habitación,  Sue le subió un plato de galletas y un vaso de leche caliente, y está ayudándola para preparase para dormir.-

 

- Muchísimas gracias, ahora la subo a verla.- le dije.- pero primero hay que dejar a esta dulce princesa en la cama.- Bella me indicó que subiera por la escalera, llegamos a un enorme pasillo, precedido por un área familiar, con sofás y una mesa de café.

 

- Este de la derecha es el cuarto de los nonos.- me indicó mi princesa, el siguiente es el de Jane, en frente está la habitación de Ed, la siguiente es la de Elizabeth.- me indicó, al lado de la de Jane, esta la habitación de visitas que vas a ocupar por ahora.- me  decepcionaba un poco tener que dormir sin mi princesa, me moría por dormir abrazado a ella, enterrando mi nariz en su cuello, y respirando su dulce aroma, pero sabía que tenía que ir poco a poco, y lo primero era resolver el pasado, además que tenía una esperanza brillando entre sus palabras, mi ángel dijo que sería la habitación que ocuparía por ahora… Saliendo de mi ensoñación, alcance a escuchar mi ángel, diciendo que la habitación de final del pasillo era la suya.

 

Una vez dentro de la habitación de Ed, pude ver que era de tonos grises y azules, completamente sobria y demasiado seria para un niño tan pequeño, pero era increíblemente parecida a la mía cuando tenía su edad, tenía sus juguetes perfectamente ordenados, los cuadernos, las libretas y los pentagramas colocados sobre el escritorio, y tenía carros de colección muy antiguos colocados en lugares estratégicos de la habitación, así como otra colección de carros más contemporáneos. Me acerque a ellos, con mi gatita en brazos mientras mi princesa recostaba a Edward, le quito la ropa con cuidado y le puso la pijama, al ver detalladamente los carros de colección de mi campeón me quede impresionado al ver particularmente dos modelos, un Aston Martin Vanquish V12 color plata, el cual era mi carro favorito y un Volvo plateado, justo como mis carros, mi princesa se acerco a mi para ver que había captado mi atención. Al ver los autos sonrío y dijo.

 

- También son sus favoritos.- me dijo, al igual que los míos, yo compre esos autos, fueron mi orgullo, siempre tenía el mismo, lo máximo que hacía era cambiar el volvo por el modelo del año, el Vanquish, lo cambie todos los años, hasta el último modelo fabricado en el 2007.

 

- Tu le dijiste…- le pregunte, queriendo saber si mi hijo sabía que mis carros eran como esos.-

 

- Ni siquiera el color cariño.- me dijo encogiéndose de hombros.- te he dicho una y mil veces que Edward es tu copia al carbón.- me replico.- Ya esta todo listo aquí, ahora le toca el turno a la princesa.- me dijo.- me gire para verla arropar a nuestro hijo, dejarle un beso en la frente mientras le decía que lo amaba. Me acerque a la cama y sujetando fuertemente la espalda de mi gatita, me incline a besar la cabeza de mi hijo.-

 

- Buenas noches campeón. Te amo.- le dije simplemente, y salí del cuarto detrás de mi princesa. Nos dirigimos a la siguiente puerta, la cual era la del cuarto de mi pequeñitica. Este era completamente diferente, estaba completamente lleno de vida, las paredes rosa claro tenían vectores, círculos y flores amarillos, naranjas, verdes manzanas y fuccias, parecía una caja de mentos, era espléndida, lleno de juguetes, muñecas y un pequeño rincón con una tarima, rodeada de espejos y una barra al medio, como la que usan las salas de ballet.

 

- Esa la usa para practicar cuando esta en el cuarto.- dijo señalando la tarima.- abajo en el gimnasio tiene toda una sala de ballet para ella sola, pasa horas allí metida.- me explicó mi ángel.- déjala aquí en la cama para poder ponerle la pijama.- la empezó a cambiar mientras yo paseaba por el cuarto observándolo todo, me enterneció ver entre sus fotos, algunas de las fotos que Jane y yo le mandamos por correo. Al igual que hizo con mi campeón, mi ángel arropó a nuestra gatita dejándole un beso en la frente, una vez que se separo de ella, me incliné a darle un beso.-

 

- Te amo pequeña.- le dije, ella se removió inquieta.-

 

- Los amo papitos.- dijo dormida. Yo sonreí, al igual que mi ángel, antes de salir del cuarto, Bella se acercó al reproductor del ipod y lo encendió haciendo que la melodía de la nana que había compuesto para ella resonara por toda la habitación.-

 

- Esa es la nana?.- pregunte embelesado por todo el amor que me profesaba mi familia sin merecérmelo.-

 

- Si cariño, dice que ayuda a espantar el coco, y las pesadillas.- dijo mi ángel sonriendo.-

 

