La Otra (+18)

Autor: BkPattz
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2010
Fecha Actualización: 18/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 43
Comentarios: 112
Visitas: 152678
Capítulos: 27

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante? porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 20: Una Boda y Algunas sorpresas

Declaración de Derechos de Autor: Todos los personajes de la Saga Twilight y sus descripciones pertenecen a la Sra. Stephenie Meyer y su Casa Editorial.

La inspiración de la historia, viene de todos los maravillosos escritores y relatos que nos regalan fantasías en este y otros muchos sites.

 

Edward Cullen era un reconocido y brillante arquitecto en la ciudad de Chicago, su mayor felicidad haber encontrado y conocido al amor de su vida, a su alma gemela, a su otra mitad, a su todo, uno de sus más grandes logros concebir tres maravillosos pequeños con la mujer de sus sueños, su amor, su amiga de la infancia, la estudiante de Literatura Inglesa Bella Swan. Otro de sus logros, su pequeña Jane, su pequeña hija. Su peor error, dejar a su Amor, a su Bella en las sombras, convirtiéndola en la Otra, la Amante… porque mientras Bella Swan estaba en las sombras viviendo su idilio amoroso con Edward Cullen, era otra quien ostentaba el titulo de la Sra. Cullen, porque Edward estaba casado con otra. Edward POV

 

…….

Nota:

Los recuerdos de Edward los encontrarán en letra cursiva, lo referente al libro de Bella, “La Otra” podrán leerlo en subrayado. Hay unas frases entre comillas y en negritas que pertencen a la película Twilight, por lo tanto son propiedad de Summit.-

 

……

 

Capítulo 18: Una Boda y algunas sorpresas…

 

Mientras se abrazaba a mi muñequita, Bella levanto su mirada brillante hacia mi, estaba increíblemente emocionada, se notaba el amor por nuestra hija en cada destello de su dulce mirada, estaba seguro que ella sabía que estaba allí desde hace un buen rato, nos sentíamos, no podíamos evitarlo… nos era absolutamente imposible sorprendernos, la necesidad por nosotros y la dependencia que sentíamos el uno del otro funcionaba como una especie de radar, solo bastaba una mirada o lo más mínimo de nuestra esencia volando a través del aire para poderle asegurar al otro que estábamos cerca. Un mudo “Te Amo” de los labios de mi princesa me regreso a la realidad, mientras ella estrechaba a Jane aún más entre sus brazos, diciéndole dulces palabras al oído; luego de responderle el “Te Amo” a mi ángel salí de la habitación para dejarlas disfrutar su perfecto momento, a la final tenía cosas que hacer y tenía a los cómplices perfectos. A paso seguro entre al cuarto de mi pequeño que seguía jugando con su tío.

 

- Papi volviste. – dijo dando un salto hacia mí, lo atrape de volada y lo abrace fuertemente contra mi pecho, aún las cosas que sucedieron ayer me dolían y me aterraba perder de alguna forma a mis pequeños. -

 

- Claro campeón,  te dije que regresaría a jugar. - Inmediatamente me paso uno de los controles y comenzamos a jugar béisbol.  Luego de un rato en el que me tocaba cederle el control a Paúl para que jugara decidí que era hora de pedirles ayuda, sospechaba que mi princesa estaría entretenida leyendo con Jane, haciendo cosas madre e hija. – Paúl quiero pedirte un favor.

 

- Dime Ed, en que puedo ayudar. – me dijo. -

 

- Sabes que Bella y yo hemos estado pensando en casarnos, e iniciar inmediatamente los trámites de adopción de Jane por parte de Bella… y supongo que conociendo a Bella y… - me vi interrumpido repentinamente por él. -

 

- Y conociendo a Bella… y también a ti, supongo que quieren algo íntimo, a solas, y lo más rápido posible, antes de la Reina del Hielo se le ocurra algo más. – pensar así de mi madre era doloroso, pero era la verdad, y solo asentí con la cabeza. – Y que has pensado galán?. – me preguntó Paúl mientras seguía haciendo sus movimientos de bateo y yo me mantenía acostado en la cama de mi hijo medio incorporado sobre mis antebrazos. -

 

- La verdad no mucho, solo sé que quiero algo con los niños, y que puedas tu servirnos de testigo, pero nadie más, solo que no he decidido algún  lugar, pero si me gustaría que fuera sorpresa. – le dije. -

 

- Una boda sorpresa… woooahhhh… la va a adorar… pero… vamos a necesitar otro testigo. – lo pensó por un momento, si pudiera le dijera a mi hermana Rosalie, pero sería injusto decirle a ella y no decirle a mi duende y Jasper que siempre han sido geniales conmigo y mi preciosa, además estaba mi papá, así que me sentía atado de manos.

 

- Bella extraña mucho a Jacob. – le dije, ahora que sabía que el era la pareja de Paúl, mis celos hacia él habían desaparecido, o por lo menos estaban bastante reducidos. – además me gustaría conocer a mi sobrina. – le dije, y el abrió los ojos sorprendido. -

- Es perfecto Edward, yo estaba pensando en regresar el fin de semana, pero puedo hacer que Jake vuele hasta aquí con Keyla el viernes y preparamos todo para ese día en la noche, yo puedo comprarle un hermoso vestido a Bella y a las niñas y ropa para Ed… y puedo llevarme a Bella de spa, solo tenemos que solucionar lo de la firma del libro y cambiarla para el jueves. – veía que ya se formaba un plan en su cabeza, pero nos seguía faltando el lugar. –

 

- Todo suena genial Paúl, pero nos sigue faltando el lugar. – le dije, por más que pensaba no se me ocurría uno lo suficientemente intimo y especial. – pero por más que pienso no lo sé…

 

- Quieres un lugar especial para darle una sorpresa a mi mamita?. – preguntó mi hijo. -

 

- Exactamente eso campeón, esperaba poder encontrar un lugar muy especial para tu mamita y para todos nosotros, donde podamos hacer algo bonito y convertirnos oficialmente en una familia. – le dije de la forma más simple que encontré. -

 

- Porque no haces eso que quieres hacer en el jardín de Marie. – dijo el dándome la solución obvia, y mi corazón brinco de la emoción, eso era absolutamente perfecto, tendríamos nuestra boda rodeados de nuestros cuatro hijos. -

 

- Eso es perfecto hijo. – le dije dándole un abrazo. – Gracias.

 

- Pequeño pero debemos guardar el secreto tu mamá no puede saber nada. – le dijo Paúl. – crees que podrás hacerlo.

 

- Si eso hace feliz a mi mami y a mis hermanitas yo guardo el secreto. – de pronto se calló y las dudas aparecieron repentinamente en su rostro. – Papá, esa señora no va a venir?. – preguntó dudoso. -

 

- No pequeño, Esme no va a venir. – le dije con un dolor intenso provocado por el hecho de que mis pequeños no contaban con el amor de sus abuelas, el amor de Renee les había sido negado por culpa de un conductor borracho, y Esme que podía tener una hermosa relación con ellos dejaba que el orgullo y el dolor se interpusiera… pero fuera como fuera no iba a permitir que Esme hiriera a mis hijos de nuevo. Mi hijo pareció sopesar el asunto por un momento y luego asintió. – Bien, entonces cuento con ustedes. – les dije cambiando el tema. -

 

- Claro Ed, puedes contar con nosotros. – dijo Paúl. – verdad pequeño monstruo. – mi hijo asintió feliz. – Y que vas a hacer para la luna de miel?. –

 

- Me gustaría hacer un viaje con mi princesa, pero solo podría ser el fin de semana, porque a mi no me gustaría y estoy seguro que ella tampoco va a querer estar lejos de los pequeños por mucho tiempo. – Paúl lo sopeso por un minuto y me dio una idea que sería perfecta, solo tendría que arreglar algunas cosas, y todo estaría bien. –

 

Luego de jugar un rato con mi pequeño y Paúl, salí para ver a las mujeres de mi vida, mi gatita seguía dormida, supongo que las emociones y el susto que paso mi pobre bebé la dejo agotada física y emocionalmente, me acerqué a ella lentamente y me puse de rodillas junto a su cama, cerca de su rostro, lentamente acaricie su cabello y le toqué su rostro rozando su cara apenas con las puntas de mis dedos.

 

- Te amo papito, y lo siento mucho. – dijo mi pequeñita en sueños. -

 

- No lo sientas bebé, nada fue tu culpa. – le dije dejando un pequeño beso en su cabello. – Te Amo, te amo mucho gatita, y siempre estaré para ti princesita.

 

Ella se removió feliz y una dulce sonrisa adorno su precioso rostro, decidí dejarla descansar no quería despertarla; así que salí de su recámara y fui directo a la de Jane, a ver a mis otras dos princesas, al acercarme a la puerta me encontré con una nueva y enternecedora imagen de mi Bella y mi muñequita, las dos estaba profundamente dormidas, abrazadas y sonrientes, con el libro que estaban leyendo entreabierto sobre el vientre de mi ángel, con cuidado me acerque a ella, para darles dulces caricias y pequeños besos en sus frentes, Dios cuanto las amaba… cuanto amaba a mi mujer, a nuestros hijos. Con cuidado quité el libro y acaricié el plano vientre de mi ángel, deseando con toda mi alma que en su interior ya se encontrara creciendo protegida la más pequeñita de mis princesitas, deje un beso en el lugar, con la esperanza de estar besando a mi bebita, y tomé la cobija que se encontraba a los pies de la cama y las cobije con cuidado de no despertarlas. En vista de que mi pequeño campeón estaba entretenido y con su tío, fui al estudio a trabajar en el proyecto del hospital de la fundación, mientras trabajaba con los planos recordé un pequeño detalle, pequeño… irritante, pero indispensable en mi vida, mi hermanita, no sabía como estaba ella, ayer con lo de mi hija me olvide de ella por completo y me sentí un poco culpable, como no sabía que tan bien o mal estaba decidí llamar a Jasper.

