La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152652
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 3: Reencontrando mi Destino

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante… porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

 

…….

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado.

 

Capítulo 3. Reencontrando mi destino:

 

Eran las 06:00, y acaba de despertar, a pesar de que solo logre dormir unas dos horas y medias, fue la mejor noche de sueño que he tenido en demasiado tiempo, tengo demasiado tiempo sin dormir correctamente, embargándome en la culpa, el dolor y la certeza de que había perdido el amor de mi ángel… Cuando me fui a dormir hace algunas horas mi mejor somnífero, mi mejor relajante, mi mejor antidepresivo, fue la dedicatoria del libro de mi Bella, lo mejor que me ha pasado en estos últimos seis años es tener la certeza de que el amor de mi ángel no estaba perdido y aunque sabía que ganarme su perdón sería increíblemente difícil, por lo cabezota que es mi princesa y por todo el daño que le hecho, hoy puedo tener la certeza que ganarme su perdón no será imposible.

 

Con una sonrisa  como las que hace tiempo no  tenía, salí de la cama para poder cambiarme y dirigirme al cuarto de mi muñequita, si bien necesitaba mis respuestas, no podía dejar abandonada a mi hija, entre en su cuarto intentando no hacer ruido; aun cuando estaba dormida, mal sentirme dentro del cuarto sus lindos e intensos ojitos se fijaron en mi, como dos profundos pozos azules.

 

- Hola papito.- me dijo regalándome una sonrisa, rascándose los ojos y con la voz pastosa por el sueño.-

 

- Hola muñequita.- me acerque a sentarme en la cama y le di un beso en la frente.- tu Abu me dijo que ayer tenías una pesadilla, como te encuentras?.- le pregunte preocupado por ella, a la final hoy era el aniversario de Heidi, y aunque a mi no me importaba no dejaba de ser la madre de mi muñeca… muy a mi pesar.-

 

- Ya estoy bien papito, fue el mismo sueño de siempre… no tienes que preocuparte.- como no preocuparme si el mismo sueño de siempre era rememorar el accidente con su madre, solo que esta vez quien iba al volante del vehículo era yo y no Heidi, pero para no añadirle más presión a mi pequeña lo deje pasar, pero me prometí a mi mismo hacer nuevamente una cita con el psicólogo que atendió a Jane hace unos años para consultar el tema de las pesadillas nuevamente.-

 

- Y cómo te encuentras hoy pequeña?.- le pregunte.-

 

- Bien papito, a pesar de que hoy es un día triste para mi, tengo una razón para sonreír.- OK… eso si que es extraño.-

 

- Y que razón es esa muñequita?. -  le dije tocándole la punta de la nariz en un gesto de cariño y complicidad.-

 

- Papito es que no te has visto en el espejo hoy?.- preguntó ella con simpleza y naturalidad.-

 

- No.- Le conteste intrigado, ella al ver mi cara de confusión comenzó a reír, y no pude evitar reír con ella.- Acaso tu padre tiene la cara sucia, y estas burlándote de él.- le decía mientras ella reía a carcajadas y yo le hacía cosquillas.-

 

- Ya papito, para… para.- me decía entre risas.- no es eso.- deje de hacerle cosquillas.-

 

- Entonces que es lo que lo tengo?.- le pregunte ahora con auténtica curiosidad.-

 

- No sé que fue lo que te paso papito, pero hoy estás sonriendo.- suspiro.- creo que nunca te he visto sonreír.-

 

- Claro que me has visto sonreír Jane, no seas exagerada.- le replique.-

 

- Si papito, pero nunca te había visto sonreír así… de verdad, como hoy. – Se quedo en silencio un segundo, al igual que yo mientras procesaba lo que mi hija me decía, pensaba en que no solo yo estaba ahogado en mi dolor sino que con él arrastraba a toda mi familia.- Pero sabes una cosa?.- dijo para llamar nuevamente mi atención, me encogí de hombros haciéndola continuar con su declaración.- Me gusta.

 

- Sabes una cosa?.- le dije por mi parte, se encogió de hombros, repitiendo mi gesto.- a mi también.- Ella río.- Sabes Hija… Te Amo, Te Amo muchísimo.- en ese momento me di cuenta que en algún momento debía hablar con mi hija y contarle sobre sus hermanitos, tendría que hacerlo está noche o mañana temprano, si quería que mi muñequita me acompañara en la ceremonia en honor a mi mariposita.-

 

- Yo también te amo mucho papito.- me respondió como pudo en medio de un bostezo.-

 

- Muñequita mejor duerme otro rato, es sábado, es temprano y hoy te espera un montón de cosas.- antes de salir del cuarto agregue.- Jane…- Ella se giro a verme.- Hoy papito tiene que hacer unas cosas muy muy importantes, Tía Alice y Tía Rose se harán cargo de ti, de acuerdo.- ella me miro un poco confundida pero asintió, yo salí rumbo a mi habitación a recoger mi libro y poder encerrarme a gusto en mi estudio.

 

Al llegar a la puerta de mi estudio me encontré a mi hermana que venía saliendo del mismo y mi madre recostada en la pared al final del pasillo.

 

- Ya todo esta listo.- me dijo Alice, al pasar a mi lado, posando cariñosamente su mano en mi mejilla.-  

 

- Gracias.- respondí en un susurro apenas audible, regalándole una tímida sonrisa, y besándola en la frente.-

 

- Edward.- Llamo mi madre, gire mi cuerpo ligeramente para verla.- No tienes que hacer esto hijo.- respiré profundo intentando no alterarme.-

 

- Si tiene que hacerlo mamá, déjalo en paz.- le respondió mi hermana dirigiéndose a ella, y tomándola del brazo para sacarla de allí.- Vamos a preparar las cosas, para que Jane pueda ir al homenaje de su madre, y luego vamos a llevar a los niños al parque o al club.

