El Cisne Negro (+18)

Autor: sistercullen
Género: + 18
Fecha Creación: 18/11/2010
Fecha Actualización: 26/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 63
Comentarios: 260
Visitas: 287950
Capítulos: 35

  Edward Cullen se ve en la obligación, por una promesa hecha ya, hacia un tiempo de dar cobijo a una colegiala, que dista mucho de la imagen que él recordaba, cuando era una niña

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Capítulo 27: capitulo 27

EL CISNE NEGRO

CAPITULO VIGESIMO SEPTIMO

-No te lo voy a permitir; Bella. Esta noche. No.- Leah, gritaba a su amiga. La veía tan indefensa como cuando la encontró en la cama de aquel hospital. Entre la vida y la muerte.

-Dejame, Leah, sé muy bien como controlar esto. No lo entiendes.- Bella se ajustaba los pantys, mientras miraba el suelo, victima de la vergüenza.

-¿Cómo que no entiendo? ¡Entiendo muy bien!. Mierda Bella. ¿Dónde ha quedado todo aquello que me dijiste que ibas a hacer con él?

Bella le dirigió una mirada seca y frunció los labios asqueada.

-No he olvidado lo que me hizo; es más , eso es lo que me da fuerzas para no lanzarme a sus brazos de nuevo.- espetó con la mandibula apretada.

Leah, caminó hacia ella y la distancia que las separaba se volvió minima.

-Está ahí fuera. Él. Preguntando por ti. Y tú vas como un perro faldero, ¿Bella?.- Leah estaba que explotaba, literalmente.

En la lujosa habitación de Queen Velvet; donde se habían animado la una a la otra cada noche al salir. Ahora estaban discutiendo por aquel patán que habia hecho de la vida de su amiga un autentico infierno.

Edward Cullen;ya estaba esperando al Cisne antes de que ellas llegaran.

Demetri, se frotaba las manos , al pensar en la substanciosa cifra que le dejaría el tal Cullen. Tal y como lo habia hecho la noche anterior.

Bella no habia dudado y le habia dicho que la esperara en la sala de los espejos; como la vez anterior.

-Esto forma parte del plan.- argumentó Bella.

Leah, propinó un zapatazo en el suelo.

-No lo creo. Te has colgado otra vez de él. Bella. Admitelo.

-No es eso.- Bella se ajusttó la máscara. Esta vez; habia elegido una, extremadamente elegante, que hacia juego con su ostentoso vestido negro. Como todas las noches…se convertía en el Cisne…

-No quiero que esto te salga mal; Bella. Lo sabes. Si esto fallara….sabes…el daño seria mucho mayor.

-Lo sé.- espetó ella, fría.

-Solo dime una cosa y te dejaré en paz.

Bella se giró hacia Leah y acomodó el fino raso a sus caderas.

-Dime.

-¿No lo sabrá nunca no?

-Si. Algun dia; pero,cuando lo sepa, será demasiado tarde. No podrá hacer nada al respecto.

Leah, respiró hondo.

-Ojalá y todo te salga bien. Bella. Ojalá.

La cabeza de Demetri se metió por la rendija de la puerta.

-Cisne. Cullen te espera en la sala de los espejos.

-Bien.

Bella abrió la puerta y suspiró.

¿A quien quería engañar? ¿A Leah o a ella misma?

Estaba enamorada de Edward Cullen hasta la médula y verlo en semejante posición aquella mañana, le habia herido los sentimientos y se habia sentido como una víbora sin corazón.

Y ella no era asi….Queria serlo pero no podia…no, cuando su corazón, bombeaba rápido cuando lo veía o lo sentía cerca.

Se derretía de gozo al pensar que aquella noche, otra vez compartirían el lecho y la amaría con saciedad…moría de angustia al pensar que le hacia el amor pensando que era aquella mujer que lo estaba haciendo sufrir de la manera mas desesperante…cuando en realidad, ella era ella…su Bella.

Delante de la puerta de la habitación de los espejos, plantó la palma de su mano en la pared y dejó descansar la cabeza un poco en ella.

Estaba tensa, nerviosa…como la colegiala que sintió por primera vez que aquel que la esperaba era el hombre de su vida.

Edward habia bebido copiosamente.

Lo que habia pasado en casa de Bella lo atormentaba como una cruel pesadilla que se rememoraba una y otra vez en lo mas profundo de su cerebro.

Al oir los pasos de la mujer que amaría aquella noche, se pasó una mano por sus cabellos cobrizos.

