EL CISNE NEGRO
CAPITULO 29
-¿Qué ocurre, Leah?.
Bella se habia levantado de la cama con un mal presentimiento. Algo en su interior clamaba, a gritos que la caja de Pandora iba a ser abierta y ver a Leah, paseándose de un lado a otro de la estancia; corroboró aquellas sospechas.
Su amiga la miró con un dedo en su boca; intranquila.
-Eric,ha llamado Bella. Creo que lo sabe todo. Viene a pedirte en matrimonio. Ese hombre quiere darte la estabilidad que tienes…
Bella se pasó una mano por la maraña de cabellos y se sentó cabizbaja en uno de los sillones que tenia en el enorme salón de su casa.
-Sabiamos que esto podia pasar.- susurró, mirando el suelo.
- ¿Qué le vas a contestar?
Leah caminó hacia ella y le cogió una de sus manos; que temblaban.
-Leah.- Bella miró a su amiga a los ojos.- Estoy cansada de jugar al gato y al raton. He vivido todos estos años; en una mentira. Eric es un hombre bueno. Pero no es el hombre que amo. Tú lo sabes bien.
-¡Maldita seas, Isabella Swan! ¿Me vas a decir ahora que quieres estar con Edward? ¿Con el hombre que te echó de su casa? ¿Con el hombre que prácticamente te violó? ¿Con el hombre que te ha desnaturalizado ante tu hijos?
Bella se tensó y apartó con crueldad la mano que apretaba Leah.
-No metas a los niños en esto.
-¿Qué no los meta? .- farfulló Leah entre dientes.
-Voy a durcharme. Necesito estar arreglada para cuando venga Eric. Leah; por favor; dejame sola ahora. Debo de pensar, fríamente que es lo voy a hacer con mi vida…
Leah escrutó a su amiga con la mirada y suspiró.
-¿Te vas a quitar la mascara de una puta vez?.- le preguntó llena de ira.
-Estoy deseándolo. Quiero ser libre de nuevo. Es demasiado el peso que llevo sobre los hombros. Como te he dicho muchas veces; quiero volver a ser Bella Swan y tener una vida normal. Poder mirar a mis enemigos con el rostro descubierto.
-¿Y quien se suponen que son tus enemigos? ¿Edward Cullen? ¿Ese hombre con el que te estas acostando? ¿Crees que no lo sé? Despues de soltarle a Eleazar que ya no querías acostarte con ningún hombre mas que no fuera de tu agrado……Y cuando apareció él; todo se fue al garete….
-No lo entienes; Leah.
-Si. Entiendo perfectamente. Sigues enamorada de él. Y todo ese odio que dices tenerle es mentira. Es un velo que no te deja ver tus verdaderos sentimientos.
-Voy a ducharme; Leah. Dejame respirar. Por favor. Por la amistad que nos une. Debo de pensar.
Leah recogió su abrigo; sin mirar a Bella. Caminó hacia la puerta, la abrió y dio un fuerte portazo sin mirarla.
Bella emitió un jadeo y se llevó la mano a la boca . Comenzaron a formarse lagrimas en sus ojos y corrió hacia el baño para arrancarse el camisón, dejándolo hecho trizas.
Abrió el grifo del agua y se metió en la ducha.
Imágenes muy vividas de la noche anterior; le ofuscaron el pensamiento.
Las lagrimas se perdieron con el agua de la ducha que caia por su rostro y comenzó a lloriquear como una niña, muerta de miedo. Amaba a Edward y volver a verlo y haber hecho el amor con él, habia corroborado aquel sentimiento velado que ella no quería que saliese a la superficie. Seguia enamorada de él, lo amaba y no se sentía con fuerzas de utilizar a los niños como habia planeado desde un principio; para amargarle la existencia.
Aquel ser que habia trazado aquel plan. Ya no era ella. Aquel ser estaba cegado por el odio, que no difería mucho del amor que le procesaba.
Edward…
Edward…
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Edward Cullen, habia dejado a su mujer allí tirada en la habitación del hotel y habia cogido el volvo, preso de la locura. Desquiciado.
Conducia por las calles de Londres a una velocidad no permitida y las llamadas insistentes de Alice; no lo dejaban concentrarse en todos los pensamientos que se agolpaban en su cerebro.
El trayecto hacia la casa de Bella se hacia interminable y sus manos nerviosas, agarraban el volante con inseguridad.
Aún podia escuchar la risa maquiavelica de Jessica al marcharse del hotel como un loco.
