a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
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Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

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Capítulo 19: Aprender a aceptarme

CAPITULO 19: Aprender a aceptarme

POV: BELLA


La brisa chocaba contra mi rostro, mientras mis piernas flotaban, a gran velocidad, sobre el suelo. El aroma era tan fuerte y particular que, me atraía con fiereza hasta el. Mi objetivo estaba fijado en hallar la fuente de aquel olor hipnótico. Todas mis fuerzas y mis sentidos se pusieron alerta en segundos de sentir esa llamada. No podía pensar en otra cosa que en aplacar el hambre que surgió en mí.

Ya casi, solo un poco y mas…
De pronto, algo choco contra mi y caí al suelo firme y helado con mucha brusquedad. Mi concentración sufrió una fisura y por un instante vacile al ver esos brillantes ojos dorados. Edward me sostuvo contra el suelo con sus manos haciendo presión en mis hombros. Eso me altero mucho, no me gustaba que el impidiera que sofocara el ardor en mi garganta.

-¡Amor, debes tranquilizarte!, enfócate en mi, solo en mi-pedía con desesperación.

Cerré mis ojos intentando apagar la rabia que crecía en mi interior. No quería lastimar a Edward, era lo último que haría con el hombre que mas amaba.

-Mírame Bella, deja que todo pase.

Las voces se aproximaban cada vez más. El suelo latía con cada pisada y el olor se intensificaba. Observe el bosque esperando que la presa se abriera paso y así poder atacarla.

-Mierda…-mascullo Edward aumentando la presión.-Tengo que sacarte de aquí, ya vienen

Si, ya venia y estaba lista para saciar la sed. Me retorcí bajo su cuerpo y busque la forma de escabullidme de el. Entonces la vi y todo en mi tembló y se sacudió.

-No es verdad, esta equivocada déjame…

Mi cuerpo aparto a Edward con facilidad, arrojándolo lejos. Por una milésima de segundo lo observe chocar contra uno de los árboles. Mi corazón se arrugo por haber sido tan brusca con el.

-¿Bella?

Mi garganta pidió atención y el monstruo dentro de mí, pudo más. Me abalance sobre la presa.

-¡No le hagas daño Mary!-grito Edward

En segundos fui desviada de mi objetivo por otro cuerpo duro como la pierda. Este juego ya no tenia gracia. Estas manos no eran tan delicadas como las de Edward. De mi garganta, broto un rugido de furia que pronto fue devuelto con uno de mayor intensidad.

-¡Aléjate de mi hija o te matare!-amenazo una mujer desconocida.

Edward, la aparto de mí, permitiendo que me incorporara. Luego sus brazos se cerraron alrededor de mi cuerpo. Sin embargo, sacaba ventaja de las vacilaciones de Edward.

-¡Ayúdame Mary, es una neófita y no puedo controlarla sola!

-Tengo que proteger a mi hija-le gruño esta colocándose frente a mi objetivo.

-La ayudaras si me ayudas a mi-grito Edward.

Nuevamente me retorcí entre sus brazos sin apartar la vista de mi alimento.

-Bella, tranquila no querrás hacerle daño a Renesmee, es tu amiga ¿recuerdas?

Edward continuo hablándome con su voz, dulce e hipnótica. Pero mis sentidos y mis ansias eran incontrolables. Tenia que aplacar el ardor. Dolía demasiado.

-¡Ayúdame maltita sea¡ necesito hablar con mi familia y sacarla de aquí.

-¿Bella? ¿Qué le sucede, Edward?

-No te acerques Renesmee, aléjate-exigió Edward.

-Más vales que te controles. Si dañas a mi hija no seré muy amable-amenazo la vampira, aproximándose a nuestro lado. Reemplazo a Edward en su agarre, mientras el tomaba su celular y hacia una llamado rápido

- Tráelo Rosalie, Es una emergencia, necesito a Thomas aquí-rugió Edward.

De pronto mi cabeza comenzó a dar vueltas y no pude ver más a mi presa. Ella desapareció y la confusión solo empeoraba mi pesar. Estábamos solos la tal Mary, Edward y yo. A pesar de la realidad el olor persistía y el dolor se incrementaba.

