“Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad.”

Ninon de Lenclos

Capítulo XII

Acosados

Había pasado una hora y ya todos empezaban a desesperarse, los únicos que parecían disfrutar de aquel tormentoso vuelo eran los chicos. A cada minuto el espacio se sentía más reducido si bien cada uno iba cómodamente sentado, no se podía dejar de lado que el olor de ambas especies se mezclaba en  el aire como en una incesante pelea por dominar el ambiente, haciéndose cada vez más penetrante - ¡APESTA! – espetó Paul mirando a los Cullen como si fueran una bolsa de basura putrefacta, la respuesta no se hizo esperar – Tienes razón – contestó serenamente Jasper mirando por la ventana para después girarse a verle – Te aseguro que si cierras la boca, mágicamente el olor desaparecerá – continuó, mostrando una sonrisa de lo más burlona, realmente Jasper no estaba de humor para esto, se preguntaba cual era su destino, no le agradaba en lo absoluto no saber a dónde se dirigían, aquello lo fastidiaba enormemente, su naturaleza era controladora y el desconocer su destino o lo que les deparaba sencillamente lo desesperaba. La reacción por parte de la manada no se hizo esperar, entre Jared y Embry tuvieron que sostener a Paul para que no se abalanzara sobre Jasper – chicos, calma – dijo Carlisle levantándose e interponiéndose entre los chicos de la manada y sus hijos – Jasper – lo miró severamente – creo que le debes una disculpa – agregó Carlisle seriamente.

Jasper se limitó a mirar por la ventana sin siquiera voltear a ver a Carlisle mientras éste le hablaba – lo siento – dijo Jasper con una serenidad suprema – supongo que el viaje se ha vuelto tedioso – continuó esta vez mirando directamente a Paul y pensando algo como “apestoso perro mojado” o “¡eso es! sujétenlo, como el sarnoso perro que es”, “espero que a donde vayamos no admitan animales ¡imbécil!”, Edward no pudo reprimir una sonrisa ante la cantidad de chistosos improperios que pensaba Jasper eso no hacía más que producirle una enorme satisfacción, se giro disimuladamente para verle y sonreírle como único cómplice de su repertorio no verbal; una vez que los chicos de la manada decidieron que no había peligros de una transformación finalmente soltaron a Paul, quien no dejaba de mirar recelosamente a Jasper y cruzando de vez en cuando su mirada con Edward. 

Todo había quedado en un incómodo silencio, pasaron aproximadamente 20 minutos cuando – al fin, hemos llegado – anuncio eufórico Emmett – haciendo que el piloto que iba al lado suyo se espantara.  Todos voltearon hacia las ventanillas para encontrarse con una ciudad demasiado conocida para algunos de los presentes – pellízcame y dime que no es un sueño – le decía Eric a Ben quien aún no salía de su asombro.  Aquel lugar era un sueño para los cuatro humanos que se apretujaban en la ventanilla buscando tener una mejor vista…estaban en la ciudad que nunca duerme.

El helicóptero empezó a descender lentamente en la azotea de lo que parecía un edificio abandonado, al fin después de un viaje tan incómodo, en más de un sentido bajaron todos, los chicos se asomaban en el borde, quedando fascinados con la preciosa vista que se levantaba a todo lo largo y ancho de aquellas avenidas, las decoraciones de los imponentes hoteles eran simplemente asombrosas dejando a cualquier visitante maravillado ante tan llamativa ciudad. Edward, hermano mío – gritó Emmett atrayendo la atención de todos – Bienvenido a las Vegas – continuó diciendo al tiempo que extendía los brazos en señal de bienvenida – la ciudad del pecado – grito eufórico Emmett con un brillo frenético en los ojos y una sonrisa pícaramente malévola, que no debía significar nada bueno.  Edward sonrió para sí mismo, frunció el seño y casi automáticamente se toco el puente de la nariz, señal de completo agobio, pensó en gritarle a su hermano por semejante ocurrencia pero sabía perfectamente que no serviría de nada, Emmett estaba dispuesto a llevar lo que sea que tuviese planeado a cabo con o sin el consentimiento de él.  Repentinamente apareció un joven por la puerta que daba acceso al edificio, sacando de su ensimismamiento a Edward - Bienvenidos a las Vegas – anunció sonriente aquel chico dirigiéndose a todos - ¿cuál de ustedes es el Sr Emmett? – preguntó el recién llegado – soy yo – dijo Emmett adelantándose en dirección al chico rubio  – eehh…soy el encargado – dijo tartamudeando ante la cercanía de Emmett, que sin duda debía estar produciéndole miles de señales de alerta en todo su cuerpo – soy Chris, ¿recuerda?, contrató un guía nocturno – dijo un poco cohibido ante la enorme figura que tenía delante – sí, sí, claro que me acuerdo – dijo Emmett en un tono solo audible para el chico al tiempo que le hacía señales para que bajara la voz.  Chris no era más alto que Jasper, podría tener si acaso unos 21 años, su facha lo delataba, los pantalones jeans rasgados, sus zapatillas converse y el suéter desgastado de los Beatles dejaba en evidencia su gusto aún juvenil, sus facciones podían aparentar más edad pero sus vivaces ojos azules le delataban su expresión todavía algo infantil.

