La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152674
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

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Capítulo 6: No sirve de nada Negarlo

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante… porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

 

…….

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado. Hay unas frases entre comillas y en negritas que pertencen a la película Twilight, por lo tanto son propiedad de Summit.-

 

……

 

Capitulo 6: … no sirve de nada negarlo:

 

No podía creerlo, he deseado tantas veces estar en el lugar en el que me encuentro justo ahora… Dios, cuantas veces he imaginado poder estar aquí frente a la lápida de mi mariposita, cuantas veces desperté en la noche queriendo estar en el lugar donde descansaba mi pequeña, para poder decirle estando cerca de ella, cuanto la amo, cuanto la extraño aún sin conocerla, cuanto quisiera tenerla a  mi lado… ya en este punto ni siquiera podía fijar bien la vista en la lápida de mi hermosa bebé… las lágrimas caían incesantemente por mi rostro… Dios, mi dolor afloraba por mi cuerpo con una intensidad abrumadora… Mi Mariposita estaba en Chicago… mi pequeña siempre había estado cerca de mí… justo cuando pensaba que hoy podría estar seguro del amor de mi princesa me encuentro con esto, que me hace ver la magnitud de su amor por mi…  Como podía pedirme perdón mi princesa por no haberme contado antes que mi mariposita estaba en Chicago… si lo hizo para que mi pequeña pudiera estar cerca de mí… o más bien para que pudiera yo estar al menos cerca de mi mariposita, ya que no los tenía a ellos… Ahora entiendo como siempre me sentí tan cerca a mi princesita… como me sentía ligado de forma especial a la que estaba destinada a ser la más consentida de mis princesitas… mi pequeñita Marie.

 

- Amor… no sabes cuanto te extraña papi… no sabes cuanto… cuanto… deseaba poder conocerte, tenerte en mi brazos.- decía entre sollozos.- Mi pequeñita… cuanto te falle, cuanto le falle a tu mami… a tus hermanitos… Cielo, no cuide de ti… no te protegí… no se como puedo perdonarme perderte… no sé como tu mamá va a perdonarme el que no te protegiera mi amor. No sabes como te lloro, como sufro no tenerte en mis brazos…- intente quitarme algunas lágrimas de la cara, pero la verdad no servía de nada.-  Tengo un dolor enorme en el alma mi mariposita… se que a tus hermanitos podré conocerlos algún día… estrecharlos entre mis brazos y decirles que los amo… Pero como hacer eso contigo mi peque…- Suspire pesadamente.- Marie… como papi puede superar este dolor de no tenerte si nunca podré abrazarte, si nunca podré darte dulces besos sobre tu hermosa cabecita, nunca podré verme reflejado en esos hermosos ojitos chocolates… calidos y dulces tan iguales a los de mamá, como si nunca podrás ver la ternura que tu corta existencia dejo en mi corazón… como si nunca podré decirte que te amo y que estoy orgulloso y feliz que hallas sido parte de mi y de la mujer más maravillosa del mundo…. Mariposita, porque nos dejaste… porque te fuiste… porque nos dejaste tanto dolor, si lo que venías tu a traer al mundo y a mi vida era alegrías… felicidad y paz…

 

Mis lágrimas caían una tras otra, tras otra, sin poder evitarlo…

 

- Pero ahora estas en el cielo… y eres un hermoso ángel… ya lo eras en la tierra…  cielo espero que acompañes siempre a tu mami y a tus hermanitos… ellos necesitan mucho un ángel que los cuide, y tu mi mariposita eres el más hermoso ángel que puedan tener… Yo sé amor… yo sé… que debería ser yo quien los cuide, pero confío que mientras no estoy con ellos tu los proteges y los cuides de alguna manera.- Aún cuando me derrumbaba de dolor, aun cuando sabía que no iba a poder mantenerme en pie yo solo por ahora, sentía una especie de consuelo, en saber a mi mariposita cerca de mi… en saber que podría visitarla siempre, en saber que ella estaba conmigo… Que increíblemente maravillosa era mi princesa, era la mujer más maravillosa, más hermosa, más amorosa y más buena del mundo… y yo no me la merecía. Siempre pensé que tendría que viajar a Londres o cualquier otro lugar del mundo, que ahora sabía que ese otro lugar del mundo estaba en Italia, para poder estar y hacer, como estoy y hago ahora, de rodillas, llorando mi dolor, implorando el perdón de mi hija y diciéndole de corazón cuanto la amo.- Bebe será que algún día tu papá va a poder encontrar paz aunque no la merezca, será que tu papá va poder encontrar felicidad… Aunque si soy sincero hija, mi paz y mi felicidad se resumen en poder consagrar mi vida a hacer feliz a tu mami, y a tus hermanos… a Lizzie, a Ed y a Jane… Dios pequeñita,  no sabes cuanto me hacen falta todos ustedes, no sabes cuanto los extraño. Cariño, dentro de todo el dolor de no tenerte, dentro de todo el dolor de haberte perdido, dentro de todo mi arrepentimiento, de mi frustración, siento algo de consuelo al saberte cerca de mí, cerca de mi corazón pequeñita… Te prometo que vendré siempre a verte mi cielo, quiero pedirte también perdón por no haberte visitado antes mi mariposita, y no haber traído flores o algo para ti amor, pero la verdad es que papá no tenía idea de que estabas aquí.- y ahí entre mis lagrimas seguía conversando con mi mariposita.- Que diferente serían nuestras vidas si tu papa no fuera tan imbécil amor… Dios mi mariposita como he podido vivir así, sin tu mamá, sin tus hermanitos… sin ti, siendo infeliz, haciendo infeliz a tu hermana Jane, con mi infelicidad bebe… Ay nena, que infelices hemos sido todos peque.

 

Nuevamente fije mi vista en el epitafio de la lápida de mi mariposita:

 

Marie A. Cullen S.

