Solo Importas Tú +18

Autor: GiulyTwilight
Género: + 18
Fecha Creación: 15/12/2012
Fecha Actualización: 21/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 38
Comentarios: 127
Visitas: 88457
Capítulos: 19

Edward un importante empresario con una familia realmente famosa, el siempre sintio que esta destinado a estar solo, pero su pensamiento se ve juzgado al conocer a la nueva administradora de finanzas de su empresa, Isabella Marie Swan.

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Capítulo 19: Encuentros, Historia, Familia...

Hola Hola Hola de nuevo a todas! (:

Les cuento, estoy enferma, me siiiiento MUY mal, pero bueno aquí presente el capitulo mas esperado por todas, es un capitulo bastante revelador ya que conoceremos la historia de uno de los personajes mas queridos..

E leído algunos comentarios, donde decían que Edward y Bella no tienen que separarse pues les tengo una noticia… no les dire que pasa :P JAJAJ.

Sigan la historia y gracias por visitarme dia a dia.

Como siempre saben donde pueden contactarme:

http://ask.fm/PaginaRobertPattinsonyKristenStewart

Las quiero.

Giu.

BELLA POV .-

Amor atiende debe ser la pizza – me grito.

Si amor – sonreí, dejando sobre la mesada la mantequilla de maní que me estaba comiendo a cucharadas, camine descalza y con la camisa de Edward por el pasillo saboreando la cuchara llegue a la puerta y…

¡Por todos los cielos!

Hola bella – saludo un sonriente carleslie.

Esto, no puede estar pasándome a mí…

Ho… Hola Carleslie – salude, abrí la puerta para que entre cuando escuche la voz de una mujer.

Querido evidentemente no sabes buscar bien en el coche, te dije que el regalo de Edward esta… – la mujer de cabellos color caramelo, una suave tez color blanca, una figura excelente y una ternura en su voz, sus ojos eran verdes al igual que los de Edward, su figura aparte de perfecta era menuda por lo tanto era igual a la de Alice, vestía un traje fino color marrón con una falda hasta las rodillas y una camisa acompañada de su chaqueta a juego, se quedo mirándome de arriba abajo, tenia una belleza única… Esme.

Amor, no agarraste el dinero… mama – Edward se asomo por la puerta del comedor aun sin remera y con sus pantalones de franela color grises, se quedo estático al igual que realmente era una sorpresa, Esme y Carleslie miraron a Edward de arriba abajo, al igual que a mi.

Edward Anthony Cullen, se puede saber en que diablos estas pensado? – la voz de esme era dura y lo apuntaba con el dedo al mismo tiempo que avanzaba, me sentía avergonzada, me sentía lastimada… me sentía nada bueno, supe entonces que Esme no quería alguien como yo para su hijo, baje la mirada conteniendo las lagrimas.

Mama… Bella y yo – pero esme no lo dejo continuar.

Oh… no, no, Cullen no estoy enojada por eso, SIETE DIAS, hace SIETE días que no llamas a tu madre, que no la visitas y para colmo me vengo a enterar que mañana a las siete de la mañana abordas un vuelo directo a roma, QUE RAYOS TIENES EN LA CABEZA? – Reprocho una enojada esme, pero mi animo subió al darme cuenta que la raíz del problema no era yo.

Lo.. Lo siento mama, pero he estado terminando los asuntos de la empresa, pasaporte, documentos, las valijas y todo, sabes que esas cosas te ocupan la mayoría del tiempo – le explico pasando una mano por su cabello, Carleslie pasó su brazo por mi hombro de forma paternal y ambos mirábamos la escena divertidos

Y eso no es todo, como no me dijiste que tu novia estaba en el HOSPITAL? COMO NO ME LLAMASTE PARA AVISARME QUE MI NUERA ESTABA EN EL HOSPITAL? – Esme espetaba cada palabra entre dientes pero con fuerza, me sentía llena al escuchar sus palabras, al parecer me aceptaba o eso al menos insinuaba.

Esme – quiso decir carleslie pero inmediatamente lo cayó .

Tu CARLESLIE CULLEN eres otro, asique te callas, con respecto a ti muchacho déjame decirte que no te abrasare por lo menos hasta que vuelvas de ese viaje – termino suspirando aquella mujer tierna pero correcta, mire la cara de Edward, sus ojos lucían tristes mientras miraba a su madre.