Paseó varias veces su mirada por su cuerpo y levantó sus posaderas de la silla; que habia en los pies del lecho.

Dirigiendose hacia ella; la miró tiernamente a los ojos.

-Te debo una excusa. Fui un cretino, la ultima vez que nos vimos…perdóname.- sus palabras arrastradas, le dieron la confirmación a Bella que habia bebido y mucho.

-Te perdono. – dijo escueta.

-Lo siento yo…-Edward señaló sus ropas desaliñadas y su corbata suelta.- No he tenido un buen dia.

Ella lo isntó a que se sentara en el lecho y ella lo imitó elegantemente.

-¿Quieres que hablemos, entonces?.- preguntó ella en tono, maternal.

Edward miró la marcara y buscó sus ojos chocolate.

Eran tan parecidos a los de ella, que le dolia el hecho de mirarlos.

-Hoy ha sido el peor dia de mi vida.- dijo mirando hacia el suelo.- se tocó el puente de la nariz y su mirada se endureció.- He dicho adiós a lo mas puro que alcancé a tener alguna vez en mi vida.

A Bella Swan se le paró el corazón.

Aquellas palabras; dichas desde lo mas hondo del ser, no podían ser mentira….

Intentó buscar las palabras y mantenerse serena.

-No entiendo.- dijo ella, con la voz tan indiferente como le fue posible.

-Bella. Bella no quiere verme. No me quiere en su vida.- la miró y se llevó de nuevo la mano a su cabello broncíneo.- Tú me recuerdas mucho a ella. Ella…yo …yo la violé.- el jadeo de Edward, partió el corazón de la muchacha, que lo observaba impactada, ante tales confesiones.- Violé su cuerpo virgen y la eché de mi casa..¡Dios mio!...todo lo que me pasa ahora mismo me lo tengo mas que merecido…esto no es nada para lo que merezco….- Edward se acercó al hombro del Cisne y comenzó a llorar sin consuelo.

Bella intentaba por todos los medios tragar saliva y desenredar el nudo tan poderoso que albergaba en la garganta.

Las lagrimas en sus ojos amenzaban por salir y se vió acompañando en aquel viaje de fatalidad a su verdugo.

-Calma Edward…

-No…no lo entiendes.- dijo mirándola; con los ojos esmeraldas brillantes, incandescentes.- La amo con todo mi ser…daría todo lo que tengo por estar con ella… por tenerla…por que me dijera que me ama…-

Bella guió la cabeza de Edward hacia su pecho y lo consoló , acariciando su cabello y besando su cabello.

-Edward..- le dijo. Miró su rostro sereno. Se habia quedado dormido entre sus brazos.

Lo tendió en la cama . Le quitó los zapatos y la chaqueta.

Arrastró su fuerte y atlético cuerpo, le puso la cabeza sobre la almohada y lo miró con calidez.

Descalzó sus pies y dejó que el fino vestido de raso negro se deslizara por su cuerpo.

Dejó su rostro al descubierto y descubrió que la mascara rellena de espumillón estaba empapada. Habia estado llorando con él. Apiadándose de él y de ella misma.

Abrió las suaves sábanas de seda roja y se metió en la cama junto a él.

Observó sus facciones de hombre maduro y suspiró.

Edward Cullen era bello hasta el punto de enloquecer por amor…

Se levantó algo excitada de su lado y miró su cuerpo que hablaba sin misterios.

Sus pechos hinchados clamaban ser acariciados por las manos de él. Y su centro, vibraba con la sola idea de tenerlo adentrándose en ella.

Fue hacia el pequeño servicio y cerró la puerta pausadamente.

Miró su rostro maquillado en exceso y cogió la pastilla de jabón que descansaba en la jabonera.

Con delicadeza pasó sus manos por la dura pastilla y envolvió su rostro de jabón y agua. Secó con cuidado su rostro y se miró de nuevo en el espejo. Reconociéndose.

Abrió la puerta del servicio y miró hacia el lecho; donde se veía claramente la figura del hombre que descansaba en ella.

Se desnudó por completo y se metió en la cama. La luz era ténue, y podia diferenciar, claramente los rasgos perfectos de Edward.

-Edward…- le susurró al oído.

Él se movió inquieto y abrió los ojos, somnoliento.

Al ver a la castaña en su cama. No se preguntó si aquello era real o un sueño. Porque juraba que positivamente seria la segundo.

-Bella.- dijo a modo de arrullo, acariciándole el rostro maravillado.- Te amo.