 

- Hola Edward. – Me dijo Jasper apenas atendió. – Rosalie me llamó, no sabes todo lo preocupado que nos quedamos hermano, la verdad es que no sé como se me ocurrió que era una buena idea dejar a tus hijos con Esme, pero la verdad es que Alice se sentía tan mal y yo la verdad me desesperé. – me dijo mi hermano entre angustiado, desesperado y avergonzado. -

 

- Pues si hermano, no fue tu idea más brillante. – le dije. – Pero cómo esta  Alice, que fue lo que pasó?. – le pregunté sinceramente preocupado por mi hermanita. -

 

- La verdad es que empezó a tener un dolor fuerte en el vientre, nos asustamos sinceramente, y me tocó llevarla al hospital. – me contó. – de hecho creo que pasamos la noche en el mismo lugar y sin saberlo. – me dijo. – me encontré a Paúl cuando estaba saliendo de revisar los papeles del alta, y me quedé con pena por no ver a Lizzie, pero Alice ya estaba en el carro y sabes que cuando esta nerviosa… - lo interrumpí. -

 

- Se pone más irritable… tranquilo hermano. – le dije. – lo importante es que todas están bien, Lizzie, Alice y la pequeña Isabella. – trate de tranquilizarlo. -

 

- También vas a insistir en que es una niña Edward. – me dijo con una media risa, ya más tranquilo. -

 

- No quiero apostar contra la duende Jazz. – le expliqué. – si resulta que tu pequeña resulta ser la pequeña Isabella que tanto pregona Alice, también puede resultar cierto que pronto tendré a mi pequeña bebita y luego a mi pequeño hijo.

 

- Dios no pretendes darle tregua a Arizona. – dijo Jasper riendo divertido. -

 

- Quiero poder disfrutar de todo lo que conlleva un embarazo y de ver crecer a mis pequeñitos. – le dije. – Sabes que con Jane todo fue demasiado complicado, mientras que con los mellizos… simplemente me lo perdí. – dije poniéndome nostálgico.-

 

- No te aflijas hermano, conociendo a Arizona como la conozco, y tras leer todas las publicaciones que se hicieron sobre su rueda de prensa ayer, no dudo en que este poniendo ya su mejor esfuerzo por cumplirte tu sueño… o quizás tu capricho. – me dijo.  Y esta vez fui yo quien comenzó a reír. – no creo que te rías tanto cuando doña Esme Cullen lea todas esas entrevistas. – me dijo. -

 

- Sinceramente no me importa. – le conté. – de hecho no debe tener muchas ganas de verme, no me extrañaría que encontrarme dentro de poco con Emmett reclamándome por hacer sufrir a su mamita. – le dije con algo de rencor.  

 

- wooo wooo… párame ese carro ahí. – me dijo. – que fue lo que paso con tu madre. Se que Lizzie estuvo en el hospital por un ataque de asma, pero no me digas que fue… - se interrumpió, supongo que se sentía horrorizado solo de pensarlo. -

 

- La verdad es que cuando llegamos ayer a casa luego de la rueda de prensa nos encontramos con una imagen espantosa Jazz. – le conté. – mi madre le dijo un montón de mentiras a los pequeños, y los puso en mi contra, y estaban peleándose en mitad del salón, incluso Jane empujó a su hermanita haciéndole daño, te lo juro que no sabía que hacer hermano. – le dije mientras jalaba mi cabello con frustración. – y lo peor fue  ver a mi gatita rechazando mi cercanía, reclamándome por no quererla, y a mi hijo exigiéndome que no me acercará a su hermana, y pidiendo no llamarse como yo, porque no quería que fuera su padre. – le conté. – Fue increíblemente doloroso Jasper.

 

 - Lo imagino, pero no puedo creer que tu madre hiciera eso. – dijo Jasper.- después de todo lo que nos ha contado tu padre, entiendo su odio por Arizona, pero los niños, por Dios Edward, los hijos de Bella son tus hijos, sus nietos. – dijo horrorizado. – lo peor es que ella que tanto dice amar a Jane, como la dañó de esa forma.

 

- Quisiera saberlo, pero lo cierto es que mientras estaba intentando hablar con Jane, mi madre y mi Bella se enfrentaron. – le conté. – Bella botó a Esme de la casa, y cuando se negó a irse, tuve que pedirle que se fuera Jazz, sea como sea no podía permitir que mi madre siguiera dañando a mi familia. – suspire profundamente. – de hecho le avise que si volvía a acercarse a mis hijos para hacerles daño pondría una orden de alejamiento en su contra. -

 

- Dios mío hermano, cuanto lo lamento, no sabes lo responsable que me siente por ello. – me dijo. –

 

- Jasper tu estabas protegiendo a tu familia, como estaba yo protegiendo a la mía. – le dije. –

 

- Tu madre esta completamente fuera de control. – me dijo.-

 

- Y que lo digas. – le dije. – además de todo no sabes el susto que nos llevamos cuando Elizabeth comenzó a jadear en busca de aire, tenía que ver el dolor y el miedo en su mirada, fue absolutamente aterrador, creo que me va a ser muy difícil olvidarlo, creo que cierro los ojos y lo veo, no sabes todo el miedo que sentí de creer que podía perderla, y no solamente yo, también mi princesa y hasta mis hijos. Jane ni siquiera quería dejar el hospital porque temía que si venía a casa no vería más a Lizz y que Marie se la llevaría con ella.

 

- Creo que deberíamos conversar todos juntos de lo sucedido. – dijo Jasper poniéndose en su papel de psiquiatra. – estoy seguro que será provechoso.

 

- Si yo también lo creo hermano. – de pronto comencé a reírme como un desquiciado. – sabes lo que si va a alterar completamente a mi madre.- le dije entre risas.-

 

- Ni idea, será que te cases con Bella. – me dijo alegremente. -

 

- También. – le dije. – pero no me refería a eso específicamente… Sabes que Jane le dice a Bella “mamá”. – le conté feliz. -

 

- Eso es fantástico Ed, nuestra muñequita siempre ha anhelado una madre. – me dijo. – la verdad es que Esme ha hecho su esfuerzo por cubrir la falta de Heidi en la vida de Jane, pero ese es el problema. – empezó a reflexionar. – El problema es que Jane necesitaba una mamá, no necesitaba a Heidi, que de madre tenía muy poco.

 

- Tienes toda la razón. – le dije. – En fin, voy a trabajar un rato antes de que mis princesas despierten y reclamen mi atención, porque mi hijo mientras tenga el wii y a su Tío Paúl no me hace demasiado caso…. Jasper cuida bien de mi hermana y de mi sobrina.

 

 - Eso no tienes ni que pedírmelo hermano. – me dijo y colgó el teléfono.

 

Me quede largo rato trabajando en mis planos sobre la mesa de trabajo, cuando sentí la mirada de mi Diosa en mi espalda. Me gire lentamente a ella, no quería que viera los planos todavía, pero sabía que no me quedaba más remedio, le sonreí y me volví a mis planos, ella se acercó a mi, parándose detrás rodeando con sus brazos mi cintura y apoyando su barbilla en mi hombro.

 

- Cómo estas amor?. – le dije. -

 

- Perfectamente feliz y bien. – me contesto. -

 

- Y los pequeños?. – le pregunté. -

 

- Están en el cuarto de Lizzie. – me contestó. -

 

- Ya despertó?. – le pregunte emocionado. -

 

- Si cariño. – me dijo. – Cielo, quería preguntarte si te parece bien que Jane me diga mamá… yo …yo… - me decía nerviosa mientras mordía deliciosamente su labio, suspiro y continuo. – Yo me emocioné muchísimo, pero no me preocupe por preguntarte si te parecía bien. – Gire el banco para quedar frente a ella, la coloque ente mis piernas para abrazarla a placer y le di un suave pero a la vez intenso beso.

 

- Amor, el que Jane te diga mamá, y el que ustedes se amen como madre e hija es como otro sueño hecho realidad, como los muchos que vivo a tu lado. – le dije, dándole otro pequeño beso. -

 

- Gracias, amor. – nos quedamos allí tranquilos, abrazados, cada uno refugiado en el cuello del otro.  Mi princesa levanto ligeramente la mirada y me preguntó. – En que trabajas cielo?... Es el proyecto del hospital. – me levante lentamente, dejando a mi princesa frente a la mesa y esta vez era yo quien se encontraba de pie detrás de ella, con mis brazos alrededor de su cintura y mi barbilla suavemente apoyada en su hombro.

 

- Si es un hospital, pero no es el hospital que vamos a construir en Chicago. – le dije. -

 

- Porque no amor, si este diseño es perfecto. –  dijo viendo el fólder con los dibujos sobre las fachadas y mirando detalladamente los plano. – O este es otro hospital?. – me preguntó. -

 

- Gracias cariño, me alegra que te parezca que es perfecto. – le dije. – Y tienes razón es un diseño que quiero presentar, se trata de otro hospital… - en ese instante la comprensión paso por sus ojos que se iluminaron ilusión y alegría. -

 

- Ed… esos planos, son… - la interrumpí, quería decírselo de una vez. -

 

- Si princesa, esos planos son para el hospital de la fundación en Londres. – le dije. – es más bien mi propuesta. – le comenté, aunque me hacía mucha ilusión no quería dar por hecho de que sería mi diseño el que fuera usado. – sé que cuando vimos los planos en Montepulciano no encontraste ninguno que te hiciera sentir que era el adecuado, y luego de escuchar todo lo que querías del hospital pensé que podía presentarte una propuesta basada en tus deseos y esta es… - de pronto mis palabras fueron interrumpidas por el brusco giro de mi ángel entre mis brazos, estampando sus labios con fuerza y pasión contra los míos. -

 

- Mi amor es maravilloso. – me dijo emocionada. – ya no tenemos que buscar más, encontramos nuestro proyecto.