Te quiero mama – fueron las palabras mágicas que Edward dijo, esme levanto la mirada y lo abrazo fuertemente, era una imagen tierna pero al mismo tiempo chistosa, Edward sonrió sobre el hombro de su madre y me guiño un ojo, yo sonreí animadamente.

Eres un aprovechador de mis debilidades hijo, yo también te quiero – beso la frente de su hijo de forma maternal, luego se dio vuelta y camino hasta mi, levanto mi mentón con sus finos dedos en ellos lucían joyas brillantes y finas, relucientes.

Y tu hija, también estas castigada, como es eso de que sales a comprar con tus hermanos y no eres capaz de avisarle a tu madre postiza, tuve que enterarme por teléfono que estaban en la suite de Fernández, es que no son capaz de mandarme un texto o algo? – me sorprendí al escuchar los apodos, me quede estática, nunca nadie me había tratado de forma tan maternal.

Lo.. Lo siento… señora Cullen – me disculpe, sentí unos fuertes brazos tomarme de la cintura y un fuerte pecho en mi espalda, Edward quien beso mi cuello y miro a su madre sonriendo.

Señora Cullen? Wacala suena anticuado, puedes decirme Esme, Suegra, mama, o lo que te ocurra pero jamás Señora, ash… eso déjaselo a los que no pertenecen a mi familia – me sonrió de manera maternal dejando un beso en cada una de mis mejillas.

Que hacen aquí? – pregunto Edward.

Y todavía tienes el descaro de preguntarlo? Pues muy fácil cuando me entere lo del avión y las compras le dije a tu padre que me traiga, pues si el pájaro no va al nido, que el nido vaya al pájaro, tus hermanos caerán en cualquier momento, lamento interrumpir su noche de actividades físicas – rio señalando nuestros atuendos, me sonroje inmediatamente.

Mama – dijo en tono de regaño Edward.

Oh tranquilo, no pienses que tu y tus hermanos llegaron a este mundo por obra y gracia del espíritu santo, tu padre tuvo que hacer demasiado ejercicio – dijo mientras nos giñaba un ojo y carleslie besaba su frente, eran una pareja única, joven, hermosa pero se notaba el amor que ambos se tenían.

¡Oh por dios! No te pedí detalles mama, prefiero escuchar él cuenta de la cigüeña – se quejo Edward contra la piel de mi cuello.

Será mejor que se vistan si no quieren que Emett comience con sus bromas – nos dijo el padre de Edward.

Ve amor yo esperare las pizzas – Edward dejo un casto beso en mis labios y se dirigió a la cocina con sus padres como pude camine a nuestra habitación.

Debido a que tenia todo dentro de la valija ya cerrada, tome una camisa que Edward no llevaría al viaje, mis viejas calzas y me ate el pelo en una coleta alta, me lave la cara y moje mi nuca, me sentía realmente feliz por la forma en la que los padres de Edward me trataban, cuando Salí del baño Edward estaba colocando el mantel en la mesa y esme tenia los vasos, mi novio se había puesto una remera de manga corta blanca y lisa, normal.

Ey – me llamo estirando su brazo mientras me apoyaba en su cuerpo que estaba reposado en la mesa, el comedor estaba vacío.

Vaya manera de conocer a tu madre – bromee besando su pecho.

Te aman bella, jamás vi a mi madre tan suelta con alguien, mi padre te tiene en un altar más o menos – dijo Edward basando mi cien.

A que hora salimos mañana? – pregunte.

En realidad a la hora que quedáramos, pero necesitamos estar temprano allá entre que nos acomodamos en el hotel y nos preparamos para la cena de la noche, el tiempo pasara, el fin de semana saldremos por las noches y durante la semana recorreremos un poco hasta el jueves que viajaremos a ver a tu madre, luego de eso volveremos nuevamente y realizaremos viajes por el correr del mundo – finalizo tomando aire.

Wow… nos llevara meses – murmure con mis ojos cerrados.

Pasara rápido… ya veras, obviamente nos tomaremos descansos en distintas partes del mundo, asistiremos a cenas empresariales y toda la cosa, si con el pasar de los meses nos vemos lo suficientemente seguros pues muy fácil nos presentaremos a la semana de la moda donde asisten todos los Cullen a excepción mía – quiso continuar pero una divertida esme lo interrumpió.

