a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45289
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

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Capítulo 17: Ámame

CAPITULO 17: Ámame


El viaje de regreso a Alaska, fue en un profundo silencio por parte del pequeño ángel que descansaba sobre mi regazo. Viajábamos en nuestra nueva adquisición, una camioneta que Carlisle, obtuvo en pocas horas. (Ventaja de ser rico y poseer buenos contactos). Bella se aferraba a mí con fuerza y por momentos, no se daba cuenta de lo poderosa que era en su nuevo estado de neófita. Aun no podía creerlo. Me costaba admitir que ya no era mi frágil humana, pero lo que mas dolía, era que las circunstancias hubieran actuado de esta forma. Yo tendría que haberla transformado y ayudado a soportar el duro proceso que conllevaba ese gran cambio. Sin embargo, no podía volver el tiempo atrás y evitarle todo ese sufrimiento. La gran confusión que ahora había en su mente, era muy grande e iba a necesitar todo mi apoyo para despejarse.

Emmett manejaba en compañía de Rosalie. Detrás Thomas cargaba a su pequeña hermana en sus brazos y la mecía con suavidad. El muchacho se encontraba igual que confundido que Bella y le sorprendía la forma que todos nos comportábamos. Nadie había sido cariñoso con el y los poco recuerdos que tenia de su vida como un niño humano, se desvanecían con el tiempo o ya no estaban tan presentes como antes. Además, en su corta vida como vampiro James lo había maltratado de mil maneras, con tal de mantenerlo a raya y bajo su control.

Bella suspiro contra mi cuello y miles de sensaciones se alborotaron en mi interior. Se hallaba intranquila y un poco nerviosa por el rumbo que ahora tomaba su vida.

-¿Todo bien amor?-le susurre muy bajo su oído.

Ella solo asintió y hundió su cabeza contra mi pecho. Mis brazos la acercaron aun más, como si entre nosotros quedara algún espacio por llenar. Acaricie su espalda y bese su cabeza varias veces, mientras aspiraba su olor. Un olor que se había modificado levemente con su condición y que me llamaba como el canto de una sirena.

Mis padres, junto con Alice y Jasper volvieron por sus propios medios. De esa forma seria mas rápido que comunicarían a nuestros amigos, lo logrado y prepararon todo para nosotros. Jacob había querido ayudarme, pero tenía sus problemas que enfrentar con Mary y Velkan, los padres de su impronta. Renesmee no lo sabia aun y el no quería que eso cambiara por el momento. A duras penas había dejado de lado su instinto protector para que Mary y su compañero se acercaran y congeniaran con su hija perdida.

Todo era una maldita locura, pero ahora podía estar más relajado teniendo entre mis brazos, el tesoro más valioso del universo.

Mi Bella. Si algo le hubiera pasado, no hubiera pensado dos veces en abandonar este mundo para morir con ella.

-¿Pasa algo Edward?-pregunto buscando mi mirada.

-No mi amor, porque?

-Temblaste-susurro acariciando mi rostro

No me había percatado de mi fallido autocontrol y la había perturbado. Suspire y bese su pequeña nariz.

-No es nada-dije peinando su cabello.

Su rostro no se relajo y abrió sus ojos. Muy atenta.

-¿Es el no?-pregunto llena de pánico y miro fuera del automóvil, como si esperara que nos atacaran

En su mente podía ver su pánico. La imagen de ese maldito surgió borrosa y algo diferente. Ella lo recordaba, como había sido cuando aun era humano.

-Bella, tranquila no hay nadie afuera-dije en un tono muy bajo para no alterar a Thomas.

-El me alejara de ti otra vez, lo se-murmuro mirándome con sus ojos inyectados del color rubí.

-No, ya no puede dañarte amor, el no volverá a arrancarte de mi lado jamás.-ella negó con su cabeza de forma frenética

No confiaba en mis palabras y eso me dolía profundamente. Su temor era más fuerte que todo en estos momentos.

- Lo mate-dije con firmeza, sosteniendo su mirada- y sufrió mucho en el proceso, por haber osado hacerte daño.

Bella se congelo entre mis brazos.

-Tu…tú lo mataste?-pregunto incrédula de lo que sus oídos habían escuchado

-Lo despedace poco a poco y disfrute el lento proceso, luego lo queme hasta que no quedo absolutamente nada-masculle entre dientes al recordar aquel maldito día que parecía ya muy lejano.

