El Cisne Negro (+18)

Autor: sistercullen
Género: + 18
Fecha Creación: 18/11/2010
Fecha Actualización: 26/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 63
Comentarios: 260
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Capítulos: 35

  Edward Cullen se ve en la obligación, por una promesa hecha ya, hacia un tiempo de dar cobijo a una colegiala, que dista mucho de la imagen que él recordaba, cuando era una niña

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Capítulo 22: Capitulo 22

                                CAPITULO VIGESIMO SEGUNDO.

 

   Erick Northman, separaba concienzudamente todos los papeles de la información que tenia sobre Isabella Swan, en uno de sus portaflios.

   Habia llamado a Jasper hacia unos días y le había comunicado la noticia.

  Isabella estaba empadronada en una lujosa casa; en una ubanizacion a las afueras de Londres.

 No tenia mas información sobre ella. Eso le bastaba. Bella estaba viva y estaba bien; y eso le era suficiente; pero no podia dejar de obviar en la lujosa mansión donde se hallaba su paradero

 

  Miró con los ojos entornados una de las fotografías que le había sacado el investigador que contrató.

  Estaba preciosa; los años que habían pasado la habían convertido en una mujer voluptuosa ,de belleza suprema.

   No había sido el mismo, desde que la dejó marchar, después del incidente con Alice y Jasper.

  Despues de aquella noche, quiso ponerse en contacto con ella. Pero aquello no fue posible. Habia desaparecido de la casa de Edward Cullen ;  y nadie sabia nada de ella.

   En un primer momento;pensó que aquello no era de su incumbencia. Pero ¿Qué era aquellos martillazos simples que le retumbaban en su ancho pecho? ¿Acaso era amor?

   Cedió ante las palabras de Edward Cullen, cuando le comentó que él la buscaría, que no era su problema….y dejó pasar el primer año.

  Pero de nada sirvió todo aquello. Bella Swan se aparecía ante él, como una delicada aparición, haciendo de vida un total descontrol.

Salió con un par de chicas ; pero eso no hizo nada en su aprisionado corazón. El nombre de Bella Swan. Retumbaba fuerte y omniscioso en cada situación crucial de su vida.

  Una vez acabada la carrera; lo buscaron de unas de las empresas mas notorias de publicidad y lo tentaron con una gran cifra de  libras, para un puesto de bastante responsabilidad….

 

   Ahora ya era el presidente y breves meses atrás; había revuelto cielo y tierra, para que alguien pudiese decirle algo acerca de la misteriosa Isabella Swan. Sólo tenia su nombre y rasgos, grabados a fuego en su mente; y eso fue poderosamente suficiente para que aquella empresa de detectives diera con ella.

   Omnubilado en sus pensamientos, no oyó el firme repiqueteo de la puerta.

  -¿Erick?.- la voz de mujer, lo centró en otros menesteres y guardó la información sobre Bella en un portafolios.

 -Pasa, Pam.

  Pam Grandier, era su asesora; su sombra. Un mujer de unos 45 años que era tan bella como eficiente.

  -Han engullido a Copsa. Era prececible.- la mujer, se sentó al filo de la mesa y lo miró atenta a los ojos verdes.-  Cullen-Webber. ¿ya lo podias imaginar, no?

  Él sonrió irónicamente y se llevó un caramelo a su boca.

 -No me ha interesado, Copsa. Si no, hubiera sido mia. De eso no tengas duda, Pam.

Pam, hizo un gesto con sus piernas y las cruzó con elegancia.

  Sonrió a su interlocutor y miró el reloj de muñeca, de su cuidada mano.

 -Es la hora de marcharme, Erick.- dio un pequeño saltito y se mantuvo en pie, sensualmente,encima de aquellos tacones que llevaba.- Y tú , supongo que también lo deberías hacer.

   Erick rodeó la mesa de su escritorio, y se posicionó de frente a la majestuosa mujer. Una sonrisa de triunfo iluminó sus labios; cogió uno de los papeles del portaflios y se lo enseñó a la mujer.

   Ella miró interrogante el papel y centró toda su atención ellos.

   Cuando volvió a mirar a Erick, la sonrisa de triunfo,se había transformado en una de alegría.

 -Bingo.- sentenció, Pam, mirando a Erick, con un brillo nuevo en los ojos.- La encontraste, amigo. La encontraste.

 

 

Habian llegado al Palace, hacia ya varias horas y Edward no podia ni tenia, ganas de dormir en aquellos momentos.

   Emmet se había marchado medio maldiciéndole . no tenia razón de ser aquellos pensamientos que le rondaban en la cabeza.

  Emme le había dicho, que era imposible que aquella mujerzuela fuese Isabella Swan.  Isabella Swan estaba desaparecido o quizás muerta. Eso fue lo que desencadenó, que pegara a su compañero.

   Emmet no había devuelto el golpe.

 Veia a Edward demasiado transtornado.

  Lo que no sabia Emmet era qué grado de tanstorno tenia su amigo y compañero en aquellos momentos.

  Medio desnudo y con la botella de Brandy casi terminada. Se había tumbado encima de los cobertores de su costosa habitación.