Y como excelente madre que soy, o mejor dicho como mi niño no me niega nada me prometió presentarse en la sociedad cuando su hermana realice la temporada y la fecha es dentro de tres meses – finalizo cuando el timbre sonó.

Esos deben ser tus hermanos – grito carleslie yendo para la puerta de entrada.

Papa! –

Abuelo!! –

Carleslie –

PAPI! –

Carleslie –

Emett, las niñas, Rosalía, Alice y Jasper entraron por la puerta saludando a quien ahora se hacia  llamar mi suegro.

Hijos – sonrió carleslie abriendo la puerta para que todos pasasen.

Mama – saludo un Emett sonriente.

Hola mi osito – lo saludo con dos besos en su mejilla.

Abu – dos felices niñas.

Mis bebes, como están? – les pregunto esme bajando a la altura de sus nietas.

Mami – saludo una sonriente Alice.

Esme – saludaron los mellizos Hale.

Pizzas, gaseosa para los chicos y cervezas para los grandes – festejo Emett caminando a la cocina con unas cuantas cajas de pizzas y una bolsa repleta de latas y botellas.

Muero de hambre – sonrió Edward mientras cada uno tomaba su lugar en la mesa.

Carleslie se sentó en la punta, a su izquierda estaba Esme tomando su mano, Emett se sentó junto con Rosalíe con sus hijas al costado, Alice se sentó a la derecha de su padre seguido de un Jasper incomodo, alado de Jasper se sentó Edward quien me sentó a su lado y como acto reflejo coloque una de mis piernas en su rodilla mientras el la acariciaba con su suave mano.

Ya tienen todo para el viaje cierto? –

Si mama, Bella estuvo preparando todo, tenemos las valijas terminadas solo falta cerrar la ultima – explico Edward dándole una mordida a su pizza.

Empezaran por Roma? – pregunto carleslie limpiando con una servilleta de papel su grasosa boca.

Si, pero luego haremos un desvió para la casa de la madre de Bella, luego retomaremos – conto Edward.

Te eh dejado al mando todo lo que el avión necesita, Carla y Martin se encargaran de la estadía, a Math y el otro guardaespaldas lo mandare en otro avión, me conto Eric lo de las familias es una excelente idea – comento carleslie.

Un momento… de que avión hablan? Y como que mandaras? No entiendo, es un vuelo comercial no podrás hacer lo que te valga – supuse mirando fijamente a mi suegro.

Oh… veo que Edward no te lo ah dicho –

De que me perdí? – pregunte.

Belly Bells, eres demasiado inocente, a ti te parece que con todos los viajes que hacen la familia Cullen tomaríamos un vuelo comercial? Si multiplicas cada vuelo por veinte y luego lo divides en siete personas te darás cuenta que gastaríamos el doble que comprar un avión – contesto Emett.

Sigo sin entender –

Tenemos nuestro propio avión, es uno personal que usa solo la familia, en realidad tenemos dos, uno para la seguridad, guardaespaldas etc. y otro para nosotros – agrego Jasper.

Wow… creo que ese pequeñísimo detalle alguien olvido decírmelo – susurre entre dientes mirando a Edward, quien se atraganto con su cerveza, se la quite de la mano y luego tome yo, si hablaba lo mataba, como no me iba a decir que tenia un vuelo solo para el.

Luego de ese percance pasamos la cena riendo y escuchando anécdotas de la familia…

Las niñas estaban en el sillón armando un rompecabezas que Carleslie les había regalado, ya que cuando terminamos de comer nos quedamos haciendo una sobremesa, ahora las posiciones habían cambiado, Jasper lo mas alejado de Alice puesto que sus pelea aun no estaba arreglada, Rosalíe tenía las piernas en el regazo de Emett mientras este las acariciaba, tras que Esme estaba acurrucada contra Carleslie, Edward tenia su fuerte brazo sobre mi hombro y mis dos piernas colgaban desde su regazo mientras que nuestras manos libres jugaban a entrelazar los dedos continuamente, mi rostro estaba apoyado en su hombro mientras que el tenia su mentón sobre mi cabeza cada tanto dejando tiernos besos.

