El suspiro y me miro pensativo…
-Te puedo ayudar – Dijo con voz monótona
-¿C-cómo?-pregunte sorbiéndome la nariz.
-Ahora verás...-dijo con un tono malicioso en su voz aterciopelada.
Aquel ángel caído del cielo llamado Jackson, se acercaba cada vez más a mí...
Se le inyectaron los ojos en sangre, en ese momento me asusté... pero intenté mantener la calma, todo lo que me pasase en ese instante, sería mucho mejor que todo lo pasado anteriormente, de eso estaba totalmente segura.
Cuando me dí cuenta ya estaba al lado mío.
Apartó mi cabello negro, y lo puso a mi espalda, ya que estaba por encima de mis hombros.
Puso una mano en mi nuca y otra en mi hombro, todo con una delicadeza exquisita, nada acorde con su actitud de hacía unos minutos... estaba confusa, no sabía lo que pasaba, pero confiaba en él...
Acercó sus labios a mi cuello, enseñó sus dientes blancos, y los hincó profundamente en mi cuello, sentía grandes punzadas, seguidas de un cálido ardor... pero desaparecieron al momento... se me habían dormido todos los músculos, cerré los ojos, hizo una pequeña presión en mi cuello y sentí un ensordecedor crujido, me había partido el cuello, en ese instante sentía frío, pero no duro demasiado ya que aquel frío gélido empezó a disminuir muy lentamente convirtiéndose en una temperatura agradable...
Me sentía distinta... Abrí los ojos para comprobar que seguía allí, y sí, seguía allí...
-Me siento extraña, distinta...
-Es normal…
-¿Qué ha pasado? Estoy confusa... - Dije aturdida
-Estás muerta.-dijo como si fuese algo normal.
-¿M-muerta? Yo me siento bastante viva, más que nunca, sólo me siento extraña…-no podía ser…yo no podía estar muerta me sentía muy fuerte…mas fuerte de lo que he estado en toda mi vida.
-Siéntate – Dijo señalando el césped verde.
Yo obedecí y él me siguió y se sentó al lado mío…
|