Vigilada, perseguida, parecía toda una paranoica mirando a todos lados, pero es que desde ya hace varios meses atrás, me sentía extremadamente perseguida, a ninguna parte que fuera podía quitarme esta extraña sensación de que alguien me miraba mientras yo hacía mis cosas.

¿Acaso alguien me estaba espiando? Podía ser tonto pensar eso, podrían decir que me sentía la muy importante y que sentía que todos me miraban, pero así sentía ahora, que cada una de las personas que estaban al rededor mío, me miraban, viendo cada paso que daba, que decía, que compraba, con quien compartía mí tiempo.

-¿De nuevo la paranoica hermanita? - deje de mirar a todos lados, para concentrarme en las dos personas que estaban delante de mí. Mi hermana Alice que era un año menor que yo, yo apenas pasaba por los 22 años y ella por supuesto los 21, ella era todo un caso, una loca, era ocurrente, pero fuera de eso, amaba a mi hermana con todo mi corazón y otra persona que amaba tanto era mi amiga Rosalie, pero la quería como a otra hermana una gran persona que está en mi vida, ella apenas y tiene 23 años, toda una belleza natural.

-¿Qué pasa Bella? - los dos pares de ojos se fueron directamente a mí. Mientras que yo sentia una mirada penetrante tras mi espalda.

-No me importa que se sigan burlando de mí, yo sé que no estoy loca o paranoica, pero de verdad que siento que alguien me está vigilando, que siguen mis pasos.

-No te quieras creer la importante Bellita

-No Rose, no me quiero hacer la interesante, pero es la verdad, así me siento.

-¿Desde cuándo Bella?

-Alice, bien sabes que desde ya hace varios días que siento esto, más bien yo digo que desde hace como un mes y medio.

-¿Le has dicho a papa?

-Cree que estoy loca al igual que ustedes - bufe.

-No creemos que estés loca Bella, es solo que se nos hace raro que te sientas de esa manera, ¿no estarás exagerando?

-Si tal vez solo exagero - no me quedo de otra más que darle por su lado, de nada servía decir lo que sentía, si creían que estaba loca.

-Cuéntanos, ¿Qué tal con Jake? - mi hermana daba brinquitos en sus silla.

-¿Seguirán con ese tema?

-Vamos Bella, no me digas que no te gusta mi primo - Jake y Rosalie eran primos, por ella fue que conocí a Jake.

-Somos buenos amigos y lo saben, pero nada fuera de eso.

-¿Ni un poquito? - pregunto Rose.

-Ni un poquito Rose, no me llama la atención de esa manera -Mentira si me llamaba la atención un poquito - Ahora no quiero saber nada de eso, solo quiero terminar mi carrera y ser exitosa.

-Aburrida... -expreso mi hermana - ¿Corregir textos? Eso sí que es extremadamente aburrido.

-Para mí no lo es - me defendí.

-Deja ya a Bella sobre eso Alice, para ella es divertido, aunque para nosotras no lo sea.

-Así es - probé la comida que tenía en mi plato, estaba fría ya.

-¿Bella? - hablo Rose, la mire y tenía una cara que no tenía precio, algo le había llamado la atención o más bien alguien.

-¿Ahora que Rose? - me hizo una seña y mire detrás de mí. Había un joven demasiado grande y musculoso a lo lejos hablando con unas personas, se me hacía conocido, pero no recordaba de donde, tal vez el joven sintió mi mirada, porque de repente su mirada estaba clavada en mí, sentí pánico y miedo.

-¿ es tan guapo? - Rose no paraba de suspirar.

-Para ti todos son guapos Rose - deje de mirar a aquel muchacho, me daba miedo la forma en como me miraba.

-Este es especial y diferente - parecía una tonta.

-No cambias.

-Así me aman las dos - nos guiño un ojo - Miren quien viene ahí - señalo detrás de mí de nuevo y al voltear vi a Jake. Se veía sonriente y muy guapo, no podía negarlo él era muy guapo, cualquier chica quisiera estar con él, pero lamentablemente yo no era ninguna de esas chicas que andaban detrás de él, simplemente no he llegado a ese punto de quererlo como algo más que un amigo, pero si había algo que admitir, me gustaba un poquito, que cabía la posibilidad de que en un futuro terminemos juntos, pero era un futuro muy lejano y se tenían que hacer muchos méritos para que eso pudiera suceder.

-¿Fue planeado cierto? - las dos se encogieron de hombros.

-Hola chicas - saludo Jake una por una y por ultimo a mí, con un beso en la mejilla, eso me hizo sonrojar.

-¿Cómo estas cuñado? - puse los ojos en blanco, las dos eran unas tontas.