Isabella Swan y el Cisne negro…..
Todo habia caído sobre su propio peso y él habia sido un imbécil.
De repente recordó los manuscritos de la chica, aquellos que le habia entregado el mismo dia de la fiesta…la misma noche del incidente con Alice. El mismo dia que la forzó.
Habia sido tan iluso. Habia tenido la verdad en sus narices todo este tiempo y no habia sabido verla.
Estaba eufórico; pero también estaba muy cabreado. Bella habia estado prostituyéndose por su culpa…habia vendido su cuerpo… Una y mil veces se maldijo por ser tan inhumano y casi rezó para no llegar a su casa sin estamparse contra un maldito muro y poner fin a aquel sufrimiento al que estaba sometido.
Divisó la casa y dejó el coche apostado fuera del jardín.
Suspiró un par de veces pasándome las manos sobre el cabello nervioso.
No tenia ni idea de lo que iba a decirle.
Lo que sabia a ciencia cierta es que quería sacarla del prostíbulo y llevarla consigo. Le importaba un comino Jessica y todo el mundo. Solo estaban ella y él….y él la amaba tanto…recordó como le hizo el amor la noche en la que él creyó estar con el Cisne y apretó los puños tantos que los nudillos se volvieron blancos.
-Dios, mio.- susurró, antes de salir del coche.- Dame fuerzas. Porque me siento un maldito…
Salió del coche y caminó rápido hacia la puerta del a entrada.
Pulsó con un dedo el timbre de la puerta y esperó.
Al ver que nadie abria; comenzó a dar fuertes puñetazos a las puertas y a gritar .
-¡Bella! ¡Abreme la puerta!.- Apoyó la frente en la puerta; algo mareado y oyó la cerradura que se abría.
La contempló serenamente. Con el cabello mojado, aquella minúscula bata que la cubria y aquel rostro enrojecido por la inminete ducha que se habia estado dando.
-Edward….
Él empujó puerta y ella caminó hacia atrás algo asustada.
De un fuerte empellón, el hombre cerró la puerta tras de si y caminó hacia ella enloquecido por la pasión de sus curvas y saberla suya en todos los aspectos.
-He venido por ti.- siseó sin dejar de mirarla.- Lo sé todo.
Bella se llevó una mano a la boca y sus ojos se volvieron vidriosos de repente.
-No entiendo…- susurró, sin dejar de mirarlo.
-Bella.- se acercó mas a ella; casi rozandola.- Por favor…perdóname…te amo; te amo tanto…y me siento un maldito por haber hecho de tu vida un infierno…
Bella se tensó aún mas y cerró los ojos; escapando de sus ojos dos gruesas lagrimas.
-Por favor…. Edward…vete…
-No… - tímidamente, pasó una mano por la lazada de la batita de raso minúscula que la tapaba.- He sido un imbécil..siempre has sido tú..mientras que amaba al Cisne Negro; pensaba que eras tú a quien amaba. ¿No lo entiendes? Me imaginaba que era tu cuerpo al que besaba y tú me correspondías..y pensar que siempre has sido tú, mi amor…..eres mi locura; Bella…estoy ardientemente enamorado de ti. Siempre lo estuve, desde el primer dia que te ví, con aquel extraño atuendo de colegiala algo menudo para tu cuerpo de diosa…Bella….¿Podras perdonarme alguna vez?
La voz de Edward; se habia vuelto un susurro sensual, una firme promesa gutural de ardor y sensualidad.
Bella notó como su cuerpo reaccionaba a aquellas palabras y se maldijo interiormente por ser tan débil frente a aquel hombre.
-He vivido una maldita pesadilla por tu culpa.- espetó ella, intentando sonar lo mas indiferente posible; mientras notaba los dedos de él deshaciendo la lazada de la bata.
-Necesito que me digas que eres el Cisne, Bella, necesito que me lo confirmes. Si no me voy a volver loco..
-¿ Porque?.- preguntó ella dejando escapar un gemido de sus labios. Edward ya habia llegado a su vientre y tocaba con la yema de sus dedos las costillas como si fueran las plumas de un angel.
-Diras que soy un maniaco. Pero necesito saber, que me lo digas …
-Si ,Edward. Yo soy el Cisne Negro.- Bella alzó levemente la barbilla y lo miró a los ojos. Aquellos ojos que dejaban a la altura del betun todas sus futuras hazañas belicas , contra aquel hombre que le hacia volver a sentirse viva. El mismo hombre que la mató, interiormente.
