La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152661
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

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Capítulo 5: Posibilidades

Capitulo 5: Posibilidades:

 

Abrí el libro y busque la foto de mi Bella, y me quede observando unos minutos esa imagen de mi ángel, de la mujer de mi vida… Te Amo mi amor… le dije, mientras acariciaba suavemente su imagen… Te Amo y te voy a encontrar, voy a ganarme tu perdón… ya pasamos por demasiadas cosas, nos merecemos ser felices… Y ahí me encontré perdido inmerso en esos ojos verdes… otra más de mis intrigas… pero volvería a ver esos ojos, y no esos ojos verdes que me escondían su alma y sus sentimientos, volvería a encontrarme pronto con los hermosos y cálidos ojos chocolates de mi mujer, esos ojos chocolate que no me mentían, que me mostraban cada secreto que albergaba su corazón, cada alegría, cada tristeza que le regalaba su vida, cada necesidad, cada sentimiento, cada emoción, cada pizca de su pasión, esos ojos que me declaraban en cada mirada su amor por mí, esos ojos chocolates que me regalaban la visión más maravillosa del mundo: el alma pura y hermosa de mi ángel… Ya no tenía dudas, la encontraría, encontraría nuevamente esa mirada chocolate perdiéndose en la mía… y será pronto…

 

Estoy seguro que tengo tres buenas oportunidades en mis manos para poder encontrarla, la primera sin lugar a dudas, la más confiable de acuerdo con las pistas que contamos es asistir a las sesiones de apoyo a padres de la fundación en Londres, claro que nuestro primer encuentro después de todo este tiempo sería en una sala llena de otras personas, personas inmersas en su propio dolor y que se encuentran allí en busca de consuelo y de apoyo, por lo que sería un poco incomodo y solo me daría la oportunidad de acercarme a ella hasta el final de la sesión, y eso si es que ella me permite permanecer en la sesión o si me permite acercarme a ella… la verdad no tengo ningún tipo de garantía pero sinceramente no tengo ninguna intención de darme por vencido, así tenga que asistir a mil sesiones haría que Bella me escuche de cualquier forma.

 

Otra de las opciones sería encontrarla en Italia, y acercarme a ella, esta opción me daría la oportunidad de acercarme a ella de una forma más privada, personal y directa, la ayudaría a estar más cómoda, ya que estaría en su ambiente, en su espacio… Pero primero habría que conseguir una dirección… algo que me acercará a ella,  por más que pienso y pienso en ese asunto de Italia, por más que pienso y pienso en Florencia, siento que hay algo muy importante respecto a ello… en algún lugar de mi cerebro, algo me dice que hay una información que estoy pasando por alto, pero no sé que podría ser… Pero para ello debía averiguar donde estaban mi ángel y mis hijos, al menos en el caso de la fundación contaba con una dirección a la que podría ir…

 

La otra opción sería contactar a Paul Simmons y contratar un presentación, firma de autógrafos o cualquier cosa aquí  en Chicago, podríamos usar de fachada la empresa de Rose o la de Alice, el problema es que me imagino que si mi Ángel ve el nombre de cualquiera de nosotros en el contrato no lo aceptará, así que deberíamos involucrar a alguien más aunque la verdad no se a quien…. Porque el socio de Alice, era yo, así que ninguno de los dos podríamos firmar ese contrato, por lo que la empresa de Alice quedaba descartada, quedaba entonces la empresa de Rose… la cual era más apropiada en muchos sentidos, puesto que mientras la tienda de Alice, como es fácil imaginar se dedicaba a la ropa y la moda, la de Rosalie, era una publicación, una revista, que si bien se concentraba en la moda, también lo hacía en todo lo que se consideraba “in”… según la descripción de ellas, y entre sus cosas “in” estaba un sección literaria, y en cuanto a eso, si algo estaba de moda en este momento y según pude entender por algunas cosas que leí en la contraportada del libro y a juzgar por el número de ediciones y cantidad de idiomas en el que estaba traducido el libro de mi ángel… su libro únicamente no … su best seller… … así que si algo estaba de moda era la obra de mi princesa. El problema, como siempre… para nosotros siempre hay problemas e inconvenientes, es que Rose tenía dos socios… y la dificultad, era precisamente que alguno de sus socios aceptará firmar el contrato de promoción del libro de mi princesa aquí en Estados Unidos, porque ciertamente el dinero no era el problema, porque ya me encargaría yo de financiera el proyecto, el problema es quien firmaría el contrato… Rose no podría hacerlo,  uno de sus socios es… Emmet.

 

A Emmet no podría pedirle el favor, porque sencillamente mi princesa no aceptaría un contrato con él, en primer lugar por ser un Cullen, segundo por ser un lacayo incondicional de Doña Esme, y tercero porque el mismo siempre fue lo suficiente arrogante y pedante con mi Ángel, siempre intentando hacerla sentir mal… es más estoy seguro de que Esme se enteró de mi relación con mi Bella, por culpa de él… Así en medio de mis reflexiones me perdí en mis recuerdos.

 

Estaba con mi princesa en nuestro departamento, habíamos pasado un momento extraordinario, después de una estúpida discusión por los celos que me embargaban siempre, porque el imbécil del vecino no perdía oportunidad de coquetear con mi ángel e intentar conquistarla, eso me ponía de muy mal humor, porque los celos me hacían perder el juicio y la compostura, y sacaban lo peor de mi… lo único verdaderamente interesante que traían las discusiones eran las reconciliaciones. Hoy con cualquier excusa como siempre había salido del trabajo temprano, para intentar comer con mi ángel, para poder pasar un poquito de tiempo con ella y no quitarle tiempo a mi muñequita. Era un  esfuerzo plagado de una serie de mentiras que se entrelazaban las unas con las otras pero que bien valían la pena.

