Capitulo Undécimo.
Alice Cullen, había salido de la cocina, al oir los gritos desesperados de Bella; pero no pudo hacer otra cosa que mantenerse al margen al ver a su padre entregarse de aquélla manera a su amiga. La consolaba de una manera tan tierna y diferente a como lo había visto otras veces; estaba completamente entregado a ella. Como la acariciaba y consolaba.
Habia algo diferente en él, algo que ni el mismo sabia lo que era. Se había enamorado de ella. Alice lo sabia, esa misma mirada, la tenia ella cuando pensaba en Jasper.
Casi no respiraba,escondida detrás de la puerta. Cuando cesó el amargo llanto de Bella, suspiró lentamente, era hora de salir; dio un último vistazo y lo que lo vió no le causó sorpresa ninguna. Su padre estaba besando a Bella, ella ausente, con los ojos cerrados no forcejeaba en el beso. Puede que estuviese dormida ; si seguro que era eso. No habría tardado nada en darle un fuerte empujón y decirle que era un depravado.
Sin pestañerar, vió como la cogía en brazos y subia las escaleras, debía llevarla a tenderla en su cama.
Salió de su escondite y corrió hacia el sofá. Cogió unos de los cojines y lo apretó contra ella con inmesa felicidad. Al fin su padre había encontrado lo que hacia tanto tiempo iba buscando, la luz en aquel túnel lleno de mujeres sin rostro; La pequeña Alice se sintió tan dichosa que no reprimió un sollozo de felicidad. ¡Bendito Charles Swan y la promesa hecha por su padre!
Edward descalzó a Bella y la sumergió en aquel colchón blando, le acarició la frente y la miró por unos breves segundos más. Habia sido un gilipollas en rendirse a sus encantos innatos. ¿Y si alguien lo hubiera visto ¿¿ Qué podrían haber pensado?.
Al dar la vuelta y dirigirse a la puerta, una gran carpeta llamó su atención. Eran los documentos de Bella ; tuvo una necesidad imperiosa por cogerlos y llevárselos a su cuarto y devorar aquellas letras como si se le fuera la vida en ello. Pero lo pensó más fríamente. Aquellos deseos tenían nombre y apellido y le harian más daño que otra cosa. ¿Daño? Espera un momento… No podía ser, no…joder…no ,ella no…
Salió de allí caminando rápidamente hacia su habitación. Deseperado ante su nuevo descubrimiento; llamó a Emmet.
-Edward ¿Eres tú?- dijo la voz, al otro lado de la vía telefónica.
-Sí. Necesito, que vengais esta noche a casa. Quiero celebrar…
-¿Celebrar? Lo siento amigo, se me ha pasado algo ¿cumpleaños? ¿ Algun evento especial? Ya sabes que soy malísimo para eso. Rosalie todavía me ha de recordar su cumpleaños una semana antes..
Edward se sentó en su cama y acarició con sus fuertes dedos, la colcha. Era del mismo tejido que la que envolvía a Bella.
-No. Nada especial, no quiero estar solo con las chicas, y no me preguntes que me pasa…Emmet. ..
-Tranquilo amigo…aunque lo intuyo, la culpa la tiene ¿ una chica con el cabello color caoba y unos hipnotizantes ojos cafes?
-Bingo.- dijo Edward cansado.
-Te veo mal, chaval, muy mal. ..
-Vale, dejalo…Tambien te llamo para que Rosalie me busque el número de teléfono de la compañera aquella de facultad que me presentó hace dos semanas. Quiero volver a verla,no me fue nada mal con ella y la verdad me gustaría repetir; creo que a ella no le importará.
-Vaya, un clavo saca otro clavo.Si quieres Rosalie mismo la llamará.Estará encantada estoy seguro,Lauren Mallory,ajjajjajajaj.
- Ya basta Emmet, si Lauren Mallory. Que venga ella misma a casa, si lo le importa, ella ya sabe donde encontrarla.
-Aja. Muy bien Edward, no te preocupes, así se lo diré a Rosalie, aunque no sé si le hará mucha gracias, ella cree que estas con Tanya, ya sabes ellas son amigas…
-Lo de Tanya se ha de acabar; no sé como lo voy a hacer pero debo hacerlo, ya te contaré. Angela me ha amenazado que si no la dejo me va a quitar a Alice.