- Tiene muchas pesadillas?.- pregunte preocupado, la verdad es que ya había sido varias las veces que había salido a relucir  ese tema.-

 

- Solía tenerlas.- dijo mi princesa encogiéndose de hombros.-

 

- Solía?... en pasado?.- le pregunté curioso.-

 

- La verdad es que desde que empezó a comunicarse contigo dejo de tenerlas cielo.- me dijo con mirada de culpa.- Edward, yo lamento….- la calle con un beso.-

 

- Shh…. Mañana amor… mañana.- le repetí lo que ella me había dicho ya en varias oportunidades el día de hoy.-

 

- De acuerdo.- salimos del cuarto.- Si quieres pasa por donde Jane, y bajamos a la cocina para que tomes algo, y puedas descansar amor.- me dijo mientras tomaba mis manos entre las suyas, hice un gesto pensativo, y la mire sonriente.-

 

- Puedo tener también un plato de galletas y un vaso de leche tibia como Jane.- le pregunte emocionado como un niño.-

 

- Lo que quieras cariño.- me dijo con una sonrisa.-

 

- No me digas eso, porque sabes bien que es a ti a quien quiero.- me acerque a ella besándole en la punta de la nariz. Me separe de ella, no quería forzar las cosas entre nosotros o apurarlas demasiado. Nos acercamos al cuarto de Jane y toque la puerta ligeramente y me asome.- Podemos entrar peque.- le pregunte.-

 

- Claro papito.- La habitación era preciosa, era en tonos lilas y morados, con vectores y contornos de flores dibujadas en un tenue plateado escarchado, los muebles eran sencillos, pero modernos, tenía un pequeño sofá, con una lámpara y una mesita perfecto para leer, cosa que amaba mi pequeña, y un pequeño escritorio con una bonita laptop, también en tonos lilas y morados.-

 

- Te gusta la habitación pequeña.- le preguntó mi ángel.-

 

- Es perfecta princesa gracias.- le dijo mi pequeña, mientras mi princesa se sentaba en la casa.-

 

- Pues es tuya, la pintamos y decoramos especialmente para ti.- le dijo con ternura.- todo lo que esta aquí es tuyo, incluyendo la computadora sobre el escritorio, hay internet inalámbrico en toda la casa y puedes usarla cuando quieras.- se giro hacia mi y antes que frunciera el seño, me dijo.- tiene contenidos bloqueados y protección para que Jane pueda usarla sin que estés sobre ella.- me dijo, advirtiéndome sobre mi comportamiento de padre sobreprotector, controlador y celoso.-

 

- Gracias.- le respondí con algo de alivio.-

 

- De verdad todo es para mi.- me preguntó, a lo que mi ángel solo asintió.-  Gracias, gracias, es demasiado hermosa.- le dijo mi muñequita y ambas se fundieron en un abrazo que me enterneció hasta la médula.-

 

- Es hora de dormir, además debes estar cansada, mañana te ayudo a desempacar.- le dije a mi niña.-

 

- No hace falta papito, la nona me ayudó con eso.- me dijo.-

 

- Perfecto entonces.- la arrope y le deje un beso en la frente.- Te amo muñequita, que descanses.-

 

- Igual tu papito. Te amo muchisisimo.- me dijo.-

 

- Buenas noches linda.- le dijo mi princesa dándole un beso.- Eres muy dulce, y quiero que sepas que también te quiero mucho, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme.-

 

- Gracias princesa, yo también te quiero, porque eres buena, eres hermosa y haces feliz a mi papito.- le dijo.- Buenas noches.-

 

- Porque me dice princesa?.- me preguntó mi ángel, al salir de la habitación.-

 

- Porque lo eres.- le dije, y ella me dio un golpe juguetón en el hombro, mientras la tomaba por la cintura y la acercaba a mí.-

 

- No en serio.- Me pregunto curiosa.-

 

- La verdad no lo sé bebé.- le dije con sinceridad.- lo cierto es que cuando le hable de ti y de sus hermanos, solo me preguntó si eras la misma princesa de la foto que tenía guardada en mi gaveta. Desde ese momento se refiere a ti de esa manera.

 

- Es lindo pero extraño.- me dijo, yo solo reí, negando ante su lógica extraña.-

 

Fuimos hasta la cocina, que al igual que toda la casa era perfecta, al pasar por el salón pude ver un montón de fotos sobre la chimenea, entre ellas una de Charlie y Renee Swan, la verdad es que la mamá de mi ángel era hermosa, entiendo perfectamente el amor de mi padre por ella, y los celos de mi mamá, pero lo que ahora no sabía era si decirle o no a mi ángel el pasado que unía a nuestros padres, estaba pensando en eso, cuando mi ángel me interrumpió.