A Edward se le paró un momento el corazón; ante las palabras de aquella mujer que inundaba sus sueños y sus anhelos . Dejó escapar un gemido de fustracion y suavemente sus manos viajaron hacia sus pechos . Cerró los ojos fuertemente y se mordió un labio, victima de la excitación. Abrió completamente la bata y dejó que se deslizara por los hombros de Bella; para asi poder contemplarla abiertamente.
Suspiró victima de todos sus anhelos y recorrió con la mirada todo el cuerpo desnudo de ella.
De repente ; algo en su cuerpo se tensó. Como un interruptor dentro de su cabeza.
Una cicatriz lo bastante grande para que no pasara desapercibida, hizo que su ceño se frunciera . Un poco mas arriba de su pubis, habia una delgada línea…algo parecido a lo que tenia Angela cuando le tuvieron que sacar a Alice por medio de una cesarea.
Recorrió esta líneas con sus dedos y se agachó, besando la cicatriz; algo confundido .
Bella se sintió acorralada. ¿Sabria Edward lo que significaba aquella cicatriz, que el tiempo habia coloreado de un marron claro; pero que era fácilmente destacable en su piel marfileña.
Edward se irguió, para mirarla profundamente a los ojos y se aproximó a ella con miedo. Temia ser rechazado.
Sus alientos se entremezclaban el uno con el otro y el gemido de él, al sentir los duros pezones de ella como rozaban su pecho; lo llevaron al abismo.
Estampó sus labios en los de ella, profundizando tanto a como diera lugar y la abrazó sintiendo su cuerpo desnudo contra el suyo.
Aquello era una dulce locura de la que no quería salir. Tenerla allí, en sus brazos. Sitiendo que correspondía a sus besos y caricias, era extenuante ; incluso para un hombre como él.
Separaron sus rostros para mirarse a los ojos; con el brillo ardoroso del deseo en sus pupilas.
-Te he echado tanto de menos preciosa.- le susurró despidiendo el aroma embriagador de su aliento.
-Edward….
Bella no podia controlar su cuerpo. Aquel hombre conocía su cuerpo a la perfeccion. Sus manos expertas vagaban por sus aureolas, por su vientre, por su sexo; con la confianza del gran amate que era y a ella le apresaba el deseo ardiente de ser parte de él..
Edward la cogió en brazos y la llevó hacia el sofá; tendiéndola y sin dejar de mirarla a los ojos se fue despojando de sus ropas poco a poco.
Los ojos de Bella no perdían detalle del fantástico cuerpo de su Adonis. Contemplarlo a la luz del dia era todo un festin, y ver su duro miembro viril, preparado para llenarla, la hacia empaparse mas de sus flujos,y jadear lujuriosa.
Se posicinó encima de ella con cuidado y la beso con un punto de fiereza y ternura; pasando sus labios por todos los angulos de su presioso rostro.
-Espero que esto no sea un sueño….¿sabes que sueño contigo? Te hago el amor en mis sueños..Bella.- los susurros amortiguados por sus besos; hincharon el corazón de Bella de amor.
Rió brevemente y le sostuvo la cara entre sus pequeñas manos.
-Lo que ocurrió anoche no fue un sueño, Edward. Fue real. Hicimos el amor…
Edward la miró unos segundos; perdiéndose en el matiz de sus ojos castaños y suspiró de nuevo, decidido a aclarar todas las preguntas que se formaban en su mente, después de haberla hecho suya.
Volvió a besarla, mordiendo cuidadosamente su labio inferior y recorriendo con su lengua su cuello y su escote.
Ayudado por sus manos, comenzó a juguetear con sus pezones que, duros y perturbadores, clamaban por ser asistidos de caricias por parte de él. Los pellizcó con ternura, haciendo que saliesen de los labios de ella, gemidos entre cortados y poseyó con su boca uno de ellos, sintiendo la dulzura de su textura en su boca.
Creyó morir de placer. Admiraba el placer del rostro de ella; haciendo que su miembro diera tirones. Si Bella continuaba gimiendo asi. Él no llegaría a penetrarla, se moriría de placer mucho antes.
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Continuará…..
Uffff…No me maten ok???
Si no no podré seguir escribiendo el próximo capitulo, ejjejejje…
Bueno…a ver…el Cisne está dando ya sus coletazos finales; aunque todavía hay sorpresas ok?
Al fice le quedan alrededor de unos 5 o 6 capitulos; con epilogo incluido.
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