En el pueblo de Forks, por circunstancias de la vida, los dos empresarios más ricos del mundo, tienen sus casas, o más bien dicho mansiones de descanso, que utilizan para vacacionar ahí.

Charlie Swan y Carlisle Cullen, se odian a muerte, compiten entre sí para saber quién es el más rico de los dos, ellos han hecho que sus hijos se odien entre sí, ambos tienen tan solo 12 años, al igual que sus padres compiten entre sí para saber quién es más inteligente, pero ambos son igual de capases y eso los molesta. Isabella Swan y Edward Cullen no hacen más que pelear en todas las vacaciones en las que, por casualidad se encuentra en las calles de Forks.

En invierno, Charlie viaja con Bella a Forks, sin saber que Carlisle también viaja con Edward y su esposa, Bella llega a su casa muy contenta, creyendo que en esas vacaciones no habría nada que la pudiera molestar, y que la pasaría bien, ella enserio odia a Edward tal vez más de lo que odia Charlie a Carlisle.

Las vacaciones de invierno casi terminaban, a pesar de que Bella nunca se encontró con personas a quienes no quería ver, se la paso horrible, ella lo único que quería era estar con su padre y disfrutar de las vacaciones. Cuando Bella cumplió el año de nacida, su madre murió, a ella le afecto mucho, pero aun así seguía adelante, su padre era el único familiar que ella tenía, pero el lo única que hacía era, trabajar, trabajar, competir contra Cullen y trabajar más, en todas las vacaciones de invierno, Bella no hiso más que tratar de llamar la atención de su padre, pero no lo logro, el solo trabajaba.

-Te odio-grito Bella subiendo a su habitación -¿Por qué me haces esto?-le preguntaba molesta a su padre.

-Pero ¿Por qué te molestas?-le preguntaba su padre enojado también.

-Por qué pasas más tiempo peleando por dinero que conmigo disfrutando las vacaciones, algún día me iré y lamentaras no haber pasado más tiempo conmigo-dijo bella entrando a su cuarto y serrando con seguro la puerta, su padre le exigía que le abriera, pero ella se tapó con las cobijas y se acostó en el piso a llorar. Las horas pasaron y Charlie dejo de insistir en hablar con ella, se fue a dormir y lo dejo para otro día………………………………………

En la casa Cullen, Edward tocaba el piano mientras Carlisle archivaba papeles, él vivía presumiendo el talento de su hijo con el piano, al poco tiempo Edward se cansó.

-Papa…. ya puedo ir a dormir-dijo temeroso a lo que su padre podía responderle.

-No-dijo Carlisle con soberbia y amargura, sus palabras no mostraban expresión alguna.

-Pero ya van a ser las diez de la noche-dijo Edward triste.

-Entonces ve a dormir, pero no volverás a tocar el piano en una semana.

-Pero…….-reclamo Edward pero su padre lo cortó.

-Nada de peros, ahora ve a dormir-dijo su padre levantándose de su asiento y arrastrando a Edward hasta las escaleras, de ahí en adelante Edward camino solo a su habitación, serró la puerta y sin importarle nada salto a la cama.

El en el fondo, le tenía rencor a su padre por ser tan estricto con él, pero también lo quería, al paso de los minutos se quedó dormido.

De pronto, en la noche, una escalera se posó en el marco de su ventana, por ella, iban subiendo dos hombres con máscaras, uno de los hombres, al entrar por la ventana que estaba abierta, se fue directo a la puerta, la abrió y verifico que no hubiera nadie, después el segundo hombre fue hacia la cama, donde descansaba Edward, con mucho cuidado y rápidamente, le coloco un pañuelo en la boca, Edward al sentirlo se despertó queriendo gritar, pero el pañuelo se lo impedía, el hombre enrollo a Edward en las sabanas, tapándolo por completo, Edward se movía y trataba de zafarse del agarre del hombre, pero no lo logro, el primer hombre serró con seguro la puerta, pensando que esto impediría que se enteraran rápidamente de que Edward no estaba,  luego ayudo a su compañero a bajar con “el chico” las escaleras, lo subieron a una camioneta, retiraron las escaleras y se fueron…………..

Bella dormía en el piso, traía puesta la misma ropa que en la mañana, su vestido blanco con flores azules, sus zapatos negros escolares con sus calcetas blancas, y su cabello estaba acomodado en una coleta alta. De pronto el choque de dos metales la despertó, se levantó cargando con las sabanas y se dirigió a la ventana, pero antes de que pudiera llegar, los dos hombres ya estaban adentro de la habitación.

-Aux…-Bella no pudo terminar de gritar, uno de los hombres le tapó la boca con un pañuelo, la envolvió en las sabanas, la cargo y bajo con ella las escaleras, mientras que el otro hombre retiraba las escaleras.

Después de subir a Bella en la parte de atrás de la camioneta, junto con Edward, arrancaron y se dirigieron a Seattle. A las afueras de la ciudad, se encontraba una gran casa, pero muy a las afueras, era muy difícil de encontrar, pues no había un camino hacia ella, no había ni un sendero.