Oh yo… yo tengo una! – aplaudió Emett.

Cállate – dijo un Carleslie con el ceño fruncido.

Oh no, no necesito contarla – festejo Emett cual niño pequeño.

Cuéntala – alentó Alice.

Va… era una tarde de verano yo tenia mis trece años, Alice y Edward tenían ocho, papa tenia ganas de ir a pescar asique sacamos las cosas de pesca… teníamos un lago cerca de la casa donde siempre paseábamos los fines de semana, mama nos preparo una canasta con comida y emprendimos camino hacia lo que seria nuestra tarde en familia – Emett comenzó la historia, pero cada tanto se reía con esa risa contigiosa, provocando a todos ganas de reír.

Llegamos al lago y pusimos las cañas en el lago la carnada ya estaba en ellas, sabíamos que si pescábamos algo alguna de las cañas sonaría, nos sentamos en el pasto a comer, pero papa decidió quedarse haciendo vigilancia, Alice y yo estábamos trepando en un árbol cuando sentimos al idiota de Emett llamarnos en susurros cuando nos acercamos a él, tenía una bolsa con lombrices – continuo Edward.

Odiaba las lombrices así que le pedí a Emett que me las sacase de tan cerca, Emett obedeció asique corrió a dejarlas donde estaban pero antes de llegar justo vio que papa estaba agachado arreglando la tanza de una de las cañas, recuerdo como alzo la ceja y sonrió maléficamente, Edward respondió de la misma manera fue así entonces como cache la idea que tenían y me uní a ellos – agrego Alice.

Les dije que si querían ver a papa correr, puesto que el de actividad física tiene poco y nada, Alice como niña de papa dijo que no, pero cuando vio que Edward daba el si ella inmediatamente se nos unió – conto Emett.

Asique cada uno de nosotros agarro una lombriz, tratamos de que sean las mas grandes, sabíamos que eran las que se sentían mas – comenzó a reír Edward mientras carleslie tapaba su cara con ambas manos, esme reía también.

Pero como yo de niña era tan inocente, y la idea de ver a papa correr me encantaba tome el tapar con todas sin que mis hermanos se dieran cuenta, caminamos los tres y Edward junto con Emett dejaron las lombrices justo en la parte del cuello de la camisa de papa, pero carleslie estaba tan concentrado que no se dio cuenta, asique como pude ya que yo era petisa me subí a una piedra y comencé a vaciar el taper pero en el agujero de su pan… pantalón – Alice no pudo terminar el relato puesto que la risa la ataco por completo.

No pasaron diez segundos que lo vimos a papa correr y sacarse la ropa por alrededor de la laguna – estallo la mesa en risas mientras que carleslie se ponía bordo de la vergüenza.

Lo vimos correr… pero… pero desnudo! – agrego Emett mientras que todo reíamos a carcajada limpia.

Esto es bochornoso – susurro un intranquilo Carleslie.

Luego de escuchar unas cuantas anécdotas mas, me levante de la mesa, mientras esme y Alice lavaban los restos, y Emett junto con Rosalíe y Edward hablaban animadamente con Carleslie, me fui hacia la habitación que compartía con Edward a cerrar la última valija.

Que me falta? – comencé a decir caminando por la habitación pensando que me olvidaba de meter en la valija.

Tranquilidad te falta querida – escuche la melodiosa voz de Esme, dando un respingo debido a lo concentrada que estaba.

Oh… esme me has asustado – sonreí terminando de preparar mi neceser .

Lo siento no ah sido mi intención, solo venia a hablar contigo – explico sentándose al borde de la cama, junto a mi valija, mis nervios comenzaron a crecer.

Hablar conmigo? Pasa algo? – pregunte, mientras ella hacia una señal para que me siente a su lado.

Solo quería disculparme –

Disculparte? Por qué? – pregunte mientras ella tomaba mi mano entre las suyas tan delicadas y suaves

Rosalíe me ha contado lo que las gemelas han escuchado hace un par de días en mi casa, sé que capaz pienses que para mi no eres mas que una simple empleada de la empresa que viene a robar el dinero de mi hijo, pero mis verdaderos pensamientos no son esos – explico

Esme, enserio no hay problema Alice no me conocía – justifique.

