Empecé a abrir los ojos lentamente…
Un hombre alto, moreno y de tez blanquecina, con los ojos de un increíble color azul pálido…apareció de repente entre las sombras.
Se inclino sobre mí… por alguna extraña razón no sentía miedo, no sentía nada… era como si al mirarle a los ojos se me hubieran ido todas las preocupaciones, todos mis temores… ni siquiera recordaba mi nombre, ni lo que había pasado en las ultimas dos horas, solo sabia que sentía la necesidad de mirarle a los ojos.
Parecía un ángel, mi ángel.
Acaricio levemente mi mejilla su mano era fría y dura como el hielo…sin duda estaba con un ángel.
Intente estirar la mano para acariciar su cara… para comprobar que era verdad, porque aquella belleza era increíble.
Pero no podía moverme, ni siquiera podía respirar con normalidad.
Observé como el joven ángel se levantaba la manga de la camisa y dejaba su piel blanca al descubierto.
Se acerco los labios a su muñeca, escuché como si desgarraran algo y como a través de su muñeca salía un líquido negruzco.
Acercó su muñeca a mis labios.
-bebe-me ordeno aquel hombre que tenia la voz mas bella y aterciopelada que había escuchado en toda mi vida.
Cerré los ojos y empecé a succionar aquel líquido que me estaba otorgando.
Sentía como cada vez me sentía más y más fuerte.
Agarre con fuerza su brazo con ambas manos y succione con más fuerza aquel elixir de la vida…
Me levante del duro y frío suelo del bosque.
Me notaba muy fuerte me sentía realmente bien.
El joven se alejo a pasos rápidos de mí…
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