La puerta se abrió, y padre estaba afuera esperando que bajara, y podía jurar que tenia una sonrisa maliciosa en los labios, sabia que él quería que sufriera…por haberle puesto en evidencia varias veces, pero tampoco era para desearme aquello.
Baje lentamente, y esta vez sin coger la mano a mi padre, camine hasta donde se hallaba Annabelle y le di un fuerte abrazo, y una ráfaga de lagrimas surco mis mejillas.
Annabelle sonrío levemente como si intentase alegrarme pero no podía…
Le di la mano y juntas fuimos al gran jardín…
Estaba decorado como si estuviese dentro de un cuento de hadas, pero a mi me parecía mas a una historia de terror.
Las rosas blancas cubrían todo el jardín, y en el centro había una hermosa fuente de piedra, de la cual emanaba lentamente un agua cristalina.
A lo lejos podía ver a mis amigas que charlaban alegremente, me acerque a ellas aun sujetando a Annabelle.
-¡Oh mirar quien viene por allí!-chillo Juliette, que llevaba un ostentoso vestido verde, y llevaba su pelo rubio recogido en un precioso moño.
Las tres se acercaron corriendo a mi.
-¡¡Ay Scarlett estas divina!!-exclamo Adriana tocando mi vestido de novia.
-gracias…-dije con un hilo de voz.
-oye…medudo marido te has echado, es un buen partido…y a demás es muy atractivo-admitió Claire mientras observaba con la boca abierta a mi reciente marido.-no me importaria tenerlo como marido-murmuro soltando una sonora carcajada.
-todo tuyo...-pense para mis adentros porque no atrevia a decirlo en voz alta.
Yo sentí arcadas solo de pensar en que apenas unos minutos atrás había sentidos sus repugnantes labios sobre los míos.
|