 

Le mande un mensaje al salir de la oficina preguntándole si había comido ya, era una costumbre nuestra, nos enviábamos mensajes por lo menos en tres momentos al día, religiosamente, en la mañana para el respectivo mensaje de buenos días; al medio día para saber como había estado hasta entonces nuestro día y luego en la tarde, para poder saber si nos podríamos ver o no… eso eran los mensajes cotidianos, luego estaban los otros que nos enviábamos porque nos extrañábamos o porque estábamos pensando en el otro, o con algún tipo de propuesta, o simplemente diciéndonos cuanto nos amábamos… Así que mandarle un mensaje al medio día preguntándole si había almorzado no iba a causar ningún tipo de suspicacia, cuando me respondió que todavía no había almorzado, porque estaba intentando revisar unos asuntos sobre una de las propiedades de su padre, algo así como un viñedo no recuerdo en donde.

 

Termine de salir de mi oficina, completamente emocionado por la perspectiva de comer con mi princesa así fuera algo muy sencillo. Termine parando en un sitio de comida tai, uno al que eventualmente llamábamos cuando estábamos en el departamento, pedí lo de siempre y fui a sorprender a mi Bella.  Cuando entre el departamento la encontré sentada en el piso del estudio con unos shorts muy corticos, que me daban una perfecta visión de sus hermosas piernas, un sencilla franela azul oscura, amaba como le quedaba ese color, resaltaba perfectamente la cremosidad de su piel. Ella aún no me había escuchado llegar, pero apenas entré en el estudio giró a verme y me regaló una sonrisa increíblemente deslumbrante…

 

- Quería sorprenderte con el almuerzo y una tarde juntos, pero el sorprendido fui yo.- le dije ofreciéndole mis manos para levantarla del piso, cuando la levante, alcance sus labios, dándole un beso pasional, hambriento, lleno de necesidad, lleno de amor, lleno de culpa.- estas bellísima amor.- le dije, para luego besarla de nuevo.- Eres una visión, eres toda una Diosa.-

 

- Eres un adulador Cullen.- me dijo mientras ese adorable sonrojo que tanto amaba teñía sus mejillas.-

 

- Soy adulador?... pensé más bien en que soy sincero mi ángel.- le dije con vehemencia.- el problema es que no te ves con claridad, pero eres increíblemente hermosa, y sexy, y sensual.- le dije colocando las manos en su cadera y acercándola a mí, para regalarle un nuevo e intenso beso. Cuando tuvimos que separar nuestros labios por la falta de aire y con la respiración agitada, le dije.- y perfecta para mi

 

Nos sentamos a almorzar, rodeados de ese aura de paz, de seguridad, de tranquilidad, que solo alcanzaba cuando estábamos juntos… de pronto al levantar mi vista para mirarla… algo al fondo del salón y detrás de mi ángel llamó mi atención, era un bonito arreglo de tulipanes… me extraño sobre manera, porque no eran esas las flores que le gustaban a mi ángel… tampoco las flores que acostumbraba a enviarle, yo siempre le regalaba calas o alcatraces, que se que son sus favoritas, orquídeas, lirios, fresias  o rosas… nunca le había regalado tulipanes… y ciertamente no le había enviado flores hoy o algún día de esta semana. Ella notó mi mirada y se giro para ver que veía con tanta intensidad…

 

- Por cierto cariño, gracias por las flores, estaba tan ocupada que se me olvido agradecértelo… disculpa.- me dijo… yo no salía de mi asombro… yo no le había enviado eso.- me extraño un poco, generalmente no me envías ese tipo de flores, pero están hermosas y vienen de ti… así que gracias.- dijo acariciando suavemente mi mano sobre la mesa.-

 

- Bells… yo no envíe esas flores.- le dije.-

 

- Como que no?... entonces quien las envío?.- pregunto un poco confundida.-

 

- No tiene tarjeta.- pregunté empezando a molestarme con la perspectiva de que mi ángel tuviera una especie de admirador secreto, y la perspectiva de que alguien pudiera seducirla, conquistarla y alejarla de mi lado, me aterraba y me dolía.

 

- No a simple vista.- me dijo.- la busque, pero al no verla, me imagine que más tarde me dirías el mensaje implícito con esas flores. La verdad no tengo ni idea de donde salieron cielo.- me dijo ahora con una especie de culpa.- no quiero que te preocupes por eso, sabes que no significa nada.- me dijo en un intento de darme el lugar que yo por imbécil no le daba a ella.-

 

- Te amo.- fue lo más sincero que podía decirle en ese momento.-

 

- Yo a ti cariño.- me dijo, pero la visión de esas flores estaba empezando a irritarme, me levante, deje un cariñoso beso sobre su cabeza al pasar a su lado, me dio una sonrisa tímida, y me dirigí hasta las flores, rebusque por todo el ramo durante un rato, mientras que mi princesa solo me veía desde el otro lado del salón… al final encontré la tarjeta, caminé hacia ella y se la entregue, abrió la nota, la leyó pausadamente, y me dio esa mirada de suplica como intentando evitar lo que se avecinaba y me la entregó, con los dedos temblorosos de la expectativa y de la rabia abrí la nota y la leí, intentando ser objetivo, pero apenas empecé a leer las palabras empecé a ver todo rojo…

 

Definitivamente eres una Diosa… espero que me des la oportunidad de conquistarte y pueda gritarle a todo el mundo que eres mi Diosa.

Sinceramente tuyo

Riley.-

Pd: cuando estés dispuesta a aceptar mi invitación a salir, sabes que puedes encontrarme al otro lado del pasillo… Te espero…

 

Sin más regrese sobre mis pasos, tomé las flores y fui yo quien fue al otro lado del pasillo, le di varios golpes a la puerta, con la intensidad y la fuerza con la que quería partirle la cara a Riley, mi ángel se encontraba recostada contra el marco de la puerta de nuestro departamento.   

 

- Ed, por favor, cariño… no….- su suplica fue interrumpida por el imbécil de Riley que se digno a abrirme la puerta.