   Su cabello mas desordenado de lo habitual y su expresión crispada, hizo que soltara una serie de improperios al escuchar el sonido chirriante de su celular.

 Cogió el aparato con fuerza y miró el indentificador de llamadas…era Jessica…

 Cerró los ojos fuertemente y se pasó la mano por sus ya, desordenado cabello.

-Dime, Jess.- contestó neutro.

 En el otro lado de la línea telefónica una suave voz le contestó.

-Edward. ¿Cuándo volveras?…te hecho de menos, mucho…querido.

 Edward se sentó en una de las banquetas del cuarto y suspiró.

 -Voy a estar unos días mas aquí. Tengo que solucionar unos problemas que se han originado con la absorción de la empresa. Jess; después…cuando vuelva debemos hablar…

 Un silencio sepulcral, se hizo en el otro lado de la línea.

 -¿Jess?.- preguntó él, intranquilo.

 -¿De que quieres que hablemos? ¿vas a dejarme Edward? ¿Ya no me amas? ¿Has conocido a otra mujer?.- La voz exasperada de Jessica, puso de peor humor  a Edward de lo que ya estaba.

 -Hablaremos cuando vuelva, Jess. Sabes perfectamente que nunca te he amado, y si me casé contigo fue con las cosas muy claras entre nosotros dos. Sabes perfectamente a quien amo, aunque sea un fantasma…no eres tú.

 -¿Y si estuviera embarazada, Edward? ¿Qué ocurriría si me hubieses dejado en estado?.- la voz de Jessica se volvia histérica y dolorosamente aguda.

 -¿Estas…?.- Edward tragó en seco y esperó contestación.

 Pero no la hubo.

 Jessica le había colgado.

 Edward cogió el celular y lo estrelló contra el suelo, sin hacerle un minimo rasguño.

 

   Dió varias vueltas sobre si mismo y en un estado de ansiedad que lo consumía. Pidió a uno de los  trabajadores del hotel que le mandaran un fax.

  Mañana mismo le pedirira a su doctor que le mandara sus últimos diagnósticos de sangre, estaba envenenado por el recuerdo de el cisne y por la posible conexión entre ella y Bella… y eso lo volvia prácticamente loco.

 

 

 

 

 

      Aquella mañana Bella no durmió más que varias horas.

  Después de  marcharse Edward del club; no había podido ser la misma.

  Se excusó de todas las personas importantes, que  se encontraban en el local y se marchó hacia su casa en la compañía de la fiel, Leah.

   No había sido capaz si quiera de conducir su flamante descapotable. Leah, le quitó las llaves de las manos temblorosas y se subió en el asiento del conductor; al lado derecho ( en Inglaterra, se conduce en este espacio).

   En un estado de semiinsconciencia, Bella fue arropada por Leah y se sumió en un sueño, leve que la despertó a las pocas horas sin poder volver a retomarlo.

   ¿Volveria a verlo? ….¿habia caído en la trampa de su cuerpo?

  Le bastaría muy poco tiempo para poder  tener respuesta a esas preguntas; pero ella en aquellos momentos, se sintió dividida entre el odio y la compasión.

 

 

   Edward, dejó en el mostrador del hotel a la mañana siguiente un sobre cerrado, para que lo enviasen a la dirección pertinente: Queen Velvet.

   A primera hora de la mañana; habían sido registrados en el fax, sus pruebas de sangre.

  El Cisne, no podia negarse a ser complacida por su cuerpo y sus brazos….

…Recordó vagamente lo que le dijo Emmet el dia anterior, “Ella elige al hombre que desea para su cama” …ósea que a él lo deseaba también. …Claro; sino, porque le había pedido ese tipo de pruebas.

   Vió como el sobre desaparecia de sus ojos e iba a su destinatario con total seguridad.

    Subió de nuevo hacia su habitación y tocó la puerta de la habitación de Emmet.

  Este salió con cara de malas pulgas y lo dejó en la puerta sin dejarlo entrar.

 -Ayer te pasate de tuerca,Edward. – prostestó él, con los ojos llameantes.

 -Perdona,hombre…-Edward bajó la mirada y comenzó a mover con insistencia la alianza de matrimonio de su mano.- Necesito estar con ella ¿no lo entiendes? Es como si me hubiera embrujado…ahora estoy comenzando a plantearme cosas; cosas como esta.- dijo, levantando la palma de la mano y apuntando hacia su anillo de oro tallado.

 Emmet le  dió paso, y lo compadeció mentalmente.

 -Ven, amigo, hablemos.- le dijo Emmet, poniendo una mano en su hombro.

 

 

 

  El dia transcurrió pesado ,con calma; con demasiada calma para Isabella Swan.

 Se había replanteado una y mil veces, salir a trabajar aquella noche. Leah ,seguía con ella y la mimaba como si fuera su hermana pequeña.

 -No tengo ni idea de lo que planeas hacer con ese hombre…pero espero que tú no salgas malparada de todo esto; Bella. Tú o tu corazón .

  Bella la miró  sin brillo alguno en sus hipnotizantes ojos color café y  sonrió levemente.

