Se fue acercando más y más, hasta que pude ver su rostro, con la luz de la luna…

Hay estaba él con su habitual sonrisa maliciosa en sus rudos labios, y mirándome de una manera indescriptible con su mirada marrón.

-¿Qué haces aquí? ¿Acaso te he dicho que puedas salir de tu habitación?-pregunto él acercándose más y más a mí.

Yo camine dos escasos pasos hacia atrás y me choque contra la encimera de madera.

Se acerco más a mí hasta que pude notar el calor que emanaba su cuerpo.

-deberías ir a la cama…tienes que descansar…-dijo con un voz de repente dulce, yo sabia perfectamente que no lo decía por mí…si no por su hijo que estaba creciendo dentro de mí.

Le fulmine con mi mirada oscura como la noche…podia sentir como la sangre hervía en mi cuerpo, ya estaba harta de dejar que ese indeseable me dijera que hacer, me maltratara, y me empleara a su antojo.

-         ¡déjame en paz! ¡estoy harta de ti!-le chille empujándole.

-         Jajajaja… ¿pero con quien te crees que estas hablando? Me perteneces…hice un trato con tus padres.

Apreté con fuerza el cuchillo que tenia en mis manos podia sentir la sangre acumulándose en mis delgaduchos dedos.

-¡tu no mandas sobre mi!-le chille fuertemente.

-¿pero…que quien te crees que eres?...solo eres una estupida niña a la que sus padres me vendieron porque ya no la soportaban.

Pude notar como algo me poseyera, y no fui consciente de mis actos.