Solo Importas Tú +18

Autor: GiulyTwilight
Género: + 18
Fecha Creación: 15/12/2012
Fecha Actualización: 21/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 38
Comentarios: 127
Visitas: 88448
Capítulos: 19

Edward un importante empresario con una familia realmente famosa, el siempre sintio que esta destinado a estar solo, pero su pensamiento se ve juzgado al conocer a la nueva administradora de finanzas de su empresa, Isabella Marie Swan.

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Capítulo 11: Esto es el Cielo.

Hola hOLA! (:

Les traigo el MEJOR capitulo :P JAJAJA xD---

ESPERO COMENTARIOS VOTOS Y RECOMENDACIONEEEEEEEEEES

 

AVISO:

Si tambien sos escritora y tenes un Fic publicado en LunaNuevaMeyer publicame el nombre para leerlo y poder brindar voto y comentario.

Saludos.

Las Amo!

Giu.

 

Los personajes le pertenecen a SM y la historia a mi imaginación.

Se prohíbe la publicación del fice en otro sitio sin autorización de la escritora.

 

CAPITULO .-

BELLA POV.-

No puedo creer lo que estoy haciendo – me queje, dentro del auto camino a mi nuevo hogar.

Deja de quejarte amor, no sé que es lo que te molesta – rio Edward.

Que me molesta? Edward ocupare tu casa, tu privacidad, es un limite al cual no estaba dispuesta a pasar – me queje, el famoso y reluciente volvo de Edward se detuvo en una señal de Stop en ese segundo Edward entrelazo nuestros dedos y los dejo apoyados sobre su rodilla.

Ya te dije que no eres molestia, y mi privacidad me encanta compartirla contigo, asique no te quejes ponte contenta que tienes alguien que te cuide y que para colmo sea yo – beso mi mano cuando el auto volvió a su marcha.

Bien no diré nada mas pero coste que a la primera que te moleste me la dices, aun no puedo creer lo que estoy haciendo – volví a maldecir en voz baja, luego de la visita de las pequeñas sobrinas de Edward el doctor volvió para avisarme que no era lo mas conveniente irme nuevamente a mi casa por lo cual me dejo internada una semana mas, si UNA MALDITA semana mas, debo admitir que tenia ganas de matar aquel doctor, pero luego me acorde que ese señor o doctor es mi suegro, por lo tanto recuerdo solo asentir y no quejarme, hace una semana y media Edward no se movía de mi lado, excepto cuando me dormía, aprovechaba ese tiempo para bañarse, salir a comer algo y luego volvía a mi lado con su portátil para realizar unos trabajos bajo mi ayuda, por supuesto.

La relación iba viento en popa, Edward cada minuto que pasaba me recordaba cuanto me quería asegurando las palabras con un suave y tierno beso, un sueño.

Llegamos – sonrió parando el coche frente a un fuerte portón negro macizo, el cual se abrió hacia dentro revelando allí un hermoso edificio ilustrado solo en vidrio, era por la tarde asique los reflejos del sol pegaban de manera inmune en ellos, un jardín con una fuente adornaba la lujosa entrada, flores por doquier, y cuatro o cinco garitas de seguridad, cámaras por doquier y totalmente privado, también note todo el camino como una 4 x 4 negra, Edward me explico que era la seguridad privada para ambos.

Wow – me limite a decir.

Te gusta? –

Que si me gusta?... Edward parece un hotel – discutí.

En realidad es uno de los Hoteles de la familia Hale, Rosalíe y Jasper, son los dueños de una gran escala, pero han resguardado este como edificio, obviamente su alquiler es muy subido de precio, pero del piso 6º hacia arriba pertenece nada mas que a nosotros, Alice, Emett, Jasper y Rosalíe, obviamente también el mio, ninguno de mis hermanos vive aquí, a veces vienen a pasar unos días, cuando le quieren dar privacidad a nuestros padres – explico mientras estacionaba.

Ósea que todos los departamentos no están ocupados – afirme.