-Bien muy bien, ¿Qué hacían?

-Intentábamos comer, pero aquí las jovencitas nunca se callan - dije, a lo que Jake rio y las dos me miraron discriminatoriamente.

-Y Bella no deja de estar paranoica, cree que todo mundo la mira.

-Y con justa razón Rose, si Bella esta hermosa, ¿Quién no la vería al pasar? - otro sonrojo más innecesario.

-Gracias - murmure - Ya me tengo que ir - me levante de mi silla.

-¿Tan pronto? - dijo Jake.

-Ha sido un día muy largo en la escuela, solo quiero descansar.

-¿Te acompaño?

-Me gustaría irme sola si no te molesta Jake.

-No por supuesto que no, ¿Te veo mañana?

-Si claro que si - le sonreí - ¿Te quedas Alice?

-Si quiero platicar con Rose y Jake

-Muy bien, pero no conspiren en mi contra por favor.

Me fui caminando a casa, no traía carro y la casa estaba cerca de la cafetería a la que solíamos ir, Rose, Alice y yo.

Camine despacio y mirando a todos lados, me gustaba mucho Londres, era un hermoso lugar. Aquí nací y no había otro lugar al que quisiera ir.

Ese carro que venía detrás de mí me seguía, estaba segura, ¿paranoica? dios ya ni siquiera sabía si me estaba volviendo loca y veía cosas por todos lados. Pero exactamente es el mismo carro que lo venía viendo desde hace como dos semanas.

Entre a mi casa muy asustada y con el corazón alterado. Odiaba sentirme de esta manera y que no creyeran en lo que les decía, no era mentira alguien me seguía, alguien me vigilaba e iba a todas las partes que yo iba con las chicas.

¿Y si solo estaba alucinando? ¿Si las chicas tenían razón? No pero no, yo no estaba alucinando, si era verdad que me perseguían, si era verdad que alguien me vigilaba.

-¿Te pasa algo hija? - mire adelante de mí y estaba mamà mirándome preocupada.

-No mamá, es solo que.... - me quede callada, ¿valía la pena asustarla con algo tan tonto? - Nada mamá, ¿Qué hacías?

-Arreglaba el jardín, pero escuche la puerta y vine a ver si ya habían llegado tú y tu hermana, pero veo que ella no, ¿Dónde está?

-Se quedó con Rose y Jake en la cafetería.

-No me gusta que anden solas en la calle.

-Madre no pasa nada, estamos bien, aparte el trayecto de la cafetería a la casa es corto.

-Lo sé, pero en ese tramo todo puede pasar.

-Tomaremos nuestras precauciones mamá.

-Si hija por favor. ¿Quieres cenar o comer algo?

-No mamá, estoy bien, iré a mi habitación tengo tarea que hacer, no me moleste por favor.

-Bien hija - se acercó a mí y planto un beso en mi mejilla, un abrazo lleno de tantas cosas.

Esto se había sentido extremadamente extraño, la forma en la que mi mamá me había abrazado, este abrazo tenía algo más. Subí a mi habitación, me despoje de mi ropa y me puse algo más cómodo. Me encerré en mi mundo en cuanto toque mis cosas, una vez que me ponía a hacer mis tareas, me olvidaba del mundo exterior, solo me concentraba en lo que hacía.

Pase horas encerrada en mi habitación,cuando menos me lo espere el reloj ya marcaba las 12 de la noche. Guarde todo y baje a la cocina por un vaso de leche y unas cuantas galletas, hacia un poco de frio y un buen vaso de leche no me caería nada mal. Tome de la cocina todo lo necesario y volví a mi habitación, donde todo estaba en la oscuridad, nada de luz y eso me gustaba.

Mire a través de la ventana, apenas me daba cuenta de que llovía y fuerte. Me recargue en la pared y me puse a ver, amaba el olor de la lluvia, de repente me percaté de que había un auto estacionado afuera de mi casa, el mismo que vi hace un par de horas, un hombre estaba recargado en el, con una gabardina larga y negra, traía sombrero, miraba fijamente hacia mi ventana, ¿Sabía que lo estaba viendo? Al parecer si, por que asintió y mi corazón latió desbocado por lo que hizo, esto ya era demasiado, tenía que advertirle a mis padres, me di la vuelta dispuesta a salir de ahí y fue lo peor.

En ese momento se escuchó un fuerte trueno que alumbro toda mi habitación, fue ahí cuando me di cuenta de que había un hombre en ella, vestido igual que el de afuera, lo tenía demasiado cerca de mí, pero para cuando yo quise gritar él ya estaba poniendo algo en mi boca, la taza cayó al piso y yo en un profundo sueño.