-Edward… ¿que me pasa? ¿Por qué duele tanto?

-Shss…amor todo esta bien. Suéltala Mary y llévatela de aquí.

-No puedo confiarme a que no nos siga.

Me retorcí entre los brazos de la vampira y Edward la empujo para sostenerme contra su pecho.
No sabia que estaba sucediéndome, me sentía frágil, fuerte y confusa a la vez. Quería lastimarlos a los dos y rastrear ese aroma que me estaba volviendo loca. ¿Acaso ese era mi destino?. Tal vez no estaba echa para afrontar mi nueva vida.

-¿Bella?-susurro una pequeña voz

Mi cuerpo se aflojo en ese momento y cada músculo se distendió poco a poco, permitiendo que mi estado de alerta se tranquilizara.

-Thomas-murmure mirando al pequeño niño que corría hasta mí.

Me escabullí de Edward, para correr a los brazos del pequeño, quien me abrió sus diminutos pero fuertes brazos para abrazarme con mucha presión.
Paz…percibía bienestar a su lado y me reconfortaba, que así fuera.

-Toda esta bien Bella, yo te voy a cuidar-prometió el pequeño como si fuera un enorme vampiro del tipo Emmett. Fue extraño, pero sus palabras me apaciguaron. No se cuanto tiempo tarde, pero rápidamente fui consiente y dueña de mi misma. Ya no me dejaba controlar por esa sed abrumadora y por los instintos del monstruo que era.

“Renesmee”

Me puse de pie sin soltar la mano de Thomas. Edward tomo mi mano libre y me apretó la palma con suavidad.

-Lo siento-murmure sintiendo una gran vergüenza. ¿Cómo pude pensar en llevar a cabo tal aberración? Había querido asesinar a una de las personas más importante para mí. ¿Que clase de persona hace eso? Renesmee, era mi mejor amiga y pretendía lastimarla.

-No es tu culpa amor-susurro Edward rodeando mi cintura.

Deje caer mi cara sobre su pecho e inunde mis sentidos con su aroma. Quería que dejara de doler y ansiar, un mal que lamentaría el resto de mi existencia.

-Vamos acaso amor así hablaremos. Todo esta bien ahora.

-Asentí, mientras observaba como Mary cubría el cuerpo de su hija y me miraba con recelo.

“Era un Monstruo”

Rosalie y Emmett, regresaron al reguardo de los Denali con nosotros. Me avergonzaba no poder controlarme y darme cuenta que no tenia poder sobre mí, como me había engañado. Estaba equivocada, era un ser peligroso.

En la residencia, Carmen tenía en su regazo a una feliz Sharon. Kate y Eleazar las acompañaban. En cuanto pisamos la sala. Todos me miraron con una misma expresión significativa. Temor, mezclado con lastima.

La pequeña, exigió que la bajaran. Me sonrió y corrió riendo hacia nosotros. Sentí un escalofrío e inmediatamente, salí de su camino, deslizándome como un rayo a mi cuarto. Escuche a Edward pedir que me quedara, pero no pare hasta encerrarme en ese cuarto. Así debía estar. Alejada de todos a los cuales quería y podía dañar.

Me acosté en la cama y cerré mis ojos deseando poder cambiar las cosas.¿ Como viviría a partir de ahora? Regresar a Forks y poner en riesgo a mi padre, ya no era una opción. Tal vez la manada de Sam, tendría que cazarme a partir de ahora.
No estuve sola mucho tiempo, en el fondo, sabia que él no lo permitiría. Se acostó a mi lado y me di la vuelta para abrazarlo con fuerza. Tenía muchas ganas de llorar, la pena era inmensa, pero ahora no había lágrimas que derramar.

-No eres un monstruo, mi amor. Todo es culpa mía por dejar que te metieras en mi corazón y permitir que te sucediera esto. Tendrías que tener una vida normal. El único culpable soy yo

Había agonía en su voz y eso empero las cosas. ¿Como podía seguir haciendo daño a los que amaba?

-Mi vida comenzó cuando te conocí a ti Edward. No quiero una vida normal sin ti.-asegure acariciando su rostro.