Exacto solo algunos y por empresarios o hasta estrellas de cine, a eso se debe la privacidad, como vez el portón, las cámaras, etcétera – termino, nos bajamos del auto, el tomo mi bolso de mano tras que yo tome las camperas de ambos, espere a que cerrara el auto y se acercó a mi con ese aspecto de dios griego.

Te quiero – susurro mientras con su mano libre me tomaba de la cintura.

Te quiero – repetí levantando mi rostro logrando así que nuestros labios se unieran disfrutado así de un tranquilo y demandante beso.

Lista? – pregunto con una sonrisa, mientras entrelazábamos nuestros dedos.

Buenos días Señor Cullen – saludo un hombre con un uniforme negro, creo que era un traje, una vez que llegamos a la entrada del edificio, todo lucia muy moderno, lustrado y al mismo tiempo nuevo, el viento era cálido, se escuchaban las suaves aves cantar en aquellos arboles enormes que decoraban la habitación.

Buenos días benjamín, como has estado? –

Muy bien, hemos recibido la mudanza junto con su hermano, su madre ah estado aquí acomodando algunas cosas, no quiero ser impertinente pero señor Cullen se mudara del edificio? – pregunto aquel hombre con cara de preocupación, el cual no se percato de mi presencia aun, ya que me encontraba detrás de Edward con nuestros dedos entrelazados que no estaban a la vista.

Oh… no, no claro que no – rio Edward.

Menos mal, no sé que pasaría si usted se mudara – respiro Benjamín.

En realidad alguien se muda conmigo – agrego.

Enserio? No me diga que el señor Emett se ah divorciado… que raro parecían tan enamorados, y las niñas? Que pasara con las niñas?... no eh visto nada por la tele pensé que todo iba bien entre ellos –

Tranquilo Benjamín, las cosas entre Emett y Rose van geniales me refiero a que mi novia se mudara conmigo – explico Edward, dándome un apretón de mano, me incline hacia delante posicionándome delante de mi novio, quien me rodeo la cintura y beso mi mentón, el hombre pareció bastante sorprendido.

Las noticias nunca fallan Edward, sabia que las cosas entre la oxigenada y tu no iban bien, pero esto… Wow esto es suprimir todas las reglas, te has ido de un extremo a al otro pero de buena manera – alago el hombre.

Benjamín Hale, primo de Rosalíe y Jasper – se presento estirando su mano.

Isabella Swan, Novia de Edward – sonreí pero me sonroje al mismo tiempo, era raro presentarme de esa forma.

Buena elección Cullen – guiño un ojo.

De verdad ah? – los tres estallamos en risas.

Ahora entiendo la desesperación y chistes de su hermano el día que llego, enserio cuanto antes necesitan ponerle un filtro a Emett, dice cosas extremadamente… raras – se despidió el hombre mientras subíamos al ascensor.

Edward presiono el botón 5 para luego apoyarse en una de las paredes, extendió sus brazos invitándome a que me apoye en el y así lo hice, nos besamos, acariciamos y sentimos durante el tiempo que el ascensor subía, sus besos hacían que pierdan cualquier tipo de noción, amaba que me besara de esa manera, con ternura acariciando mi cintura y jugando con mi lengua.

La puerta se abrió y sin decir una palabra ambos caminamos sobre el pasillo blanco y silencioso, al fondo una puerta blanca con marco negro, tenía los números correspondientes en dorado.

Edward tomo la llave y abrió el departamento dándome lugar para entrar.

Ponte cómoda – me susurro a mis espaldas mientras me ayudaba a sacarme la campera, mi vista se quedo estática al ver aquel departamento, lo primero que llamo mi atención fue un enorme ventanal que daba al frente del edificio se podía ver todo Los Ángeles aproximadamente, el sol a punto de esconderse daba al departamento una luz natural rica para mis ojos, una enorme sala con sillones a color marrón oscuro y una alfombra negra bajo una mesa pequeña de vidrio, frente a esta un enorme plasma que a sus costados contenían miles de estantes repletos de cualquier tipo de películas.