 

- Esa foto es de cuando recién se conocieron.- dijo mi ángel y enseguida me tensé. Eso quería decir que esa foto fue de cuando recién se había muerto nuestro hermano, porque ahora que lo pensaba, el hermano de Bella, ese por el que ella sentía tanta falta, ese que ella presentía estaba en algún lugar del mundo también era mi hermano, el hermano de los dos, que ironía tiene la vida… Pero lo cierto es que sin que la vida de ese hermano se perdiera, no podría tener a mi Bella conmigo, así que sintiéndome todo lo egoísta que pudiera sentirme, entendí, que si mi hermano hubiese sobrevivido, Renee no habría entrado al grupo de apoyo y tampoco conocido a Charlie Swan, por lo que nunca habrían nacido ni mi princesa, ni mis bebés… así que por más cruel que fuera el destino con su madre y mi padre, por más doloroso que fuera la perdida de su hijo, la cual comprendo perfectamente al no tener a nuestra mariposita conmigo, la verdad es que sin el dolor de nuestros padres, mi vida carecería de sentido, de alegría y de vida misma. – Era muy hermosa, no es cierto?.- dijo nuevamente mi ángel.-

 

- Si, tu madre era muy hermosa.- y fije la mirada en los ojos grises de Renee. – pero no más hermosa que tu princesa.- le dije logrando que se sonrojara, y que yo sonriera feliz.-

 

- Siempre tan adulador.- dijo en medio de un bostezo.-

 

- Creo que es mejor ir a descansar cielo, antes que tenga que llevarte cargando hasta la cama como lo hicimos con nuestros pequeños.- mi princesa se veía agotada, y la verdad teníamos todos que descansar, además tenía que pensar en cuando sería el mejor momento para que mi princesa supiera de nuestros padres. La acompañe hasta la puerta de su habitación, y me despedí de ella con un dulce beso, me sentí como un adolescente, que deja a la chica de sus sueños a la puerta de su casa después de la primera cita.-  Que descanses cielo. Te amo, y soy inmensamente feliz de estar aquí con ustedes… no tienes idea cuanto, solo sería más perfecto si pudiéramos ir todos a ver a nuestra mariposita.- le dije mientras los ojos de ambos se llenaban por las lágrimas del dolor compartido.-

 

- Bebé … pronto iremos todos juntos a visitar a nuestra dulce mariposita.- dijo mientras limpiaba cuidadosamente con mis dedos la pequeña lágrima que se había escapado de sus ojos.-

 

- Shhh…. Amor… tranquila, ya aprenderemos a vivir con nuestro dolor, si estamos juntos seguro será más sencillo.- le dije tragando el nudo que se había formado en mi garganta.- ahora entra y descansa, nos vemos en la mañana. Te amo.- la bese.-

 

- Te amo cariño, que descanses.- dijo mientras nuestras frentes se encontraban unidas y aspirábamos el olor del otro tranquilizándonos, respirando de nuevo, encontrando la razón de nuestras vidas, encontrando el camino a nuestro hogar.-

 

Entre al cuarto que ocuparía, espero que por poco tiempo, y era perfecto, era muy masculino, en colores beige y marrones, elegante, y clásico, me sentía muy cómoda a decir verdad, pero seguramente estaría más cómodo en la habitación del final del pasillo, cuando fui a desempacar mis cosas, me encontré que ya todo estaba en su lugar, seguro la nona las había arreglado mientras acostábamos a los niños o mientras estábamos en la cocina, entre en el baño, que al igual que la habitación era sencillamente perfecto.  Después de una relajante ducha, abrí mi maletín personal, alegrándome porque Sue no lo halla abierto, pues en el guardaba el libro de mi princesa. Encendí el celular, aprovechando el roamming para poder revisar mis llamadas y mensajes por si ocurría algo importante con mi familia, sin embargo les había advertido que  solo encendería el teléfono un rato en las noches antes de acostarme para asegurarme que todo estaba bien, pero que no quería perder tiempo del que pasaba con mi familia. Como era de esperarse, tenía algunos correos de la oficina, pero solo reportes de cómo habían estado las cosas con el proyecto del hospital, tenía mensajes de mis hermanos Alice, Jasper y Rose preguntándome por mi familia, al igual que mi padre. Y tenía cientos de llamadas perdidas de Doña Esme, estaba pensando en llamar a mi hermana para saber como estaba la fiera, cuando mi teléfono comenzó a sonar.

