miró como Bella corria escaleras arriba en dirección,a su habitación.Se rascó la cabeza y rememoró la conversación que había tenido con el tal Jacob Black.
-Soy Edward Cullen,tutor legal de Bella Swan.
.¿Como está ella?¿Esta ahí con usted?...Debo de hablar con ella,tengo que decirle que yo…que yo…
-Espero un momento.Vamos a empezar por el principio ¿si?.
-Sí,está bien,pero digáme Isabella se encuentra bien?.-la voz del sujeto era agonizante.
-Sí.ha llegado esta mañana.Ahora ha salido con mi hija.
Al otro lado del teléfono el hombre,respiró profundamente.
-Gracias a dios.
-Queria que me hablara de ella,tengo entendido que ha causado varios problemas en el colegio,debido al carácter rebelde que tiene.
-¿Me esta hablando de Isabella Swan,señor?
-Sí,claro.¿De quien si no?
-Isabella no es rebelde.Nunca lo ha sido.Ha estado marginada.Nunca la vieron como a una más.Pronto surgió el rumor que ella no era como las otras,y eso con el tiempo se afianzó.La tenían como una apestada.Pero , no se amedrentaba con nada y lograba superar todos los altibajos de la soledad en aquel colegio purista…St.James,alberga en esas cuatro paredes,más putitas que en todo el bajo Londinense.Ella solo se enamoró de mí y lo plasmó en una serie de cuartillas.No se le puede reprochar,nada.Es una adolescente,enamorada y apasionada.Se lo aseguro.
Aquel material llegó a mis manos y lo leí,embrujado por sus letras.Me hizo plantearme seriamente mi vocación.Habia tanta pasión y tanto entusiasmo en aquello que, juro por dios que casi,me tienta.Pero una noche,alguien dio el chivatazo,supongo que seria la misma persona que hizo que llegara a mi el manuscrito y me lo quitaron.
Me obligaron a obviarla,hasta que un dia decidí,ir a ver al arzobispo y hacerle saber de mi decisión.
-¿Qué decisión,Padre Jacob?
-Ya no soy,padre,señor Cullen,soy un hombre,simplemente,un hombre.
-No me diga,que ha sido por los escritos de una niña de 17 años.No me haga reir.
-Señor Cullen,la ardiente pasión que hay debajo de ese frágil cuerpo,quema de una manera tal,que es muy difícil de describirlo.Esa chica es un portento,redactando.Se lo aseguro.Moveria masas.Sus palabras son ordenes para el subconsciente….yo..
-Gracias,señor Black.
-¿Puedo ir a verla? Me haría ese gran favor.Hace mas de una semana que no la veo.Cuando marché,negaron mi partida,dicendo que estaba enfermo…por favor Señor,Cullen.Quiero hablar con Isabella.
-Bella.
-¿Mmm.perdon?
-Es Bella y si, puede venir a verla.
Ensimismado recordando la conversación telefónica.No se dio cuenta que había llegado en Emmet y le estaba hablando.
-Ehh.oye,Edward¿Te has quedado catatónico,o que?
Edward lo miró y se levantó de la silla incomodo.
-Mira lo que te traigo,jejejejeje,He leído la primera pagina y tio…no me he hecho una paja de milagro.
Edward,le quitó el bulto que llevaba Emmet,en las manos y lo aferró en sus manos.
-Eres un cerdo.Me gustaría que te oyera Rosalie.
-Habló,quien pudo…-Emmet,se rascó la nariz y lo miró en serio.-No,en serio,Edward ,la abadesa de St James,me ha pintado a la colegiala como el mismo demonio.
Él le dio la espalda.
-No creo en brujas.Todo son cuentos de puristas remilgados,que no quieren que salgan a relucir,las grietas de la iglesia.El tal Jacob,habla de Bella ,maravillas.¿A quien creo,Emmet?
Le voy a dar un voto de confianza,esa cria ya ha sufrido lo suficiente.Ademas hay algo en ella que me gusta.
Emmet abrió mucho los ojos y soltó una carcajada .
-¿Qué te gusta? ¿Cómo mujer?.-dio una palmada y se echó las manos a la cabeza.