Edward dio unos pasos mas y deposito la llave en aquella mesa, sobre esta se podían observar fotos y adornos de el con toda su familia, camine unos pasos para seguirlo a mi izquierda un lumbral sin puerta daba paso a lo que era la cocina, enorme, moderna y ostentosa, mire absolutamente todo con lujo de detalles, también estaba aquel mueble que por lo general contienen las casas de L.A. aquellos de madera relucientes con dos enormes banquetas para desayunar, una heladera de ultima generación color plata, hacia juego con el grisáceo de las paredes, una mesa del mismo color café que el otro mueble, junto con cuatro sillas se encontraba en el medio de la cocina.

Recorrí cada espacio del departamento, cada lugar, luego de eso Salí hacia el pasillo en el cual al final se encontraba una escalera, la subí sigilosa, al final de esta se encontraban la ultima puerta entre en ella y observe un enorme cuarto, con una cama matrimonial, dos mesitas de noches color miel que jugaban con las tonalidades de todo el departamento, una tele, mas estantes pero esta vez repletos de libros, luego seguí otras de las puertas para encontrarme con un hermoso baño, grande moderno y a gusto… todo era un sueño.

Te gusta? – me sobresalto su voz.

Edward… Edward es enorme! – sonreí mientras bajábamos y llegábamos al sillón.

Digamos que mi familia ah hecho unos retoques – murmuro mientras me sentaba en su regazo.

Retoques? –

Bueno, para tu información jamás tuve una cama matrimonial en mi habitación, seguramente fue idea de mi padre, y las flores que adornan cada rincón de la sala tampoco las tenia, es mas… si observas bien podrás observar cosas tuyas – explico mirando el departamento y así lo hice, seguí su mirada.

En uno de los rincones estaba el florero que mi madre me había regalado, también pude observar muchos de mis CD ordenados en la estantería y lo que me sorprendió es que una valija negra ocupaba lugar debajo de la cortina de la sala.

Es tu valija con tu ropa y demás cosas, ya sabes les eh dicho que no abusen de tu bondad – rio Edward.

Se han tomado el trabajo de hacer todo por nosotros? – pregunte extrañada.

Según me conto Emett están desesperados por conocerte las gemelas no han dejado de hablar de lo linda y tierna que eres con su tío favorito – murmuro mientras besaba mis labios.

Edward y si no les caigo bien? … si no soy eso que ellos quieren para ti? – termine en un susurro, cuando aquella opresión en mi pecho se hizo presente al pensar en separarme de Edward.

Disculpa la relación es conmigo o con las personas de mi familia? – dijo sobre la piel de mi cuello.

Lo se… Lo se – dije como pude sus besos me hacían perder la noción.

Igual no te preocupes no te expondré a ellos ahora – susurro jugando con mi mano.

No quieres que tu familia me conozca cierto? – murmure con pena.

Si vuelves a decir tremenda estupidez no te hablo por una semana – me miro con ternura.

No entiendo –

Conocer a mi familia implica que salgas de compras con Alice, salir con Alice implica fotógrafos, fotógrafos paparazzi y paparazzi implica fama, dudo que quieras salir a la fama, oh que salgas con Emett y Rosalíe a comer eso implica llamar la atención, eso suma avistamientos, eso se le suma los paparazzi nuevamente, o salir al local de mi madre, ten en cuanta que cualquiera que salga de la mano de los Cullen es noticia y repito creo que a ti no te gusta llamar demasiado la atención – repuso.

Nunca – suspire.

Por mi parte prefiero que disfrutemos de la relación nosotros, que salgamos, que podamos divertirnos sin tener que ser perseguidos y ocultados – explico acomodando un mechón de pelo detrás de mi oreja.

Si tu estas a mi lado, no me importa lo demás – susurre acariciando nuestras narices.