 

- Cielo, no quiero preferencias por mi diseño, solo por lo mucho que te amo. – le dije divertido. -

 

- No es preferencia por lo mucho que te amo, es solo que tu diseño es lo que siempre soñé y más amor… cuando Jake lo vea se va a emocionar muchísimo, tenemos que ponernos a trabajar en ello pronto Ed. – me decía emocionada. – solo faltaba el diseño para poner todo en marcha, ahora podré dedicarme a encontrar al equipo de trabajo y podremos empezar a trabajar con la adquisición de los equipos y los programas. – parecía una niña llena de juguetes en la mañana de navidad. – Crees que Jasper quiera ayudarme con el diseño de los programas de apoyo. – yo asentí contagiándome con su alegría. – Y Carlisle?. – preguntó y yo volví a asentir con una sonrisa. – Y Alice y Rose pueden ayudarme con lo de las fiestas benéficas para recaudar fondos, vamos a tener el mejor hospital infantil del mundo, además se me ocurre que podemos tener grupos de voluntariado, y podemos mandarlos desde el hospital como centro de operaciones a cualquier parte del mundo donde podamos brindar apoyo. – yo emocionado solo la veía disfrutar. -

 

- Todo eso es genial cielo, ahora en lo que pasen todas las actividades programadas para la promoción del libro. – La boda y la Luna de miel, pensé para mí. – entonces podremos ponernos a trabajar en ello, al tiempo que vamos revisando lo de la adopción de Jane y el cambio de apellido de los mellizos.

 

 

Después de pasar un tiempo hablando del futuro, fuimos en búsqueda de nuestros hijos. Cuando entramos en el cuarto de mi pequeña gatita, los encontramos todos juntos.

 

- Papito. – grito mi pequeñita, me acerqué a ella y sostuve fuertemente entre mis brazos. -  papito, te extrañaba.

 

- Yo también te extrañe princesita. – le dije. – pero tenías que descansar cielito. Ya te sientes mejor?. – Asintió con la cabeza mientras dejaba sonoros besos en mis mejillas. – Y tu pequeña, cómo estas?. – Le pregunte a Jane. -

 

- Muy bien papito, ya le pedí disculpas a Lizz y a Ed, y también a mi mamita. – dijo, y miré automáticamente a mi princesa a quien se le encendió un brillo súper especial en la mirada tras las palabras de nuestra hija.

 

- Pequeños ahora lo importante es que estamos juntos y no vamos a dejar que nadie nos separe. – en lo que me di cuenta estaban todos fuertemente abrazados a mí, y la sensación era increíblemente perfecta.

 

Al rato Paúl apareció por la habitación y nos quedamos todos juntos divirtiéndonos y pasando un buen rato en familia, en un momento los niños se quedaron jugando con su tío, que era como otro niño más, y mi ángel y yo fuimos a preparar hamburguesas para la cena, pasamos también un buen rato entre caricias furtivas, besos robados y risas, cuando la cena estuvo lista comimos todos juntos y luego de hacer que los niños tomaran un baño y regresarán a sus camas, y que Paúl se refugiara en su cuarto hablando por teléfono con Jake, mi princesa y yo nos perdimos en la paz de nuestro cuarto, la dulzura de nuestros besos, el calor de nuestros cuerpos y una vez más nos perdimos el uno en el otro, envueltos en toda la pasión y en todo el amor que nos envolvía. Ya mañana sería un nuevo día, después que los niños regresarán del cole iríamos junto a visitar a mi mariposita. También tendría que hablar con Rosalie para ver si podíamos reprogramar  la firma de libros para el jueves, porque según el plan que había formulado con Paúl sería el viernes llevaríamos a cabo la boda sorpresa, sé que los periodistas se pondrían pesados, pero a la final el morbo que habíamos despertado como pareja iba a poder más que cualquier problemas que se hicieran por el cambio producido, de hecho creo que Paúl ya se había adelantado un poco y estaba reprogramando todo con el apoyo de Julliet y Renata. También tendría que hablar con Aro y sus abogados y arreglar todo lo de la adopción, Paúl se comunicaría con Jake para pudiera adelantar los trámites para el cambio de apellido de los mellizos… todo estaba empezando a tomar el rumbo que esperaba.

 

En la mañana mi princesa fue a dejar a Jane al cole y  de  allí se iría con Rosalie a visitar a mi duende preferida, ya Paúl y yo habíamos hablado con ella de la necesidad de cambiar el día para la firma del libro, pero le dijimos que Bella y yo haríamos un viaje sorpresa de fin de semana, lo cual no era del todo mentira.  Paúl se fue con el volvo y con la ayuda del GPS de shopping por la ciudad, iba a buscar los vestidos y trajes para el viernes, y otras tantas que se les ocurrió. Los mellizos acompañarían a Bella el resto del día, a la final no empezarían sus clases en el colegio Italiano hasta dentro de dos semanas, puesto que aún se estaban haciendo unos arreglos con los trámites.

 

Llegue a la oficina y me encontré con un montón de asuntos que necesitaban de mi atención, y la verdad es que tenía que ponerlos al día si quería tomarme la próxima semana, tendría que hablarlo con Aro, por suerte durante todos estos años me había preocupado por fomentar un equipo de trabajo responsable, competente y realmente eficiente para que pudiera hacerse cargo de muchos problemas, los asuntos que requerían hoy mi atención eran más que todo papeles que requerían mi firma y mi revisión que una resolución propiamente dicha, por eso podía irme unos días tranquilo sin preocuparme que las cosas fueran mal. Mientras revisaba uno de los requerimientos que sobre la última reunión con el ayuntamiento hiciera el jefe de proyecto, escuché  el teléfono, era el timbre que usábamos para el comunicador interno.

 

- Sr. Cullen. – dijo Ángela al otro lado del teléfono, ella era la asistente con la que había reemplazado a Lauren y era realmente eficiente. -

 

- Si Ángela. – le contesté para que prosiguiera. -

 

- El Sr. Volturi quiere verlo señor. – me dijo. -

 

- Dile que pase Ángela. – le dije, inmediatamente se abrió la puerta y Aro entró al despacho. - Aro buenos días, que tal estas?. – le dije indicándole el sofá para que se sentara mientras yo tomaba asiento en el sillón.

 

- Que le hiciste a tu madre Edward?. – dijo Aro como siempre atacando directo al punto, pero pude entrever un toque de diversión en su voz. -

 

- A qué te refieres?. – le pregunté sin estar seguro si quería saber. -

 

- Tu madre me llamó ayer histérica, diciéndome que no podíamos permitir que dejaras a Bella cerca de Jane, que ella iba a destruir todo lo bueno que Heidi había inculcado en ella, y que como muestra de la mala de influencia de Isabella, había logrado que tú la corrieras de tu casa. – me contó y yo la verdad estaba impresionado, no quería que Aro cambiara de opinión en lo referente a ayudarnos con la adopción de Jane.  Pero mi preocupación quedó completamente olvidada cuando Aro estalló en una sonora carcajada. – no sé que hizo que tu madre se comportará así, pero tienes que invitarme el día que le cuentes que Bella adoptó a Jane. – no tuve más remedio que unirme a sus carcajadas.

 

- Sobre eso quería decirte que Bella y yo vamos a casarnos el viernes, pero es algo así como un secreto de hecho será una sorpresa para mi Bella. – le dije emocionado. -

 

- Vamos muchacho si que vas con todo. – me dijo. - si fuera otro el caso me preocuparía porque la novia te dejara plantado por la menuda sorpresita y por dejarla fuera de los preparativos, pero conociendo a Bella sé que estará encantada. – luego añadió. – leí la entrevista de ayer, y la verdad estoy gratamente sorprendido por como Bella defendió a Jane y como no habló nada de su problema con Heidi. – dijo Aro con una mezcla de agradecimiento y admiración. - Y supongo que saldrás de luna de miel?. – me preguntó. -

 

- La verdad Aro es que si, quiero pedirte un favor. – Aro me miró y me instó a continuar. – Bueno varios… el primero es que no le digas a nadie de mi boda, mi madre ayer generó un situación muy desagradable en mi casa que terminó con una pelea entre mis hijos y un ataque de asma a mi Elizabeth que nos obligó a todos a pasar la noche en el hospital.

 

- Esa Esme no tiene límites. – me dijo Aro conmocionado. – pero no te preocupes muchacho cuentas con mi apoyo y mi silencio. En que más puedo ayudarte.

 

- Bien, como ya sabes mi Bella y yo ya conversamos sobre la adopción de Jane, de hecho ella me lo propuso antes que le contará de la conversación que tuvimos nosotros cuando volvíamos de Florencia, además que Jane le dice “Mamá” a Bella, no sabes lo felices que somos. – la sonrisa de Aro me confirmó que también él se sentía feliz. -

 

- Me alegra sinceramente Edward, il mio piccolo princesita necesita el cariño y el cuidado de una madre, y te dije ya que no pensaba que existiera ninguna mejor que Isabella. Y supongo que vas a pedirme algo más no es cierto. – me dijo. -

 

- La verdad es que si. – le dije. – Quisiera que me prestarás tu avión. – le dije sin rodeos. -

 

- Edward sabes que está a tu disposición.- me dijo. - A dónde llevas a Isabella de luna de miel. -  le conté mis planes y los planes para los niños y asintió encantado.