Ella no dijo nada, pero podía leer su mente a la perfección. No podía creer que yo hiciera algo así. La ira que veía en mi rostro, no concordaba con la persona dulce y amable que la protegía y decía que la amaba.

Intente suavizar mi mirada y la abrase con amor, susurrándole palabras de apoyo, para que se tranquilizara y asimilara que su existencia ya, no corría ningún peligro.

-Me contaras todo lo que paso?-inquirió un poco temerosa de mi respuesta.

Suspire y acaricie su sedoso cabello para calmarla y calmarme a mi mismo.

-¿Tu también lo harás?

Que ella se desahogara seria de gran ayuda para lograr la tranquilidad.

-Lo prometo-dijo con una débil sonrisa.

El último trayecto le relate casi en un susurro todo lo acontecido cuando se la llevaron. Bella aun no confiaba en que el peligro había terminado y con mi breve relato explique cada detalle, intentando no mortificarla. Se sintió abrumada por la traición de Tanya y por el triste desenlace de su vida. También la percibí culpable por momentos e intente hacerle ver que ella no era responsable de las decisiones que Tanya había tomado. Bella se sorprendió con las últimas noticias referidas a su amiga. No comprendía que un vampiro pudiera tener hijos con un humano. La antigua charla que tuvo con Rosalie, acudió a su mente y deseo que mi hermana pudiera tener lo que tanto había deseado y hoy ya no podía. Pensó en Thomas y en su hermana. En lo solos y desprotegidos que los pequeños se hallaban. Al momento una idea paso por su mente y me quede sin aire aun cuando no necesitaba respirar.

“¿Que pensara Edward de ser padre?”

Ella estimaba a ese niño y en el corto tiempo que había compartido con el pequeño vampiro. Estimulaba en la mujer que amaba ese instinto de madre que solo ellas demostraban tan bien. Thomas se había ganado su amor, al convertirse en su guía y protector. Me sentí un poco ridículo, al sentir celos por el niño que tenia en frente. Bella, también estaba cautivada por la pequeña, pero tenia miedo de flaquear y lastimarla. No estaba lista para cuidar a un humano.

Llegamos a casa de los Denali más pronto de lo pensado. Rosalie preparo una de las cientos de habitación que había en aquel viejo monasterio para que Thomas y Sharon descansaran. Si bien los vampiros no lo necesitaban, pude leer en la mente del pequeño, su aun desconfianza hasta nosotros y solo deseaba pasar algún tiempo a solas con la pequeña que protegía con tanto amor. Rosalie manifestaba una alegría particular al poder cuidar de esa desconocida humana. Sharon era una niña pequeña muy hermosa, con unos ojos atragantes, que provocaban ternura en Rose.

-Cuando me ponga en condiciones hablaremos-dijo Bella, besando la frente del niño. Luego miro a Sharon y acaricio su mejilla con su mano temblorosa. Fue una breve caricia llena autocontrol

No se porque pero mi Bella lo hacia a la perfección, la sangre de la pequeña la llamaba, pero mi ángel, lograba ignorarla y enfocar su mente en otras cosas.

-Si necesitas algo, pídeselo a Rose. Ella los cuidara muy bien y puedes confiar en que protegerá a tu hermana-le susurro a Thomas antes de que se fuera.

Luego recibió la atención de Carmen, Eleazar y Kate. Irina no estaba en casa, aun se sentía muy culpable por lo de Tanya y había decidido tomarse un tiempo a solas. A su familia le apenaba su situación, pero no intervino en su decisión de alejarse.

-Porque no regresamos a casa?-pregunto Bella, mientras la conducía a uno de los cuartos mas alejado de todo el bullicio. Todavía se sentía abrumada y confundida por los cambios y sobre todo, recuperar la vista había hecho como un clic en su mente. Nos conocía por nuestras voces y el tacto, pero se sentía extraña al reconocer cada rostro y relacionarlo con las voces a las que estaba tan familiarizada.

- Pasa Amor, que deseo que te relajes un poco. Allí están Jacob y Renesmee y la pareja de vampiros que te mencione. No quiero que te perturbes por todo lo que paso. Además ellos están con sus propios conflictos, pero no te preocupes Jasper y Carlisle están mediando en todo.

-Se que mi cuerpo no lo necesita, pero tengo un aspecto horrible, quiero un baño-menciono mirando su atuendo con algunos rastros de lodo.

-Me parece bien cariño, Rosalie ya fue por algo de ropa para ti. Así que no te preocupes.-Dije apretando su mano.