 

- Hola mamá.- respondí cortando su saludo.-

 

- Se puede saber donde estas con mi nieta?.- me preguntó alterada.-

 

- Mamá estas no son horas de llamarme y menos en ese estado, estoy seguro que tanto mi papá con mi hermana y cuñados te habrán dicho no menos de cien veces que estamos bien.- le respondí ya cansado de su actitud.-

 

- No me importa lo que me hallan dicho, te estoy preguntado a ti, donde estas con mi nieta, porque tu secretaria me dijo que estabas de viaje?.- me pregunto irritada.-

 

- Es porque estoy de viaje mamá.- le dije.- Jane y yo estamos en Italia.- no quise decirle el lugar exacto, no me sorprendería que se apareciera por aquí.-

 

- Si ibas a pasar las fiestas de fin de año con los Volturis, lo menos que me merecía es que me avisaras, y me dejaras despedirme de Jane.- me dijo menos irritada, pero eso no sería por mucho tiempo.-

 

- Jane y Yo vamos a pasar por Volterra a ver a los Volturis, pero la verdad es que vinimos a pasar las fiestas de fin de año, con Bella y mis hijos.- le dije.-

 

- MENTIRA, MENTIRA, Solo dices eso para molestarme. DEJA DE MENTIRME EDWARD ANTHONY CULLEN MASEN- me dijo exaltada.- no puedes hacer eso, no puedes llevar a mi nieta con esa mujer.-

 

- No empecemos otra vez con lo mismo, estoy en Italia, estoy muy feliz con mis hijos y con Bella.- le dije apretándome el puente de la nariz en busca de calma.- mis hijos son maravillosos, se llevan todos muy bien, y no tengo más nada que decirte, ni siquiera darte explicaciones.-

 

- Como te atreves Edward, dejar que esa mujer se acerque a Jane, después de todo lo que sufrió Heidi.- me dijo alterada.-

 

- Desconozco las razones del sufrimiento de Heidi, pero estoy seguro que no tienen nada que ver conmigo, lamento mucho que Heidi fuera tan infeliz en su vida, pero es algo de lo que no soy responsable.- le dije.- no voy a dejar que me sigas cargando con una responsabilidad y un montón de culpas que solo le pertenecen a ella.

 

- Pero que descaro tienes, te desconozco, no eres el hijo que crie.- me espetó con rabia.-

 

- Y doy gracias a Dios por eso.- le replique, mientras la escuchaba jadear horrorizada.- Te quiero mamá pero no voy a dejar que te interpongas de nuevo en mi felicidad. Tiene que bastarte con saber que Jane y yo estamos bien, que tus nietos, por los que no te has preocupado ni preguntado ni  una sola vez, son perfectos y maravillosos y que Isabella me hace inmensamente feliz, que tengas felices fiestas, nos vemos cuando regrese.- y con eso le corte el teléfono.

 

Estoy seguro que la histeria de mi madre alcanzará dimensiones apoteósicas, lo más triste del caso es que esta alejando poco a poco a la única persona que incondicionalmente siempre ha estado para ella, y que ha sacrificado su felicidad por el amor que le profesa… pero ahora esta Renata, y mi madre esta pasando de perder a mi padre poco a poco, para acercarse al momento de perderlo de golpe… Eso puede acabar con ella, después de sus claros esfuerzos de separar a Carlisle de Renee… podría asegurar que mi madre ama a mi papá profundamente… Dios a veces siento que la cabeza me va a estallar de tantas cosas que le dan vueltas y vueltas… no tengo ni idea de cuando contarle a mi princesa sobre Carlisle – Renee y por supuesto nuestro hermano, ese asunto me llena de interrogantes, y aún cuando siento un vacío por mi hermano, no puedo tener la sensación de que esta perdido, o desaparecido, no puedo tener la percepción de mi princesa, pero si lo pienso detenidamente, cada vez que nos encontrábamos en familia, compartiendo mis hermanos y yo, siempre tuve la percepción de vacío como si faltara algo… como si faltará alguien, pero totalmente al contrario de mi princesa que tenía la percepción de que alguien importante para ella estaba perdido en algún lugar… de pronto sentía que era mi hermano el que estaba muerto… era mi hermano que me producía ese vacío, era mi hermano lo que me faltaba… Dios que complicado era todo esto… y por otra parte, a donde fue mi madre antes que naciera Emmett, porque se perdió de esa manera… donde y porque … y viendo a mi hermano, toda su fortaleza física y su tamaño es difícil de creer que naciera prematuro… Y porque Renee huyo así si estaba embarazada de mi padre… pero que pregunta más estúpida Edward… por la misma razón por la que se fue Bella, porque se cansó de ser la otra, además Bella te lo dijo una y un millón de veces, que no tendría un hijo en esa relación, que una cosa es estar en la sombra y otra mantener en ellas a su hijo, que otra cosa podría ser… pero a diferencia de mi Bella, Renee nunca le aviso a papá del nacimiento del pequeño, pero ahora entiendo el dolor de mi papá frente a mi dolor, es el mismo… la historia se repitió conmigo… con nosotros, es como si papá y Renee de alguna forma hubiesen intentado vivir el destino que estaba reservado para Bella y para mi. O fuimos nosotros los que quisimos repetir su destino… AHHHHHHHH!!!!!!.... Estoy tan frustrado, todo esto me tiene tan confundido… Dios… y si esto no fuera lo suficientemente complicado hay que añadir a Renata en la ecuación…. Renata… Renata la amiga de Heidi… Renata la inseparable… la incondicional de Heidi… Renata quien conoce los secretos de Heidi… Renata la que conoce ese secreto que involucra a mi madre con Heidi….Renata la que conoce ese secreto que involucra a Heidi con mi Princesa y Aro Volturi…  Renata la heredera de Heidi… Renata al ex prometida del fallecido Alec Volturi… Renata la amante de mi papá… y si le ponemos un toque morboso a la cosa… Renata mi posible madrastra y quien sabe si la madre de algún hermano o hermana… ok ok ok… mejor no pongo imágenes mentales en mi cabeza… Que confusión tan endemoniada…