 

- Cullen se puede saber que demonios te pasa.- me contesto el muy cínico, cuando reparo a Bella en la puerta del departamento y le guiño un ojo y le dijo.- Hola Bella, veo que recibiste mi regalo preciosa.

 

- Claro que lo recibió, pero aquí lo tienes de regreso imbécil… - le dije lanzándole las flores, tuvo que hacerse a un lado para que el ramo no le impactara contra la cara, sin embargo, el ramo se estrello contra el suelo de su recibidor.- Bella es mi mujer, por lo que espero que respetes y dejes de estarle coqueteando.

 

- El imbécil aquí eres tu Cullen, el único que no respeta aquí a Bella eres tú… o acaso se te olvida tu esposa.- se fijo en mi mano izquierda.- o es que crees que dejando de usar la argolla de matrimonio tu esposa deja de existir.- me dijo, y lo cierto es que después de ver todo el dolor de mi ángel cuando vio la alianza de matrimonio en mi dedo en la “Bella Italia”, de ese día ya hace más de un año cuando nos reencontramos y nos declaramos nuestro amor, decidí que cada vez que viera a mi princesa lo haría sin esa señal que me amarraba irremediablemente a otra mujer.- Eres muy hipócrita Cullen, al venir aquí reclamando a Bella como tu mujer, cuando tu mujer es otra y Bella es perfectamente libre y soltera, para que cualquier hombre libre y soltero pueda intentar conquistarla, además es imposible evitar intentar cortejar a tu amante con lo increíblemente hermosa y sexy que es…- en ese momento lo perdí todo y le lance un golpe a la cara, dejándole un ojo morado en el acto, Bella que había estado callada durante toda la discusión decidió que era momento para su intervención.-

 

- Edward, BASTA YA!, ES SUFICIENTE.- me grito mi ángel.-

 

- Ahora vas a defenderlo.- le reclame con todo el dolor, con todos los celos, con toda la rabia que sentía en ese momento.-

 

- No estoy defendiendo a nadie cariño.- me dijo colocando una mano de forma dulce sobre mi mejilla.- sabes perfectamente que nada de esto es necesario.- me replico, me di la vuelta y regrese a mi departamento, con todo el dolor de las palabras dichas por Riley… porque aunque quisiera matarlo a golpes por intentar conquistar a mi princesa, la verdad es que todas y cada una de las palabras que fueron dichas son verdad, dura, triste y dolorosa verdad… y yo no soy más que un hipócrita que esta usurpando una felicidad que no me corresponde. Mientras esperaba por mi Bella, recostado de la pared al lado de la puerta de entrada, escuchaba lo que le decía al imbécil del vecino.

 

- Riley de verdad te agradezco el detalle de las flores, pero te lo digo de nuevo, como te lo he dicho, todas y cada una de las veces que te has acercado a mí con intenciones románticas.- bufe de frustración y enfado… que demonios… cuantas veces el imbécil este a estado acosando a Bella. Y porque razón ella no me dijo nada antes.- Entiende que no puedo aceptar tus intentos por conquistarme, porque mi corazón ya le pertenece a alguien, estoy con Edward y lo Amo.- le dijo mi ángel.

 

- Si pero es está casado hermosura.- cuando le dijo eso me provoco salir y tirarle los dientes.- y no te da el lugar que te mereces.

 

- Perdóname pero ese no es problema tuyo.- le dijo mi princesa claramente molesta. Luego de una pausa añadió.- si de verdad te interesa mi amistad, y quieres continuar siendo mi amigo.- WTF!!!!…. Murmure en ese momento que amigos, ni que amigos, que demonios le pasa a Bella.- te agradecería de corazón Riley, no te metas en mi relación con Edward.

 

- De acuerdo Bella, pero sabes que no estoy de acuerdo, pero soy tu amigo y estoy aquí para cuando tenga que recoger los pedazos que él deje de ti.- le dijo él, y la verdad es que si no fuera porque Bella entraba de nuevo al apartamento, ya hubiese salido a ponerle el otro ojo morado al imbécil.-

 

Una vez dentro del departamento, Bella cerró la puerta y recostó su frente contra ella, suspirando profundamente.

 

- Acaso tu también crees que el imbécil de Riley va a tener que recoger los pedazos que deje de ti.- le replique con más rudeza de la que quería en ese momento.- eso es lo que crees que va a ser de esta relación.

 

- la verdad… - me miró con un inmenso dolor reflejado en sus ojos.- la verdad es que no veo como pueda ser de otra forma.- esa certeza de que la iba a dejar destrozada, hizo que mi corazón se comprimiera con un dolor indescriptible.-

 

- Bella…- dije en un susurro.- se que esta no es la relación que te mereces, se que no tienes el lugar que te mereces en mi vida, pero necesito que comprendas que ocupas el lugar mas importante de mi corazón, y que sé que te hago mucho daño, y eso me destroza el alma, pero soy un maldito egoísta que no puede estar sin ti.- le dije con toda la sinceridad que pude reunir en ese momento.-

 

- Pues deberías dejar de serlo.- me dijo.- deberíamos dejar todo esto de una buena vez antes de hacernos más daño.-

 

- NO, NO, NO.- grite expresando todo el dolor y la frustración que  me producían sus palabras en ese momento.- Acaso ya te cansaste de mi.- le reclame.- Acaso te cansaste de amarme, o es que el amor que sentías por mí, no era lo suficiente para soportar cualquier cosa con tal de estar juntos, como siempre me reclamas. – me dijo.-

 

- De lo único de lo que me he cansado es de las migajas de tiempo que me regalas.- me dijo en un susurro, mientras unas lágrimas rodaban amargamente por su rostro.-

 

- Cielo.- le dije acercándome a ella, e intentando borrar su dolor de su rostro, mientras secaba sus lágrimas con mis dedos.- por  favor princesa no llores, no llores, pero sabes que hago todo lo que puedo, que te doy todo el tiempo que puedo encontrar.- le dije.-

 

- Sabes tan bien como yo que no es suficiente.- me reclamó.-

 