 

- Mary Alice Cullen, hoy es el aniversario de la muerte de Heidi, como puedes ser tan frívola e insensible.- le replico mi madre, lo que provocó que Alice pusiera sus ojos en blanco y soltara un bufido de frustración, gestos que yo mismo repetí.-

 

- Frívola o no, no vas a estar molestando a Edward hoy, se lo prometimos, así que vamos.- le respondió Alice, empujándola ahora si por el pasillo, se giro a verme casi al llegar al final, me guiño un ojo, y me dijo moviendo los labios, pero sin emitir sonido alguno… “no va molestarte”, hice un gesto con la cabeza, indicándole mi agradecimiento.

 

Al entrar a mi estudio, encontré en la mesita del café junto al sofá una jarra térmica, con café, varias botellas de agua, fruta, chocolate y galletas saladas que de seguro mi hermana dejó allí; además de una cajetilla de cigarros con una nota sobre ella, tome la nota, por supuesto que era de mi hermana y la leí: “Aunque es un hábito horrible y siempre estoy peleándote para que lo dejes, creo que los vas a necesitar hoy más nunca… Te Ama … Tu Duende”, negué con la cabeza por su nota, es cierto que fumar es un hábito horrible, y siempre estuve en contra de él, la verdad es que como muchas cosas en mi vida cambiaron en los últimos seis años, y precisamente fue hace cinco años, cuando regrese de Londres que comencé a fumar, y Alice tenía nuevamente la  razón… Hoy seguramente el café y la nicotina serían mis mejores aliados, para mantener a raya el dolor, y poder conocer la mitad de mi historia e intentar encontrar entre las líneas de sus recuerdos y entre los míos las pistas que necesitaba para encontrarlos y ganarme su perdón. Me serví la primera taza de café y prendí mi primer cigarro… La hora de la verdad había llegado; me senté en el suelo, recostado del sofá de dos plazas, el mismo lugar en el que estaba sentado ayer cuando converse con mi familia, tome de nuevo el libro pasando una vez más mis dedos por ese nefasto título, “La Otra”…. Como lo odiaba… maldición, tras inspirar lentamente, pase un rato contemplando la foto de mi Bella, su hermosa piel, esa sonrisa deslumbrante, su cabello castaño, hermoso y reluciente… y esos desconcertantes ojos verdes…  aún no lograba entenderlo… Dios… Cariño, porque escondes esos hermosos ojos chocolate con los que sueño dormido y despierto, eso ojos cálidos que con solo una mirada me conquistan y me enloquecen, esos ojos iguales a los de nuestra mariposita…. Le preguntaba como si ella pudiera responderme…  Pero aquí me encontraba yo con su libro abierto una vez más, para poder darme valor de continuar leí otra vez su dedicatoria,  y nuevamente me encontré sonriendo… Ahora si había llegado la hora de mi verdad… Pase la página de la dedicatoria, encontrándome en la siguiente hoja una información que sería valiosa para encontrar a  mi princesa y a mis pequeños:

 

“La Otra”

 

Por: I. Marie Swan

 

 

 

 

Publicado en Cooperación:

 

Twilight Publicaciones y

Fundación Marie Alice Swan

 

 

 

 

Fundación Marie Alice Swan?... Fundación Marie Alice Swan?... Mi princesa creo una fundación en honor de mi mariposita, pero con que finalidad?… Una nueva sonrisa se reflejo en mi rostro… Era una pista, mi primera pista, una pista real en la que podía investigar más tarde, me levante del suelo, dándole la última calada a mi cigarro, al levantarme lo apague, deje el libro apoyado sobre el sofá y me dirigí a mi escritorio a buscar una libreta y un bolígrafo, regrese al sofá, sentándome en el esta vez, en lugar de sentarme en el suelo, tome nuevamente el libro, me puse cómodo y antes de empezar escribí en la libreta mi primera pista verdadera: “Fundación Marie Alice Swan”… me dolía tanto que el apellido de mis peques fuera Swan y no Cullen Swan, que es el que le  corresponde… a pesar de la alegría por empezar a ver una luz al final del túnel no podía dejar de entristecerme porque mis hijos no tuvieran mi apellido… puede que sea machista, puede que sea tonto, puede que sea porque soy increíblemente posesivo, pero me dolía, era como si por no llevar mi apellido no podía reclamarlos ante el mundo como míos… a ninguno de ellos… Diablos, estaba tan confundido, por un lado me moría por empezar a leer, pero la curiosidad y sobre todo la necesidad de información sobre la fundación me desesperaban… Después de pensarlo un rato, y sabiendo que podía confiar perfectamente en él, saque mi Black Berry del bolsillo de mi pantalón y lo encendí, aun cuando me había prometido a mi mismo dejarlo apagado para evitar las molestias… Ignoré todas las alertas de mensajes, textos, correos y otros que empezó a emitir el teléfono, y le escribí un mensaje a la persona que sabía me iba a ayudar en este momento… mi cuñado Jasper:

 

Jazz… Cómo estás?, comencé a leer el libro de Bella, y encontré un dato que me gustaría revisar, pero no quiero dejar de leer el libro, será que me puedes ayudar con eso…

 

Espere unos segundos por su respuesta…

 

Claro Edward, dime, que necesitas que averigüe…

 

Le respondí enseguida…

 

El libro de Bella fue editado en cooperación, entre una editorial llamada Twilight Publicaciones… y una fundación… la Fundación Marie Alice Swan…

 

La respuesta de Jasper no se hizo esperar…

 

Eso es magnifico Edward… me voy a poner a revisar esos datos ahora mismo… cuando sepa algo relevante te aviso…

 