 

Estaba intentando dormir, pero no hacía más que dar vueltas y vueltas en mi cama por tantas cosas que tenía en la cabeza, cuando la sentí entrar en la habitación…

 

- Bella, preciosa, que haces despierta?.- le pregunte mientras lograba ver con el reflejo de la luna deslizándose por la ventana, la deliciosa silueta de mi ángel, quien venía hacia mi de forma lenta y sensual, mordiéndose el labio nerviosamente… Dios… sino dejaba de hacer eso, estaría en problemas con mi amigo, quien moría por despertar… Se acerco a la cama, le tendí la mano, mientras apartaba las sabanas haciéndole espacio, no estaba seguro que aceptara mi invitación, pero no podía perder la esperanza de que eso sucediera… estaba en mi día de suerte y Dios estaba de humor conmigo, y mi princesa acepto mi invitación.-

 

- No podía dormir lejos de ti, sabiendo que estabas bajo mi mismo techo.- me dijo apenada.-

 

- Y yo doy gracias a Dios por eso.- le dije besando su cuello.-

 

- Ed… solo dormir.- me dijo.-

 

- Solo dormir cariño.- no podía exigirle nada, tendría que llevar las cosas poco a poco. Se acurruco en mi pecho, y pude dormir con mi brazo enredado en su cintura y mi nariz pegado en su cuello.- Estoy en el cielo.- dije aspirando su aroma.-

 

- Estamos en el cielo.- dijo removiéndose y acomodándose mejor entre mis brazos.- Te amo Edward.- dijo suspirando dormida, esa era la razón por la que me causaba tanta gracias que mi gatita hablara dormida, además de ser hermosa, de ser tierna, e inteligente, tenía todas esas pequeñas cosas que amaba de mi princesa, como su sonrisa, la profundidad de su mirada, su determinación, su dulzura, sus sonrojos… y además hablaba dormida. Apreté más a mi princesa contra mi pecho.-

 

- Yo también te amo.- le dije. En la mañana sentía pequeños besitos por mi cuello, por mi rostro, los dedos de mi ángel acariciando mi cabello, en otras circunstancias pensaría que estaría soñado, pero en ninguno de mis sueños su olor era tan perfecto, tan agradable, tan único… ese olor de mi princesa que me hacía sentir único, que me calma que le da equilibrio a mi vida.- uhhhmmm… cielo cuidado, tenemos que ir poco a poco.- le dije, y ella río picara.-

 

- Acaso no te gusta.- dijo simulando estar dolida, aun sin abrir los ojos sabía que mi princesa estaba haciendo un puchero con esos lindos labios suyos, y una mirada suave intentando verse infantilmente tierna y dolida, cuando lo único que lograba era verse jodidamente sexy y sensual… así que lo mejor que podía hacer era tener los ojos cerrados si quería seguir teniendo el control de mis emociones y mi cuerpo, y de mi amigo.

 

- Claro que me gusta cariño, no sabes cuanto… bueno si lo sabes, porque de lo contrario no lo harías.- reí tontamente.- pero la verdad cariño es que si sigues con eso no sé que voy a hacer para controlarme.

 

- Hacer que cielo, si no estoy haciendo nada, ni siquiera me miras.- me dijo.-

 

- Cielo, es que si te miro, no voy a poder hacer nada para no abalanzarme sobre ti, y besarte hasta que ambos estemos completamente saciados el uno del otro, y tu no quieres eso no todavía… y la verdad es que tu quieres jugar conmigo intentando verte tierna y dolida, pero no sabes que tan sexy te ves haciéndolo y yo no se como resistirme.- le dije soltando todo, cuando estaba con ella uno de los problemas era que perdía el filtro entre lo que pensaba y lo que decía y siempre hablaba de más… o por lo menos en lo que respecta a mis emociones por ella.-

 