Nos instalaríamos aquí un tiempo hasta que nos cercioráramos de que James, no tenía ningún aliado rondando por nuestra casa y en la zona. Thomas había hablado de Simón, pero afirmaba que el vampiro nunca tuvo interés en Bella. Solo pagaba un favor que debía a James y por el cual últimamente habían tenido bastantes conflictos. Sin embargo, no podía, ni quería confiarme que nada mas nos sucedería. Mi prioridad era Bella y ella no volvería a estar en peligro otra vez.

“Estoy horrible,¿ como me quitare todo esto de mi cabello?”

Bella tocaba su rostro y observaba cada detalle de su cuerpo frente al espejo, ubicado sobre la cómoda. Se sentía desconcertada intentando relacionar su nuevo yo vampírico, con la vieja jovencita que recordaba. Toda su ropa estaba enlodada y húmeda. Alguna de sus prendas estaban hecha girones, por la inusitada lucha que llevamos a cabo.

Se había visto hermosa, queriendo “Asesinarme”. ¿Como iba a atacar a la razón de mi existencia?. Al ser mas preciado que tenia.

Sacudí mi cabeza y me acerque a ella.

-Estas hermosa, amor-le susurre tomándola desprevenida

“¿Como puedes pensar eso?, a su lado soy un desastre”-pensó mientras me sonreía.

“Edward es muy apuesto y sexy, aun con todo su atuendo arruinado”

¿Así que le gustaba Y le parecía sexy?. La mente pronto comenzó a divagar en asuntos interesantes. Pronto sonreía como un idiota, mientras tomaba su mano y la llevaba al baño para que se aseara.

Bella observo la ducha y busco mi mirada mientras me observaba como me quitaba mis zapatos y mi camiseta.
Rápidamente enfoco su atención en otro lado, pero su mente estaba conmigo y en el hecho en que no sabia como actuar, en tanto me desnudaba.

Me deje puestos mis pantalones y me acerque a su lado.

-Bella, no tienes porque sentirte intimidada, nos conocemos bastante y ya he visto tu cuerpo desnudo, ¿recuerdas?-dije mirando sus ojos rubíes.

-Lo siento Edward, es solo que antes…antes era diferente

-¿Porque no me veías?-pregunte a la vez que intentaba reprimir una carcajada.

-No es gracioso, se que tu y yo…ya hemos…

-¿Hecho el amor?-dije tocando su mejilla.

-Si-suspiro y se aparto de mi, dándome la espalda. Quería esconder la expresión de su rostro.

“¿Como puedo ser tan estúpida?”

-Ven amor, necesitas despejarte y largo baño es una buena opción-insistí mientras abría el cristal que nos separaba de la ducha.

Me arrodille frente a ella y le quite sus zapatos. Bella aun estaba incomoda, así que procedí a abrir la ducha y dejar que el agua se llevara los restos de lodo de su ropa.

Su atuendo poco a poco se fue pegando a su cuerpo como una segunda piel. Las curvas de su anatomía no tardaron en llamar mi atención y su cuerpo pronto reacciono endureciendo sus pezones.

Mi cuerpo se calentó como nunca y sentía que la ropa me aprisionaba. De un tirón me deshice de mis pantalones y quede solo con mis bóxer negros. La pequeña y maldita prenda me torturaba la entrepierna, debido a mi creciente erección. Explotaría en minutos si no me la sacaba.

Bella trago con dificultad, mientras observaba mi cuerpo, se abrazo a si misma intentando enfocar sus ojos en los míos. Miles de imágenes eróticas comenzaron a danzar en su mente.

“Nunca había amado tanto tener este don”

Ella pedía a gritos que la envolviera en mis brazos y la besara. Sin embargo, todavía la intimidaba mi presencia. Lo que sus ojos veían era a un desconocido y no lograba unir mi voz con mi persona.

-Bella, cierra tus ojos, será mas fácil-pronuncie, reprimiendo un gruñido que crecía y crecía en mi interior.

Ella acato mi sugerencia y me valí, de sus viejos sentidos. Tome sus temblorosas manos y las coloque sobre mi pecho. Enseguida, pero con recelo, comenzaron a moverse hasta mis hombres de forma lenta. Intentaba evocar las tantas veces que ella había tocado mi cuerpo.
Me fui pegando mas a ella y su aliento choco contra el mío, invitándome a saborear su boca. Bella lamió su labio superior, de manera nerviosa y ese solo gesto echo mi control a la basura. Busque la calidez de su boca con desesperación y mi lengua paladeo esa esencia que ahora era más fuerte y arrolladora. Nuestras lenguas pelearon por acariciarse y tener el control de la exhaustiva inspección que llevábamos a cabo.