Se hizo un mutismo al otro lado de la línea.
-¿Emmet?
-Sí, Edward, es que me has dejado sin palabras, amigo eso si que no lo esperaba, aunque era de preveer. Supongo que ella no querrá que juegues con su hermana, sabe positivamente que no la valoras lo suficiente para hacer formal vuestro…lo que sea.
-Llama a Mallory ¿si?
-Claro, Edward. Luego nos vemos ¿sobre que hora?
-A las ocho es buena hora. Lo tendré todo dispuesto.
-Muy bien. Allí estaremos.
Edward colgó el teléfono y se estiró en la cama, cerró muy fuerte los ojos y pensó en ella,en Bella, y un gemido de deseo lo recorrió por completo.
Alice, le tocaba la cara a Bella como si fueran mariposas,suavemente.
-Bella..amiga ¿estas bien?.- susurraba en su oído.
Ella se deseperezó y abrió mucho los ojos, ¿Cómo había llegado allí? Lo ultimo que recordaba , era estar en los brazos de Edward, en como la consolaba.
-Sí…bueno, no sé. Ay Alice…Jacob, se marcha…- la dura realidad impactó en ella como un balde de agua fría.
Alice, intentó que su alegría interior no fuera vista por su amiga y la abrazó fuertemente.
-Tranquila, Bella, lo que ha de ser, será. No pienses en nada.
Bella se apartó un poco de ella y la miró a los ojos.
-Pero es que , ahora que todo parecía tan bonito, Alice. Todo era perfecto; incluso con tu padre.
Ella le sonrió y la invitó a seguir hablando.
-Me equivoqué con tu padre, Alice, es un gran hombre.
-Eso ya lo sé, Bella. Pero mira, para que veas que quiere subirte un poco los ánimos , va a dar una cena esta noche. Y me ha dicho que llames a Jake, va a venir Rosalie y Emmet.
Bella sonrió y un ligero rubor le inundó las mejillas.
-No sé como agradecérselo.
-Diselo. Pero antes arréglate un poquito,preciosa. Debes estar impresionate, para esta noche, Jake tiene que ver lo que se pierde si se marcha. ¿Qué te parece?
Bella pensó rápidamente en Jasper Hale, y en las posibilidades que había, que se sumara al acto. Pensó en decírselo a Edward,tapando los sentimientos de Alice, por supuesto.
-Esta bien, pero sólo si tú te pones tan estupenda como yo .
Ambas se cogieron las manos y se carcajearon.
Tardaron un par de horas en arreglarse. Bella cogió el teléfono para hablar con Jake, pero su mobil no tenia cobertura o estaba no operativo. Intentó no pensar en ello y buscar a Edward para preguntarle si iria Jasper Hale y si no había sido invitado; que lo fuera inmediatamente.
Alice, miraba divertida a su amiga. Aquella blusa azul,levemente ceñida a su cuerpo, le hacia verse sexy y femenina, los jeans ajustados y aquellas botas de caña, harian estragos en la mente de su padre. Se rió con más ganas.
-¿De que te ries, pequeña duende?- le inquirió Bella con una ceja levantada.
-Estas muy bonita,Bella.
Ella miró a Alice y puso los ojos en blanco,si se podía hablar de hermosura,allí estaba aquella ricura de princesita,con aquel vestido color marfil de palabra de honor con breves detellos plateados.
-¿Tú te has mirado, Alice? Estas preciosa. Un toque de labios…umhhh…ya está.- le dijo aplicándole brillo en estos.
Ambas bajaron de la mano las escaleras al salón.
Bella se despegó de ella y buscó a Edward con la mirada.
-Voy a darle las gracias a tu padre, Alice. ¿Dónde estará?
Alice se puso un dedo en la barbilla con gesto pensativo.
-Seguro que está en su despacho,
ves allá.
Alice la empujó en dirección al pasillo que comunicaba con aquella habitación y Bella al sentirse frente a la puerta, empezó a notar como le sudaban las manos y el corazón le galopaba incasable en su pecho.
Tocó en la puerta y la voz de él , le dio permiso para entrar.