Sus parpados se cerraron, al tiempo que suspiraba profundamente.

-No puedo cumplir la promesa de Thomas. No quiero lastimar a Sharon, como lo iba a hacer con mi mejor amiga. Rose, puede cuidarlos a ambos en Forks. Me quedare aquí, donde le hago daño a nadie.

-Apenas llevas unos días de la transformación y te ayudare a controlarte. En unos meses todo ira bien y podremos regresar.

Sacudí mi cabeza. No arriesgaría a mi padre y mis amigos.

-Bella mírame y confía en mi. Se que estas aterrada, pero todo pasara y tendrás prácticamente una vida normal.

-No si lastimo a los que quiero.

-No pasara pequeña, yo te cuidare y Thomas también lo hará. Podrás cumplir su promesa y seremos una familia.

-No lo creo que pasa si…

Edward acallo mis quejas con sus labios. Me beso como nunca lo había hecho y me demostró con ese gesto cuanto lo necesitaba y lo deseaba. No quería que me distrajera de esa forma y la sabia muy bien el efecto que causaba en mí. Mis hormonas ya no eran las mismas y mi cuerpo pronto se desconectaba con la mente y exigía su propia satisfacción.


-Te amor Bella-gruño abandonado mis labios para besar y lamer mi mandíbula-Solo actuabas por impulso natural, y se nunca me hubieras lastimado de forma consiente. Además, no soy tan frágil amor.-Me justifico a medida que lograba que otra clase de ardor creciera bajo mi piel.

“No soy tan frágil”

Me había asustado mucho cuando lo vi estamparse contra aquel árbol. Pero más me aterro la violencia con la que actúe. ¿Por qué había echo eso?

Sus dientes mordieron mis labios, exigiendo el paso de su lengua suave y habilidosa. Estaba enojada conmigo misma y llana de frustración por haber sido tan idiota. Gemí dándole la bienvenida al calor de mi boca.
Mis manos rasgaron su ropa, con rabia. Quería sentir que me perdonaba y que aun me amaba, pese haber sido tan impulsiva y perder mi control.

Él no se quedo atrás y tiro de mi blusa y luego de mis pantalones. Lo ayude, destrozando mi sostén, al tiempo que el rompía mis bragas, mientras no paraba de lamer su piel.

-Ámame Edward, dime que no te avergüenzas de mi, por favor perdóname-pedí entre una extraña suplica seguida por esa ola de deseo que se incrementaba segundo a segundo. Mi entrepierna se torno liquida y mis pezones se endurecieron.

-Nunca podría dejar de amarte-gruño separando mis piernas con sus rodillas.

Mi húmeda vagina recibió la punta de su pene erecto e hinchado. Se introdujo en mí y me embistió con fuerza, al tiempo que enredaba mis piernas alrededor de su cintura. Mis brazos lo abrazaron con fuerza y comencé a levantar mis caderas, en sincronía con el movimiento de su pelvis.
-Te amo Edward-murmure hundiendo mi cara en su cuello. Su aroma me golpeo con fuerza y me estremecí de placer al explotar entre sus brazos.

Mis emociones eran un revoltijo y de la pena había pasado a un excitación, extrema que casi no controlaba. Quería que el me amara y volver a sentirme como antes. En sus brazos estaba en paz y el mundo dejaba de tener sentido. Por unas horas Edward Cullen borro mi pena con su cuerpo y sus besos, de miles de formas diferentes hasta quedar completamente agotada.


POV: Edward



Si no fuera porque era imposible dormir en nuestra nueva condición. Hubiera jurado que ella lo hacia. Como tantas veces en el pasado, mi ángel personal, tenia sus ojos cerrados y su pecho, se elevaba constantemente por acción refleja. Estaba más relajada y sus pensamientos poco a poco se habían aplacado.
No había perdido el tiempo en las últimas horas y me había propuesto a quitarle esa absurda idea de que era un monstruo. Habíamos echo el amor con mas pasión que antes.