Le respondí a mi cuñado, agradeciéndole su ayuda, coloque el teléfono en silencio, para poder estar pendiente de la información que me podía ofrecer Jasper, pero sin ser interrumpido y decidí saltar las siguientes hojas, en las que había criticas sobre la historia y comentarios… esas las leería después para poder seguir alimentando el orgullo que sentía por mi princesa. Pero ahora lo verdaderamente importante era nuestra historia…

 

 

Capítulo 1:

Reencontrando mi destino

 

Me encontraba en el Aeropuerto Heathrow de Londres, esperando por mi vuelo con destino al Aeropuerto Internacional O´Hare de la ciudad de Chicago… Allí me esperaba una nueva vida … o pensándolo bien… Allí en la ciudad de Chicago me esperaban mi vieja vida, y también mi destino, aunque esto último no tenía porque saberlo aún. Amaba la ciudad de Londres, amaba su calles, su estilo de vida, esa aire de ciudad cosmopolita, multifacética y multicultural… Amaba sus monumentos, sus parques, sus café, la vibra impresa en cada pequeño espacio de la ciudad… Amaba las casas, las casetas telefónicas, la gente, los monumentos, los conciertos al aire libre, su personalidad, el frío… lo Amaba todo de Londres, pero era hora de volver… Tenía cinco años fuera de Chicago, y aunque no podía considerar que Chicago fuera mi hogar, en ella se encontraba mi familia y mis amigos… y con familia no me refiero a un papá y una mamá y hermanos; sino que me refiero a mis tíos y primas que fueron quienes me acogieron cuando mis padres murieron cuando yo tenía trece años… Puedo decir que una parte de mi los extraña, pero la verdad es que mis padres siempre fueron un poco especiales, así que yo terminaba ejerciendo más veces el papel de papá y mamá que el de hija, por lo que la relación de dependencia de nuestra familia era de ellos hacia mi, por lo que era una mujer independiente y segura, capaz de valerse por si misma; sin embargo esa independencia y esa seguridad me abandonaron cuando me entregue en cuerpo y alma a él… Él era mi amor, era mi universo, era mi vida… Él era mi hogar…

 

Nunca pude considerar ningún espacio físico como mi hogar, mi hogar nunca fue Forks, un pueblito Washington donde nací y pase los primeros años de mi vida,  mi hogar nunca fue Phoenix, Arizona, donde viví desde que salí de Forks hasta la muerte de mis padres, y lugar que provoco mi sobrenombre ya que mis amigos me llamaban así “Arizona”… Todos menos él… para él… aunque eso fue mucho después yo era su Princesa, su Ángel…

 

Sonreí ante ese recuerdo… lo había olvidado, mi Duende, Rosalie, Jasper, y las primas de mi princesa: Tanya, Irina, Kate…  sus respectivos novios-esposos: Félix, Laurant y Garret, y muchos de nuestros compañeros y amigos de la preparatoria solían decirle a mi Ángel, Arizona. Los únicos que no lo hacían eran mis padres, sus tíos Carmen y Eleazar, mi hermano Emmet, aunque nunca entendí sus razones, el imbécil de Mike que solía decirle hermosura, lo cual me calentaba la sangre y me ponía de muy mal humor, aún cuando yo solo me di cuenta que estaba enamorado de ella cuando  regreso de Londres y no cuando éramos los mejores amigos en la preparatoria. Tampoco Heidi, la llamaba por su sobre nombre, siempre le dijo Isabella… ni siquiera Bella, como todos los demás cuando no la llamaban Arizona;  nunca  entendí porque Heidi la odiaba tanto, y no es que por lógica se pudiera pensar que el odio de Heidi por Isabella, derivara del hecho de que Bella era mi Amante… mi amante no… mi mujer… mi verdadera y única mujer, porque nunca sentí a Heidi como tal, aún siendo mi esposa, sino que el odio irracional de Heidi por mi Ángel venía desde la preparatoria, y nunca supe el porque. Aunque pensándolo bien, eso que decía mi princesa era completamente cierto, tampoco yo la había llamado Arizona nunca, ni siquiera en la prepa, cuando se supone que éramos únicamente “mejores amigos”… en esa época yo le decía… me helé por un segundo… le decía mariposita… no mi mariposita, con ese tono posesivo con el que nombro a mi pequeña Marie… pero le decía Mariposita… como lo había olvidado… Tomé la foto de Marie, que aún seguía en la mesa, donde mi familia las había dejado luego de la presentación de ayer, y entendí como la bautice con ese apodo de forma tan natural cuando vi la foto por primera vez… Marie era increíblemente parecida a mi Bella… si Ed era mi pequeño clon; de no ser por su cabello cobrizo, Marie sería el perfecto clon de mi princesa, ese enorme parecido… debió ser lo que trajera de mi memoria ese apodo para mi pequeñita…. Aun de forma inconsciente.  Con mi gatita era fácil de entender la selección del apodo, bastaba solo con fijar la vista en su mirada, esos preciosos, profundos e intensos ojos verdes… Pero con Marie, la respuesta no era tan sencilla, aun cuando había surgido con toda naturalidad… aún en las cosas más sencillas, el libro de mi Ángel me iba regalando respuestas… Era hora de dejar de divagar y concentrarme en el diario de mi princesa… porque a la final, sentía que más que una obra, que más que un best seller, que más que una novela con un título horrible que no quería recordar, estaba leyendo el diario de mi princesa.  Encendí un nuevo cigarro y seguí mi lectura…

 

