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Bella estaba en medio de un bosque, todo estaba obscuro y solo se podía ver un poco gracias a la luz de la luna, la cual era luna llena.

Comenzó a caminar por instinto, solo asía el frente, como si realmente supiera a donde iba.

De pronto se paró frente a tres grandes árboles que estaban como formados en línea recta, uno después del otro. Como por arte de magia, aparecieron tres puertas, una en cada árbol, Bella se acercó más, observo la puerta que estaba a su derecha, luego la de la izquierda y finalmente observo la puerta del centro.

Se acercó más a la puerta del centro, ya tenía su mano en la perilla para girarla, pero muy bruscamente se giró un poco y abrió la puerta que estaba a su derecha, entro en ella sin detenerse a pensar, como si supiera lo que hacía, pero realmente estaba muy confundida, se confundía por como asía las cosas en ese lugar, con tanta agilidad, cuando realmente era muy torpe.

Entro y observo al frente una pared, que venía siendo de tronco, claro era el tronco del árbol en el que había entrado. La pared estaba llena por hierbas verdes y unas hermosas florecillas rojas. De repente las flores y la hierba comenzaron a marchitarse, las hermosas florecillas rojas, se convirtieron en liquido, liquido que estaba escurriendo en la pared, como sangre.

Sangre, alguna vez ella vio sangre. La pared comenzó como a desaparecer, en lugar de esta, apareció una escena que se le hizo algo familiar, se acercó un poco y vio lo que pasaba.

Había un ataúd plateado con detalles dorados, estaba en una sala muy elegante, vio que una niñita de cabello largo y cobrizo estaba de espaldas a ella.

Observo como la niña caminaba y ce acercaba asía el ataúd, ella también se acercó. Vio a una mujer de cabellos castaños con algunos mechones rojizos, ella estaba dentro del ataúd con sus manos sobre su vientre, en los brazos de la mujer, había heridas, heridas por las que corrió sangre, habían heridas muy parecidas en sus piernas. Bella tapo su boca con ambas manos, esa mujer era su madre y la niña era ella, hace mucho que ella no recordaba cómo murió su madre, tampoco recuerda haber visto su cuerpo sin vida, ella era muy chica cuando su madre murió.

Dio unos pasos atrás y escucho la voz de su papa, quien hablaba con otro hombre, quien también le resulto familiar a Bella.

-Lamento mucho tu perdida Charlie-dijo el hombre acercándose a Charlie.

-Los extrañare mucho, por lo menos Bella no está mucho al tanto de lo que ha pasado.

Bella se quedó paralizada, “los” él había dicho “los extrañare”  Entonces los recuerdos llegaron a ella.

“Era su cumpleaños cinco, tres meces antes de que su madre muriera.

-Bella-le llamo su madre- te tengo una noticia-la niña se emocionó, era su cumpleaños y cualquier noticia sería buena-Primero tengo que preguntarte algo ¿Tu quisieras tener un hermanito?-pregunto sonriente Ranee.

Bella asintió, pero antes de que su madre volviera a hablar, le hablaron de la cocina, así que se fue dejando a la niña extrañada”

(DESPUES)

“Bella se despertó al escuchar un gemido muy fuerte, después un grito.

Se levantó de su cama y abrió la puerta de su habitación, afuera estaba su madre, tomando  su vientre que ya era más grande, Bella iba a tener un hermanito, ella ya lo sabia.

-¿Qué pasa mama?-Pregunto viendo que había sangre en el piso.

Entra a tu habitación mi niña, no es nada-dijo y luego se retorció del dolor-¡¡Zayda!!-llamo en un grito a una de las muchachas de la servidumbre, la chica era de cabello negro en risos, sus ojos eran cafés y sus rasgos eran algo felinos.

-¡¡¡HO!!! por Dios, señora mejor la llevo a su habitación-dijo la muchacha ayudándola.

-Bella entra a tu habitación, estaré bien-le dijo y la niña asintió-Zayda, llama a Charlie y dile que regrese en cuanto antes”

Bella recordó todo en ese momento, su madre estaba embarazada, llevaba seis meces cuando callo por las escaleras, se hizo algunos golpes y moretones y dificulto su embarazo, o eso había escuchado decir a el doctor que hablaba con Charlie en su despacho, mientras ella escuchaba pegada a la puerta.

Las lágrimas cayeron por sus mejillas y salió corriendo de ese lugar, abrió la puerta y se liberó de esos recuerdos.

Al ver a su alrededor, se dio cuenta de que no podía ir a ningún lado, solo le quedaba abrir las puertas. Aun no podía creer, ahora ya sabía porque su madre había muerto.

Su padre nunca quiso recordárselo, por más que ella insistió, pero ya lo recordaba, no solo había perdido a su madre, sino también a un hermano.

Bella volvió a observar las tres puertas frente a ella, se limpió las lágrimas, tomo coraje y abrió la puerta a su izquierda, entrando para ver que le esperaba.

Había otra pared, pero esta tenia hierba más verde y florecilla azules, ocurrió algo similar a lo de antes, pero con algunas diferencias. Toda la hierba comenzó a caerse al suelo y desapareció, las florecillas se marchitaron un poco y después se derritieron, el líquido era similar a las lágrimas, esas que ella había dejado se resbalaran por sus mejillas.

Nuevamente la pared desapareció, ella observo lo que estaba en vez de esta. Era una habitación con decoraciones en celeste y lila, ella casi no la recordaba, ya hace tres años que no observaba el lugar. Era su habitación, había una niña hincada en el suelo recargada en la cama, ocultando su rostro, con los brazos cruzados sobre su cabeza.

La niña sollozaba fuertemente, susurrando cosas como que odiaba su vida y así.

“Bella recordó ese día, era su cumpleaños número diez, su padre lo ignoro completamente, no lo recordó, ni a ella. La niña trato de recordárselo, pero era tan obvio que a su papa no le importaba que decidió dejar de intentar.

Ella había llorado todo el día, su padre, ni en cuenta”

Las lágrimas aparecieron nuevamente en Bella, las seco y salió de ahí, dando un último vistazo a su dolorosa niñez.

Observo con rabia la puerta del centro, era la última, no quería entrar solo para tener malos recuerdos, pero esa misma puerta podía ser su salida, así que muy decidida fue así a ella la abrió, suspiro y entro.

Creyó poder ser fuerte, pero no lo lograría.

Esta vez no había pared con hierba y florecillas, era una pared de blocs. Era gris, como su vida, triste como su alma y aislada como su corazón.

 La escena que apareció la había vivido unas cuantas horas atrás, vio como ese hombre trato de violarla, Bella se desmorono y esta vez, no solo lloro sino que no pudo evitar sollozar fuertemente.

-Bella, despierta-escucho una voz de terciopelo, esa voz que era su salvación y protección-Bella, Bella, tienes que despertar, es solo un sueño.

Y despertó sobresaltada, con las lágrimas en los ojos y su corazón agitado.