- Maldición Bella, que más quieres de mí.- le dije.-

 

- Lo quiero todo Edward… Lo quiero todo, pero por más que quiera, por más que me jures que me amas, por más verdad que sea que te amo… a veces creo que no será suficiente, y que más temprano que tarde todo esto se va a terminar… y vamos a tener que aprender a vivir el uno sin el otro, o no… pero cada uno tendrá que seguir su camino.- me dijo mientras lloraba inconsolablemente, y yo estaba anonadado con sus palabras, pero en el momento en el que  escuche su llanto salí de mi estupor, y la abrace  como si temiera que desaparecería de un momento a otro.-

 

- Amor, princesa, no repitas jamás eso, no ves que no puedo vivir sin ti amor.- le dije mientras la abrazaba y repartía pequeños besos por su rostro.- sabes que no puedo estar sin ti, desperdiciamos demasiado tiempo antes nena… no podría estar sin ti.- la bese con toda la pasión y el amor que le tenía, así que entre el dolor y la desesperación ante la perspectiva de perderla, empecé a besarla con pasión y necesidad de saberla mía, de saber que me amaba como la amaba yo… con el alma, así que a cada beso le siguió otro y otro, a cada caricia le siguieron una, y cientos de caricias, así terminamos haciéndolo contra la pared, con todo la necesidad y desesperación que sentíamos en ese momento.

 

Ya cuando la necesidad y la desesperación y dolor fueron calmados, me dedique amarla, a adorarla a venerarla, recorriendo cada centímetro de su piel, recorriendo cada espacio de su cuerpo, haciéndola sentir amada… demostrándole en cada beso, en cada roce, en cada caricia todo el amor, toda la necesidad, toda y cada una de las cosas que sentía por ella… así pasaron horas y horas, hacía demasiado tiempo que no le dedicaba tantas horas a mi princesa, y Dios sabe cuanto me dolía eso, porque además sabía que con eso la dañaba, y aunque sea difícil de creer, lo que más quería era estar con mi princesa.  Así que era la primera vez desde que había nacido mi muñequita hace algunos meses que pasaba tantas horas cerca de mi amor.

 

- Te amo cielo.- le dije mientras ella adormilaba en mis brazos, después de todas las hora que pasamos amándonos.

 

- Yo más.- dijo en respuesta, pensé en replicarle como lo hacía siempre pero preferí dejarlo así por esta vez.-

 

- Porque no nos duchamos, dentro de un rato más tengo que marcharme.- de pronto me arrepentí de agregar eso cuando vi sus ojitos llenos de lagrimas.- Shhhh…. Cariño no estés triste, por favor, no quiero verte sufrir más.  

 

- Quédate… quédate al menos hasta que me quede dormida Ed… por favor.- me suplicó.-

 

- Esta bien princesa, vamos a darnos un baño, y me quedaré contigo hasta que te duermas.- así lo hicimos, luego de tomar un baño, nos preparamos una ensalda, y acompañe a mi princesa en la cama, ahí me quede con ella, hasta que se durmiera. Hace meses que no la veía dormir, y no recordaba lo maravillosa y hermosa que era, y como se veía de esplendida cuando dormía, era tan pacífica, tan angelical.

 

- Edward, Te Amo.- susurro entre sueño.-

 

- Yo a ti más princesa.- le respondía aunque sabia que estaba dormida, y allí velando su sueño, me quede dormido yo también, de pronto sentí unos pequeños besos por todo mi rostro y mi cuello, cuando abrí los ojos era ya de mañana, pero no me importó porque ahí frente a mí me encontré con la visión más maravillosa del mundo, mi ángel estaba junto a mí con su hermosa sonrisa y regalando pequeños besos, así quisiera poder despertar todos los días… y no en una cama fría, aun cuando estaba otro cuerpo al otro lado de la cama.- Buenos días amor.- le dije al tiempo que la besaba.-

 

- Buenos días cielo.- me respondió, y luego se mordió el labio, por lo que supe que estaba nerviosa, sin embargo ese gesto me enloquecía, era la mezcla perfecta de inocencia y sensualidad, y la verdad me encantaba.

 

- Que sucede cielo?.- le pregunté tocando suavemente su labio, para que lo liberara de la prisión de sus dientes.- que te tiene nerviosa amor?.

 

- Vas a tener problemas por mi culpa Edward.- me dijo preocupada.-

 

- Lo sé…- le dije respirando profundamente.- pero ya que voy a tener problemas al menos tengo que sacarle provecho.- le dije, y la bese profundamente, así que paso lo inevitable, y terminamos haciendo el amor de nuevo. Compartimos de nuevo la ducha por segunda vez en menos de veinticuatro horas, y la verdad era como estar en el paraíso, se sentía como si de verdad fuéramos una pareja y que esta relación era libre. Tenía algo de ropa en ese departamento, cuando salí de la ducha me puse el pantalón mientras buscaba la camisa que había sacado antes del closet, y la cual no veía por ningún lado, Bella salía del baño traía puesta la camisa que yo estaba buscando, y la verdad es que la visión era absolutamente gloriosa.- Cariño, creo que a partir de hoy, mientras estemos en este departamento no usaras otra cosa que mis camisas… no sabes lo sexy que te ves. – me acerque para darle un beso.- pero creo que es hora de que me la regreses.- le dije, ella me miró con una sonrisa picara, y empezó a morder su labio, mientras me miraba a los ojos, y comenzaba a desabotonarse uno a uno los botones de la camisa, moviendo las caderas sensualmente, la verdad no sé como me resistí para que no termináramos nuevamente en la cama, pero por más que quisiéramos, tenía que ir a trabajar y enfrentarme más tarde al problema que se me venía encima. Me acerque a ella, le di un beso en la frente, y luego un dulce beso en los labios.- cariño, eso es trampa, sabes que si haces esas cosas no puedo resistirme.- le dije, la verdad tenía que irme, pero no quería ver su tristeza de nuevo, pero justo en ese momento sonó el timbre, ella me entregó la camisa, mientras se envolvía en el suave albornoz blanco que se encontraba sobre una de las sillas de la habitación.