 -Dudo que tenga corazón…y si alguna vez lo he tenido, ahora voy a recogerlo de las manos de quien me lo quitó…

 A Leah, la recorrió un escalofrio de temor y cogió el teléfono, que sonaba con insistencia desde hacia unos breves segundos.

 -¿Si?.- Era Demetri.

 -¿Está contigo el Cisne?.- Leah, miró a Bella y le gesticuló con los labios de quien se trataba.

 -Sí. Te la paso.- sentenció Leah, ante el además que había hecho Bella con la mano; dándole paso a que la reconociera a su lado.

 -Dime, Demetri.

 -Hola Cisne. Tengo buenas noticias para ti. EL tipo rico ese, del enfrentamiento de anoche, ha mandado con un mensajero sus pruebas de sangre. Está como un roble, cielo, ósea que tú misma. Tengo aquí al mensajero.¿ Que contestación le doy? ¿Vas a follartelo o no? Con todos mis respetos, querida…pero últimamente no hay hombre digno de cópula contigo nena.

 Bella rió sin ganas, y cogió una cajetilla de tabaco que había depositada en una mesa de centro de su salón-comedor.

  Sacó un pitillo con tranquilidad, lo llevó a sus labios y lo encendió.

  Aspiró fuertemente el tabaco  y miró a Leah que yacía a su lado expectante.

  -Por supuesto que me lo follaré. He estado pensando en hacerlo hace mucho, mucho tiempo…- le contestó a Demetri con una tranquilidad fingida.- Escribe, Demetri, mandale una nota al señor Cullen. Esta noche lo espero en la habitación de los espejos a la una de la madrugada. Estaré encantada de esperarlo.¿Ok? Demetri…

  -Sí, claro Cisne, estoy escribiendo, nena. Una buena pasta con este tio ¿eh? Tiene que estar podrido. ¿Cuánto le sacamos?

  Bella hizo un gesto de asco con la boca.

 -No me importa, pon tu la cifra. Me es completamente indiferente. Adios Demetri.

 -Adios, Cisne.

  Colgó.

Bella fumó con celeridad ante la inquisitiva mirada de Leah.

 Ésta cuando ya no pudo más, se levantó del sofá, cogió uno de los cojines de terciopelo y lo aventó contra el suelo, con fuerza.

 -¿Estas  loca? ¡Te vas a acostar con él! ¡Mierda, Bella! ¿Qué pretendes? Dimelo o te juro…que …que …

-Esta bien, te lo contaré. Ven Leah. No te enfades conmigo.

 

 

Desde la recepción del hotel, llamaron a su habitación.

  Un mensajero había dejado un sobre, deliciosamente perfumado, con una caligrafia perfecta y cuidada.

“Queen Velvet”

  Cuando lo tuvo entre sus manos subió rápidamente hacia su dormitorio y allí lo abrió con nervisismo. Leyó el contenido y una carcajada de felicidad se escapó de sus perfectos labios.

-Esta noche seras mia.- dijo entre sus labios, oliendo el papel, enfebrecido.

 

 

 

 

 

   Leah, miraba a Bella horrorizada.Lo que pensaba hacer Bella era de un ser sin corazón.

  Aunque era justo resarcirse con un ser como aquel.

  Leah, lloró varias veces a lo largo de todo el discurso de Bella.

  Ella con el mentón altivo  y voz serena le enumeró paso por paso las palabras de amor que él emitió de sus labios; minutos antes de tratarla como una mierda, cuando ocurrió el desdichado tema de Alice.

   Despues, cuando Leah, hubo escuchado la manera en que la hizo suya, tuvo que correr hacia el lavabo y desahogarse completamente allí. Volvió más serena y  compresiva ante la actitud de su amiga.

 -Te ayudaré en lo que pueda, Bella. Ya lo sabes.

  El timbre de la puerta las interrumpió y se miraron entre ellas interrogantes.

 Leah, le hizo un gesto a Bella para que no se moviera del sofá y se levantó a abrir la puerta.

  Cuando tiró de esta, creyó ver una dios pagano en la tierra.

  Tragó fuertemente y su cara se inudó de un tono granate que la hacia especialmente hermosa, dado su piel tenuemente olivacéa.

 -Hola.- dijo él.

 -Hola.- dijo ella ensimismada.

-¿Vive aquí Isabella Swan?.- preguntó mirándola directamente a los ojos.

 Leah, se mantuvo a la defensiva y su mirada no lo pudo obviar.

 -No…

-Soy un amigo..por favor, dile que Erick Nortman ha venido a verla.

 -Erick Nortman.

 Bella al escuchar, aquel nombre se levantó del sofá y corrió al encuentro del hombre al umbral de la puerta de la entrada.

  -Erick…-susurró, al verlo mucho mas bello de lo que lo recordaba.

 El hombre estiró su sensual boca en una inmensa sonrisa,apartó a Leah y la alzó entre sus brazos,estrechándola contra si, fuertemente.

-Bella…Dios mio…Bella…

 

 

 

Capítulo 21: Capitulo 21 Capítulo 23: Capitulo 23

 
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