 

La verdad es que los Swan contaban con su propio avión, pero tendría que llevar a Paúl y los niños a Londres, mientras que mi princesa y yo iríamos unos días a Paris, para luego ir en el tren hasta Londres y poder visitar la ciudad con mi princesa y mis hijos, y de una vez solucionaríamos lo del apellido de mis pequeños y además conocer la fundación. Una de las tareas que encomendé a Ángela el día de hoy eran las reservaciones en el Ritz y una cena en le Jules Verne, tenía que hacer que nuestra luna de miel fuera perfecta, era el preámbulo perfecto para comenzar a celebrar junto todos los maravillosos días del resto de nuestras vidas. No era que necesitáramos de una luna de miel para que pudiéramos demostrarnos mutuamente nuestro amor,  pero la verdad es que unos días a solas con mi princesa se me antojaban muchísimo, alguna vez había escuchado decir eso de que la mujer era el cuerpo del pecado*, y la verdad que por el cuerpo de mi mujer yo ardería feliz en el infierno. Y pensando precisamente en eso tendría que preparar algo especial para el viernes después de la boda, y después de que mis hijos, sobrina y cuñado se fueran para el aeropuerto… una nueva tarea para Ángela, encontrar un chofer y un auto para que llevaran a mi familia segura hasta el aeropuerto, el hecho de que ellos viajaran la noche del viernes y nosotros el sábado temprano era para evitar que los niños se vieran involucrados en el tornado en el que los paparazzi, periodistas y fotógrafos podían convertirlo todo en el caso que nos topáramos con algunos. Estaba desesperadamente ansioso porque llegara pronto el día de la boda.

 

Se estaba acercando la hora del almuerzo así que salí del despacho y me dirigí al ayuntamiento para revisar todo lo necesario para la boda y el traslado del juez hasta nuestra casa, así como un sacerdote. Necesitaba la firma de mi princesa en algunos de los papeles, pero Paúl dijo que el se encargaría de eso, pensaba decirle que eran los papeles para ir arreglando lo de la boda, solo que no le diría la fecha y aprovecharía algún momento en el que mi princesa estuviese ocupada así no arruinaríamos la sorpresa. Ya mañana podría entregar todos los documentos y todo estaría listo, Ángela también me ofreció ayuda con lo del sacerdote, por suerte su hermano se había ordenado hace no mucho y ella le diría a él para que nos casara, creo que mi asistente se estaba ganando un muy buen regalo además de una bonificación. Por fin pudimos almorzar todos juntos y salimos hacia Mount Olivet, me moría por contarle a mi mariposita lo de la boda, pero tendría que esperar a ir solo al día siguiente, aunque estoy seguro que ella conocía mi secreto moría por contarle.  Antes de entrar al cementerio pasamos por la floristería y cada uno de mis hijos escogió una pequeña mariposita de esas que usan para los arreglos de flores, yo ya había comprado algunas en alguna oportunidad, y también Jane lo había hecho en sus otras visitas, esta vez cada uno de nosotros tomó una de un color diferente para regalársela a Marie, además de las flores que siempre le llevaba.  Llegamos todos a la tumba de Marie, y como de costumbre deje un beso en la fría piedra y dejé sobre ella la mariposa que traía para ella la cual era de color azul.

 

- Hola pequeña. – le dije. – Espero que no estés molesta con papito porque no he venido a verte antes mi mariposita hermosa, pero como te lo dije alguna vez siempre te llevo conmigo, y finalmente como ambos lo deseamos hemos venido todos juntos. – la sensación de paz que me embargaba en este momento era absolutamente increíble. Sentía no solo el perdón de mi mariposita, el mismo que sentí desde la primera vez que estuve frente a ella y pude desahogar con ella todo mi dolor y mi sufrimiento, sino que sentía que podía estar en paz conmigo mismo, sentí por primera vez en mucho tiempo que podía permitirme perdonarme por todo el dolor del pasado, por todas las heridas hechas y recibidas. Con ese sentimiento me permití respirar tranquilo por primera vez en ocho años. Me senté en el suelo… absoluta y completamente feliz y en paz conmigo mismo…  mi princesa se acercó a la lápida y repitió mi acción dejó un beso sobre la fría piedra y dejó sobre ella la mariposita blanca que traía entre sus manos. -

 

- Mariposita hermosa, no sabes cuanto te extraño mi vida, tenía muchas ganas de venir a visitarte mi amor, espero disfrutes de los pequeños regalos que hemos traído para ti… aunque si te digo la verdad me siento un poco tranquila porque cada vez que estoy en el jardín que papi hizo en tu honor en nuestra casa te siento increíblemente cerca se que estas con nosotros, que nos acompañas y nos cuidas. – decía mientras se sentaba a mi lado. -

 

- Hola Marie. – le dijo Jane feliz. – Gracias por no llevarte a Lizzie contigo. – le dijo dejándonos a mi princesa y a mí realmente impresionados. Se acercó a la lápida, dejando su mariposa, una mariposa lila. – Mamita y Papito se morirían de la tristeza si lo hicieras, y la verdad es que Ed y yo los necesitamos mucho a los tres. – tras decir esto se sentó en el regazo de mi princesa, recostando en ella su espalda su cabeza, mientras que Bella le daba un beso en el cabello y acariciaba sus brazos con ternura. -

 

- Marie, gracias por cuidarnos, y por se mi ángel de la guardia. – le dijo mi gatita. – Gracias a ti se me paso un poco el miedo cuando papito me tuvo que dejar con el abuelito en el hospital. – le dijo mientras colocaba su mariposa rosada en la lápida y mi princesa y yo nos mirábamos una vez más sorprendidos por las palabras de nuestra bebé. Y como ya se había convertido en costumbre, mientras Jane se refugiaba en los brazos de su madre, mi pequeña princesita se lanzaba a los míos sin pensarlo. La atraje a mí dejando montones de besos que provocaron sus risas y llenaron el triste ambiente de una energía increíblemente especial. Solo quedaba Ed por saludar a su hermana, se que por su carácter no era tan fácil para él como lo era para sus hermanas… sin embargo, dejó la mariposa verde que sostenía con sus manos. -

 

- Gracias por ayudarme a cuidar a este par de necias. – le dijo señalando a su hermana, y haciéndonos reír a mi princesa y a mi, y finalmente vino a recostarse a nosotros, dejando su cabeza sobre el regazo de Jane que despeinaba su ya de por si rebelde cabello, y quien a su vez seguía sentada sobre Bella, y dejó sus tobillos sobre las piernas de Lizzie, que estaba sentada sobre mí. La escena era sinceramente hermosa y maravillosa, lo único que no estaba bien, es que en vez de estar disfrutando de la compañía de nuestros hijos en un hermoso parque, estábamos juntos, pero frente a la tumba de  uno de ellos, sin proponérmelo una lágrima se escurrió por mi mejilla. De pronto sentí los cálidos dedos de mi gatita en mi mejilla. -

 

- No llores papito hermoso. – me dijo. – Marie esta feliz de que al fin estamos todos juntos. – me gire a mi princesa y la vi llorando igual que yo, ahora fue mi turno de secar sus lágrimas. Nos quedamos un buen tiempo allí mientras mis hijos le contaban a su hermana todo lo que habían pasado juntos desde que se encontraron.

 

Llego la hora de irnos y luego de despedirnos, pasamos todos por casa de Alice, donde tuvimos una agradable cena todos juntos en el cuarto de Alice, cortesía de Rosalie, fue divertido ver a la enana en la cama, mientras Jasper, Rosalie, Paúl, Papá, Renata, Bella y yo estábamos sentados en el suelo, recostados de diferentes muebles y con los platos en el regazo y las bebidas a un lado… también estaban con nosotros Kate y Garret, los primos de mi princesa y quienes siempre habían sido buenos amigos de Jazz y Al; mientras que Kellan, Ed  y Benjamín, el hijo de Garret y Kate, estaban en el sofá y Valerie, Jane y Lizzie comían en la cama acompañando a su tía… Fue divertido, y sorprendentemente agradable, sin embargo habían dos cosas que me entristecían de la situación… la primera era la evidente tristeza de Rosalie, porque Emmett no se encontraban con nosotros y la verdad es que nunca se había llevado con el grupo. La segunda era que Renata ocupara el lugar que debía corresponderle a mi madre y que ella había perdido por su soberbia.  Mientras me encontraba perdido en este pensamiento sentí el ligero apretón de mano que me regalo mi princesa en señal de apoyo, estaba seguro que sabía perfectamente lo que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, como si creyera que necesitaba aprobación asintió con un triste sonrisa en sus labios y se acercó a mí para que la besara.

 

Al día siguiente ya todo los aspectos de la boda iban tomando forma, entregue los papeles en ayuntamiento, y había hablado con el sacerdote. Todo estaba prácticamente listo para mañana, quedaban dos detalle pendientes, el primero lo resolví rápidamente esa mañana y era los anillos de boda, seleccione un anillo que quedara perfecto con el Anillo de los Cullen que mi hermosa llevaba orgullosa a todos lados, al único sitio donde acordamos que no lo mostrará era en la rueda de prensa, no queríamos hacer que las cosas se desviaran del libro desde el principio. El otro pendiente, era una melodía que no dejaba de estar en mi cabeza desde anoche… el día de ayer soñé con mis hijos, con mi Bella, y con nuestra pequeña bebé, una preciosísima bebita con los rasgos perfectos de mi mujer, su cabello castaño y esos increíbles y hermosos ojos chocolates, era una pequeña replica de mi princesa… era una hermosa y dulce florecita… mi florecita. Había decido que esa era la música que nos acompañaría a mi princesa y a mí durante la ceremonia, pero debía poner los acordes a punto y enseñársela a Ed, por suerte esta tarde mi ángel estaría secuestrada por mis hermanas para una tarde de peluquería antes de la firma de libro y eso me dejaba un tiempo libre. Cuando llegué mis hijos estaban con Paúl, pero el tenía que irse a ultimar unos detalles con Julliet para esta noche así que eso era perfecto.