 

- Yo abro mientras tú terminas de vestirte.- me dijo, me dio un beso dulce en la mejilla, y salió a atender la puerta. Escuché a mi Bella, hablando con alguien, pero no podía distinguir bien la conversación, sin embargo, algo en su voz me sonó familiar pero no estaba seguro, lo que si podía asegurar era que se trataba de un hombre, y pensando que se trataba del imbécil de Riley, salí a ver que pasaba, con la camisa sin abotonar, descalzo, con el cabello mojado por la reciente ducha y en la mano la toalla con la que me había secado el cabello.

 

- Amor, quien es?.- le pregunte al tiempo que me acercaba a la puerta, y al ver quien se encontraba en la entrada de nuestro apartamento quede petrificado.- Emmet?.- dije con voz ahogada… Maldición que hacía Emmet aquí… la situación no podía ser más clara, Bella envuelta en un albornoz, descalza y con el cabello mojado, yo a medio vestir, e igualmente descalzo, con el cabello mojado, saliendo a las 6:30 de la mañana del cuarto de mi mejor amiga, a la que segundos antes había llamado “Amor”.  Cuando encontré nuevamente mi voz le pregunte.- Emmet… que haces aquí?.

 

- Eso mismo pregunto yo… QUE DEMONIOS HACES AQUÍ EDWARD… EN ESAS FACHAS Y A ESTA HORA… .- Gritó.-

 

- Que haces aquí Emmet?.- pregunte de nuevo, intentando mostrar una calma que no tenía en ese momento.-  

 

- Emmet quería saber si yo sabía algo de ti.- me contesto mi ángel, sumamente avergonzada y preocupada por el momento que estábamos viviendo.-  

 

- Vine porque Heidi, llegó esta mañana como loca llorando a la casa, diciendo que no sabía nada de ti, que habías salido de la constructora ayer al medio día y que nadie sabía nada de ti… tenías el teléfono apagado, y mamá me pidió que te buscará, como Alice está de viaje, sé que no sabía nada de ti… así que vine para saber si Bella sabía de ti.- me dijo, pero de pronto puso una mueca de asco.- Como puedes hacer esto Edward?... Eres un desgraciado… Como puedes jugar con Heidi de este modo?.- me reclamo.-

 

- Yo no juego con Heidi, ella sabe perfectamente que no la amo, como ella no me ama a mí.- le dije, me acerque a Bella, tratando de darle algo del consuelo que se que necesitaba en este momento.-

 

- Ahora me vas a venir a decir eso… no viste como llegó Heidi a la casa, esta sumamente preocupada, esta destrozada, mamá tuvo que darle unos calmantes para que se apaciguara… como después de verla en ese estado me puedes decir que ella no te ama.

 

- Ella no ama Emmet.- volví a repetir.-

 

- Y esta si te ama.- pregunto mirando a Bella de forma despectiva.-

 

- Eso no es tu problema Emmet.- le replicó Bella.- pero ya que no puede negarse la evidencia, pues es mejor que lo sepas… Si lo Amo… como él me Ama a mí.- le replicó mi princesa, mientras yo envolvía protectoramente mi brazo a través de su cintura.-

 

- Como puedes vivir contigo misma Isabella, que vergüenza me das, que clase de persona eres si puedes meterte en medio de una familia, acaso no te importa Jane, acaso no te importa Heidi… no que va a importarte si te comportas como una cualquiera, con tantos tipos con los que puedes revolcarte tienes que escoger a uno que esta casado.-

 

- Cállate Emmet.- le advertí a mi hermano.-

- No me callo Edward, quiero saber… Acaso tengo que advertirle a Rose, que tenga cuidado de su amiga… dime Isabella, todo tu morbo son los hombres casados, debo acaso preocuparme que te metas en mi cama, o el siguiente de tu lista es Jasper.- Mi Ángel se quedo muda ante las palabras de Emmet y silenciosas lágrimas caían en su mejilla.-

 

- CALLATE YA EMMET Y LARGATE DE MI APARTEMENTO.- le grite.-

 

- Tu apartamento?... tu apartamento?... no seas ridículo… este es solo el lugar donde te tiras a tu amante… Acaso no te importan destrozar a tu familia, por una maldita arrimada que lo único que quiere es hacerle daño a la pobre Heidi… ella que si es una señora en toda la extensión de la palabra.- no pude resistirme ante el dolor en el rostro de mi princesa… y también por segunda vez en menos de veinticuatro horas,  lance un golpe pero esta vez a la cara de mi hermano partiéndole  la boca.-

 

- MALDITO IMBECIL LARGATE DE UNA VEZ.- le grite nuevo.-

 

- EL MADITO IMBÉCIL ERES TU… QUE DAÑAS A TU FAMILIA, QUE DAÑAS LA RELACIÓN CON TU HERMANO POR UNA ZORRA QUE NO VALE LA PENA.- lo vi todo rojo en ese momento y le lancé un segundo golpe, que lo tiro al piso.

 

- En tu vida vuelvas a insultar a Bella de esa manera.- le dije mientras le lanzaba otro golpe, que el me regreso esta vez, de pronto sentí como alguien nos separaba, y lo siguiente que sentí fueron los brazos de mi princesa rodeando mi cuerpo y enterrando su rostro en mi pecho, mientras Riley detenía a mi hermano.-

 

- Déjalo Culle.- me dijo Riley.- Encárgate de calmar a Bella, que a este lo saco yo del edificio.- me dijo mientras arrastraba a Emmet hacia a  fuera. OK esta vez tendría que agradecerle algo a Riley.