… Phoenix, Arizona, donde viví desde que salí de Forks hasta la muerte de mis padres, y lugar que provoco mi sobrenombre ya que mis amigos me llamaban así “Arizona”… Todos menos él… para él… aunque eso fue mucho después yo era su Princesa, su Ángel… mi hogar nunca fue Chicago, donde pase mi adolescencia, donde conocí a algunos de mis más queridos amigos, donde compartí años maravillosos con mis tíos, que fueron unos segundos padres, con mis primas que fueron mis hermanas, en Chicago encontré sorpresas inesperadas, en Chicago conocí a mis más despiadados enemigos, en Chicago lo conocí a él… mi mejor amigo. Londres con todo lo que amaba esa ciudad, allí me mude cuando termine la preparatoria, y fue en Londres donde hice mi carrera Universitaria en Literatura Inglesa, sin embargo no fue tampoco mi hogar, aunque alguna vez pensé que lo era, y pueden realmente creer que amo Londres… pero no… Londres tampoco era mi hogar… Unas semanas después que regrese a Chicago me di cuenta que mi hogar era y es él… solo siento que llego a mi hogar cuando estoy entre sus brazos… él …sus abrazos… sus besos… sus caricias… su presencia… su mirada… sus te amo… ese es mi verdadero y único hogar. Tuve que regresar a Chicago para poder darme cuenta que mi hogar eran los brazos de mi mejor amigo.

 

Una batalla de dolor y felicidad se libraban dentro de mi al darme cuenta de que mi princesa me consideraba su hogar, no una casa, no su familia, no una ciudad… su hogar era yo… y puedo entender ahora el sentimiento de paz y felicidad absoluta que me producía estar entre sus brazos… Ahora entendí que mi hogar era ella… Es por eso que no encuentro mi lugar en esta casa, en esta ciudad, ni siquiera en este mundo, porque mi hogar, mi lugar es al lado de mi princesa, entre sus brazos… Ahora entiendo porque este sentimiento de estar desterrado del mundo, sin paz, sin felicidad… la razón es simple… estoy lejos de mi hogar. Mientras seguía reflexionando, pensé un poco en la familia de mi ángel, Kate e Irina están realmente cansadas de mis constantes interrogatorios sobre Bella, ellas siempre han afirmado no saber nada sobre ella, y por la tristeza que refleja su mirada ante mis preguntas le creo… Pero pensándolo bien, era a Tanya, a quien mi princesa era más apegada, era Tanya la única de sus primas que sabía lo nuestro, y ahora que lo pienso Tanya se mudo  hace cuatro años de Chicago con paradero desconocido, debería renovar mis preguntas, y la próxima vez que encontrara “casualmente” a Kate y a Irina, debería preguntarles por Tanya en vez de por mi princesa… Le dí un sorbo a la botella de agua recién abierta y seguí leyendo…

 

Ya mi vuelo estaba por salir, así que me despedí de mi amigo Taylor, el había sido mi apoyo y mi puerto seguro cuando deje Chicago, fue la primera persona a la que conocí en Londres sobre la que sentí la confianza plena de poder apoyarme, era como un sol que con su sonrisa alumbraba  mis días y despejaba mis tristezas al sentirme lejos de mi familia, de mis amigos, de mi mejor amigo.  Fue Taylor quien me enseño amar a Londres, fue Taylor quien me ayudo a soportar la distancia, la melancolía y la nostalgia.  Siempre encontraba la forma de hacerme sonreír; y me ayudo a descubrir la felicidad y paz que te proporcionan disfrutar de las cosas más simples y más sencillas, aquellas que por más pequeñitas  que sean te roban una sonrisa.

 

WTF!!!!!!..... quien demonios era este tipo… sinceramente podría llegar a cabrearme… No dudo del amor de mi princesa… nunca lo hice, ni siquiera estando separado de ella todos estos años. Pero el saber que existía un tipo que podía regalarle todas esas sensaciones y que no era yo…. Me mataba sinceramente de los celos… Pero supongo que es hora de continuar, y de calmarme, porque si me pongo así con la mención de este “Taylor”… no quiero ni imaginar que será de mi cuando nombre al imbécil de Riley o como quiera que lo llame ella en su relato… Respiré profundamente y contínue….

 

Así que era la hora del hasta luego…

 

La hora del hasta luego… la hora del hasta luego?????.... será posible que mi princesa se reencontrará con este “Taylor” cuando se fue de Chicago… uhmmmm…. Piensa Edward… por más que pensaba no me venía a  la mente ningún nombre… nadie que ella hubiese nombrado de forma especial mientras estuvimos juntos…. Pero la verdad es que cuando estábamos juntos teníamos tan poco tiempo que lo usábamos para amarnos, para hablar de nosotros, para hablar del presente… nunca hablábamos demasiado del pasado… jamás de se mencionaba nada del futuro, más allá del futuro inmediato como “mañana” o el “próximo fin de semana”… eran esas nuestras únicas menciones de futuro… Que imbécil fui… Deje de divagar… tome de nuevo la libreta y la siguiente anotación fue: “Taylor” amigo de Londres??????.... Iba a buscar entre los pocos papeles que quedaron en el departamento y en la correspondencia recibida en los días siguientes a que lo dejo, a ver si descubría el verdadero nombre de Taylor…. Si eran tan amigos… seguramente lo buscó cuando huyó de mí. También debería regresar al departamento, aunque siempre que lo hacía era increíblemente doloroso para mi… nunca pude hacer  nada con el departamento, no lo vendí, no lo alquilé… simplemente lo conservaba, era como el Reino que contenía mis recuerdos, al mantener una relación clandestina, el 80% de nuestro tiempo juntos, ocurría dentro de las paredes de ese departamento, y fue allí donde una y ciento de veces Bella fue mía, donde amé cada centímetro de su piel, donde una y ciento de veces fue mi mujer… aunque la primera vez…. Su primera vez, fue en esta casa, en la misma cama en la que duermo todas las noches. Supongo que ese recuerdo fue el que hizo que regresará a vivir aquí con Jane, tras la muerte de Heidi. Porque en esa cama se encuentra uno de mis mas hermosos recuerdos, ese en el que mi princesa fue mía por primera vez, en el que se entrego a mi, que para mi sorpresa y alegría fue su primera vez, porque fui yo el primero, fui yo el primero en sumergirme en los secretos de su cuerpo, fui yo el primero en hacerla mujer, en convertirla en mi mujer, fui el primero en revelarle las delicias de su cuerpo, el primero en cubrir de caricias y besos su piel. Y me sentía increíblemente orgulloso de ello, hacía que mi sentido de posesión sobre ella se incrementará de alguna manera… Porque aunque yo había estado con otras mujeres, y prueba de ello era el hecho de que Heidi ya estaba embarazada de Jane cuando mi princesa regreso de Londres, la verdad es que esa fue también una especie de “primera vez” para mi, porque nunca con  ninguna otra, me había entregado de esa forma tan sincera, nunca me había entregado en cuerpo y alma, nunca le había entregado mi corazón, mi alma y todo mi ser, a ninguna de las visitas temporales que pasaron por mi cama, mucho menos a Heidi… Mi ser y mi corazón, se los entregue a mi princesa, ese día en el Aeropuerto cuando fui a recogerla al regresar de Londres, cuando le bese la mejilla y sentí esa especial corriente eléctrica recorrer mi cuerpo y cuando su exquisito olor a fresas me golpeo de manera abrumadora cuando la abrace dándole la bienvenida… mi cuerpo y mi alma, se los entregue para siempre, ese día en mi cama. Porque entiendo que estamos destinados, que fuimos creados para complementarnos, para amarnos y para estar juntos… porque al final de todo yo soy su hogar, como ella es el mío… Sucumbí un minuto ante la tentación de refugiarme en el recuerdo de nuestra primera vez juntos, pero debía seguir con mi trabajo… lo dejaría para cuando lo leyera de las palabras de mi Bella…