Noviembre 30, 2005 – Diciembre 05, 2005

Nuestra Amada Mariposita… Siempre vivirás en nuestros corazones

 

Y ahí fue cuando reparé en algo a lo que no le había prestado atención… Marie A. Cullen S…. Cullen... Cullen…. Con un demonio… Bendita, hermosa y maravillosa  mi princesa… ahora es cuando veo que soy mucho más imbécil de lo que jamás pensé… hace unas horas estaba sufriendo porque mis pequeños no tenían mi apellido, y mi princesa me hace este regalo, permite que aunque sea aquí en su última morada mi mariposita tenga mi apellido… Dios si antes amaba a mi mujer, ahora la amaba mucho más, cuando pensaba que la amaba todo lo que un millón de hombres juntos podían amar a una mujer… Una luz de esperanza despertó en mi corazón, ahora entendía que mi Bella en algún momento permitirá que pueda reconocer a mi gatita y a mi campeón, que algún día Elizabeth  y Edward, serían unos Cullen, pero con Marie las cosas eran diferentes, y es por eso que mi Ángel coloco su apellido… mi apellido, en su nombre, en su lápida… Dios, no sé que hice en esta o en otra vida, pero lo cierto es que no me merecía a esa mujer…

 

- Cielo, mi mariposita, bebe… a veces no sé como sacar fuerzas para seguir… Solo Jane, Solo tu recuerdo, Solo la necesidad de encontrar el perdón de tu mami y tus hermanos hacen que pueda seguir viviendo esta media vida,  y que consigue ser media vida, porque las tengo a ti y a Jane… solo podré estar completo, cuando además de ti y de Jane, esté mi princesa, con tus hermanos.- Seguí llorando.- Necesito tanto tu perdón princesita… Pero como voy a saber si me perdonas pequeña, si no tuviste la oportunidad de crecer, si no tuvimos la oportunidad de aprender a ver la vida a través de tus dulces ojos nena… como voy a saber si me perdonas si nos perdimos la oportunidad de escuchar tu dulce voz, que estoy seguro sería la envidia de los ángeles. Perdóname bebe… perdóname mi mariposita.- llore…. Llore, no se cuanto tiempo.  Cuando pensaba que no soportaría más dolor, sentí un extraño sentimiento de paz, la brisa cálida envolviendo mi cuerpo, los tenues rayos del sol calentando mi alma, y de alguna forma entendí que mi mariposita me regalaba su perdón, que ella me amaba como la amaba yo. Y con esa certeza, y con la paz que albergaba mi alma en ese momento frente a  la lápida de mi mariposita y con silenciosas lágrimas recorriendo mi rostro, supe de algún modo que mi hija me perdonaba, aunque nunca me perdonaría yo … Me quede allí en compañía de mi hija. Pensaba en que no tenía demasiadas fuerzas para salir solo de ese cementerio… toda esa descarga emocional me había dejado físicamente exhausto… y en ese momento como si supiera que la necesitaba mi teléfono vibró y en el identificador reconocí el nombre de mi pequeña hermana.

 

- Edward, donde estás?... Se que nos necesitas, y papá y yo vamos hacia donde quiera que estés.- me dijo preocupada, y la verdad yo no tenía fuerzas para discutir en este momento.-

 

- En El Cementerio de Mount  Olivet, sabes donde queda?.- le pregunte.-

 

- El Cementerio de Mount Olivet, si sé donde queda, pero que estás haciendo ahí?.- me preguntó entre curiosa y preocupada.-

 

-  Lo verás cuando llegues Aly, estoy en la C49, el guardia de la garita te dirá como llegar.- Le dije simplemente.-

 

- De acuerdo Ed, nos veremos pronto, estoy cerca.- me dijo. Al poco tiempo sentí pasos acercarse y no tuve que levantar el rostro para saber que eran ellos.-

 

- Edward, hijo que haces aquí?.- preguntó mi padre preocupado, al tiempo que yo de rodillas frente a la lápida de mi mariposita, hacía un corto movimiento con la mano, para que se enteraran a quien estábamos visitando.-  

 

- Ah.!- mi hermana ahogo un grito se sorpresa, cubriendo su boca con su mano.- no puedo ser… no puede ser… ella…, es ella…????... como puede ser.- se preguntaba anonadada, sin poder creer lo que estaba viendo.- Edward…- no pudo continuar, porque se situó a mi lado, envolviéndome en un fraternal abrazo, mientras callaba un sollozo, contra mi camisa.-

 

- Edward, es cierto… Es mi nieta?.- pregunto mi padre con su voz rota, por mi sufrimiento, por el dolor de la muerte de mi mariposita, por la pérdida de su nieta.-

 

- Si… es ella… mi mariposita.- les dije, mi hermana a quien se mantenía abrazada  a mi cintura, y le acariciaba el cabello dulcemente.  Se separo de mí para verme a los ojos.-

 

- Como es posible Edward, como es posible que esté aquí en Chicago?.- Me preguntó mi hermana.- Cómo lo supiste?.

 

- Bella trajo sus restos para Chicago, para que pudiera estar cerca de ella Aly.- le dije como pude entre mi dolor y mis lagrimas.-

 

- Porque  no te lo dijo antes hijo.- pregunto Carlisle, con más curiosidad que reproche.-

 

- Papá no la juzgues.- le pedí.- mi princesa necesitaba sanar, necesitaba encontrarse, recuperarse, fue demasiado grande y profundo el dolor que le causé… Yo no merezco que ella hiciera esto por mí.- le dije.-

 

- Ed… eso quiere decir… eso quiere decir que Arizona ha estado aquí en Chicago, muchas veces en estos cinco años.- dijo Alice con dolor.-

 

- Si Aly, Bella viene varias a veces al año a visitar a nuestra hija.- le dije.-

 

- Entonces ella y los niños están aquí Edward, Bella te llamó, podremos verla y ver a los pequeños?.- preguntó mi padre con esperanza, y no solo por sus nietos, porque sé que a pesar del amor incondicional que le profesa a mi madre, y que ese amor lo lleve a defenderla aún sin tener la razón, la verdad es que mi papá no estaba de acuerdo con mi madre respecto a Bella, el siempre le guardo cariño, y a pesar de que no contuvo a mi madre en todo, lo cierto es que las cosas con mi madre pudieron ser peor sin su intervención. Se además que al igual que Rosalie, Jasper y Alice, mi papá también tenía la necesidad de encontrar el perdón de mi princesa.-

 

- No papá, no están aquí.- pude notar como la tristeza volvía a invadir su mirada.- mi campeón tuvo un percance y Bella no pudo tomar su vuelo a Chicago, y tampoco lo podrá hacer mañana o en los próximos días, tiene que quedarse con el y con mi gatita, pero no quería que nuestra mariposita estuviese sola mañana, así que me envío un correo electrónico pidiéndome que viniera para acá…- le dije y mis lágrimas se hicieron presentes una vez más.-

- Y que paso con Eddie?.- dijo preocupado.-

 

- No le digas Eddie, papá.- le replique.- si mi hijo se parece a mí, tanto como afirma mi Bella, te aseguro que odia que le llamen así.- le dije y a pesar de mi desesperanza y mi tristeza una boba sonrisa de orgullo se formo en mi rostro.