 

- Pequeños. – llamé a mis hijos para que se acercarán. -

 

- Si papito. – dijo Jane corriendo hacia mí, cuando los tres estaban sentados hable con ellos. -

 

- A ver hijas, quiero contarles algo a ustedes.- me dirigía a ellas, porque ya Ed sabía lo que iba a pasar. – Papito le preparó un sorpresa a su mami, mañana nos casamos. -

 

- Mañana se casan!. – gritó mi gatita.-

 

- Eso es demasiado genial papito. – la acompañó Jane. -

 

- Cállense escandalosas, no ven que es una boda sorpresa y mamá no puede saberlo. – les dijo Ed rodando los ojos. -

 

- Eso es verdad papito. – dijo Jane. -

 

- Si pequeña. – le dije. – pero necesito dos cosas, una que me guarden el secreto. – y no pude evitar negar sonriendo al ver a mis dos princesas firmes frente a mi cada una con su mano derecha levantada y jurando sin palabras mantener silencio con respecto a la sorpresa. – la segunda cosa es que me ayuden en un sorpresa para mami. – les conté. -

 

- Y que tenemos que hacer?. – dijo Ed, comprometido en hacer feliz a su mamá. -

 

- Bien campeón, necesito que Lizzie y Jane estén pendientes para que nos avisen si mamá llega, para que tu me ayudes con la sorpresa. – al ver la cara de confusión de mi hijo continúe. – ayer compuse un melodía que quiero que tú interpretes en el piano mañana hijo. – le dije.-

 

- Como se supone que voy a hacerlo si estoy castigado, no podré practicarla. – me dijo. -

 

- Es por eso que papá quiere que vigilemos tonto. – le dijo Lizzie. –

 

- Cariño tienes razón, pero por favor no insultes a tu hermano, si?. – ella asintió.-

 

- Además Ed, si por sorprender a mamá nos ganamos otro castigo que importa si la hacemos feliz. – le dijo Jane. En ese momento estaba realmente orgulloso de mis hijos. -

 

- Bien entonces todos de acuerdo?. – les pregunté, ellos asintieron, así que mientras mis hijas se quedaron en el salón jugando, pendientes de su madre, Ed y yo fuimos al salón de música. -

 

- Papito terminé las nanas de Marie y Jane, quieres oírlas. – me dijo, se sentó al piano e interpreto la primera pieza, era increíble, por el humor que transmitía sabía perfectamente que era la nana de Jane. -

 

- Esa es la de Jane. – le dije, y el asintió sonriendo en respuesta. Luego la música se transformó en una especie de acordes que conectaron ambas melodías y comenzó una nueva nana totalmente triste, dulce y melancólica, su perfecta interpretación arrancó lágrimas de mis ojos y no pude más que dejarme llevar por la dulzura y el dolor de las notas, esa era la perfecta nana para Marie. – Son perfectas hijo, tu talento la verdad no tiene límite. – le dije despeinándolo un poco en un gesto cariñoso. Le enseñe la nueva nana y la repitió a la perfección a la primera, y eso me llenaba de orgullo ante el talento extraordinario de mi hijo. -

 

- De quien es esa nana papito, es increíble. – no sabía como responderle, pero fue el que me sorprendió. – podríamos dedicársela a mi próxima hermanita. – dijo con seguridad. -

 

- Quieres una hermanita?, pensé que querías un hermano. – le dije. -

 

- La verdad es que prefiero un hermano, pero si lo tengo, mejor le enseñamos a tocar al piano y a jugar fut, eso de las nanas es cosa de niñas miedosas. – me dijo. – nosotros los hombres Cullen estamos para proteger a nuestras mujeres, y esa chorrada de las nanas es solo para cuidarlas del miedo que le tienen al coco. – dijo seguro y provocando una sonora carcajada de mi parte. – además Lizz y Jane quieren una hermana. – dijo encogiéndose de hombros. – y también tu quieres a otra princesita llorona.

 

- No estas celoso de tus hermanas, verdad que no campeón. – le dije. -

 

- Para nada papá. – me contesto seguro. -   Yo se que me quieres, y yo sé que sabes que te quiero. – me dijo en un abrazo. – pero mientras más princesitas tengas mejor para mí. – me dijo. –

 

- Y eso por que hijo?. – la curiosidad me sobrepaso. -

 

- Porque mientras ellas con sus lloriqueos buscan llamar tu atención, yo tengo más de mamá para mi solito. – dijo divertido. -

 

- Eso si que no caballero, a su mamá la tiene que compartir al menos conmigo. – le dije divertido. -

 

- Puede ser. – me replicó divertido. – pero siempre será más beneficioso para mí compartir a mamá contigo, que con las tres lloronas. – Tres????.... eso quería decir que Ed daba por hecho que tendría una hermanita pronto. Luego de un par de ensayos más, agregó. – Papá porque no hacemos esto. – me dijo, y empezó primero a tocar la nana mi princesa, la cual unió magistralmente con la nana nueva. En ese momento entendí lo que quería hacer y lo ayude un poco con los puentes de enlace… así que mi pequeño prodigio, empezó con la nana de Bella, a la que le siguió magistralmente la nueva nana, y que concluyó con las nanas de Marie, Elizabeth y Jane, todo en conjunto sonaba de forma espléndida, mi princesa estaría tan orgullosa de él como yo. -

 

- Papito… Papito… - gritaban Jane y Lizzie a la vez. – Viene alguien. -  gritaron, Ed y yo recogimos corriendo las partituras, y las guardamos en mi antiguo lugar secreto, la banqueta del piano, y de ahí salimos corriendo a la sala de estar para tirarnos en el sofá a ver tele con las princesitas de la casa, todos disimulaban muy bien. -

 

- Hola familia, no me extrañaron?. – dijo mi princesa acercándose a nosotros y refugiándose un rato en mis brazos antes de salir a la firma de autógrafos, yo iba a acompañarla, puesto que los pequeños se quedarían en casa con mi padre, Jasper y Alice, y les había hecho prometer que en caso de emergencia me avisarán y entonces Paúl o yo regresaríamos de inmediato.

 

Esa noche dormí con mi princesa y para su desconcierto no intente llevar las cosas las cosas a un plano más intimo, y no paso nada más allá de dormir juntos y abrazados el uno al otro, en primer lugar había visto a mi princesa cansada y somnolienta durante todo el día y por otro lado quería que mañana nuestra noche fuera sinceramente especial. Mi princesa fue a dejar a Jane al Colegio y desde allí los mellizos se quedarían con Rosalie hasta que Paúl fuera por ellos, después del colegio Paúl secuestraría a mi preciosa llevándola a un day spa, espero que no se le ocurriera pedir para ella un “Velo de Novia” porque dañaría mi sorpresa. Yo por mi parte tenía diversas actividades el día de hoy, debía preparar todo para el brindis y la pequeñísima cena  que tendríamos, se había dispuesto todo para que la boda se realizará en pleno atardecer, debía buscar el bouquet y las mariposas que había encargado Paúl, también tenía que prepara nuestro Chalet para nuestra noche de bodas, había comprado velas aromáticas, bombones, fresas cubiertas de chocolate, champagne, aceites de masaje, pétalos de rosas, fresias… y hasta una muy sensual pieza de lencería que vi en una calle al otro lado del ayuntamiento cuando fui a dejar los documentos y que no pude resistir, también me había sido encomendada la tarea de buscar a Jacob en el aeropuerto, y sinceramente cruzaba los dedos para no encontrarme con ningún maldito paparazzi, no quería que dañarán mi sorpresa.

 

Ya había llevado todas las cosas necesarias a la casa, el catering y los encargados de dejar todo perfecto para la boda llegarían a las cuatro y media, yo por mi parte ya había dejado todo perfecto en el chalet, solo sería cosa de encender las velas, llenar el jacuzzi y sacar la botella, los chocolates y las fresas de la nevera, incluso tenía una hermosa hielera que me había hecho unos artistas de esos que esculpen hielo y en la que podía verse a tras luz hermosas varas llenas de diminutas orquídeas, ya había hablado con Paúl, y al igual que Sue había sido la celestina de mi princesa cuando estábamos en Italia, está noche Paúl y Ángela serían quien me brindaran apoyo con los preparativos, definitivamente tenía que agradecer el cuñado que la vida me había dado.

 

Ya todo estaba listo y me fui al aeropuerto, no sería difícil reconocer a Jacob pues lo había visto en varias de las fotografías que habían en la casa de Montepulciano y en las otras tantas con las que mi princesa había redecorado toda la casa, la suerte estaba de mi lado y no encontré a ningún periodista o fotógrafo, esperaba sinceramente que esta noche mis hijos corrieran con la misma suerte, solo me daba un poco de pena el hecho de que Jacob y su pequeñita hicieran ese viaje tan largo y tendrían que repetirlo esta noche, lo que me dejaba más tranquilo era la certeza absoluta que el avión de los Swan era completamente confortable. No espere por mucho tiempo cuando finalmente Jacob Black atravesaba la puerta de salida, con una maleta de mano y una pequeñita preciosa prendida de la otra.