 

Respire profundo varias veces… no me gustan las despedidas, sean cortas, sean largas… la verdad las odio, y no se cuando podré volver a ver a mis amigos, no se cuando podré regresar a esta ciudad que tanto amo y que tanto me cautiva… pero la emoción de ver a los míos, de verlo especialmente al él, me sobrepaso de momento, e hizo que repentinamente me pusiera ansiosa, por tomar ese avión y volver…

 

- Bien Kris… llegó la hora de la despedida.- me dijo Taylor.

 

- Sip, lástima que Alexander no pudo venir.- le dije haciendo un puchero. Taylor me jaló el labio.-

 

- No hagas eso, pareces una niña consentida.- Me Regaño.-

 

- Es que lo soy.- le replique entre risas.-

 

- Es cierto, pero no estés triste cariño, Alex se despidió de ti esta mañana.- me recordó.-

 

- Tienes razón, espero verte pronto Tay.- le dije al tiempo que lo abrazaba, me devolvió el abrazo con cariño, y beso mi frente, como siempre lo hacía, como si fuera ese hermano que nunca tuve.-

 

- Igual yo, no nos olvides.- Me pidió.-

 

- Nunca cariño.- le respondí.- Cuida de Alexander.- Le pedí cuando ya me estaba dando la vuelta para dirigirme al área de tráfico internacional y poder abordar mi avión de regreso a casa.

 

- Lo cuido con mi vida, y lo sabes… Cuídate Kristen. - me grito, me giré a verlo sacándole la lengua, me guiño un ojo, despidiéndose con la mano y proseguí mi camino.

 

Muchas veces en mis conversaciones con Ashley, Anna o con Nicky por teléfono o correo electrónico, siempre me decían que tenía que enamorarme, y muchas veces insinuaron que Taylor o Alexander eran los candidatos perfectos para mi… si ellas supieran….

 

Que demonios… Esas tres están locas… que candidatos perfectos ni que ocho cuartos, están locas… Cálmate Edward… ese comentario es de antes que regresará, eso fue antes que se enamorarán… Además tú estabas casado, como querías que alguien te considerara el candidato perfecto para tu ángel. Pero pensándolo bien… Ashley, Anna y Nicky … Deben ser Alice, Tanya y Rosalie… eso quiere decir que ellas saben quienes son “Taylor” y “Alexander”… por segunda vez ese día tome mi teléfono, tras verificar que no tenía ningún mensaje proveniente de Jasper, me dedique a enviarle un mensaje a mi hermana… una llamada sería más rápida, pero contando con las ceremonias en homenaje a Heidi que se llevarían a cabo hoy no creo que sería lo más prudente… Al recordar las ceremonias en honor a Heidi, me hizo reír de alguna forma… y es que me imaginó lo que van a empezar a decir la gente, sobre que el abnegado viudo no se encuentra presente, solté una carcajada, ante la cara de indignación que tendría mi madre y su mortificación sobre los numerosos comentarios…. Dejando la mortificación de Esme de lado, me dedique a lo que de verdad era importante para mí…

 

Ally… sabes cuales eran los nombres de los dos amigos que tenía Bella en Londres. Esos sobre los que ustedes la alentaban a comenzar un romance!

 

Pregunte, sin evitar el reproche…

 

Como sabes eso…

 

Me respondió de inmediato…

 

Ally… concéntrate… como lo voy a saber… El Libro Alice… El Libro…

 

Su respuesta no tardo, aunque no era lo que esperaba…

 

Ahhhh…. Cierto… cierto… Pero Arizona escribió eso… escribió sobre mí…????

 

Preguntó emocionada…

 

Alice… por favor… no me quites más tiempo… Lo sabes o no ….

 

Espere su respuesta golpeando con el bolígrafo sobre la libreta, la respuesta no se hizo esperar…

 

Sip… claro que lo sé, que clase de mejor amiga crees que soy… (una que no hizo lo suficiente, al igual que yo… pensé) … Se llaman… Jacob… Jacob Black, y el otro es Paul… no recuerdo el apellido….

