Tosió endeblemente y de su boca salía una abundante sangre.
-s-si d-des-seas ma-matarme…haz-zlo a-hora…-dijo entrecortadamente con voz autoritaria…
Note como un impulso me poseyera al oír esas palabras hizo que algo…deseara matarlo en ese instante, para acabar con mi dolor, para llevar al cabo mi dulce venganza.
Le pegue un empujón para estuviese tumbado de espaldas en el suelo.
Inspire profundamente, y deje que mi vena asesina saliese a la luz…
Empuñe el afilado cuchillo con fuerza con mis dos manos, y le atravesé el pecho con aquella daga.
Cerré los ojos y se lo fui clavando una y otra y otra vez sin cesar, notaba como su sangre me salpicaba violentamente en la cara, pero yo no dejaba de clavarle el cuchillo en su pecho…
Le iba a dar una apuñalada por cada día que he tenido que sufrir con su presencia…
Mi corazón latía a una velocidad vertiginosa, los brazos me empezaban a doler…
Abrí los ojos y observe horrorizada el producto de mi venganza.
William tenía los ojos abiertos mirando a ninguna parte, la boca entreabierta, y su piel estaba muy pálida.
Las manos me templaron…mi respiración se agito de manera alterada…lo había matado, me había convertido en una asesina.
Mi parte menos noble me dijo: así me dejara tranquila, y no me volverá a hacer daño nunca mas…
Pero en ese instante me sentía…sucia.
Solté el ensangrentado cuchillo de entre mis dedos y deje que resbalara hasta el suelo.
Empecé a llorar desconsoladamente, la conciencia me estaba golpeando como si fuesen unos látigos incesantes.
Scarlett lo echo esta echo…no hay vuelta atrás, deja de llorar y levántate, huye, vete de esta casa y se libre por una vez en tu vida
Me levante del suelo ensangrentado y me limpie las lagrimas con el camisón.
Subí a arriba rápidamente, como si la vida me fuese en ello, me desvestí ágilmente, dejando tirado en el suelo mi camisón blanco manchado de sangre…
Me vestí con lo primero que encontré, y en una bolsa de cuero metí todas mis joyas y pertenencias de valor, incluido mi apreciado diario…
Me dirigí al aseo y me limpie las salpicaduras de sangre que tenia en la cara y en las manos…
Ahora solo era momento de huir, huir ser libre, lejos de esa casa y los recuerdos que emanaban en mi mente.
Baje con la velocidad de un rayo las escaleras, de dos en dos sin detenerme…
Traspase el enorme hall, y abrí la puerta que me conduciría a mi mas ansiada libertad.
|