 

- Edward, al grano, que le paso a mi sobrino?.- me preguntó entre molesta e irritada, mientras se secaba las lágrimas del rostro.-

 

- Tuvo un percance, al parecer es sumamente travieso, y mientras Bella atendía a Lizzie, se montó en un árbol y terminó por caer, paso inconsciente unos minutos a causa de una contusión, debe quedarse en observación, además se fracturó una piernita.- les conté.-

 

- Dios mío, si que se parece a ti en serio.- dijo mi padre, seguramente recordando las veces que me tuvo que llevar al hospital y la colección de yesos, cortesía de que me la pasaba montado en cuanto árbol, ventana, techo, verja o cualquier cosa peligrosa que se me ocurría.- estas seguro de que esta bien?.- me preguntó.-

 

- Si papá, mi princesa dijo que esta bien, que solo se quedaba en observación por precaución.-  respondí

 

- Y tu cómo te sientes?.- pregunto la duende.-

 

- Dolido, triste, preocupado por Edward, esperanzado porque Bella dio un paso gigantesco al comunicarse conmigo, emocionado por la muestra de amor tan grande que me dio mi princesa, asustado porque sé que el rencuentro se acerca y me da terror su rechazo, me da miedo que no me perdone y me alejé de su vida, asustado por el primer encuentro con mis otros dos hijos, feliz y triste y deprimido porque pude hablar con mi mariposita, pedirle perdón, y decirle que la amo.- le dije.- amor, mariposita sabes que papá te ama y te adora, no es cierto?.- pose levemente mis dedos sobre la lápida, cosa que aún no había hecho.-

 

- Hola princesa.- dijo Alice girándose también hacia la tumba.- soy tu tía Alice… no sabes el orgullo que tengo de saber que un ángel lleva en parte mi nombre. Te extrañamos mucho princesita, no sabes cuanto nos hubiese gustado conocerte y verte crecer preciosa. Tu tía Alice también te quiere muchísimo y te extraña linda.- le dijo Alice, con lágrimas surcándole las mejillas… lágrimas que acompañaba con las mías, y agradeciéndole de corazón su amor por mi mariposita.-

 

- Hola pequeña Marie.- ahora fue el turno de mi padre, que dejo su posición de pie detrás de mi para arrodillarse a mi lado.- yo también quiero presentarme, yo soy tu abuelito Carlisle, y quiero que sepas que yo también te quiero mucho angelito.- dijo entre un profundo llanto de dolor que me conmovió profundamente.- no sabes como lamento no haber tenido la oportunidad de conocerte, verte crecer, jugar contigo, consentirte y llenarte de regalos y cariños… tu papi tiene razón pequeña tu estabas destinada a ser la más consentida de sus princesas… y la verdad es que desde que tu papá me enseño tu foto, y te vi quede prendado… así que estoy seguro que no solo ibas a ser una niñita de papá, sino que serías también la princesa consentida del abuelo… tu abuelito también te quiere mucho, mi precioso ángel. – me gire hacia mi padre y le di un abrazo.-

 

- Gracias papá, esto significa mucho para mi.- le dije con sinceridad.-

 

- Vamos Edward, es hora de retirarnos, tienes que descansar un poco, estas destruido.- me dijo mi hermana.- mañana regresaremos a hacerle una visita a tu mariposita, y podrán acompañarnos Rosalie, Jasper y Jane.- no me paso desapercibido que no nombró ni a Emmet, ni a mi madre… pero ya lidiaría con eso después. Ahora tenía que concentrarme en despedirme de mi mariposita… al menos por ahora-

 

- Cariño, papito tiene que irse, pero te prometo que voy a volver siempre, y que mañana estaré aquí contigo.- le dije con el corazón en la mano.- te prometo que voy a hacer todo lo posible, para que algún día no muy lejano pueda venir a visitarte en compañía de tu mami, y de tus tres hermanitos, mientras eso no ocurra mi mariposita, te prometo que voy a venir a visitarte. Te amo pequeña.- Con algo de esfuerzo me levante del suelo, y apoye mi mano sobre la lapida de mi bebita.- Mariposita, me voy, pero sé que no te quedas sola, porque te vas conmigo en mi corazón, en donde siempre has estado, mi pequeñita.- le dije sinceramente.- Que Dios te Bendiga amor, nos vemos mañana.- me despedí.-

 

- Vamos hijo.- me dijo mi padre, colocando su mano sobre mi hombro y guiando por el camino de salida, como si temiera que de un momento a otro fuera a caer, y la verdad es que sentía que las fuerzas  me abandonaban, era una mezcla de un profundo cansancio físico y emocional, con el enorme deseo que tenía de quedarme acompañando a mi pequeña mariposita. Al llegar a mi auto, mi padre tomó las llaves para llevárselo a casa, mientras yo me subí al asiento de copiloto en porsche amarillo de Alice.

 

- Cómo te sientes Edward?.- me pregunto mi hermana, siempre preocupada por mí.-

 

- Justo ahora exhausto, deprimido, feliz en algunos sentidos, preocupado.- suspire.- no sé Aly … son tantas emociones que tengo la cabeza hecha una maraña.

 

- No es para menos, y te contó algo Arizona de tus pequeños?.- preguntó sin poder evitar su curiosidad.-

 

- Si.- le dije sonriendo con orgullo.- Me contó que Edward se parece muchísimo a mí, que es como tener una copia mía moviéndose a su alrededor, y como bien señalo papá y en vista del incidente del árbol no dudo para nada que sea así. – cerré los ojos, recostando mi cabeza contra el respaldar del auto, pero continúe hablando.- y también me dijo que toca el piano, y que yo me sentiría sumamente orgulloso de él, que es muy talentoso.

 

- Eso es genial Ed, me muero por conocerlos.- me dijo suspirando.-

 

- También yo Alice.- le respondí.

 

- Y Bella solo te habló del príncipe de la casa.- dijo regalándome una sonrisa.-

 

-  No Alice, por supuesto que no, también me contó de mi otra princesita, me dijo que mi gatita es muy hermosa, que consigue conquistar a todo el mundo con una mirada, y que es increíblemente dulce. – le respondí con el corazón lleno de ternura, hacia mi pequeña.- no sabes toda la ternura que me inspiro sus palabras sobre mi bebe, siento tantas ganas de conocerla. Sabes que… Mi Bella, les habla de mí Alice.- le dije emocionado.- Mis bebes saben de su papá y, mi ángel dice que me quieren, puedes creerlo.- le dije con un poco de incredulidad.-

 

- Claro que le creo hermano, a pesar de todos los errores y todas las cosas que han vivido tu y Bella, eres un hombre maravilloso, y te mereces muchas cosas, entre ellas el amor de tus pequeños.- me respondió de corazón, y de corazón se lo agradecía.-

 

- Gracias Duende.- le dije aunque la verdad no me sentía merecedor de sus palabras.-

 

- Jasper me comentó sobre tus hallazgos.- me dijo.- Tienes tres buenas posibilidades allí Edward.