 

Regrese en ese momento de mi recuerdo, no, no podía contar con Emmet para esto… definitivamente incluirlo en esto solo complicaría las cosas con mi ángel… Me queda la otra socia de Rosalie, que si bien era una gran amiga de mi cuñada, también había sido la mejor amiga de Heidi, mientras está vivía, aunque la verdad es que sé que Renata no pensaba igual que Heidi en muchas cosas, no sé cual sería su reacción hacia Bella… La verdad no me quedaba de otra que buscarla y hablar con ella, para saber que tan viable era la otra opción. Si Renata no aceptaba, y si después de conversarlo con Alice, Jasper, Rosalie y Carlisle, quienes sé que me van a apoyar en esto, consideramos que esta es mejor opción que las otras… no me va a quedar más que crear una empresa fachada que pueda hacer el contrato sin que figure ningún Cullen en él…  Bueno… era mejor hablar de las posibilidades después… también quería hablar con mi papá y Emmet del expediente médico de mi mariposita… se que Emmet no simpatizaba con Bella, también se que nunca estuvo de acuerdo con la situación en la que vivíamos, pero era una excelente médico, adoraba su profesión y amaba a los niños, por ellos se hizo pediatra y sabía que estaba sensibilizado por la historia de sus sobrinos, así que sabía que al menos en cuanto a esto podía confiar en él, y por ello le estaría agradecido.

 

Saque un nuevo cigarro de la cajetilla, y mientras jugueteaba con el entre mis dedos, abrí el libro de mi princesa, dispuesto a seguir con mis descubrimiento, y sintiendo que con cada palabra que leía de las emociones de mi princesa, la amaba más con cada palabra, con cada una de las emociones que iba describiendo en su libro, en nuestra historia. Al paso que iba sabía que no iba a poder terminar de leer el libro hoy, con todas las interrupciones que surgían entre revisar las pistas que iba encontrando y mis recuerdos… pero aún así estaba tranquilo, porque sentía que había avanzado mucho en mi búsqueda, aunque mi necesidad de seguir descubriendo cosas se incrementaba página tras página… Así que me acosté en el sofá y me metí de nuevo en el libro, quería ver que más descubría…

 

Capítulo 2: Y sin darnos cuenta, me convertí en la Otra:

 

Así paso la primera semana, no salíamos mucho pero  todos los días nos veíamos, todos los días pasábamos tiempo juntos, todos los días nos llenábamos de besos y caricias, aun cuando decíamos una y otra vez que eso no era correcto, que eso estaba mal, pero con cada beso olvidábamos un poco lo mal que estaba todo esto… Todo era tan natural, todo era maravilloso… No volví a ver en su mano su alianza de matrimonio… al menos no cuando estaba conmigo, y eso era para mí un alivio… sería increíblemente terrible para mi sentir el frío de la argolla en alguna de sus caricias… no sé si de verdad lo soportaría, sería un mudo recordatorio de lo que no tendría nunca… No habíamos discutidos sobre lo nuestro, si es que lo nuestro existía, no teníamos un titulo, no sabía bien lo que éramos…Solo sabía que nos amábamos y que se sentía increíblemente bien estar con el. Compartir todo lo que compartíamos, sentir sus labios en los míos, sent….

 

Mi celular sobre la mesa comenzó a vibrar, lo alcance con la mano en la que aún tenía el cigarro apagado, y revise el mensaje... Era Jasper…

 

Ed, lamento interrumpirte, pero acabo de enviarte a tu correo una información que me mandaron de la Fundación Marie Alice Swan, se trata de las fechas de las próximas sesiones de apoyo precedidas por Bella, así como las fechas y ciudades de las próximas conferencias y apariciones de Arizona…

 

Me incorporé de inmediato…

 

Gracias Jazz… eso es genial.

 

Decidí abrir el correo desde mi teléfono, cuando revisé los correo recibidos ahí estaba en correo de Jasper, antes de abrirlo pase mis ojos por los demás correos que había recibido, solo por saber si había algo realmente urgente… Y el correo que estaba justo debajo del correo de Jasper me dejo petrificado, pálido, y estoy seguro que con una baja de tensión… no puede ser… no puede ser… me restregué los ojos, para verificar si no era una ilusión óptica… no podía creerlo… el remitente del correo, que se encontraba debajo del que hace unos minutos me había enviado Jasper, era  Bella Swan… era ella, era un correo de mi princesa… el primero que recibía en cinco años, no podía creerlo… una serie de emociones me embargaba en este momento… la verdad es que el primero era incredulidad, aunque siendo completamente sinceros creo que desde que regrese de Londres hace cinco años, nada había hecho que mi corazón latiera tan rápido como lo hacía en este momento, tenía que clamarme … tenía 31 años, era sano y hacía ejercicio con regularidad, pero dudo que pudiera resistir una ataque al corazón, así que tenía que intentar normalizar mi presión, no podía permitirme a mi mismo morirme hasta no encontrar el perdón de mi princesa y de mis hijos.

 

Deje el libro sobre la mesa del café y me levante del sofá, comencé a dar vueltas por toda la habitación con el celular en una mano y el cigarro apagado en la otra, Dios, estaba tan emocionado, pero también tan asustado de lo que podría encontrar en ese correo que apenas me atrevía, cada tanto miraba el teléfono para asegurarme que no era producto de mi imaginación… encendía el cigarro, y le iba dando una calada tras otra mientras intentaba tranquilizarme, cuando el cigarro llegaba a su fin, termine por apagarlo y allí de pie cerca de mi piano, que se encontraba en uno de los extremos de la habitación abrí su correo…

 

Edward… Cielo…

 

Que difícil es esto… han pasado muchos años… demasiados desde la última vez que hablamos, pero la verdad es que necesitaba sanar, necesitaba encontrar algo que le diera sentido a mi vida… algo que me permitiera equilibrar la fuerza que perdí cuando los perdí a ti y a nuestra mariposita, para poder seguir adelante y hacerme cargo de nuestros pequeños…

 

