Solo Importas Tú +18

Autor: GiulyTwilight
Género: + 18
Fecha Creación: 15/12/2012
Fecha Actualización: 21/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 38
Comentarios: 127
Visitas: 88458
Capítulos: 19

Edward un importante empresario con una familia realmente famosa, el siempre sintio que esta destinado a estar solo, pero su pensamiento se ve juzgado al conocer a la nueva administradora de finanzas de su empresa, Isabella Marie Swan.

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Capítulo 5: Contrato

HOLA HOLA LINDAS (:

Bueno aca les dejo el otro capitulo de esta nueva historia.

MILES DE GRACIAS A LAS CHICAS QUE COMENTARON!

LAU! ; ASTRIDCULLEN ; MARTHA ; LULUSITAFELIZ

Nos leemos el proximo capitulo espero comentarios, opiniones y mas que nada su voto!

 

besitos enormes, giu.

 

 

BELLA POV .-

Su pelo era color cobrizo y desordenado, su traje negro hacia que su palida piel se destaque aun mas, tras que pude ver sus ojos verdes profundos mirándome de arriba abajo, me sonroje cuando vi que su mirada me recorría, se puso de pie dándome una vista perfecta de su cuerpo, era alto al menos dos o tres cabezas mas que yo, su cuerpo parecía tallado a mano a través de su camisa apretada se podía observar, era un hombre para el infarto, trague en seco, era un hombre que cualquiera desearía tener en su cama ¿Cómo esa estúpida mujer pudo desperdiciar semejante hombre? Jacob era un perro sarnoso alado de semejante ángel.

Edward Cullen – dijo extendiendo su mano, la cual tome con seguridad una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo y al parecer el sintió lo mismo por que su mira tembló, aun seguíamos mirándonos, era imponente lo que un par de ojos verdes ocasionaban en mi.

Isabella Swan … Bella – sacudimos nuestras manos cuando me dedico una sonrisa que logro que mi cuerpo ahora si se derritiera.

Siéntate Bella, pero tu como sabes que es Jacob Black?... oh no me digas que eres una desquiciada fan de mi hermana que se dedica a investigar a toda la familia! – se puso nervioso sentándose ahora enfrente mio.

Oh, no, no pues… yo- yo era, era su pareja – dije nerviosamente pasando la mano por mi cabello.

Ow… lo- lo siento – se disculpo.

Oh no tienes que disculparte yo necesitaba sacarlo de mi vida cuanto antes y bueno eso me ah servido de mucho – rei.

Creo que ahora creo muchísimo mas en las señales – murmuro mas para el mismo.

Disculpa? – pregunte.

Estas contratada … Ángela puedes venir a mi despacho – me dedico una sonrisa torcida cuando yo solo me dedique a sonrojarme, mi vida comenzaba, de nuevo.

Señor Cullen me ah llamado, se le apetece algo? – pregunto mi amiga entrando a la sala con su rostro preocupado.

Quiero que mandes a desocupar ese escritorio de allí – ordeno señalando un escritorio tapado de papeles cajas y otras cosas que se encontraba a un lado del suyo.

Muy bien señor Cullen – asintió Ángela anotando en una libreta – algo mas?

Si, quiero que desocupes la mitad de mi estantería de libros procura que las dos partes queden proporcionales, llama a mantenimiento y avisa que agreguen un cartel a mi puerta con el nombre "Isabella Swan", todo lo que sobre de aquí llévalo a la otra oficina desocupada – termino de explicar cuando pude ver en mi amiga una sonrisa demasiado picara, mientras sentía con su cabeza.

Me encargare de esto señor Cullen – dijo cuando estaba a punto de desaparecer.

Preocupa que todo este listo mañana a primera hora por favor – ordeno Edward sentándose nuevamente en su sillón de cabecera.

Di media vuelta para salir detrás de Ángela, mis piernas temblaban tenia al dios de los dioses frente a mi, mi autocontrol era muy poco puesto que en cualquier momento saltaría a sus brazos para besarlo y apoderarme de el.

"Que demonios!?... deja de pensar en esas cosas sucias para eso estoy yo"

No ordene que te vayas si yo mal no recuerdo – escuche su voz, para cuando me di vuelta estaba parado, con sus manos sobre el escritorio y una sonrisa torcida que me hizo perder.

Lo siento… pensé, pensé que querías estar solo – tartamudee como estúpida.

Tal vez me tomes de idiota pero es la primera vez en mis 24 años que quiero que alguien se quede en mi oficina por mas de una hora – sonrió.

Tomare eso para bien – reí, cuando su melodiosa voz inundo el ambiente.