- Eso es genial nene.- me dijo acostándose sobre mi, colocándose a ahorcajadas sobre mi cuerpo, si antes estaba en problemas, ahora me estaba acercando a un camino sin retorno.- eso quiere decir que cuando quiera algo de ti, solo tengo que hacer eso.-

 

- Más o menos.- le dije intentando con todas mis fuerzas controlar no solo mi voz sino cada músculo y órgano de mi cuerpo, ya mi respiración comenzaba a ser acelerada y superficial.- Bella… cariño… por favor.- le rogaba.-

 

- Por favor… que…. cielo.- me decía ella en una condición no mejor que la mía.- Que es lo que quieres cariño.- en este momento quería muchas cosas, pero por lo único que rogaba era porque mi princesa no comenzara a moverse sobre mi.-

 

- Nena estamos llegando a un camino de no retorno.- le dije empezando a tener problemas con mi buen amigo.-

 

- Lo sé Ed… lo sé amor.- me decía casi jadeando contra mis labios, mientras sujetaba mi rostros con ambas manos y me besaba con fuerza, de pronto la puerta se abrió, logrando que Bella se quitara inmediatamente de encima mío, mientras que los pequeños entraron corriendo  y saltando sobre cama.-

 

- Papito, papito, papito.-gritaba mi gatita saltando sobre mi, al tiempo que me abrazaba.-

 

- Hola princesa.- le dije.- Hola campeón.- le dije despeinando su cabello imposible de peinar, como el mío.- Hola muñeca.- le dije a Jane dándole un beso en la mano.-

 

- Hola papito… Hola mamita.- dijo Ed.-

 

- Hola cielo.- le dijo mi ángel.- Hola Jane, buenos días corazón, como dormiste?.- le pregunto tiernamente a mi pequeña.-

 

- Muy rico, y tú princesa?.- le preguntó.-

 

- Como en las nubes.- le contesto y yo sonreí como un tonto.- pero quitando eso…- dijo seria girándose a mi gatita.- Elizabeth Lillian Swan… me puedes decir cuantas veces tengo que decirte que no puedes entrar en todas las habitaciones de esta casa como si fueran tu cuarto o tu salón de ballet.- le dijo a modo de regaño, pero en sus ojos podía ver que para nada estaba enfadada, pero debía reprenderla por entrar así en el cuarto, porque si hubiesen entrado unos minutos más tarde no sé que se encontrarían.-

 

- Lo siento mamita, no quiero que te pongas bravita conmigo, porque eres la mami mas linda mas linda del universo… y yo te amo mucho mucho muchisimo mamita linda, y si te pones bravita conmigo, mis lindos ojitos se ponen tristes muy tristes.- le dijo repitiendo el gesto que su madre hizo hace un rato, pero en ella era absolutamente adorable, no sé como hace mi princesa para reprenderla cuando lo necesita.-

 

- Elizabeth, sabes que mamá no le gusta verte triste y te ama mucho, pero sabes que lo hiciste no fue correcto, y que no es la primera vez que lo haces, y sabes también que si no fuera porque tu papá está aquí con tu hermana y que sé que estas increíblemente emocionada por estar con ellos, mamá te castigaría.- le dijo seria, yo por el contrario estaba a punto de llorar y ponerme a rogar por mi gatita. Pero mi ángel como siempre y adivinando mis intenciones me dirigió una mirada severa que me obligo a quedarme callado a sabiendas que abriendo la boca solo conseguiría empeorar la situación.

 

- Tienes razón mamita,  lo siento mucho… no lo vuelvo hacer.- le dijo mi pequeña arrojándose a sus brazos.-

 

- No te preocupes cielito.- le dijo dándole un beso en la cabeza y alborotando sus castaños cabellos.-

 

- Mamita, no le pelees solo a Lizzie, porque yo también sabía y no la detuve… yo también tengo culpa.- le dijo campeón.-

 

- Princesa yo también estaba con ellos, todos tenemos la culpa.-

 

- Ok, entonces se convirtieron en los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno.- les dijo mi princesa seria, pero con la sonrisa brillándole en la mirada.- Bien, solo porque se comportaron todos como buenos hermanos  y porque se apoyaron y se protegieron lo voy a dejar pasar. Pero quiero que me digan, que es lo que tienen que hacer cuando quieran entrar a una habitación que no es la suya.-

 

- Tocar la puerta antes de entrar.- les dijeron los tres a coro.-

 

- Perfecto peques.- les dije a mis hijos.- ahora que aprendieron la lección que mamá quiso enseñarles, tengo que pedirles que nos dejan a mami y a mi vestirnos, para que podamos hacer algo juntos.- le dije.-

 