 

- Edward. – dijo acercándose a mí y estrechando mi mano. – Un placer conocerte. -

 

- Mucho gusto Jacob, eres como el hermano de mi princesa, y la verdad quería tener la oportunidad de agradecerte todo lo que hicieron por ella y mis hijos. – le dije con el corazón en la mano. -

 

- Bueno Edward, he pasado muchísimos años queriendo darte un buena golpiza, sin embargo Paúl a interferido a favor a tu causa así que por lo pronto estas salvado, espero que la hagas feliz. – me dijo sinceramente. -

 

- No tengo otra intención ni razón de vida que hacer feliz a Bella y a mis hijos. – le dije, me acerque a la pequeña y me puse a su altura. – Hola princesa, tenía muchas ganas de conocer a mi nueva sobrina. – mire a Jacob esperando su muda autorización a mis palabras, no quería que sintiera que me sobrepasaba en la relación con su hija, era muy pequeñita, tendría unos tres años, pero lo que me impresionaba era que era increíblemente parecida a Jacob, pero también a Paúl, se supone que es su hija adoptiva, no?.- Eres muy linda. – le dije y ella me regalo un hermosa sonrisa. -

 

- Hola Tío Ed… tu tanben edes guapo. – me dijo la pequeñita. -

 

- Y cuantos añitos tienes linda Keyla?. – le pregunté a la pequeñita. -

 

- Teno tes. – me dijo señalando su edad también los deditos. -

 

- Uy, entonces tienes edad suficiente para uno de estos. – dije dándole un chocolate que saque del bolsillo de mi camisa. -  

 

- Ummmm dico choco. – dijo la pequeña lamiéndose los labios y haciéndonos reír. -

 

- Bien, que les parece si vamos a comer antes de llevarlos a la casa?. – le pregunté a Jacob. -

 

- Perfecto, pero creo que mejor es que pasemos por algún lugar de hamburguesas. – me pidió. – le debo una a Keyla y en cuanto estemos con Paúl no va a permitirme darle “basura” de comer a nuestra hija. – dijo haciendo comillas con sus manos en el aire. -

 

- De acuerdo vamos. – le dije, y fuimos a comprar las hamburguesas para la pequeña. Durante el viaje hablamos de un montón de cosas, igual que en la primera comida con Paúl intercambiamos un montón de anécdotas sobre mi princesa, la verdad es que era un tipo agradable y con el que se podía conversar fácilmente, entiendo perfectamente como mi princesa se hizo su amiga tan rápidamente y como se convirtieron todos en hermanos.  Mientras comíamos no podía dejar de notar el parecido entre Key y sus padres, y no pude evitar preguntar aprovechando que la peque estaba entretenida en el parque. – Jacob, disculpa la intromisión… si no quieres contestarme no tienes porque hacerlo, pero cómo es… - de pronto me interrumpió. -

 

- Cómo es posible que Keyla, se parezca tanto a Paúl como a mi?. – asentí, sin poder ocultar mi curiosidad. - porque de alguna forma un poco extraña, y quizás hasta morbosa Keyla comparte mis genes y genes de Paúl. – lo mire sorprendido, como podría ser eso posible. -

 

- La verdad no entiendo como puede ser eso. – le dije. -

 

- Es una historia larga y triste. – me dijo. – pero en vista que eres el nuevo tío de Keyla y el padre de sus primos, creo que debes ser participe de su historia, la verdad es que yo tenía una hermana melliza, su nombre era Rachel. – me contó con tristeza evidente en su mirada. – hace algunos años mi hermana fue diagnóstica con cáncer, pero según el médico fue descubierto a tiempo, por lo que mi hermana se sometió a tratamientos de quimio y radio terapia. – me contaba y empezaba a contagiarme de su tristeza. – como sabrás la infertilidad es una de las posibles consecuencias del tratamiento que le salvaría la vida, y ella no podría concebir su vida sin tener la perspectiva de ser mamá, se hicieron los trámites necesarios para preservar óvulos sanos de mi hermana, para que luego pudieran ser implantados en un tratamiento de fecundación in vitro, la forma más segura de que el tratamiento diera el resultado esperado era guardar los óvulos ya fecundados y para ello se requería un donante. – me explicaba. – no sé si lo sepas, pero mi familia es muy conocida en Inglaterra, y muy poderosa también, muchos hombres se acercaron a mi hermana por su dinero y ella había perdido un poco la esperanza en el amor,  todos nosotros perdimos nuestras esperanzas en eso de los cuentos de hadas motivados por sus historias. – sabía que en el nosotros incluía a Bella, a Paúl, a si mismo y por supuesto a Rachel. – no nos convenía que cualquiera donará el esperma, si resultaba que Rachel luego se embarazaba y se descubría quizás tendríamos a un vividor pegado a nuestra familia de por vida, arruinando además las vidas de Rachel y del bebé… Y es ahí donde entra Paúl en la historia de Keyla, él era ya mi pareja hace mucho tiempo y decidimos que porque no, así que fue él el donante.

 

- Que pasó con tu hermana?. – no pude evitar preguntarle. -

 

- Una vez que había sanado empezó su obsesión por su bebé y empezó con el proceso de fertilización, tenía cinco meses de embarazo cuando le descubrieron un nuevo cáncer, pero Rachel se negó al tratamiento. – me dijo triste por la muerte de su hermana.- y en un acto increíble lleno de amor decidió darme a su hija en adopción. – me explicó. – la misma se hizo de una forma en la que Paúl tampoco perdió sus derechos como padre y es así como legalmente Keyla es nuestra hija, y el mejor regalo que recibimos en la vida. -

 

- Siento mucho lo de tu hermana Jake. – le dije con sinceridad. -

 

- No te preocupes. – me dijo. – Keyla me ayuda a superarlo, y además ya tenemos todo listo para la adopción de una pequeña en China, días después que ustedes regresen a Chicago nosotros iremos a buscarla, quizás necesitemos que nos devuelvan el favor y se queden con Keyla unos días mientras vamos a buscar a Leah. – me dijo emocionado. -

 

- Será un placer para nosotros quedarnos con ese angelito. – le dije. Cuando me fije en la hora ya era casi las cuatro y teníamos que estar  en la casa para vigilar que  todo quedara perfecto.  Ya empezaba a ponerme ansioso, y daba vueltas como un león enjaulado por toda la casa.

 

- Calma Edward, todo saldrá bien. – me dijo Jake. -

 

- Tito Ed onde ta mi papito. – preguntó Keyla, luego de preguntarle un millón de veces a su otro papá y obtener siempre un “ya viene” de respuesta. –

 

- Princesita debe estar al llegar.  – en ese instante escuchamos la puerta y entraba Paúl y mis hijos arrastrando a mi princesa, la cual tenía los ojos vendados y unos audífonos con una música altísima, supongo para que no oyera a Keyla si decía algo, Jacob se apresuro a tomar a la pequeña que salí disparada gritando Papi y Tita Bella, mientras que mis hijos le hacía gestos y caratoñas para entretenerla y mantenerla callada. -

 

 - Paúl déjame quitarme esto. – protestaba mi princesa. –Ya estamos en casa… - le dijo, y Paúl me miraba con cara de WTF porque no entendía como mi princesa sabía que estaba en la casa. – Yo sé que estamos en la casa, porque Ed está aquí. – Dijo y yo solo sonreí, estaba seguro que me sentí no me extrañaba para nada, pero Paúl y Jake se miraban sorprendidos por un minuto, pero al siguiente se dieron cuenta de que estaban el uno frente al otro y corrieron silenciosamente a abrazarse y darse un beso, dejando a mi princesa sola y protestando en medio del salón. Corrí hacia ella con miedo que se lastimara, ella era de por si patosa, y si a eso le añadimos que estaba privada de dos de sus sentidos, los resultados podrían ser catastróficos, cuando estuve lo suficientemente cerca mi hermosa extendió hacia mí su brazo y se aferró a mi. – Cielo de que va todo esto?. – me preguntó. – sabes que odio las sorpresas. – me dijo, me acerqué a ella, retire los audífonos y le di un pequeño beso en sus deliciosos labios. -

 

- Amor, es una sorpresa… Te prometo que te va a gustar. – le dije, me acerque a ella y rocé mi nariz por su cuello aspirando su dulce aroma, y tras morderle el cuello susurre a su oído. – compláceme amor, por favor. – sabía que con eso se había rendido. -

 

- Bueno, ustedes dos dejen eso para después. – le dijo Paúl, mientras Jacob y Keyla acompañaban a los niños al jardín, todo estaba quedando perfecto. Luego de verificar como iba todo,  bajo Paúl y nos reunió a todos en la sala. -

 

- y mi princesa?. – le pregunté.-

 

- Encerrada en su cuarto. - me dijo mostrándome unas pequeñas llaves. -

 

- Cariño esas llaves son de unas esposas. – le dijo Jacob. – que demonios le hiciste a nuestra hermana. -  Esposas?, pensé... esposas?... Diablos este Paúl tenía que estar loco. -

 

- Pues tenía que dejarla esposada en la cama, no queríamos tenerla viendo al jardín a través de la ventana, o sí?. – se defendió. -

 

- Pero esposada en la cama Paúl. – le replique. – No te parece exagerado.