No hay disculpa o justificación para las cosas que Alice dijo, aun sin conocerte se toma la libertad de juzgarte sin tener derecho alguno, se también que cuando llegue al departamento pensaste que estaba enojada por la forma en la que estabas y en la que apareció Edward – sonrió

Wow… lees mi mente – bromee.

Eres una niña tan pura que es muy fácil leerte, pero a lo que voy es que jamás me enojaría por la forma en la que haces feliz a mi niño, tal vez con sus años de adultez pienses que soy un poco exagerada pero Edward siempre será mi pequeño bebe, hace semanas me entere sobre la administradora de finanzas de Edward, no sabia su nombre, pero inconscientemente Edward te nombraba como su secretaria, creo que te conozco mas yo que tu misma –

Edward y yo nos hicimos buenos amigos al principio – conté.

Lo se, durante ese tiempo mi hijo cambio demasiado, se presentaba en casa mas seguido, me llamaba todo el tiempo y salía con sus hermanos, estaba feliz… no es una locura lo que te voy a decir, pero sé que tú eres la causa de su felicidad, y te estoy muy… muy agradecida por ello, cuando desapareció en el sentido de que no llamo, ni tampoco venia a casa me di cuenta de que encontró lo que tanto tiempo busco… a ti, lo que has visto cuando llegue no era mas que un chiste, jamás me enojaría por como le sacas sus sonrisas y formas de vivir la vida – su tono era bajo pero seguro a la vez

Esme no tiene de que disculparse – interrumpí.

Claro que tengo, cuando Alice llego a casa a decir todas las cosas que dijo aun sin conocerte te defendí, pero sé también que mis pensamientos estuvieron a punto de juzgarte sin razón alguna, solo… quiero que sepas Bella que siempre podrás contar conmigo con cada uno de tus actos por que no soy absolutamente nadie para juzgar, quiero que ahora me tomes como una suegra una segunda mama una amiga, ojo aun estoy enojada por que salieron de compras sin mi – termino en risas las cuales acompañe.

Muchas gracias – sonreí secando la solitaria lagrima que caía por mi mejilla sus palabras fueron tan sinceras, tan puras.

Ven aquí pequeña – me sonrió maternalmente extendiendo sus brazos, fundiéndonos ambas en un hermoso abrazo.

Sé que van a ir a la fiesta esta de empresarios, créeme la detesto, pero te voy a pedir algo bella, no te dejes pisotear por nadie, muestra la mujer que eres y mantente junto a tu hombre – me reto sacudiendo el dedo en mi señal.

La are – sonreí.

Bien ahora muéstrame que vestidos haz comprado – me sonrió comenzando a ver las bolsas que aun no estaban listas para el viaje.

Vestidos, carteras, zapatos, chaquetas, pantalones, batas, lencería y miles de cosas mas salían de las bolsas para una sonriente Esme, su forma de mirar era tan maternal, tan especial, mientras ella extendía las telas una y otra vez me dedique a observarla, su traje color café dejaba un suave escote en su pecho, el cual me deleite mirando, pero algo me sorprendió en el lado de su corazón una pequeña marcase observaba, era digna de una cicatriz, hice una nota mental para luego preguntarle a Edward a que se debía aquella marca, seguí observando su cuello en el cual colgaba una fina cadena de oro con tres delicados muñecos en plata y piedra, era la figura de dos niños y una niña…

Te gusta? – me pregunto sacándome de mis pensamientos, acariciando sus medallas.

Son muy lindas y delicadas – apunte acercándome a ella.

Fueron un regalo de carleslie cuando nacieron nuestros hijos, si te fijas bien del otro lado de la figura están sus nombres y fechas de nacimientos grabadas – apunto mientras tomaba al ultimo niño de su cadena.

Este es el de Edward, la del medio es Alice y el primero de todos Emett – sonrió.

Ahora que lo recuerdo Rosalíe tiene el mismo – apunte recordando que rose tenía dos pequeñas figuras de niñas.

Cuando mis nueras o mi hija tiene algún hijo me dedico a regalarles las cadenas con las figuras de los pequeños, espero poder regalarte la tuya – señalo guiñándome un ojo.