-¡No digas tonterías!Gustar,de que me gusta como persona…joder Emmet,tienes la mente podrida.
Isabella Swan,se tiró en la cama y suspiró mientras se cogía las manos nerviosa y se las ponía en la cabeza,asimilando lo que aquel patan le había dicho.
Era maravilloso.Jacob.Ya no era prohibido para ella.
Sonrió con la cara sobre la almohada y sintió que la vida no le había podía dar un regalo mejor.
Ojalá,pudiera verlo y cumplir todas las fantasias,escritas en su libreto.
De repente se tensó.Las cuartillas….El diablo…¡mierda!.
Unos golpes en la puerta y la voz ronca de Edward le hicieron incorporarse de un salto
Le abrió la pueta y lo miró con los ojos entrecerrados.
-¿Qué quiere,Sr. Cullen?
-Tengo una cosa tuya.Esto…
Cuando Bella vió su carpeta,su cuerpo reaccionó de una manera violenta.Se arremolinaron miles de sensaciones y fueron todas a parar a su cara,formando así un único y exclusivo,color.
El rojo.Esta muerta de vergueza.
Le cogió a Edward la carpeta de las manos y se la puso de la espalda.
-Vaya…que interesante…veo que es muy importante para ti,eso.-haciendo un gesto con la cabeza sonrió.-Tranquila,no violaré tu intimidad.-¿Me dejas?.-le dijo pasando por el umbral de la puerta.
Ella asintió con la boca fruncida.
-Jacob,vendrá a visitarte,me lo pidió cuando estuve habl…
No lo dejó terminar,se colgó de su cuello y le dio un fuerte beso en la mejilla.
Miles de cosquilleos,envargaron a Edward,quien asombrado ante la reacción de su cuerpo y el beso de ella,la aferró mas fuerte contra su ÉL,logrando,tener percepción total de sus pechos exuberantes y reprimidos.Pudo ser un minuto,como horas.Embrujado como estaba de aquel contacto,hasta que ella se separó.Le sonrió abiertamente.
-Gracias,Edward.Te lo agradezco de veras.-
Él, violento y nervioso,no le pudo sostener la mirada y le susurró un “gracias”,largándose flechado a su habitación,para intentar descubrir que tipo de sensación había sentido con aquella chiquilla.Nunca había sentido aquello y no lo podía sentir por ella.No.no podía ser,no la podía desear de aquella manera.Era una locura…¡Dios mio,no!
A partir de aquel dia,Bella,se hizo a la vida de aquella casa,como a sus habitantes.A las visitas de Emmet,a las locuras de Alice y al temperamento inestable del señor de la casa. Edward Cullen.
Alice y ella habían quedado en hacer una fiesta de pijamas en casa de una amiga de ésta.Victoria.Todo estaba preparado para ir cuando,Bella comenzó a sentirse mal y decidió que no podía ir,les amargaría la fiesta.Sin contar con las pocas ganas que tenia Bella, de salir de la cama.
Edward no estaba en casa.Sólo se encontraba Sam y la chica del servicio.
Una sed terrible la atenazó y bajó a la cocina a por un vaso de agua.Pensó en ver un rato la tele y antes de que llegara a sentarse en el esplendido sofá de piel, oyó unas voces,acompañadas de risas y jadeos.Miró hacia los lados y se bajó del sofá reptando hasta las sillas de la enorme mesa de mármol del comedor, allí se escondió entre ellas, y vió que era Edward, con una esplendida mujer,a la que no paraba de besar y acariciar por todas las partes de su cuerpo.
La apoyó contra la pared, se quitó los pantalones y la embistió ferozmente.Bella se tapó la boca,jadeante.Nunca,ni en su ardiente imaginación,podía pensar que aquel acto podía concebirse con tanta ferocidad.Su corazón palpitaba más de lo que podía aguantar.Sus manos temblaban,pero no les podía quitar la vista de encima.Con los ojos llorosos.Admiró los cuerpos de los dos amantes.Se quedó ensimismada con el cuerpo del hombre.Su enorme pene,logró tenerla ausente de los jadeos durante unos instantes.Brillante y sedoso,entraba en el cuerpo de la chica en una sensual melodía,con los mejores instrumentos.Sus cuerpos.
