Llegue al ultimo escalón y Annabelle se abalanzo sobre mi y me abrazo con fuerza, iba a echarla mucho de menos…
Le devolví el abrazo de buena gana y oculte la cara entre sus cabellos dorados…ella era mi hermana pequeña una de las personas que mas me importaban en este mundo, y a partir de ese día ya no volvería a estar con ella para protegerla.
Salimos a la calle donde nos esperaba dos enormes y preciosos coches de caballos dorados, los caballos eran de un color blanco puro…
Los caballos eran los seres mas bellos que existían, por su fortaleza externa, y la lealtad hacia su dueño…los caballos son uno de los animales mas nobles.
Avance hasta el carro, padre me abrió la puerta y me ayudo a subir dándome la mano.
Madre se subió conmigo en el primer carro…la idea de estar con ella a solas hacia que mi estomago se revolviera…
Observe por la ventana como lentamente nos íbamos alejando me la gran mansión, en la que había nacido, en la que había crecido…
Y no pude evitar que una ráfaga incontrolable de lagrimas recorrieran mi rostro lentamente, como si fuese un acido que quemara todo a su paso.
Traspasamos un Los preciosos bosques donde había pasado las tardes de mi infancia y adolescencia con las pocas amigas que tenía, y que jamás volvería a verlas, por lo menos madre las había invitado a mi boda para que pudiera despedirme, había sido un bonito detalle aunque no por ello le perdonaría lo que me había echo…me había destruido la vida, me había quitado las ganas de vivir…
Llegamos a un camino polvoroso y apedreado, a unos cuantos metros mas adelante se hallaba la iglesia…
Noté como mi corazón se aceleraba a un ritmo alocado, casi frenético…deseaba abrir la puerta del coche de caballos y tirarme aun que estuviera en marcha, aunque seguramente me mataría…inspire profundamente e intente quitarme aquella alocada y perturbada idea de la mente.
Cada vez estábamos mas cerca de la iglesia, me quedaba si acaso una hora para pertenecer a él…
Pasaros unos minutos y el coche se detuvo…
La puerta se abrió bruscamente y observe a padre que se encontraba abajo alzando una mano para ayudarme a bajar del elegante carro dorado.
La cogí titubeando, él agarro con firmeza mi mano y me ayudo a bajar…
Apretó fuertemente mi mano hasta creer que me la partía y me susurro al oído: -sabes que hacemos esto por tu bien…él ha sido el único que se interesaba por ti, nunca encontraras a otro…
Ahogue un gemido… padre siempre hacia que mi vida fuese insoportable, siempre estaba diciendo que nadie me querría realmente por mi forma de pensar…sentía como si esta época no me perteneciese, como si tuviera que estar en otro lugar…en otro siglo, donde las mujeres fuesen tratadas con el mismo valor y respeto que los hombres.
La iglesia era enorme, se había construido hace unos siglos, era de arte gótico, era una iglesia muy bonita…pero en ese día la veía como mi perdición.
Cogi a padre del brazo y caminamos lentamente hacia la puerta de aquel fatídico edificio de piedra fría…sentí como mi respiración se aceleraba descontroladamente, me sentía muy mareada.
Las puertas de la iglesia se abrieron de par en par dejándonos vía libre, y la marcha nupcial empezó a resonar entre las paredes de piedra, aunque a mi me parecía mas una marcha fúnebre, porque iba a caminar hacia el abismo.