Mi ángel… Como podía imaginar una cosa así. Ella era lo mas puro, que había conocido y seguiría de esa forma por toda la eternidad. Esa era una meta que me propuse cumplir en los años, décadas y siglos que permaneciera a mi lado. Nunca se lamentaría de lastimar a nadie, porque no se lo permitiría.

Luego de tanta insistencia, le permití estar sola y apaciguar en soledad todos sus miedos. Lo que ella nos sabia era que no estaría sola mucho tiempo. Bella era fuerte al ser una neófita. Pero estaba muy frágil y no causaría que esa fragilidad la desgastara.

Abandone a regañadientes nuestro cuarto y fui a cumplir su pedido. Antes pase por la habitación de Sharon. La pequeña jugaba con su hermano y con Rosalie. Mi hermana ya apreciaba mucho a la niña y enfocaba toda su atención maternal en ella. Últimamente Emmett, estaba preocupado por ella, pero Rose, solo deseaba pasar un tiempo con la niña y calmar la pena que muchas veces sentía.

Me aproxime al muchacho y le hable de manera seria para que el me ayudara a sacar a delante a Bella. Mis sospechas se habían corroborado hace una horas atrás, cuando el calmo a mi ángel en el bosque. Thomas tenia un don y podría ser muy poderoso si el fuera consiente de ello. Era una especie de influencia en otras personas. Sus mas fuertes deseos se hacían realidad y por ello, Bella había salido del transe de la sed. Thomas había anhelado que ella se calmara y reaccionara. Al hacer contacto sus cuerpo, el cambio de produjo en segundos.
El era una contención para ella y el vínculo crecía más y más.

“¿Esta bien mamá?”, pensó mirándome preocupado.

El niño ya veía a mi Bella como su madre. El deseo de tener a una familia, era poderoso. Yo por mi parte, debía trabajar más en cambiar la impresión que tenia de mí. Thomas, no me temía, pero guardaba un poco de recelo hacia a mi.

-Quiero que acompañes a Bella. Ella te necesita. Solo tu y tu hermanita pueden hacerle ver que seremos una familia-dije intentando sonar lo mas calmado posible.

Que mi Bella sufriera me ponía realmente tenso.

-¿Ella no quiere a Sharon?

La imagen de Bella esquivando los brazos de la pequeña paso por su mente.

-No Thomas, ella si la quiere. Solo teme hacerle daño. ¿Recuerdas lo que sucedió en el bosque?- el asintió- Casi ataca a su amiga Renesmee. Bella es una neófita, pero entre todos, en unos meses, la ayudaremos a superar esa etapa. Tú tienes una clase de magia que la ayuda a sentirse mejor. Por eso, quiero que pases la tarde con ella y la distraigas. Ayúdala a descubrir que puede ser una buena mamá.

-¿Llevo a Sharon conmigo?

-Si, es una buena idea. Rosalie estará con ustedes-asegure mirando a mi hermana-Le ofrecí una mirada significativa para que controlara que todo marchara bien. Ella asintió y me prometió que ayudaría a Bella.

-Esta bien, voy a cuidar a mamá-aseguro feliz. Luego me miro avergonzado de que sus sentimientos lo cegaran a confesar el amor que sentía por Bella.

Le sonreí

-Se que lo harás, vuelvo en una horas-dije dándole un beso en la frente. Ese gesto lo tomo por sorpresa.-seremos una familia Thomas y me gusta que tú y tu hermana estén con nosotros. No lo dudes nunca.

Volvió a sonreír

Bella se sentía mal por aterrorizar a su mejor amiga, pero lo que mas la preocupo fue que ella estuviera atravesando toda una ola de sucesos traumatizante.
Tenia que ayudar a la mujer que más amaba sobre la faz de la tierra. De manera que hablar con sus amigos e intentar solucionar los problemas era una de mis obligaciones. Si Bella estaba preocupada, se angustiaba y si se angustiaba no era feliz. Si no era feliz, yo no lo era. Edward Cullen lucharía contra todo para que su amor fuera feliz.