Seguimos mirando los vestidos y luego los zapatos, cuando terminamos, pude cerrar por fin la valija y dejar todo acomodado en un costado de la habitación, mientras esme me observaba atentamente con cada uno de mis movimientos, luego de dedicarme una sonrisa tierna caminamos a la sala donde todos estaban atentos a una charla y tomando café en la sala de estar, camine hasta quedar frente a Edward quien sin siquiera salir de su concentración en la charla con su padre me abrió sus brazos y me senté en su regazo, mirando como esme hacia lo mismo, Rosalíe estaba a un costado de Emett con sus niñas cada uno en cada regazo tras que Jasper miraba atentamente a Edward y Alice se encontraba apartada con su teléfono.

Las acciones de la empresa son perfectas, los abogados no tienen justificación para la venta de números, creo que lo llevas bien Edward – felicito el sonriente padre.

Ya era hora de que te tomes unas vacaciones hijo – apunto su madre.

Lo sé – sonrió Edward besando mi frente.

Creo que es hora de irnos, mañana se van temprano y no podrán despertarse, les deseo un excelente viaje – nos abrazó un sonriente Jasper.

Luego de que todos se tomen sus minutos para despedirnos con abrazos, besos y buenos deseos quedamos solos en el silencioso departamento, pero mi mente aun seguía fundida en aquella marca de esme, rápidamente sentí unos labios en mi cuello.

Señorita Swan, nos quedan aproximadamente unas nueve horas para salir de viaje tengo pensado una tarea para que el tiempo pase rápido – dijo con su voz sensual mi Edward mientras que filtraba sus manos por debajo de mi remera.

Muéstreme señor Cullen, cuales son sus ideas – sonreí volteando, rápidamente sus ojos se volvieron negros y juntando nuestros labios apasionadamente para comenzar una tarea bastante movida para ambos.

.

.

El rechinido de la cama, los gemidos y gritos pasionales eran lo único que se escuchaba en este momento en la habitación, Edward me embestía salvajemente mientras yo apretaba su espalda fuertemente, esperando ambos nuestro quinto orgasmo de la larga noche.

Mmmh – ronronee cuando sentí sus embestidas frenéticas y sus labios en mi cuello.

Hace… demasiado… calor… aquí – murmuro Edward cada palabra embistiendo en mi cuerpo una y otro vez, nuestros cuerpos resbalaban debido a la traspiración mi boca estaba entretenido en el lóbulo de su oreja.

Más… mas… necesito… más, Edward – dije encontrando mi voz, puesto que la falta de respiración lo hace imposible.

Apreté mis piernas en la cadera de Edward, fundiéndolo en mi mas fuerte, movimientos frenéticos y gruñidos era lo único que se escuchaba, rápidamente juntamos nuestros labios en un beso desesperado, en un beso único, un beso donde aquel cielo estaba a punto de abrirse,.

Ed… oh… Edward – termine gritando sobre sus labios cuando mis paredes se apretaron fuertemente a su miembro, mis pies se acalambraron mis uñas se clavaron en su espalda y mi cuerpo se arqueo mas cerca del suyo, cayendo totalmente en un transe realmente agotador.

Bel… bella – murmuro Edward desplomando su fuerte cuerpo sobre el mio, sus mojados pelos tocaban mi nariz mientras que su rostro a un costado de mi pecho, ambos tratábamos de acomodar nuestras respiraciones.

Ambos teníamos la forma tan tierna y salvaje a la vez para hacer el amor, que siempre cuando terminábamos nunca podíamos separarnos, siempre quedaba uno encimado al otro, sin espacio para el aire.

Te apetece un baño? – me pregunto luego de que por fin tomáramos las respiraciones correctamente.

Claro – sonreí dejando un casto beso en sus labios y caminando al baño con el detrás mio.

El agua caliente pegaba en nuestros cuerpos, relajando aquellos músculos cansados debido al sexo sin control, ambos nos encargamos de enjabonarnos uno al otro y besarnos lentamente pero sin hacer el amor puesto que estábamos muy cansados, secándonos con las blancas toallas, Edward se coloco uno de los pantalones que quedaban en el armario y me lanzo una de sus remeras de la universidad ya que no tenia mis camisones, nos acostamos como siempre nuestros cuerpos se pegaron mis manos acariciaban su pecho mientras que estaba acostada en el hueco de su cuello respirando su colonia tan varonil.