Es lo mismo que pienso yo, quiero disfrutar de mi novia, cuando veamos que no podremos ocultarnos mas daremos el paso, saben que estoy saliendo con una mujer, pero no saben quien es, Emett y las enanas saben, el único que te conoce es mi padre – sonrió ahora en susurros.

Me gusta que me cuides de toda esa locura – me atreví a morder su labio inferior.

Me gusta cuidarte – finalizo atrapando mis labios y jugando con ellos, comenzamos a acariciarnos hundiéndonos en nuestra burbuja personal.

Quieres darte una ducha mientras preparo algo de comer? – propuso.

Me encanta la idea – sonreí.

Bien voy a buscarte unos toallones – se puso de pie dejando un beso en mis labios y desaparesio con una sonrisa me quede unos minutos cuando el teléfono del departamento comenzó a sonar.

EDWARD!... EL TELEFONO! – le grite, mientras veía la luz prender y apagar de aquel aparato.

APRETA EL BOTON AZUL ES EL ALTA VOZ, ATIENDE AMOR! – me ordeno, hice caso a sus instrucciones, me puse nerviosa, seria muy raro llamar a Edward Cullen y encontrarte con una mujer.

Hola – conteste.

TIA BELLA! – Escuche a las dos pequeñas gritar, a lo lejos oí la risa de Edward.

Niñas, como están!? – pregunte con alegría, esos dos angelitos.

Bien y tu, ya te sientes mejor? –

Si estoy muchísimo mejor, pues su tío me esta cuidando – dije cuando sentí que sus suaves manos acariciaban mi cuello.

El tío Edward esta hay? –

Aquí estoy pequeña – rio Edward.

Tío papa nos ah dicho que mañana la abuela esme quiere que todos vayamos a comer una parrillada, estará la tía Alice y el tío Jasper, han vuelto de su viaje hace poco tiempo y bueno Alice se a quejado por que no fuiste capaz de ir a verla desde que llego – explico la niña quien se trababa en alguna que otra palabra.

Charlotte, Maggie a comer! – grito una voz femenina pero firme al otro lado de la línea.

Te dije que mama ya tenia la comida lista! – replico Maggie.

No puedo ir niña, tenemos que hacer una cosa con la tía, esta tu padre allí? – pregunto Edward.

QUE?... COMO QUE NO PUEDES VENIR? PERO ES QUE QUIERES QUE TU MADRE TE MATE, MEJOR DICHO QUIERES QUEDARTE SIN PADRE ANTES DE TIEMPO? – Escuche la voz del padre de Edward indignado.

Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas padre – rio Edward besando mi cuello.

Lo siento, es que Esme, enserio esta realmente rara y exaltada, desapareces y ella se trasforma, a veces pienso que tienes enamorada a tu propia madre – suspiro Carleslie.

Papa –

Lo se hijo, los entiendo mas que nada en el mundo, no sale una palabra de aquí, le diré a tu madre que te vaya a visitar el lunes al despacho, y mas te vale Cullen que la recibas con un abrazo, beso y cariño por que tu padre es el que paga las consecuencias – lo amenazo carleslie, quien entendía nuestra situación.

Si papa – rio mi novio ahora entrelazando nuestros dedos y midiendo nuestras manos distraídamente.

Oye como esta ella?... no, no puedo nombrarla – susurro bajo.

Que ni se te ocurra –

Va… lo siento, estoy seguro que me esta escuchando cierto? – Edward me dedico una mirada y asintió ahora refugiándose en mi cuello su respiración chocaba contra mi piel.

Aquí estoy Carleslie – sonreí acariciando la nuca de Edward.

Como esta tu brazo linda? Te duele? –

No ya no, mañana tengo que sacarme la venda, ya cicatrizo y todo – explique.

Me parece perfecto, bueno los dejo a ambos, pórtense bien! – se estaba despidiendo mi suegro, Edward se rio contra la piel de mi cuello.

Hermano usa el regalo que te mande mediante las pequeñas – escuchamos una voz grave Edward se tenso

EMETT CULLEN QUE TE DIJE DE ESCUCHAR LAS CONVERSACIONES A TRAVEZ DEL OTRO TELEFONO? – Lo reto carleslie.