 

- Yo también lo creo, luego quisiera discutir contigo, con Jazz, Rose y papá algunas de ellas para que me den su opinión.-

 

- Claro.- me respondió simplemente. Tras un minuto de silencio, le pregunte.-

 

- Que tan mal la paso mi muñequita hoy?.- le pregunte, interesado por la terrible experiencia que como todos los años mi madre le hacía pasar a mi muñequita, en ese horrible, exagerado, acartonado homenaje a Heidi. Yo no quiero que mi hija olvide a su mamá, al fin y al cabo era su madre, y a pesar de todo quiero pensar que la quería de alguna manera, pero creo que esos homenajes que mi madre preparaba cada año rayaban en lo ridículo, y era casi como revivir el funeral una y mil veces, mi pobre pequeña sufría horrores en este día.-

 

- La verdad es que este año se lo tomo bastante mejor que otras veces.- me dijo.- Creo que esta aprendiendo a lidiar con eso, aunque la verdad es que mamá no se lo ponía fácil, con eso de decirle, “ves  a tu mamá, que hermosa era tu mamá”, “que especial era tu mamá”, “no existirá nadie mejor o que quiera más a tu papá que tu mamá”, “verdad que extrañas a tu mamá”, etc etc etc… de verdad si no fuera porque papá intervino y porque Emmet estaba como siempre cuidándola cual guardaespaldas, tanto Rose como yo, le íbamos a terminar por decir cosas nada agradables, es que hasta Valerie le dijo que estaba harta. 

 

- Creo.- suspire pesadamente.- creo que mamá esta intentando incluir a Jane en su plan de saboteo a Bella, antes de que mi ángel aparezca de nuevo en nuestras vidas.

 

- También lo creo.- me dijo.- creo que no voy a entender nunca a mi mamá.

 

- Tampoco yo Alice.- en ese momento me percaté que habíamos llegado, y que mi padre también estacionaba mi volvo junto a nosotros.-

 

- Vamos Edward.- me dijo mi padre.- será mejor que descanses un rato, antes de que te internes nuevamente con tu libro… Y más tarde si te apetece podemos hablar del expediente médico de Marie.

 

- Me gustaría mucho papá.- cuando entramos una expectante Rosalie esperaba a Alice, con una sonrisa de complicidad que no pude entender.-

 

- Hola Edward.- me saludo.- Que te paso, por que estas así?.- me dijo preocupada.

 

- Hola Rose, disculpa pero necesito descansar, seguro Alice te cuenta.- Le dije dejando un beso en su mejilla a modo de saludo y agradecimiento por su preocupación al pasar a su lado. Siempre me lleve muy bien con Rose, era como otra hermana para mí, a veces sentía que Rose era mi hermana, y Emmet era “el agregado cultural” que mi hermana había incorporado a la familia y no al revés. 

 

- No te preocupes Ed, ve a descansar.- me dijo con una dulce sonrisa. Cuando había alcanzado la escalera pude oír lo que le decía a Alice.-  En unos minutos llega Renata y podemos iniciar la reunión.- No era de extrañar que esas tres planearan proyectos conjuntos, pero aún así presentía que esto era por algo diferente, pero no tenía cabeza en este momento para eso.-

 

Pase por el cuarto de mi hija, sabía que estaría tomando la siesta, siempre lo hacía cuando llegaba de las ceremonias en honor a Heidi que preparaban mi madre y los Volturis, espere no despertarla como esta mañana, porque hace unas horas la desperté y ella estaba feliz y encantada con mi sonrisa, pero justo ahora no creo que mi muñeca pueda ver lo mismo en mi, además que necesito hablar con ella… pero no podía ahora… tenía que reponer fuerzas primero. Luego de dejar un dulce beso en la frente de mi pequeña Jane, salí del cuarto y me dirigí a mi habitación, cuando estaba por abrir la puerta…

 

- Hijo dónde estabas?... por que estás así?.- dijo mi madre con auténtica preocupación maternal.-

 

- Estaba en el cementerio.- respondí.-

 

- Fuiste a visitar a Heidi?.- preguntó mi madre emocionada.-

 

- Fui a Mount Olivet mamá.

 

- Mount Olivet????.... Edward, que demonios hacías en Mount Olivet, si el mausoleo de los Volturis está en el Cementerio Graceland.- me dijo mi madre un poco irritada por mis parcas respuestas.-

 

- Deja a Edward tranquilo, Esme.- le dijo mi padre cuando estaba por darle una respuesta poco agradable a mi mamá, mi mamá le hizo un puchero y mi padre enamorado como estaba se acerco a ella para dejarle un cálido beso en la frente.- Edward ya es un hombre de más de treinta años, el puede perfectamente decidir a donde va y no tiene porque darte explicaciones.- mi madre pensaba replicar pero mi padre la calló con un beso y se la llevó de ahí…

 

Pude finalmente entrar a mi cuarto, me di una ducha, y me lancé sobre mi cama, empecé a buscar el libro, pero recordé que estaba en el volvo, así que tendría que esperar a más tarde. Quería leer la dedicatoria del libro de mi princesa… necesitaba de su amor, para poder entregarme a un sueño tranquilo y poder descansar mi exhausto cuerpo, y reponer las energías que necesitaría desde este momento hasta tener a mi familia completa a mi lado, porque si de algo puedo tener certeza absoluta, además del amor irrevocable que tenemos mi princesa y yo, es que es que no descansaría hasta tenerlos a mi lado y tener la oportunidad de ganarme su perdón… A falta de dedicatoria, la mejor opción era pensar en mi princesa… imaginarme como sería de perfecto tenerla a mi lado y dejar que tanto las emociones de hoy, como el cansancio que ha dejado en mi todo el dolor de estos seis años me envolvieran en un sueño profundo y reparador….  Así entre los recuerdos de mi amor por mi princesa, mi necesidad de estrechar a mis pequeños entre mis brazos y decirle que los amo, con la felicidad haber pasado tiempo con mi mariposita y haber tenido la oportunidad de pedirle perdón, con la certeza del amor de mi princesa, de mi mariposita y de mis bebes, me abandone al sueño, sabiendo que mi mariposita me había perdonado y que me amaba, con  saberla tan cerca de mí y tan cerca de mi corazón, me dormí tranquilo.  Desperté pasadas unas cuantas horas, y antes de salir a buscar a mi muñequita, busque mi lapto y la encendí, quería saber si mi princesa me había respondido, aunque seguramente no lo había echo aún, entre la diferencia horaria, y que seguro mi princesa estaba ocupada con nuestros hijos… Dios… un sentimiento de culpa y pesar se apoderaron de mi alma, al recordar lo poco que le gustaban los hospitales a mi ángel, eso sin contar el anhelo y las ganas de estar allí con ella, haciéndonos cargo, cuidando y protegiendo a nuestros hijos juntos. Ya por fin mi computadora había cargado toda la información, vi en mi bandeja de entrada un montón de correos por leer, entre ellos el correo que me había mandado Jasper, con la información proporcionada por la fundación, otros cuantos del trabajo, pero todavía no había respuesta de mi princesa… Ahora el dilema… le escribo o espero que me escriba… Me muero por ponerme en contacto con ella, pero también sé que ella necesita su espacio… Dios que complicación… Releí el correo que me mando mi ángel y ahí esta de nuevo sonriendo como un bobo… Además de la felicidad que me proporcionaban sus palabras, y el hecho de que se pusiera en contacto conmigo, tenía entre sus palabras la respuesta que necesitaba para resolver mi dilema, mi princesa me pedía que le contará sobre mi visita, y eso era lo que precisamente pensaba hacer… Así que una vez más presione la opción de responder de su correo.