-Te he echado de menos, mi amor-gemí apretando su cadera contra la mía.

Mi miembro creció aun más con ese contacto. Dentro de la mente de Bella, hubo un antes y un después luego de oír mi voz. Yo era su Edward y ese sonido se lo confirmaba.

-Te amo, te amo, te amo-repetí mientras mis manos jalaban su ropa para sentir su piel desnuda contra la mía.

Ella abrió los ojos al sentir solo mi piel contra la suya.

-Ventajas de ser un vampiro con mucha fuerza y un enorme deseo por su compañera-explique admirando cada tramo de su figura.

Ella sonrío mas confiada y volvió a atacar mi boca de forma desesperada. Sus manos bajaron por mi espalda y tomaron mi ropa interior. Mi pene dio un respingo cuando al fin estuvo libre y listo para la acción.

-Hay muchas ventajas-gimió hundiendo su boca en mi cuello.

Mis manos viajaron libres por todo su cuerpo de terciopelo. Bella gemía y se pegaba más a mí de forma peligrosa y sugestiva. Era un alivio poder expresar cuanto la amaba, sin preocuparme en hacerle daño. Las emociones eran difíciles de controlar, cuando se era un vampiro presa de los más poderosos y bajos instintos. Mas aun cuando eras una neófita presa de tu naturaleza.

Saber que le gustaba, y poder cumplir las exigencias que gritaba su mente, era una ventaja para mí. Conocía de que forma, como y cuando anhelaba que la tocara. La recompensa era infinita al escuchar sus gemidos y ver el placer reflejado en su rostro. Era la mujer más perfecta, creada para mí y solo para mí.

Gire su cuerpo y pegue su espalda contra mi pecho mientras hundía mi boca en su piel. Mi abrazo la sostenía con fuerza, mientras tomaba uno de sus senos y pellizcaba sus pezones de forma juguetona. Su redondeado trasero acariciaba mi pene de forma tormentosa, logrando que se prolongara y endureciera hasta límites nunca imaginados. Mi mano libre descendió hasta su vientre y trazo pequeños círculos en su ombligo. Luego, se perdió en el triángulo de rizos color chocolate. La excitación estaba en todo su sexo y se desbordaba por sus muslos, en un dulce elixir que llenaba mis pulmones con su fragancia. Jamás la había notado tan húmeda y cálida en las veces anteriores que labia hecho mía.

“mas ventajas vampiras”

-Edward-jadeo frotándose contra mi mano.

“Tócame justo ahí”

Le di lo que tanto anhelaba y frote esa carne oculta y provista de miles de terminaciones nerviosas.

“si…así”

Su jadeo pronto se convirtió en gritos entrecortados, que llamarían la atención, si no intervenía. Mi boca acallo la suya cuando su orgasmo estallo con fuerza.
Bella no pudo sostenerse, mientras las palpitaciones, entorno a mis dedos, no dejaban de darle un gozo extremo. La gire otra vez.

Sus parpados estaban cerrados y lamia sus labios mojados de la forma más sensual posible.

-Rodea mi cintura amor

Levante su cuerpo sin el menor problema y ella enredo sus piernas aforrándome con una fuerza increíble. Su espalda quedo apoyada contra una de las paredes del pequeño recinto, mientras intentaba penetrarla con desesperación. Finalmente ella bajo una de su manos entre nuestros cuerpos y busco mi duro y excitado miembro para guiarlo a su interior.

-Ámame Edward-gimió echando su cabeza atrás

Mi pene se deslizo con facilidad a pesar de su tamaño. Ella estaba muy excitada y urgida por que comenzara a embestirla. Antes de hacerlo, tome uno de sus dilatados pezones y lo lleve a mis labios para amantarme de el, mientras mi cadera empujaba con un ritmo frenético.

“Mas fuerte” “ Mas”

No hubo marcha atrás, ni me detuve a controlar mis estocadas, solo quería que Bella volvieras a liberarse y yo llegara con ella a ese inmenso placer. La pared pronto comenzó a quebrarse de tan duro que chocaba la espalda de mi ángel contra los azulejos.

Por momentos me alarmaban los escombros que caían a nuestros pies, pero la mente de Bella todo lo que veía era placer y se enfocaba en único objetivo. Llegar al orgasmo.