Ya lo siento, es que es tentador –

De que regalo le hablas a tu herma… NO ME DIGAS QUE LE DISTE UNA CAJA? UNA CAJA… ES QUE ERES IDIOTA? SON NIÑAS! – Edward estallo en risa ante el reto de su padre al igual que yo.

Mejor prevenir antes de tiempo, por cierto… Isabella tienes ropa interior muy linda – dijo, claro él fue el que empaco todo, inmediatamente me sonroje por completo, Edward dejo sus caricias y se tenso.

Oh… Oh, Emett no tendrías que haber dicho eso – lo reto Carleslie.

MIRA PEQUEÑO OSITO DE PELUCHE CON ABSTINENCIA SEXUAL, LA PROXIMA VEZ QUE TE LE INSINUAS A MI MUJER CREEME QUE LA PRIMERA EN ENTERARSE SERA ROSALIE, AHORA SI ME DISCULPAS TENGO UNAS ASUNTOS QUE ATENDER! – Lo reto Edward cortando la llamada.

Desubicado – maldijo Edward volviendo al lugar de antes con su rostro entre mi pecho y mentón abrazado a mi cintura y acariciándola, mientras yo acariciaba su nuca ambos tumbados en el sofá.

Es terrible – reí.

Mmm… es insoportable – se quejo.

Oh vamos Edward es tu hermano – reí.

Tienes la piel muy suave – susurro con voz ronca mientras que con su nariz recorría mi cuello.

Lleve mis manos a su nuca para acariciar sus suaves cabellos, tras que el con sus manos acariciaba firmemente mi cintura, uniendo nuestros labios su lengua recorrió cada centímetro de la mía brindándome un sabor exquisito, el beso comenzó a intecificarse hasta convertirse en un mar de pasión y adrenalina, este hombre me llevaría a la perdición, las respiraciones comenzaban a faltar pero nada importo, no, lo tenia a él y eso era lo que necesitaba.

Bella – susurro contra mis labios.

Cállate y haz lo que tienes que hacer – conteste cuando me separe y lo mire a los ojos que se hundía en un profundo negro.

Ambos nos sonreímos fundiéndonos en el mas de los deliciosos besos, sus manos se filtraron por mi blusa inmediatamente haciendo contacto con mi piel, dando golpes eléctricos una y otra vez, si el jugaría así ¿Por qué yo no? Comencé a bajar mis manos por su abdomen desabrochándole uno por uno los botones de su camisa, mientras nuestros labios seguían unidos.

Le quite su camisa que dejo a la deriva un abdomen perfecto, blanco y duro, como el de una hombre que se ejercita a diario, ahora él era quien me quitaba mi remera mientras besaba mi cuello, cuando nos separamos de nuestro beso puesto que los pulmones pedían a gritos aire, dejamos unidas nuestras frente mientras el rodeaba mi cintura fuertemente contra el y yo acariciaba su gran espalda.

Eres hermosa – susurro abriendo los ojos negros.

Eres hermoso – repetí, apreté mis piernas mas fuerte en torno a su cintura uniendo nuestros labios lentamente, cuando se puso de pie conmigo sobre el, sin despegar nuestros labios disfrutando una y otra vez del sabor del otro llegamos a la habitación, obviamente me di cuanta cuando mi espalda toco una superficie blanda.

Sus labios abandonaron los míos atacando mi cuello mientras yo acariciaba partes de su cuerpo que estaban a mi alcance, sus manos se filtraron por debajo de mi espalda desabrochándome el sostén y dejándome a la deriva frente a él, me sonroje ante su mirada, pero su sonrisa me informo que no le disgustaba.

Comenzó a bajar despacio haciéndome retorcer del placer que me daba cada vez que sus labios recorrían alguna zona de mi cuerpo, comenzó por el lóbulo de mi oreja, bajando por mi cuello, hombro y pecho, una de sus manos se entrelazo con la mía tras que la otra acariciaba el costado derecho de mi figura.