 

Respondí…

Gracías Ally.

 

Mientras agregaba el nombre de Jacob Black a mis anotaciones y el nombre de Paul “no recuerdo el apellido”, me llegó un nuevo mensaje…

 

Simmons… Paul Simmons.

 

Le agradecí a mi hermana, agregue la nota y seguí…

 

Mientras me encontraba recostada en la silla del avión iba pensando en las cosas que dejaba en mi amada Londres… sin embargo, cada minuto que pasaba me emocionaba más y más por regresar a Chicago, esa ciudad era maravillosa, me encantaba su ambiente, y su arquitectura… pero lo más importante es que se encontraban las personas que quería… Me emocionaba montones estar con mi familia, con mi querida hermana Anna,  estaba increíblemente emocionada por ver a mis amigos Cristian, Ashley, Nicky y Jackson… pero sobre todo me moría de ganas por ver a mi mejor amigo… a Robert, lo había extrañado tanto… más que a los demás, no habíamos tenido mucho contacto, y la verdad era mi culpa, cuando Ashley me contó que se había casado con Emely, sentí un dolor inexplicable… uno que no podía entender, porque no solo era hecho de que  mi mejor amigo, se había casado con la mujer que más me odiaba en el mundo, sino porque sentía que de alguna manera, y no estaba segura en cual, había perdido una parte de Robert, que solo me pertenecía a mi.

 

El día que Ashley me lo contó me quede completamente en blanco, más aún al saber que Rob, se casó y no me dijo nada … No se supone que era su mejor amiga, habíamos estado conversando continuamente, y nunca me dijo nada, habíamos conversado hace unos días por el chat… y no me dijo nada… Aún cuando no podía identificar el motivo de mi dolor, fui capaz de identificar otro sentimiento ante esa noticia… de alguna forma me sentí traicionada; después de eso mi relación con Rob no fue nunca más la misma, cada vez hablábamos menos, y siempre evitábamos hablar de Emely, pero cada vez los correos, las llamadas eran más lejanas entre sí… más extrañas… parecíamos un par de desconocidos. De alguna manera en el fondo de mi corazón siempre le reprochaba el haberse casado con esa arpía sin corazón… además de que yo conocía su secreto, yo sabía porque me odiaba, eso no ayudaba a que entendiera las razones de Rob, para casarse con esa mujer. Además que sé que ella nunca va amarlo, ella no puede amarlo, lo único que va a conseguir es hacerlo infeliz…

 

De pronto casarse con él, era una de las formas de Emely, de vengarse de mi, de hacerme sufrir… pero además del dolor que me producía el hecho de que Emely y Robert estuvieses casados… me dolía el hecho de que nunca me lo dijo de frente… nunca me confío que se había casado, solo tiempo después el me dijo el porque… Aunque el no sabía toda la verdad de porque Emely se había casado con él… Yo si la sabía y nunca se lo dije. Pero igual esa espina nunca me la he podido quitar… Por que?... por que Robert nunca me dijo que se iba a casar?....

 

Porque en mi corazón tenía la certeza de que te estaba traicionando mi ángel… le respondí como si pudiera escucharme…

 

A ese dolor de saber a mi mejor amigo, casado con la peor mujer que se pudo encontrar, tenía que agregar la guinda del dolor que me producía saber que iba a ser papá, el que era tan maravilloso, seguro sería un excelente padre… Sin embargo me impresionó la certeza de que mi dolor ante la noticia de su bebe, era porque de alguna forma me dolía que sus hijo no fuera mío, que no fuera nuestro hijo… Que estupideces piensas Kristen… Me reprendí a mi misma. Que hago pensando en tener hijos con mi mejor amigo…. Sin embargo no podía evitar que ese pensamiento llenaba de calor y alegría mi alma… Suspire tratando de alejar a Robert unos minutos de mi mente…. Jajajaja…. Como si eso fuera posible… me burle de mi misma.

 

Estaba impaciente por llegar, seguro la duende estaba en el aeropuerto esperando por mi… estoy segura que iba a bombardearme con un montón de cosas, estaba feliz por verla, pero en el fondo mi corazón anhelaba ver a Robert en el aeropuerto esperando por mi…

 

Y tu anhelo se cumplió cielo…

 

Estaba solo en casa, solo para variar, Heidi había salido de viaje el fin de semana para “relajarse” con su mejor amiga… Me encerré en mi estudio, y busque un sobre que mantenía escondido en la banqueta del piano, en él se encontraban cartas y fotos mías con mi mejor amiga… Dios como la extrañaba, la extrañaba muchísimo, la extrañaba cada día desde que se había marchado a Londres, la extrañaba más desde que me había “casado” con Heidi. Me sentía culpable porque no me tuve el valor de decírselo… pero la verdad era que me sentía terriblemente avergonzado por las razones que me llevaron a ese matrimonio, y me aterraba decírselo, sé que mi amiga sería incapaz de juzgarme, es más… estoy seguro que me apoyaría, pero no puedo evitar… Me duele, tener que decirle que me había casado porque de alguna forma siento que la había traicionado.