Me tomaras como loco seguramente, pero es la primera vez que hablo con una persona, raramente me siento bien, en fin cuéntame… con que te pensaste que te ibas a encontrar, debo admitir que tu cara cuando entraste no era de mucha felicidad – hablo dándole el ultimo sorbo al café.

Pues capaz te sorprendas, pero trate de googlearte o buscarte por algún lado, pero es imposible conseguir una foto tuya, no te ofendas pero pensé que me encontraría con un viejo, aburrido y hasta malhumorado, obviamente lo entiendo después de esa discusión, nadie puede estar de bien humor – explique, suelta, el me miraba con interrogación como tratar de descifrar quien era o buscando respuestas me ponía nerviosa pero trataba de ignorarlo.

Trate de hacer que no te vayas con esa imagen de mi – rio.

Muchas gracias por darme esta oportunidad señor Cullen – agradecí con una sonrisa.

Edward… tan solo llámame Edward – me dedico una sonrisa.

Bien… - dije, el seguía mirándome pude ver ternura y sinceridad en su mirada algo que por un momento me hizo sentir muy bien.

Okey, ve con Ángela dile que te entregue las carpetas tenemos una jornada larga de trabajo – murmuro volviendo la vista a la ciudad.

Bien – dije desapareciendo por la puerta.

Sorprendida cierto? – escuche la voz de angela mientras salía de la oficina.

Wow – fue lo único que alcance a decir.

Te dije que no mordia! – rio mi amiga.

Es un hombre para el infarto –

Ow calma devoradora de hombres, realmente me ah sorprendido la actitud que ah tomado – susurro mas para ella misma.

Disculpa? – pregunte.

El señor Cullen jamas deja que absolutamente nadie, ocupe su oficina junto con el, si sobrevives una hora alli dentro es un milagro – explico.

Porque? –

El señor Cullen es un hombre frio, o al menos con las personas que no conoce, pero contigo ah sido extremadamente abierto, eso me resulta exitante – termino con una ceja alzada.

Oh Angie ya fu suficiente, por dios es mi jefe! – sonreí, la idea de tenerlo junto a mi en una cama no me venia nada mal, en lo absoluto.

Ya, si, cuanto apuesto a que no resistiras mucho, en realidad nadie se resiste, gracias a dios ben esta cerca de lo contrario ya me ubiera lanzado al cuello del jefe – rio.

Eres una descarada – acompañe.

Bien aquí están las carpetas, la azul son los ingresos de la empresa las verdes son los contratos que no se llevaron a cabo por la falta de el administrador de finanzas, avisale al señor Cullen que la semana de la moda de su hermana se ah pasado para dentro de un mes y medio, preocura avisarle calmada – mascullo.

Por? –

Edward odio, profundamente, aparecer en publico en realidad los medios no saben bien quien es, los ah confundido, hasta que perdieron pista de el, encerio cuando Edward se propone algo, te puedo asegurar que lo logra, sea lo que sea y pagando el precio que sea – termino mientras ponía las carpetas en mis manos.

Angie hablas de el como si fuera tu ídolo, acaso te gusta? – sonreí.

Pues claro que no imbécil, simplemente lo conozco desde hace mucho tiempo como para saber que en la vida lo han dañado mucho, por eso se convirtió en la persona que ves hoy, una persona que vive del trabajo, viviendo en la oscuridad, lo veras sonreír cuando esta con sus hermanos o cuando alguna de su sobrina pasa a visitarlo, pero luego de eso, nunca – explico volviendo la vista a los papeles.

Tiene los ojos oscuros opacos, como si no estuviera feliz – conté.

No lo esta bella, el era feliz pero los últimos altercados lo han dañado, como que el destino se empeñe en demostrarle que estará solo, pero estoy segura que alguien aparecerá en su vida, solo espero que sea la persona correcta lo quiero como un hermano – termino de aclarar.

Que es eso que le hizo tanto daño? – pregunte de curiosa.

No queda en mi contarte eso bella, pregúntaselo a el, o simplemente espera que el se abra a ti, te sorprenderás bella, enserio lo harás – dijo mientras desaparecía y hundía sus dedos en el teclado de la computadora mientras yo enfilaba nuevamente a la oficina de aquel dios.

EDWARD POV.-

Escuche unos pasos por mi sala, mi vista estaba clavada en la gran ciudad con el mismo pensamiento de siempre, la soledad, realmente me estaba cansado de estar solo, pero a veces, preferible estar solo y mal acompañado, supuse que la mujer aun seguía alli, tome una de las carpetas sin darme vuelta y comencé a leer.

Bien, Isabella Swan, 24 años, recibida en la escuela de finanzas de Londres, con honores, ahora mi pregunta es la siguiente por que luego de tres años de terminar tu carrera no ejerciste? – Pregunte con voz seria mientras ojeaba los papeles, me llamo la atención que todavía no haya ejercido.

mi… mi ex pareja no me lo permitía, pues vivía encerrada en un departamento –Contesto cuando la escuche hablar, su voz era tranquila y para mi sorpresa me trasmitió tranquilidad a mi.