 

Amor…

 

No sé ni por donde empezar la verdad… Dios…  Cariño hice lo que me pediste, fui a verla… y la verdad no sabes princesa, todas las emociones que sentí en ese momento, que todavía embargan mi cuerpo, embriagan mi alma. Gracias Princesa… Gracias, eres maravillosa, eres única, y sé que no te merezco, aunque Te Amo, Te Amo como nunca nadie podría amar a otro, y aún sabiendo que no te merezco, soy lo suficientemente egoísta, lo suficientemente pretencioso y terco para quererte cerca, para necesitarte para poder vivir, porque mi ángel, está vida en la que tránsito sin ti, no es vida, no es nada. Salvo por las pizcas de alegría que me regala Jane estoy completamente vacío, no soy nada sin ti. Los necesito a mi lado mi amor, a ti, a Elizabeth, a Edward… necesito que estén aquí conmigo, con Jane, con Marie.

 

Cielo voy a estarte eternamente  agradecido porque me regalaste la oportunidad de presentarme ante nuestra mariposita y pedirle perdón, decirle que la amo, que la extraño, que siempre está conmigo. Te estaré eternamente agradecido por traer a mi mariposita para que pudiera estar cerca de mí, siento que esa es la razón por la que la tengo siempre presente, siempre cerquita de mi.  Cielo, no sabes cuanto le ruego a Dios, para que puedas encontrar el camino de regreso pronto y podamos hablar, no sabes cuanto ruego para que pueda tener una oportunidad como la de hoy, pero frente a Lizzie y Ed… necesito tanto pedirles perdón a ellos, necesito tanto decirles que los amo, que los extraño, pedirte perdón a ti mi amor, decirte cuanto te amo y cuanto te extraño.

 

Se que necesitas tiempo y espacio, no voy a agobiarte más con mi palabrería… Pero sinceramente espero que pronto podamos estar frente a frente, y hablar las cosas, tengo la esperanza de que todavía exista un nosotros, que podamos estar juntos, con nuestros hijos, con Jane…

 

Mi ángel, cómo se encuentra Ed?... me preocupa mucho, no quiero pensar en que algo le pase a Edward, muero de imaginarlo siquiera; o que pueda ocurrirle algo a nuestra Lizzie, o a ti amor. Espero que todo este bien con él, que la contusión no sea más que un susto, que pronto se recupere de la fractura de su piernita. No sabes cuanto quisiera acompañarte, no sabes como me siento culpable porque tengas que pasar esto sola, que tuvieras que pasar sola la muerte de nuestra mariposita, que tuvieras que pasar sola cada fiebre, cada gripe, cada resfrío, cada raspón de rodillas. No sabes como duele no haberlos acompañados en sus primeras sonrisas, en sus primeros pasos, en sus primeras palabras… Dios mi cielo, los amo de verdad, los amos, los extraño y no sabes  lo arrepentido que estoy de cómo maneje todo con nosotros… Pero eso mejor lo dejamos para cuando podamos estar frente a frente. Espero saber pronto de ti, espero ver pronto las fotos que me prometiste, me muero por ver a mis peque, así puedo actualizar las fotos, con las que duermo todas las noches…

 

No te preocupes por nuestra mariposita, que nunca más estará sola… Te prometo que todos los días iré a visitarla, cuando vuelvas a la ciudad, si tienes ganas de verme podríamos ir juntos amor.

 

Te amo, te extraño, y no hay nada que desee más que poder estar junto a ustedes… si es que algún día alcanzo tu perdón y el de nuestros bebes. Diles que los amo, que reciban mis bendiciones y que quisiera poder abrazarlos y poder pasar tiempo con ellos.

 

Los amo…

Te amo mi princesa…

Siempre tuyo

 

Edward.

Presioné la tecla de enviar… Que difícil había sido este día para mí, que emociones tan diversas experimente, entre los recuerdos, entre el diario de mi princesa… visitar a mi mariposita, pelearme otra vez con mi mamá… siento que en un día viví todas las emociones que tenía reprimidas en los últimos seis años… porque siendo sinceros, salvos sonrisas fingidas, los que más he sentido en estos seis años, ha sido dolor, arrepentimiento, y culpa… Todavía me esperaban unas cuantas cosas más… todavía tenía que conversar con Jane y con mi papá… Decidí apagar el computador… más tarde verificaría mis correos, a ver si tenía una respuesta de mi ángel, aunque tenía que tener en cuenta el cambio de horario, seguramente mi Bella estaría más que dormida, además de que tenía que pasar la noche en el hospital con mi hijo… y pensando en eso de pronto me asaltó una duda, quien se estaría haciendo cargo de mi gatita, esta noche, de pronto sentí preocupación, rabia, e impotencia ante este hecho… debería ser yo quien cuidara esta noche de mi gatita… pero por imbécil no podía hacerlo… Necesitaba encontrar a mi princesa y mis hijos, y tenía que hacerlo rápido.

