Bella POV

Ya estaba con los hermanos Cullen en su carro, Emmett iba manejando, Edward iba de copiloto y Alice iba atrás conmigo.

-Bella, deberías ir un día a casa- dijo Alice- ¡tienes que ver mi armario, tengo cosas que te pueden quedar a la perfección!

-Creo que la peque acaba de encontrar una amiga y esa amiga va a hacer el papel de Barbie humana- dijo Emmett riendo. De inmediato supe que se trataba de mí.

-Gracias Alice-dije encantada- pero de verdad lo de la moda no es mi fuerte- terminé riendo ante mi propio comentario. Edward y Emmett rieron conmigo, pero Alice bufó

-Si Bella, pareces una modelo y me vas a decir que la moda no es tu fuerte- dijo Alice.

Todo el camino a casa fue entre risas y comentarios raros de Emmett hacia Edward, de verdad no entendía bien que se decían, pero de vez en cuando veía una mano volar hacia el hombro de Emmett para darle un golpe. Me dejaron en mi casa y me sentía la persona más feliz del mundo, no podía creer que Edward se había bajado del carro solo para abrirme la puerta del carro y acompañarme hasta la entrada de la casa.

-Si necesitas que pase por ti mañana o cualquier día avísame, no te quiero ver caminando al Instituto- dijo Edward mientras íbamos caminando  juntos a la entrada de mi casa.

-tranquilo, por las mañanas Reneé me lleva, pero por las tardes es otra historia- dije y el rió ante mi comentario.

-Sí, ya veo- dijo- pero de verdad, me gustaría pasar por ti de vez en cuando, Reneé tiene que descansar también- terminó guiñándome un ojo. ¿Acaso no se daba cuenta que mi corazón se aceleraba desesperado cada vez que hacía eso?

-Bueno, creo que tienes razón. Ella debe descansar… Yo te llamo Edward- dije sonriendo- ¡espera! ¿COMO TE VOY A LLAMAR SI NO TENGO TU NUMERO?

-Es cierto- dijo mientras sacaba un papelito de su bolsillo, escribía algo en él y me lo entregaba- no lo pierdas y llámame- dijo mientras se inclinaba a besar mi mejilla. El roce se sus labios provocó en mi sensaciones que nunca había sentido.

-Adiós- dije cuando se quedó viéndome a los ojos- nos vemos.

-Eso espero.- Dijo riendo y saliendo hacia su carro.

Me despedí con la mano de Emmett y Alice, quienes se habían quedado dentro del Volvo, creo que ese era el carro de Edward, porque tenía entendido que el Jeep era el carro del mayor de los Cullen.

Entré a mi casa y subí a mi cuarto. Al final de la tarde llegó mi mamá, ella era mi diario personal, siempre le contaba todo lo que me sucedía en el día. Mi mamá se sorprendió al ver que mis ojos brillaban cada vez que nombraba a Edward, de verdad me estaba enamorando de ese chico y me sentía realmente bien.

Los días pasaron y fui conociendo a más chicos del colegio, ya no perdía para encontrar mis clases y mis almuerzos los repartía entre los Cullen y Ángela, y otros chicos que me invitaban a comer con ellos de vez en cuando.

Cada día que pasaba, el sentimiento hacia Edward incrementaba. No solo porque se había tomado la molestia de irme a buscar dos o tres veces a la semana sin necesidad que lo llamara y porque él mismo se había ofrecido para llevarme en las tardes a mí casa o a cualquier lugar que necesitara, aunque algunas tardes me iba con Áng y Alice o con Rose porque me daba muchísima pena con él.

Nunca pensé que mudarme cambiaría por completo mi forma de ver la vida, ahora era más feliz que nunca. Charlie y Reneé se dieron cuenta de mi estado de ánimo, pero no preguntaron ya que mi alegría era completamente contagiosa.

Un sábado en la mañana un carro diferente se estacionó frente a mi casa. Al salir vi a Alice que salía corriendo a saludarme.

-¡Buenos días Bella! Te vengo a secuestrar por el fin de semana- dijo con una sonrisa en el rostro.

-¿QUE VAS A HACER QUE?- pregunte nerviosa

-Te-voy-a-se-cues-trar-el-fin-de-se-ma-na- dijo casi separando en sílabas.

-¿Porqué? ¿Qué hice?- pregunte haciendo pucherito.

-Bella no seas tonta- dijo Alice- anda a tu cuarto a buscar lo necesario para una pijamada en mi casa.- dijo mientras entraba a mi casa.

-Hola Alice- saludaron mis padres a Alice- ¿Qué te trae tan temprano un sábado por aquí?

-¡Hola, buenos días!- saludo Alice a mis padres- ¿Dejarían que Bella pasara el fin de semana en mi casa? ¡Vamos a tener una pijamada de 2 días! Y les prometo, no, les juro que el lunes estamos en el colegio sin falta- finalizó Alice poniendo cara de perrito triste.

-Ehhh… claro, claro- dijo Charlie- yo no tengo problema- dijo mirando a Reneé

-¡Claro Alice, eso suena genial!- ¡Vamos Bella, tienes que llevar todo lo necesario para una pijamada!

-¡Bella tu mamá me entiende!- gritó eufórica Alice. Ese comentario me hizo reír de manera estruendosa.

Entramos en mi cuarto y Alice quedó sorprendida ante el orden de mis cosas, aunque debo atribuirle el hecho a mi mamá, quién me había ayudado a ordenar todo hace unas semanas. Alice metió todo tipo de ropa que encontró en mi armario, diciendo que íbamos a hacer un pequeño desfile con varios cambios de ropa, después que ella terminara de meter en mi maleta ropa tanto para el desfile, como para el día, y por supuesto para el lunes, metí unas pijamas y mis cosas de aseo personal y salimos hacia su casa.

-Alice- le dije apenas entramos en su carro- ¿A qué se debe la pijamada?

-No sé, solamente me dieron ganas de invitarte a mi casa. Rose también va a venir, ¡vamos a tener un fin de semana de chicas! No voy a permitir que los chicos sean los únicos que se diviertan este fin de semana – dijo seria.

-¿Mas o menos por qué dices eso Al?- dije nerviosa, no entendía hacia donde se dirigían sus pensamientos, y tratándose de Alice Cullen, debería tener miedo desde éste mismo instante.

-Emmett invitó a Jasper a la casa para tener “Un fin de semana de chicos” y eso solo hace que me estrese, no hacen más que hablar de football o cosas así, me siento como una extraterrestre cuando eso pasa…

-Así que va a ser un fin de semana de “chicas contra chicos”- más que una pregunta, era una afirmación.

-¡Correcto!... Nada mejor que ver la cara de ciertos hermanos, cuando ciertas chicas pasen por la puerta de la casa- dijo con mirada maliciosa- ¡Vamos a buscar a Rose!

Luego de buscar a Rose en su casa, nos dirigimos a la casa de los Cullen, nunca había ido, por eso cuando Alice estacionó su carro frente a la casa mi quijada casi cae al suelo. Si la gente pensaba que la casa de mis padres era grande, ¡entonces esta casa era un castillo! Alice entró primero, después entro Rose y de última yo.

Así comenzó mi fin de semana en casa de los Cullen.