Empezó a sentirse húmeda,los pechos se le hincharon y la saliva empezó darle problemas para poder tragarla.Se le resbaló el vaso de la mano,debido al sudor y un fuerte estruendo,hizo que Edward mirara,justamente donde se hallaba ella.Con la cabeza pegada al cabello de la mujer y la frente perlada en sudor,sus ojos de diablo,se posaron el los cálidos ojos de Bella.Al encontrarse con las miradas,Bella suspiró de alivio,interiormente.Aquello pararía ya.Al verla allí escondida.
Pero no fue así.Él siguió enbistiendola,con la mirada perdida en los ojos de Isabella,quien miraba horrorizada,el acto.
Por el contrario Edward Cullen,cuando la vió,al margen de sorpresa inicial.Pensó que no había caso parar aquello,estaba locamente excitado y aun lo estaría mas,si en el momento de penetrar a aquella mujer,mirara,a los bellos ojos de Isabella.Ya pensaría después lo que decir o hacer.Ella ,espectadora de áquella sinfonía de jadeos y susurros, vió como el hombre rugia de placer y giraba levemente su cara para encontrarse con su mirada.Ella comenzó a llorar,no sabia si de rabia,vergüenza o qué.Aquello era denigrante.
Los susurros y confidencias de los dos amantes fueron breves y enigmáticos para ella.Vió como se alejaban y se levantó rápidamente para poder llegar a su habitación sin ser descubierta.Se tropezó con un peldaño de la puerta y cuando ya estaba pensando,qué iba a hacer con una nariz rota.Unos brazos poderosos la alcanzaron.
Lo miró atónita e hizo una mueca de asco,soltándose del agarre del hombre.
.Dejeme.
-¿Otra vez con el “usted”,Isabella?.Pensé que eso lo teníamos superado.-le dijo apoyándose en la baranda de la escalera.
-Me da asco.-Ella se giró, altanera y siguió subiendo los peldaños de aquella colosal escalera.
Edward Cullen suspiró resignado y la siguió.
-Supongo que no te lo imaginabas asi ¿no?
-¿Pero que..que poca veguenza tiene?¿Como se atreve?.-le dijo volviéndose,frente a él.
-La verdad.es que la vergüenza,nos reprime,de muchas cosas que,debíamos hacer.-Se acercó más,hacia ella,quedado a la misma altura de sus abundantes pechos.-Isabella.¿No has imaginado hacer lo que has visto,nunca ,con tu padrecito,Jacob Black..¿Eh?
Bella se quedó sin respiración,aquel demonio,la tentaba a imaginarse a ella y a Jake,haciendo lo que acababa de hacer Edward,con la mujer aquella.
Se mordió el labio inquieta y se pasó la mano por la frente.
-Si,lo he pensado o,no.Nos es su problema.-le dijo altanera.
-Sí,claro que es mi problema,vives en mi casa.No permitiré que hagas nada inmoral,mientras vivas,aquí.¿Entiendes,Isabella?
-No se preocupe,mi estancia aquí,va a ser muy breve.Cuando cumpla los 18,me iré y dejaré esta casa,ya lo estoy deseando….-alzó la voz iracuanda
-¿Y Alice? .-le peguntó serio.
-Es la única persona que voy echar de menos.Se lo aseguro.
-¿A mi no?.-dijo entre dientes.
-Por supuesto que no.Usted es mi pesadilla personal.- y se giró,terminado de subir las escaleras.
Edward se la quedó mirando hipnotizado.Un pensamiento incontrolable pasó por su cabeza.pero negó a su monstruo,interior.Él le pedia que fuera detrás de ella y la estrechara muy fuerte entre sus brazos y la besara como una fiera,lo deseaba tanto,que le daba miedo.
Tenia que pedir cita con el psicólogo,lo necesitaba con urgencia.
Se tocó el paquete y lo presionó.”Ya has tenido tu ración por esta noche,amiguita”
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