Te amo – susurro con su voz suave.

Te amo – conteste con los ojos cerrados, mis dedos trazaban figuras en su pecho mientras que el con su dedos índice recorría mi espalda notando los suaves posos de mi columna, mi dedo subía y bajaba hasta que me encontré con un suave relieve en su pecho, me extraño puesto que jamás se lo había sentido, abrí mis ojos y me apoye en mi codo mirando aquella línea recte tan parecida a la de esme.

Se la haz visto a esme cierto? – me pregunto abriendo sus orbes verdes, mientras mis dedos acariciaban su cicatriz.

Porque tienes esto Edward? – pregunte.

Es una larga, larga historia – murmuro volviendo a cerrar los ojos.

Tengo todo el tiempo del mundo – sonreí suavemente dejando un beso en su cicatriz.

Cuando mi madre quedo embarazada de Alice y de mi al principio no se sabia que era un embarazo múltiple, en el séptimo mes fue cuando se dieron cuenta, los meses pasaron tranquilos al igual que el embarazo pero en el ultimo digamos que las cosas se complicaron, los estudios reflejaban que uno de los bebes tenia un soplo en el corazón, eso en el momento del parto no era bueno, ya que el corazón al ser tan pequeño no soportaría, decidieron que lo mejor era que ambos naciéramos por cesaría y así fue, mi madre asustada y mi padre totalmente mal superaron la operación o mejor dicho, mi corazón soporto la operación – se corrigió con una sonrisa.

Edward… Edward tuviste un problema en el corazón y no me contaste? – pregunte indignada.

Aun no termina la historia pequeña – me sonrió besándome suavemente.

Continua – susurre acariciando su mentón.

Los años pasaron y mi madre me llevaba de cardiólogo en cardiólogo buscando alguna solución para poder hacer que aquel soplo no se haga mas grande de lo que ya era, me prohibieron el deporte, y aquellos esfuerzos que hicieran que el corazón se agite, estuvimos años de medico en medico hasta que encontramos uno – sonrió con tristeza.

Y que paso? – pregunte.

Mi edad era demasiado avanzada para que los tejidos se cierren y aquel pequeño agujero desaparezca, asique los médicos obtuvieron una solución – susurro.

Cual? –

La solución era extraer un poco de tejido de algún corazón ajeno para poder cubrir el mio – conto.

Pero Edward eso es imposible, si le quitas un pedazo de tejido a alguien le quedaría un soplido – explique.

Exactamente – me miro con sus ojos tristes, inmediatamente lo comprendí.

Tu madre – murmure.

Tenia doce años cuando decidieron que me iban a  realizar la operación, pero yo desconocía a quien se lo iban a extraer, asique entre en quirófano el día después de mi cumpleaños, según mi padre ese iba a ser mi regalo, sanar lo que jamás se lastimo, desperté aproximadamente cuarenta y ocho horas después, aun recuerdo como mi pecho dolía, Emett y Alice estaban junto a mi cama al igual que papa, pero no encontré a la persona que necesitaba en ese momento – señalo.

Que paso con esme? –

Cuando me realizaron la operación, el corazón de esme comenzó a fallar pero los médicos con mucho esmero pudieron sacarla adelante, recuerdas la frase que le dije a Emett? – pregunto mirándome con sus profundos ojos verdes.

FLASHBACK.-

Edward, tu mas que nadie sabe lo que es eso, me extraña que seas así -- ¿Más que nadie? Por qué Edward se tensó?

No es lo mismo Emett, ellas la tienen para disfrutarla yo no – vi una sonrisa triste en el rostro de Edward.

FIN FLASHBACK.

No entiendo lo que quisiste decir con el… “ellas tienen para disfrutarla, yo no” – recite.

Cuando desperté de la operación los días comenzaron a pasar y mama no venia a verme a la habitación, recuerdo que siempre que escuchaba la puerta abrirse esperaba ver su sonrisa y recibir su cálido abrazo, pero esos días se convirtieron en un mes y mama seguía sin venir, cuando le pregunte a mi padre que era lo que pasaba me mintió contándome que mama estaba engripada, por lo tanto no podía ingresar a la habitación ya que el virus podría atacar mi corazón, como un inocente niño le creí, estuve aproximadamente tres meses internado en la clínica, tenían que ver que mi corazón funcionase bien, pero en esos tres meses que estuve mama seguía sin venir a verme, cuando me dieron el alta fui con la esperanza de encontrar a esme en casa pero no fue así, mama no estaba en casa, mama no estaba – termino en susurros.