- Vamos niños a su cuartos a vestirse y nos vemos en la terraza, seguro que la nona Sue nos preparo un muy rico desayuno, casi almuerzo.- dijo viendo el reloj. Los niños nos dieron besos a los dos y salieron corriendo de la habitación, cuando estaba cerca de la puerta mi ángel los detuvo.- Hijos…- los tres se pararon en seco. Sentí una felicidad enorme al ver que mi princesa no hacía distinciones entre mi hija y nuestros hijos.- Deben estar listos en media hora, y les pido por favor Lizzie y Ed, no salgan corriendo como locos, recuerden que Jane no conoce la casa aún, así que cuando terminen esperen por ella, después de comer le enseñamos la casa para que pueda moverse a libertad, de acuerdo?.- los tres asintieron.- Nos vemos en media hora, vendré yo por ti para llevarte a la terraza.- me dijo mi princesa. Cuando estaba por levantarse, la jale por el brazo haciéndola caer sobre mi, inmediatamente me gire, sorprendiéndola con mi movimiento, y comencé a besarla lentamente pero de forma muy intensa, una vez que su respiración se hizo más superficial me separe de ella.-

 

- Me la debías cielo.- apenas roce sus labios nuevamente.- nos vemos en media hora.- le dije levantándome y entrando en el baño, mientras la escuchaba bufar de frustración. Al menos no sería yo el único frustrado.-

 

Media hora más tarde mi ángel estaba en la puerta, con unos sencillos jeans que iban a provocarme un paro cardíaco, unas botas marrones y un sweater beige, con su cabello castaño suelto y hermoso, al verla no pude más que sonreír, y al fijarse en mi, se dio cuenta que íbamos a juego. Bajamos juntos hasta la terraza, había una parte de la terraza para poder comer y disfrutar al aire libre en primavera y verano, y había otra parte, muy hermosa, con paredes de piedra, bancos rústicos de madera y una larga mesa, estaba techado con un techo de madera machambrada, y daba esa perfecta sensación de estar en el exterior, pero nos protegían del frío y de las inclemencias del clima invernal unos enormes ventanales, que iban desde un muy bajo muro de piedra hasta el techo dándote la sensación de estar afuera, era perfecto. Dado el clima no pudimos ir a la laguna como quiso mi gatita, pero paseamos por Montepulciano, y nos divertimos montones todos juntos, parecíamos el retrato de la perfecta familia feliz, tal como lo soñaba desde siempre. Pasamos una tarde maravillosa entre juegos con los pequeños, bromas, caricias robadas, besos a escondidas, y nos tomamos fotos y fotos, fue una buena idea traer la cámara a nuestro paseo después de que mi gatita nos lo pidiera con esos ojos hermosos brillando de la emoción y esa carita tan tierna… las expresiones de mi gatita completamente me derretían y me dejaban completamente desarmado y terminaba haciendo todo lo que ella me pedía.

 

Era tan feliz… creo que nunca nunca fui tan feliz como en este momento, viví momentos excepcionales con mi princesa en el pasado, pero faltaban ellos… faltaban nuestros hijos… no puedo encontrar un momento más perfecto que este, la alegría que ellos nos proporcionaban solo potenciaban el amor que sentíamos el uno por el otro… Después de la comida me vi arrastrado por nuestros pequeños al salón de música…

 

- Mira papi, aquí esta tu piano.- me dijo Ed.-

 

- No campeón, este es tu piano, pequeño.- le dije poniéndome a su altura, despeinándolo.- por que no vas al piano y le enseñas a tu viejo como tocas mejor que él la nana de tu hermana.- le anime.-

 

- De verdad.- me dijo con la emoción pintada en los ojos.-

 

- Claro campeón.- le dije, el pequeño se sentó en la banqueta del piano, mientras yo lo acompañaba, y mi princesa se acurrucó en el sofá bajo una manta, con cada una de mis hijas a su lado mientras les leía una historia, mientras Ed tocaba la nana de su hermana con una maestría impresionante, tomé mi teléfono para poder tomarle una foto a mi princesa, la cual inmediatamente envíe a mi hermana, cuñados y mi padre, sin que sus comentarios se hicieran esperar, todos estaban enternecidos con la imagen igual que yo.

 

- Fue impresionante tu interpretación hijo.- le dije ganándome una sonrisa de su parte, y una mirada de aprobación de mi princesa.- porque no intentas con eso.- le dije, mientras le mostraba los acordes y las notas de la nana de mi princesa.- al escucharla vi como mi ángel se emocionaba, cuando terminé de enseñarle como tocarla y pasar las notas al cuaderno de mi campeón, el pequeño toco ahora la nana de su mamá, fue la primera vez que lo hizo y estuvo muy cerca de la perfección, el sentimiento de orgullo me sobrepaso.- eres muy talentoso hijo, quieres seguir tocando esto cuando seas grande pequeño.- le pregunte con curiosidad.-

 