Se que me has buscado durante este tiempo… se que es necesario que hablemos, se que mis hijos te necesitan, sabes siempre les hablo de ti y la verdad es que  ellos están ansiosos de conocerte… Dios… pero Edward ha sido tan difícil… necesitaba encontrar el camino de regreso… necesito dejar atrás todo el dolor, todo el sufrimiento, toda la culpa… necesito dejar atrás esas cosas, para poder volver sobre los pasos andados y poder encontrarme contigo o permitir que me encuentres y hablar las cosas…

 

La verdad es que aunque cada vez estoy más cerca de encontrar el camino a mi hogar, todavía no estoy lista… pero sé que has sufrido todo este tiempo, y la verdad es que me duele tu dolor… ese dolor que sientes no ha hecho más que incrementar el mío propio, a pesar de todo, lo menos que quiero es que sufras…

 

Nuestros hijos son hermosos Edward, son inteligentes, despiertos, maravillosos… se parecen tanto a ti… Ed es una copia tuya… se parece tanto a ti… en tantos aspectos, físicamente es como tener un constante un recordatorio tuyo dando vueltas a mi alrededor, toca incluso el piano… estarías tan orgulloso de él, es increíblemente talentoso. Y Lizzie… Lizzie es increíblemente hermosa, y dulce, tiene una mirada tan linda, tan intensa, una vez que ves esos ojos verdes intensos y profundos, con esas pestañas imposiblemente largas, quedas prendado; quien la mira termina por perderse en  esos ojos y queda cautivado para siempre, cuanta razón tenías en llamarla gatita…

 

Debo confesarte que en estos cinco años he estado muchas veces en Chicago, y te pido perdón por no tener el valor de acercarme a ti y hablar las cosas, te pido perdón porque aún no conoces a nuestros hijos… pero algo me dice que pronto los conocerás… pero si he estado en Chicago es porque varias veces al año voy a visitarla… y este es uno de los fines de semanas que siempre estoy en Chicago… pero esta vez no podré ir… la razón… se que te va a asustar un poco, pero te pido… no,  te suplico que te lo tomes con calma… porque ahora todo esta bien… Resulta que el pequeño Ed, es increíblemente travieso e inquieto, y mientras estaba distraída viendo algo que Lizzie me mostraba se montó en un arbol y termino cayendo al suelo, quedando inconsciente por un buen tiempo… no sabes el susto que me llevé, me toco llevarlo al hospital, tiene una pierna fracturado y por la contusión tendrá quedarse en el hospital esta noche en observación y luego tendrá unos días de reposo, por su puesto no pude tomar el vuelo a Chicago y tendré que pasar estos días con él y Lizzie.

 

Si me atrevo a escribirte este correo, a pesar de que no estoy lista aún… es porque se me hace imposible estar en Chicago y es sumamente importante que hagas esa visita por mi, ella no puede quedarse sola este fin de semana y de antemano te pido perdón por no habértelo contado antes… creeme que no era ningún tipo de venganza ni nada por  el estilo, solo que quería que estuviera cerca de ti… Además yo por mi parte, necesitaba encontrarme, estoy buscando el camino de regreso a mi hogar, pero libre de dolor, es la única forma de ser verdad feliz… La dirección a la que necesito visites es 111o St Oeste 2755 número C49, cuando llegues allí sabrás a quien estarás visitando…

 

Quiero que me cuentes de tu visita… Hoy no puede ser, pero te prometo que en la semana te voy a enviar fotos de nuestros pequeños… Que aunque te parezca imposible (y no porque sea imposible, sino porque te conozco y debes estar lleno de culpas tontas)… Que aunque te parezca imposible te aman mucho… Así que otra cosa por la que te pido perdón, no mandarte más fotos de tus hijos, pero te prometo que esta semana las tendrás en tus manos…

 

Espero poder estar lista para que hablemos pronto.

 

Bella Swan.

 

Dios mío, Bella ha estado aquí en Chicago… cerca de mí, quizás hasta con mis hijos… Pero no puedo culparla de no acercarse a mí… aunque duele… Lo dicho esa mujer es un ángel que no merezco, pero que aún así por el que voy a luchar con todo lo que tengo, sé que no dijo que me amaba, pero insistió en querer encontrar el camino a su hogar… o lo que es lo mismo, un caminó hacia mi, no necesitaba más confirmación que esa para tener la certeza de su amor por mí… Dios… como me pedía perdón… el único que tenía que implorar perdón era yo… Pise la tecla responder…

 

Mi Bella, mi princesa, mi ángel…

 

Amor… no tienes ni idea de todas las emociones que alberga mi alma, al saber de ti… no importa el tiempo transcurrido, aunque te confieso que para mi un minuto sin ti es toda una eternidad, un minuto más sin nuestros hijos es toda una vida. Cielo no es necesario que me pidas perdón… no tengo nada que perdonarte, soy yo quien tiene que rogar tu perdón por cientos de cosas y espero poder alcanzarlo aunque no lo merezca.

 

Estoy feliz de saber de mis hijos y estoy ansioso por ver sus fotos, pero más ansioso estoy porque llegue el día de poder estrecharlos en mis brazos y decirles que su papá los ama… Me preocupa Ed… la verdad es que no sabes todo lo que me asuste al leer de su percance… te ruego me informes como sigue mi campeón… esta vez no podría superarlo…. Muero de imaginar que algo pueda pasarles.

 

No voy a abrumarte con todo lo que mi alma y mi corazón me piden que te diga, porque entiendo que necesitas tu espacio,  sé que todo lo que tenemos que decirnos tenemos que decírnoslo cara a cara… de frente. En cuanto al favor que me pides sobra decir que voy a hacerlo.

 

Te amo mi amor, espero que estés lista pronto y podamos hablar.