Edward no pudo contener más su curiosidad cuando Emmett le señalo “discretamente” y quiso indagar ante el extraño secretismo que mantenía su hermano con aquel chico llamado Chris, pero le fue imposible – ¡hey chicos!, vamos la noche nos espera – dijo Emmett mientras les instaba a entrar al edificio.

Salieron del edificio para encontrarse con una imponente limusina blanca marca Hummer, si por fuera era impresionante por dentro simplemente no había palabras para describirla, luces de neón adornaban el equipo de sonido de fondo, sin decir de los asientos de cuero, cada detalle era impensable – vaya Chris, de eso hablaba – dijo Emmett dándole pequeños golpecitos en el hombro al chico  y adentrándose en el lujoso auto – ¡¡¡de lujo!!! – gritaron Eric y Tyler subiéndose rápidamente a la limusina, seguidos por Mike y Ben, el resto si bien antes estaban desconfiados ahora se sentían con aún más recelo, los chicos de la manada por el simple hecho de tener de compañía a vampiros y Edward, Jasper y Carlisle porque temían profundamente lo que les esperaba estando en manos de Emmett.

Por más que Edward intentaba averiguar un poco más, sencillamente no podía, Emmett se había dedicado a contar en reversa desde un millón y cada vez que perdía la cuenta empezaba de nuevo, una vez dentro se dio por vencido ante las perversidades de su hermano, quien empezó a imaginar una y mil travesuras que él y Rosalie sin duda realizarían dentro de aquella limusina.  Y el chico Chris tampoco le era de mucha ayuda, sus pensamientos eran puramente banales y codiciosos que no tenían en lo absoluto nada que ver con Emmett – Edward – llamo Carlisle atrayendo su atención, cuando el aludido levanto la vista se topo con todos mirándole, al parecer había estado tan sumergido en busca de respuestas que se había escapado de la realidad – si claro, Las Vegas Strip, es asombroso – contesto Edward lo más naturalmente posible después de que Jasper sonriéndole  le repitiera la pregunta mentalmente.

Se detuvieron delante de lo que parecía una tienda de ropas – Emmett, hubiese podido comprar ropa en Forks, no hacía falta venir hasta acá – dijo ásperamente Jasper pero sin perder su toque de sorda burla – Ja ja ja – contesto Emmett con evidente sarcasmo al tiempo que todos iban bajando de la limusina – haremos nuestra obra de caridad del día – continuo Emmett mirando directamente a Jacob y al resto de la manada – dar abrigo a los cachorros – concluyo en un susurro que solo Edward y Jasper que iban detrás de él pudieron oír.

Se encaminaron a la tienda, sin más comentarios ofensivos por parte de Emmett que ya se había ganado varios insultos mentales por parte de los lobos.  Entraron en la tienda,  las dos chicas encargadas del lugar no hacían otra cosa que suspirar y babear ante el desfile de hombres increíblemente atractivos que acababan de entrar por la puerta, encabezando la pasarela con Emmett, después Jasper y Edward, luego Jacob y toda su comitiva con torso descubierto y por último pero no menos deslumbrante un encantador Carlisle, los cinco humanos indudablemente pasaron desapercibidos ante la presencia de semejantes dioses griegos.