Edward… que paso? – pregunte en su mismo tono acariciando con mi nariz z su mentón.

Cuando le pregunte a mi papa, donde estaba mama el solo me respondió que tuvo que salir de viaje a una de sus sucursales de diseño fuera del país, en ese supuesto viaje estuve 5 meses mas, ocho meses pase sin mi madre, un día fui a la clínica de mi padre tenia que acompañar a Alice a que se vacunara, éramos pequeños, Emett venía con nosotros, sabía que ellos sabían algo que yo no puesto que Alice en las noches lloraba y Emett trataba de consolarla, comencé a buscar a papa por su piso mientras mis hermanos esperaban a una enfermera para realizar la vacuna, camine por los pasillos, puerta por puerta de la clínica, pero cuando estaba a punto de volver a mi comienzo algo me llamo la atención, una de las habitaciones tenia la puerta a medio abrir, me llamo la atención que justo aquel numero era el mismo de la fecha de mi cumpleaños, como un niño curioso entre, pero lo que encontré no fue lo que esperaba – trago pesadamente cerrando sus ojos.

Era tu madre – complete, pero el negó rápidamente con la cabeza.

Aquella mujer no tenia ni una semejanza con mi madre, estaba completamente pálida, tanto que hasta la sabana blanca era mas oscura que ella, su cabello estaba atado en una desordenada coleta, no llevaba sus anillos ni cadenas, pero lo que mas triste me puso fue que cuando entre no me dedico esa sonrisa que esperaba, yacía completamente dormida, había maquinas por todos lados, tenia cables por todo su cuerpo, recuerdo que sentí una mano en mi hombro y era mi papa, lo odie tanto, tanto… trato de abrazarme pero lo aparte y le grite un par de estupideces de niño, corrí a mi madre y comencé a llamarla pero ella no me contestaba, mis hermanos aparecieron poco después los cuales odie al igual que mi padre, quisieron sacarme de la habitación pero amanece que si lo hacían comenzaría a gritar, sabían que tenían que tener cuidado a mis reacciones puesto que a pesar de los meses mi corazón seguía en recuperación, asique allí estuve en la habitación todo el día, mi rutina fue exactamente la misma por los siguientes 8 meses adelante, me despertaba iba al colegio y del colegio a la clínica a contarle a la persona que yacía en esa cama como había sido mi estúpido día de clases, recuerdo háblale, abrazarla, besarla y miles de cosas mas, le llene la habitación de flores, dibujos, muñecos… todo, un día me quede dormido sobre su pecho pero recuerdo perfectamente cuando una caricia en mi desordenado pelo me despertó, levante la mirada y allí estaba ella o la que parecía ser ella, me miro con dulzura y por fin me dio esa sonrisa que tanto necesite durante todo ese tiempo – termino de explicar mirando el techo.

Lo… lo siento… no, no sabia – me disculpe por traer tan malos recuerdos a su mente.

No te preocupes supongo que en algún momento te enterarías, a eso se debe el que esme todavía me considera su bebe, ella siempre me dice que cuando no esté siempre tendré 

conmigo un pedacito de ella, y es verdad porque tengo un pedacito de su corazón – dijo con una sonrisa apretándome contra su cuerpo.

Edward? – llame.

Mmmh? – ronroneo con los ojos cerrados, me acerque a su oído posicionándome encime de su cuerpo.

Te amo – le susurre, como respuesta abrió sus ojos y me sonrió.

También te amo – contesto apretándome fuertemente contra su cuerpo, no sin antes dejar un suave beso en mis labios.

Y así fue como me entere un poco más de la historia de Esme, pero también así fue como me quede totalmente dormida, entre los brazos de la persona que tanto amaba, entre los brazos de Edward…. Mi Edward.

Pensando que también… mañana nos esperaría un día único… mañana era la hora de Roma.

Capítulo 18: Compras.

 
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