 

Tenía que admitir que este momento sentía también celos por cualquier que estuviese ocupando mi lugar este momento en cuanto al cuidado de mis hijos, aunque no me atrevía siquiera pensar en alguien ocupando un lugar en la vida de mi princesa, porque ahí si lo perdería todo… Pero por ahora tenía que dejar mis celos y mi posesión de momento, y tendría que ir a buscar a mi muñequita. Salí del cuarto y me dirigí a la habitación de mi Jane, preguntándome si ya se habría levantado de su siesta. No se encontraba allí así que baje las escalares, al pasar cerca del salón escuché a mi mamá discutiendo con alguien, pero lo que me extraño es que la discusión se producía entre susurros, así que no pude resistirme y me acerque un poco…

 

-  … por Dios no seas ridícula, vas a venirme de nuevo con esa historia.- le decía mi madre a su acompañante.-

 

- No es ninguna historia sabes que es verdad.- le replicó la mujer a mi madre… quien podrá ser.- Sabes que nunca apoyé a Heidi, en eso, y que las razones que tenía para odiar a Bella no tenían fundamente.- respondió nuevamente la mujer, a la que hora reconocí como Renata.-

 

- Renata, como siendo tú, su amiga, puedes decir eso, no creo en esas razones que dices, pero ella era tu amiga, tu mejor amiga, no debes estar de su lado?.- le dijo mi mamá.- como puedes prestarte para eso, como puedes colaborar para que la enemiga de Heidi, se acerque a su hija, se acerque de nuevo a su marido.- decía mi madre indignada y yo bufaba también pero de indignación hacia ella.-

 

- Esme, entiéndelo, Edward y Bella se aman, Heidi nunca quiso a Edward… ella solo quería que Bella sufriera lo que ella sufría, según ella por culpa de Bella.- le decía Renata, cada vez entendía menos ese asunto Bella vs. Heidi.-

 

- No, no, no… me niego a creerte… estas perturbada porque te sientes responsable de la muerte de Alec, por eso quieres compartir tus culpas con Heidi, seguramente que eras tu… y como Heidi se negó, ahora quieres vengarte de ella, apoyando a los locos de mi hija, mi nuera y yerno en eso de Bella y Edward tienen que estar juntos cuando lo único que esa mujer tiene que hacer aquí en Chicago es dejar a mis nietos y largarse de una buena vez.- Me moría de ganas de entrar en el salón y gritarle como nunca a mi madre. Pero la respuesta de Renata no me lo permitió.-

 

- Era yo?… yo soy la perturbada?, fue Heidi la que se negó?.- se rió amargamente.- Bien Doña Esme que memoria tan selectiva la tuya, o vas a insistir en la amnesia alcohólica… Aun te niegas a creer o pensar en lo que hubiese pasado si yo no llegó a tu habitación ese fin de semana que pasamos las tres en el Luxury Spa del Four Season  de Miami…- se quedo callada esperando la respuesta de mi madre.- Eso quiere decir que lo recuerdas o que vas seguirlo negando???.

 

- Cállate Renata no digas tonterías, sabes que estas mal interpretando las cosas, Heidi nunca…

 

- Papito te estaba buscando.- dijo mi hija llegando a mi lado, haciendo que automáticamente se callarán las voces en el otro lado de la sala.-  dónde estabas papá?

 

- Estaba haciendo una visita muy importante pequeña.- le dije al tiempo que me ponía a su altura.- quieres acompañar a papi al jardín, quiero contarte algo.- ella asintió, me incorporé y tomándola de la mano la dirigí al jardín, en cuanto a mi madre y Renata, buscaría la forma de convencer a Renata de que me explicará que era eso de lo que discutían, además tendría que advertirle a Esme, para que dejara las intrigas, tenía que entender que nada de lo que hiciera iba a apartarme de mi intención de ganarme el perdón de mi princesa. Una vez en el jardín lleve a mi hija hasta la fuente, y nos sentamos en un banco ubicado frente a ella, entre los rosales.- Jane, necesito contarte algo muy importante para nosotros peque.- Suspire, no sabía como continuar.- Antes que nada quiero decirte, que papá te ama muchísimo, y que eres muy importante para mí, y eso no va cambiar nunca.- le dije sinceramente.-

 

- Yo se papito, yo también te amo.- me respondió.-

 

- Aún eres muy pequeña y no sé como contarte esto para que lo entiendas, pero debes saber que mi amor por ti no va a cambiar aunque cambien otras cosas…. También quiero que entiendas que en estos años, tú eres la razón por la que me obligaba a sonreír, aunque tenía  razones para estar triste.

 

- Papito vas a contarme, porque siempre estas triste?... de pronto si me lo cuentas podemos buscar un forma de que seas feliz, además de feliz conmigo… sino feliz feliz siempre.- me dijo mi pequeña llenándome de su ternura.-

 

- Si pequeña, eso mismo voy a ser, voy a contarte mis razones… Verás Jane, yo no estaba enamorado de tu mamá, tu mamita era una buena mujer, hermosa y te quería muchísimo.- no todo era verdad, pero tampoco podía decirle a mi hija que pensaba que su madre era una bruja, solo que aún no sabía que tan bruja y que tan arpía era, pero empezaba a sospechar que era mucho más de lo que esperaba.- era además una gran amiga, que me apoyo cuando yo más lo necesitaba.- o al menos eso creía hasta hace unas horas.- aunque tu mamá y yo no nos queríamos, logramos algo maravilloso y único, que nos lleno los días de alegría y amor. Y eso tan maravilloso eres tu pequeña.- le decía mientras mi niña me miraba con atención.- Antes de seguir tengo que pedirte perdón porque nunca estuve enamorado de tu mami mi muñequita.

 

- No tienes que pedirme perdón por eso papito.- me dijo con toda su sabiduría infantil.- A mi me quieres, y si no podías querer a mi mamita, no la querías. No puedes obligarte a querer algo que no quieres papito.- me dijo…. Que sabía era mi pequeña, estaba realmente sorprendido.-

 

- De verdad crees eso pequeña, no estas molesta conmigo por no querer a tu mami.- le pregunté sentándola en mi regazo para poder abrazarla.-

 

- Papito es como si tu o mi tía Rose o mi tío Em, o Kellan se molestarán conmigo por no querer a Ronald… Kellan siempre intenta que quiera a Ronald… pero iaccckkkk que asco.- mi pequeña hizo una cara de asco graciosísima…  Ronald era la lagartija, que mi sobrino Kellan tenía de mascota, siempre perseguía a Valerie y  Jane con ella, intentado que ellas fueran también sus amigas, pero nada que lograba que las niñas perdieran su asco ante el animal. Solté una sonora carcajada, en parte por la cara de asco de mi muñeca, y por otra al ver que mi hija en su inocencia había comparado a su mamá con una lagartija.- Papi ahora eres tu la que te ríes de mi.- me dijo haciendo referencia a lo sucedido esta mañana.-

 

- No peque… solo que tu cara fue muy chistosita.- le dije, ahora de mejor humor, viendo que la conversación iba fluyendo.-

 

- Dale papá, sigue que no me has contado nada.- me apremió.-

 

- Como te decía, yo no estaba enamorado de tu mamá, pero yo ya estaba casado con ella, y tu ya venias en camino cuando me di cuenta de que estaba enamorado de alguien.- le dije con algo de cautela.-

 

- De quien papito?... cómo es?... donde esta?... porque no la conozco?... cuando va venir?...- su entusiasmo me reconfortó y me dio esperanzas, sin embargo, sus preguntas también me abrumaron un poco.-

 

- Verás pequeña, ella era mi mejor amiga, cuando yo me case con tu mamá ella estaba en otro país estudiando.- le dije.-

 

- Aja papá… y cómo es?...- me dijo curiosa e impaciente.-

 

- por que tanta impaciencia Jane?, es que no te molesta?.- le pregunte.-

 

- Como va a molestarme papito, es que no te ves, cuando hablas de ella te brillan los ojos… y empiezas a ser feliz, como lo eres a veces… pero yo no quiero que seas feliz a veces, quiero que seas feliz siempre.- me dijo mi pequeña que era todo un ángel, gracias a Dios mi madre no ha podido dañarla aún, y mi muñequita en cuanto a carácter se parecía mucho más a mi hermana y mi padre,  que a mi madre y a Heidi, y la verdad daba gracias a Dios por ello.-

 

- Que dulce eres hija.- me miro alzando una de sus cejas en un claro gesto de frustración porque no respondía sus preguntas.- de acuerdo… de acuerdo...- reí y ella rió conmigo.- Es hermosa hija, parece un ángel, es….