Después de probarse al menos cuatro piezas de ropa, principalmente a petición de las encargadas, cada chico quileute llevaba un conjunto de jeans con una camisa o un suéter además de un par de calzados – se las devolveremos, inmediatamente regresemos – acertó a decir Jacob con el total apoyo de su grupo – no es necesario, la culpa ha sido nuestra por ponerlos en esta situación – objeto Carlisle ante lo dicho por Jacob, Paul se disponía a protestar, pero Emmett interrumpió – apresurémonos, después discuten si se la quedan o no – continuo diciendo al tiempo que miraba insistentemente sobre su hombro – estás chicas, ya me ponen nervioso, quiero a Rose aquí – concluyo con un fingido puchero, por primera vez absolutamente todos estaban de acuerdo en algo… irse inmediatamente de aquel lugar era lo mejor para su salud física y para la salud mental de Edward y Jasper que no creían soportar ni un mínimo de lujuria más, si bien la escogencia de la ropa no había sido complicada, como típicos hombres las elecciones fueron rápidas, tomando lo primero que encontraban sin dudarlo, si Alice hubiese estado presente hubiese demorado al menos dos horas con cada uno y hubiesen visitado  como mínimo todas las tiendas de aquella manzana, pero la compra había tomado más tiempo de lo previsto por las acosadoras encargadas que en cada oportunidad no hacían más que provocar algún roce con todos. Su evidente falsa amabilidad quedo al descubierto por lo hacendosas que estaban con todos los de la manada, para abrocharles los botones, arreglarles el cuello y todo lo necesario para “discretamente” pasar sus manos por los fornidos brazos de los chicos.  Si Carlisle hubiese podido sonrojarse sin duda, hubiese ocurrido en el momento en que la mas bajita paso detrás e irónicamente sin querer le rozo con la mano la espalda de arriba a abajo y qué decir de Emmett quien había tomado la peor parte cuando “accidentalmente” la otra encargada había caído sobre él y casi podía jurar que sintió un pellizco en su trasero. Jasper y Edward simplemente se volvieron expertos en escape, y los cinco humanos fueron sencillamente ignorados.

Pagaron lo más rápido que las aprovechadas chicas se los permitieron y salieron disparados de la tienda – ¡UF! Qué alivio, salimos enteros de milagro – suspiro Emmett - ¡Listo!, vámonos - continuo dirigiéndose principalmente a Chris, éste le guiño un ojo y se dispuso a conducir la limusina a uno de los mejores hoteles de las Vegas.

Ya eran casi las once cuando la limusina se detuvo en un lujoso hotel;  el hotel The Mirage se erguía imponente entre los demás edificios del área, la entrada al igual que los alrededores se encontraba abarrotada, su espectáculo nocturno era uno de los más concurridos, la recreación de un imponente volcán justo al frente de las magistrales fuentes de agua, era un show digno de ver.  Justo cuando descendían de a poco del auto, se escucharon los aplausos y palabras de admiración de la multitud que se agolpaba en todo el lugar, una vez que la simulada erupción y los sincronizados chorros de agua habían terminado al unisonó, dando punto final al majestuoso acto que se realizaba todas las noches y como siempre atraía grandes cantidades de personas que se apretujaban hasta en las aceras del otro extremo de la calle, sin duda la principal atracción de todo el show era el sorteo de dos pases ganadores para entrar al área de entretenimiento del hotel, una de las mejores de todo el sector y que incluso había merecido reconocimiento mundial como un destino turístico imperdible, especialmente por lograr que las extravagantes celebraciones fueran imposibles de olvidar.

Una vez terminado el show y después de lograr evadir de forma magistral la atención mayoritariamente del género femenino, que no podía despegar la vista de los perfectos seres de tan pálida piel y del grupo de bronceados con tonificados músculos, pudieron entrar al tan afamado hotel…

Que tal mi gente pechocha...espero se encuentren bien...

Gracias a las que comentaron, me subieron los ánimos muchísimo...gracias también a los lectores fantasmas, porque a pesar de todo también se les quiere.

pero espero y confió en que esta vez haya más comentarios, así sea para decir Hey estuve por aquí o que sé yo, pero creanme que no hay mayor recompensa para los que escribimos fics que sus comentarios y votos...

Que les pareció el cap?...yo deseé ser una de las chicas de la tienda ¿y quién no?...jejeje..¬¬...

Bueno sin más que decir....solo que se les quiere un mundo.

Bsotes

PD: acuerdense de comentar y/o votar, si no me pueden votar bueno al menos un comentario no?, por mi parte prometo actualizar pronto...que tan pronto lo haga depende de ustedes...Cuidense.