Movió sus caderas al compás, logrando que me deslizara y saliera infinidad de veces, de su cálido centro.

-Edward…mmm…oh-mascullo buscando mis labios

Probé su adictiva cavidad y acaricie su lengua una vez más. Su boca descendió por mi mandíbula, sin perder ritmo. Me regalo pequeños besos en agradecimiento a todo lo experimentaba. Finalmente sentí su aliento acariciar mi hombro y luego percibí sus dientes arañar mi piel.

-Muérdeme-implore empujando mis caderas contra las suyas.

-Que?-murmuro confusa

-Muerde mi piel-repetí sintiendo como sus piernas se tensaban

Bella presiono mi hombreo con su boca y mordió al llegar al éxtasis. Sus paredes se aferraron con fuerza alrededor de mi pene, el cual se liberaba de forma brusca y sin querer acabar.

No había experimentado tanto gozo en mis años de existencia en este mundo. Había disfrutado y amado hacer el amor con Bella, pero nada se comparaba a sentirse libre de expresar lo que mi cuerpo solicitaba. No me refrene y esa era la clave para gozar de esta forma única.

El agua seguía bañando nuestros cuerpos, y la lengua de Bella lamia mi piel, sobre la marca que habían dejado sus dientes.

-Lo siento-jadeo cuando la deje en el suelo.

-Ni lo digas, cada vez que mire mi hombro recordare este día-señale tocando la pequeña media luna sobre mi piel.

Bella, ya muy tarde se dio cuenta del desastre que había en el suelo.

-No te preocupes y deja que terminemos el baño.

“Que empecemos querrás decir?”

Ella tomo mi mano y me dispuse a concentrarme en limpiar su hermoso cuerpo. Coloque un poco de shampoo en su cabello y en el mío y juntos nos metimos bajo la ducha. Enjabonarnos fue la parte mas complicada ya que pronto mi cuerpo comenzó a calentarse de nuevo, a medida que pasaba la esponja por sus pechos. Bella no se refrenaba y tomo mi rostro entre sus manos, para atraer mi boca a la suya. Nos besamos otra vez olvidándonos, por segunda ocasión de nuestra tarea. Ya estaba listo para otra ronda.

Cerré el agua. La tome en brazos y la lleve con urgencia hasta la cama, mientras ella lamia mis labios con su lengua cálida y suave. No tome precaución en secar nuestros cuerpos. La temperatura que surgía en mi interior haría esa labor.

-¿Es normal?-jadeo mientras la depositaba en el cómodo colchón y me disponía a ocuparme de sus duros pezones.

-Absolutamente-gruñí contra su piel.

Para nosotros las sensaciones se intensificaban y crecían a cada segundo. Ella no comprendía porque aun no estaba satisfecha. Pero mi Bella debía aprender que ahora era inmortal y su nuevo cuerpo respondía de otra forma. No se agotaba y complacerla seria toda una ardua y feliz labor.

“Podría hacer esto durante horas”, pensó enredando sus dedos en mis cabellos.

“Yo también”, reflexioné abriendo sus piernas con mis rodillas. Eso es lo único que haría por las próximas horas. Me ocuparía de aplacar el deseo de mi mujer y el mío. Le haría el amor, hasta que estuviera completamente satisfecha y olvidara el enjambre de pensamientos confuso en su mente.

Mi boca fue bajando en busca del sitio donde ella, exigía atención. Bella abrió aun más sus piernas y me alentó a seguir por el sendero directo a su centro húmedo. Ella quería volver a experimentar esa pasión arrolladora que solo yo sabia ofrecerle.

Lamí su clítoris y su cuerpo tembló completamente.

-¿Amor?

-Mmm?-respondió apretando con fuerza las sabanas.

-Mírame, por favor.

Ello lo hizo y me perdí en su mirada por unos minutos. Verla expuesta de esa forma me éxito a niveles impensados. Su cabellos aun goteaba y su cuerpo mojado era la visión mas perfecta y sublime que podía existir.

-¿Te casaras conmigo pronto?

Bella sonrío y asintió con su cabeza.

-Quiero escucharlo-pedí acariciando sus piernas.

-Si, Edward, me casare contigo….ya…ya te lo había dicho.-menciono humedeciendo sus labios.

-Quiera volver a oírlo-susurre para luego volver a mi tarea.

“No te detengas amor”, fue lo ultimo que escuche en su mente, antes de que su cabeza viajara a otra dimensión.

Capítulo 16: REENCUENTRO Capítulo 18: Pensamientos

 
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