 

- Es la princesa de la foto que guardas dentro de tu libro?.- pregunto... Como sabía ella eso.- papi no te pongas bravo, una vez fui a despertarte y el libro estaba en el suelo, y cuando lo recogí se salieron unas fotos y la vi… y la princesa es tan bonita, y tu te ves tan feliz en la foto, que cuando estoy triste porque tu estas triste, voy a ver la foto para verte feliz.- Dios también le he hecho tanto daño a mi muñeca sin querer.-

 

- Dios muñequita… Perdóname, por hacerte sentir tan triste peque.- le dije.-

 

- Papito solo estoy triste si tu estas triste… así que sé feliz para que yo lo sea.- le di un beso sobre la cabeza y le hice cariños en la espalda mientras ella me envolvía en un calido abrazo.- Quienes son los bebes papito?.- Pregunto y me tensé en el acto.- Los bebés son de la princesa, papi?.

 

- Si cielo, los bebes son de la princesa.- le dije.- pero la verdad es que los bebés también son míos amor… los bebes son tus hermanitos cariño.- le dije y espere su reacción, primero se tensó, luego puso cara de confusión y de pronto sus ojos se abrieron enormemente, se llenaron de una luz y una emoción que pocas veces había visto y comenzó a dar brinquitos en mi regazo… Dios… como se parecía a Alice esta niña, seguro cuando tenga a sus hijos no se iban a parecer tanto.-

 

- Tengo hermanitos, tengo hermanitos.- decía emocionada.- Donde están?, por que no los conozco?, cuando vienen?, como son?, como se llaman?, cuantos años tiene?.- soltaba una pregunta tras otra a una velocidad alarmante y no sabía como contenerla.-

 

- Ya va, ya va Jane, una cosa a la vez.- le dije.- eres maravillosa pequeña, soy muy feliz que te emocionen tus hermanitos.-

 

- Como no me voy a emocionar papito, tengo unos hermanitos, vamos a poder jugar, y tal vez tu princesa quiera ser mi mama, me gustaría tener una mamá, papito.- me dijo y me emocione, si estaba decidido a encontrar a mi princesa y traerla de regreso a mi vida, en las palabras de mi Jane, encontraba una motivación adicional.-

 

- Verás pequeña, las cosas no son sencillas, resulta que mi princesa, se marchó, hace muchos años, porque ella creía que por su culpa tu no ibas a ser feliz, porque tu papito y tu mamita no iban a estar juntos y no se querían.- mi pequeña se entristeció.- pero no estés triste nena, que la estamos buscando y la vamos a encontrar, de hecho hoy hable con ella por correo y me dijo que me va a mandar fotos de tus hermanitos.- le dije.-

 

- Y me las vas a mostrar papito.- pregunto.-

 

- Claro hermosa, tienes derechos de hermana mayor.- le dije y se renovó su emoción.-

 

- Si papito soy una hermana mayor… yupi.- decía reanudando sus brinquitos.-  yo los voy a cuidar mucho cuando estén aquí… como se llaman?... son niñas?...

 

- Bueno son una niña que se llama Elizabeth, pero su mami le dice Lizz; y el otro es un niño que se llama Edward.- le dije.-

 

- Como tu papito.- me dijo.-

 

- Si, cielo como yo..- no sabía como decirle de Marie.- 

 

- Papito y como les dices…- pregunto haciendo un gesto gracioso como pensando.- porque a mi me dices muñequita, y a la princesa le dices princesa, y a mis hermanitos?...

 

- Bueno corazón, tu hermanita es mi gatita y tu hermanito mi campeón.- le dije. Recordé como le dijo a mi ángel y añadí.- verás  pequeña mi princesa, le digo princesa, pero se llama Bella.-

 

- Que bonito nombre, es como ella le queda bien.- dijo mi pequeña con dulzura, pero de pronto su cara de confusión me hizo entender que había llegado la parte complicada.- papito pero son tres bebés… y el otro.

 

- Amor, tu otra hermanita, se llamaba Marie, y ella cuando nació, tuvo un problemita en su corazón.- suspire, intentando contener las lágrimas, no podía darle rienda suelta a mi dolor delante de mi hija.- y ella… ella… se fue al cielo, princesa, y ahora es un angelito que nos cuida a todos, a ella le digo mariposita, y ahora mi mariposita es un angelito del cielo.-

 

- Se murió papito?... se murió como mi mami?.- me dijo con sus ojitos anegados de lágrimas.- porque papito, Diosito no quería que se quedará con nosotros o su mamita.- me pregunto ya cuando las lágrimas caían por sus dulces mejillas.-

 

- No se pequeña, creo que Dios necesitaba un angelito muy dulce para cuidar de niñas y niños buenos como tu y tus hermanitos y la escogió a ella, yo tampoco soy feliz con su decisión, pero no podemos hacer nada.- le dije.- Sabes preciosa, tus hermanitos viven en Italia, pero estamos haciendo todo lo posible para que pronto vengan a visitarnos o ir nosotros a ellos, eso te gustaría?.- le pregunte, parte por curiosidad, parte por mi necesidad de distraerla.-

 

- Si quiero papito, quiero conocerlos, y jugar con ellos.-

 

- Que bueno cariño, soy muy feliz de saber que piensas así.- nos quedamos unos minutos en silencio hasta que mi pequeña me hizo una pregunta que no esperaba… aunque después de la conversación que mantuvimos hace unos minutos ya nada debería sorprenderme de ella.-

 

- Papito, podríamos también visitar a Marie, como visitamos a mi mami?.- preguntó y yo me emocioné enormemente. Yo estaba preocupado de cómo llevar esta conversación con mi pequeña, y fue ella quien llevo la conversación por mi.-

 

- Si eso quieres, podríamos hacerlo.- le dije.