Ella dejó escapar un suspiro, cuando la tocó y besó sus labios con exquisitez.

-Quiero que me desmuestras lo mucho que me amas Edward.- le dijo en un susurro , digno de la mas firme promesa.

Edward no se hizo esperar y se volvió hacia ella; posicionando su cuerpo encima.

-Mi pequeña…- dijo con la voz de él con letanía.

Buscó la boca de ella poco a poco,primero succionando los labios, saboreándoles y persuadiendo; jugando con ella de la manera mas letal.

Ella ansiaba su lengua, pero él se regocijaba en sentirla tan solo con sus labios. Haciendo un dibujo de besos y succiones que tenia a Bella completamente extasiada.

Se miraron por unos segundos y Edward se abalanzó sobre ella con posesión. Tomandola del cuello y acercándola lo máximo posible a su rostro. Mordió los labios tiernamente y le indrodujo la lengua en su boca; provocando un jadeo ronco por parte de los dos.

 

Antes de darse cuenta, Edward se habia deshecho de sus pantalones y la sabanas estaban retorcidas al final de la cama.

Volvió a Bella hacia él y la puso a horcajadas en su pelvis desnuda.

Levantó su espalda para poder acariciar y lamer sus pechos, deleitándose como si de un dulce de miel se tratase.

Roces y mas roces, vaivenes de caderas,anticipando con dulzura lo que estaba por venir.

-Hazme tuya, Edward…- le susurró ella; mientras lo besaba con ferocidad controlada.

ÉL de una sola estocada y ayudándose de su mano, irrumpió en el cuerpo de la joven y ambos se quedaron unos segundos mirándose a los ojos. Perdiéndose en los miedos de cada uno y Edward jadeó sin control, al balancearse Bella un poco sobre él.

Embestidas lentas y profundas, llenas de caricias y murmullos incomprensibles por parte de los dos.

Cuando Bella sintió explotar, Edward lo hizo con ella y se abandonó al placer del dulce descanso, como si todo aquello que habia acontecido, hubiese sido un sueño o una visión en su mente.

Bella sonrió, satisfecha. Lo amaba. ¡Lo amaba tanto!

Pero no podia permitir que al despertar se hallara en aquella cama y en sus brazos.

Se despegó de su agarre, maldiciendo; como lo hacia él entre murmullos, y se levantó del lecho.

Buscó su ropa y se vistió.

Al salir, buscó a una de las chicas y ordenó que llamaran a un taxi.

-Cuando haya llegado me ayudas a bajarlo Petty.¿ Ok? .- pidió a una de las chicas.

Volvió a la habitación y vistió a Edward, recreándose en los detalles de su estupenda anatomía.

Petty llamó diciendo que el taxi estaba en la puerta y la ayudó a montar a Edward en él.

Lo acompañó hacia el hotel y en recepcion tuvo la suerte de no encontrar a nadie.

Buscó la tarjeta de Edward entre sus bolsillos y abrió la puerta.

Casi se le cae; de entre sus brazos.

Edward era tan alto, que parecía que no podia tener suficientes manos para sujetarlo.

Abria y cerraba los ojos, mirándola. Le sonreía y la besaba en la comisura de la boca. Meloso y servicial,colmándola de promesas y juramentos que parecía que hasta él mismo creía.

Lo arrastró hacia la cama y allí lo dejó.

No sin antes, ceder a la tentación y darle un beso suave en los labios.

-Adios, Edward.- susurró.

Con paso vacilante abrió la puerta y salió a hurtadillas.

¨

Eric Northman sacudía las fotos en la mesa de su oficina, ante los ojos sorprendidos de Pam Grandier

-¿Dónde están entonces?

-Los tiene una hermana de su madre. – dijo él, sin pestañear y con los ojos inyectados en sangre. La fúria y la rabia eran incontrolables en el cuerpo del rubio.

-¿Qué piensas hacer? ¿La vas a sacar de donde está trabajando?

-Tengo que hablar con ella primero. Decirle que lo sé absolutamente todo.

Pam, se recargó en el escritorio con sus codos y alzo una ceja a su jefe.

-Eric…no quiero que salgas herido de esto….esa Bella tiene muchos frentes abiertos y parece que tú quieras ser acribillado en todos.

-Quiero que se sienta segura conmigo….y seamos una familia…todos.

Continuará…..

Tachan tachan tachan…..

Capítulo 26: Capitulo 26 Capítulo 28: Capitulo 28

 
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