Aquellos besos comenzaron a convertirse en mordiscones, mamadas y succiones sobre mis pechos haciendo que de mi boca solo salgan gemidos y mas gemidos, jugo con mis pechos y su lengua mientras mi respiración se agitaba mi espalda se arqueo pegándome mas a él, mientras me removía sobre la cama por las hondas eléctricas que mi cuerpo daba.

Luego bajo por mi vientre mientras desabrochaba mi pantalón y sacándolo junto con mis bragas quedando totalmente expuesta ante el, ya no me molestaba cada caricia que me daba hacia que pierda el control, comenzó a recorrer mi vientre con besos, besos pequeños pero apetitosos, subió con una mirada picara dejo un casto beso en mis labios y bajo nuevamente posicionándose entre mis piernas y esa… esa fue la perdición.

Su lengua comenzó a jugar con mis labios inferiores haciéndome retorcer agitadamente sobre la cama, con una mano sujete la sabana y con la otra me aferre a sus cabellos, cu lengua hacia la caricia cada vez mas profunda hasta encontrarse con mi botón el cual mordió, absorbió y bombeo con su boca una y otra vez, mi vientre comenzó a encenderse fuego, mandando vibraciones por todo mi cuerpo, apreté su rostro un poco mas a mi intimidad cuando sentía que ya no podía mas.

Ed-Edward… me… no, no… no aguanto – dije entre gemidos y gritos, cuando sentí que aquella bola de fuego se desasía haciéndome caer como una bolsa de papas sin fuerza para nada.

Eres exquisita – susurro en mi oído mordiéndolo, luego bajo por mi cuello y se junto con mis labios haciéndome probar de mi misma,  debía aceptar que mi sabor en su boca era exquisito, mis manos bajaron a su pantalón el cual desabroche y arrastre hasta dejarlo a exposición solo para mi.

Emmm… Ed… Edward – lo llame entrecortadamente al sentir como sus manos y labios viajaban por todo mi cuello.

Emmm? – respondió mordiendo mi hombro.

Te… te ne- necesito… Y-ya – ordene cuando ate mis piernas a su cintura para lograr que nuestras partes más delicadas se rozasen haciéndonos a ambos temblar.

Edward levanto la mirada, me beso la frente y estiro su mano para alcanzar los preservativos, se coloco uno mientras mirábamos el cuerpo expectante del otro, cuando volvió a llenar mi cuerpo de su peso me acerque a su oído y mordí su lóbulo …

Despacio… es la primera vez … que hago, esto – susurre cuando sentí que su cuerpo se tenso

Eres.. Eres virgen? – pregunto.

Sep. – respondí ahora besando su cuello

Bella… --

Has lo que tienes que hacer Edward… me entrego a ti por que sé que tiene que ser así – masculle, el me dedico una sonrisa y muy lentamente comenzó a entrar en mi, mi cuerpo sintió ese calor necesario, ese vibrar de las pieles…

Escu… escucha… te ardera al principio…. Pero, are… are que pase – advirtió acariciando mis labios, yo solo me dedique a asentir.

Mis piernas se abrieron mas, y el comenzó a introducirse dentro mio de a poco, despacio y con cuidado de no hacerme daño, luego de unos minutos el ritmo comenzó a aumentar ya que nuestros cuerpos solo pedían uno por el otro con locura, era tiempo de que entrara de lleno en mi… así lo hizo, logrando que mi cuerpo por un momento se tensara, el dolor era insoportable, era como si me estuvieran arrancando algo de mi cuerpo, algo mio.

Pasara – me susurro, mientras las embestidas se hacían mas profundas, tapo mis gemidos con sus labios besándome con locura y pasión, aquel dolor desaparesio convirtiéndolo en un placer único y exquisito.

Oh… oh Edward…. Oh dios – gemia luego de aproximadamente el 3º orgasmo de la noche.

Be… bella – repitió debajo de mi cuerpo, ahora yo me encontraba sobre el cabalgándolo, mientras él se dedicaba a besar mis pechos y cuello.