 

No conforme con casarme y no decirle, me caso con una mujer que la odia,  de una forma absoluta e irracional, y que no me permite siquiera nombrarla sin armar un escándalo de enormes proporciones… La verdad es que la situación es un poco extraña, no importa que le coquetee a otras mujeres, eso a Heidi parece no afectarle, incluso una vez llegó a mi oficina, y mi secretaria intentaba seducirme, justo cuando mi “esposa” entró en la oficina mi secretaria se lanzó a besarme, pero a Heidi, simplemente no le importo, pero si me atrevo simplemente a nombrar a Bella… esa es otra historia, grita, rompe cosas, amenaza con quitarme el renombre que como arquitecto gane en parte por casarme con ella y asociarme con su padre, me amenaza con alejarme de mi hijo… una absoluta locura que no entiendo… estoy seguro que Heidi me concedería tener una y mil amantes, siempre que no sea Bella… Que estupidez pensar en eso… Bella es mi amiga, mi mejor amiga, no creo que quiera ser mi amante, así yo lo quisiera… lo más desconcertante de todo… es que si quiero, nunca tendría una amante, a pesar de que no ame a Heidi, no creo que le llegará a ser infiel… Con la única persona con la que tengo la certeza que pudiera serle infiel a Heidi sería con ella… con Bella… con mi Bella…. Woohhh… que demonios fue eso… como que mi Bella…????.... creo que empecé a enloquecer… Mis pensamientos fueron interrumpidos por el teléfono…

 

- Habla Edward.- respondí.

 

- Ed… ella regresa… por fin regresa.- gritaba mi hermana al otro lado del teléfono

 

- Espera Duende vas a dejarme sordo.- le pedí.- quien regresa… de que hablas.-

 

- De Arizona tonto… de quien crees que hablo.- me dijo, e inmediatamente una sonrisa se formo en mi rostro ante la perspectiva de su regreso.- Regresa… Bella vuelve a casa.- me dijo mi hermanita.

 

- Que buena noticia Alice. La verdad me alegra, lo cierto es que la extraño mucho.- me sinceré con ella.-

 

- Lo sé… así que sé que el favor que te voy a pedir lo vas a hacer encantado.- OH OH … favores… Alice… eso no suena bien.-

 

- Que favor Alice?.- le pregunte con un tono que daba a entender que no me iba a prestar para sus locuras, menos ahora que estaba peor y más loca que nunca, preparando con Rose el bautizo de Valerie, que sería este fin de semana.

 

- No te preocupes Ed, no es nada malo… Necesito que busques a Arizona en el Aeropuerto, yo le dije que iría yo, pero ahora no puedo, y su vuelo esta casi llegando.- Buscar a Bella al aeropuerto?... me sentí indescriptiblemente feliz, sin todavía contestarle a mi hermana ya había regresado el sobre a su escondite y ya salía por la puerta del estudio con la llaves del carro en mano y el teléfono aún pegado a la oreja con la otra.- Ed… entonces vas o no.- me pregunto Alice.-

 

- Voy saliendo Alice.- fue mi respuesta.-

 

- Perfecto, necesito que la lleves a cenar, aprovecha para que se pongan al día.- me dijo mi hermana, y me toco tragar el nudo que se formo en mi garganta, al pensar en que tenía que hablar con Bella sobre Heidi.- y luego la dejas en su hotel.

 

- Hotel, que hotel?.... Alice estas loca, porque no simplemente la dejo en casa de sus tíos..- le pregunte a Alice.-

 

- En primer lugar, porque nadie puede saber que Bella esta aquí, queremos darle la sorpresa a Rose, el día del Bautizo de Valerie, que es el fin de semana… así que no lo arruines… y en segundo lugar, Arizona, es una mujer joven, independiente, profesional y SOLTERA…. Que quiere su propio espacio, así que decidió quedarse en un hotel hasta conseguir un lugar para ella.- ciertamente el dinero no era problema para ella, puesto que sus papas le dejaron una fortuna incalculable al morir, fortuna que su tío y ella, se encargaron de multiplicar en estos años.-

 

- De acuerdo Alice, no voy a echarlo a perder.- sin embargo no podía negar el dolor que me producía esa descripción de mi Bella… “joven, independiente, profesional y soltera”… solo faltaba agregarle otra verdad… Bella era joven, independiente, profesional, soltera e increíblemente hermosa… pensando en todo eso y todas sus implicaciones, ya me encontraba en el aeropuerto, esperando por mi amiga, cuando la vi salir, se encaminó hacia mi con una preciosa sonrisa en el rostro, le sonreí de vuelta, haciendo a su vez una corrección mental… Bella era joven, independiente, profesional, soltera, increíblemente hermosa y muy muy sexy… demasiado sexy y hermosa para su propio bien… y el mío.

 

- Edward.- Grito arrojándose a mis brazos y regalándome un cálido abrazo.- Cuanto te extrañe.-

 

- Igual yo cariño.- le dije al tiempo que apretaba el abrazo, y un delicioso aroma a fresas me impacto, ese era su olor, Dios cuanto lo extrañaba, me provoco quedarme  allí oliéndola, impregnándome de su aroma por mucho tiempo. Me separe de ella para darle un beso en la mejilla, e inmediatamente sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, una corriente increíblemente agradable, reconfortante, se que ella lo sintió porque también se estremeció.- Bienvenida a casa.- le dije, me incline nuevamente para darle un beso, pero este fue en la comisura de sus deliciosos labios, que ahora me di cuenta moría por probar, mi pensamiento me desconcertó por completo, y tuve la certeza de que por su cabeza pasaban  pensamientos similares por el brillo de sus ojos, ese hermoso sonrojo que adorno sus mejillas… y luego hizo ese gesto, ese gesto de morderse el labio… ese pequeño gesto que a partir de ese momento sería mi perdición y mi locura, un gesto muy de ella, siempre lo había hecho cuando estaba nerviosa… pero ahora me parecía extremadamente sensual. Sacudí la cabeza tratando de aclarar mi ideas antes de cometer una locura, y la tome de la mano, entrelazando nuestros dedos como si fuera lo más natural del mundo, con la otra mano tomé su maleta, y nos dirigí hacia mi carro.- Bienvenida a casa Bells. Ahora voy a llevarte a cenar…

 

Regrese a la realidad y al libro…

 

Cuando salí del avión y tras recoger las maletas salí… la emoción que sentí al ver que era Robert y no Ashley quien esperaba por mi era indescriptible… Básicamente me arroje a sus brazos y me sentí en el cielo.