Me gusta lo de EX, Al parecer hoy todos estamos solos – Reí al notar las casualidades, ella rio a mi par, su risa logro hacer que mi corazón se acelerara y me provocara felicidad, cosa rara.

Lamento mucho lo de recién señor Cullen – se disculpo.

Entonces… se escucho demasiado? – murmure pasando una de mis manos por mi cabello, me ponía nervioso pero feliz.

Demasiado –Contesto.

Mejor así… era hora de que esa mujer, si asi puedo llamarla, desaparezca de mi vida, jamas debí meterme con ella, es una persona… tan… tan detestable – masculle, al parecer aun sin ver el rostro de aquella mujer, pareciera que ambos estábamos comodos, bien.

La vida a veces te pone obstáculos en el medio, pero son las señales capaz hoy la dejo para conocer a otra persona que lo quiera y lo necesite para vivir o hasta para respirar, no simplemente es amor lo que hay que buscar en una pareja, la confianza, el respeto y el cariño también valen – se explico tartamudeando, inmediatamente recordé que esas tres palabras me la decía mi madre muy a menudo, esta era la persona ideal.

Lo dices como si tu relación haya sido una verdadera porquería –

Así lo fue, estuve en pareja por obligación, sabia que me vivía engañando con otra mujer, pero como nunca lo ame ni siquiera me encargue de buscarla para avisarle que tenga cuidado con quien se mete –termino.

Créeme que te pareces a mi pero en femenino, me ah pasado lo mismo, pero al parecer tu hombre no era tan terco como la mía, si no lo daba pruebas no me dejaría jamás, tengo que agradecerle a ese tal Jacob por meterse en la cama de mi ex –Comprare recordando el mal altercado de antes.

Jacob Black – murmuro para mi sorpresa, rápidamente me di vuelta. Mis ojos no podían creer lo que veían.

Una mujer realmente hermoso estaba en mi despacho, llevaba un ajustado pantalón negro, una camisa blanca y un chaleco haciendo juego, su pelo caía color café por sus hombros, tenia una figura esplendida, lucia nerviosa pero al mismo tiempo tranquila me quede hipnotizado en sus ojos color café, que raramente en mi provocaron un movimiento raro en estomago, su mirada era tranquila trasmitiéndome serenidad, se tez era pálida muy parecida a la mía, me quede embobado mirándola, cuando note un sonrojo que la hizo aun mas bella, evidentemente ella seria la mujer ideal.

Edward Cullen – me presente acercándome a ella, extendiendo mi mano, la tomo con seguridad y una extraña sensación recorrió mi piel, esto era realmente abrumador y perfecto.

Isabella Swan … Bella – sonrió.

Luego de presentarnos y hablar un poco de como eran nuestras vidas, ordene a Ángela que mandara a acomodar uno de los escritorios de mi oficina, no se por qué extraña razón necesitaba a esa mujer cerca mio, sabia que seguramente ella tendría muchísimas cosas que hacer o plantear, pero nada importo solo quería tenerla cerca, podía sentirme tranquilo por su mirada, en mi mundo por sus palabras y en pie por su sonrisa.

La mande a que buscara su papeleo en lo de Ángela, enserio tendría que agradecerle a mi amiga por traer a esta mujer a mi, me encontraba en mi escritorio bajo mis pensamientos, esa muer ocupaba muchas partes de ellos, en realidad todos, es que acaso las señales de la vida existían? Hoy acababa de terminar una relación enfermiza para que un ángel tocara mi puerta, no se por qué razón pero una sonrisa salió de mis labios ante la idea de tenerla siempre junto a mi.

Toda mi vida la pase bajo la oscuridad, bajo la mirada de miles de personas tratando de saber quien soy o como soy, aunque mi vida no era fácil se podría decir que nada mi importaba a partir de ahora, mi corazón latía fuerte y mi mente ya ni registraba movimientos.

Edward puedo pasar? – escuche su voz nuevamente, asentí con la cabeza de espalda a ella.

Tengo los papeles que me pediste creo que es hora de que comencemos no te parece? – propuso, mientras se sentaba frente al escritorio, Ángela entro detrás de ella con dos cafés, que para mi rara conclusión era iguales, al parecer tendríamos los mismos gustos.

Ángela si vienen mis hermanos diles que no se estoy en una reunión muy importante, invéntales algo que se te ocurra tengo mucho trabajo que hacer y no tengo ganas de soportar sus comentarios inapropiados, cancélame todas las reuniones de hoy y lo mas importante nade de interrupciones – ordene en todo serio mientras Ángela asentía con su cabeza, Isabella estaba sentada ya frente a mi escritorio leyendo unas carpetas.