- La verdad es que si papá, me gustaría tocar al piano siempre y no hacer otra cosa.- me dijo emocionado, y ya mi cerebro empezó a barajar escuelas de música, las mejores para mi pequeño, si podía contribuir a cumplir su sueño eso haría, sabía que mi Jane decía que cuando creciera sería escritora, y yo siempre sonreía ante esa perspectiva de que mi pequeña aún sin saberlo quisiera seguir los pasos de mi preciosa, aunque seguramente su madre estaría ardiendo de ira en algún lugar del infierno. – Y tu gatita, que quieres ser tu cuando seas grande, quieres ser bailarina?.- le pregunte.-

 

- Quiero bailar siempre papito, pero quiero ser doctora del corazón como el abuelito… pero doctora del corazón de bebitos para curar a niños como mi hermanita.- dijo ella como cualquier cosa, jugando con un hilo suelto de la manta que las tapaba, por la mirada y la expresión en los ojos de mi princesa, me di cuenta que era la primera vez que Elizabeth hablaba de ello. Me levante y me acerque a ella.-

 

- Eso es maravilloso princesa, así que tendremos tres hijos súper talentosos, una famosa escritora.- dije tomando de la mano a mi muñeca, mientras mi ángel me miraba con una hermosa sonrisa pintada en los labios. Le hice un gesto a Edward para que se acercara a nosotros, y nos acurrucamos con su mamá y hermanas en el sofá.- Un concertista increíblemente talentoso, y una reconocida cardióloga.- dije mientras mi gatita hacía una mueca divertida.-

 

- Una cardi que… papito?.- Mi Bella y yo reímos.-

 

- Cardióloga gatita.- le dije acariciándole las mejillas.- ese es el nombre que le dan a los doctores que curan el corazón, corazones así de hermosos como el tuyo, el de tus hermanitos y el de tu preciosa mamita.- le dije, ganándome una sonrisa de todos.-

 

- Princesa puedes seguir leyendo el cuento.- le pidió mi muñequita a Bella, y ella continúo la lectura. Poco tiempo después Ed y Jane empezaban la guerra de bostezos y mi gatita ya se encontraba completamente dormida en mis brazos, por suerte mi princesa los había obligado a tomar un baño y colocarse las pijamas antes de ir al salón de música.-

 

- Creo que es hora de ir a la cama.- dijo mi princesa quien tomaba en brazos a Ed, y le daba a mano a mi muñequita mientras los conducía a su habitación, yo como ya se empezaba a hacer costumbre tome en brazos a mi gatita, quien se acurruco más en mis brazos mientras la dejaba en su cama, le di un beso de buenas noches, repitiéndole lo mucho que la amaba, así mismo hice con Ed y Jane, cuando iba entrando a un cuarto ya de él salía mi princesa luego de darle el beso de buenas noches a nuestros hijos, al terminar nos encontramos en el pasillo.- Voy a la ducha.- me dijo.-

 

- Es una invitación.- dije levantando las cejas y regalándole una sonrisa pícara.-

 

- Esta vez no mi vampiro.- al menos me dijo “esta vez no”.-  Te veo en veinte minutos en el salón de música.- me dio un beso en la mejilla y salio para su cuarto.-

 

Una vez que termine el baño, me detuve unos minutos a responder los mensajes de mi familia, y baje al salón de música. Mi princesa no había llegado aún, estaba nervioso, la hora de las disculpas, las horas del perdón, las horas de reabrir las heridas para dejar salir el dolor de una vez por todas, y alcanzar la paz y la felicidad si es que esto era posible. Para calmar un poco mis nervios, me concentre en el piano tocando las nanas de mi gatita y mi ángel, eso siempre me relajaba. Como siempre note su presencia apenas entro en la habitación, venía con dos tazas de chocolate caliente y me invitó a acompañarla al sofá, bajo la manta que antes las cubría a ella y a mis princesitas. Dejo las tazas sobre la mesa del centro regalándome un dulce y a la vez apasionado beso, se separo lentamente de mi, dejando sus manos en mis mejillas y dándome una intensa mirada, una de esas miradas que despertaba cada fibra de mi, y hacía que una cálida corriente eléctrica recorriera toda la extensión de mi cuerpo.

 

- Llegó el momento cielo, llegó el momento de hablar y dejar atrás todo el dolor, llego el momento de perdonar y perdonarnos.- me dijo, yo cerrando mis ojos apoye mi frente en la suya y me permití inhalar su calido aroma nuevamente.-

 

- Bella, amor… yo….

 

 

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Ya saben… Si la vida les da limones… solo pidan la sal y el tequila y bébansela…  y además disfruten así sea bailando sobre la mesa.

Kisses

 

BkPattz.

 

 

 

 

 

Capítulo 11: El Odio de Esme Capítulo 13: Ansiando las Doce Campanadas...

 
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