Corrí por el espeso bosque hacia nuestra casa. Tenia que arreglar las cosas entre el Jacob y su imprimación. Mary y Velkan se habían quedado allí y no se moverían hasta tener a su hija a su lado. El perro no abandonaría a su impronta y no le gustaba compartirla con nadie. Menos con una pareja de “chupasangres”. Por su lado Renesmee, se sentía lastimada por que la persona en quien más confiaba le haya ocultado algo tan importante. Además, de que estaba en una encrucijada. Ahora llevaba la sangre de los perores enemigos de su pareja.

“Si tan solo el no fuera tan necio y hubiera hablado con ella”

En el camino, me choque con su apestoso aroma. El chucho se hallaba a un par de kilómetros de la casa y estaba solo…sin su impronta.

Estar con Renesmee era mas fuerte que el. Por ello, no la había dejado para ir a buscar a Bella y envío por parte del manada, para que recorrieran las viejas guaridas de James.
Ahora cuando, me daba cuenta de su lejanía del objeto por el cual su mundo tenia sentido. Me daba cuenta de cuan grave fue su pelea.
Pero lo que mas me afecto fue el inmenso dolor en sus pensamientos. No había que ser Jasper para palpar algunas emociones. El perro sufría y las imagines de su cabeza, me tomaron con las guardia baja. La imprimación era un sentimiento sin medidas y muy poderoso.
Lo escuche llorar, mientras recordaba su pelea con Renesmee. Definitivamente esto era algo que no esperaba presenciar del fuerte y orgulloso, Jacob Black.
Me detuve y escuche atento para saber a que atenerme cuando llegara a la casa.

-Que estas haciendo Nessie?-le pregunto a la muchacha cuando la vio empacar su pequeña maleta.

-Me voy-dijo esta furiosa sin voltear a verlo

-Bien, es una buena idea. En Forks podremos aclarar las cosas.

-No me voy a Forks

El se puso en alerta

-Te vas con ellos?. No puedes…

-¡Puedo hacer lo que quiera y no me voy con ellos!. No te preocupes, no me voy a rodear de tus mayores enemigos.

-No se trata de eso Ness. Aunque no me guste la idea, no me opondré. A lo que si me opongo es a que me dejes-explico deteniendo lo que ella hacia.

Jacob tomo su mano y la miro a los ojos. Los ojos de Renesmee estaban llenos de lágrimas y pesar. Ella esquivo su mirada, se libero de su agarre y fue por su chaqueta.

-Ness te amo y no permitiré que huyas de mí.

-No quiero estar contigo Jacob. No puedo estar con alguien que me miente.

-¡No te mentí¡ solo quería saber que era cierto hasta hablar con Sue. Ayer pude comunicarme con ella y me confié que tus padres te adoptaron.

En la mirada de Nessie reflejo el dolor por saber la verdad. Sus lágrimas abandonaron sus ojos y Jacob corrió para envolverla en sus brazos. Ella quiso zafarse pero el apretó con más fuerza.

-No podemos estar juntos-mascullo ella entre sollozos.

-No vuelvas a repetir eso-dijo el con voz dura

-Que dirá Sam, cuando sepa que estas con la hija de un para de vampiros. ¡Con sus mayores enemigos¡ Ahora debes odiarme y alejarte de mi.

-No vuelvas a decir eso-gruño el apartándose para clavar su mirada en ella-Te amo, eres la razón de mi vida y no te dejare. Al diablo con todos y todo-grito Jacob con furia.

-¡Yo no quiero eso!. No lo permitiré, aléjate de mi Jacob, es lo mejor.

-¡No¡-grito tomando su rostro entre sus manos

-Dime que no me amas, entonces. Has el mejor intento pero no lograras borrar lo que siento por ti.- entonces el, la beso con furia y frustración. Su mente era un completo caos.

El beso ceso cuando en mucho tiempo ella no se lo devolvió.

-Te amo Ness, no hagas esto por favor. No lo hagas…

-Tengo que hacerlo, necesito estar sola y comprender esta locura Jacob. Volveré a mi antiguo hogar y sabré cual es mi verdadero origen.

-Iré contigo-murmuro Black

-No quiero que vengas, iré sola.

Ella se alejo y puso su atención en su maleta.

-Por favor quiero estar sola. Vete

Con un nudo en la garganta él abandono la habitación.