 

- Robert.- grite arrojándome en sus brazos y dándole un fuerte abrazo.-  Cuanto te extrañe.- le dije enterrando mi rostro en su cuello, respirando ese delicioso aroma a miel y canela, tan característicos de él y que tanto extrañaba.

 

- Igual yo cariño.- me dijo al tiempo que el abrazo se hacía más intenso, me dio un beso en la mejilla, e hizo que sintiera una corriente en todo mi cuerpo, que me reconforto, que me hizo entender que había vuelto a casa.- Bienvenida a casa.- Se inclinó hacia mi y me dio otro beso en la comisura del labio, en ese momento me sentí arder, me desconcertó por completo, el deseo de que me embargo, ese deseo de que me diera otro beso… pero más que recibir otro beso… deseba sinceramente que me besara, me sonroje al pensar en el intenso deseo de probar esos sensuales labios, aun sabiendo que solo éramos amigos, aun sabiendo que el me era prohibido, tuve que hacerme de todo mi autocontrol para no seguir mis deseos, deseos que solo sería saciados teniendo sus labios sobre los míos, intenté despejarme un poco, pero justo en ese momento, Robert tomo mi mano, como si fuera lo más natural del mundo, entrelazando sus dedos con los míos, en ese momento vi sus ojos brillando por la emoción y sentí que su mente y su corazón estaban tan revueltos como los míos… y en ese momento, mi verdad me golpeo de manera abrumadora… allí con el beso de Robert aún ardiendo en la comisura de mis labios, allí con mi dedos entrelazados con los suyos… allí con mi corazón latiendo a mil por hora, entendí mi verdad… allí a su lado, allí con su mano entrelazada en la mía, había encontrado al fin mi lugar… había encontrado mi destino.

 

Era increíble la conexión que tengo con mi princesa… yo también descubrí ese día, y con sus dedos entrelazados con los míos, entendí que era ella mi lugar… mi destino. Apenas entre en el carro y cuando nos dirigíamos a cenar no pude evitar tomarla de la mano durante todo el camino, a ratos, le daba pequeños besos a sus dedos como si no pudiese creer que estaba conmigo, estábamos inmerso en un cómodo y maravilloso silencio. Gire instintivamente a mi celular y vi que acaba de recibir un mensaje, lo tome a ver si era algo de lo que esperaba… Era Jazz…

 

Ed… tengo un adelanto… llámame.

 

Inmediatamente lo llame.

 

- Jazz.- le dije.- cuéntame.

 

- Ed, solo te voy a dar un pequeño adelanto, para que puedas concentrarte en el libro.

 

- De acuerdo, pero dime ya, estoy impaciente.- le pedí.-

 

- Bien, el propósito de la fundación es conseguir apoyo, y patrocinio para la investigación de enfermedades coronarias congénitas.- dijo y sentí orgullo por mi princesa.- así como también tienen un programa de apoyo de a padres y niños enfermos, y grupos de apoyo a familiar que han perdido a sus bebes por esta enfermedad.

 

- Es fantástico, mi princesa es sencillamente maravillosa.- reflexione.-

 

- Si Edward… nuestra pequeña siempre ha sido maravillosa.

 

- Que más encontraste Jazz.- pregunté desesperado.

 

- Bella, es por supuesto la presidenta de la fundación que tiene sede en Londres.- Era de esperarse, y más con el amor que siente por esa ciudad y que acabo de descubrir por su libro, además en Londres nacieron nuestros pequeños y en Londres murió nuestra mariposita.- Sin embargo, ella solo la visita un par de veces al mes, según me informó alguien con quien hable allí por teléfono, quien se encarga diariamente de la fundación es el Director General… un tipo de nombre.- hizo una pausa como revisando unas notas.- Black … Jacob Black.- mi corazonada era cierta, pensé, mi ángel se apoyó en sus amigos de Londres… tenía que seguir leyendo, presiento que voy a encontrarla más pronto de lo que esperaba.- Hay algo más que puede interesarnos de momento Edward.- mi cuñado interrumpió mis pensamientos desde el otro lado de la línea.

 

- Que cosa Jazz.- le pregunte.-

 

- La persona con la que hable, me informó que Bella, solo va a la fundación unas dos veces al mes, para tratar asuntos importantes y dirigir las sesiones del grupo de apoyo a los familiares.- estaba impactado.- … pero el motivo por el que solo va allí dos veces al mes es porque ella no esta viviendo en Londres Edward.

 

- Si Jazz eso ya lo sé, pero ahora sé que si me parará en esa fundación un mes entero tendría la posibilidad de verla, y poder hablarle.- le dije.-

 

- Si Edward… además que ahora sabemos otra cosa… no es un dato muy específico, pero es mejor buscar en un país, que en todo un continente o el mundo.- de pronto todos mis sentidos estuvieron alertas.-  Ed… Arizona y tus hijos están viviendo en Italia…

 

- Italia?...- pregunte.-

 

- Si, Edward, Italia.- me repitió.- Te dejo, para que continúes en lo tuyo… voy a ver que más encuentro.

 

- Gracias Jazz.- le respondí y ahí me quede sumido en mis pensamientos, pensando una y otra vez en como Italia, entraba la ecuación.

 

La esperanza perdida hace tanto tiempo, empezaba poco a poco a regresar a mi pecho… ahora tenía la certeza que la iba a encontrar pronto. Pronto amor… pronto podré encontrarte. Me tome cinco minutos, para poder ir al baño, descansar, despejar mi mente y comer algo de lo que mi hermana dejo para mí, regrese a acostarme en el sofá y tome nuevamente el diario de mi princesa. 

 

…..

Capítulo 2: Perdóname Mamá, pero no puedo perdonarte. Capítulo 4: Te Amo!

 
14437972 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios