a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45275
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

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Capítulo 6: NO ME APARTES DE TU LADO

 

CAPITULO 6: NO ME APARTES DE TU LADO


-Vamos Edward no me tengas miedo, solo quiero enseñarte como veo a las personas-explico esbozando una gran sonrisa. Luego palmeo su cama indicándome que me sentara a su lado.

Con mucha cautela me aproxime y me deje caer a ella.

-No muerdo-bromeo intentando que me relajara.

Quise decirle que la diferencia radicaba en que yo si, y que si eso sucedía podría matarla o convertirla en un monstruo. Un monstruo sin alma como yo, que me atrevía a aproximarme a un ángel tan perfecto y puro como ella. No se que diablos hacia a su lado, pero la necesidad de su compañía era y el deber de protegerla era mas fuerte que cualquier lógica y razón.

-La vista es muy útil, y en realidad no la apreciamos hasta que la perdemos, como fue mi caso… pero ahora tengo que ver el mundo a través de mis otros sentidos.-digo buscando mis manos.

Mi cuerpo tembló ante su roce. Eso algo que le tendría que pasar a ella, pero Bella parecía inmune al cambio de temperatura, o por lo menos hacia que ninguno en mi familia se sintiera incomodo con ello.
Sus manos subieron por mis brazos con lentitud, apretando ligeramente a cada. Llego a mis hombros y continúo por mi cuello, hasta que sus palmas se posaron en mis mejillas. Jamás en toda mi existencia me había sentido tan calido y tan vivo, como lo estaba ahora por primera vez.

Sus dedos delinearon mis facciones con mucha suavidad y delicadeza. Las manos de Bella eran como suaves plumas sobre mi piel de helada y dura. No puede evitar que mis parpados se cerraran y que mi mente viajara a otra realidad. Una realidad en la ella pudiera ser mía, en donde no tuviera miedo de compartir mi vida a su lado. Donde ella dejara de ser frágil y delicada.

De la nada, una clara imagen de ella, con su piel blanca como la nieve y sus ojos color sangre apareció en mi cabeza. Era como yo, y reflexionar acerca de eso era muy doloroso. No, definitivamente nunca transformaría a mi Bella, no cambiaria por nada su suavidad y calidez.

Con brusquedad me aparte lo suficiente para que dejara de tocarme. Tenía que dejar de pensar en estupideces y de ser una total egoísta.

-Que sucede?, te incomodo que te tocara?-pregunto frunciendo el ceño

Que si me molesto?, en mi vida me había sentido tanbien. Pero ella tenía tanto poder sobre mí… que me asustaba, me temía a mi mismo sobre lo que pudiera llegar a hacer.

-No Bella, no te preocupes-le aclare tomando sus suaves manos.

-Bien, ahora es tu turno cierra los ojos y mírame con el corazón-indico colocando mis manos sobre su rostro.

Me quede sin aliento, cuando al fin pude tocar su perfecta y calida piel. Ella me ayudo a recorrer cada centímetro de su rostro ya que no tenía la capacidad para que mis manos se movieran. Delinee su mandíbula, pómulos, su frente y mejillas. Pronto dejo que continuara con la exploración por mi mismo. Eso me asusto un poco ya que no quería lastimarla, y si me emocionaba demasiado, tal vez si la apretaba con más fuerza de lo necesario…

“Basta Edward, deja de torturarte, lo estas haciendo bien…solo trata de concentrarte”-reflexione internamente
Deje de pensar en todas esas cosas cuando sus manos viajaron a mi rostro y me exploraron otra vez.
Feliz, me sentía muy bien haciendo esto y anhelaba tocarla por horas. Quería abrazarla y besarla, aun cuando eso fuera imposible.

Sus dedos se posaron en mi boca y delinearon mis labios. Sus yemas suaves eran una caricia placentera y provocaron que estos se abrieran ansiando ser utilizados.

-Nunca te agradecí por haberme salvado la vida Edward.

-No me debes nada-murmure con mis ojos aun cerrados y perdiéndome en sus caricias.

Ni si quiero lo pensó, solo poso sus labios sobre mi mejilla, regalándome el mas dulce y tierno de los besos. Luego Bella me abrazo con fuerza y hundió su cabeza en mi cuello, mientras me agradecía por salvarla.

Mi cuerpo permaneció rígido como la piedra que era. Sabia que deseaba mi cuerpo, pero no como lograrlo.

“Abrázame Edward”

Sus palabras en mi mente, lograron que mis brazos respondieran y la envolvieran con cuidado. Apoye mi mejilla sobre su cabeza y aspire el perfume de sus cabellos. En ese momento mi garganta ardió como los mil demonios, pero cuidarla y disfrutar de su calidez, se interpuso ante ese deseo.

“Se siente muy bien”

“Maravilloso”, era la palabra adecuada. Sin embargo saber que a ella le gustaba estar de esa forma conmigo, era algo indescriptible. No había palabras para ello.
La amaba, amaba a Bella como nunca en todos mis años quise a una mujer.
La amaba y quería que fuera mía….



-Edward, Edward Cullen.... aun estas con nosotros, o ya te perdimos??

La risa odiosa de Emmet retumbo en las montañas y logro que dejara el hermoso recuerdo de mi última noche con Bella. Lo mire furioso mientras el no se cansaba de mostrarme un imagen demasiado vivida de Bella y yo, tendidos en la hierva mientras la besaba con mucha pasión.

-Quita esas imágenes de tu cabecita antes de que te las saques a golpes-lo amenacé mientras las imaginas eran reemplazadas por otras en su cabeza.

Esta vez, estábamos vestidos con ropa de otra época y yo me arrodillaba a los pies de Bella, con un ramo de flores para luego besar su mano.

-Seguro que esa imagen te va mas, eres tan anticuado hermanito-se burlo otra vez.

Le gruñí otra vez mientras me apartaba en busca de una presa en que volcar todo mi enojo.

-Lo siento Eddie, es que simplemente no lo puedo evitar, si observaras tu cara hace cinco segundos me darías la razón-continuo, poniendo al limite mi paciencia.

-Porque no vas a buscar un lindo oso y cierras la boca Emmet, tal vez a Rosalie le interesé saber como coqueteabas con aquella humana de la gasolinera-le advertí mientras el fruncía el ceño molesto.

-Eres un aguafiestas Edward, además solo buscaba una rebaja en el precio-mintió encogiéndose de hombros.

-No me digas, desde cuando lo haces?....mejor vete a cazar, puedo oler a uno de los grandes a un kilómetro al sur.

A Emmet no le llevo mucho tiempo encontrar el aroma de su próxima presa y en dos segundo se perdió entre los árboles.

Jasper continuo conmigo en nuestra caza postergaba. Por fortuna el no realizaba los mismos chistes que Emmet, pero era inevitable no oír sus pensamientos. Las emociones que emanaba todo mi ser cuando pensaba en Bella le agradaban. Al parecer cuando yo me sentía bien y de esa forma tan calida, era como si esas especies de ondas le llegaran y lo envolvieran también.

Ahora mismo se debatía si me decía o no, que le agradaba que al fin hubiera encontrado a alguien, tal como el había tenido la suerte de hallar a Alice.

Luego de despacharme un puma y un enorme ciervo, me acosté sobre unas rocas. Como siempre la imagen y la sonrisa de Bella llenaron mi mente. Jasper se unió a mí después de sentirse totalmente saciado.

De nuevo se preguntaba si traer el tema de Bella, era una buena. Después de todo el no deseba ser entrometido ni que yo me enfadara por sus comentarios. Acaso se había olvidado que leía sus pensamientos?

-Ya suéltalo Jasper.

-No quiero ser entrometido, no es mi asunto.

-Lo se…-suspire -La quiero…la quiero para mi Jasper, ella es…no se…me gusta su compañía.-confesé al fin

-No es su compañía lo que aprecias, es un sentimiento más fuerte.-me corrigió entornando sus ojos de forma suspicaz

-Tienes razón, pero tengo miedo…no quiero lastimarla.

-Tú eres el que se controla mas que todos Edward y dudo que eso pase. Además el deseo de protegerla es más fuerte que el de su sangre. y…

-Que?-pregunte enojado conmigo mismo, no podía desearla…ella era humana.

-Ella también siente algo muy fuerte por ti.-dijo con mas seriedad de lo necesario.

-Qu..que quieres decir.

-Cuando tu no estabas en casa, cuando la evitabas…lo recuerdas?

-Si.

-Ella se sentía triste de que no estuvieras allí, se apenaba de que fuera una molestia y se preocupaba por eso.-murmuro con lentitud

-Lo escuche en su mente en varias ocasiones y me odie por dejar que pensara eso. Jamás seria una molestia todo lo contrario-dije sacudiendo mi cabeza.

-Y se lo haz dicho?

-Si…anoche estuve con ella-Confesé ante su mirada de asombro.

-Si, se que me había prometido no intervenir en su vida, pero no puedo soportarlo. No puedo estar alejado de ella.

-No lo estés, date una oportunidad de ser feliz.

-Y a costa de que? ella es humana, frágil, algún día morirá.

La misma imagen que me había torturado la noche anterior paso por su cabeza. Pero esta fue más dolorosa. Era yo el que mordía su cuello y la transformaba.

-Eso nunca -gruñí poniéndome de pie sumamente enfadado.

-Seria una solución.

-Seria una tragedia-lo contradecía pateando una gran roca y reduciéndola a polvo.

Jasper no dijo nada más. El pensaba que mi única opción era que Bella se convirtiera y de ese modo pasara la eternidad a mi lado. De lo contrario…solo me quedaba disfrutar de su compañía hasta que envejeciera o se cansara de estar a mi lado.
Cuando ese día llegara, sabía que experimentaría el dolor más insoportable, de toda mi vacía existencia.

Así que Edward Cullen, solo te queda disfrutar de esto mientras sea posible, pensé mientras observaba el firmamento. Ya casi estaba oscureciendo y era tiempo de dejar a mis hermanos atrás, para correr a ver a Bella.

Habíamos quedado anoche que después de soportar a mi hermanita y a su nuevo armario remodelado, yo le enseñaría algunas melodías que había creado en este último tiempo. Esa música de la cual ahora ella era mi musa y lograba que la música fluyera de la nada y con mucha facilidad.

Llegue a casa en tiempo record y directamente corrí a mi cuarto a darme un baño y por cambio de ropa. No es que lo necesitara pero deseaba estar más presentable para ella, aun cuando no lo pudiera apreciar con sus ojos.

“No va a venir” escuche pensar a Alice mientras las primeras gotas de agua caían sobre mi cuerpo. Tome una toalla y envolví mi cintura, antes de salir y cambiarme con rapidez. “Le prometió a su amiga que saldría con ella”, “Al parecer esta un poco celosa de que Bella pase tanto tiempo aquí”.

-Entiendo-dije cuando la encontré el pasillo.

-Bien a ahora transfiérelo a tu cara-me respondió con ironía.

-Y porque tardaste tanto?-cuestionó confusa

-No tarde demasiado?

-Son más de las ocho y Bella se suele ir en media hora.

Observe mi reloj y confirme lo que Alice me decía, al parecer nos habíamos alejado mas de la cuenta y no había roto ningún record.

-Creo que la charla con Jasper fue mas larga de lo esperado.

-Que charla?, De que hablaron?, Dime quiero saber?-pregunto como una niña pequeña.

Su histérico dialogo fue opacado por una inesperada imagen… “Ellos” se acercaban a gran velocidad. Mi cuerpo se puso rígido y ardió de rabia en cuanto sus pensamientos se filtraron en mi mente. Como había sucedido eso?, porque no estuve con ella?.

-No importa Alice, tenemos visitas-gruñí con los puños apretados.

Cuando llegamos a la línea del tratado, mi familia ya se encontraba con migo. Carlisle no deseaba ningún enfrentamiento, pero habíamos tomado posición de ataque para no estar desprevenidos.

El segundo al mando, apareció tan altanero y seguro de si mismo como siempre. Jacob Black era un joven sin mucha paciencia, pero por esta vez agradecí a que fuera directo al grano. El maldito de James había secuestrado a Bella en Seattle. Por fortuna los lobos llegaron a tiempo e impidieron que concretar sus planes. Ella estaba bien, por lo que pude ver en su cabeza, solo se la veía un poco alterada y lastimada por los tratos de aquel monstruo lunático.

Jacob Black fue directo al punto. James juro encontrar a Bella y ellos la protegerían de el, a cualquier precio. Ella sabía toda la verdad y eso fue lo más doloroso que sentí en mis cien años de vida. Pero lo que mas me irrito fue la forma en se entero. Através de las mentiras y de los embustes de nuestros enemigos. Por un momento me salí de control y quise abalanzarme sobre Jacob Black y borrarle la entupida sonrisa de su rostro, cuando me refregaba que ella nos temía y jamás permitiría que la volviéramos a engañar con nuestras mentiras. Emmet y Carlisle me sostuvieron, al tiempo que el tal Paúl y Jared entraban en fase listos para atacarme. Jasper utilizo su don para tranquilizarnos ambos, pero nada me tranquilizaría hasta que no viera a Bella y corroborara con mis propios ojos que estaba a salvo. Luego iría por James y lo mataría con mis propias manos, por atreverse a ponerle las manos encima.

Carlisle hablo para tranquilizar la situación. Explico que en ningún momento planeamos hacerle daño a Bella. Agrego que la manteníamos el mayor tiempo posible en nuestra casa con el fin de que James no la dañara.

Black dijo que nuestros servicios ya no eran necesarios, la manada la protegería de ahora en adelante y no podíamos acercarnos.

“Si, seguro perro, pensé mirándolo con rabia.

Mientras ellos continuaban hablando simule ir a casa derrotado. Ellos continuaron con su plática y dejaron de preocuparse por mí. En ese instante cambie de rumbo y corrí a casa de Bella. Para mi mala suerte, dos lobos custodiaban los alrededores. Tendría que esperar hasta que llegara el relevo en un par de horas.

Cuantas mentiras le habían dicho esos lobos. Era una agonía ver su rostro, lleno de asombro e incredulidad a medida que era consiente de la maldita verdad. Mi mayor temor, después de que cualquier cosa la dañara, era que supiera mi verdadera naturaleza. Que se enterara de la abominación que estaba dentro de mí.

El tiempo era una tortura, mientras esperaba una distracción por parte de los licántropos. Para tranquilizarme tuve que concentrarme en el dulce latido de su corazón. Bella trataba de dormir, pero los desesperados recuerdos no la dejaban. El árbol donde estaba trepado pronto quedaría sin ramas de tanto que las apretaba para contener mi rabia y frustración. Quería correr y abrazarla, mientras le aseguraba que nunca más James se le acercaría.

Tiempo después, al fin se descuidaron por unos cuantos segundos y corrí a su ventana. Entre con mucha cautela, al tiempo que ella despertaba un poco sofocada y temerosa de su última pesadilla.

Estaba sudorosa y muerta de miedo. Miles de pensamientos cruzaron por su mente.
“Que pasaría si James, viene por mí. Que le sucederá a Charlie? A Nessie o Sue?. Morirían algunos de mis amigos por mi culpa?”.

Me dolía escucharla tan frenética y preocupada por todos sus seres queridos.

-Puedo entrar?!-pronuncie con un tono muy bajo

Se asusto cuando mi voz la tomo desprevenida.

-Que haces aquí?-respondió en otro susurro

-Vine a hablar contigo Bella.-dije con cautela

-Entonces me dirás la verdad… sabre porque tu y tu familia me engañaron?-me cuestiono muy enojada.

-Si.

-Pasa Edward o prefieres que te llame vampiro?-dijo con ironía.



Bella se sentó sumamente enojada en su cama. Apoyo su espalda contra el espaldar mientras flexionaba sus piernas y las abrazaba como si buscara protegerse. Eso era algo ilógico, nunca le haría daño. Aun cuando en un primer momento, mi deseo por su sangre hubiera sido demasiado tentador para su seguridad. Desde el momento que despertó a mi helado corazón, vivía solo para protegerla y cuidarla. Mataría por ella y en estos instantes cuando su escasa ropa me dejaba ver sus contusiones, luchaba por dejarla aquí y salir en busca de ese maldito, para arrancarle la cabeza.

Pero primero debía hablar con ella y aclarar las cosas. No me gustaba nada que pensara que nos habíamos burlado de ella.

-Te vas a quedar mudo toda la noche?

-Lo siento.

-Que sientes?, haberme engañado todo este tiempo como una idiota o que tu mentira y la tu familia al fin se descubriera-murmuro enfadada

-No es como piensas Bella, nosotros no…

-Ustedes que?, acaso no me engatusaron como una niña idiota?, “Claro es ciega, podemos mentirle y engañarla, total no se dará cuenta”-dijo con los dientes apretados.

-Bella se que estas enojada pero si me dejas explicarte, yo..

-Hoy por poco me matan, me acabo de enterar hace apenas unas horas que mi ex novio es un maniático vampiro, que mis amigos de la Push son una especie de lobos y que tu familia a la que en verdad apreciaba, también me engañaron.-gruño gesticulando con sus manos en el aire- Perdón si estoy un poco molesta para tu gusto Edward, pero no puedo sentirme de otra forma-termino hundiendo su cabeza en sus piernas.

“Eso me pasa por ser una imbecil a la que todo el mundo engaña”, “Debería haberme quedado en Jacksonville o mejor aun, haber ido a aquella institución para ciegos en Canadá, por lo menos de esa forma, ni Charlie, ni Rene estarían en peligro”, “Odio mi vida”

No soportaba presenciar su dolor. Ni siquiera era agradable mirar por más de dos segundos aquellos moretones que cubrían su cuello y muñecas.

No me importaba si me gritaba o me rechazaba, necesitaba que supiera que si la queríamos, que ella había cambiado no solo mi vida, sino la de toda mi familia.
Alice la adoraba, y era conciente de lo mucho que se había apegado a Bella en este tiempo. Esme ya la había adoptado como una hija más. Siempre que compraba algún nuevo ejemplar para su Jardín, trataba de elegir uno que a Bella le gustara. Carlisle siempre tan compasivo con todos, estaba mas tranquilo al ver que ella significara tanto para mí, se alegraba que después de tanto tiempo, no me sintiera tan solo. Para Emmet era una especie de diversión personal, siempre le encontraba algo gracioso con lo cual bromear. Jasper nunca había experimentados tantas emociones agradables en mucho tiempo. Cuando Bella nos visitaba, el ambiente era otro, muy diferente y satisfactorio. Rosalie, no interactuaba mucho con ella, pero había días en que le parecía extraño no verla en nuestra casa. Y con respecto a mi…Bella era mi mundo, la razón por la que ahora deseaba ser un humano. La única que le daba una esperanza a esta existencia vacía.

Cuando toque su hombro con mucha suavidad, ella se encogió con mucho temor. Mi peor pesadilla se hacia realidad. Que ella huyera de mí, que me temiera, era el golpe mas duro que recibí en toda mi maldita vida.

-No voy a herirte Bella-dije con nudo en mi garganta.

-Mis amigos no piensan lo mismo-me contradijo recordando todas las historias.

-Pasaste mucho tiempo en mi casa. Si alguno de nosotros hubiera tenido esa intención, no estaríamos hablando-dije con tranquilidad.

Bella se relajo un poco y retomo su antigua postura. Envolviendo sus brazos alrededor de sus piernas.

-Somos diferentes Bella, nosotros no dañamos a las personas y estoy dispuesto a hablar con toda la verdad si me das una oportunidad.

Ella solo asintió con su cabeza y le prometí que si después de escucharme no nos quería otra vez a su lado, ninguno volvería a interferir en su vida.
Prometer eso era muy insoportable. No sabía si lograría cumplir lo que aseguraba con tanta firmeza.

Explicarle mi origen y el de cada miembro de mi familia, me tomo un largo tiempo. En todo momento me escucho atenta y presto atención a cada detalle. No me interrumpió para realizarme alguna pregunta, después de todo siempre me adelantaba a sus pensamientos e intentaba sonar casual para que no supiera que leía su mente. Si después de esta charla tenia la posibilidad de que me perdonara, en un futuro podría contarle sobre mi don. Era un hecho que si ahora se enteraba que no tenia privacidad a mi lado, seguro se molestaba más conmigo. De manera que aun omitiría esa parte.

Se asombro cuando le revele que Alice veía el futuro y que Jasper podía controlar las emociones. También le hable sobre los Vulturis y nuestras leyes. Eso era algo prohibido, pero ya que ella era consiente de nuestra verdadera naturaleza, seria mejor que estuviera al tanto de las normas. No fue fácil, admitir que si había otros de vampiros que no tenias respecto por la vida humana. Sin embrago era una realidad de la cual debía ser consiente, sobre todo ahora que James iba detrás de ella.

No era mi intención asustarla, pero lo que pasaría muy pronto no seria ningún juego. El no pararía hasta tener otra oportunidad y seguro que ella no saldría ilesa si lo conseguía. Le explique que nosotros podíamos protegerla, ya que conocíamos a James. Los lobos eran fuertes, pero seguro abría perdidas si James retornaba a Forks con refuerzos. Eso realmente la asusto, y por su cabeza se visualizaron los cuerpos de sus amigos sin vida. Se sentía culpable por arriesgar a la gente que amaba.

-Bella puedo protegerte, si tu me lo permites… puedo hacerlo.

-Porque te importa tanto?. Soy una extraña, apenas si nos conocemos-susurro levantando su mirada.

-Eres mucho mas que eso…significas tanto para mi-dije acariciando su mejilla.

-eso no tiene sentido…ni siguiera querías acercarte a mi, me he dado cuenta que todo el tiempo me has estado esquivando Edward, así que no me mientas.

Decirle que temía lastimarla por la gran atracción que siento por su sangre seria retroceder todos los pasos que había avanzado en recuperar su confianza. Lo mejor era omitir ese detalle.

-Es cierto…te evitaba, pero se debía a que tenia miedo.-dije colocando su mano sobre mi corazón-Si prestas atención, te darás cuenta que no late. Que hace mas de cien años esta así, muerto, sin vida…pero desde que te conocí, lograste lo imposible. Hiciste que mi corazón volviera a la vida.

Bella se tenso cuando analizo y comprendió mis palabras.

-No juegues conmigo Edward por favor…

Mis helados dedos evitaron que continuara hablando. Ahora que había empezado, no me detendría. Le prometí la verdad, y eso saldría de mis labios.

-No es ningún juego Isabella Swan, te quiero. Yo Edward Cullen, el vampiro que se enamoro de la mujer más hermosa que he conocido en toda mi existencia. Se que no tengo derecho a aspirar a que me quieras, seria muy afortunado si eso pasara, si tuviera la minima oportunidad de estar a tu lado.

-Te me estas declarando?-pregunto con una media sonrisa y con su ceño fruncido

-Creo que si, por lo menos eso intento-dije acariciando con mi pulgar su mejilla.

Bella estaba sumamente confundida con lo que acaba de escuchar. Su mente era un revoltijo de imágenes y recuerdos de todo tipo. No sabía que sentir, ni que decir, ni como actuar conmigo.

Yo no sabia que hacer con todas las emociones que se alojaban en mi interior. No podía apartar la mirada de mi pulgar que acariciaba y delineaba sus labios con suavidad.

Sin proponérmelo me había acercado a su lado más de lo necesario. Bella se mordía nerviosa su labio inferior y no pude soportarlo más. Aparte mi dedo de su boca y lo sustituí con mis labios. Ella se puso rígida ante el primer contacto, pero no me aparto y dejo que rozara su boca con la mía.

Por primera vez sentí lo que era el verdadero calor. Porque a pesar de que mi cuerpo era una gran piedra helada y dura. En estos momentos todo mi ser hervía como si estuviera en llamas.

Bella entreabrió sus labios y dejo que mi lengua explorara cada rincón. Ella era muy dulce y su calido aliento era una caricia en toda mi boca. Lo único que deseaba ahora era tocarla y abrazarla con fuerza para profundizar mas nuestro beso.

Con mucha cautela una de mis manos se perdió en la sedosidad de su cabello, mientras que la otra descendía hasta su espalda. Definitivamente la realidad superaba cualquiera de mis fantasías. Podría besarla por horas sin necesitar respirar. Sin embargo Bella si lo necesitaba, así que abandone su boca por un momento y repartí pequeños besos en su mejilla.

Los hermosos latidos de su corazón, su respiración entrecortada, el perfume de su piel y su aliento, invadían todos mis sentidos. Mis besos continuaron su camino hacia su cuello y aspire ese aroma particular que cantaba para mi y me volvía loco.

“¿Me va morder?”, su cuerpo y el mío se tensaron ante ese pensamiento.

-Nunca te hare daño Bella, lo prometo-le susurre al oído

Antes que me contestara retorne a su boca otra vez. Ella gimió contra mis labios y sus dedos se enredaron en mi cabello. Pronto sentí la pasión en nuestro beso. Sonreí sin poder evitarlo ante la urgencia que ahora me trasmitía. Poco a poco la sentí relajarse entre mis brazos. Su cabeza se fue despejando y supe que le gustaba y disfrutaba que la besara y la abrazara.

Luego de besarnos, la estreche con fuerza y permanecimos de ese modo por unos minutos. Con torpeza acariciaba su espalda con lentos movimientos circulares.

-Tengo miedo Edward-susurro después de un largo silencio.

-Ya te dije que no debes temernos Bella, jamás te haríamos daño. Mi familia te quiere y yo…

-Tu que?

-Te amo… aunque no confíes en mi, te amo Bella y solo quiero cuidarte.

Levanto su rostro y me regalo una enorme sonrisa, mientras sus manos tocaban mi rostro.

-No tengo miedo de ti Edward, hablo de James y de mis amigos y mi familia. No quiero que les suceda nada.

-Lo dices enserio?, no me temes.

-No-dijo negando con su cabeza-.Tienes razón, si tu familia y tú quisieran dañarme ya lo hubieran hecho.

Sonreí antes sus palabras.

-Te vamos a cuidar Bella, no dejare que nada malo te pase. Lo prometo.-asegure envolviéndola en mis brazos.


Mientras abrazaba a Bella, Jacob Black entro a su cuarto, dispuesto a enfrentarse conmigo.

-Quítale las manos de encima, te advertimos que tu y tu asquerosa familia no podían acercársele-gruño con furia en sus ojos.

Bella deshizo nuestro abrazo cuando el chucho irrumpió en su cuarto. Maldito perro inoportuno.

-Jake, no quiero que Edward se aleje de mi, el y su familia son mis amigos.-dijo Bella con firmeza, logrando que sonriera como un tonto

-Estas loca?, hoy casi te matan por su culpa.

Black camino decidido a sacarme a patadas del cuarto de Bella, y coloco sus dedos sobre mi.

-Aparta tu mano de mi hombro si no deseas que te la arranque perro-masculle entre dientes.

-Quisiera que lo intentaras-me desafío el chucho.

Acaso no era conciente que ni el, ni nadie me apartaría de la mujer que amaba.

-Basta por favor-musito ella con su cuerpo tenso ante la situación.

-Calma Bella, tu amiguito sabe que es una mala idea un enfrentamiento en estos momentos. Jacob podría herirte si pierde el control y se trasforma aquí.

-Porque no vamos afuera entonces-dijo con los dientes apretados.

-Dejen de hablar como si no estuviera presente. Aquí no va ha pelear nadie. De lo contrario no aceptare la ayuda de ninguno de los dos. Puedo volver a Jacksonville y enfrentar sola a James.

-No digas tonterías Bella, no permitiré que te acerques a el.-le gruñí sin poder evitarlo ante esa idea absurda.

-Entonces se calman los dos.-dijo apretando mis manos

-Bella no...

-No, detente tu Jacob, ahora hablare contigo a solas para aclarar todo este asunto.

No me gustaba nada dejar al perro con Bella. El muy maldito ya planeaba un montón de mentiras para alejarla de mí. Si no fuera porque era su amigo y ella lo quería, ya le hubiera dado un par de golpes.

-Entonces iras a mi casa mañana?.-pregunte esperanzado

-Si Edward mañana iré a hablar con tu familia.

-Gracias Bella, todo saldrá bien-dije acariciando su mejilla-.Ahora te dejo con tu mascota.

-No juegues conmigo chupasangre.-dijo su amigo apretando los puños

-Adiós Bella, mañana paso por ti-asegure besando su frente.

El perro gruño e hizo un gesto de asco ante nuestro acercamiento. Tal vez si hubiera presenciado nuestros besos hace unos minutos se arrogaría de los acantilados.

“Espero verte mañana Edward”, pensó como si supiera que la escucharía.


Me escabullí otra vez por la ventana y corrí a casa. Por fortuna Jacob no ordeno que ninguno de su manada se interpusiera en mi camino. El muy ingenuo aun guardaba esperanzas en convencer a Bella para que se apartara de nosotros. Sin embargo, en mi interior sabia que no sucedería.

Ella no lo sabía aun, pero ya me pertenecía y haría que sus sentimientos fueran más claros hacia mí. Por lo menos, mi beso no le fue indiferente. Y el hecho que fuera distinto no le importo demasiado a la hora de rozar su dulce boca con la mía. Bella pronto se daría cuenta de que la amaba demasiado y si tenia suerte quizás logre que sienta por mi, una milésima parte de lo mucho que la amo.

 

Capítulo 5: HISTORIAS ATERRADORAS E INCREIBLES Capítulo 7: PLANES DE VIAJE

 
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