 

- Cuando?.- soltó a quema ropa.- ella también está en Italia?.-

 

- No pequeña, mi mariposita está aquí en Chicago y podemos visitarla cuando quieras.- le dije.-

 

- Mañana, vamos mañana.- sonreí ante su impaciencia.-

 

- Vamos mañana pequeña.- respondía dándole un beso en la frente..- Gracias mi amor por ser tan especial.

 

- Papito, estoy a tiempo de ir al centro comercial.- Ok ok … esto si no me lo esperaba.-

 

- Al centro comercial … Jane para que?....- le pregunte.-

 

- Tengo que comprar algo muy importante.- me dijo, bajándose inmediatamente de mi regazo.- no importa papito, mi tía Alice me va ayudar.- dicho esto salió corriendo a la casa, supongo que a buscar a Alice, esto fue de lo más raro, pero mejor así, al menos todo fue más fácil de lo que esperaba.

 

Salí de la casa, para sacar el libro y la libreta del carro, para dejarlos en mi cuarto. Una vez que deje, el libro sobre la cama y pensé salir a buscar a mi padre para ver si tenía tiempo para mi. Sin poder resistirme, antes de salir de la habitación me senté en la cama para ver mis correos desde mi teléfono, las cosas pueden cambiar tanto de un momento a otro, esta mañana me levante decidido a internarme en mi estudio y no salir de allí y no permitir interrupciones hasta no encontrar la mayoría de mis respuestas, ya casi al final del día, resulta que solo había leído un capítulo del libro de mi princesa, pero en ese solo capítulo pude confirmar la profundidad del amor de mi ángel por mi, su amor por Londres, descubrí sus miedos y sus sufrimientos, sufrimientos en su mayoría causados por mi,  recordé los motivos por los que les di sus apodos a mis pequeños, confirme la existencia de su bondadoso corazón, en usar su dolor para ayudar a otros a través de la fundación, disminuimos el espacio de búsqueda… ahora teníamos la certeza de que mi princesa y mis bebes estaban en Italia, teniendo casi seguridad plena de que están algún lugar de la Toscana, contaba también con la dirección de la fundación gracias a Jasper…  Entendí que las intenciones de ayudarme de Heidi no eran tan buenas como pensaba, descubrí el nombre de sus amigos, de aquellos a quienes debía de agradecer de por vida por cuidad a mi princesa cuando yo no lo hice….

 

Mi princesa se comunicó conmigo, me hablo de mis bebes, sentía tanta alegría al saber de ellos, aunque el dejar de preocuparme fue imposible. Mi princesa me dio otra de sus maravillosas pruebas de amor, al renunciar estar cerca de los restos de mi mariposita, para dejarla aquí, en Chicago,  cerca de mí, para que pudiera estar con ella… Aun  cuando no quería interrupciones la vida me regalo la posibilidad de estar cerca de mi mariposita, pedirle perdón y decirle cuanto la amaba. Hoy le conté a mi muñequita de mi princesa y sus hermanitos, y me hizo enormemente feliz saber que los aceptaba y los quería en su vida… Dios… a pesar de todas las lágrimas, y el dolor, a pesar que me faltaba hoy un momento difícil al conversar con mi papá sobre el expediente médico de mi nena, hoy puedo decir que fue uno de los mejores días de los últimos cinco años… de alguna manera desperté del letargo emocional en el que estaba sumergido desde mi regreso de Londres.

 

Antes de ir a ver a papá revisé mis correo… y allí estaba mi respuesta… mi princesa me respondió… Dios el anterior, no fue un correo fortuito producto de su dolor por dejar a nuestra hija sola en está fecha, realmente estamos manteniendo una comunicación… por primera vez en cinco años… esto si que era una avance, creo que difícilmente podía ser más feliz en este momento…. Claro que podrías Edward no seas imbécil, me dije a mi mismo, acaso no serías más feliz si tu princesa y tus hijos estuviesen contigo… esta bien esta bien… simplemente estaba muy feliz…  Bueno, en realidad solo podría mantener mi felicidad una vez leído el correo, porque igual puede ser algo que me entristezca o eche por tierra mis esperanzas… a diferencia de esta tarde y sin la necesidad del cigarro, me apresure a abrir el correo para poder conocer su contenido…

 

Edward… cariño…

 

Es muy tarde en este lado del mundo… desperté para asegurarme que nuestro pequeño se encontraba bien, y vi tu correo, no me voy a extender demasiado porque necesito volver a la cama… debo descansar… no sabes la guerra que dan tus hijos, tienen demasiada energía y son sumamente inquietos, cuando estén alrededor de Alice serán difícil de manejar, creo que los hicieron a los tres con las mismas baterías; pero aún con la necesidad de descansar no podía dejar de responderte.

 

Gracias… muchas gracias, por ir a visitarla, gracias por tus hermosas palabras… gracias por amar a nuestros hijos. Y si te soy completamente sincera… también espero el día en que podamos visitarla juntos… lo haremos cuando esté lista.

 

No te preocupes por Ed… yo también tengo miedo de perderlos, pero tenemos que superarlos, para poder vivir… se que para mi es un poco más fácil porque los tengo conmigo, pero tengo sé que pronto los conocerás… te lo prometo… No tienes que sentirte culpable por las cosas que te has perdido, también yo soy responsable por ello…

 

Él esta bien Edward, no te preocupes. Si algo realmente serio le sucediera te diría que vinieras, de la misma forma que te pedí que visitaras a Marie.  Se quedó en el hospital solo por prevención y no te preocupes por mi aversión a los hospitales… no me importa estar aquí si es por el bienestar de nuestros pequeños… No debes preocuparte tampoco por Lizzie, te conozco y se que estas preocupado también por ella, ella esta bien. Esta noche la está cuidando una pareja que es de mi entera confianza… y también de la tuya…

 

Te prometí enviarte las fotos, y lo haré, pero cuando estemos en casa, cuando todo este un poco más calmado que ahora…

 

Se que pronto la vida nos pondrá frente a frente, pronto podremos decirnos nuestras verdades, nuestras razones, nuestros perdones, nuestros sentimiento, nuestras culpas… Edward… yo … yo también vivo una vida prestada porque no te tengo.

 

… Te amo… no sirve de nada negarlo…

 

No dejes sola a nuestra mariposita mañana

 

Bella…

 

Dios me ama… me ama… todavía me ama… No me lo merezco, pero soy enormemente feliz por ello… ME AMA… No puedo creerlo…. Aunque si siendo sincero, a pesar de que el hecho de que me ame es medio camino andado… no quiere decir que me perdone…

 

Pero por el momento no quiero pensar en ello… aquí lo que importa ahora es que aún Me Ama….

 

 

 

Capítulo 5: Posibilidades Capítulo 7: Recordando el principio del fin

 
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