 

- Exagerado!!!!. – me dijo.- Vamos Eddie cállate que pensaba regalarte las esposas, y créeme que lo vas a agradecer. – me dijo mostrándome una foto que tomo con su celular de mi Bella recostada en un perfecto, sexy y angelical conjunto de ropa interior azul oscuro y esposada al dosel de nuestra cama, verla así me rememoro algunas de mis fantasías, y me toco tragar en seco y pensar en cosas que me bajaran la calentura. – Así me gusta Ed… calladito. – me dijo haciendo mofa mientras Jacob se reía también. -  Entonces. – dijo Paúl en tono de general mandón. – Aquí tienes tu ropa. – me dijo entregándome mis cosas. – Vas a tener que usar el baño del Chalet. Pequeños ustedes al baño y se tiene que vestir con las cosas que deje sobre su cama. – mis pequeñitos y su adorable primita se enderezaron haciendo la señal de firma, ganándose nuestras  risas. – tu te encargas de arreglarte y de arreglar a nuestra bebe. – le ordenó a Jacob. – y yo me encargo de Bella, y luego me visto, y la bajo. – dijo. Empezábamos a retirarnos cuando nos detuvo. – Momento, momento… cuando llegue el momento te quiero a ti en el piano. – le dijo a Ed. – Tu vas a darle los anillos al sacerdote cuando te los pida. – le dijo a mi Gatita. – tu vas a sostener las flores de tu madre. – le indicó a Jane. – y tu preciosa. – le dijo a su hija tomándola en brazos y haciéndole cosquillas en su barriguita causando su dulce risa. – vas a abrir la caja que está en uno de los bancos cuando yo  te diga, tu papito te ayuda, de acuerdo?.- dijo y todos los niños asintieron inmediatamente. -

 

Todos fuimos obedientes a hacer lo que el General Paúl había ordenado, una vez que termine el baño deje todo ordenado para esta noche y me vestí, la verdad es que el traje que compró Paúl, era impecable y me quedaba perfecto, un simple y sencillo traje negro, con una camisa blanca y una perfecta corbata negra y delgada. Me moría por ver a mis hijos y mi princesa, salí y entré a la sala, allí se encontraba Jacob vestido de traje gris, su pequeña llevaba un hermoso vestido fucsia de lunares blancos, se veía monísima con sus coletas y sus lacitos. Ya habían llegado el juez y el sacerdote, acompañados con Ángela, que estaría al pendiente atender lo que necesitaban, y creo que Paúl le había encomendado la tarea de encender las velas y preparar el Jacuzzi de nuestro Chalet, definitivamente se merecía una muy buena bonificación, pero no dudaba ni un segundo en que Paúl no tardo ni cinco minutos en convencerla.

 

- Papito, acaso no parezco una princesa. – me dijo mi gatita bajando con brinquitos por la escalera. -

 

- Preciosa con cuidado. – le dije. – puedes caerte. – me acerqué a ella y admire su hermoso vestido blanco con aplicaciones de flores lilas en la falda. – Estas increíblemente hermosa mi princesita. – le dije dándole un beso en la cabeza y estrechándola fuertemente entre mis brazos. Cuando levante la mirada, vi a Jane bajando la escalera, con un vestido igual de hermoso que el de su hermana, y con su precioso y rubio cabello trenzado con delicadeza. – tu también estas hermosa muñeca. – le dije haciéndole una señala para que se uniera a nuestro abrazo. -

 

- Si papito, verdad que Jane esta muy linda. – me dijo mi gatita. – Y mami nos peino. – dijo aclarando mi pequeña. -

 

- Pues si gatita, están ambas muy lindas. – le respondí. -

 

- Y mami esta bellísima papi, no vas a poder cerrar la boca cuando la veas. – dijo Jane segura de lo que decía y yo la verdad no dudaba ni un momento. -

 

- Todo listo papá. – dijo Ed, saliendo del estudio de música con las partituras en la mano y con un traje parecido al mío. -

 

- Oye hijo estas muy guapo. – le dije. -

 

- Lastima que no puede hacerse nada con ese cabello. – dijo Jacob, y luego de dirigir una mirada hacia mí agregó. – Pero es que la cosa es de familia, no se puede contra la genética. – agregó y yo solo reí.-

 

- A sus puestos. – gritó Paúl desde lo alto de la escalera. -

 

El momento había llegado y yo estaba absolutamente feliz. Estaba en el jardín de mi mariposita, bajo una sencilla cúpula de madera que había sido colocada allí temporalmente, adornada con pequeñas luces, velas y guirnaldas hechas de orquídeas naturales y fresias. El ambiente era perfecto y romántico, el sol empezaba a ocultarse. Un piano de cola blanco había sido colocado sobre una pequeña tarima a un lado del jardín, procurando que causara el menor daño posible, y se había hecho un perfecto camino de velas y pétalos desde la salida al jardín hasta la cúpula, usando para ello pétalos de rosas rojas y blancas. Mis hijas se encontraban de pie a mi lado y mi pequeño sentado al piano. Ed comenzó a tocar las suaves notas de la nana de mi princesa, cuando Ángela abrió la puerta del jardín y por ella atravesaron Paúl llevando del brazo a mi princesa. Se veía absolutamente radiante, tenía un hermoso vestido blanco, con pedrería blanca y turquesa en un delicada tira de bajo su busto y que formaba parte de las tiras que se ajustaban a sus hombros, al final de la falda tenía estampadas hermosas flores azules y rosas. Cuando finalmente dirigí mi mirada a su hermoso rostro, la felicidad, comprensión y amor que reflejaba su mirada me sobrecogió, mi hermosa estaba tan feliz y emocionada como lo estaba yo. Por su rostro escurrían pequeñas lágrimas de felicidad. Al fin cuando llegó a mi lado, Paúl me entregó la mano de mi princesa, colocándola suavemente sobre mi mano, mientras acercaba mi otra mano para secar las lágrimas de su rostro.

 

- Te Amo vida. – me dijo. -

 

- No más que yo a ti mi amor. – le respondí con devoción. El carraspeo del juez nos sacó de nuestra burbuja y nos giramos sonrientes hacia él, sabía por la mirada emocionada que le dedicó mi Bella a Jake y a su sobrina, que estaba más que feliz de verlo. El juez realizó la ceremonia civil, y Jacob y Paúl firmaron el acta como testigos. Antes de dar paso al trabajo del sacerdote, un tercer hombre se había unido a la ceremonia, por idea de Aro quien llamó a Paúl esta mañana y se puso de acuerdo con él dándonos a mi Bella y a mi una sorpresa, el hombre en cuestión era uno de los Abogados de los Volturis, que traía la solicitud definitiva de adopción de mi muñequita y la cual sería presentada ante los juzgados lo más pronto posible, no dudaba que con la influencia de todos nuestros apellidos juntos el fallo estaría listo para cuando regresáramos del viaje. La verdad no sabía a ciencia cierta que emocionaba más a mi princesa, si la ceremonia de casamiento o la adopción de Jane, una vez firmadas todas las actas fue el turno del hermano de Ángela. -

 

- Queridos hermanos, estamos aquí reunidos para celebrar el enlace matrimonial de Edward e Isabella. – dijo el sacerdote dando continuidad al día más perfecto de mi vida. – El amor que se profesan y que se ve reflejado en sus miradas, y en sus hijos los trajo hoy aquí para unir su vida en una sola. – continúo el sacerdote dando un sentido discurso sobre el amor incondicional y la fidelidad, y luego llegó el momento de los votos, me gire hacia mi princesa, y luego de respirar le dije mis propios votos, no lo pensé demasiado, solo usé palabras que había sido dichas muchas veces, con sentimientos salidos de mi propio corazón.

 

- De amigos, pasamos a ser amantes enamorados, de amantes pasamos a ser uno solo. A partir de hoy seremos esposos, a partir de hoy el “yo” dejara de ser yo para ser nosotros por siempre. Isabella, toma mis manos como símbolo de unión de nuestras vidas hasta la eternidad. He venido hasta a ti para unirme en matrimonio, y para estar juntos viviendo nuestro amor, hasta que la muerte nos separe y más allá, pero siempre junto a ti. – le dije con todo el amor que sentía por ella. Y besé sus manos con devoción antes de que empezara con sus votos.-

 

- Mi vida se ha vuelto centro de la tuya. – dijo mi hermosa llenándome de emoción. – Nuestras vidas no son nada si no están juntas. Edward, quédate a mi lado siempre, sé mi amigo fiel, mi amante, mi compañero, mi confidente. Yo seré tuya incondicionalmente todos los días de nuestras vidas. – dijo besando mis manos entrelazadas con las suyas. El sacerdote pidió los anillos que le fueron entregados por mi gatita que estaba profundamente emocionada. El sacerdote me entregó el de ella y me giré a mi princesa entregándole con el un voto especial, una nueva sorpresa para mi preciosa.

 

- Mi princesa, te doy este anillo como símbolo de mi amor y de mi fidelidad. Ahora que está en tus manos es un símbolo inequívoco de que mi corazón  y mi alma te pertenecen. Te pido que lo lleves contigo como un recordatorio de los votos que hemos pronunciado hoy y que soy tuyo por y para siempre. Este anillo es una señal de mi amor por ti, y un signo de que te pertenezco. Me caso hoy contigo y con este símbolo te doy todo lo que tengo y todo lo que soy, es también un compromiso de que siempre te llevaré en mi corazón, de que serás mi dueña por siempre y que estaré destinado a amarte cada día de nuestras vidas, desde ahora y por cada segundo por  toda la eternidad. Como este anillo mi amor y mi entrega son infinitas. – mi princesa se secó las lágrimas antes de entregarme su mano para colocar el anillo donde permanecería desde ahora y para siempre. Tras darme una hermosa sonrisa mi princesa tomo mi anillo. -

 

- Edward, recibe este anillo como prueba de mi amor y de mi fidelidad, como una demostración de que soy tuya por y para siempre, que te pertenezco en cuerpo y alma, y mi amor no tendrá un dueño distinto a ti y a nuestros hijos. Fui tuya desde la primera mirada, mi amor te pertenece desde la primera palabra, cuando éramos apenas unos niños, a partir de hoy estos anillos les dirán a todos que tú eres mío, que yo soy tuya, eres mi esposo y yo tu esposa, somos uno, y que nos amaremos infinitamente más allá de la muerte. – después de sus palabras deslizó el anillo por mi dedo, dejando un beso donde este descansaba en mi mano.