Mmm… ya… llego… Edward – grite haciendo el movimiento más frenético, llamativo, necesitado.

Be..Ya… llego – dijo el cuando sentimos como aquellos líquidos se fundía uno en el otro, haciendo que nuestros cuerpos caigan sudorosos y agitados sobre las blancas sabanas, me acomode a su lado enredando nuestras piernas fuertemente, una de sus manos se deposito en mi cintura mientras que la otra acariciaba mi mejilla, nuestras miradas seguían conectadas una con la otra al igual que las respiraciones que comenzaban a tomar su lugar, sus ojos negros de placer ya no estaban si no que ahora se observa ese verde agua, una de mis manos acariciaba su pecho mientras que la otra su cabello.

Te Quiero – me sonrió en susurro acariciando mi mejilla.

Te quiero – repetí besando sus labios, me apretó mas a él y me dejo en su pecho, escuchando el latido, ahora, tranquilo de su corazón, sentía su mano subir y bajar por mi espalda y cada tanto dejaba besos en mi cabeza.

Sabes?... tengo pensado mudarme – dijo Edward, mi cuerpo se tenso, ¿Mudarse? Es que acaso se quería ir, se quería alejar?

Me quede unos minutos en silencio y luego comprendí… él ya me tenia en sus sabanas ¿Para que me iba a necesitar? Me puse de pie sin decir nada enredada en la sabana.

Siento no ser lo que buscabas Edward – susurre sentada de espalda a él.

Que? – pregunto con sorpresa.

Te iras… me dejaras lo que no entiendo es porque?... porque tuvimos que llegar al limite de acostarnos juntos para que me lo digas? No era mas fácil evitarme todo esto, tan solo vete pero por favor… procura no volver – termine en lagrimas, sentí unos movimientos en la cama, hasta que sus brazos comenzaron a acariciar mis hombros y sus labios lo besaban.

Eres una tonta – susurro contra mi piel

Que? –

Pensaba mudarme a un lugar mas amplio, pero para poder hacerte un lugar en mi casa… imagíname sin ti… hace poco tiempo comprendí que no puedo estar lejos de ti desde aquellos meses en los cuales nos dedicábamos solo sonrisas y miradas recuerdas? – dijo mientras se sentaba alado mio y me coloco en su regazo acariciando mi cintura.

Solo quiero tenerte conmigo – susurre enredando mis manos en su cuello.

Siempre me tendrás contigo, hasta que tú me pidas que me vaya recuerdas? Siempre estaré contigo, no lo olvides, pero por eso quiero que te mudes conmigo, para que podamos estar juntos y felices… para que podamos compartir todo el tiempo necesario juntos, solo si tu quieres – murmuro ahora dejando pequeños besos en mi mejilla.

Te quiero Edward, eres lo mejor que tengo, simplemente no quiero alejarme de ti, le diste ese color necesario a mi vida y no sabes lo agradecida que estoy por ello – sonreí mirando esos grandes ojos color verde.

Te quiero bella – murmuro contra mis labios, nos acostamos nuevamente, el enrollo mi cintura con sus brazos pegando su pecho en mi espalda, entrelace nuestros dedos.

Sabia que los cuentos de hadas y las historias de princesas siempre tenían ese momento donde el príncipe comente un error, o el típico cuando llegan las doce aquel castillo se derrumbaba y la princesa volvía a la oscuridad, aquellas historias siempre tenia un final feliz ¿Recuerdan? Pero sin conflicto no hay trama sin trama no hay historia y así llegue a la conclusión de que Edward y yo podríamos pasar cualquier tipo de altercado, cualquier tipo de obstáculo siempre y cuando tenga sus abrazos para asegurarme, sus besos para calmarme y su voz para soñar.