Allí estaba , sentado en su escritorio, con la camisa totalmente abierta y con un aire cansado en su rostro. Cuando se encontró con la mirada de Bella dejó el cigarrillo en el cenicero, nervioso y se levantó, haciéndose daño en los músculos de los muslos al levantarse y darse con la mesa.
-¿Bella?.- preguntó nervioso.
Ella no pude quitarle la vista de encima, el pantalón, levemente bajo , dejaba al descubierto la endidura de sus caderas, el triángulo maldito de su masculinidad y se sintió ligermamente mareada ante tal visión. Respiró entre cortadamente y subió su mirada hacia su pecho, su cuello. Su rostro…sus ojos. ¡No se podía estar tan bueno, joder!
-Si..ehmm…-Sintió que le faltaba la voz, aunque no se reconoció el sonido que salió de sus cuerdas vocales,era mas ronco, más femenino de más mujer.- Vengo a darte las gracias, Edward.- le dijo por fin,se sintió perderse en su mirada y se le olvidé parpadear.- Me ha dicho Alice que has preparado una cena, para que me olvide de todo un poco; la verdad, no tengo palabras de agradecimiento.
Él aún estaba sobreponiéndose a su espectacular entrada, si normalmente estaba deseable, en ese momento estaba haciendo estragos en su cuerpo. La sangre le hervía y se canalizaba en un punto fijo de su anatomía masculina. Tenso y con la mano derecha apretando el borde de la mesa del escritorio, escuchaba sus palabras, sin dejar un minuto de mirar sus sonrosada boca.
-No te equivoques, Bella, cariño, no lo he hecho por ti.- le dijo intentado hacerse el indiferente, pasándose una mano por su pelo .- Me apetecía, ver a Emmet y a Rosalie. Aunque si te he de ser sincero, luego pensé que todo esto te haría muy bien. Ya me dí cuenta que congeniaste excelente con Rose… Va a traer a una amiga; espero que no te importune, es la misma chica, con la que me viste haciendo…
Un nuevo sentimiento poseyó a Bella, se sentía completamente ridícula ¿porqué Alice le había dicho que lo había hecho por ella? Mierda, mierda, mierda, ¡que manera de hacer el ridículo! Y eso sin pensar en el sentimiento aún más poderoso que la embargó; empezó a sentirse pequeña y vulnerable, al recordar como “ confraternizaban” , Edward y aquella chica en el salón de aquella casa. La vería de nuevo y lo que era aún peor, Edward y ella se verían otra vez como lo habían hecho aquella noche y aquello la sorprendió aún mas, se sentía celosa. Sí, celosa y tremendamente cabreada. Tragó fuerte la saliva envenenada que le salía de su boca y le escupió palabras para soliviantar de alguna manera aquella herida que se había abierto en su pecho.
-Ya. No. No me importa, no te preocupes.- sonrió sarcástica.- Esto.. Edward.- Le sonrió provocadora, acercándose más al escritorio y inclinadose un poco hacia él.- Mira, ¿ va a venir Jasper Hale?
Él frunció el ceño y apretó la mandibula.
-Que yo sepa no; no lo he invitado, tampoco sé si sigue en casa de Emmet.- Le dijo serio.
-Querria divertirme y dudo que Jake, venga ya. No lo encuentro disponible. Seria muy halagador que me hicieras el favor de invitar a Jasper. Te lo agradecería de veras.
El cuerpo de Edward, se tensó más si eso era posible, un poco más y estallaría en pedazos. ¿cómo era posible? ¿Ahora a falta de Jake se consolaría con Jasper? ¿Pero qué clase de persona era Bella Swan?. Torció la boca en una mueca de disgusto.
Caminó hacia ella, rodeando el escritorio y quedándose a pocos centímetros de ella, casi podía masticar el aroma de su cuerpo.
-Si Jasper Hale, viene a cenar ¿Te hará sentir feliz?.- le dijo fundiéndola con la mirada.
-Sí.- le dijo ella mirándole la boca extasiada.
Se apartó de ella, embrujado y le dio la espalda.
-Sí es así .Diré a Rosalie que venga con él.
Ella rebuscó la mejor de su sonrisas y se la ofreció. Salió de allí con gesto erguido hasta transpasar el umbral de su puerta, para una vez en el pasillo, correr hacia el lavabo y comenzar a llorar amargamente.
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