 

Te amo princesa… tuyo por siempre y para siempre

 

Edward

 

No quise abrumarle con demasiadas cosas… Dios estaba tan feliz, es la primera vez que se de ella… nunca había tenido tantas esperanzas como este momento. Decidí no hablarle del libro, no quise que se sintiera presionada…Tenía que continuar mi lectura pero tenía que hacerle el favor princesa, debe ser algo increíblemente importante para mi princesa… de lo contrario no viajaría a Chicago varias veces al año, y sobre todo… no me escribiría pidiéndome justamente a mí que le hiciera el favor, sin saber mucho de que se trataba, tome el libro, la libreta, el bolígrafo, la caja de cigarros, busque en mi escritorio la llaves de mi carro y salía del estudio… Pero por su puesto no podía tener tanta suerte, y a mitad de mi camino me encontré con Esme…

 

- Ya terminaste,  o ya  tuviste un ataque de sensatez y decidiste olvidarte de una buena vez de todo.- me replicó mi madre.-

 

- Nunca.- le respondí.-

 

- Entonces para donde vas.- me dijo molesta.-

 

- La verdad no es tu problema, pero lo cierto es que no lo sé.- le dije.-

 

- Pues si tenías tantas ganas de salir, no crees que debiste de hacerlo hace unas horas, para la ceremonia en memoria de Heidi.- me dijo, con tono de reproche.-

 

- La verdad es el último sitio al que me darían ganas de ir.- después de leer el mensaje de mi princesa, nadie podría menguar mi felicidad… al menos eso creí de momento…

 

- Sabes todo los rumores, y las habladurías que se han levantado porque tú siendo el viudo de Heidi no te apareciste en la ceremonia.- me dijo con ambas manos sobre las caderas, demostrándome sin palabras su molestia.-

 

- Ni lo sé ni me interesa.- le respondí.-

 

- No sabes la vergüenza que pase, cuando los Volturis me preguntaron porque no habías ido a la ceremonia.- me reí a carcajadas sin poder evitarlo.-

 

- Y que le dijiste?.- pregunte.-

 

- Esto no son cosas para reírse, por Dios Edward no puedes respetar la memoria de tu esposa. Les dije que estabas trabajando en un proyecto nuevo, que estabas montando una nueva empresa en otra ciudad, y te surgió un inconveniente y tuviste que irte de emergencia.- me respondió.

 

- Que imaginación Doña Esme.- le dije con sorna.- porque no le dijiste simplemente la verdad?.

 

- Que querías que les dijera, que el abnegado viudo de Heidi estaba encerrado en el estudio, obsesionado, leyendo un libro, intentando encontrar una mujer que no esta a su altura, una mujer que lo dejo abandonado, una mujer que es además la responsable de toda la infelicidad que vivió Heidi, en los últimos años de su vida.- me dijo indignada.-

 

- Esa no es la verdad mamá y lo sabes.- le dije con tranquilidad.-

 

- Cual es la verdad según tú, entonces.- me desafío.-

 

- Fácil mamá… tenías que decirle a los Volturis que yo no estaba allí porque simplemente no me interesa.- le dije.- ahora con tu permiso me voy. – ya estaba de espaladas casi llegando a la puerta cuando mi madre ataco de nuevo, sacando esta vez, el armamento pesado.-

 

- Y Jane?... no vas a ir a verla, sabes bien como se afecta en la ceremonia de su madre.- me dijo con un brillo de triunfo en los ojos, cuando vio, que me giraba y miraba de forma pensativa la escalera. Justo en ese momento Alice comenzó a bajar por la escalera. Le hable a mi hermana, pero mirando directamente a mi madre.-

 

- Ally, tengo algo muy importante que hacer, por favor encargate de mi muñequita, dile que la amo, y que cuando vuelva voy a subir a conversar con ella.

 

- Claro Edward, sin problema. Pero estas seguro que no quieres tu compañía, podrías decirle a Jazz que te acompañe.- dijo Alice como adivinando que algo iba a suceder.-

 

- No te preocupes, tranquila, por favor encargate de lo que te pedí. Ella asintió con la cabeza y yo salí.

 

Una vez en el auto, coloque en el GPS la dirección que me dio mi ángel…111o St Oeste 2755… cuando apareció el resultado de mi búsqueda me quede petrificado… no puede ser… no puede ser lo que estoy pensando… cuales pueden ser las posibilidades… salí como un loco derrapando con mi carro… solo una vez en la que maneje así de rápido, cuando me dirigía al aeropuerto con la esperanza que mi ángel no hubiese abordado el avión que la había apartado de mi lado por tanto tiempo… En mucho menos tiempo del esperado llegue al lugar que correspondía a la dirección… Cementerio de Mount Oliver… Entre, y pregunte al guardia de la garita de la entrada.

 

- Buenas Tardes… Disculpe, por donde encuentro la C49?.- pregunté con el corazón a punto de salirse por mi boca

 

- Siga esta dirección.- me dijo apuntando a su izquierda.- luego casi al final va a encontrar un gran ángel de mármol, gire hacia la derecha y siga los números.- una vez recibidas las instrucciones comencé a correr con todo lo que me daban las piernas y las fuerzas… corrí… llegue al ángel y gire a la derecha y seguí corriendo… C10… C18… C24… C26…. C31…. C37… C40… C43… comencé a aminorar el paso, jadeando… a punto de desfallecer… C44 …. C45 …. C46 … C47 …. C48 … C49 … me quede mudo, impactado, impresionado, reconfortado…. Caí de rodillas frente a la lápida, sollozando mi dolor, con las lágrimas escurriendo como nunca por mis mejillas… cuando conseguí encontrar mi voz hable por fin…

 

- Cariño perdóname… perdóname… te falle…. Te falle y … no cuide te ti….- decía entre sollozos.- Te amo, te amo muchísimo pequeña… Papá Te Ama y te Amará siempre Mi Mariposita…

 

Allí… en ese cementerio de Chicago… Allí cerca de mí… Allí frente a mí una lápida de mármol, con unos ángeles, y una inscripción…

 

Marie A. Cullen S.

Noviembre 30, 2005 – Diciembre 05, 2005

Nuestra Amada Mariposita… Siempre vivirás en nuestros corazones

 

 

Capítulo 4: Te Amo! Capítulo 6: No sirve de nada Negarlo

 
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