Te molesta si pongo un poco de música? – pregunte luego de una hora de silencio en la cual nos dedicamos a firmar, leer y ordenar papeles.

Adelante – sonrió, me dirigí al reproductor y puse mi música preferida, clásica… Claro de Luna para ser mas especifico.

Los rayos del sol ya comenzaban a esconderse cuando la música comenzó a sonar llenando el ambiente de paz y tranquilidad.

Cla- claro… claro de luna? – tartamudeo para mi sorpresa luego que la melodía sonara tras que yo me sentaba nuevamente en mi lugar.

Si no te gusta… la puedo sacar – propuse.

Claro que no señor Cullen… es mi, es mi favorita – sonrió cerrando los ojos para disfrutar de la melodía pude ver en su rostro paz y tranquilidad serenidad.

Llámame Edward, aquí en mi oficina solo soy Edward – sonreí cuando vi en su mirada un brillo especial, el mismo brillo que daban los míos seguramente.

Bien…. Ed.. Edward pues creo que e terminado con esto… las finanzas están muy arriba las cosas están al día pero todavía no entiendo algo… aquí me dice que lo que recibimos en un 75% es destinado a nosotros pero lo restante no entiendo se esto de aquí es un 9 o un 8? – pregunto terminando en susurros acercando su vista al papel.

Me puse de pie con el ceño fruncido, a mi también siempre me costaba entender los números de Irina, rodee el escritorio hasta llegar a su espalda me agache para poder ver el numero cuando mi cuerpo quedo sobre su espalda la sentí tensarse pero luego cedió, intente descifrar el estúpido numero, pero nada …

Es un ocho – exclamo.

Es un nueve Bella mira la patita – señale.

Es un ocho mira el borde - me discutió cuando llevo la mano a el papel poniéndola encima de la mía, esto me produjo una corriente eléctrica en todo mi cuerpo, su piel era suave y caliente, quería tocarla, abrazarla y hacerla mía por fin, sabia que recién nos conocíamos pero estaba seguro que esta mujer cambiaria mi vida o al menos eso quería.

Es un nueve – discutí me encanto cuando frunció su ceño.

Señor Cull… Edward es un ocho! – se corrigió levantando la mirada para encontrarme con mi rostro muy cerca del suyo por un momento me perdí en sus ojos color café que me brindaban paz, me brandaba esa tranquilidad que me faltaba, esa seguridad que perdí, me hipnotizo por un momento, pude ver su perfecta piel, sus perfectos labios ninguno de los dos bajaba la mirada eso me alegraba.

Eres terca! – reí volviendo a ponerme en mi posición, en cualquier momento perdería la cordura y le partiría la boca de un beso, pero necesitaba contenerme, solo eso, era imposible, pero la voluntad estaba aunque en cualquier momento la perdería.

Bien, los sueldos de los trabajadores están en perfecto estado, las obras sociales que se les ofrece es realmente buena, no hay dudas de eso, los sueldos son altos y aun así nos sobra, la fundación que mantenemos esta en perfecto estado, los contratos que acabamos de firmar están en condiciones, en fin creo… creo que esta todo bien – explique justo en el momento que levante la vista me di cuenta que me estaba mirando totalmente perdida.

Creo que… creo que es hora que me vaya entonces… gra- gracias por el trabajo Edward, nos vemos mañana – me saludo desapareciendo por la puerta con una sonrisa.

Inmediatamente mi cuerpo callo en el gran sillón, era impresionante lo que acababa de vivir, aquella mujer que había desaparecido, aquella mujer que se acaba de ir por la puerta, me ayudo a olvidar mi día, mi vida en si, su sonrisa, sus ojos, su cuerpo, su piel… todo era la droga perfecta… mi droga.

Me puse de pie tomando mi saco haciendo que cuelgue en mi hombro, tome mi maletín y apague la luz de mi despacho para emprender paso a mi casa, tome el ascensor pensando en esa mirada cálida que tenia Bella, ambos teníamos historias muy parecidas… obligados a un amor y que casualidad que esos malos amores ahora nos unieran, no se por qué extraña razón mi día había mejorado… si si.. Mejorado por unos increíbles ojos cafés los cuales causaban algo extraño en mi, solo era cuestión de averiguarlo.

En todo el camino me dedique pura y exclusivamente en esos dos ojos que me hacían acordar que en la vida no todo era malo, no se por qué extraña razón su figura no desaparecía de mi mente, esto… esto no seria nada fácil.

Capítulo 4: De Espalda Al Futuro Capítulo 6: Impulsos

 
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