A unos cuantos metros de donde estaba sentado con su cabeza sobre su rodilla flexionada. Sentí el dolor en sus pensamientos. El amor que tenia por esa mujer era tan grande, que la sola idea de estar separados, era la peor de las torturas. Aun así, le había dado un respiro para que se calmara y pensara las cosas.
Me puse en su lugar por un momento y no concebí la idea de dejar a Bella. Ella era mi mundo y no viviría sin su presencia.

“Hora de hacer la buena acción del siglo”

Deje a Jacob en su soledad y me dirigí a casa. Allí estaban Alice, Jasper, y Velkan en la cocina.
Renesmee lloraba en su cuarto y sufría por las cosas que le había dicho a Jacob. No quería dejarlo, pero temía quitarle algo preciado a él. Su manada, su lugar en el mundo, su familia. Todos estos últimos años ella, había presenciado las leyes de los Quileutes. Los vampiros eran sus enemigos y ellos odiaban a los fríos. Ahora ella formaba parte de ese mal. Debía dejarlo y que el continuara con los suyos…en su mundo. Lo que ella no entendía era que su mundo era ella misma. Jacob Black moriría de tristeza y de dolor sin su imprimación. La vida de Jacob estaba unida a la de Renesmee. Nada ni nadie era más fuerte que ese lazo.

Mary probaba un coche que le había conseguido Jasper para su partida. Estaba feliz, porque su niña, aceptara conocer por sus propios medio su origen. Cuando ella estuviera sola en Europa, se encargaría de convencerla para que viviera con ellos. Mary recuperaría a su bebe y me enfermaba su egoísmo.

-¿Acaso no sientes el dolor de tu hija?-pregunte aproximándome a su lado.

Se giro y me fulmino con la mirada.

-No tengo la culpa que el perro que pensaba que la amaba, le mintiera-dijo despreocupada

-Sabes bien que Jacob la ama y que ella lo ama a el. Black no es totalmente de mi agrado, pero es un hombre de honor.

-Querrás decir perro-mascullo con asco

-Un perro que ama a tu niña y haría lo que sea por ella.

-Bien, entonces que desaparezca de su vida-exigió cruzándose de brazos

-¿No tienes idea del lazo que los une?. Puedes separarlos ahora, pero con el tiempo ella se volverá frágil y el dolor la matara. Acabo de verlo a el y no la pasa nada bien, créeme

-No es asunto mío. Yo quiero recuperará lo que me arrebataron hace años, es mi derecho. Soy su madre.

-Entonces has feliz a tu hija. Estoy seguro que puedes oírla llorar a la perfección. Créeme que solo empeorara con el correr de las horas.

-Lo superara.

-Engáñate a ti misma.

-¡Es mi hija!

-Sacrifícate por ella y no la alejes de las personas que la aman. Su hogar esta en Forks, ¿porque no te mudas allí con ella?

-Mi familia no estará en territorio de esos perros

-Pueden estar en nuestro territorio

Se produjo un breve silencio. Pero su mente me hablaba por si sola.

Aun que quisiera aparentar que no le importaba, Mary sufría por su hija y quería que ella amara. Ya no podría tener al bebe que le arrebataron, esos años no regresarían. Sin embargo, Renesmee era joven y los pocos estudios que le realizo Carlisle mostraban que ella tenia algunas características vampíricas, aunque los genes humanos eran mas fuertes. Con más estudios, que mi padre se moría por analizar, descubriría de lo que ella era capaz. La única certeza que giraba era sobre su larga vida y las enormes defensas que casi lograban que no se enfermara y que envejeciera cada vez más lentamente.

-No puedo decirte que hacer, pero la respuesta esta allí arriba con esa joven que no deja llorar-gruñí sin poder evitarlo.

“Es mi hija, solo mía”, repetía su mente.

La deje con su insensatez y fui por mis hermanos, para arreglar el regreso a Forks. Ellos ya habían pasado mucho tiempo en Alaska y seria mejor que regresaran a casa. Bella había pedido que nos quedáramos con los Denali, mientras lograba adaptarse a la nueva vida. Carmen, Kate y Eleazar, con gusto nos aceptaban a que los acompañáramos un tiempo. Mis primas querían a Bella y estaban dispuestas a protegerla y ayudarla en su vida como vampira.