 

- Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.- sentenció el sacerdote. – y con el poder que me es conferido por la Iglesia, yo los declaro marido y mujer. – dijo. – Edward puedes besar a la novia. – sin esperar a que terminara de decir nada, acerque a mi mujer para darle el beso que esperaba por entregarle desde que la vi parada en el dintel de la puerta de acceso al jardín.

 

- Te Amo. – susurre contra sus labios. – Te amo demasiado Sra. Cullen. – le dije emocionado. -

 

- Yo también lo amo Sr. Cullen. – me dijo con devoción antes de besarme de nuevo. Luego nos separamos un poco para darnos cuenta de que Keyla había abierto la caja que estaba cerca del altar y cientos de mariposas de colores empezaron a revolotear a nuestro alrededor y por todo el jardín, unas lágrimas se escaparon de nosotros, porque de alguna forma ese detalle nos había hecho sentir perfectamente cobijados por nuestra pequeña mariposita, por nuestra Marie, ambos nos secamos las lágrimas mutuamente perdiéndonos en un nuevo beso-

 

- Acaso tú hermano que viaja por montones de horas y miles de millas no se merece un abrazo. – dijo Jacob interrumpiéndonos, y juro que en ese momento no me caía tan bien. -

 

- Lo siento Tío, pero nosotros primero. – dijo mi gatita, y a continuación nos vimos arrollados por nuestros hermosos hijos.

 

Luego de los respectivos abrazos fuimos a cenar, al igual que el jardín el comedor estaba impecable y le contamos a mi princesa los planes de luna de miel, hizo un pequeño chupero con la perspectiva de estar lejos de nuestros hijos, pero no paso mucho para que se diera cuenta que estaríamos los dos solos por un par de días y la idea la entusiasmo tanto como a mí. Después de la tranquila cena que disfrutamos en familia y en compañía de Ángela y su Hermano, estos se retiraron, y el novio de Ángela, quien era chofer de limosinas pasó buscando a mis cuñados, sobrina e hijos para ir al aeropuerto. No estuvimos tranquilos hasta que nos avisaron que estaban en la sala VIP esperando su permiso para abordar y poder salir, además estaba feliz ya  que no encontraron inconvenientes en su camino, ya con nuestros hijos seguros en vía a Londres, llevé a mi princesa al chalet.

 

Entramos y todo estaba perfecto, las velas encendidas, pero medio consumidas por lo mucho que tardamos, por suerte el agua del jacuzzi aún estaba tibia, pero era perfecto, todo era perfecto, porque estaba abrazado a mi mujer, a mi esposa… Dios tanto habíamos esperado por esto, y por fin éramos el uno del otro. Nos miramos con devoción, con amor, las palabras sobraban en ese momento, luego de entrar nos dirigimos a la habitación y entre besos y pequeñas caricias nos fuimos despojando poco a poco de la estorbosa ropa. Mi ángel traía puesto el juego de lencería que había comprado para ella y de sobra estaba decir que estaba emocionado y muy excitado, empecé a dejar pequeños besos por los hombros, cuello y clavícula de mi  esposa, ganándome pequeños gemidos de placer de su parte… con suaves caricias que le daba a penas con la punta de mis dedos fui deslizando mis manos por sus brazos hasta alcanzar el broche del brassier y despojarla de esa pequeña prenda, con cuidado fui rozando su cuerpo, deleitándome con su sabor, acariciándola, besándola, como hacía ella conmigo, antes de lo esperado me quede completamente sin ropa, y no tarde en hacer pedazos las bragas de mi princesa, dejándola solo con las sexy medias, el irresistible liguero, y por no perder la costumbre los magníficos zapatos de tacón.

 

Me deleite con cada parte de su cuerpo, probé cada centímetro de su piel, de la misma forma en la que ella se deleito conmigo y me probo milímetro a milímetro, estar dentro de ella fue la gloria… siempre lo ha sido, pero saber que con este acto consumábamos nuestro matrimonio, el saber que le hacía el amor a mi esposa, hizo que todo fuera más personal, más intimo, más perfecto de lo que fue nunca. Estábamos abrumados con las sensaciones, estábamos extasiados con cada caricia, disfrutamos del jacuzzi, del aceite para masajes, incluso de las esposas que Paúl había dejado debajo de mi almohada, con una nota deseando que hiciera buen uso de ellas, fuimos absolutamente insaciables. Mientras descansábamos abrazados, con la incertidumbre si aún nos quedaba otra ronda más para amarnos profundamente, mi princesa se incorporó y me beso, pero luego se detuvo para mirarme a los ojos.

 

- Gracias mi amor, todo fue absolutamente perfecto. – me dijo con una sonrisa. – no podría esperar a algo mejor, algo más sublime, algo más maravilloso. – me beso nuevamente. – Te amo esposo.

 

- Y yo te amo más esposa. – le dije, con una sonrisa. – Soy increíblemente feliz porque estemos juntos definitivamente, no sabes como soñaba que fueras la señora Cullen... más bien la Señora de Edward Cullen – durante unos minutos hablamos de muchas cosas entre besos, caricias y ratos de dulces silencios, hasta que mi princesa hablo de nuevo. -

 

- Cielo esa melodía que tocó Ed después de mi nana, que fue eso, la compuso él. – pregunto curiosa. -

 

- No cariño, la compuse yo… La verdad cielo es que nuestro hijo es tremendamente talentoso, y eso que tocó, fue primero tu nana, luego una melodía que no he podido sacarme de la cabeza desde que sueño con mi florecita, la compuse en sueños… o eso creo. – le contaba y ella me miraba con una sonrisa en el rostro. – luego tocó la nana que él le compuso a Marie, que debo agregar es maravillosa, dulce, perfecta.

 

- Luego fue la nana de Lizzie. – dijo mi princesa y yo asentí. -

 

- La última fue la que le compuso a Jane, y esta demás decir que estoy increíblemente orgulloso de nuestro hijo. – agregué. – además el fue quien tuvo la idea de unir las melodías y fue el quien hizo casi todas las uniones. Es increíble. – le dije con admiración por el talento de mi campeón. -

 

- Ed. – dijo mi princesa riendo. – Quien es tu florecita?. – preguntó enarcando una ceja. -

 

- Pues nuestra próxima bebita. – le dije como si fuera obvio. – Cariño hace dos días estoy soñando con nuestra familia, y además de estar rodeado de nuestros hijos siempre tienes a una hermosa bebé en tus brazos, y es un replica exacta de ti mi amor, es preciosa. – le dije con la devoción que sentía por mi próxima hija… claro cuando la tuviera. -

 

- Ed. – dijo mi princesa mordiéndose el labio, y yo estaba por perder el control y abalanzarme sobre ella, reclamando una vez su amor, y su cuerpo… pero algo me decía que esto era importante así que haciendo un máximo de esfuerzo me contuve y me concentré en lo que sea que quisiera decirme.- yo… - estaba nerviosa. -

 

- Que sucede mi amor. – le pregunté. Ella tomó mi mano colocándola suavemente en su plano vientre… no puede ser… o sí…. No?... Mi corazón estaba a punto de estalla. -

 

-  Ed hace dos días descubrí que estoy embaraza. – me dijo… dos días?... por que no me lo dijo antes?... dos días, justo cuando empezaron mis sueños, yo ya lo sabía, de forma semiconsciente pero lo sabía – creo que como en ocho meses tendrás a tu florecita. – me dijo, y no pudo agregar nada porque la calle con un beso que nos llevó a mucho más, y otra vez esa maravillosa noche… definitivamente la mejor de nuestras vidas.

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Bien espero que la boda superara sus expectativas… lo del embarazo fue una decisión de último minuto, estaba pensando en usarlo en un par de capítulos, pero a la final pensé que si Edward se había esforzado tanto en sorprender a Bella… pues era justo darle una sorpresa y con ella uno de sus mayores deseos en este momento.

 

Antes de empezar, quiero señalar que la frase señalada con (*) fue una pequeña variación que dejó Yass en uno de sus comentarios… Así que le agradezco de corazón su contribución y su dedicación y seguimiento de esta historia, como lo hago con todos los que leen cada una de las líneas y las emociones que se desplegan entre estas palabras.

 

También me disculpo por los retrasos de los capítulos, pero la verdad mi trabajo ha estado pesadísimo estos días… así que me toca darle las gracias a mi esposito por la paciencia, y ustedes a mi mamá que todos los días me anda corriendo de la casa para que me ponga a escribir… gracias a ella el capítulo está terminado hoy…

 

Les adelanto que Juliet, Taty y Nancy pidieron un Outtake con algo de Carlisle y Renata, el cual pienso complacer, pero les adelanto que será con el capítulo 21, en el cual se llama Revelaciones… Por otro lado me pidieron también un Outtake de Esme, pero será con otro capítulo

 

Les cuento que ya no queda mucho, quizás unos dos o tres capítulos más los outtakes pendientes… eso en principio. Estoy planeando otra historia que espero sea también de su agrado pero que no verá la luz hasta que no despidamos a La Otra, por la puerta grande como se merece. De corazón gracias por el apoyo. Gracias por el apoyo siempre.

 

Kisses

BkPattz…

 

“Si la vida te da limones…”

 

Capítulo 19: Celos (Bella POV) Capítulo 21: Revelaciones

 
14438940 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios