a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45281
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

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Capítulo 3: OBRA DEL DESTINO

POV: EDWARD

Ella era tan o mas bonita a como la recordaba. En cuanto nuestras manos se tocaron un escalofrío recorrió su cuerpo. En un principio pensé que se debía a la temperatura de mis dedos, pero luego advertí que era la impresión de saber que era yo, su salvador.

“Es el”..pensó

-Edward Cullen.. Tu me salvaste-murmuro con una sonrisa

-Si, y veo que te gusta el peligro-dije dirigiendo mi mirada al puma muerto que deje completamente seco a unos metros.

-Creo que soy un imán para ellos-aseguro tímidamente.

-Me alegra que estuvieras cerca, no se que hubiera pasado si ese animal…

-Lo importante es que estas bien. Y aparentemente no hay ningún otro peligro alrededor así que puedo irme.

-Espera todavía no te he agradecido..-dijo caminando hacia delante, en el pequeño paso que dio sus pies se enredaron con una de las raíces de un viejo árbol.

En un segundo mi cuerpo se traslado hasta donde ella estaba y la sostuve entre mis brazos. Su atrayente olor se coló por mis pulmones y tuve que contener la respiración. Se me hacia agua la boca por el exquisito aroma de su sangre, pero el deseo de protegerla se interpuso, así que me contuve manteniendo esa fija en mi cabeza.

“Cielos como llego tan rápido?, juraría que estaba a varios metros de distanciai”

-Debes tener mas cuidado-dije con mas brusquedad de la que quería usar.

-Lo siento-susurro sonrojándose

“Segura piensa que soy una ciega estupida”

Donde diablos se habían ido mis modales, me estaba comportando como un completo insensible. Definitivamente este no era yo. Ella me impulsaba a realizar y decir cosas que no eran muy normales en mi.

-No. perdóname a mi, no quise ser tan brusco-murmure liberando su frágil cuerpo de mis manos

-Puedes darme mi bastón?-murmuro frotando su cuerpo. Por lo visto comenzaba a sentirse insegura.

-Seguro, aquí tienes.

Sus calidas manos lo envolvieron y comenzó a caminar hacia un viejo tronco. Se sentó con facilidad en el y suspiro de manera notable mientras tanteaba a su lado en busca de un libro que había dejado allí.

-Aún estas ahí Edward?-musito

Me había quedado hipnotizado estudiando cada movimiento que hacia y tratando de leer sus pensamientos. Todavía tenía dificultad para entender como un par de ojos tan hermosos se habían quedado sin luz.

-Si aquí estoy.

-Como te habrás dado cuenta soy ciega… Y bueno… te quedaste tan quieto que pensé que te habías ido.

-Es que aun no puedo creer que estés bien, ayer te encontré casi inconsciente en ese río y hoy estas aquí como si nada-mentí.

Por supuesto no podía decirle, mira soy un vampiro al igual que el resto de mi familia, tengo mas de 100 años y por si fuera poco hueles muy bien, lo que es muy peligroso para ti que este muy cerca.

-Si fue un milagro, pero todo se debe a ti, fuiste mi ángel de la guarda. Muchas gracias

-Creo que exageras, solo digamos que estaba en el lugar indicado-reí por lo bajo cuando analice sus palabras yo no podría ser un ángel, sintiendo estas ganas de abalanzarme sobre su garganta.

-No. No lo creo, no cualquiera se arroja a un río helado a salvar a chica descuidada y torpe.

-Descuidada es quedarse corto. Que hacías en el río, sola y en tu condición?.

“Genial otro que cree que soy una inútil invalida”

-De niña siempre caminaba descalza y quería revivir esos momentos- explico con un suspiro. En su mente pude verla de pequeña corriendo y caminando por las tranquilas aguas. Se veía realmente adorable con su vestido rosa y su pelo al viento.

-Hace cuanto que perdiste la vista?

-Casi dos años-murmuro con tristeza.

-Lo siento, no pretendía traer a colación ese momento difícil.

-Siempre lo revivo, así que eso no es problema. No puedes hacer como si no pasara nada. Además mis ojos me lo recuerdan día a día.-finalizo con su voz entrecortada, mientras una lágrima caía silenciosa por su mejilla.

Lentamente me acerque a su lado y me arrodille a escasos centímetros de su rostro. Una de mis manos se movió con cautela y con mi pulgar enjugue su lagrima. El tacto frío de mis dedos la sorprendió, pero no retrocedió. En lugar de salir asustada, como el monstruo que era, ella me regalo una débil sonrisa.

Sabia que estaba actuando imprudentemente, ya que no era bueno para su seguridad, que yo permaneciera tan cerca. Pero el impulso de apartar esa fea lagrima de su rostro pudo mas.

-A veces lloro sin motivo-susurro y su calido aliento choco contra mi rostro, recordándome el monstruo que soy.

-Mejor háblame de ti, así nos conocemos un poco mas-murmure retrocediendo un par de pasos.

Jugando nerviosa con sus manos sobre su regazo, comenzó a hablar y me contó algo de su vida. Cerré mis ojos y me permití distraerme con el sonido de voz.

Bella era una joven muy fuerte y muy madura para su edad. Aunque ella afirmaba que antes del accidente era todo lo contrario. Con el tiempo aprendió a ver la vida de otro modo, y a disfrutar de lo que le rodeaba, como por ejemplo la naturaleza.

Antes ni siquiera podía cuidar una planta, según sus propias palabras, pero ahora amaba sentir las diferentes fragancias de todas las flores, escuchar como el viento jugaba con los árboles y como este le alborotaba sus cabellos.
Disfrutaba del canto de los pájaros, el ruido de la lluvia, y el olor al césped mojado después de que llovía por mucho tiempo.

Por momentos se detenía y pensaba si en realidad estaba fingiendo interés, con respecto a todas las cosas que me contaba. Pero ella me tenia embelezado con su voz, con las sonrisas que me regalaba de vez en cuando, sus gestos y como se expresaba con sus manos.

Cuando paraba por periodos largos, siempre rebuscaba en mi cerebro cualquier dato que yo deseara saber de su vida. Hablamos de su tiempo en Jacksonville con su madre, sus escuelas y amigos, porque se mudo a Forks y todo lo que se me ocurría. Con el pasar del tiempo, sin darme cuenta la sed ya no me preocupaba demasiado, había pasado a un segundo lugar. O tal vez se debía a que ayer y hoy había tomado precauciones y me alimente más de la cuenta. No lo sabía con exactitud pero era un alivio poder estar con ella.

-Oye no es justo, ya te hable de toda mi vida y tu no me haz contado mucho que digamos-se quejo frunciendo el ceño

-Tienes razón, pero mi vida no es nada interesante.

-No importa… quiero saber-dijo sonriendo

Mi relato fue un poco corto, mi familia y yo hace 5 años que vivíamos en Forks. Veníamos de Alaska. Mi padre trabaja en el hospital general de la ciudad en Port Ángeles y mi madre da clases en una sala de Jardín de infantes. yo y mis hermanos estamos en la universidad.

-Cuantos años tienes?

-21- en realidad tenía 18 cuando me convirtieron en vampiro pero los aparentaba

-Y que estas estudiando?

-Medicina, pero todavía no he elegido la especialidad.

-Y tus hermanos también siguen el mismo camino que tu y tu padre?

-No. Emmet será un profesor de gimnasia y Rosalie decoradora de interiores. A mi hermana Alice le interesa el Diseño de modas y Jasper será abogado en un par de años.

-Valla...Tienen gustos muy variados-dijo expresando gran asombro

-Si y personalidades muy diferentes.

-Lo se, Alice es genial se porto muy bien conmigo, al igual que tu madre y el Dr. Cullen. Emmet es muy gracioso y bueno… Rosalie y Jasper son más reservados.

-Es un buen resumen de todos ellos, sobre todo Alice. Le encanta hacer amistades, no te sorprendas si un día de estos de rapta y te lleva de compras.-bromee cuando recordaba a mi hermana hablar sobre el cambio de guardarropas que le haría a Bella si tenia la oportunidad.

-No creo que tenga mucha suerte conmigo, lo mío no son las compras, ni nada de eso.-murmuro frunciendo el ceño, un gesto que hacia muy seguido.

-Mmm.. Es muy insistente cuando se propone algo.

-Bella!!!...

A lo lejos escuche a uno de los jóvenes Quileutes y una muchacha. Ambos estaban muy preocupados por Bella. y muy cerca de donde nos encontrábamos. Definitivamente al lado de esta joven no era el mismo. No comprendía como no había advertido la presencia de sus amigos, o escuchado sus pensamientos.

-Parece que te buscan, y yo tengo que irme-dije poniéndome de pie, entretanto tomaba una de sus manos y la ayudaba a levantarse.

-Me gusto hablar contigo y otra vez gracias por salvarme…dos veces-agrego apretando suavemente mi mano.

-Bella!!!

-Será mejor que me marche

-Espera no quieres conocer a mis amigos?-inquirió entusiasmada

-Mejor en otro momento-dije soltando su mano

-Adiós Bella-susurre antes de trepar a uno de los árboles cercanos.

-Así que aquí estas, a ti no se te puede perder de vista no?-hablo la joven

-Quería caminar un rato Nessie, nada mas..

-Charlie no quiere que te alejes Bella-intervino el muchacho que acompañaba a su amiga

-Lo se Jacob, pero no me voy a quedar encerrada todo el día entre cuatro paredes

-Bueno mejor vamos a almorzar, Charlie y Sue nos están esperando.


Seguí a Bella con la mirada hasta que la perdí de vista. El tal Jacob se retraso un poco, observando los alrededores. Como buen lobo que es, se dio cuenta de mi presencia y todos sus sentidos se pusieron alertas. Pero yo estaba en mi territorio así que el tratado continuaba intacto.

Con un ágil movimiento descendí del árbol y corrí hasta mi auto para ir a casa.


*****
En tanto estacionaba mi volvo, los pensamientos de Alice, no tardaron en acudir a mi cabeza. “sabia que no se resistiría”. Ignorando todas sus suposiciones y su repentina alegría, me dispuse a tocar el piano para relajarme y parecer ocupado. Siempre a esta hora acostumbraba tocar para Esme, mientras ella arreglaba la enorme cantidad de flores, que rodeaba todo el jardín trasero.
Las primeras melodías sonaron cuando ella apareció como un rayo a mi lado.

-No hay nada de que hablar Alice-murmure sin apartar la vista de las teclas de mi piano.

-Eso no fue lo que me mostraron mis visiones-dijo petulante.

-Solo hablamos y le di la oportunidad que deseaba para agradecerme. Sabes perfectamente que no puedo estar muy cerca de ella.

En ese momento Alice sonrío, mientras una de sus visiones, mostraba a Bella rodeada por mis brazos.

-Se tropezó con una raíz de un árbol. Tuve que hacerme con todo mi autocontrol para que saliera ilesa-gruñí entre dientes.

-Es muy bonita no crees?. Y a pesar de que es ciega, es muy segura si misma.

-Eso es lo que trata de aparentar para que no se preocupen demasiado por ella.

-Wow….y yo que pensaba que no te interesaba.

-No me interesa y para tu información, esta fue la ultima vez que me vera. Por lo menos en lo que le quede de existencia.

-Entonces espero que mañana no estés aquí, porque la invitare a casa.

Con brusquedad apreté las teclas del piano provocando un ruido nada agradable en la sala.

-Porque me haces esto Alice?, sabes perfectamente que pones en peligro a la familia. Quieres que dejemos Forks-dije sumamente enfadado con ella.

-No seas melodramático Edward. La pobre chica lamentablemente es ciega. No se preguntara por el color de nuestra piel, ni porque nuestro ojos son dorados, ni por todo lo que hacemos de forma sobrenatural. No nos tenemos que esconder ni disimular todo el tiempo.

-O sea que por eso la traes a casa?, porque es ciega y no puede complicarte la vida como las demás personas. Eso es muy egoísta de tu parte no crees?

-Por supuesto que no. Bella me cayó muy bien desde el principio y no es porque sea ciega. Si sus ojos estarían sanos también la invitaría a casa. Estoy segura que seremos grandes amigas.

-Además Carlisle ya me lo permitió y a Esme le también le cae muy bien.

-Y yo?, no pensaste en mi?-masculle entre dientes girándome para enfrentarla. Se estaba comportando de una forma realmente egoísta.

-Claro que si Edward. Y pasaste la prueba definitiva esta mañana cuando no le hiciste daño-finalizo con una sonrisa.

Hundí mi cabeza entre mis rodillas. Entre tanto pensaba que demonios le pasaba a Alice por esa cabeza.

-Mira Edward, si se te hace difícil ve con Rosalie y Emmet. Mañana salen de caza al sur.

-Como si quisiera interrumpir a la parejita feliz-dije con amargura.

Alice me miro con su mejor cara de sufrida. Sabia perfectamente como actuaría en segundos y como de costumbre lograba todo lo que ella deseaba.

-Sabes que no tengo a ninguna amiga en Forks. Bella es una chica encantadora y la única que no me mira raro, ni me hace preguntas extrañas-musito Alice con ese tono de suplica que no te lograba que no le negaras nada.

Aun cuando no quería admitirlo Alice tenía razón, Bella era una chica sensible y encantadora. Pero sobre todo transparente y con sentimientos nobles y puros. Y desde cuando la conocía tanto?, me pregunte internamente.

-Veré que hago, ya pensare en algo para no estropear tu nueva amistad.

Esperaba que saltara como loca por toda la casa y me dijera una y otra vez que era su hermano favorito. Pero estaba con su mirada perdida en algún punto de la casa. Una visión. Algo pasaría pronto.

-Tendremos visitas-murmuro

-Demonios porqué diablos tiene que venir otra vez a Forks-maldije en cuanto tuve un poco del futuro cercano

Habíamos tenido muchos problemas cuando esta maldita persona, si es que se le puede llamar así. “Sanguinario” le iba a la perfección.

En su paso por Forks hace ya un año, se encargo de dejar unos cuantos crímenes sin resolver en este tranquilo pueblo. Era un neófito descontrolado y por mas que Carlisle intentara reformarlo, ningún método de persuasión tuvo resultado. Afortunadamente se marcho por las buenas y dijo que no alteraría jamás nuestra permanencia en Forks.
Había olvidado por un momento las ganas que tenia de matarlo. Cada vez que recordaba el rostro de ese pobre niño en su cuarto…

Deje mis pensamientos a un lado. Sin darme cuenta mis manos estaban cerradas en forma de puño y mis nudillos resaltaban con profundidad.

-Cuando Alice?-dije con los dientes apretados.

-Al anochecer.

-Juro que si hace algo aquí lo matare con mis propias manos, y esta vez no permitiré que Carlisle me detenga.-sentencie caminando hacia uno de los grandes ventanales.

-Tranquilo Edward solo esta de paso y Carlisle hablara con el y le dirá que se marche.

Alice tomo su móvil y llamo a nuestro padre al hospital del pueblo. En unos minutos estaría aquí. Como si hubiera sido convocado Jasper apareció a mi lado y una oleada de paz atravesó mi cuerpo y mis músculos se relajaron poco a poco.

Tratamos de seguir con nuestra rutina diaria. Emmet miraba el futbol en nuestra pantalla gigante. En una de sus manos tenia el control remoto y con la otra acariciaba el cabello de Rosalie, quien estaba apoyada en sus piernas mientras ojeaba una revista de modas.

Esme y Alice como siempre se dispusieron a cambiar las flores de la docena de floreros que decoraba nuestra sala. Entre tanto, Jasper y yo discutíamos como solucionar las cosas, si el muy cretino quería quedarse en Forks. Por supuesto que ninguna táctica incluía hablar cordialmente con el.

Carlisle arribo a los veinte minutos. Como siempre através del dialogo, dijo que el se encargaría de hablar con nuestro invitado. En su mente pude ver que no quería que yo cruzara ni una palabra con el intruso. Sabía que esta vez no me dejaría convencer y actuaría impulsivamente.

La tarde continúo como siempre para mí y para mi familia. Emmet y Rosalie salieron a cazar por aquí cerca. Todos quedamos en permanecer cerca de casa por si se requería.

Aun cuando Alice decía que el asesino tenía un rumbo marcado y no estaría en Forks mucho tiempo, yo no me confiaba.
Cerca de las diez de la noche un vehiculo se detuvo en la entrada. Dos segundos después Carlisle habría la puerta.

-Como esta la familia Cullen?-Dijo con esa sonrisa sarcástica que le gustaba enseñar.

El se movía y actuaba como siempre. Alerta para recibir un golpe o para propinarlo el mismo si la situación lo necesitaba. Su actitud era desconfiada. Claro, en el no se podía confiar así que el hacia lo mismo.
Inmediatamente mi padre lo hizo pasar a su despacho. Mi familia actúo con toda la normalidad posible, si es que un vampiro puede ser normal.

Mientras hablaban, me encargue de rebuscar en su mente. Había estado en Francia estos últimos meses. Al parecer intento introducirse a un aquelarre de vampiros, pero estos lo echaron, como de costumbre a nuestra visita no le agradaba acatar normas de nadie. Una integrante rubia se fue con el, y por lo que vi en su cabeza, se hicieron amantes. En una de sus tantas invocaciones morbosas aparecieron recuerdos espeluznantes. El y una morena tenían relaciones frente a una joven pareja de adolescentes, los cuales fueron sus victimas después al poco tiempo. Mas tarde la misma morena era decapitada por su amante. Pero aparentemente no era una morena, si no que se trataba de la misma vampiresa rubia, la cual usaba una peluca castaña.

A la media hora salieron del despacho.

-Nuestro visitante solo esta de paso-menciono Carlisle

-Tengo un asunto importante que atender. Pero no podía dejar de pasar a saludar a mi familia favorita-murmuro el asesino.

-Te recuerdo nuestro acuerdo, nada de cazar en Forks-exigió mi padre

-Esta mas que claro, Carlisle. No voy a importunar a tu familia-murmuro mirándome fijamente.

-Dr. , damas ,caballeros un placer verlos otra vez-dijo haciendo una estupida reverencia.

Mi padre lo acompaño hasta su auto y no pude evitar seguirlo. Notando mi mirada en su espalda el se volteo y me dedico otra de sus sonrisas burlonas.

-No deberías ser tan serio Edward. Creo que deberías seguir mi consejo.-dijo entrando en su vehiculo- Busca una linda chica, eso mismo voy a hacer yo.-finalizo arrancando su vehiculo y alejándose velozmente

En su mente vislumbre a su próxima victima. Era una humana, una joven muchacha. En la imagen se la veía mirando el mar, estaba de espaldas pateando las olas de alguna concurrida playa. Un muchacho apareció por detrás tomándola por la cintura y la hizo girar levantándola en el aire. El joven era el, cuando aun era humano y la muchacha…

Todo mi cuerpo se sacudió de repente y una gran rabia atravesó mi columna al ver su real propósito. No pensaba solo asesinarla y saciarse con su sangre como pensé en un principio. El atacaría a la indefensa joven y la convertiría en una de nosotros. El la quería a su lado eternamente.
El le arrebataría su alma.

Jasper no tardo en aparecer a mi lado, al igual que el resto de mi familia. Un rugido salio de mi garganta y se perdió en la inmensidad del bosque.

-Que sucede Edward?-pregunto Carlisle con preocupación.

-La quiere a ella… James quiere a Bella.

Capítulo 2: FAMILIA CULLEN Capítulo 4: UN GRAN DOLOR

 
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