Llegamos al centro comercial eso de las 12 del medio día, me había olvidado completamente de avisarle a Edward, por lo que le mandé un mensaje de texto diciéndole que estaba en el centro comercial con Alice y Rose “haciendo las compras locas de las primeras tres horas de rebajas”, como las habían bautizado ellas dos.

Antes de entrar a cualquier tienda decidimos que era mejor comer algo, por lo que entramos en un pequeño restaurante y pedimos algo sencillo. Comimos y reímos muchísimo, había sido una buna idea haber venido al centro comercial con ellas hoy…

Salimos del restaurante y entramos a nuestra primera tienda, ahí solo conseguimos los zapatos, pues Alice dijo que los vestidos no era lo suficientemente lindos para nosotras tres, dijo que nuestros vestidos tenían que ser únicos, por lo que nos paseamos por muchas tiendas antes de encontrar los indicados, Alice había elegido un vestido verde de tiritas, Rosalie escogió un vestido largo color morado que tenía un escote tanto por delante como por la espalda y yo escogí uno azul rey de tiras gruesas con varios pliegues de tela.

-Bella ese vestido te queda genial- dijo Alice- LOS LLEVAMOS LOS TRES- casi gritó mientras iba hacia la caja a pagar, porque de nuevo, no me dejaba pagar nada de lo que escogía para mí…

Salimos de la tienda con un montón de bolsas en las manos y riendo, de repente algo captó mi atención, era Edward estaba buscando algo en las tiendas… me parecía que se veía completamente hermoso con esa cara de perdido que tenía; hasta que algo pasó una chica que conocía muy bien, Jessica, por su forma de caminar salió corriendo y se estrelló muy apropósito contra Edward y de repente estampó sus labios contra los de mi novio, éste se tensó por un momento pero luego se relajo… No supe que cara tenía yo en ese momento pero volteé a ver a Alice y ella parecía que iba a estallar al igual que Rosalie… lo único que sentí fue como las lágrimas comenzaban a derramarse por mis ojos y sentía que el mundo se me iba encima…

-Chicas… tengo qu… que irme- dije entre el llanto- no puedo seguir viendo eso- dije y salí corriendo… Me monté en mi carro y salí a toda velocidad sin rumbo fijo, lo único que quería era alejarme lo más que pudiera de ese centro comercial que había hecho que mi cuento de hadas se acabara.

No sé cuánto tiempo maneje, pero sé que había llegado a una playa, creo que se llamaba La Push, estacioné en un lugar que me parecía lo suficientemente alejado y solo, pero aún así seguro y comencé a llorar. Eso era lo único que quería hacer, llorar hasta que se me olvidara lo que había visto en el centro comercial… pero sabía que eso no iba a pasar, no sé cómo pero logré prender la radio del carro y la voz del hombre que amaba pero empezaba a odiar con todas mis fuerzas inundó el carro… No lo soporté, de un manotazo saqué el CD del radio y lo tiré en el asiento de atrás con todo la rabia que me invadía en ese momento. Qué estúpida había sido al creer las palabras de Edward, que estúpida era… desde un principio supe que era imposible que un chico como él se fijara en mí, y había dado en el clavo, ahora entendía la cara de Jessica, la cara de suficiencia que tenía… ¡seguro que él estaba con ella también!

Algo dentro de mí gritaba que no creyera en lo que había visto, pero mandé a callar esa voz y seguí llorando… simplemente el día se me había dañado, mi vida había cambiado en el momento en el que el cuerpo de Edward no reaccionó como yo quería, hubiese querido que en vez de relajarse, separara a Jessica sin ningún tipo de caballerosidad y le hubiese gritado cualquier cosa para que ella saliera corriendo y llorara como yo estaba en este momento, completamente destrozada…

-Los cuentos de hadas apestan- dije en un suspiro y puse mi frente en el volante mientras más lágrimas se derramaban por mi cara. No creo que nunca antes hubiese llorado tanto por alguien, aunque nunca antes me había enamorado de alguien y nunca antes me habían destrozado el corazón en mil pedacitos y había pateado cada uno de ellos… sentía mi pecho completamente vacío…

Mi celular no dejaba de sonar, por lo que decidí bajar del carro y sentarme en el capó con mi guitarra a ver el atardecer, cerrando el carro con el celular adentro… cuando estuve más calmada comencé a tocar la guitarra con lo que pasaba en mi mente…

…As I paced back and forth all this time

Cause I honestly believed in you

Holding on

The days drag on

Stupid girl,

I should have known, I should have known

I'm not a princess, this ain't a fairy tale

I'm not the one you'll sweep off her feet,

Lead her up the stairwell

This ain't Hollywood, this is a small town,

I was a dreamer before you went and let me down

Now it's too late for you

And your white horse, to come around…

(Taylor Swift- White Horse)

Terminé de tocar mi guitarra y ya tenía lágrimas de nuevo en mi rostro… ya no podía estar en otro lugar que no fuera mi casa… Así que me metí dentro de mi carro de nuevo y manejé a mi casa… ni siquiera revisé mi celular, no tenía ánimo ni ganas de hablar o leer cualquier cosa que cualquier persona me pudiese haber mandado… simplemente quería llegar a mi casa e ir al patio, sentarme debajo de cualquier árbol y seguir llorando, sabía que en algún momento no me iban a quedar más lágrimas, pero mientras éstas siguieran saliendo, me seguiría sintiendo destrozada.

Apenas llegué a mi casa pasé de largo al patio trasero con mi guitarra en mi mano… me sentía sola, como nunca antes me había sentido en mi vida, me sentía como si me hubiesen robado lo más importante para mí, y de hecho, así había sido… No quería seguir pensando en Edward, el solo recordar lo que había pasado hacía que más lágrimas se derramaran por mis ojos… caminé hasta mi árbol favorito, estaba suficientemente alejado de la casa y sabía que ahí nadie me buscaría y me senté a seguir llorando… en un momento que estaba más calmada sentí que algo se acostaba en mis piernas y cuando bajé mi mirada, ahí estaba mi perrito Orión, es impresionante que no haya ladrado ni nada, simplemente se quedó ahí conmigo mientras yo lloraba, de vez en cuando pasaba su lengüita por mi cara para que, de alguna manera, me sintiera mejor, pero ni eso funcionaba en ese momento… no sentía nada, solo sentía como mi corazón se había roto y no encontraba forma alguna de poder reparar el daño…

A medida que se hizo más oscuro, cargué a Orión, tomé mi guitarra y me fui a la casa, subí directo a mi cuarto y me senté en el techo… No tenía hambre, ni sueño y definitivamente no quería ver a nadie…