Mary y Velkan, luego de una larga conversación por los alrededores, subieron al cuarto de Renesmee. Ella me miro de manera significativa y agradecí que fuera sensata por su hija.

-¿Jasper, puedes hacerme un favor?

-Dime

-Jacob esta a par de kilómetros, no te será difícil rastrearlo, se lo veía algo alterado. ¿Puedes ayudarlo para que se sienta mejor y regrese aquí?. Renesmee lo necesita y el a ella.

Mi hermano suspiro

-OK, pero ojala esto termine pronto. El ha estado muy furioso y por poco se enfrenta con sus futuros suegros. La chica no para de llorar y me vuelve loco. Quiero unas vacaciones-se quejo enfadado.

-No te preocupes cariño, las tendrás-dijo Alice dándole un pequeño beso.-quiero ir a Paris de compras.

-Esa no son vacaciones Alice. Lo harás trabajar mucho cargando tus bolsas-bromee mientras ella me sacaba la lengua.

-Paris suena genial, amor-enfatizo jazz.

“El siempre la asía feliz”

-Suerte que tú si aprecias mis ideas-canturreo mi hermana colgándose de su cuello.

Pude sentir como Jasper se relajaba con las emociones de Alice. Los deje solos para que fueran por Jacob. Si todo marchaba bien y la pareja de vampiros aceptaba el mundo de su hija. Todo se solucionaría.

Corrí a casa a toda prisa. Me había tardado más de la cuenta y me asustaba que Bella, volviera caer en ese cuadro de angustia. Por unos días le pediría ayuda a Jasper para mantenerla tranquila.

Rosalie y Emmett se hallaban en la entrada de la residencia.

“Ella esta bien”, pensó al ver mi desconcierto.

-Rose y yo vamos de caza-dijo Emmett jalándola para que lo acompañara.

-No me dijiste que iríamos-se quejo ella. Pensaba prepararle la cena a Sharon.

-Me tienes abandonado y estoy celoso-confeso Emmett cabiendo un falso puchero.

Ella sonrío y tomo su rostro entre sus manos.

-Mi bebe esta celoso de una niña?-se burlo mi hermana.

Sacudí la cabeza al ser consiente de los pensamientos que ya se formaban en la cabeza de Emmett.

-Procuren cazar lejos-gruñí dejándolos atrás.

En ocasiones como esta, odiaba leer la mente. Mi hermano gozaba de una mente muy particular y no me interesaba saber que harían por unas cuantas horas, mientras “cazaban”. Por fortuna una vez alerta me ocupaba de silenciar la mayoría de las voces.

Al caminar por el corredor que llevaba a nuestra habitación, un calor recorrió mi cuerpo. Escuche risas del interior de ese dormitorio. Pero la que mas me cautivo fue la de mi ángel. Ella se estaba riendo y parecía pasarla muy bien del otro lado de la puerta. Abrí con cautela y vi la escena más perfecta que pude imaginar.
Sonaba una música infantil apenas perceptible. Thomas y Bella aplaudían a Sharon quien daba vueltas y vueltas bailando con una gran sonrisa. Luego casi pierde el equilibrio, y fue a parar en el regazo de Bella.

Me tense pensando en su reacción. Pero mis miedos se desvanecieron en cuanto la pequeña le sonrío y beso la mejilla de la mujer que amaba. Entonces Bella la abrazo con ternura y río feliz, por el cariño que le profesaba la pequeña. Con ellos se sentía normal y dejaba de verse como algo malvado.

Suspire

Había hecho lo correcto y no solo Thomas había usado su don, para tranquilizarla. Sharon también era especial a su manera humana y estaba seguro que también tenia una magia especial.

“Creo que seré un buen padre”-pensé mirando al pequeño vampiro y a su hermana.

“Soy un hombre afortunado…. Tengo una familia”.

Capítulo 18: Pensamientos Capítulo 20: La luz de mis ojos

 
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