Sabia que Edward era mi príncipe, solo me quedaba esperar convenirme en princesa…

Es increíble sentir tu calor, así tan cerca del mi cuerpo – susurro contra mi cuello luego de hacer el amor aproximadamente cinco veces, Edward cayo sobre mi cuerpo escondiendo su rostro entre mi mentón, cada vez que respiraba o hablaba su aliento chocaba contra la piel sensible de mi cuello, mientras que yo con mis largos y finos dedos acariciaba y tiraba del cabello de su nuca, o a veces recorría su ancha espalda con mis uñas, su piel se erizaba dando como respuesta un beso en mi piel.

Me gusta estar así – murmure con los ojos cerrados, el continuaba dentro mio, las respiraciones comenzaban a tomar rumbo tranquilo.

Tendrás que acostumbrarte – murmuro apretando mi cintura mas a él.

Creme si te digo que es un costumbre bastante buena y rápida – conteste, cuando sentí que apoyo su mentón sobre mi pecho, haciendo entonces que nuestras miradas se crucen, levante una de mis manos acariciando el contorno de su rostro, mientras que el no dejaba de acariciar mi cintura.

Ahora que lo pienso mejor, prefieres que nos quedemos en este departamento? – pregunto comenzando a besar mi cuello.

Bueno, a mi me gusta, es grande y espacioso, para nosotros dos es enorme – explique, dejando suaves besos en su mejilla.

Bella, tengo algo que contarte – suspiro.

Habla – murmure.

Te acuerdas que te conté que teníamos una guardia privada? – pregunto.

Si – masculle.

Bueno, te e contratado un guarda espaldas – dijo en casi un susurros.

Que tu que? – pregunte en casi un grito.

Lo siento, pero entiende que estaría mas tranquilo si tuviéramos a alguien que nos vigilara, también tengo al mio, en realidad poco lo vas a usar ya que no te dejare solo un instante, pero es para prevenir – me conto mientras salía de mi y se ponía de costado, me acurruque mas contra el, era muy lindo cuando el me protegía.

Creo que mi lugar mas seguro esta aquí – señale apoyando mi cabeza en su pecho, mientras envolví mis brazos en su cintura acariciando su caliente y suave piel, al mismo tiempo entrelace nuestras piernas quedando la mitad de mi cuerpo sobre el, mientras que Edward acariciaba mi espalda con sus manos.

Eso es bueno – concluyo en un susurro.

Mas de lo que tú crees – conté.

 Bella que hay de tu madre? – pregunto de repente.

Edward destruyes mi ego, acabamos de hacer el amor casi toda la noche y traes a la cama a mi madre? – bromee.

Hash… lo siento es que tengo una duda – rio besando mi cien.

Dime –

Bueno tu has dicho que tu madre es ausente, porque? –

Bueno Renee se volvió a casar con Phil, un jugador de beisbol en las ligas menores, digamos que mi madre es una adolescente mas entre muchas mujeres – explique bostezando.

Creo que le caerás de maravilla a mi madre – mascullo.

Porque? – pregunte extrañada.

Siempre ha querido una mujer mas como hija y creme tú te convertirás en esa – sonrió acariciando mi nariz con la punta de la suya.

Te quiero – suspire apretándome mas a él, besando sus labios.

Te quiero – contesto mientras me devolvía el beso.

Que hora es? – pregunte de repente al darme cuenta que los destellos del amanecer estaban saliente.

Cinco y media – contesto.

Wow – me limite a decir.

Es mejor que durmiéramos un poco, no vaya a se cosa que después se nos desacomode el sueño – rio mientras me abrazaba mas fuerte.

Tengo una táctica para hacer que nos de sueño – conté colocando todo mi cuerpo sobre el.

A si?... pues entonces cuéntamela mañana, por que hora tus ojos se cierran – rio apretándome mas a él.

Hasta mañana – me despedí piel contra piel.

Hasta mañana, amor – susurro, besando mis cabellos.

Y así… ambos desnudos, con nuestros cuerpos lo mas entrelazados posibles, caímos ambos en brazos del Morfeo.

 

Capítulo 10: Te invito a mi vida. Capítulo 12: Seguridad.

 
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